Medicina complementaria y medicina alternativa

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Medicina complementaria y medicina alternativa
Prof. Bartolomé Yankovic Nola
1
Abril, 2013
La llamada medicina complementaria agrupa una serie de prácticas vinculadas con
la salud, como la acupuntura y la apiterapia, y que pueden usarse de manera conjunta con
la medicina tradicional o convencional. Los detractores de la medicina complementaria
argumentan que no hay pruebas científicas que la sustenten. Para los más extremos, se
trata, simplemente, de una pérdida de tiempo y de dinero.
¿Y si se dan resultados positivos?
Dolencias como la depresión, el dolor del cuello,
suelen ceder frente a las terapias
complementarias, pero los detractores afirman
que estos resultados se explican por el efecto
placebo: el paciente cree estar mejor pese a
recibir un tratamiento que es inútil. Aun si así
fuere dicen sus defensores… ¡lo importante es
que el paciente se mejora!
La discusión sigue abierta. En países del
Asia las terapias como la acupuntura y la
meditación suelen mostrar eficacia en el tratamiento del dolor de cabeza, del cuello y del
estrés.
Entre las disciplinas complementarias figuran, acupuntura, quiropraxia, terapias
florales, apiterapia, entre otras. Ayudan a disminuir algunos síntomas de enfermedades.
Por ejemplo, aliviar molestias del cáncer relacionadas a la quimioterapia. Dentro de estas
prácticas se incluyen los masajes y la relajación, entre otras.
A menudo medicina complementaria y medicina alternativa se usan como
sinónimos, pero, en sentido estricto, no lo son. La homeopatía en tanto se use como
complemento de la medicina convencional, es medicina complementaria. Si la sustituye,
es decir, si el uso es alternativo, se clasifica como medicina alternativa.
La medicina alternativa, en resumen, se usa en lugar de la medicina convencional o
tradicional. Por ejemplo, una terapia alternativa es el empleo de una dieta especial para
el tratamiento del cáncer en lugar de la cirugía, la radiación o la quimioterapia
recomendados por un médico convencional. La homeopatía, en cuanto a seguir un
tratamiento diferente del tradicional para combatir determinada enfermedad o dolencia,
también es medicina alternativa. La naturopatía o medicina naturista, basada
fundamentalmente en el uso de ‘plantas medicinales’ prácticamente sin ningún tipo de
procesamiento, también es medicina alternativa. Este tipo de tratamiento no está avalado
por la ciencia; empero, productos naturales, como algunas yerbas, tienen efecto positivo.
Los llamados productos naturales de efecto curativo o preventivo, como los que se
promocionan, por ejemplo, en la televisión para combatir los dolores articulares, bajar de
peso, prevenir la osteoporosis, reducir el estrés, etc., por lo general no son reconocidos
por la ciencia médica. Si bien algunos de ellos se venden en farmacias… eso no significa
que sean medicamentos. Es del caso advertir que hay una gran diversidad de tiendas que
las expenden y que su compra no requiere de receta médica. El volumen de negocios de
estos productos va en aumento. La medicina tradicional, convencional, no avala este tipo
de productos, que, si bien pueden ser inocuos, no producen efectos terapéuticos
permanentes. Suelen producirse, además, una especie de ‘cadenas de recomendación’…
“tome usted potasio”, etc. Otro caso: el producto conocido como Noni que irrumpió en el
mercado chileno con publicidad hace algunos años. Sus detractores afirman que carece de
los efectos curativos que pregona y que su compra es un gasto inútil.
Es del caso advertir que el uso de la medicina alternativa para combatir
enfermedades como el cáncer, la hipertrofia prostática, la amigdalitis, problemas renales,
a la vesícula, etc., no muestra resultados positivos… mientras se dilata o posterga la
intervención médica convencional. Para la ciencia médica se trata de procedimientos
erróneos con resultados negativos que pudieron preverse consultando al médico
tradicional. Se pierde un tiempo de tratamiento que puede ser decisivo para la evolución
de la enfermedad y la vida del paciente.
Convivencia: unión de dos medicinas
En el Hospital Maquehue de Padres Las Casas,
Región de la Araucanía, se produce “la unión de las dos
medicinas”. Los tratamientos discurren por dos caminos:
la medicina tradicional con los medicamentos
convencionales de la farmacia, las yerbas ancestrales, la
comida de campo, y la atención más familiar de un recinto
pequeño.
