Poder Judicial de la Nación N° 229 Rosario, 30 de diciembre de 2009.Visto en Acuerdo de la Cámara Federal de Rosario el incidente n° 3211-P “Settel, Carlos Albe rto s/ Excarcelación” (Ppal. 16/08 ‘Investigación...’)”, expte. 54/09 del Juzgado Federal N° 1 de la ciudad de Santa Fe, del que resulta que: Vienen los autos a conocimiento del Tribunal en virtud de la concesión a fs. 16 del recurso de apelación deducido por la defensa a fs. 11/15 contra la resolución n° 29/09 del 10 de novie mbre del año en curso, dictada por el Juez a cargo del Juzgado Federal nº 1 de la ciudad de Santa Fe, por la que rechazó la excarcelación del causante (fs. 7/10). Elevados los autos a la Alzada se dispuso la intervención de la Cámara en pleno (fs. 23) encontrándose inhibida la Dra. Liliana Arribillaga, se celebró audiencia oral para informar (fs. 28), a la que concurrieron el Dr. Néstor Oroño y el Fiscal General Dr. Claudio Marcelo Palacín. No habiéndose logrado la mayoría que el tribunal debe alcanzar para dictar sentencia y encontrándose en uso de licencia el Dr. José Guillermo Toledo, por Acuerdo N° 222/09 de fecha 23 -12-09 obrante a fs. 30 se dispuso su integración. Por resolución n° 1438/09 d e fecha 28-12-09 obrante a fs. 32, la Cámara Nacional de casación Penal designó a los Dres. Daniel Edgardo Alonso y Aníbal María Ríos. Habiendo adquirido firmeza las designaciones aludidas, quedan las presentes en condiciones de resolver Y Considerando que: El Dr. Edgardo Bello dijo: 1°) Esta Cámara ha resuelto en reiteradas oportunidades denegar la excarcelación solicitada por el imputado, cuando no se presenten los presupuestos exigidos en los artículos 316 y 317 del CPPN, interpretando –asimismo- que el examen relativo a la peligrosidad procesal contemplada en el artículo 319, sólo debe hacerse cuando la excarcelación resulte procedente de acuerdo a dichas reglas. La Cámara Nacional de Casación Penal ha dictado el Acuerdo 1/08 –Plenario N° 13- en autos “ Díaz Bessone, Ramón Genaro s/ Recurso de Inaplicabilidad de Ley”, pronunciándose (según el voto de la mayoría), en sentido diferente al que lo venía haciendo este Tribunal. Allí, dicho Tribunal resolvió “…declarar como doctrina plenaria que no basta en materia de excarcelación o eximición de prisión para su denegación la imposibilidad de futura condena de ejecución condicional, o que pudiere corresponderle al imputado una pena privativa de la libertad superior a ocho años (arts. 316 y 317 del C.P.P.N.), sino que deben valorarse en forma conjunta con otros parámetros tales como los establecidos en el art. 319 del ordenamiento ritual a los fines de determinar la existencia de riesgo procesal”. Es decir que, conforme a lo expresado por el voto de la mayoría de la Cámara de Casación cabe entenderse que la improcedencia de la excarcelación o eximición de prisión en función de los criterios objetivos y subjetivos previstos en los artículos 316 y 317 del CPPN para el otorgamiento de la excarcelación y exención de prisión, consistentes en el monto de la pena, la posibilidad de la condena de ejecución condicional y la duración del encierro preventivo, no implican iuris et de jure la inviabilidad de la libertad provisional, ya que puede admitirse prueba en contrario que demuestre la ausencia de peligrosidad procesal. 2°) La Corte Suprema de Justicia de la Nación también ha dicho (Fallos 316:1947) que: "…el Tribunal ha reconocido también la raigambre constitucional de la prisión preventiva, necesario presupuesto del instituto de la excarcelación, desde que el art. 18 de la Carta Fundamental autoriza el arresto en virtud de orden escrita de autoridad competente. El respeto debido a la libertad individual -ha dicho la Corte- no puede excluir el legítimo derecho de la sociedad a adoptar todas las medidas de precaución que sean necesarias no sólo para asegurar el éxito de la investigación sino también para garantizar, en casos graves, que no se siga delinquiendo y que no se frustre la ejecución de la eventual condena por la incomparecencia del reo. Se trata, en definitiva de conciliar el derecho del individuo a no sufrir persecución injusta con el interés general de no facilitar la impunidad del delincuente (Fallos: 280:297), pues la idea de justicia impone que el derecho de la sociedad a defenderse contra el delito sea conjugado con el del individuo sometido a proceso, en forma que ninguno de ellos sea sacrificado en aras del otro (Fallos: 272:188)". 