LA ROÑUELA: UN YACIMIENTO DEL PALEOLITICO MEDIO EN BRIHUEGA, GUADALAJARA. Amparo A/decoa Rosa Mª Barroso Rodo/fo Aguado l. EL YACIMIENTO. La Roñuela, nombre con el que se conoce el paraje por la denominación de una ermita cercana, corresponde a un enclave en llano, en un primer nivel de terraza de la margen izquierda del río Tajuña, uno de los principales cursos fluviales que serpentean la provincia antes de su desembocadura en el Jarama. El yacimiento está situado a unos 900 m. s.n.m y a unos 600 m. de distancia del cauce fluvial que recibe también en este punto las aguas de un pequeño arroyo, el de los Montecillos. El cauce medio del Tajuña, dentro de la Alcarria. esta formado por tien'as rojizas. arcillas y margas miocénicas cubiertas por depóstios cuaternarios. Nuestro área de interés corresponde en su mayor parte a terrenos de labor y monte bajo. con una cierta pendiente. en cuya zona más elevada, no afectada, aparecen numerosos atloramientos de silex. Fueron precisamente las actividades de roturación las que dejaron al descubierto el materi al que aquí recogemos, un hallazgo casual de uno de los firmantes. Su dispersión delimita una zona de unos 400 m 2 • Su situación más exacta corresponde al Km. 22 de la carretera comarcal 201 que une las localidades de Cifuentes y Brihuega perteneciendo al término municipal de ésta última. El acceso se realiza por un camino particular. Arqueológicamente el ámbito medio del Tajuña no ha ofrecido hasta el momento muchos yacimientos, posiblemente porque no se han realizado suficientes prospecciones, pues su valle presenta buenas condiciones de habitabilidad con terrenos fértiles y bien irrigados. Ha habido una ausencia total de excavaciones tratándose de hallazgos de superficie o colecciones particulares y la ausencia es igual de rotunda cuando hablamos de poblamiento paleolítico documentado hasta el momento (ABASCAL PALAZÓN, J.M., 1982: 81-83). 11. ESTUDIO DEL MATERIAL ARQUEOLÓGICO. La prospección del lugar determinó la existencia, únicamente. de material lítico tallado recogiéndose una muestra de 220 piezas que a continuación pasamos a analizar. En primer lugar por lo que respecta a la materia prima. el grueso del material lítico encontrado está realizado en silex. que como pudimos comprobar abunda en los alrededores del yacimiento en atloramientos de cierta extensión. No hay piezas de cuarcita aunque ésta está también presente en la zona. 51 Podemos distinguir al menos cuatro tipos de sílex. El más abundante es el ocupado por las Iiditas densas, sílex grisáceos (claros y oscuros), representados en 191 piezas (85,8 %). Le sigue, aunque ya mucho menos representado, un sílex de grano grueso, la caliza silificada, con 26 piezas (11,6 %) . El tercer y cuarto tipos están escasamente representados . Se trata de un silex tabular veteado, con tres piezas (1 ,3 %), y los jaspes y las calcedonias, presentes con sus vivos colores violáceos, marrones y rojizos, con otras tres piezas (1,3 %). En las piezas estudiadas no se aprecian grandes alteraciones, apareciendo tan sólo 6 desilificadas y otras dos con otros tipos de alteraciones. como es el aporcelanado y el cuarteado. Sin embargo, es de destacar que el estado actual de la muestra presenta un aspecto muy fresco, con filos aún muy cort antes y sin muestras de redondeamiento en sus aristas. El soporte de esta industria está ocupado mayoritariamente por la lasca con un 67,68 %, aunque es de destacar la importancia que llegan a alcanza los núcleos, un número inusual en muestras tan pequeñas como la que estamos presentando, con