Personas sin hogar [Modo de compatibilidad]

Personas sin hogar
Dra. Gemma I. San Narciso
Izquierdo
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En España no existe una definición oficial o unánime sobre las personas sin
hogar, ni acuerdo en cuanto a la terminología utilizada en este colectivo
marginado
Se habla de transeúnte, vagabundo, mendigo, marginado sin hogar o sin
techo y actualmente desde ámbitos más académicos, persona sin hogar
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El transeúnte es la persona que no está empadronada en la localidad en la
que se encuentra, sin embargo este término no es el más adecuado
Cuando se empieza a utilizar la expresión de los sin techo se incluye a
personas con problemas de alojamiento y a personas que por diferentes
causas son usuarias de albergues y comedores o duermen en la calle, no
tienen familia, carecen de recursos económicos y de condiciones de vida
satisfactorias: se hace referencia a personas que las que la pérdida de
alojamiento propio es una etapa más en la ruptura familiar y social
FEANTSA (Federación Europea de Asociaciones Nacionales que Trabajan
con los Sin Techo) define la persona sin hogar como la persona no capaz de
acceder y mantener, por sus propios medios un alojamiento personal y
adecuado, o incapaz de mantener alojamiento con ayuda de los Servicios
Sociales
En todas las definiciones se unen el criterio de pobreza económica y de
exclusión social y las características particulares en torno a la vivienda
Las personas sin hogar no constituyen un grupo homogéneo sino un colectivo
con características y composición difusas
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Se engloba a personas con problemáticas diferentes (Cáritas 1997), con
características que los profesionales dedicados a estas personas marginadas
reflejan:
– Desarraigo
– Carencia de recursos, trabajo y/o vivienda
– Ruptura personal
– Soledad
– Marginación
– Subcultaración
– Dependencia de instituciones
– Problemas de salud
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Respecto al consumo de alcohol o drogas, los datos obtenidos en la mayoría
de los estudios indican que el porcentaje de trastornos por uso de sustancias
en esta población supera al de la población general
Las personas sin hogar son más vulnerables que el resto de la población a
determinadas enfermedades físicas y psíquicas debido a sus condiciones de
vida, a sus hábitos y conductas.
Suelen infravalorar o negar los problemas de salud que padecen lo que
añadido a las barreras de acceso al sistema sanitario que perciben dificulta la
resolución de los mismos
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Los factores de riesgo pueden clasificarse en:
– Factores relacionales: ausencia de relación con contextos normalizados,
estancia en instituciones (hospitales, hogares de menores, prisiones)
– Factores económicos: ausencia de cualificación profesional, paro de larga
duración o empleos precarios, crisis económicas puntuales
– Factores sanitarios: enfermedades crónicas, trastornos mentales,
discapacidades
– Factores psicosociales: abandono familiar y personal, falta de autonomía
personal, problemas de adicciones, delincuencia
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Una persona no se convierte en persona sin hogar en un día sino que sigue
un proceso a través del que avanza hasta convertirse en marginado con
problemas de hogar. Este proceso se divide en 4 situaciones.
– Situación de riesgo: personas que pertenecen a familias con bajo nivel
económico, cultural...
– Situación inicial: con pobreza sostenida
– Situación avanzada: se produce la ruptura con el medio familiar, laboral y
social
– Situación crónica: aquí se encuentran los que llevan años en situación
marginada
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Cáritas divide a los marginados sin hogar en tres tipos:
– Incipiente: inicia su búsqueda de medios de vida fuera de su hogar de
residencia, lleva menos de seis meses en esta situación, con relación
familiar deteriorada, escasez de recursos, utilización esporádica de los
servicios de acogida
– Habitual o veterano: lleva más de seis meses en esta situación, utiliza
habitualmente los servicios para personas sin hogar y tiene dificultades
para afrontar su situación, siendo difícil salir de ella
– Crónico: lleva muchos años en esa situación, padece un gran deterioro
físico y psíquico, vive en cualquier lugar que encuentra y hace poco uso
de los servicios por no acomodarse a las normas de los mismos
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Los Hermanos de San Juan de Dios distinguen tres categorías en este
colectivo a los que dan nombres diferentes:
– Los sin techo (Homeless): viven en la calle casi permanentemente,
pueden mendigar. Muchos de ellos ya eran excluidos antes de dormir en
la calle
– Los mendigos son los que practican la mendicidad de formas diferentes
(venta en la calle, limpiaparabrisas...), piden limosna de forma
permanente y directa a los ciudadanos
– Los transeúntes marginados son los clientes habituales de los albergues,
transitan, están de paso y al margen de la sociedad con graves carencias
económicas. Viven con sentimiento de no pertenecer a ningún lugar, de
abandono y soledad
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En España aproximadamente el 4% de las familias y el 3% de las personas se
encuentran en situación de exclusión social que se refleja en forma de
situación sin hogar
La cifra es menor que el resto de Europa debido a una serie de factores que
sirven de protección para que la pobreza no se refleje en tasas mayores de
personas sin hogar; entre estos factores tienen especial importancia la
estructura familiar española que se caracteriza por un número escaso de
hogares unipersonales, el contacto familiar elevado y el hecho de que los
hijos permanecen durante más años en el domicilio paterno
La cobertura sanitaria universalizada desde 1989 y las viviendas en
propiedad, en mayor porcentaje que en el resto de Europa, son facotres que
protegen de llegar a ser personas sin hogar
Las intervenciones que inician el contacto en la calle, localizando a los
usuarios en su medio, son más efectivas que el hecho de esperar su llegada a
los recursos sociales
La inclusión de psicólogos, educadores y terapéutas mejoran la intervención
en comparación a la tradicional realizada fundamentalmente con un trabajador
social y voluntariado
Las intervenciones no sólo deben tener en cuenta los problemas de vivienda
de las personas sin hogar sino la lucha más amplia contra la pobreza en todas
sus facetas
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Un intervención debe realizarse en el ámbito preventivo, que desarrolle un
política social que evite situaciones de desigualdad y la pobreza
Una segunda intervención se dirige a la asistencia a responder a las
consecuencias de esas situaciones de la marginación a través de diferentes
dispositivos con personal técnico, programas de rehabilitación en su
dimensión longitudinal y transversal (respondiendo a problemáticas
específicas), apertura de los servicios sociales a este colectivo y trabajo de
calle que motivo a esta población a acudir a los recursos especializados
Las ofertas que se ponen a disposición de los marginados sin hogar son
diversas:
– Comedores
– Roperos
– Centros de información y acogida
– Centros de día
– Centros de acogida temporal
– Centros de inserción
– Sensibilización y concienciación de la población general
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