3°) Conforme a lo expuesto corresponde analizar el caso a la luz de las pautas señaladas y, ante la fuerte presunción de riesgo Poder Judicial de la Nación procesal que emerge de la aplicación al caso de los parámetros previstos en los Arts. 316 y 317 del C.P.P.N., toda vez que, según la tipificación inicialmente seleccionada en el caso en estudio –homicidio en carácter de partícipe secundario- podría corresponder, en caso de ser condenado el encartado, un máximo superior a los ochos (8) años de pena privativa de libertad, no siendo viable tampoco, la aplicación de una condena de ejecución condicional dada la pena prevista en abstracto para tal delito; por tanto, corresponde determinar si no obstante ello, dicha presunción resultaría desvirtuada, esto es, si el imputado reviste o no peligrosidad procesal para que sea viable la concesión de la excarcelación solicitada, en los términos de artículo 319 del CPPN. 4°) En tal sentido, entiendo que en el caso en estudio se presentan circunstancias que harían presumir, fundadamente, que el imputado podría llegar a eludir la acción de la justicia y/o entorpecer la investigación y/o sustraerse al cumplimiento de una eventual condena que, en su caso, no sería de cumplimiento condicional sino efectivo. En efecto, a la luz de las pautas establecidas por el art. 319 del CPPN, y de las ponderaciones realizadas en su favor tales como, la edad avanzada, el arraigo familiar, los controles médicos periódicos, todo ello han sido útiles a los fines de concederle el beneficio de la detención domiciliaria del que goza actualmente el imputado. Además de ello, debemos analizar la situación procesal de Settel en un contexto más amplio como, advierto, es el caso del presente incidente y de los autos principales. Especialmente en el caso bajo análisis cabe destacar que al procesado Carlos Alberto Settel se le imputó un hecho especialmente grave ya que por Resolución n° 27/09, en los autos n° 16/08 caratulados “Investigación delitos de lesa humanidad s/ Hechos ocurridos años 1976-1983”, del Juzgado Federal N° 1 de la ciudad d e Santa Fe, se dictó su procesamiento como partícipe secundario del delito de homicidio, decisorio que si bien no se encuentra firme –estando actualmente en trámite la apelación ante esta Cámara- debe tomarse en cuenta a fin de evaluar la pretensión cursada en el presente incidente. No obstante, las valoraciones sobre el grado de intervención la eventual responsabilidad del encartado en tal hecho no corresponderían ser atendidas en el presente, difiriendo su análisis para el momento de resolver la apelación deducida con relación a la cuestión de fondo. En atención a ello las penas previstas en abstracto superan con holgura las cotas establecidas en el art. 316 y concordantes del C.P.P.N.. Se pondera además que “la objetiva y provisional valoración de las características del hecho” es una pauta para evaluar la viabilidad de la soltura anticipada, por lo que la gravedad del delito que se atribuye al encartado y su naturaleza violenta no permiten la concesión de su libertad. Concordantemente con ello, señala la doctrina que: “…hay casos donde la naturaleza no violenta del delito investigado nos lleva más fácilmente a autorizar una excarcelación, con independencia de que sospechemos fundadamente de que la pena a recaer será de cumplimiento efectivo” (Alejandro Carrió, “Excarcelaciones, presunción