LA UNIVERSIDAD LCI BOGOTÁ COMPROMETIDA CON EL CENTRO DE MEMORIA, PAZ Y RECONCILIACIÓN Y CON SEMILLAS DE PAZ Los estudiantes de la facultad de Gastronomía y Gestión de Restaurantes de LCI BOGOTÁ, los docentes y su directora académica, Natalia Vila Carvajal, fueron los encargados de rendir un sentido homenaje a las victimas, investigando la cultura gastronómica de las distintas regiones de Colombia, sus productos, técnicas culinarias y platos más representativos, además de los actos violentos que han dejado cicatrices en sus pobladores. Fue así como LCI BOGOTÁ, con los resultados de su investigación, participó del Festival Gastronómico, Sembrando Memoria y Dignidad, rindiendo un tributo a los niños del Tolima reclutados en los diferentes grupos armados al margen de la ley, a los secuestrados de La María en Cali, a las víctimas de Magnicidios ocurridos en Cundinamarca, a líderes agrarios de Boyacá y al pueblo de El Salado, dando a degustar sus creaciones gastronómicas, y exponiendo los contrastes de estas regiones en una emotiva charla con los asistentes al evento. -Tolima: Reclutamiento de niños y niñas. El Tolima estaría entre los primeros cinco departamentos que ha tenido mayor reclutamiento de menores para actividades delictivas. Aunque las bandas criminales también serían reclutadores de menores, la guerrilla de las Farc continúa como el grupo armado ilegal que más incorpora a niños, niñas y adolescentes a sus filas en el departamento. En el Tolima el flagelo se ve más evidente al sur, principalmente en municipios como Planadas y Rioblanco; en el departamento se han desvinculado en los últimos años cerca de 200 menores, quienes un 30 por ciento representan niñas y un 70 por ciento niños, los cuales habrían ingresado entre los 11 y 13 años de edad. De 28 mil adultos desmovilizados en el país, se asegura que la mitad fueron reclutados cuando eran menores. -Valle del Cauca: Secuestro La María. El 30 de mayo de 1999 a las 10:00 AM hombres armados y vestidos de camuflado militar interrumpieron una celebración religiosa católica que se estaba llevando a cabo en la iglesia LA MARIA del barrio Ciudad Jardín de la ciudad de Cali. Los hombres entraron gritando que afuera había un carro bomba, que todos debían evacuar inmediatamente, se identificaron inicialmente como integrantes del Gaula (unidad anti secuestro del gobierno). Al salir, 285 feligreses, entre ellos ancianos, niños y el cura Humberto Cadavid, fueron conducidas hacia dos camiones. Uno de los guardaespaldas notó que no eran de la fuerza pública y trato de llamar a pedir ayuda, pero le cortaron la garganta con una puñalada y murió. Se registraron combates entre miembros del ELN contra fuerzas del ejército y la policía en el momento en que cubrían la retirada de quienes se llevaban a los secuestrados. Entre los rehenes había un ciudadano colombo-sueco, empresarios y personas influyentes de la sociedad local. Los camiones llenos de secuestrados tomaron rumbo hacia el sur, en dirección a la cabecera municipal de Jamundí, hasta llegar al corregimiento San Vicente. Aproximadamente cuatro horas después de llevarlos por caminos sin asfaltar, los bajaron en una zona montañosa de los Farallones de Cali y los hicieron caminar. Hacia las 3:00 PM los guerrilleros les informaron que se trataba de un secuestro político. Mientras tanto, el comandante del Ejército de Colombia, General Jorge Mora Rangel, afirmaba que los secuestrados habían sido encontrados en varias locaciones de la carretera; Primero se encontró un grupo de 34, luego se encontró un segundo grupo de 9 y, debido a la presión que el Ejército estaba ejerciendo sobre los secuestradores, se liberaron a otras 31 personas. En medio de la persecución del Ejército y la Policía, fueron liberadas cerca de 200 personas. -Boyacá: Paro agrario liderado por campesinos. El Paro Nacional Agrario tuvo como principales representantes al sector de campesinos y al gobierno de Colombia. La realidad se hizo evidente, a finales del mes de junio, con un cese de actividades a modo de protesta por parte de los campesinos, se debió inicialmente a una serie de diferencias en el sector agrario sobre los costos de insumos agrícolas, los precios de compra de productos para su exportación que no benefician al sector agrario colombiano, la