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VIENDO LA GLORIA
INTRODUCCIÓN
Desde los tiempos de los apóstoles del Cordero y luego de iniciarse los apóstoles del Espíritu, ha
habido avivamientos en el pueblo de Dios, pero no han sido constantes y permanentes, en
ocasiones como que se han perdido. Sin embargo, caminar en el agua, lenguas de fuego sobre
las cabezas, resurrección de muertos, grandes milagros, ahora también son posibles en
nosotros, porque el Espíritu Santo que nos llena, es el mismo que ellos tenían.
Ahora, es conveniente notar, que la Gloria de Dios, la unción del Espíritu Santo, no cae sobre su
pueblo en forma desordenada, generalizada y sin tino, sino que busca lugares individuales
donde posarse.
Moisés le pidió a Jehová que le mostrara su gloria, cosa que el Señor Jehová le cumplió, pero no
sin ponerle requisitos. La presencia de la gloria de Dios se relaciona con la manifestación del
Espíritu Santo, es mas, podemos decir que el Espíritu Santo es la gloria de Dios y Dios mismo,
ver la Gloria de Dios es ver a Dios y para ello hay requisitos.
DESARROLLO
Entonces Moisés dijo: Te ruego que me muestres tu gloria. Y Él respondió: Yo haré pasar toda
mi bondad delante de ti, y proclamaré el nombre del Señor delante de ti; y tendré
misericordia del que tendré misericordia; y tendré compasión del que tendré compasión. Y
añadió: No puedes ver mi rostro; porque nadie puede verme, y vivir. Ex 33:18-20
1.
La Palabra que discipula:
A pesar de los grandes prodigios mostrados por Dios en el desierto, Israel no cambió. Al
contrario, casi todos quedaron tendidos en el desierto. Habiendo visto la manifestación del
fuerte brazo de Dios, El no se agradó de ellos. De allí que podamos pensar, los prodigios y
milagros no discipulan, sólo el Señor discipula por medio de su Palabra.
Dios no les quitó lo material a los israelitas, les quitó su presencia. Dios iría con ellos a Canaán,
pero no entraría. En su lugar, mandó un ángel delante de ellos. Eran duros de cerviz.
2.
Hablando “cara a cara”:
1
De todo el pueblo de Israel, solamente Moisés tenía un diálogo directo con Dios, notemos que
hablaba cara a cara con Él. Siguiendo la figura propuesta, podemos notar en Moisés los
beneficios de su diálogo directo con el Señor:
Quería que Jehová fuera con él: No contento dijo a Jehová que si Él no iba junto a su
pueblo, preferían quedarse en el desierto Ex 33:15, preferían las inhóspitas condiciones del
desierto a quedarse sin la presencia de Dios. De allí que aquel que tiene contacto directo
con Dios, prefiere el desierto a quedarse sin Su presencia. Moisés no pidió los prodigios, él
pidió su presencia. Él no quería comunión con las señales, sino tener la presencia de Dios.
Aquel que tiene la experiencia de hablar directamente con Dios, ya no acepta
intermediarios. Al Padre se llega solamente mediante Cristo Jesús Jn 6:44. Nadie va al Padre
sino solamente por intermedio del Hijo. Sin embargo, notemos que aquellos que no
hablaban con Dios cara a cara, se conformaron con que fuera el ángel con ellos a Canaán.
Era conocido por nombre Ex 34:12: Esto indica que ya Dios tenía amistad con él también. Al
respecto, en Cristo nosotros somos conocidos por nombre, porque Él conoce sus ovejas y
las llama por su nombre. Esto indica una relación personal e íntima.
Gracia a los ojos de Dios: La gracia es una especie de favor inmerecido, algo que se logra
gratis para el que lo recibe. Moisés encontró gracia ante Dios y El lo favorecía. De la misma
manera, nosotros hemos encontrado gracia ante Dios, por lo cual en Cristo tenemos
salvación.
3.
El respaldo de Dios a sus siervos:
Moisés pedía a Dios una evidencia de que él había encontrado gracia a sus ojos. Y esta consistía
en que Él le mostrara su camino. Si tal situación se daba, el pueblo conocería a Dios Ex 34:13.