de inocencia, peligro de fuga y peligrosidad, ¿no es hora de mezclar y dar de nuevo?, artículo publicado en Revista de Derecho Procesal Penal, “Excarcelación”, Santa Fe, año 2005, pág. 80) …”; citado en la causa n° 6848 “Brusa, Víctor Hermes s/ recurso extraordinario”, de la Sala II de la Cámara Nacional de Casación Penal). Por todo lo expuesto, subsiste en mi criterio la restricción legal que imponen los arts. 316 y 317 del C.P.P.N. sin que la situación personal del encartado, conforme las constancias que obran en la causa, incida en su beneficio según los parámetros dados al respecto por el art. 319 del C.P.P.N., atendiendo a la seriedad de la imputación que obra en su contra y el resto de los extremos señalados. Así voto.La Dra. Elida Vidal dijo: Que adhiero a los fundamentos expuestos por el Dr. Edgardo Bello. El Dr. Fernando Lorenzo Barbará dijo: 1°) Carlos Alberto Settel fue procesado en la causa principal en orden a la presunta comisión, en carácter de partícipe secundario, del delito de homicidio (art. 79 del CP), por el hecho que damnificó a Edgardo Luis Ferreyra (Resolución n° 27/09 del 03-11-09 obrante a fs. 1423/1512 del expediente principal n° 3219-P cuya apelación se encuentra a e studio de este Tribunal), habiendo sido privado de su libertad en fecha 05-10-09, conforme el acta de presentación espontánea obrante a fs. 969 del principal que en copias certificadas se Poder Judicial de la Nación tiene a la vista. 2°) Conforme lo dispone el artículo 10 de la ley 24.050, dada la obligatoriedad del fallo plenario N° 13 recaído en autos “Díaz Bessone, Ramón Genaro s/ Recurso de Inaplicabilidad de Ley”, corresponde ajustar el presente pronunciamiento a los términos de aquella sentencia, sin perjuicio de la opinión personal de los miembros de este Tribunal expuesta en casos anteriores. En dicho fallo, la Cámara Nacional de Casación Penal resolvió: “…declarar como doctrina plenaria que no basta en materia de excarcelación o eximición de prisión para su denegación la imposibilidad de futura condena de ejecución condicional, o que pudiere corresponderle al imputado una pena privativa de la libertad superior a ocho años (arts. 316 y 317 del C.P.P.N.), sino que deben valorarse en forma conjunta con otros parámetros tales como los establecidos en el art. 319 del ordenamiento ritual a los fines de determinar la existencia de riesgo procesal”. 3°) Así considerada la cuestión, en cuanto a lo que es materia de recurso corresponde señalar que, en principio, si nos limitamos a la escala penal como pronóstico objetivo, surge que en función de las pena máxima prevista por el CP para el delito por el que se encuentra procesado no procedería la excarcelación, y tampoco podría corresponderle a Settel, en caso de condena, una pena en suspenso, dados los mínimos a tener en cuenta en función de la figura referida. Esta conclusión, no se ve afectada por el grado de participación otorgado a Settel en el procesamiento y la consecuente reducción de la escala penal, conforme lo dispone el artículo 46 del CP. Sin embargo, y en atención a la doctrina que emana del pleno aludido, y a lo resuelto por el superior, debe analizarse la configuración de concretos elementos de peligrosidad procesal, en los términos del art. 319 del código de rito. A ese fin, la provisional valoración de las características del hecho que se imputa a Settel, indica que se trata de un de hecho serio y grave (homicidio), de naturaleza violenta, calificable como crimen de lesa humanidad. Por otra parte, el tiempo que el imputado lleva en prisión preventiva, distaría de ser irrazonable, en tanto fue detenido el 05-10-09 (fs. 969 del principal). En el sentido indicado, tomo en cuenta también, lo dicho por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en relación al tema, en cuanto a que “La “seriedad de la infracción como [la] severidad de la pena” pueden ser tomadas en consideración al