Para animar a la lectura de la encíclica "Caritas in Veritate"

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Para animar a la lectura de la Encíclica
“Caritas in Veritate” de Benedicto XVI
1.
¿Por qué una nueva encíclica social?
El pasado 7 de julio se hacía pública la tercera encíclica de Benedicto XVI. En
esta ocasión, en línea con las llamadas encíclicas sociales que abriera León XIII con la
“Rerum Novarum” en el momento de la revolución industrial. Recordemos que la
última encíclica con este contenido es de Juan Pablo II, “Centessimus annus” en 1991.
Y en este tiempo el mundo ha cambiado. Fenómenos como la globalización, la actual
crisis económica, el actual modelo de desarrollo requerían una palabra. No tratemos,
sin embargo, de buscar soluciones políticas o técnicas. No es éste el papel de la Iglesia.
2.
¿Por qué este título?
Como es habitual los documentos pontificios se conocen por sus primeras
palabras. En este caso, “Caritas in Veritate” son palabras que el papa repite con
frecuencia y que tratan de explicar que, para construir un mundo más humano, la
caridad necesita estar iluminada por la inteligencia y la inteligencia impulsada por el
amor. Se necesita un amor inteligente para el desarrollo humano integral; que es aquel
que no beneficia sólo a unos pocos, sino a todos los seres humanos y afecta no solo a las
necesidades materiales sino también a las espirituales. “Sin verdad, la caridad cae en
mero asistencialismo” (nº3). Desde esta concepción el papa irá abordando diferentes
aspectos de nuestra realidad: globalización, crisis económica, ecología, bioética, trabajo,
desempleo, inmigración , medios de comunicación, tecnología….
3.
¿Cuál es su tema central, el hilo conductor?
Para hacernos con la clave de lectura de todo el documento es importante que
comencemos por el nº 75: “la cuestión social se ha convertido radicalmente en una
cuestión antropológica” y nos detengamos después en el nº 78. El desarrollo humano,
las respuestas sociales, morales, culturales y espirituales deben partir de la centralidad
de la persona, del concepto de persona referido a Dios. Es en relación a su origen y
destino en Dios donde el ser humano encuentra la verdad de su ser como individuo y de
su ser en relación con los otros y con la realidad: “La disponibilidad para con Dios
provoca la disponibilidad para con los hermanos y una vida entendida como tarea
solidaria y gozosa”. Será desde esta clave desde donde irá analizando los distintos
aspectos de la realidad y desde donde irá perfilando las características que hoy debe
tener el desarrollo para poder calificarlo de humano. Desde esta perspectiva
analizaremos los derechos humanos, la economía, los modelos de desarrollo, … las
preocupaciones de los hombres y mujeres de hoy. Tenemos que reconocer lo deductivo
del planteamiento. Parte de los principios para desde ahí iluminar, motivar…
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4.
Esto nos lleva a otra cuestión? ¿Es por tanto un documento sólo para
creyentes?
La Doctrina Social de la Iglesia siempre ha tenido vocación de llegar a todas las
personas cristianas o no, a todas las personas de buena voluntad. Pero hay que reconocer
que desde este punto de partida se nos plantea la relación entre fe y razón que se
abordará en algunos puntos (nn: 56, 59, 68, 74-76). No puede silenciarse la dimensión
sobrenatural de la vida, aunque esta postura merezca todo el respecto, pero esta
dimensión no puede obviarse cuando queremos alcanzar un desarrollo humano pleno.
Se trata de buscar una adecuada síntesis antropológica. “La razón necesita siempre de
ser purifica por la fe… A su vez, la religión tiene siempre necesidad de ser purificada
por la razón para mostrar su auténtico rostro” (nº 56)
5.
¿Qué capítulos tiene y qué recogen cada uno de ellos
El documento consta de seis capítulos además de la Introducción (nn: 1-9) y la
conclusión (nn: 78-79).
En el primero (nn: 10-20) recuerda fundamentalmente la aportación de la
“Populorum Progressio” de Pablo VI , en la que conviene destacar lo que supone el
desarrollo humano, como la fe se ocupa de este punto al hablar de la fraternidad
humana, del desarrollo del hombre y de todos los hombres (nº 11).
El siguiente capítulo aborda “el desarrollo humano en nuestro tiempo” (nn: 2133). Un desarrollo que no es equiparable al desarrollo meramente económico o
tecnológico. Necesita ser auténtico e integral (nº 23), por lo que “el primer capital que
se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona humana en su integridad” (nº
25). Palabras que tienen especial significación en este contexto de crisis económica,
fruto de la especulación y de la búsqueda del máximo beneficio. Donde han faltado
mecanismos reguladores (nº 24) y donde el problema del progreso sigue abierto (nº 33).
Las desigualdades, moralmente inaceptables, siguen aumentando (nº 32). No pueden
separarse desarrollo humano y respeto a la vida “La apertura a la vida está en el centro
del verdadero desarrollo” (nº 28)
El capítulo tercero “Fraternidad, desarrollo económico y sociedad civil” (nn:
34-42) comienza recordando que “la caridad en la verdad pone al hombre ante la
experiencia del don, de la gratuidad” (nº 34), expresión de la fraternidad. Desde ahí en
los números siguientes profundizará en la realidad del mercado y en las características
que éste debe cumplir para funcionar correctamente “sin normas internas de solidaridad
y confianza recíproca, el mercado no puede cumplir su propia función económica” (nº
35). Se necesitan “leyes justas y formas de redistribución” (nº 37), “se requieren
cambios profundos en el modo de entender la empresa “(nº 40), “realizar una economía
que en el futuro próximo sepa poner al servicio del bien común nacional y mundial”),
para lo que aconseja “no proclamar apresuradamente la desaparición del Estado” (nº
41). Finaliza este capítulo recordando que la globalización no debe entenderse
únicamente como proceso socieconómico, sino que debe ser orientada “en términos de
relacionalidad, comunión y participación” (nº 42).