De allí que cuando Dios muestra su camino a sus siervos, es un testimonio de que éstos han
encontrado gracia a sus ojos, como resultado, el pueblo, la congregación, conoce a Dios.
Notemos que como parte de ese respaldo, Dios promete a Moisés acompañarle con su
presencia dándole además descanso Ex 34:14. Con lo cual podemos pensar, que cuando la
presencia de Dios está con nosotros, recibimos también descanso. Conviene recalcar en este
punto, Moisés prefería quedarse en el desierto con la presencia de Jehová, que irse a Canaan
sin Dios. Dicho en otras palabras, mejor estar en la prueba acompañado de Dios, que estar en el
disfrute de la abundancia, lejos de la presencia del Señor.
2
4.
El testimonio de Dios:
El testimonio del Señor no es solamente a favor de sus siervos, sino también testifica en favor
de su pueblo. Esta situación la vemos también figurada en el caso de Moisés y el pueblo de
Israel. Al respecto, Moisés también pide a Dios evidencia de su presencia en el pueblo. El
testimonio de Dios tendría dos partes Ex 34:16:
Dios debía andar con ellos: Esto es, manifestar su presencia en el pueblo, y
Apartar a Moisés e Israel de todos los pueblos que estaban sobre la faz de la tierra: Figura
de la novedad de vida en que debe vivir el pueblo adquirido al precio de la Sangre de Jesús,
apartado de las obras muertas, de aquellas cosas que los demás practican alejados de la
presencia de Dios, siguiendo el espíritu que gobierna el presente siglo.
Dios no negó a Moisés su petición, señal que Dios en su fidelidad divina, testifica en favor de
aquellos a los cuales: conoce por nombre y han encontrado gracia a sus ojos, lo cual es una
promesa y a la vez realidad actual para nosotros.
5.
Ver la Gloria de Dios Ex 34:18:
No obstante que Moisés hablaba cara a cara con Dios y era testigo de las grandes señales de
Dios, la columna de fuego y la nube, y por su medio Dios obraba grandes prodigios, le ruega
que le muestre su Gloria. Moisés hasta ahora no había rogado a Dios y le habían sido
concedidas grandes vivencias personales y conjuntamente con el pueblo, pero él quería más de
Dios: Su Divina Presencia y ver su Gloria.
Tal situación nos hace pensar, que a manera que nos relacionemos más con Dios, debemos
aspirar a tener en nosotros más de Él. No conformándonos a mantener el estado de salvos, sino
buscando cada vez mayor intimidad y vivencias con Él.
6.
Quitando el enojo:
Como un resumen notemos que El Señor estaba enojado con el pueblo de Israel, al punto que
había decidido enviar un ángel delante de ellos para ayudarlos, pero Él no subiría con ellos a la
tierra que manaba leche y miel, por ser un pueblo de dura cerviz, previendo y que los pudiera
consumir por el camino Ex 33:2-3.
Sin embargo, versos más adelante el Señor vuelve a estar con ellos, pero hubo un proceso:
Para ellos fue una mala noticia Ex 33:4: El hecho que Dios no nos quiera acompañar y
manifieste su enojo es una muy mala noticia. Lo suficiente como para que busquemos la
reconciliación con Dios.
3
Se quitaron sus atavíos Ex 33:5: Los atavíos representan la superficialidad y ocultamiento
del pecado. Al quitarse sus atavíos Dios vería lo que tenía que hacer con ellos. De allí que
cundo tenemos pecado, lo mejor es descubrirnos ante Dios y humillarnos para obtener el
perdón.
Ponerse de pie en la puerta de su tienda Ex 33:8: Cristo Jesús es la única puerta de entrada,
es más, Él es la salvación misma. De allí que para reconciliarnos con Dios, debemos buscar la
puerta y permanecer en El.
Adorar Ex 33:10: Esta adoración debe ser en el Espíritu, pues cuando el pueblo miraba la
columna en el tabernáculo, entonces adoraba. Cuando sentimos la presencia de Dios
debemos adorar. No olvidemos que el Padre busca adoradores en el Espíritu y en la Verdad.
Anhelaban la presencia de Dios Ex 33:15: La presencia de Dios es lo más valioso que
tenemos, es El mismo. Más que señales, milagros y manifestaciones, debemos anhelarlo a
El.
