Extradicion Sentencia Astiz[1] - Centro de Información Judicial

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Expte. Nro. 122/04.-
///hía Blanca, 23 de abril de 2010.Y VISTOS:
Para dictar sentencia en la presente causa Nº 122/04, caratulada:
“Astiz, Alfredo Ignacio S/ Extradicion”, del registro de la Secretaría Nº 6 del Dr.
Pablo Alejandro Candisano Mera, del Juzgado Federal Nº 2 a mi cargo por
subrogancia; seguidos contra ALFREDO IGNACIO ASTIZ, DNI Nro.
10.225.161, argentino, sin sobrenombres ni apodos, nacido el 8 de noviembre de
1951 en la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires, hijo de Alfredo
Bernardo y de María Elena Vásquez, soltero; ex oficial de la Armada Argentina y
con estudios con estudios secundarios y en la Escuela Naval Militar, Escuela
Politécnica Naval y Escuela de Guerra Naval, con domicilio en calle Once de
USO OFICIAL
Abril Nro. 540 de Bahía Blanca, actualmente detenido y alojado en el Complejo
Penitenciario Federal II de Marcos Paz, provincia de Buenos Aires, y con
domicilio constituido en la sede de la Defensoría Oficial sita en calle Chiclana
Nro. 408, piso 3ro. de Bahía Blanca; interviniendo en estos obrados y en la
audiencia de debate el titular de la Fiscalía Federal Nº 1 de esta ciudad, Dr.
Antonio Horacio Castaño; el Sr. Defensor Público Oficial “Ad Hoc”, Dr. Martín
Andrés Gesino, y el Dr. Mauricio de Nuñez, en su condición de apoderado de la
Embajada de la Republica de Francia en el país.RESULTA:
I) Que a fs. 79 se presenta el Sr. Fiscal Federal Nº 1 de esta ciudad,
Dr. Antonio Horacio Castaño acompañando actuaciones labradas por el Ministerio
de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, a raíz de un formal
pedido de extradición efectuado por la Embajada de Francia respecto del
ciudadano Alfredo Ignacio Astiz.A fs. 76, mediante nota cuya traducción corre a fs. 75, la Embajada
de Francia, en respuesta a la nota 14544 letra DIAJU ZCRJA hace “…saber que
las Autoridades francesas suscriben a su pedido y ofrecen reciprocidad al
Gobierno argentino en conformidad con la legislación francesa tratándose del
dossier de pedido de extradición del ex–Capitán Alfredo Astiz”.Funda el pedido de extradición, en la condena a la pena de
reclusión perpetua pronunciada contra Astiz, en ausencia, el 16 de marzo de 1990
por la Corte Superior Criminal de París, por hechos de complicidad en arrestos
ilegales seguidos de torturas corporales y complicidad en secuestros ilegales, en el
curso de los cuales las personas ilegalmente incautadas, detenidas o secuestradas,
fueron sometidas a torturas corporales.A este respecto, el artículo 639 del Código de procedimientos
penales dispone que luego del arresto del contumaz, el fallo que lo condena es
anulado de pleno derecho. En el caso de entrega a Alfredo Ignacio Astiz a las
autoridades francesas, tendrá lugar un nuevo juicio ante la Corte Superior Criminal
de París, conforme a las normas ordinarias, en su presencia y con todas las
garantías de la defensa.Agrega que el referido pedido es formulado por el Fiscal General ante
el Tribunal de Apelaciones de París con motivo de la sentencia indicada, por la
responsabilidad directa de Alfredo Ignacio Astiz en el rapto y secuestro de Léonid
Duquet y Alice Domon.En relación a los hechos, esta documentado a fs. 8/11, en su idioma
original y a fs. 33/36 en español, que el 8 de diciembre de 1977 Alice Domon fue
secuestrada alrededor de las 21 hs. a la salida de la iglesia Santa Cruz en Buenos
Aires, y ,dos días mas tarde, otra monja francesa, Léonie Duquet, fue arrestada en
domicilio que compartía con Alice Domon.Con referencia a la participación de Astiz, se relata que el mismo se
había introducido en el movimiento de las Madres de Plaza de Mayo con el
nombre de Gustavo Niño, circunstancia que es avalada por el testimonio de Silvia
Labayru, detenida en la época en la E.S.M.A. confirmando la misión de
infiltración que realizara Astiz, agregándose que testimonios han ratificado que las
hermanas Domon y Duquet estuvieron alojadas en la E.S.M.A. después de haber
sido secuestradas. Se afirma además, que presentaban huellas de torturas.A fs. 24/26 se encuentran transcriptas en su idioma original las
disposiciones penales y procesales aplicables al caso, obrando a fs. 50/52 su
traducción al español; siendo dichas normas las siguientes: del Código Penal
vigente en la fecha de los hechos, los arts. 59, 60, 341 (L n° 70-480 del 8 de junio
de 1970); y art. 344 (L. del 28 de abril de 1832); del Código penal actual: art. 1216, art 121-7, art. 224-1, art. 224-2 y art- 224-9-. Del Código de procedimiento
penal: art. 639 y relativo a la prescripción art. 7, y del Código penal respecto a la
prescripción art. 133-2.II) Que a fs. 357/362 se presenta el Embajador de la República de
Francia, otorgándosele a fs 364 el carácter de parte en el proceso de extradición,
conforme lo dispuesto en el art. 25 de la ley 24.767, con el patrocinio letrado del
Dr. Mauricio de Nuñez, y con domicilio fijado en la sede del Consulado Honorario
de Francia en esta ciudad de Bahía Blanca, a cargo del Cónsul Juan Pedro Gardes.
