a „in te rro g a r“ a ciudadanos a los que atribuían „actividades m arxístas“ , y m olestaba a parejas de novios que, según él, „atentaban contra la moral p ú b lica “ . Dos com isarios de policía del barcelonés de Gracia declararon que los encartados „habían realizado servicios junto con la fuerza de Orden Público en diferentes ocasiones“ . Cos­ ta Canals, que estaba en libertad a pesar de haber sido condenado en aquella ocasión a seis meses y un día de prisión, ha vuelto a ser detenido en unión de José Roca Capaces y Ernesto Mila Rodriguez como presun­ tos autores del atentado contra el cine Balmes de Barcelona con el consi­ guiente peligro de causar víctimas, por tratarse de un lugar de gran con­ currencia. Desde las noticias de la detención, nada más se ha sabido del asunto. Misión cumplida El régimen no puede ser más duro con estos elementos, pues de tal palo tal astilla. ¿Cómo juzgar por terrorista a quien solamente pone en práctica las consignas lanzadas por representantes del M ovim iento, como Blas Piñar, Consejero Nacional? Las bestiales actitudes de los discí­ pulos del „g lo rio s o “ M ovim iento tienen un valor más allá de lo anecdótico, en contra de lo que opinan aquellos que intentan ahora olvidar el carácter fascista del régimen de Franco y ce rti­ ficarle talantes aperturistas. Ponen de m anifiesto una m entalidad como la del teniente del Ejército imperial jap o ­ nés Híroo Onoda, que continuaba en la selva filipina la guerra a título per­ sonal, porque su capitán no le había com unicado que la guerra ya había term inado. Lo que es peor, en este caso, el capitán de estos fanáticos „g u e rrille ro s", el inefable don Blas, sigue difundiendo el santo y sepa de que „la guerra no ha te rm ina do “ . Estos tarados mentales, entre los que, por ejemplo, también cabe inclu ir al d irector de ese colegio de jesuítas de Barcelona, que rechazó el Ingreso de un niño por considerar que su padre era „com un ista" y por ser hermano el niño del anarquista José Luis Pons Llobet, viven con el poco seso defor­ mado por la constante propaganda del régimen franquista que desde sus co­ mienzos se propuso divid ir a la nación en buenos y malos españoles, siendo naturalm ente los buenos los que acla­ man a Franco, y los malos aquellos es­ pañoles que no se dejan contam inar por el peculiar fascism o celtib érico y se niegan a com ulgar con el 18 de Julio. 18 Bandos contrarios De los terroristas del cine Balmes de­ cía su abogado defensor: „Eran con­ secuentes con la form ación que se les había dado, prim ero en el Frente de Juventudes, y en la Guardia de Franco, después." Y el d irector del colegio de marras contestaba, por su parte, a la pregunta del juez de por qué consideraba com unista ai padre del niño rechazado: „C uando alguien ataca a una institución por el solo hecho de atacarla, se está en el ban­ do contrario y los que están en el bando contrario son com unistas.“ El gobierno de Arias Navarro, si se toma en serio la apertura, y sucesivos gobiernos, si continúan el proceso de superación del sistema fascista espa­ ñol, tendrán que hacer grandes es­ fuerzos para barrer toda la escoria mental descargada sobre las cabezas de muchos españoles por el régimen en sus 35 años de existencia. La tarea no será fácil, por supuesto. Han sido muchos años de mentiras, de lavados de cerebro, de impunidad para agre­ d ir a los „ro jo s “ , de mano libre para im poner a los demás los propios pun­ tos de vista políticos, a veces aberran­ tes; en suma, para que un vasto sec­ to r de la sociedad española se crea el amo absoluto del país y el custodio de sus valores, para que a los em bo­ tados por la propaganda fascista se les pueda hacer ver las cosas con sensatez, y para que se pueda meter en cintura con buenas razones a los cavernícolas exaltados. ¡Qué solos se quedan los fascistas! Con ju sticia puede hacérse la acusa­ ción de no haber sabido ni querido co ncilar a todos los españoles. La tan cacareada unidad de España ha sido tan sólo el apretón del yugo impuesto al pueblo español, y la sangre derram ada en España por esa pretendida unidad, solam ente ha sido un falaz pretexto para afianzar el poder personal del d ictad or y de su clan. El régimen de Franco ha ahondado, y m ientras dure seguirá ahondando, los odios entre los espa­ ñoles, fom entando un fanatism o maniqueo y un reaccíonarism o patológico. Program ados desde su juventud para la violencia, la intransigencia el te rro r contra los disidentes, las criaturas del régimen no alcanzan a com prender que el sistema tenga que distanciarse por motivos de táctica impuestos por las circunstancias actuales, de los métodos y slogans fascistas que a ellos les inculcaron. Tam poco se aperciben de que la sociedad espa­ ñola no está ya ni paralizada de miedo por la represión ni totalm ente inerme ante los ataques y arbitrariedades de los que se autoproclam an „salvadores de la p atria “ . Con sus „G iro n e s“ , „R ebulles", y „P iña re s“ se han que­ dado solos en la selva. ■ Manuel Moral EXPRÉS ESPAÑOL / Septiem bre 1974