Le pidió encontrar gracia y que le mostrara su camino Ex 33:13: Para el perdón
dependemos de la gracia de Dios, que es en Cristo Jesús, Camino, Verdad y Vida. La gracia
no se terminó en el Calvario, y cuantas veces busquemos el perdón y humillados
busquemos el Camino, Dios nos perdonará.
7.
Su bien, misericordia y clemencia Ex 33:19:
Delante del rostro de Moisés, Jehová hizo pasar todo su bien, esto es, todas las bendiciones que
Dios puede dar, pequeñas y grandes, y a la vez fue proclamado el Nombre de Jehová. Notemos
que el Señor no dijo: Proclamaré mi Nombre, sino, proclamaré el Nombre de Jehová. Esto es,
otro proclamó el Nombre de Jehová delante de Moisés, el Hijo proclamando desde ya el
Nombre del Padre.
Con la proclamación de su Nombre, Jehová anuncia sus misericordias para todo aquel que Él
quiera beneficiar con ellas y de la misma manera la clemencia. Tales promesas, en Cristo Jesús,
ahora son nuestras.
8.
Los requisitos que Dios puso a Moisés:
Para que Dios se le mostrara, Moisés debía estar bajo ciertas condiciones. Y para que Moisés no
muriera, Jehová no le mostraría su rostro. Estos requisitos proyectan ahora las condiciones que
nosotros debemos presentar en la actualidad, que es el cumplimiento de la figura, para
contemplar la gloria de Dios, esto es, participar de las hermosas bendiciones y vivencias del
avivamiento del Espíritu Santo:
4
Hay que estar junto a Jehová y sobre la peña Ex 33:21: Junto a Jehová había un lugar y en
ese lugar debía estar Moisés, pero sobre la peña. Tal situación figura la situación actual de
los nacidos de nuevo, los creyentes en Cristo Jesús, con su espíritu resucitado y sentado en
los lugares celestiales Ef 2:6, en Cristo nuestra peña sentado a la diestra de la majestad. Los
que no han renacido, los inconversos, no pueden ver la gloria de Dios, mientras no sean
asentados sobre la única Roca de Salvación existente, Cristo Jesús, el Señor.
Dentro de la grieta de la Roca: Al momento de pasar la gloria frente a Moisés, Dios le
pondría dentro de la grieta de la peña. Esto proyecta dos situaciones: la primera, el hecho
que nuestra vida está escondida con Cristo en Dios Col 3:3, por el beneficio de su sacrificio
por todos nosotros. Y la segunda, que en el avivamiento del Espíritu Santo, cuando la gloria
de Dios desciende sobre nosotros, Dios nos esconde en las heridas de Cristo produciéndose
toda clase de sanidades.
Moisés debía tener cobertura: Moisés ya estaba en la peña y escondido en su hendidura,
sin embargo, al pasar la gloria de Dios, Jehová aún debía poner su mano, figura de los cinco
ministerios, sobre él. Esto indica que no basta ser salvo y estar en Cristo cuando baja la
gloria de Dios. Hay que tener cobertura, deben venir los cinco ministerios a cubrir el Cuerpo
del Señor, como fue cubierto Moisés. La mano del Señor, los cinco ministerios, cubriría a
Moisés, hasta que el Padre hubiera terminado de pasar Ex 33:22, entonces vería las
espaldas del Señor, mas no su rostro.
CONCLUSIONES:
1. Los prodigios y milagros no discipulan, es la Palabra de Dios la que discipula por el Espíritu
Santo.
2. El hablar con Dios asiduamente hace desear su presencia, su compañía y fomenta la
confianza para buscarlo más y el deseo de ver su gloria.
3. Dios testifica de sus siervos y de su pueblo, respaldando a sus siervos con la revelación de su
voluntad y apartando a su pueblo de los demás que no le pertenecen.
4. La reconciliación con Dios comienza con la propia humillación, buscando la gracia que es en
Cristo Jesús abogado nuestro para con el Padre.
5. Para ver la gloria hay que ser un nacido de nuevo en Cristo Jesús, cuya vida está escondida
con Cristo en Dios, teniendo sobre si la cobertura ministerial.
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