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Posteriormente la Embajada Francesa le otorgó al Dr. Mauricio de Nuñez poder
para intervenir en autos por el Estado requirente (v fs. 397/399).III) A fs. 819 se citó a la partes a juicio, motivo por el cual el
Ministerio Público Fiscal se presenta a 820/821 ofreciendo prueba, haciendo lo
propio la Defensoría Oficial a fs. 824 y el Estado requirente a fs. 845/849;
medidas todas proveídas a fs. 1.131.IV) Cumplida la etapa de citación a juicio, de conformidad con lo
normado por el art. 30 de la ley 24.767, a fs. 1364/1365 se fijó audiencia de
debate, la que se realizó con la presencia de todas las partes el pasado día 20 de
abril, conforme surge del acta de fs. 1.423/1429.Se incorporan al juicio por lectura, previa conformidad de las
partes, la prueba documental, informativa y demás actuaciones vinculadas con la
solicitud de extradición, a saber: a fs. 1136 el oficio del TOC Nro. 5 Capital
Federal y a fs. 1137 el oficio del Jugado en lo Criminal y Correccional Federal
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Nro. 12 Capital Federal; a fs. 1139/1142 las actuaciones remitidas por el
Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto; y a fs.
1151/1342 los testimonios de las partes pertinentes de la causa Nro. 1.270
caratulada “DONDA, Adolfo Miguel y otros s/ inf. arts. 144 ter, 1° párrafo del
C.P. (texto según ley 14.616) E.S.M.A.” y sus acumuladas Nro. 1.277 y 1.278 de
trámite por ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 5 de la Capital Federal
(antes causa Nro. 18967/04 caratulada “Acosta, Jorge Eduardo s/ privación ilegal
de la libertad” que tramitara por ante el Juzgado en lo Criminal y Correccional
Federal Nro. 12, Secretaría Nro. 23).A su vez, se tiene por introducida al debate la copia
digital (DVD) conteniendo la totalidad del expediente supra mencionado remitido
por el Archivo Nacional de la Memoria de la Secretaría de Derechos Humanos de
la Nación (v. fs. 1349/1351); y finalmente la última y reciente declaración
indagatoria de Astiz en el juicio oral, llevado a cabo en la causa mas arriba citada
(v. fs. 1391/1405).Seguidamente y conferida la palabra al requerido, una vez
puesto en conocimiento de sus derechos, Alfredo Ignacio Astiz cuestionó el doble
rol del Fiscal, que debe representar los intereses de la potencia interesada en la
extradición, por hechos sucedidos en la Nación, y así respaldar la ingerencia de
Francia en asuntos de orden interno de nuestro Estado, y que por otro lado el
Fiscal debe cumplir prioritariamente el mandato de nuestra Constitución Nacional
que establece la soberanía nacional que es la que se ejerce por medio de sus
órganos constitucionales representativos. Todo ello, mas allá de formular diversas
consideraciones vinculadas con la política en materia de extradición del estado
requirente.Por su parte, el Fiscal Federal Antonio Horacio Castaño,
sostuvo, en su alegato, que si bien es cierto que la ley de Cooperación
Internacional en Materia Penal (24.767) impone al Ministerio Público Fiscal el
deber de representar al estado requirente por la extradición y por lo tanto no podría
este Ministerio oponerse a ese pedido, no es menos cierto, según consta en las
actuaciones llevadas adelante por este juzgado, Astiz está siendo juzgado por
hechos acaecidos en nuestro país, este Ministerio vería con agrado que una vez
cumplimentados los trámites por los cuales el mismo está siendo llevado a juicio,
pueda realizarse la extradición solicitada por la República de Francia.En su oportunidad, el Dr. Mauricio de Nuñez, apoderado de la
Embajada de Francia en el país, reiteró el interés de su representada en la
extradición de Astiz. Señala que si bien
han existido trámites extraditorios
anteriores, el presente es el primero bajo el imperio de la norma 24767. Destacó
que el Estado Francés ofreció reciprocidad y que en caso de otorgarse la
extradición renuncia al proceso y condena en contumacia, ofreciendo un nuevo
juzgamiento, con todas las garantías del debido proceso. Afirma que se cumplieron
todos los requisitos formales del pedido: ofrecimiento de reciprocidad art. 3°;
hecho reputado como delito en el país requirente y en el requerido (art. 6);
descripción del hecho criminoso, de las víctimas y normas legales aplicables (art.