momento de analizar el riesgo de evasión pero con la advertencia sentada en el Informe N° 12/96: Su u tilización para justificar una prolongada prisión previa a la condena produce el efecto de desvirtuar la finalidad de la medida cautelar, convirtiéndola, prácticamente, en un sustituto de la pena privativa de libertad. El último párrafo de la cita precedente y los subsiguientes son tenidos como fundamentos “a contrario sensu”. En tanto la misma comisión sostuvo: “además, la expectativa de una pena severa, transcurrido un plazo prolongado de detención, es un criterio insuficiente para evaluar el riesgo de evasión del detenido. El efecto de amenaza que para el detenido representa la futura sentencia disminuye si la detención continúa, acrecentándose la convicción de aquél de haber servido ya una parte de la pena”. (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Informe 35/07, “José, Jorge y Dante Peirano Basso”, punto nro. 89). A mayor abundamiento, cabe recordar que es criterio de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que el derecho del que goza el imputado sometido a proceso (de transitarlo en libertad en virtud del principio de inocencia), debe conjugarse con el que tiene la sociedad de defenderse contra el delito. Debe igualmente evaluarse que la prisión preventiva tiene -con ciertas limitaciones que le dan marco-, sustento constitucional. En Fallos, 310:1835, el Máximo Tribunal sostuvo: “El derecho de gozar de libertad hasta el momento en que se dicte la sentencia de condena no constituye una salvaguardia contra el arresto, detención o prisión preventiva, medidas cautelares éstas que cuentan con respaldo constitucional, pues la idea de justicia impone que el derecho de la sociedad a defenderse contra el delito sea conjugado con el del individuo sometido a proceso, de manera que ninguno de ellos sea sacrificado en aras del otro”. Cabe agregar, en relación a la características del delito imputado a Carlos Alberto Settel en autos, lo resuelto por la Sala IV de la Cámara de Casación Penal en oportunidad de revisar una resolución dictada por esta Cámara Federal de Apelaciones de Rosario en autos “Martínez Dorr, Roberto José s/ recurso de casación”, Expte. N° 10.486, en fallo N° 11.690.4 de fecha 28 de abril de 2009. Dicha Sala afirmó allí que: “…En esta tarea, es menester tener en consideración las consecuencias jurídicas particulares que tienen los delitos aquí imputados, y que los diferencian del común de los delitos, ya que es indudable que el criterio judicial vigente de nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación ha Poder Judicial de la Nación evolucionado en la interpretación y alcance conferido a este tipo de reatos. Así las cosas, es doctrina consolidada por el Alto Tribunal que los delitos contra la humanidad: son imprescriptibles (Fallos: 327:3312), no son susceptibles de ser amnistiados (Fallo: 328:2056), generan un derecho hacia las víctimas al conocimiento de la verdad (Fallos:321:2767) y han generado una revisión del alcance conferido al instituto de la cosa juzgada (Fallos: 326:2805, Fallos: 330:3248). Las características antes apuntadas y las consecuencias resultantes, se presentan como elementos que pueden en cada caso ser computadas negativamente respecto del riesgo de sustracción del accionar de la justicia. En otras palabras, en la ponderación sobre la existencia de riesgos procesales no puede desconocerse la situación antes apuntada, la cual lleva a concluir en este caso que la decisión del ‘a quo’ se encuentra debidamente fundada y debe ser confirmada. Por todo ello, considero que la presunción fundada de que el encausado intentará eludir el accionar de la justicia en caso de ser puesto en libertad encuentra suficiente sustento en las disposiciones contenidas en el código de rito, teniendo en cuenta además: a) que el proceso se encuentra actualmente en la etapa de instrucción, b) la voluminosidad