prohibición por parte del gobierno nacional sobre el uso de semillas nacionales para los cultivos a cambio de la compra de semillas extranjeras especialmente las venidas de Estados Unidos, según lo contemplado en el Tratado de Libre Comercio (TLC)que se hizo con dicha nación, dejando como resultado al menos 8 muertes, más de cuatrocientos heridos, al menos 512 detenidos y múltiples casos de violaciones a los derechos humanos, detenciones arbitrarias y desaparecidos. El día lunes 19 de agosto de 2013, día en que inició el paro nacional, cuenta con la participación de las principales organizaciones campesinas, los mineros artesanales, los transportadores, los trabajadores de la salud y de la educación, los estudiantes, y con el respaldo de las centrales sindicales y de las organizaciones populares. En el paro participan en forma destacada los sectores cafeteros arroceros, paneleros, paperos, cacaoteros, productores de leche y de algodón, así como los ganaderos, junto a los sectores de la salud, los camioneros y los mineros artesanales. En Colombia, 14 millones de campesinos viven en la pobreza, y más de un millón de familias campesinas carecen de tierras. En las movilizaciones se expresa además la protesta contra la privatización de los servicios de salud y de educación. Se pidió llegar a un acuerdo con el gobierno por medio del diálogo, debido a que sus actividades se veían afectadas por el Tratado de Libre Comercio firmado en ese país, donde no se les permitía a los campesinos usar semillas de sus propios cultivos, pues debía conseguir las que vendían las multinacionales norteamericanas, que eran tratadas y de un solo uso. Esto afectó a la zona campesina y sus cultivos. El paro siguió extendiéndose sin recibir apoyo alguno del gobierno ni de los medios de comunicación. También hubo casos de abuso por parte de las autoridades del país. Ya para finales de agosto se han unido todos los campesinos del país y varios ciudadanos a las protestas. En las ciudades principales, los habitantes salieron a marchar apoyando al campesinado y las ruanas y sombreros fueron los símbolos de apoyo que se observaron por todo el país. -Caribe: Masacre de El Salado. La acción criminal consistió en torturar, degollar, decapitar y violar a un número aún sin determinar de campesinos indefensos, entre ellos una niña de seis años y una mujer de 65 en la población colombiana de El Salado, Bolívar, entre el 16 y el 19 de febrero del año 2000. En un principio se habló de entre 30 y 60 personas asesinadas, pero en junio de 2008, la Fiscalía determinó que fueron más de 100 víctimas fatales, asegurando que podía haber sido la matanza más grande de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en toda su historia. La matanza fue perpetrada por al menos 450 hombres pertenecientes al Bloque sur del grupo paramilitar que además destrozaron las casas y el comercio de la población. 14 de los cadáveres fueron hallados en cuatro fosas comunes en un lote del municipio de El Salado después de ser torturados y degollados en la iglesia del pueblo, otros fueron masacrados en una mesa ubicada en la cancha de futbol del lugar. Según testigos, los paramilitares desmembraban y torturaban a los pobladores con motosierras, destornilladores, piedras y maderos mientras bebían licor saqueado de las tiendas, violaban mujeres, jugaban fútbol con las cabezas de los decapitados, ahorcaban jóvenes, apaleaban ancianos y mujeres embarazadas mientras escuchaban música a alto volumen. La masacre provocó el desplazamiento de al menos 280 personas entre hombres, mujeres y niños. -Cundinamarca: Magnicidios de líderes políticos. Una convulsionada Colombia los despidió con dolor. Sus asesinados dejaron al país en medio de una crisis política y social. Ellos fueron políticos, periodistas y religiosos que persisten en la memoria de los colombianos. Tras sus magnicidios estuvieron diferentes actores armados, desde capos del narcotráfico y paramilitares hasta la guerrilla y políticos corruptos. Sus acciones, que se convirtieron en un legado, se consideran un foco a seguir para las nuevas generaciones. 1948 Jorge Eliécer Gaitán 1984 Rodrigo Lara Bonilla 1986 Guillermo Cano 1989 Luis Carlos Galán Sarmiento 1990 Carlos Pizarro 1995 Álvaro Gómez Hurtado 1999 Jaime Garzón