13); testimonio del acto jurisdiccional (art. 14).Indica que desde un inicio, se articuló como defensa lo prescripto en
el art. 12 de la ley marco, invocando un pretendido deseo de juzgamiento local,
entendiendo que, de la simple lectura de la norma, queda evidenciado que para la
condición de la opción, el estado requirente debe prestar conformidad para el
juzgamiento local renunciando a su jurisdicción, lo que no ha ocurrido nunca.
Como evidencia de ello, es la citada recurrencia de los pedidos extraditorios.
Indica que el nuevo texto de la 24767, si bien hace recaer la opción en favor de un
individuo, esta queda en cabeza del Estado y no de la persona. Aduce que, en
ausencia de tratado se podrá solicitar la opción que -insisto- no es automática, es
más, debe ser incondicionada, compresiva de todos los hechos, sumándose un
requisito más que es que el estado requirente preste conformidad.En lo que hace a la cosa juzgada extraditoria, sostuvo que los casos
anteriores se rigieron bajo la ley 1612, por lo tanto que no es una reedición de
requerimientos anteriores; para que exista cosa juzgada deben existir tres
elementos fundamentales: identidad de objeto, causa y sujeto, claramente, en el
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requerimiento de autos el objeto es distintivo, no se trata de una rogatoria que
solicita detención preventiva a los fines de una extradición para el cumplimiento
de una pena, sino que por primera vez se ofrece un nuevo juzgamiento, lo que hace
un factor claramente distintivo, a tal punto que el estado requirente, en caso de ser
favorable, renuncia al proceso y condenación en contumacia y garantiza un nuevo
procedimiento.El tratamiento jurisdiccional en la Argentina respecto de Astiz por los
ilícitos que agravia a su representada, ponen en su criterio, en una más que
razonable duda de que se arribe a un pronunciamiento en relación a los hechos que
se imputan en la justicia francesa; por lo que solicitó por su representada se haga
lugar a la extradición de Alfredo Ignacio ASTIZ según el requerimiento formulado
a los fines de su juzgamiento.En lo que hace al planteo de prescripción y a la eventual anulación del
juicio en Francia, conforme lo planteado por la defensa del requerido, acotó que
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ambas decisiones eventualmente son de carácter jurisdiccional, no dice la rogatoria
que la acción se extingue el 16/3/10 sino que el instituto no podrá operar antes de
esa fecha. La mención respecto a la prescripción se efectúa en la rogatoria por
imperio legal, pero al mismo instrumento se adjuntaron copias que dejan claro
cuales pueden ser las causales de la supuesta suspensión, con transcripción de
normas, insistiendo que se trata de un acto estrictamente jurisdiccional y que solo
puede ser resuelto por el juez de la causa.Afirma también, en oportunidad de replicar a la Defensa, que no
existe, considerando el espíritu completo de la norma, violación al principio de
territorialidad sino por el contrario, se establecen principios de cooperación que
van aunados con compromisos internacionales, como ser la adhesión a la
Convención contra la Tortura, que en virtud de la nueva redacción de la
Constitución Nacional (1994) le da carácter a dichos tratados de norma supra
constitucional. El derecho es un todo y el auténtico análisis de las distintas normas
invocadas por esta parte llevan a concluir a que se acceda al requerimiento
realizado del pedido extraditorio. Por otra parte se deja expreso pedido del rechazo
de las declaraciones de inconstitucionalidad solicitadas.En el debate celebrado, el Defensor Oficial, Dr. Martín Andrés
Gesino, sostuvo que el art. 11 de la ley 24767 señala en su inc. 'd' que la
extradición no será concedida cuando la condena se hubiera dictado en rebeldía y
el estado requirente no diese seguridades de que el caso se reabrirá para oír al
condenado, permitirle el ejercicio del derecho de defensa y dictar en consecuencia
una nueva sentencia. El segundo argumento de carácter preliminar formal tiene
que ver con la falta de reciprocidad del Estado Francés emitida, en su criterio, en
debida forma. El tercer argumento vinculado al efecto del requerimiento, tiene que
ver con el objeto de la cooperación. Surge con claridad de la petición de fs. 5 y
7/31 traducida a fs. 6 y 32/58 que el pedido de extradición se funda sobre la
condena a reclusión criminal perpetua. Si la República Francesa hubiera tenido
intenciones de cumplir con el art. 11, inc. 'd' debió anular la sentencia y solicitar al
sr. ASTIZ para ser juzgado. Este argumento se enmarca en las previsiones del art.