y complejidad del expediente y, c) la gravedad de los delitos imputados, entiendo que la resolución adoptada por el ‘a quo’ se presente ajustada a las pautas establecidas en el código de forma…” (voto del Dr. Gustavo M. Hornos). Asimismo, se sostuvo en el mismo fallo que: “…los jueces que suscribieron el voto mayoritario…han ponderado, ceñidos a las reglas que gobiernan la lógica, la psicología y la experiencia común el cúmulo de circunstancias que influyen en la viabilidad o no del beneficio solicitado, a saber: la pena en expectativa prevista para los delitos imputados al enjuiciado y la gravedad de los hechos a él atribuídos …, y fue, sin duda, de la valoración de esas circunstancias que se hicieron de la convicción de que el nombrado, de ser excarcelado, podría tanto burlar la acción de la justicia como obstruir el avance de las investigaciones. Por tanto, el fallo atacado…hace suyo lo resuelto en el Plenario N° 13 de esta Cámara “Díaz Bessone, Ramón Genaro s/ recurso de casación”, desde que para decidir el rechazo de la soltura caucionada…a la escala penal en abstracto prevista para la conducta que se reprocha al acusado, que desde luego se conecta con la entidad del delito pesquisado, se la vinculó con los parámetros establecidos en el art. 319 del código adjetivo, motivación en ese sentido, que la defensa no ha podido desvirtuar, entendido ello como que no ha logrado demostrar la inexistencia de los peligros procesales de que da cuenta la norma ut supra citada. Y no debe sopesarse que la cuestión así decidida se ajusta a lo expresado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en el Informe 2/97, en tanto fue tajante en cuanto a que ‘…la seriedad del delito y la eventual severidad de la pena son dos factores que deben tenerse en cuenta para evaluar la posibilidad de que el procesado intente fugarse para eludir la acción de la justicia…’, confiriéndoles así, a dichas particularidades, un incuestionable valor para la dilucidación de la cuestión planteada (confr., en igual sentido, Guillermo R. Navarro y Roberto R. Daray, ‘Código Procesal Penal de la Nación’, ed. Hamurabi, Bs. As., 2004, Tomo 2, pág. 871)…Por lo demás, he de señalar que también es correcta la denegación de la soltura provisoria del inocente a partir del razonamiento de que aquél, en libertad, podría comprometer el esclarecimiento del caso, pues aún transitando la causa la etapa de recolección de elementos probatorios, bien podría Martínez Dorr, si es que supusiese de la existencia de nuevos elementos probatorios que podrían agravar su situación procesal, lanzarse a procurar su destrucción u ocultación, tal cual lo viene resolviendo este Estrado reiteradamente .” (voto del Dr. Mariano González Palazzo). Los argumentos volcados en el fallo citado son de aplicación al presente caso. En conclusión, se aprecian respetados los parámetros de razonabilidad y proporcionalidad de la medida, por lo cual la decisión del juez de primera instancia se ajusta a derecho y corresponde su confirmación. El Dr. Aníbal María Ríos dijo: Adhiero a los fundamentos expuestos por el Dr. Fernando Lorenzo Barbará. El Dr. Daniel Edgardo Alonso dijo: Adhiero a los fundamentos expuestos por el Dr. Fernando Lorenzo Barbará. Coincido plenamente con la aplicación del estándar de referencia, pero no como producto de una imposición del criterio del superior, sino en virtud de la clara letra y espíritu de la Constitución Nacional y legislación adjetiva vigente que no hace otra cosa que reglamentarla; considerando asimismo, innecesario en el caso propiciar la declaración de inconstitucionalidad del art. 10 y cctes. de la ley 24.050, al existir coincidencia conceptual entre el criterio que invariablemente he sostenido y la doctrina sentada en el Plenario DIAZ BESSONE. El Dr. Carlos Carrillo dijo: Poder Judicial de la Nación El juego de los arts. 316 y 317 del CPPN y arts. 26 y 46 del CP, determinaría que