LA COLABORACION JUDICIAL ENTRE LOS REINOS DE CASTILLA Y PORTUGAL EN LA MONARQUIA HISPANICA DIEGO J. MARTIN GUTIERREZ I. Unión política y separación jurídica del Reino de Portugal en la Monarquía hispánica. Partiendo de la consideración de que el término Monarquía es puramente político, y que jurídicamente, en las uniones de Reinos con separación jurídicoinstitucional, sólo cabe hablar de Coronas, la unión de Portugal y Castilla es una unión de Reinos: Castilla es una Corona y Portugal un Reino, por lo que al suceder Felipe II en Portugal, ésta se integra en la Corona de Castilla, con separación jurídica e institucional. Sólo la política exterior (fundamentalmente militar) es común, como regalía mayestática. Por ello también decimos que Portugal no sólo se une a la Corona de Castilla, sino que se integra en la Monarquía hispánica. La "buena correspondencia", como principio fundamental de la acción de gobierno en el Portugal unido a Castilla e integrado en la Monarquía hispánica, es una expresión de la unidad política, que está supeditada al mantenimiento de la separación jurídica. Por ello, SM continuamente recuerda a virreyes, comisarios, altos oficiales militares y hacendísticos la obligación y conveniencia de mantener una "buena correspondencia" entre ministros y oficiales de Portugal y Castilla. La "buena correspondencia" es el camino seguro hacia la consecución de la integración de Portugal en la Monarquía. Porque hay que destacar que si bien la unión de Reinos es un hecho que se produce en un solo acto, la integración en la Monarquía es un proceso abierto, es decir, que Portugal se una a Castilla no quiere decir que se haya integrado definitivamente 2 en la Monarquía hispánica, esa integración es un proceso, a cuyo buen término ayuda sobremanera el principio de "buena correspondencia", pues sin ella la integración es una utopía que se convierte en quimera y acaba por desunir los Reinos, separándolos para siempre. Ya en el ofrecimiento que el duque de Osuna realizó en las Cortes de Almeirim el 20 de marzo de 1580, en el capítulo 21º, se contemplaba la apertura (franquicia) de los puertos secos como una medida que se tomaría «en beneffiçio del Pueblo y Universal destos Reynos y porque se augmente el comerçio y buena correspondençia con los de Castilla»1. Aquella oferta fue confirmada por Felipe I de Portugal (II de Castilla) en las Cortes de Tomar del 20 de abril de 1581, quedando incorporada la concesión en la Carta Patente de 15 de noviembre de 15822, documento que debemos considerar fundacional del Portugal integrado por constituir un pacto entre rey y reino. A la vez que se reconocía (capítulo 17º) la separación jurídico-financiera del Portugal integrado: «Que todas las causas y hechos que tocaren a Justiça y Hazienda de qualquier calidad y contia se determinaran finalmente y se executaran en estos Reynos, assi como agora se haze». Sin embargo, ya con anterioridad a la unión de Portugal a Castilla en la persona de Felipe II, en las capitulaciones de paz entre ambos Reinos siempre se había hecho una reserva sobre «os casos em que não deuem valer os Reynos aos delinquentes», dadas la frecuencia con que algunos perseguidos por causa de la Justicia y deudores cruzaban "la raya" para huir de su jurisdicción natural y 1AGS, E, 416, 204. 2AGS, E, leg 426; BNL, Pombalina, 249; CODOIN, XL, 390-393; A. RIBEIRO, Patente das merces, graças e privilegios de que ElRei Dom Philipe Nosso Senhor fez merce a estes seus Regnos (Lisboa, 1583). 3 la importancia de ciertos delitos, que justificaba la persecución más allá de las fronteras jurisdiccionales3. Estas excepciones al principio general de inmunidad de jurisdicción que corresponde al natural de un Reino que se refugia en otro, para el caso portugués no fueron recogidas en las Ordenações Filipinas de 1603; pero, como aclara el doctor Jorge de Cabedo en su Errata da nova Recopilaçaun das Leis e ordenações deste Reyno de Portugal com algunas outras advertencias necessarias e substanciaes, "se não poserão as Capitulações entre este Reyno e o de Castella, …por serem Capitulaçoens feitas entre os reys, que pelo tempo se podião alterar, ou tirar de todo; mas ficão em seu vigor e observancia, como dantes"4. Pero, claro está, la separación jurisdiccional requería que para la persecución de una persona en el Reino vecino, debería contarse con las autoridades judiciales del Reino receptor, las únicas que podían apresar al delincuente o deudor y ponerle en manos de la jurisdicción que lo requería. De este modo, en 1607, SM vuelve a remarcar la jurisdicción independiente de Portugal, respecto de Castilla5; lo cual no impide que, sobre todo en materia de ejecuciones a deudores de la Real Hacienda, se creen mecanismos de colaboración judicial, no exentos de cierta conflictividad. Un intento bastante serio de poder ejecutar los deudores portugueses a la Hacienda de aquel Reino, cuando éstos eludían sus responsabilidades en 3AGS, E, 391, f 5; BNM, ms.1890. 