un 25,37 % del total. Las piezas realizadas sobre soporte laminar son bastante escasas, un 2,35 % (Fig. 3 na 1), siendo éste muy espeso, como ocurre también en la mayor parte de las lascas. Por último, aparecen restos de talla en una proporción de 4,2 % Yun llaneo de núcleo, con un 0,4 % del total. TABLA l , -____________________________________~ TIPOS DE SOPORTE Lasca Hoja Núcleo Chunk Debris Astilla Lasquita de talla Producto de acondicionamiento Flanco de núcleo 107 5 47 17 34 9 Como accidentes de talla contamos con la presencia de tres lascas sobrepasadas y de una renejada, además de una lasca Jano. TABLA 2 Primer orden Gajo de naranja Menos de 1/3 De 1/3 a 2/3 Sin córtex 52 PRESENCIA DE CÓRTEX Lascas Hoja Núcleo 5-4,8% 0-0% Con córtex 17-36% 4-3,8 % 1-20% Sin córtex 30-64 % 38-37,4 % O-O % 11·10,7% 1·20% 44·43,3 % 3·60 % Chunk 10-59 % 7-41 % Debris 1-11,2 % 8-88,8 % Las fracturas más corrientes en las lascas son las producidas por flexión, en un 50% de las piezas fracturadas. Tan sólo en siete de ellas encontramos fracturas por percusión (22 %) Y en 9 de los casos (28%) no podemos determinar la causa de esta fractura. En el resto de las piezas las fracturas se reparten en gran medida con el mismo porcentaje. No abundan las piezas de gran tamaño, siendo dignas de mención varias lascas de unos 10 cm. (Fig. 8 n° 22) a 15 cm. de longitud máxima. como también ocurre con los núcleos y fragmentos de núcleo, excepción hecha en el caso de los chunks, cuyas dimensiones son notablemente mayores. El tipo de retoque más abundante en las piezas es el plano, seguido muy de cerca por el abrupto y en menor medida por el simple. Estos retoques. salvo en los útiles que caracterizaremos como tales. no suelen alterar grandes proporciones del filo de las piezas y no afectan a todo él, así como no encontramos la presencia de ningún retoque invasor, predominando el marginal y el profundo. Los tipos de talones más abundantes son los lisos, siendo importante la proporción de las piezas donde alguna fractura los ha hecho desaparecer total o parcialmente. El resto de los talones apenas tienen una representación marcada (Tabla 3). TABLA 3 Cortical Liso Diedro Facetado Sin talón Suprimido Roto TALONES Lascas 11-10,8 43-42,14 1-0,98 2-1,96 27-26,5 2-1,96 16-15,68 % % % % % % % Hojas 2-40 % 1-20 % O-O % O-O % O-O % 1-20 % 1-20 % Tipológicamente son pocos los útiles que hemos podido identificar. Contamos con un 54,5 % de lascas sin retocar, por un 45,5 % de lascas retocadas. Dentro de las piezas retocadas encontramos la presencia de tan sólo 28 útiles entre los que aparecen 4 buriles, 3 raspadores, 2 lascas truncadas, 6 denticulados (Fig. 6), 1 raedera, l perforador, 4 muescas (Fig. 7), 2 raclettes y 2 cuchillos de dorso. El resto de las piezas con retoque no pueden incluirse en ninguno de los tipos concretos definidos por Bordes (1979), por lo que las hemos clasificado como lascas retocadas ( Fig. 8). Así pues los buriles suponen un 14,2 % de los útiles presentes en la muestra, dos de ángulo, uno sobre rotura, y el último sobre lámina retocada. Los raspadores, el 10,7 %, estando realizados dos sobre lasca y uno sobre lámina, cuneiforme y en espolón simple los primeros, y el último es un raspador de bordes paralelos. La única raedera encontrada es simple recta. Finalmente, y como aspecto más significativo del conjunto, hay que señalar la utilización repetida de la técnica levallois para la confección de 31 núcleos (Fig. 4 y 5) de los tradicionalmente conocidos como de "caparazón de tortuga" y una única lasca (Fig. 53 3 n° 2), lo que