11 inc. 'd' ley 24767 y por ello también se solicita la no concesión.En cuanto a los argumentos de fondo, sostuvo que la situación ya ha
sido resuelta en sede administrativa y por ello carece de interés práctico la
realización de este juicio de extradición. En tal sentido el Ministerio de Relaciones
Exteriores, que es el órgano legitimado para emitir la voluntad del Poder Ejecutivo
Nacional en estos asuntos, dictó la resolución 2548 del 9 de agosto de 2001. No
hay constancias en el expediente de que dicha resolución haya sido apelada,
anulada, derogada o privada de sus efectos y en tal sentido se encuentra firme y
causa estado. El 25 de julio de 2003 se dicta el Decreto 420/03 que deroga al
Decreto 1581/01, pero que, como es lógico, no priva de efectos a las decisiones
administrativas adoptadas bajo el régimen anterior. De igual modo que cuando se
derogó el Cód. Proc. Mat. Penal no se dejaron sin efecto todas las sentencias
dictadas bajo ese marco regulatorio. Días después ingresa el mismo pedido de
extradición bajo un nuevo formato, formulado bajo la misma causa por los mismos
hechos y contra la misma persona. La respuesta que debió habérsele dado en dicha
oportunidad es la prevista por el art. 37 de la ley de Cooperación Internacional,
archivándose las actuaciones que es lo que en este acto solicito.Plantea también la improcedencia de la extradición, motivado en la
prescripción de la pena impuesta en Francia, así como en la ausencia de interés del
propio Estado Francés en la petición original. Como último argumento -tercero en
relación a la improcedencia- es que la persona requerida ha sido y está siendo
juzgado en el país por los mismos hechos que dieron base a la condena en el
extranjero y al requerimiento de cooperación. Lo cierto es que Argentina ha
demostrado su interés en llevar adelante el juicio por estos mismos hechos y lo
está haciendo. Por último, la circunstancia de que ya se haya dado lectura al
requerimiento fiscal de elevación a juicio en aquella causa capitalina, ha marcado
un punto de quiebre a partir del cual sólo es admisible el dictado de una sentencia,
siendo imposible por ende retrotraer aquellas actuaciones a estadios procesales
anteriores, puesto que se pondría en peligro principios procesales básicos como los
de preclusión, progresividad y doble persecución.-
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Finalmente, agregó a modo de réplica a los alegatos del señor Fiscal y
del Apoderado de la Embajada de Francia dos planteos de inconstitucionalidad: el
primero de ellos relativos al art. 25, primer párrafo de la ley 24767, relativo a la
doble función a cargo del representante del Ministerio Público Fiscal. Por un lado
debe representar la voluntad de una potencia extranjera; por el otro, y de acuerdo a
la Carta Magna, debe velar por el cumplimiento de la legalidad en los
procedimientos, ello en aplicación del art. 120 de la CN y de su ley reglamentaria
24946. El confronte de ambas responsabilidades debe resolverse en favor de la
segunda por ser ésta la que garantiza la supremacía de la Constitución. El segundo
planteo de inconstitucionalidad está relacionado con el art. 12, tercer párrafo de la
ley 24767, sea en su literalidad o la interpretación que de él se haga, puesto que
ambas modalidades supeditan el curso de acción y la voluntad del Estado Nacional
al de una potencia extranjera; ambos planteos de inconstitucionalidad me llevan a
invitar al señor representante del Ministerio Público Fiscal a adherir y postular por
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la supremacía de nuestra Constitución.Por último, efectúo reservas recursivas y reitero los pedidos de no
concesión y de rechazo de la extradición solicitada por la República de Francia.Y CONSIDERANDO:
Primero: Que luego de analizadas las constancias del
expediente (incorporadas al debate), es menester destacar, conforme surge de fs.
98/99 vta. y fs. 170/172 vta., que por ante el Juzgado Federal Nº 1 de esta ciudad
tramitaron los exhortos 144/95 y 633/90, en los cuales el Juzgado de Primera
Instancia de Paris (Francia) solicitó la detención preventiva de Alfredo Astiz con
el objeto de su posterior extradición, originados ambos en el secuestro y
desaparición de dos ciudadanas francesas residentes en la Argentina (Alicie
Domón y Léonie Duquet), hechos por los cuales se atribuía responsabilidad al
nombrado, por entonces oficial de la Armada Argentina. Que conforme se
desprende de las copias agregadas, en ambos casos, el magistrado de intervención
no hizo lugar a las solicitudes de detención y/o arresto requeridas.Surge de las probanzas incorporadas al debate, entre las
que se encuentran las declaraciones indagatorias prestadas por Astiz, el auto de su
procesamiento, y el requerimiento de elevación a juicio formulado a su respecto –
entre otros-,
que se halla acreditada “prima facie” su responsabilidad como
coautor penalmente responsable de los delitos de privación ilegítima de la libertad
doblemente agravada por la condición de funcionario público y por haberse
cometido con violencia, en forma reiterada –doce hechos- de imposición de
tormentos con el propósito de obtener información o quebrantar su voluntad,
agravados por haber sido cometidas en perjuicio de perseguidos políticos, en
forma reiterada –doce hechos-, y homicidio agravado por haberse realizado con
alevosía, con el concurso premeditado de dos o mas personas y con la finalidad de
procurar la impunidad para si, en forma reiterada –doce hechos-, todos ellos en
concurso real entre si (arts. 2, 45, 55, 80, inc. 2°, 6° y 7°, 144 ter párrafos 1 y 2, y