4J. A. de FIGUEIREDO, Synopsis chornologica de subsidios ainda os mais raros para a Historia e estudo critico da Legislação portugueza (Lisboa, 1790), II, 301. 5ANTT, Fundo Português da Biblioteca Nacional de Paris, 23, f 496. 4 Portugal simplemente refugiándose en Castilla (inmunidad de jurisdicción) o en la misma Corte (inmunidad cortesana), fue el dotar a la Junta de Hacienda de Portugal, que se reunía en la Corte, de jurisdicción en los Reinos de Castilla. Hecho insólito, pues ni siquiera el Consejo de Portugal tenía competencia en materia de Justicia y era el primer organismo de gobierno territorial al que se le otorgaba dicho poder. Pero en otro orden se encontraban aquellos deudores portugueses no a la Hacienda lusitana, sino a la Hacienda de Castilla, principalmente proveedores del despliegue militar castellano en Portugal (presidios y armadas). Estos deudores portugueses sólo podían ser ejecutados por los órganos jurisdiccionales portugueses (separación jurisdiccional), no por los castellanos. Y ello, unido a lo anterior, además del problema económico que supone para la Monarquía, dificulta una acción política bien definida por el monarca hispánico: por un lado la integración (que bajo el consulado olivarista se intentará ampliar a igualdad de contribución) entre los Reinos de la Monarquía, y por otra parte la proyección europea de la Monarquía católica, para la era imprescindible mantener el flujo económico del imperio ultramarino. 5 II. La Armada del Mar Océano en Lisboa. En la misma Carta Patente de Tomar, partiendo de igual modo de aquellas gracias y mercedes ofrecidas por el duque de Osuna al reino portugués, se incluía en el el capítulo 24º lo siguiente: «Que en la prouision de las armadas de la India y de las demas para la deffensa del Reyno y castigo de los cosarios y conseruaçion de las Fronteras de Affrica, SM mandara tomar con este Reyno el assiento que pareçiere conuenir, aunque sea con ayuda de los otros sus estados y mucha mas costa de su Real Hazienda». Con ello se comprometía el rey a costear con rentas de Portugal, de otros Reinos de la Monarquía y suyas propias, la defensa de las posesiones ultramarinas del Reino lusitano. Para lo cual se destaca en Lisboa la llamada Armada del Mar Océano, con el fin de salvaguardar las posesiones atlánticas de Portugal y su costa peninsular. Esta Armada castellana se forma en Lisboa, pero a costa de la Hacienda de Castilla. Los asientos prometidos por el rey en la Carta Patente de Tomar (capítulo 24º), se fueron tomando de forma variada, «segundo a disposição dos tempos e humores dos ministros». Siendo el principal de dichos asientos el que «a Armada Real de Castella com titulo do mar Oceano foisse a elle para a goarda das Armadas da India, defenção do Reyno e castigo dos corsarios». Al frente de esta Armada se encontraba un Capitán General y respondían de las funciones financieras necesarias para llebar a cabo los efectos del citado capítulo 24º de 6 Tomar un veedor general, un pagador general y los contadores de cuentas, con los demás oficiales menores que les auxiliaban6. Para el desarrollo de sus tareas llevaban estos oficiales castellanos unos regimientos e instrucciones detallados, que sobre todo les facultaban y ordenaban la forma de realizar los tratos con las autoridades y asentistas portugueses, en aras del mantenimiento y apresto de la Armada. Las Armadas castellanas en Lisboa comienzan a formarse en 1582, al mando del marqués de Santa Cruz, y continúan durante todo el período filipino. Sin embargo, estas Armadas eran un complemento, ciertamente indispensable, a las armadas portuguesas. En un principio, ambas armadas eran dirigidas por el mismo capitán general, bajo el virreinato del archiduque Carlos Alberto. Más adelante, al ser aquél un modo «mais de Reinos incorporados e não unidos, como este, per sucessão a Coroa de Castella», se decidió que era mejor para salvaguardar la separación institucional de Portugal un mando conjunto: «a Armada deste Reyno saise debaixo de seu capitão mor e estandarte real de Portugal e que ajuntandose com a de Castella lhe faria as saluas deuidas á superioridade da Coroa de Castella, de que teria igual reposta no nº de tiros somente, conseruandose por este modo a autoridade e preeminencia do Reyno, inseparauel do de Castella, como Coroa não incorporada, mas unida somente»7. Precisamente, la cuestión del mando separado de las Armadas no originó problemas, dada la superioridad militar que ostentó siempre el capitán general 6BPA, 50-V-28, ff 167-167v. 7BPA, 50-V-28, f 167. 