Introducción Durante años hemos buscado interpretar desde

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MONOGRAFÍA: TRABAJO FINAL – CAPACITACION DOCENTE EN NEUROCIENCIAS
Cerebro, Cambio y Libertad – Una perspectiva desde las Neurociencias
Autor: Sebastián García Burgos
Introducción
Durante años hemos buscado interpretar desde distintas disciplinas las dificultades que
enfrentamos como seres humanos para abordar procesos de cambio ya sea este en el
ámbito personal o en el ámbito de las organizaciones humanas. Este interés por entender
y explicar este fenómeno comúnmente llamado “la resistencia al cambio” ha sido
abordado desde distintas perspectivas y desde mi punto de vista poco se ha tenido en
cuenta la incidencia de nuestra configuración biológica en este aspecto. Es por ello que
mediante este trabajo pretendo ampliar nuestra concepción de este fenómeno desde el
aporte que realizan las neurociencias respecto de la participación de nuestra estructura
biológica cerebral en el aprendizaje, desaprendizaje y las posibilidades que nos ofrece
para nuestra propia modelación personal.
Aprendizaje y Cambio
El filósofo Griego Heráclito fue quien dijo “Lo único que permanece constante es el
cambio”. Si nos ponemos a observar permanentemente estamos cambiando, nuestras
configuraciones celulares, nuestras emociones, nuestras conversaciones y nuestro medio
ambiente permanentemente nos gatilla estímulos que nos llevan a Cambiar. El reconocido
biólogo chileno Humberto Maturana definen a la inteligencia como la capacidad que
posee cualquier ser vivo de adaptarse a los cambios del medio ambiente de manera que
aseguren su supervivencia. Como seres de la naturaleza no escapamos a este desafío, día
a día la vida nos desafía a adaptarnos a lo nuevo. Esta adaptación ocurre mediante una de
las capacidades más importantes que poseemos las especies y es la capacidad de
“Aprender”. El aprendizaje es una constante en el vivir y nuestra disposición al aprendizaje
determina considerablemente nuestra relación con la incertidumbre.
Cuando aprendemos suceden modificaciones en la interacción celular de nuestro cerebro
y entender cómo ocurren estas interacciones nos permite operar de manera más efectiva
a la hora de aprender. En neurosicoeducación se utiliza para comprender y estudiar al ser
humano una dinámica denominada unidad cuerpo-cerebro-mente (UCCM) que constituye
una unidad indivisible donde cada componente de esa unidad se relacionan entre sí
permanentemente. A su vez esta unidad interactúa permanentemente con un medio
ambiente que presenta diferentes estímulos y a su vez recibe los estímulos de esta
unidad.
Es de suma importancia para la UCCM el aprendizaje ya que el objetivo primordial de esta
unidad es asegurar la Supervivencia de la especie y es el aprendizaje el que permite
recursivamente que cada vez se mejore el operar del sistema en post de este objetivo.
¿Qué es el aprendizaje?
El aprendizaje desde esta perspectiva es cualquier variación en las conexiones sinápticas
que produzcan cambios en el pensamiento y comportamiento. Las modificaciones pueden
generarse a través de la información teórica, de la práctica o de las experiencias de vida.
Es decir que estamos aprendiendo permanentemente cuando conversamos con otros,
cuando nos informamos, cuando hacemos algo que no podíamos hacer antes, cuando nos
encontramos con situaciones nuevas que requieren de un modo diferente de hacer, etc.
Cuando nos referimos a conexiones sinápticas nos referimos a las conexiones que realizan
las células de las cuales está compuesto el sistema nervioso. El sistema nervioso se
encuentra compuesto por células llamadas neuronas, se han denominado así por su
peculiar forma (poseen extrañas morfologías y facinantes geometrías), las propiedades
que poseen (capacidad de trasmitir señales eléctricas generadas por sí mismas y
retrasmitir señales eléctricas generadas por otras neuronas) y la forma en que reaccionan
ante ciertos estímulos (se ponen en actividad cuando algo nuevo o distinto las estimula).