nos permite plantear la inclusión de esta industria en el Paleolítico Medio. III. VALORACIÓN DEL YACIMIENTO: Nuestra información parte de una prospección, la recogida de materiales puestos al descubierto por las labores agrícolas, y como tal, sin un contexto estratigráfico, sus resultados deben ser considerados provisionales y susceptibles de ser modificados. Incluso reconocemos que la información derivada de los restos materiales localizados es escasa, pero esto no resta importancia al hallazgo. Recordemos que el conocimiento del Paleolítico Medio en el interior peninsular ha estado condicionado hasta momentos muy recientes por dos grandes eventos, una geología adversa y la falta de prospecciones sistemáticas, a los que se une una gran reticencia del ámbito científico al reconocimiento de una ocupación humana del espacio meseteño en esta época. El yacimiento que aquí recogemos es una nueva muestra de la existencia de un nuevo enclave en esta época pleistocénica, y en una zona, la meseta, en la que en los últimos años se han venido documentando nuevos hallazgos (SANTONJA, M., et alii, 1977 ; 1977b; ADAN, G., et alii 1995; ALCOLEA, J., et alii e.p.) que si bien aún suponen un panorama algo parco para valorar las actividades del hombre paleolítico, al menos vienen conformando un cuadro cada vez menos desalentador y con grandes perspectivas de futuro. No podemos afirmar si los restos de La Roñuela estudiados proceden de una ocupación larga del terreno o, por el contrario, son consecuencia de una utilización recurrente del mismo, pero podemos afirmar que la concentración de material es abundante, y que desde el punto de vista tecnotipológico la industria parece bastante homogénea. Del mismo modo el elevado número de núcleos, así como la existencia de abundantes restos de talla y lascas de descortezado permite plantear la interpretación del yacimiento como taller, un tipo de yacimientos al aire libre relacionados con un actividad especializada, como puede ser la extracción de materia prima para la elaboración de útiles. En este caso conviene recodar la abundante presencia de silex en la zona inmediata al yacimiento. Como ya se ha apuntado al hablar de la probable adscripción del conjunto al Paleolítico Medio. la técnica Ievallois tan sólo ha sido utilizada en la confección de núcleos, teniendo sólo una única muestra de lasca levallois, muy poco representativa. Aún así esto no es de extrañar pues pudieramos encontramos ante un taller donde la talla de núcleos para la extracción de lascas levallois lleva asociada la presencia mayoritaria de restos de talla no levallois . Además como ya resaltó en su día G . Vega, en los conjuntos peninsulares esta técnica ocupa un segundo puesto en su industria (VEGA TOSCANO, G., 1983 : 127). Por último en un intento de valorar el yacimiento dentro del marco provincial está claro que la provincia de Guadalajara tiene mucho que decir al respecto y las labores de prospección realizadas en los últimos años así lo han puesto de manifiesto. Se han documentado siete yacimientos, con materiales acordes con los que aquí presentamos, del Paleolítico Medio. Cinco se sitúan en la zona Oeste, en especial en el Alto Valle del Jarama, Valdesotos, y otros dos en el Ducado de Medinaceli, la cueva de Los Casares y la del Arce (I3ALI3ÍN, R., VALIENTE, J., 1995: 14-15), sin que falten noticias en otros 54 ámbitos más meridionales de la provincia como La Olmedilla en Sacedón (CUADRADO, E., GILES. F., 1970: 163-172). En la primera de las zonas mencionadas. el Alto Valle del Jarama. destaca el yacimiento