7 de Portugal, normalmente virrey, y la supremacía directiva del Consejo de Estado de la Monarquía, presidido por el rey. Ahora bien, los conflictos surgen en las actividades preparatorias de dichas armadas. Teniendo su sede en Lisboa, los agentes y oficiales castellanos que se encargan de dirigir y contratar los aprestos de la Armada del Mar Océano, no tienen más remedio que contratar con portugueses y de las cuentas con éstos surgen los problemas. Cuando el débito resulta a favor de la Corona castellana, los contadores de Castilla actúan directamente, según su regimiento, contra los castellanos deudores. Por contra, manteniéndose la separación jurisdiccional, en el caso de resultar deudores los asentistas portugueses, la mayoría de las veces de esta condición, los contadores y comisarios castellanos se ven obligados a reclamar a través de las autoridades del Reino lusitano, las cuales a veces fallan y ejecutan en favor de la Real Hacienda de Castilla y en otras ocasiones, parece que las más, en contra de ella, favoreciendo a los naturales de Portugal que celebran contratos para el apresto de la Armada castellana. 8 III. Los precatorios de los contadores castellanos ante las justicias portuguesas. El asunto adquiere una importancia tremenda, dado que del éxito de los aprestos depende la efectividad en la defensa de la carrera de la India, siendo la renta de la pimienta uno de los principales ingresos para las arcas de la Monarquía. El problema político se ve claro: el rey compromete la Hacienda castellana y la suya propia en la empresa ultramarina portuguesa, resultando que al final se malogran los dineros en el propio Reino de Portugal, en perjuicio de la defensa marítima del Reino y, por tanto, el favor que pudiera recibir con la ayuda castellana se esfuma precisamente por culpa del Reino. El monarca no tiene más remedio que forzar una colaboración judicial portuguesa, que incluso pudiera poner en entredicho la separación jurisdiccional. Así, el 23 de febrero de 1618 se publica en Lisboa un alvará mandando cumplir los precatorios de los contadores de Castilla contra los portugueses deudores a la Corona castellana8. Dicho alvará precisará el complemento de una postilla firmada por Felipe II de Portugal el 18 de junio de 1620 y fechada en Lisboa el 20 de octubre del año siguiente, dado que «pellas justiças da Coroa deste Reyno se poem algumas 8J. P. RIBEIRO, Indice Chronologico Remissivo da Legislação portugueza posterior á publicação do Codigo Filippino com hum appendice. Parte I. Desde a mesma publicação até o fim do reinado do Senhor D. João V (Lisboa, 1805), 53; BPA, 50-V-28, f 164. 9 duuidas e impidementos aos precatorios que os conttadores da Coroa de Castela pasão para se faser execução nos bens dos portugueses que forem deuedores a minha Fazenda da ditta Coroa de Castella por reção dos assentos e contratos que com ella fiserão e dinheiro que dela reçeberão»9. El alvará de 1618 ordenaba expresamente que «os precatorios que daqui em diante os dittos conttadores passarem para o ditto efeitto se cumprão muy inteiramente e se faça por elles execução asistindo a iso a pessoa que os dittos contadores ordenasem». E incluso declaraba además que «sendo casso que por parte dos deuedores se uenha com embargos, não tomem conheçimento delles as ditas justiças, antes os remetão logo aoss mesmos conttadores de que emanarão os dittos precatorios e com o que por elles for detreminado sobre os taes embargos se faça execução na forma das Ordenações do Reyno sem se adminitr mais replica nem duuida alguma». ¿De dónde nacen, en tal caso, las dudas e impedimentos que motivan la postilla posterior de 1620? Precisamente de la negativa a cumplir las autoridades judiciales portuguesas una norma regia contraria al capítulo 17º de la Carta Patente de Tomar. Una vez más, la rígida separación jurídica del Portugal unido políticamente a Castilla, dificulta la integración. El Derecho pone un obstáculo a la Política, los Reinos que configuran la Monarquía son a la vez un lastre para ésta. De ello se quejará amargamente el Conde Duque de Olivares. En tal sentido, la postilla precisa que «para milhor se posa executar o conteudo neste aluara, que na dita execução se proçeda tambem e se faça execução nos fiadores, heredeiros e poseidores dos bens das pesoas que 9BPA, 50-V-28, f 165. 