144 bis inc. 1 y último párrafo en función del art. 142, inc. 1° del Código Penal);
hechos entre los que se encuentran los cometidos en perjuicio de Alice Anne
Marie Jeanne Domon y Reneé Leonnie Duquet. También, que actualmente esta
desarrollándose la audiencia de debate del juicio oral y público en relación a su
responsabilidad penal por tales hechos.Que a la luz de lo dispuesto por el art. 37 de la Ley de
Cooperación Internacional en Materia Penal (Nro. 24.767), que rige en el caso
ante la ausencia de tratado específico con el Estado requirente, no correspondería
dar curso a un nuevo pedido de extradición , ante las aludidas negativas emanadas
de esta jurisdicción, a las que ya se hizo referencia, por tratarse el presente de un
caso análogo, pudiendo el mismo ser resuelto sin mas, por aplicación del principio
de “cosa juzgada”, tal como se ha sostenido, tanto en la resolución de fs. 290/302
(luego nulificada por defectos procesales), dictámenes del Ministerio de
Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto a fs. 65/69 y 1139/1140, y
como solicita la defensa del requerido.Ahora bien, entiendo que esta no resulta la decisión
correcta a esta altura, toda vez que, tomando en consideración la naturaleza de los
hechos que se le atribuyen al requerido (delitos que han sido calificados como de
lesa humanidad), la cuestión debe ser reexaminada a la luz de los nuevos
precedentes, tanto de Tribunales Internacionales como de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación. Ello, atento la evolución y desarrollo que han tenido tales
conceptos en nuestro orden interno.En efecto, ante la naturaleza de la cuestión que subyace al
pedido de extradición, que es la grave violación de derechos humanos, a partir de
lo resuelto en el caso “Barrios Altos- Chumbipuma Aguirre y otros vs. Perú” por
la Corte Interamericana de Derechos Humanas (sentencia del 14 de marzo de
2002), se afirma que resultan contrarias a la Convención Americana sobre
Derechos Humanas todas aquellas normas (entre ellas las leyes 23.492 y 23.621,
de obediencia debida y punto final, oportunamente mencionadas como
fundamentos para rechazar los pedidos de extradición), en cuanto impiden la
investigación y la condena de hechos como los que motivan el actual pedido de la
República Francesa. Ello, por cuanto “… son inadmisibles las disposiciones de
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amnistía, las disposiciones de prescripción y el establecimiento de excluyentes de
responsabilidad que pretendan impedir la investigación y sanción de los
responsables de las violaciones graves de los derechos humanos… prohibidas por
contravenir derechos inderogables reconocidos por el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos”.En similar línea argumental, se expide la Corte Suprema de
Justicia de la Nación en la causa v. 34 XXXVI “Videla , Jorge Rafael s/ incidente
de excepción de cosa juzgada y falta de jurisdicción”, del 21 de agosto de 2003,
oportunidad en la que se sostuvo la necesidad de extremar los recaudos a cumplir
con todos los actos procesales pendientes a los efectos de prevenir consecuencias
que en si implicarían dilación y afectarían el derecho a la tutela judicial efectiva
(arts. 8 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos).Es decir, la tendencia jurisprudencial en tal sentido se ha
evidenciado por la desatención o inoperatividad de las reglas de la prescripción de
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la acción y de la pena cuando el hecho sobre los cuales debería aplicarse son
delitos de esta característica. También en lo concerniente a la concesión de una
extradición cuando la naturaleza del delito es de esta especie (“Priebke, Erich s/
solicitud de extradición”, causa Nro. 16.063/94, 2/11/95)Posteriormente la C.S.J.N. se expedido sobre la necesidad
de investigar y sancionar las graves violaciones de derechos humanos. Una clara
demostración de los alcances de la jurisprudencia de la Corte en tal sentido puede
sintetizase por medio de su pronunciamiento en el caso “Riveros”, donde se afirma
“…28)
Que
las
consideraciones
expuestas,
derivadas
de
los
tratados
internacionales, de la jurisprudencia y recomendaciones de sus organismos
interpretativos y de monitoreo, han llevado a este Tribunal, a través de diversos
pronunciamientos, a reconocer el carácter imprescriptible de los delitos de lesa
humanidad (“Arancibia Clavel”), Fallos: 327:3312 –La Ley, 2004-E, 827-); a
declarar la inconstitucionalidad de las leyes de obediencia debida y punto final
(“Simón”, Fallos: 328:2056); a reconocer el derecho a la verdad sobre los hechos
que implicaron graves violaciones de los derechos humanos (“Arteaga”, Fallos:
321:2767 –La Ley, 1998, F, 237-); a otorgar rol protagónico de las víctimas en
este tipo de procesos (“Hagelin” Fallos: 326:3268 –La Ley 2003-F, 955);
y
también a replantear el alcance de la garantía de la cosa juzgada compatible con
los delitos investigados (“Videla” Fallos: 326:2805)”.Por lo tanto, más allá de los argumentos tenidos en cuenta
en su oportunidad, la extradición no puede ser rechazada con el fundamento de
mediar idéntico y anterior temperamento con efecto de cosa juzgada. Esto basado
en consideraciones que en la actualidad han perdido virtualidad, y porque además,
el Estado argentino se encuentra en la obligación de garantizar que los hechos por
los cuales es requerido el ciudadano Astiz sean efectivamente juzgados. En tal
inteligencia, es que habré de analizar nuevamente el pedido del Estado requirente,
el cual, por su parte ha cumplido con las formalidades exigidas.A su vez y habiéndose dado intervención judicial para el