la imputación que enfrenta Settel (como partícipe secundario en un hecho de homicidio) no resultara pasible de excarcelación conforme al criterio tradicionalmente seguido en la materia por ambas Salas de esta Cámara. No obstante, corresponde estar a la doctrina obligatoriamente impuesta por el Plenario nro. 13 de la Cámara Nacional de Casación Penal (cf. art. 10 ley 24.050) y evaluar la existencia de peligro procesal en el caso concreto. Desde esa óptica, adelanto que las circunstancias del caso y de la persona, evaluadas conforme a las pautas del art. 319 del CPPN. permiten concluir que no media riesgo para los fines del proceso que pueda derivarse de la soltura del imputado. En tal sentido atiendo a que -más allá del análisis que pueda hacerse a la hora de resolver sobre la apelación contra el auto de procesamiento- la concreta intervención en el hecho que el a quo le ha endilgado en esa resolución de mérito puede calificarse como indirecta o remota. A partir de esa circunstancia, y en razón del número de posibles delitos intimados y las modalidades de comisión de los hechos y de intervención atribuidos a cada persona, son evidentes las diferencias entre el presente caso y otros por delitos de la misma clase en que me he pronunciado anteriormente. Igualmente, en el análisis del eventual riesgo procesal debe ponderarse que del informe socio-ambiental producido por el juzgado en el incidente de exención de prisión (nro. 44/09) se desprende que se trata de una persona de elevada edad (72 años) con algunos problemas de salud que lo obligan a controles médicos cada 15 días, que reside desde 1984 en el mismo domicilio, departamento que le pertenece en propiedad, que no tiene otros ingresos fuera del que le corresponde como militar en retiro, que se ocupa de la situación de su madre (96 años de edad) con quien mantiene estrechos y estables lazos, así como con una hermana. Todo lo que evidencia un singular arraigo. Mención especial en cuanto a su sujeción a la jurisdicción merece un dato acreditado en el sumario principal, como es que tres años antes de que se decidiera tomarle declaración indagatoria, se presentó en forma espontánea ante el tribunal para ponerse a disposición, actitud que reiteró cuando fue convocado a prestar esa declaración. Igualmente se hace mérito de que la instrucción ya lleva años y no se ha alegado que haya diligencias de investigación instadas por la acusación o el juzgado pendientes de ser cumplidas. Además, el a quo no ha mencionado en su fallo un solo elemento (fuera de la pena en abstracto y la gravedad del supuesto delito) que acredite riesgo procesal, ni ha valorado ninguna de las probanzas aportadas por la defensa en cuanto a ese aspecto. En tal situación y atendiendo a la doctrina del Plenario nro. 13 de la Cámara Nacional de Casación Penal en autos “Díaz Bessone” se concluye que la libertad del causante no importa riesgo para la consecución de los fines del proceso. No obstante, se aprecia conveniente garantizar la presencia del sujeto en la mayor medida a través de la prohibición de salida del país y la caución real o personal que fije el señor juez, atento que dada la seriedad de la pena en expectativa podría resultar insuficiente la de naturaleza juratoria. Por tanto, en mérito al resultado del Acuerdo que antecede. SE RESUELVE: Confirmar la resolución n° 29/09 de fecha 10-1109, obrante a fs. 7/10, que denegó la excarcelación de Carlos Alberto Settel, Insértese, hágase saber y oportunamente devuélvase al Juzgado de origen. No participa del Acuerdo la vocal Liliana Arribillaga por haberse aceptado su excusación en los autos principales y el Dr. José Guillermo por encontrarse en uso de licencia (Expte. n° 3211-P). Fdo. Bello – Barbará – Vidal – Carrillo (en disidencia) – Jueces de Cámara – Alonso y Rios (Jueces de la CFA Paraná integrados por la CNCP) – Juan Bottazzi – Secretario de Cámara.- Poder Judicial de la Nación