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“Desarrollo de los pueblos, derechos, deberes, ambiente” (nn: 43-52) es el título
del cuarto capítulo donde se habla de los derechos fundamentales, ignorados y
violados en gran parte de la humanidad, unidos a los deberes “los deberes refuerzan los
derechos y reclaman que se los defienda y promueva como un compromiso al servicio
del bien” (nº 43) . Retoma de nuevo el papel de la economía y la necesidad de la ética
para su correcto funcionamiento (nº 45). La relación entre empresa y ética (nº 46). Para
abordar después el tema del medio ambiente (nº 48), destacando como “la naturaleza es
expresión de un proyecto de amor y verdad, un don”. La necesidad de tener en cuenta
los problemas energéticos (nº 49). Llamando a la sociedad actual a “revisar
seriamente su estilo de vida” (nº 51), a no olvidar la responsabilidad con las nuevas
generaciones (nº 50). La Iglesia tiene una responsabilidad frente a la creación y la debe
hacer valer en orden a buscar el desarrollo humano integral (nº 51).
En el capítulo quinto “La colaboración de la familia humana” (nn: 53-67)
refuerza la interrelación humana, la unidad del género humano (nº 55), tomando como
referencia la Trinidad (nº 54). “El criterio para evaluar las culturas, las religiones es
“todo el hombre y todos los hombres” (nº 55). En este proceso la fe tiene un papel
importante en la esfera pública. “El diálogo entre fe y razón hace más eficaz el ejercicio
de la caridad… es el marco más apropiado para promover la colaboración fraterna
entre creyentes y no creyentes” (nº 57) y aquí, sitúa el principio de subsidiariedad, que
debe estar unido al de la solidaridad (nº 58). Desde aquí hablará del desarrollo de los
pueblos, la cooperación internacional, la inmigración… La relación entre pobreza y
desocupación (nº 63), y la necesidad de garantizar un “trabajo decente”, que se presenta
también como un reto a las organizaciones sindicales. Retoma el tema de las finanzas
(nº65) y resalta el papel de los consumidores (nº 66).
El sexto “El desarrollo de los pueblos y la técnica” (nn: 68-77) profundiza en la
relación entre desarrollo y progreso tecnológico (nº 69), un progreso que puede alentar
la idea de autosuficiencia de la técnica cuando no se consideran los porqués (nº 70),
confundiendo fines y medios (nº 71). Por lo que el campo de la bioética es en la
actualidad un “campo crucial en la lucha cultural entre el absolutismo de la técnica y
la responsabilidad moral” (nº 74). Destaca la importancia de la paz, el papel de los
medios de comunicación social, para finalizar el capítulo afirmando que “la cuestión
social se ha convertido en una cuestión antropológica” (nº 75) y como “no hay
desarrollo pleno ni bien común universal sin el bien espiritual y moral de las personas,
consideradas en tu totalidad” (nº 76).
Concluirá el texto diciendo que “la disponibilidad para con Dios provoca la
disponibilidad para con los hermanos y una vida entendida como una tarea solidaria y
gozosa”. (nº 78)
6.
¿Qué aporta de novedad?
Puede decirse que lo más novedoso es el modo en que los conceptos de caridad,
verdad, libertad y desarrollo humano van recorriendo el texto, el abordar la cuestión
social como cuestión antropológica. Esto lo ocupa todo.
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7.
¿Qué podemos echar en falta?
Al abordar muchas cuestiones, en algunas podemos encontrar poca concreción,
incluso en alguna de ellas tal vez esperemos obtener una mayor crítica p.e. en lo
referido al mercado, al modelo económico preponderante, la poca referencia a las
estructuras de pecado. También la falta de cierta autocrítica respecto a la propia Iglesia
que también se encuentra inserta en esta realidad. Todo esto puede deberse al uso del
método deductivo, desde el Amor y la Verdad enraizados en Dios y que aunque el
propio texto nos invita al diálogo razón - fe, a veces en lo concreto, cuesta hacerlo de
forma sencilla y cercana a quienes se sitúan desde posiciones no creyentes.
8.
En definitiva ¿por qué leerla y para qué?
Es verdad que se trata de un documento largo, denso, que aborda múltiples
cuestiones. Pero hay que reconocer que nos llega en un momento de la historia que nos
invita a replantearnos muchas cosas. Palabras como justicia, desarrollo, caridad,
política, solidaridad, fraternidad, amor… Nos invita a buscar y descubrir la Verdad para
dar contenido a todo ello, tratando así de encontrar respuestas que posibiliten crecer en
humanidad. Descubrir lo humano para ir construyendo un desarrollo al que podamos
calificar así. Acojamos la encíclica, leámosla detenidamente, sabiendo que tal vez no
responde a todas nuestras preguntas ni ofrece tampoco respuestas técnicas inmediatas,
pero si puede iluminar, orientar y aportar de criterios para el discernimiento y el
contraste en este momento histórico.
Para mayor profundización, algunos medios que nos pueden facilitar acercarnos
al propio texto:
- Índice temático realizado por J. Ignacio Calleja (anexo)
- J. Ignacio Calleja “Guía de lectura de la “Caritas in Veritate”: La cuestión social
como cuestión antropológica” que podemos encontrar en htt://www.instituto-socialleonxiii.org y que aparece publicada en Vida Nueva nº 2.679 del 17 al 23 de octubre de
2009
- L. González Carvajal “La fuerza del amor inteligente. Un comentario a la encíclica
“Caritas in Veritate”en Sal Terrae.
12 de noviembre de 2009
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