tratamiento de la pretensión extraditoria, no corresponde analizar el trámite
administrativo previo, sino la procedencia formal, de acuerdo a la legislación
vigente, extremo este que concurre en la especie.Segundo:
Del
pedido
de
extradición
de
Astiz,
presentaciones posteriores y por así haberlo manifestado el Sr. apoderado de la
Embajada de Francia en el país al momento de la audiencia de debate, surge que
este se funda en la condena a la pena de reclusión criminal perpetua pronunciada el
16 de marzo de 1990 por la Corte Superior Criminal de París, sentencia dictada en
ausencia del imputado. A este respecto, se señala que el artículo 639 del Código de
procedimientos penales dispone que luego del arresto del contumaz, el fallo que lo
condena es anulado de pleno derecho. También se señala, que en el caso de
entrega de Alfredo Astiz a las autoridades francesas, tendrá lugar un nuevo juicio
ante la Corte Superior Criminal de París, conforme a las normas ordinarias, en su
presencia y con todas las garantías de la defensa.Al respecto, en primer lugar corresponde destacar que no
es competencia de los tribunales argentinos discutir si la pena impuesta en el
extranjero (en este caso en Francia) se encuentra o no prescripta, si esta opera de
pleno derecho o debe ser declarada, ni mucho menos puede considerar si
corresponde declarar la nulidad de una condena en rebeldía con la detención del
contumaz, y desde cuando esta sucede, de pleno derecho o por declaración
judicial.Sobre estos aspectos debo decir, que pese a las cuestiones
introducidas por las partes en el debate realizado, la especial naturaleza del trámite
de extradición no autoriza una revisión exhaustiva de los elementos que integran el
proceso que se le sigue a la persona en el país requirente, por lo que las cuestiones
en torno a la validez de los actos procesales celebrados deben ventilarse allí
mismo. Es que el procedimiento al que están sometidas las solicitudes de
extradición no constituye un juicio contra el reo en sentido propio y no caben en él
otras discusiones que las referentes a la identidad del requerido y a la observancia
de los requisitos exigidos por las leyes y los tratados aplicables (Fallos 324:1694 y
sus citas).-
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Cabe también señalar que “...los jueces no están obligados
a seguir a los contendientes en todas sus alegaciones ni valorar toda la prueba, sino
sólo a tomar en cuenta lo que estimen razonadamente conducentes para la debida
solución del diferendo” (CSJN, Fallos .290:331), por lo cual habrán de tratarse las
cuestiones introducidas por las partes que resulten relevantes para evaluar la
procedencia del pedido de extradición.Tercero: Sentado lo expuesto, entiendo resulta pertinente
expedirme en relación al fondo de la cuestión, esto es el pedido de extradición de
Astiz formulado por la República de Francia, en cuanto a si la extradición resulta
procedente para cumplir la pena impuesta en rebeldía en el país requirente, o, a fin
de que el requerido sea juzgado nuevamente, tal como se ofrece.En primer lugar, nuestro ordenamiento legal no prevé el
juzgamiento en ausencia del imputado, por cuanto se entiende que ello implica una
grave afectación al debido procesal penal y a la garantía de defensa en juicio del
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imputado, garantizados en la Constitución Nacional (art. 18), y tratados
internacionales de jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22 C.N.), como la
Declaración Universal de Derechos Humanos (arts. 10 y 11) y Convención
Americana sobre Derechos Humanos (art. 8, inc. 1 y 2).Asimismo, la propia Ley de Cooperación Internacional en
Materia Penal -aplicable al caso ante la ausencia de Tratado específico con el
Estado requirente- estipula en su art. 11, inc. d), que la extradición no será
concedida, cuando la condena hubiese sido dictada en rebeldía, tal como es el caso
de autos. Por las consideraciones expuestas, no corresponde conceder la
extradición del ciudadano Astiz en cuanto esta sea para cumplir la condena que se
le dictara en rebeldía.No obstante, existe la posibilidad, por así haberlo
manifestado expresamente el Estado requirente, de que el reclamado sea oído, para
lo cual se reabriría el juicio, permitiéndole el ejercicio del derecho de defensa y
dictar en consecuencia una nueva sentencia, tal como lo prevé también el citado
art. 11, inc. d) de la Ley 24.767.Sobre esta cuestión, corresponde señalar, que ha quedado
debidamente acreditado en autos, que Alfredo Ignacio Astiz, se encuentra siendo
sometido en la actualidad a proceso, en la instancia de juicio oral y público, el que
se desarrolla ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nro. 5 de la Capital
Federal, por su responsabilidad en los mismos hechos por los que es requerida su
extradición, esto es, su participación en arrestos ilegales seguidos de torturas
corporales y complicidad en secuestros ilegales, en el curso de los cuales las
personas ilegalmente incautadas, detenidas o secuestradas, fueron sometidas a
torturas corporales, como los casos de Alice Domon y Léonie Duquet; siendo
incluso mas amplios y graves los hechos juzgados por el Poder Judicial de la
Nación Argentina.Que esta circunstancia, en mi criterio, configura un claro
caso de doble persecución penal, violatoria de la garantía del “ne bis inidem”. Que
la garantía en cuestión, implícitamente formulada en nuestra Constitución
Nacional de acuerdo a jurisprudencia de la CSJN, ya que no se encuentra
enumerada, y que deriva del principio de inviolabilidad de la defensa en juicio (art.