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En el Hospital Maquehue la forma de atender a los enfermos es especial. No sólo
porque se habla el mismo idioma de los pacientes, sino porque hay un trato distinto. Tal
como se estila en la cultura mapuche, las personas primero tienen que conversar. El
paciente, su acompañante, el médico y la enfermera que por su origen mapuche hace las
veces de "puente cultural" y se dan unos instantes para conocerse. Después se ve la
enfermedad. Se trata de un caso de convivencia entre medicina tradicional y conceptos de
tratamiento propios de la cultura mapuche. En este caso particular la medicina mapuche
es complementaria.
Para saber más del Hospital Maquehue: http://bit.ly/VSU6wk
Las medicinas complementarias y alternativas en Chile
El Ministerio de Salud chileno engloba a las opciones complementaria y alternativa
bajo un concepto único, puntualizando que ‘de acuerdo a la realidad país, y siguiendo la
definición de la Colaboración Cochrane, se entiende como Medicinas Complementarias
/Alternativas (MCA) ”a un amplio dominio de recursos de sanación que incluye todos los
sistemas, modalidades, prácticas de salud, teorías y creencias que los acompañan,
diferentes a aquellas intrínsecas al sistema de salud políticamente dominante de una
sociedad particular en un período histórico dado’. En otros términos se trata de un variado
conjunto de teorías y prácticas diferentes, trasplantadas e insertas en una sociedad que
“tradicionalmente” no las ha practicado”. Las medicinas de nuestros pueblos originarios
(medicina tradicional), continúa el Ministerio de Salud, no entran en esta definición.
“Entre las MCA que se practican en el país están homeopatía, acupuntura,
naturopatía, quiropraxia, sintergética, terapias florales, apiterapia, etc. Otras prácticas
aparentemente menos complejas son el reiki, la aromaterapia, el quiromasaje, etc. Hoy
en día se asume que todas las medicinas trabajan en forma complementaria, por lo cual a
futuro se tiende a hablar de una “Medicina Integrativa”.
El Ministerio de Salud puntualiza que: “reconociendo el derecho ciudadano al
acceso libre e igualitario a la protección de la salud y la responsabilidad del Estado de velar
por la seguridad y calidad de los servicios que se ofrecen a la población. Por ello, el
Ministerio ha definido e implementado una serie de intervenciones dirigidas al
reconocimiento y regulación del ejercicio de estas prácticas no convencionales, con el
propósito de considerar la posible incorporación de alguna de ellas al sistema de salud.
En 2005 se dicta el Decreto Nº 42 que reglamenta el ejercicio de las prácticas médicas
alternativas (complementarias) como profesiones auxiliares de la salud y las condiciones
de los recintos en que estas se realizan. A partir de este reglamento marco, se ha evaluado
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y reconocido a la acupuntura (Decreto Nº 123/2008) y a la homeopatía (Decreto Nº
19/2010) como profesiones auxiliares de la salud y está en trámite el reconocimiento del
decreto que regula el ejercicio de la naturopatía. En este mismo sentido se estudia la
pertinencia de reconocer, o no, a las terapias florales y a las terapias manuales.
Como se ve, el Ministerio de Salud trata de regular y certificar determinadas
prácticas, considerando probablemente la protección de las personas evitando la
intromisión de charlatanes. Pero, también, se aleja de la concepción médica tradicional
convencional que rechaza a la mayoría de estas prácticas.
Además de los esfuerzos de los entes reguladores lo fundamental – en una
sociedad de libre comercio y libertad de emprendimiento - es la educación ciudadana.
Una formación científica básica, a nivel escolar, tiende a asegurar que – en lenguaje de
García Márquez – “las personas cultas ya no serán víctimas de los vendedores de pomada
de serpiente y otros ungüentos para sanar cualquier tipo de dolencias”. La información, el
conocimiento, son fundamentales. Y si familiarmente se dispone un médico de cabecera
de experiencia… mejor aún. Siempre será prudente consultarlo.
La “medicina integrativa” no incluye cualquier cosa… Hay casos concretos de
tratamientos alternativos revestidos de ‘aire científico’ administrados por médicos que
han discurrido por caminos distintos al tradicional. Sin descartar que en este ámbito
también hay profesionales serios, llamamos la atención sobre consultorios que usan y
abusan de términos y conceptos científicos que tienden a convencer al eventual
paciente: pH, ionización, equilibrio interno… y donde el factor negocio es prioritario, en
desmedro del paciente o cliente incauto, poco advertido.
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