10 deuerem as ditas diuidas a minha Fazenda». Y otra provisión regia del 28 de junio de 1624, reitera y aclara, en respuesta a consulta de los contadores castellanos en Portugal del 7 de mayo anterior, que «o ditto aluara e postila se guardem inteiramente, por quanto não em comtrão os priuilegios deste Reyno»10. Pese a lo contundente de las medidas, básicamente que los contadores apliquen el Derecho portugués si existe alguna alegación y que vayan en la ejecución contra cualquier bien del deudor o familia, las órdenes del rey continuarán sin ser aplicadas y, por tanto, las justicias portuguesas siguieron haciendo caso omiso a los precatorios de los contadores castellanos. Felipe III, al igual que su padre sufre el problema del límite que le señala el Derecho a la Política que su valido pretende desarrollar. Una nueva vía intentará el Conde Duque: una carta regia al virrey de Portugal. En ella se hace saber que el fiscal del Consejo de Hacienda de Castilla despachó comisiones a Sebastián de Olega, Pedro de Salazar, Pedro de Suazo y a Francisco de Villa Real, como contadores de la Armada del Mar Océano, para tomar y finiquitar las cuentas de los gastos de la Armada por cuenta de la Corona de Castilla. Sin embargo, según refiere el monarca a su virrey, «por alguns justiças dese Reyno se lhe faz empedimento e estoruo nas execuções dos alcançes liquidos em que estão feittos deuedores alguas pesoas e em particular Pedro Gaifão Parada, que foi vesinho e morador na villa de Abranttes». Ante ello, el monarca apela a la razón de que en lo que fuera justo se ayude a los contadores sin perjuicio de los privilegios del Reino. Por ello, ordena al virrey dé los mandatos oportunos para que «as justiças dese Reyno asistão aos dittos contadores e lhe dem toda ajuda e fauor que por sua 10J. P. RIBEIRO (1805), 74; BPA, 50-V-28, f 165-165v. RIBEIRO fecha erróneamente el "alvará mandando observar o de 23 de fevereiro de 1618", ya que es del 28 de junio de 1624 y no del 27 de junio de dicho año. 11 parte se lhe for requerido nas execuções das diuidas que se estiuerem deuendo a minha Façenda da Coroa de Castela, e em tudo o tocante a elas, para que os deuedores com subtterfugios e cautelas não possão fraudar nem dilatar o pagamento do que liquidamente deuerem, e percurareis que em tudo se tenha a boa correspondencia que he razão entre os ministros desa Coroa e os da de Castella que ahi me seruem». Si la Casa da Suplicação, principalmente y como tribunal superior de justicia, se pronuncia en contra de los precatorios de los contadores castellanos, aduciendo la vulneración de la jurisdicción separada que corresponde a los naturales de Portugal en su Reino; los contadores y comisarios castellanos, así como otras autoridades portuguesas y el propio Consejo de Portugal, mantienen que la vulneración de las provisiones regias por las justicias lusitanas es contraria «a origem do negocio que procede da dita capitulação e contra o da mesma natureza da administração delle e contra as ditas ordens dadas por Sua Magestade»11. Siendo claro el razonamiento portugués, interesa por último mostrar lo aducido al respecto por los ministros cortesanos. En cuanto al primer argumento, se entiende que las dificultades de las justicias contrarían el capítulo 24º de la Carta Patente de Tomar, puesto que de ella se desprendería que los oficiales hacendísticos de las Armadas deberán tener la jurisdicción y poder necesarios para culminar con éxito el apresto de la Armada, cosa para la que resulta imprescindible y consustancial la ejecución de los deudores. Así, las justicias portuguesas deben, sin más jurisdicción que la que les concede la capitulación a los contadores castellanos, «cumprir com effeito os precatorios dos ditos contadores». 11BPA, 50-V-28, f 167-168. 