de Jarama VI. Un abrigo rocoso, de gran riqueza arqueológica, cuya ingente cantidad de industria, adscrita al Paleolítico Medio, puede servirnos como referente para la de Brihuega, puesto que también se ha observado la presencia de la técnica levallois para la confección de ciertos útiles. Parte de la cueva ha sido utilizada como taller, como estaría representando la presencia de restos que muestran toda la cadena operativa lítica (elevada presencia de núcleos, restos de talla y lascas de descortezado) (ADAN, G., et alii 1995: 111-124). Parte de los materiales del yacimiento de Jarama 1 han sido atribuidos por M.A. Garcia Valero al Paleolítico Medio (GARCÍA VALERO, M.A., 1995: 146), basándose en el tamaño medio de los núcleos, la presencia de un núcleo levallois y la morfología general de las piezas, algunas de las cuales encierran, según el mismo autor, gran similitud con materiales de la vecina cueva de Jarama VI. Su nivel 2 se situaría al final del interestadio Würm Il-llI (interestadio Les Cottes) yel I a inicios del Würm 1lI, lo que estaría mostrando la presencia tardía de grupos humanos del Paleolítico Medio en la Meseta (GARCÍA VALERO, M.A., 1995: 149). Es interesante destacar también el abrigo de Peña Cabra, Muriel, recientemente excavado, donde se han localizado dos niveles, presumiblemente en posición primaria, con restos líticos y óseos atribuidos al Paleolítico Medio por sus investigadores (ALCOLEA, J., et alii e.p.). Los materiales recuperados en la primera campaña de excavación han mostrado la presencia de una industria realizada en cuarcita, silex, cuarzo y cristal de roca. Hay constancia del empleo de la técnica levallois en numerosas piezas, muchas de ellas atribuibles tecnotipológicamente al periodo que tratamos. Como ocurría en la cavidad de Jarama VI, y en La Roñuela, es posible que en el abrigo de Peña Cabra se hayan llevado a cabo procesos de fabricación de los útiles, como vendrían a mostrar los abundantes restos de talla dispersos por la superficie y zonas excavadas del yacimiento. Para terminar nuestro recon·ido provincial hemos de detenernos en la cueva de Los Casares, hasta el momento uno de los pocos puntos de referencia con el que se contaba al tratar el poblamiento meseteño durante el Paleolítico Medio. Los trabajos en esta cueva a finales de los 60 mostraron la presencia, tanto en su vestíbulo como en el Seno A, de restos líticos, paleontológicos y antropológicos encuadrados por sus excavadores en el Paleolítico Medio (BARANDIARÁN, l., 1973: 81) Como los mismo autores reconocen, el aspecto general de la industria fue lo que les indujo a clasificarla dentro de este momento «quizás en un Musteriense de tipo Quina o mejor Ferrassie, por la presencia de elementos levalloisiense», a pesar de la escasez de la misma (BELTRÁN, A., BARANDIARÁN, 1.,1968; BARANDIARÁN, 1.,1973: 71). Por último en larealición a la siempre difícil cuestión cronológico señalaremos que la situación cronoestratigráfica del Paleolítico Medio en la provincia sigue sin estar resuelta a pesar de la cada vez más abundante información al uso. Por el momento sólo contamos con las fechas de Jarama VI y Los Casares. Las de Jarama VI (32.600 + 1860 B.P.) resultan demasiado recientes para lo conocido en otros ámbitos peninsulares como los propios autores reconocen (ADAN, G., et alii 1995 : 116), y las de la cueva de Los 55 Casares (situada entre los 50.000 y los 32.000 a.e.) no permite grandes conclusiones (BARANDlARÁN, I.. 1973 : 81). Todo parece indicar que la investigación está en pleno auge y a ella hemos intentado