¿VIVIMOS EN DEMOCRACIA? Richard Nixon Soto Inca Hay dos

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¿VIVIMOS EN DEMOCRACIA?
Richard Nixon Soto Inca
Hay dos posibles respuestas a esta pregunta. Son dos palabras sencillas, pero para llegar
a ellas es necesaria e imprescindible una reflexión sobre la sociedad, la historia y la
política. Pero antes de responder a esta pregunta, ¿conocemos realmente el amplio
significado de la palabra "democracia"?, ¿estamos hablando de democracia como forma
de gobierno o como forma de sociedad?
Estamos de acuerdo en que una sociedad puede vivir en democracia o en autocracia. Si
esa sociedad no vive en autocracia, vive en democracia.
Si hablamos de nuestro país podemos decir que nuestro actual sistema de gobierno es
democrático en mayor o menor grado, pero es democrático.
Nuestro Estado se rige por la Constitución Española que fija unos límites y define la
relación que existe entre los poderes de nuestro Estado. En todo Estado democrático
existe la separación de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), la participación y el
pluralismo político, la igualdad y la libertad ideológica, religiosa o de culto. Nuestro
Estado cumple con todo lo anterior que está recogido en nuestra Constitución, por lo
tanto, podemos decir que España es un Estado democrático.
Si España no fuera un Estado democrático, ¿qué palabra deberíamos utilizar para
referirnos a nuestro actual sistema? Esta claro que no podríamos utilizar la palabra
"autocracia", también conocida como dictadura, porque nuestro actual sistema de
gobierno tiene unas bases que son totalmente opuestas a las bases de un sistema
autocrático. La autocracia se basa en la concentración de poderes en una sola persona, la
ausencia de oposición política y la inexistencia de libertad de expresión, de prensa y de
asociación.
Una dictadura provoca muchos perjuicios en una sociedad porque frena el avance y la
evolución de ésta, algo que puede ocasionar un gran malestar social. Una sociedad
sometida a un sistema autoritario es como un esclavo que tiene que aceptar las
condiciones que le impone el patrón, no puede quejarse, ni criticar y mucho menos
rebelarse contra él, porque inmediatamente recibirá un castigo severo que le puede
costar la vida. Pero durante toda la historia de la humanidad hemos visto personas que
deciden arriesgar su vida y acabar con regímenes autoritarios y así beneficiar a la
población que pide cambios. Desde la Revolución Francesa hasta las recientes
Revoluciones Árabes hemos visto como la mayor parte de la población no quiere vivir
en un sistema autocrático, sino que quiere disfrutar de los derechos y las libertades que
ofrece un sistema democrático. Podemos aprender de la historia o simplemente volver a
repetirlo todo como máquinas que no reflexionan sobre lo ocurrido y por lo tanto no
aprenden de las experiencias.
Pero además de reflexionar sobre el pasado debemos ser críticos con el presente y por lo
tanto debemos tener en cuenta propuestas que pueden mejorar nuestro actual sistema de
gobierno. Por ejemplo, los movimientos "15M" y "Democracia Real Ya" piden a
nuestro actual sistema que piense en las personas como seres humanos, no como
máquinas en las que lo más importante es aumentar su productividad. Un país no es una
empresa, por lo tanto, el Estado no sólo debe ocuparse de la economía, sino también de
temas como la educación, la sanidad o la seguridad que también son importantes porque
ante todo debemos pensar primero en las personas y en el bienestar común. También se
pide una mayor participación política de la población que sería una de las bases para
conseguir una democracia participativa, pero claro, no toda la población puede estar
interesada en política, es algo que podemos entender, aunque la política tiene cierta
importancia en nuestro día a día. Si queremos una democracia participativa tiene que
haber un compromiso por parte de todos. Si no hay un compromiso por parte de toda la
población, no tendremos una democracia participativa y, por lo tanto, no tendremos una
democracia real.
Nuestro actual sistema de gobierno es democrático porque cumple con los principios
que todo Estado democrático debe cumplir como son la separación de poderes, la
participación política, el pluralismo, la igualdad y la libertad ideológica, religiosa, de
culto, de expresión, de prensa y de asociación.
Podemos mejorar nuestro actual sistema democrático pensando siempre en el beneficio
y el bienestar de todos, porque ante todo, las personas vamos primero, antes que
cualquier cosa material como lo son el dinero, las empresas, los bancos, los mercados,
la maquinaria o los productos.
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