12 También están obligadas las justicias portuguesas por la naturaleza de la administración del negocio previsto en la capitulación, es decir, de la que significa gobernar y proveer una Armada como la prevista en el capítulo citado de la Carta Patente. Se trata en el fondo de un argumento de carácter mayestático, expresado a través de una especie de principio de reciprocidad jurídico-lógico: si un particular puede pedir cuentas a sus criados y factores por la hacienda confiada y los terceros también pueden pedirles y demandarles ante la autoridad judicial, ¿cómo no va a poder hacerlo un contador del rey que actúa en nombre del soberano? Se trata de una regalía tradicional en los reyes hispánicos. Incluso el Livro dos Regimentos e Ordenações da Fazenda, publicado oficialmente el 17 de octubre de 1516, en su capítulo CCXXXVII, al referir los «Direitos Reaes, que aos Reys pretencem haver em seus Reinos por Direito Commum», resalta que lo es el «poderio para fazer officiaes de Justiça, assim como são corregedores, ouvidores, juizes, merinhos, alcaides, tabelliães e quesquer outros officiaes deputados para administrar Justiça», así como «em todo o caso, onde por Lei do Reino algum deva perder os bens, não por via de condemnação, mas sómente por desobedecer ao Principe e trespassar seus mandamentos; em tal caso seus bens serão confiscados, segundo a fórma da dita Lei; não embargando que haja herdeiros lidimos ascendentes ou descendentes em qualquer grão»12. Por último, los obstáculos que se ponen al cumplimiento de los precatorios castellanos vulneran las órdenes de su magestad, lo cual no es permitido a los jueces ni por la autoridad suprema del rey ni por la razón. Puesto que si «entendessem que hauia nellas algum defeito o deuem tratar e comunicarlo os superiores para se suprir sendo necessario, e não julgar o 12J. R. M. de C. C. e SOISA, Sistema ou Collecção dos Regimentos Reaes, contém os Regimentos pertencentes á Administração da Fazenda Real (Lisboa, 1818), I, 142. 13 contrario do que Sua Magestade manda pellas ditas ordens, principalmente sendo ellas para o fim disposto pella dita capitulação 24 e segundo a natureza do mesmo negocio que procede a respeito dos particulares quanto mais a respeito da Fazenda Real da Coroa de Castella, despendida em conseruação e defensão desta de Portugal». En definitiva, con independencia de los razonamientos, se trata de la pugna entre la Política y el Derecho, en este caso vestidos de tintes "imperialistas" y ropajes "nacionalistas", respectivamente. Es el problema que plantea la unión ibérica, sobre la base de la unión política y la separación jurídico-institucional, sostenida en un pacto de una rigidez tal que imposibilita articular mecanismos de colaboración y de buena correspondencia. En ausencia de tales mecanismos de integración la unión camina más entre la sujeción y la separación que por la senda de un proceso verdaderamente integrador que en el tiempo vaya posibilitando que las lógicas tensiones se enerven. 14 V. Transcripción de un «papel tocante a la juridición de la Corona de Castilla en este Reyno de Portugal». Biblioteca da Ajuda, cota 50-V-28, ff 164-168v. «Aluara de sua magestade. »Eu el Rey faço saber aos que este aluara virem que hauendo respeitto ao muito que comuem a meu seruiço e boa arrecadação de minha Fazenda, que os precatorios que os contadores da Coroa de Castela que asistem neste Reyno passarem para as justiças delle fazerem execução nos bens e fazenda dos portuguezes que forem deuedores a minha Fazenda da ditta Coroa por rezão dos assentos e contratos que com ella fizerão e dinheiro que della reçeberão, se cumprão; ey por bem e me praze que os precatorios que daqui em diante os dittos conttadores passarem para o ditto efeitto se cumprão muy inteiramente e se faça por elles execução asistindo a iso a pessoa que os dittos contadores ordenasem. E que sendo casso que por parte dos deuedores se uenha com embargos, não tomem conheçimento delles as ditas justiças, antes os remetão logo a oss mesmos conttadores de que emanarão os dittos precatorios e com o que por elles for detreminado sobre os taes embargos se faça execução na forma das Ordenações do Reyno sem se admitir mais replica nem duuida alguma. Pello que mando a todas as justiças, offiçiaes e pessoas a que o conheçimento disto pertençer cumprão e guardem este aluara como se nelle comtem. O qual se registara na Casa da Suplição, Relação do Porto e nas Ilhas dos Assores e Valera, posto que o effeitto delle haia de durar mais de hum anno, sem embargo da ordenação em contrario. Siprião de Figeredo o fez em Lixboa a 23 de feuereiro de mil seisçientos e dezoito. Eu Pedro Sanches Farinha o fiz escreuer. Rey. Dom Diogo de Castão. Por carta de sua magestade 15 de 16 de agosto 627. João Gomez