contribuir con la noticia de este nuevo enclave cuyas excavaciones y trabajos sistemáticos valoraran en años venideros. BIBLIOGRAFÍA. ABASCAL, J.M., 1982: «Notas sobre poblamiento primitivo del curso medio del río Tajuña.» Wad-al-Hayara nO 9. Págs: 81-102. ADAN, G., ARRIBAS, A., BARBADlLLO, J., et alii 1995: «Prospecciones y excavaciones arqueológicas en el Alto Valle del Jarama (Valdesotos, Guadalajara, CastillaLa Mancha»> en Arqueología en Guadalalajara, Junta de Comunidades de Castilla - La Mancha. Págs: 111-124. ALCOLEA, J., BALBÍN, R., GARCÍA, M.A., et alii (e.p.): «Avance al estudio del poblamiento paleolítico del Alto Valle del Sorbe (Muriel, Guadalajara). » Actas del 11 Congreso de Arqueología Peninsular, Zamora. Sep. 1996. ALCOLEA, J., GARCÍA, M.A., ALCAINA, A., 1995: «El poblamiento prehistórico antiguo en el sector suoriental del Sistema Central: Investigaciones en el Alto Valle del Sorbe, Guadalajara.» Revista Raña n° 19. Págs: 37-40. BALBÍN, R., VALIENTE, J., 1995: «Carta arqueológica de la Provincia de Guadalajara», en Arqueología en Guadalajara. Junta de Comunidades de Castilla- La Mancha. Págs: 9-23. BARANDIARÁN. l., 1973: «La cueva de Los Casares. » E.A.E. 76. BELTRÁN, A., BARANDIARÁN, l., 1968: «Avance al estudio de las cuevas paleolíticas de La Hoz y Los Casares (Guadalajara).» E.A .E. 64. BORDES, F., 1979: «Typologie du Paléolithique Ancien et Moyen .» CN.R .S. París. CUADRADO, E., GILES, F., 1970: «Excavaciones arqueológicas en la necrópolis medieval y yacimiento paleolítico de la Olmedilla (Sacedón, Guadalajara). » N.A./i. XlIlXlV. Págs: 163-172. GARCÍA VALERO, M.A., 1995: El poblamiento paleolítico en los valles altos del larama y del Sorbe. Memoria de Licenciatura inédita. Universidad Complutense de Madrid. JORDÁ, J.F., 1993: «El poblamiento prehistórico en el sector suroriental del Sistema Central Peninsular (Alto valle del Jarama, Guadalajara. España).» EnActas del 1 Congreso de Arqueología Peninsular. Porto. Vo1.3-4. Págs: 99-117. SANTONJA, M., QUERO, M.A. , PEÑA, J.L.. 1977: «Aplicación de la tipología de industrias paleolíticas a la datación del Pleistoceno Superior en el Campo de Calatrava (Ciudad Real). » En Actas 11 Reunión Nacional del G. T.e. Vol. VI. Págs: 251-261. SANTONJA, M., QUERO, M.A, PÉREZ, A., HOYOS, M., 1977b: «Nuevas industrias paleolíticas en la cuenca alta del Guadiana: estudio prelimin ar», en Actas 11 Reunión Nacional del G. T.e. Vol VI. Págs: 264-274. VEGA TOSCANO, L.G .. 1983: «Los problemas del Paleolítico Medio en Espa ña.» En Homenaje al Pro! Martín Almagro Base/¡ . Madrid . Págs . 115-150. 56 I I I I I I I I 9 I lOOOm. I FlG . 1: Localización del yacimiento. I I I I I I I I FIG. 2: Localización de los yacimientos con industrias del Paleolítico Medio en Guadalajara (1: La Roñuela; 2: Jarama VI; 3: Jarama 1; 4: Peña Cabra; 5: Los Casares; 6: El Arce; 7: La Olmedilla). I I 57 I 2 -~- -4J¡p- 1 o 3 3, Fig. 3: Industria lítica de La Roñuela: 1: Hoja; 2: lasca levallois; 3: lasca-núcleo. 58 - 4 5 o 3 1 6 Fig. 4: Industria lítica de La Roñuela: núcleos levallois. 59 -+- -6-- B 7 9 -.-.o ! Fig. 5: Industria lítica de La Roñuela : núcleos levallois. 60 3 ! 11 -~ -~12~ -~- -DJ -<W>13 -~15 17 16 -~- - -dlLzoo5 3 1 Fig. 6: Industria lítica de La Roñuela: denticulados (n° 11 y 12); lasca truncada (n° 13); raspador (n° 14); buriles (n° 15-17). 61 -~21 - 20 ~ YULL},.- . -~o, 3 ! Fig . 7: Industria lítica de La Roñucla: muescas (n° 18 y 19); raedera simple recta (n° 20); perforador (n° 21). 62 - 23 -~24 D, 3, Fig. 8: Industria lítica de La Roñuela: lascas retocadas. 63