Cuando dos neuronas se conectan entre sí se
produce lo que se denomina sinapsis. Todo lo
que representamos como personas se encuentra
esculpido en una inmensa telaraña formada por
aproximadamente 100.000 millones de neuronas
conectadas cada una de ellas con otras 10.000
formando así un total de 1000 billones de
posibles conexiones neurales.
Estas redes se denominan redes hebbianas, cada vez que nosotros realizamos un nuevo
aprendizaje se produce una conexión neural genrando cambios bioquímicos entre sí , si las
acciones se repiten o refuerzan la red crece y así es que estas redes se potencian
generando un camino o recorrido que ante el mismo estímulo hace que operemos de la
misma manera. A su vez si dejamos de utilizar la red o comenzamos a responder de otra
manera ante el estímulo la red se deprecia perdiendo fuerza. Esto de alguna manera sería
un fundamento para el proverbio chino: “El aprendizaje es como remar contra la
corriente: cuando no se avanza, se retrocede”. También es el fundamento biológico a lo
que en el mundo organizacional se ha denominado la Reactividad y la Proactividad que
veremos a continuación.
Libertad y Conciencia
Cuando nosotros operamos sin analizar lo que estamos haciendo, lo que llamamos
vulgarmente operar en “piloto automático” es de alguna manera operar desde la
reactividad, es decir que ante un estímulo respondemos de la manera qu e nuestra UCCM
aprendió a responder dadas las redes hebbianas que hemos construido ya sea por nuestra
genética o por nuestra historia de vida. Si observamos la evolución de nuestra UCCM
podemos distinguir tres tipos de redes que las relacionaremos para simplificar su
comprensión con tres tipos de sistemas: las llamados redes instintivas, las redes
emocionales y las redes cognitivas ejecutivas (Neocortex). Cada una de estas redes se
desarrolló por
encima de su predecesora. Nuestro
cerebro es el mismo de hace
150.000 años atrás preparado para
responder a los desafíos que
presentaba la vida en aquellos
tiempos. Es por ello que responder
ante los estímulos como lo
habríamos hecho en la prehistoria
en tiempos actuales a veces no da
los mejores resultados. El sistema
instintivo está preparado para guiar
la supervivencia en casos que juzga de peligro extremo, es por ello que las respuestas
automáticas son ataque o huida. Una de sus funciones es el demarcado del territorio, la
jerarquía, sexualidad y resistencia al cambio. Aspectos que muchas veces en nuestro
convivir en la actualidad debemos aprender a trascender para poder interactuar, trabajar
en equipo, innovar y crecer como comunidad.
Por otro lado el sistema emocional (límbico) tiene como función memor izar
nuevas respuestas para poder utilizarlas en situaciones futuras semejantes. Es por ello que
memoriza en dos tipos de archivos, un archivo para las experiencias Dolorosas y otro para
las experiencias Placenteras. Ante las experiencias dolorosas interviene una zona del
cerebro denominada la amígdala que si considera que un estímulo es peligroso para la
supervivencia pone en alerta a otra zona denominada hipotálamo para que prepare el
cuerpo para enfrentar el peligro. Es así que se produce una modificación en todo la
fisiología corporal en tan sólo 125 milisegundos para responder de manera automática .
Cuando estos estímulos son juzgados a favor de la supervivencia interviene otra zona del
cerebro denominada nucleo de accumbens quien prepara al cuerpo con los archivos de
placer. De alguna manera estas respuestas son plenamente favorables si nos encontramos
en situaciones límites donde debemos responder rápidamente sin realizar mucha
evaluación, no obstante ello en el mundo que vivimos hoy son cada vez menores las
situaciones límite que requieren de este tipo de respuesta, incluso en situaciones límite
como un asalto a veces resulta contraproducente atacar o enfrentar al agresor dado que
las consecuencias pasan a ser negativas.
Cuando nosotros respondemos de manera automática ante los estímulos no tenemos
posibilidad de elección y cuando los seres humanos no tenemos posibilidad de elección
perdemos nuestra libertad. Es decir que pasamos a ser víctimas de los estímulos. Es decir
cuando alquien me dice algo que no quiero escuchar y respondo automáticamente por
ejemplo desde el enojo, posiblemente sienta que esa persona me terminó arruinando el
día. Por lo tanto pierdo poder de acción sobre mi mismo y dejo el poder en los estímulos.