Leitão. Pagou nada em Lixboa a 26 de abril de 1628 annos. Miguel Maldonado. Fica na Chançelaria registado o aluara atras escritto no Liuro de Leis a folhas 92. Miguel Maldonado. Cumprase e registese como sua magestade manda. Porto 20 de junho de 629. Eu Pedro Jorge Correa. Fica registrado no Liuro da Esphera da Relação do Portto a folhas 493 na uolta. Domingos de Miranda Sardinha.» f 164 «Postila. »Por quanto tenho entendido que pellas justiças da Coroa deste Reyno se poem algumas duuidas e impidementos aos precatorios que os conttadores da Coroa de Castela pasão para se faser execução nos bens dos portugeses que forem deuedores a minha Fazenda da ditta Coroa de Castella por reção dos assentos e contratos que com ella fiserão e dinheiro que dela reçeberão. Hey por bem para que milhor se posa executar o conteudo neste aluara que na dita execução se proçeda tambem e se faça execução nos fiadores, heredeios e poseidores dos bens das pesoas que deuerem as ditas diuidas a minha Fazenda. E mando as justiças, offiçiaes e pesoas a que o conheçimento disto pertençer cumprão e guarden esta postila como se nela comtem, que valera posto que seu effeitto haia de durar mais de hum anno, sem embargo da ordenação do 2º Liuro ttº 40 em contrario. Siprião de Figeredo a fez em Lixboa a 20 de outubro de mill e seisçentos e vinte e hum. João Pereira de Castel-Branco a fiz escreuer. Rey. Per carta de sua magestade de 18 de junho de 620. Em 15 de setembro de 621. Aluaro Lopez Munis. Inaçio Ferreira. Na Postilla. Francisco Vas Pintto. Pagou nada em Lixboa a 30 de desembro de 621 annos. Miguel Maldonado. Fica registado o aluara e postila no Liuro nono das Leis Extrauagantes da Casa da Suplicação a folhas 130 verso. A 30 de Julho 622. Lourenço da Silua Pereira. 16 Fica registado na Chançelaria a postilla atras escritta no Liuro de Leis a ffolhas 122. Miguel Maldonado.» f 165 «Prouizão. »Eu el Rey faço saber aos que este aluara virem que hauendo respeitto ao que me emuiarão dezer por sua petição os conttadores da Coroa de Castela que residem neste Reyno aserca das duuidas que por meus ministros se lhe poem ao comprimento do aluara que lhe mandei pasar em treze de feuereiro de mill seisçentos e dozoitto e postilla de vinte de outubro de mill seisçentos e vintte e hum sobre a recadação das diuidas que se deuem a Fazenda da ditta Coroa, e visto o que por sua parte se me representou. Hey por bem e me praze que o ditto aluara e postila se guardem ineiramente, por quanto não em contrão os priuilegios deste Reyno. E mando a todas as justiças delle e mais ofiçiaes e pessoas a que o conheçimento disto pertençer, que cumprão e guardem e fação inteiramente cumprir e guardar o ditto aluara, postilla e este como se nelles comtem, que valera postto que seu effeitto haia de durar mais de hum anno, sem embargo da ordenação do Liuro segundo, ttº 40 em contrario. Siprião de Figeredo a fez em Lixboa a 28 de junho de 1624. E eu Pedro Sanches Farinha o fis escreuer. Rey. Por carta de sua magestade de 7 de mayo 624. Vizentte Caldeira de Brito. Inaçio Ferreira.Francisco Vaz Pintto. Pagou nada em Lixboa a 3 de agosto de 1624 annos. Miguel Maldonado. Registado na Chançelaria a ffolhas 2118. Miguel Vieira Lobo.» f 165-165v «Petição. 17 »Dizem os conttadores de Contas de Vossa Magestade da Coroa de Castela que Vossa Magestade lhe fes merçe mandar pasar hum aluara em que declara que outro aluara com sua postila que Vossa Magestade mandou pasar não em contrario as Leis deste Reyno. E porque pera detriminação de huns feitos que andão nesta Casa da Suplicação lhes he nesesario que Pedro Sanches Farinha ou quem serue seu offiçio lhe pase certidão em como da petição que elles suplicanttes derão a Vossa Magestade per onde se pasou o ditto aluara, se deu vista della por mandado de Vossa Magestade ao procurador da Coroa e respondeo em fauor dela, e com pareçer deste senado e do juiz da Coroa, Gonzalo de Sousa, se fez de tudo consulta a Madrid. E se detreminou em como o ditto aluara e postilla não em contruão as Leis deste Reyno. Pedem a Vossa Magestade lhes fasa merçe pois comuem a sua Real Fazenda mandem se lhe passem sertidão em como pera se dar este aluara se fiserão todas estas diligençias, ou que se lhe de certidão da consulta e rason [?]