18 de la C.N.), es un complemento de las demás garantías que protegen la libertad
individual e importa un principio básico y regulador de la estructura del proceso.Tal es así que se encuentra incluso prevista en el Pacto
Internacional de Derechos Civil y Políticos (O.N.U. 16/12/1966), art. 14, párrafo
7mo., y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (pacto de San José
de Costa Rica, 22/11/1969), en su art. 8°, inc. 4°, por lo cual sin perjuicio de lo
antes expuesto, ostenta jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22, de la Ley
Suprema). Este principio básico constituye entonces una norma de raigambre
constitucional reglamentada a través de los códigos de forma.En el mismo sentido se ha expedido la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, que ha dicho que “El principio non bis in
idem, contemplado en el art. 8.4 de la Convención Americana de Derechos
Humanos –según el cual el inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá
ser sometido a un nuevo juicio por los mismos hechos-, busca proteger los
derechos de los individuos que han sido procesados por determinados hechos para
que no vuelvan a ser enjuiciados por los mismos hechos” (C.I.D.H. “Loayza
Tamayo, María E.”, 17/9/1997, La Ley 1999-F, 663).En palabras de la Corte “la garantía puede ser entendida
como aquella que impide la múltiple persecución penal, simultánea o sucesiva, por
un mismo hecho”, pero “no se trata exclusivamente de que una persona sea
condenada dos veces por el mismo hecho, sino que basta para incurrir en la
violación de la garantía con que se la somete al riesgo –por un nuevo proceso- de
que pueda ser condenada (Fallos 326:2805), como así también el precedente
“Polak, Federico G. s/ violación de los deberes de funcionario público s/ casación”
pg. 259, XXXIII, causa 174-4/1995.También se ha sostenido, sobre el alcance de la garantía,
que a partir una interpretación amplia de dicho principio, se desprende la
inadmisibilidad de imponer una nueva pena por un mismo delito, sea que el
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
acusado la haya o no cumplido, y sea que en el primer proceso haya sido absuelto
o condenado (CS Fallos 321:2826).Tal garantía, derivada del principio del “ne bis in idem”
resulta en mi criterio aplicable al juicio de extradición, cuando, como en este caso,
el requerido esta siendo juzgado en el país por los mismos hechos por los cuales su
extradición esta siendo solicitada.Así incluso lo ha entendido la Corte Suprema de Justicia
de la Nación, en la causa D. 1924. XXXVIII R.O. “Duque Salazar, Francisco
Javier y otros s/ sus extradiciones” del 16/11/04, en el que la Corte rechazó el
pedido de extradición solicitado por los Estados Unidos, sosteniendo el Máximo
tribunal que “En tales condiciones, el extrañamiento resulta improcedente, pues el
hecho por el que se requiere a … ya está siendo juzgado en la República
Argentina…”; siendo decisivo que la totalidad del reproche contenido en la
conducta por la que se formula el reclamado ya está comprendida en la imputación
USO OFICIAL
mas amplia por la que esta siendo perseguida penal en esta jurisdicción (Fallos:
325:2777 “Arla Pita”, voto del Juez Petrachi).En consideración de todo lo expuesto, el pedido de
extradición no resulta procedente, por cuanto en caso de accederse, se estaría
violando la garantía del “ne bis in idem”. Al respecto, citando a Julio Mayer en
“Derecho Procesal Penal I. Fundamentos”, pags. 601/602”: “…la ley argentina
pretende proteger a cualquier imputado (concebido como aquel indicado, con o sin
fundamento, como autor de un delito o partícipe en él, ante cualquier autoridad de
la persecución penal, con abstracción del grado alcanzado por el procedimiento)
del riesgo de una nueva persecución penal, simultánea o sucesiva, por la misma
realidad histórica atribuida, única interpretación compatible si se quiere garantizar,
sin hipocresías, un verdadero Estado de Derecho, y si se quiere evitar sinrazones
en la aplicación práctica del principio. En efecto, carece de sentido no permitir la
aplicación del principio desde un comienzo de la persecución penal, para
permitirlo posteriormente, y echaría por tierra la garantía el reducir el amparo a la
inaplicabilidad de un determinado precepto penal”.Lo expuesto basta en mi criterio para sellar la suerte de
este proceso, no siendo dable adentrarse en las restantes cuestiones formuladas en
el curso del debate, mas allá de señalar que, contrariamente a lo sostenido por el
Estado interesado, la Nación Argentina ha puesto en evidencia su firme voluntad
de avanzar en la prosecución de todos aquellos procesos seguidos por hechos
calificados como de “ lesa humanidad”, instándose todos ellos con la finalidad de
obtener un pronunciamiento definitivo (objetivo este alcanzado en numerosos
casos). Dicha actividad es consecuencia de la firme voluntad de los poderes del
estado de hacer efectivos expresos preceptos constitucionales con el debido control
de convencionalidad. En ese marco se inserta el proceso seguido a Alfredo Ignacio
Astiz, cuyo avanzado tramite no da lugar a dudas en punto a su pronta
culminación.Debo decir, finalmente, que la opción y posterior
conformidad estipulada en el art. 12 de la ley 24.76 no resulta aplicable al “sub
examine”, siendo tal previsión normativa reservada a los casos de nacionales
sujetos a extradición por ilícitos cometidos fuera del territorio argentino. Así,
resulta lógico el precepto legal al requerir la oportuna remisión de los antecedentes
y pruebas que permitan el juzgamiento.El presente caso, resulta por demás atípico y no encuentra
solución en nuestro texto legal, dado que se inscribe en una concepción que
propugna la existencia de una jurisdicción universal para el juzgamiento de
determinados delitos (Crímenes de lesa humanidad), prescindiendo de los
principios clásicos que determinan la competencia para poder ejercer jurisdicción.