Dicho de otro modo termino siendo preso de mi propia red hebbiana, esto es lo que se
denomina la reactividad.
La libertad implica tener posibilidad de elección de respuesta ante un determinado
estímulo, de ahí la frase “Nadie puede herirte sin tu consentimiento” y esto es lo que hoy
se llama la Proactividad. La proactividad es lo opuesto a la reactividad, ser proactivo
implica elegir la manera de responder y ser responsable de las consecuencias de esas
elecciones. La Proactividad sólo es posible gracias a las funciones que nos ofrecen las
redes cognitivas ejecutivas (neocortex) y se encuentran localizadas en un área del cerebro
denominada Lóbulos Prefrontales. Esta es el
área que nos hace realmente humanos y nos
diferencia de otras especies, es el espacio
donde habita la conciencia. Ser consciente
Lóbulos
Prefrontale
implica “darnos cuenta de lo que estamos
s
haciendo mientras lo estamos haciendo”, esto
es lo que nos permite realizar lo que se denomina neuroplasticidad, que implica
remodelar redes hebbianas, suprimir viejas redes que no tienen sentido para nosotros y
crear nuevas redes que esten acorde a lo que queremos. Esto permite nuestra propia
modelación emocional y diseño de personas coherentes con nuestros valores.
No obstante esto debemos comprender que el funcionamiento de nuestros lóbulos
prefrontales se encuentra condicionado a nuestra capacidad de atención y especialmente
a lo que se denomina atención ejecutiva. La atención ejecutiva contribuye a que podamos
mantener nuestra UCCM enfocada en los procesos de comportamiento dirigido a metas,
incluyendo las acciones planificadas, la anticipación de las consecuencias, el
mantenimiento de un propósito o comportamiento, así como la posibilidad de modificarlo
y el usar las metas como base para elegir qué aspectos del ambiente antender y qué
acción va a seleccionar. El mantenernos conscientes frente a la presión de los instintos y
emociones requiere de un gasto energético elevado. Es por ello que si en el día tenemos
muchas situaciones que exigen su aplicación, es natural que nos cueste e incluso no
logremos actuar calmos en circunstancias que lo requieran.
Estudios llevados a cabo por científicos demostraron esto a partir de escanear a través de
resonancias magnéticas funcionales los cerebros de un cierto número de voluntarios
mientras llevaban a cabo tareas de autocontrol. En dicho estudio pudieron observar que
cuando las personas se encontraban cansadas o sumergidas en mucha exigencia, las zonas
responsables del autocontrol (corteza prefrontal dorsolateral) tenían menor actividad, lo
que es sinónimo de menor capacidad de control. Para los investigadores, la capacidad de
autocontrol debería ser comparada con una piscina que se puede vaciar por el uso y
volverse a llenar cuando estamos en ambiente sin excesivos conflictos, lejos de
“tentaciones o conflictos que lo desgastan”.
Este estudio es muy importante para lograr aceptar que nos resultará más difícil sostener
nuestra atención y control cuando sabemos que hemos estado bajo presiones intensas e
intervenir con actividades que nos conecten con la calma para volver a centrarnos.
Conclusión
Como conclusión en este trabajo podríamos decir que el Cambio de aquellas conductas
que juzgamos como no favorables para nosotros es posible a través de la Neuroplasticidad
Consciente, es decir que sólo a través de la Autoconciencia es que podemos intervenir
modificando, suprimiendo o creando redes hebbianas. Nuestra genética posee una
participación importante en estas conductas, especialemente las instintivas, no obstante
ello el mayor porcentaje de intervención en el proyecto de Seres Humanos que queremos
ser está a cargo nuestro. En la medida que sómos más conscientes de nosotros mismos
más libertad tenemos para elegir cómo responder ante las situaciones que nos presenta la
complejidad del mundo de hoy, no obstante ello debemos entender y comprender
compasivamente nuestra estructura biológica para aceptar los límites que ella nos
propone.
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