. »Dese a João Pereira de CasteloBranco, que buscara estos papeis e os trara a mesa. Dese a certidão que pede constando que o procurador da Coroa e o doutor Gonzalo de Sousa forão ouuidos neste negoçio. A 11 de setembro de 624. Munis. Pedro de Mello. Vizentte Caldeira.» f 166 «Certidão. »Sobre o aluara que ultimamente se passou aos conttadores da Coroa de Castela que residem neste Reyno para se lhe cumprir outro e huma postilla que se lehe auia passado aserca da execução das diuidas que os portugeses diuerem a Fazenda da ditta Coroa, e o procurador della, Manoel Aluarez de Carualho, e de tudo se fes comsulta a Vossa Magestade, que foi seruido de mandar passar o ditto aluara por carta de 7 de maio deste anno. E esta certidão passey pllo 18 despacho açima do Desembargo do Paso. Lixboa 13 de setembro de 1624. João Pereira de CatelBranco.» f 166 «Carta de sua magestade. »Reuerendo em Xpto padre arçebispo vissorrey amigo, eu el Rey vos embio muito saudar, como aquele de cuyo virtuosso acreçentamentto me praçeria por parte do fiscal de minha Façenda, da mesma Coroa, se tinhão despachado comisõens a Sebastião de Olega, e Pedro de Salaçar, Pedro de Suaço, e a Francisco de Villa Real, conttadores de contas da Armada do mar Oçeano, para tomarem e feneçerem contas dos gastos da ditta Armada que se tem feitto e fasem por contta da Coroa de Castella, e as dos pagadores, thenedores de bastimentos, mordomos da artilheria, munições, comissarios e outras pesoas que tem reçebido alguma cousa da ditta Coroa. E que por alguns justiças dese Reyno se lhe faz empedimento e estoruo nas execuçõens dos alcançes liquidos em que estão ffeittos deuedores alguas pesoas e em particular Pedro Gaifão Parada, que foi vesinho e morador na villa de Abranttes, e porque sera ração que no que for justo se de ttoda ajuda e fauor aos ditos conttadores para que cobrem o que se deuer a minha Fazenda proçedendoçe pelos meios de justiça que não seião contra os priuilegios dese Reyno, vos emcomendo e mando deis todas as ordens que vos pareçerem necessarias para que as justiças dese Reyno asistão aos dittos contadores e lhe dem toda ajuda e fauor que por sua parte se lhe for requerido nas execuçõens das diuidas que se estiuerem deuendo a minha Façenda da Coroa de Castela, e em tudo o tocante a elas, para que os deuedores com subtterfagios e cautelas não possão fraudar nem dilatar o pagamento do que liquidamentte deuerem, e percurareis que em tudo se tenha a boa correspondencia que he ração entre os ministros desa Coroa e os da de 19 Castella que ahi me seruem, como eu de vossa prudencia confio e do çelo com que vos empregais nas cousas de meus seruiços. E auendo alguns ministros de justiça que sejão remiços e negligenttes no que lhe mandardes ordenar aserca das dittas execuções, fareis proçeder contra elles como vos pareçer e me auisareis particularmente quem são para lhe mandar dar o castigo que mereçerem. E emcarregouos muitto que fasais cumprir esto e que se de a sua deuida execução como por esta uos mando. Escritta em Madrid a 13 de janeiro de 1626.» f 166-166v «Aluará das merçes, graças e preuilegios offereçidos aos estaos destes Reynos pello duque de Ossuna, conçedidos e confirmados por o senhor Rey Dom Felipe o 1º nas Cortes que fes e celebrou na villa de Tomar em 20 dias do mes de abril do ano de 1581, de que se pasou carta patente em 15 dias do mes de nouembro do ano de 1582, asinada pello señor, que passou pella Chancelaria Mor em 13 dias do mes de janeiro de 1583, he a seguinte: »Capitolo 24 »Que no prouimiento das armadas da India e das mais para defensão do Reyno e castigo dos corsarios e conseruação das fronteras de Africa, Sua Magestade mandara tomar com este Reyno assento que pareser que conuem, inda que seja com a ajuda dos outros seus estados e muito mais custo da sua Real Fazenda. »O dito assento se tomou variamente segundo a disposição dos tempos e humores dos ministros. E hum delles foi que a Armada Real de Castella com ttº do mar Oceano foisse a elle para a goarda das Armadas da India, defenção do Reyno e castigo dos corsarios, e que com ella juntamente saise a deste Reyno debaixo do mesmo general e estandarte real da de Castella. E porque este modo era mais de Reinos incorporados e não unidos, como este, per sucessão a 20 Coroa de Castella, se tomou ultimamente assento que a Armada deste Reyno saise debaixo de seu capitão mor e estandarte real de Portugal e que ajuntandose com a de Castella lhe faria as saluas deuidas á superioridade da Coroa de Castella, de que teria igual reposta no nº de tiros somente, conseruandose por este modo a autoridade e preeminencia do Reyno, inseparauel do de Castella, como Coroa não incorporada, mas unida somente. »Para