Así, algunos estados se arrogan la facultad de juzgar estos hechos gravísimos,
independientemente del lugar donde hayan sido cometidos y la nacionalidad del
autor. Tal como afirma Claudio Morassuti, “el derecho al acceso a la justicia local
es reconocido hoy día como un derecho humano, no violando este norma nacional
o internacional alguna” (Sup. Act La Ley 11/2/2010). Sostener lo contrario,
autorizando el juzgamiento fuera de la Republica Argentina de personas por
hechos ocurridos en el país, importaría una flagrante violación de nuestra
constitución nacional que en su art 118 señala claramente que los delitos
cometidos en nuestro territorio deben ser juzgados en el país (v. Vitolo, Alfredo M
(LL 2003- E, 1497).Cuarto: Resta hacer una mención a los planteos de
inconstitucionalidad efectuados por el Sr. Defensor Oficial, concretamente el
relativo al art. 25, primer párrafo de la ley 24767, acerca de la doble función a
cargo del representante del Ministerio Público Fiscal, fundado en que por un lado
debe representar la voluntad de una potencia extranjera y, por el otro, de acuerdo
a la Carta Magna, velar por el cumplimiento de la legalidad en los procedimientos,
ello en aplicación del art. 120 de la C.N., y de su ley reglamentaria 24.946. El
confronte de ambas responsabilidades debe resolverse en favor de la segunda por
ser ésta la que garantiza la supremacía de la Constitución. El segundo planteo de
inconstitucionalidad está relacionado con el art. 12, tercer párrafo de la ley 24767,
sea en su literalidad o la interpretación que de él se haga, puesto que ambas
Poder Judicial de la Nación
Año del Bicentenario
modalidades a su criterio supeditan el curso de acción y la voluntad del Estado
Nacional al de una potencia extranjera.En relación al primero de los planteos, habré de señalar
que carece de un requisito indispensable para su tratamiento, esto es, de invocar la
lesión constitucional a la que se refiere, salvo la de señalar la supremacía
constitucional. Es decir, no invoca ni acredita lesión concreta a derecho o garantía
reconocidos en la Constitucional Nacional, y menos aún, de que manera se ven
vulnerados por el accionar del Ministerio Público en el caso en concreto, de modo
tal de darle seriedad a su planteo, por lo cual debe ser rechazado. Similar
resolución habrá de tener el planteo de inconstitucionalidad del art. 12 de la ley
24.767, toda vez que ya me he expedido en este mismo fallo acerca de la
inaplicabilidad de dicha norma al caso.Por ello y teniendo en cuenta lo dispuesto por los art. 399,
400, 405, 409, 2do párrafo y cc. del C.P.P.N., y 30 de la ley 24.767;
USO OFICIAL
FALLO:
I) NO CONCEDIENDO LA EXTRADICION del ciudadano argentino
Alfredo Ignacio Astiz, de los demás datos consignados en el exordio, la que fuera
solicitada por la República de Francia, por los delitos de complicidad en la
detención ilegal seguida de torturas de Alice Domon y Leonie Duquet, toda vez
que se encuentra siendo juzgado en el país por los mismos hechos.II) RECHAZANDO los planteos de inconstitucionalidad introducidos
por el Sr. Defensor Oficial, Dr. Martín Gesino.III) En relación a la privación de la libertad en esta rogatoria
internacional a la que esta sometido el requerido Alfredo Ignacio Astiz, fórmese
incidente, en el que se le correrá vista al Fiscal Federal (art. 33 ley 24.767).IV) REGÍSTRESE y para su notificación, de conformidad con lo
dispuesto por el Art. 400 del Código Procesal Penal de la Nación, procédase a dar
lectura del presente decisorio. Al efecto y no siendo posible el comparendo del
detenido Alfredo Astiz, en razón de la tramitación del proceso sustanciado ante el
Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nro. 5 de la Capital Federal, para su
notificación, líbrese exhorto al Sr. Juez Federal en turno de la ciudad de Buenos
Aires. Oportunamente, cúmplase con la comunicación dispuesta en el art. 34 de la
ley 24.767.Santiago Ulpiano Martínez
Juez Federal Subrogante
Ante mí:
Pablo A. Candisano Mera
Secretario Federal
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