gouerno e prouimento d'Armada da Coroa de Castella que Sua Magestade manda a este porto de Lisboa, asi como a prinçipal praça d'armas nauaes d'Espanha, como para os effeitos do dito capitolo 24 tem assentado nesta cidade, officiaes, a saber: veedor general, pagador general e contadores de contas, com os mais officiaes menores necessarios, os quais tratarão do prouimento e despacho da dita Armada de Castella, segundo forma dos regimentos e ordens para isso dadas, e com elles fazem ministros portuguezes naturaes deste Reyno assentos sobre mantimientos, muniçois e obragens e de tudo o mais neçessario para o apresto da dita Armada, dos quais se apartão alguns e se ficão com o direito que lhes foi dado em final, ou para fazerem compras e pagamentos, ou por reste dos que fizeram, ficão diuedores a Fazenda Real. E a razão e conta de tudo isto e do mais que se offereçe do gouerno e apresto da dita Armada, tomão os contadores della que rezidem nesta cidade, em cujo poder entrão para esse effeito os liuros, papeis e obrigaçõis de cada qual e ajustados a ellas se say com o debito que se fica deuendo, e se delle ha deuedor a Coroa de Castella se pastão as libranças necessarias para o pagamento, e se os officiaes ou comissairos, o são, sendo castelhanos, os obrigão ao pagamento os mesmos contadores na forma de seu regimento, e sendo portugezes deprecão as justiças portugezas a execução do dito debito, a qual se fas diante dellas segundo as Leis do Reyno em conformidade das ordens dadas per Sua Magestades per huma e outra Coroa, 21 as quais ordens goardão humas justiças e outras não, e na Caza da Supplicação se tem isto sentenseado variamente, dandose sentenças pro e contra, e de prezente se dão todas contra, dizendo que os tais deuedores e comissairios hão de ser primeiro conuencidos diante das justiças portugezas e não diante dos ditos contadores, sendo isto contra a origem do negocio que procede da dita capitulação e contra o da mesma natureza da administração delle e contra as ditar ordens dadas por Sua Magestade. »Porque quanto a origem que proçede da dita capitolação por ella se fiou concedendo aos ditos officiaes das Armadas a jurisdição e poder necessario para o gouerno e apresto dellas por ser o das ditas contas e execução dos restes dellas meo necessario e sem o qual se não podia dar comprimento ao disposto pella dita capitulação e assi para os ditos contadores tomarem as contas e deprecarem a execução do reste dellas na maneira que o fazem lhes não era necessario mais jurisdição que a que lhes mana da dita capitulação e em razão della deuem as justiças portugezas comprir com effeito os precatorios dos ditos contadores. »Porque quanto a da mesma natureza da administração do gouerno e prouimento das ditas Armadas … se cada qual particular com jurisdição e poder para tomar razão e conta a seus criados e feitores da Fazenda que lhes passa pellas mãos e o reste lhes pode pedir e demandar diante das justiças com maior razão o pode fazer Sua Magestade pella dita Coroa de Castella neste Reyno de Portugal por meo dos ditos seus contadores deprecando a execução do liquido e reste das ditas contas, postas de acordo com as partes ou a sua reueria despois de chamados judiçialmente para ellas. E dizerse que estas contas se hão de ir fazer diante das justiças portuguezas he sem fundamento, porque se assi fora perdera el Rey sua Fazenda e os comissarios se fiaram com ella, porque para fazer corrente qualquer partida era necessario leuar a juizo 22 cantidade de papeis e liuros com que o dito juizo se confundira e fora grande o embaraço a respeito dos mais comissairos para cujas contas seruião tambem os ditos papeis e liuros, e a isto se fea [?] satisfazendo pello meo dos embargos a execução com que as partes podem vir e remetendosse aos ditos contadores serão por elles prouidos, se nisso teuerem razão e justiça. »E porque aunto as ditas ordens dadas por Sua Magestade per huma e outra Coroa se não podem dellas apartar os julgadores nos cazos ocurentes e quando entendessem que hauia nellas algum defeito, o deuem tratar e comunicarlo os superiores para se suprir sendo necessario e não julgar o contrario do que Sua Magestade manda pellas ditas ordens principalmente sendo ellas para o fim disposto pella dita capitulação 24 e segundo a natureza do mesmo negocio que procede a respeito dos particulares quanto mais a respeito da Fazenda Real da Coroa de Castella, despendida em conseruação e defensão desta de Portugal.» f 167-168 23