«Los nacionalistas son hoy mucho más constitucionalistas que algunos otros que presumen de serlo» Manuel DÍaz de Rábago Amaia Fano Bilbao COLOQUIALMENTE casi podría decirse que Manuel Díaz de Rábago está “en capilla”. La última reforma de la ley orgánica del Poder Judicial obliga a sacar a “concurso discrecional” todas las presidencias de sala ejercidas durante más de cinco años, incluida la que ostenta este magistrado, cuyos posicionamientos públicos en temas como la Ley de Partidos o la dispersión de presos han venido causando, al parecer, “un fuerte malestar” en el sector más conservador del CGPJ, por lo que, a día de hoy, casi se da por hecho que éste decidirá no ratificarle en el cargo. «Oficialmente ceso por ministerio de la ley explica el propio Díaz de Rábago, quien de momento prefiere no hablar de una “caza de brujas”. Mi plaza sale a concurso el día 15 de este mes, quedando la designación de quién será mi sucesor en manos del CGPJ, cuando hasta ahora era un puesto que se solicitaba y se asignaba por antigüedad. A partir de ahí, lo que he leído en prensa es que no son partidarios de renovarme, eso es lo que he oído. Pero yo voy a volver a solicitar la plaza puesto que llevo ocho años aquí y estoy muy a gusto». ¿En qué medida cree que pueda incidir en esta supuesta decisión de no renovarle el que acusara usted a la Sala de Gobierno de «encrespar aún más el debate político», tras decir ésta que la manifestación de respaldo a Atutxa, Knörr y Bilbao era un intento de presión a los jueces que deben decidir si admiten, o no, a trámite la querella contra éstos? No creo que haya sido ése el factor determinante. Pero sí pudo haber sido la gota que derramó el vaso, teniendo en cuenta que su presencia en la primera Sala de la Discordia formada por Manuel Mª Zorrilla para dirimir el asunto, ya fue cuestionada en su día... A mí se me tiene marcado como un juez favorable al nacionalismo, cuando no es así. No me siento nacionalista, ni siquiera me siento vasco. Llevo 28 años ejerciendo de juez en esta comunidad autónoma y siempre me he sentido bien acogido, pero mi sentimiento nacional es español. Lo que no quita para que me rebele ante lo que algunos intentan hacer con la justicia. ¿A qué se refiere? A veces se producen ciertos intentos de que la Sala de Gobierno del TSJPV adopte posturas que, a mi modo de ver, entran en el terreno de lo político y que son de claro enfrentamiento al nacionalismo vasco. Yo me he opuesto a ello, y me opondré siempre porque considero que los jueces tenemos la obligación de ser neutrales. La Sala de Gobierno de los jueces en ningún caso debe tomar posturas o hacer pronunciamientos que incidan en el debate político. Ése no es nuestro campo de juego. Supongo que es inevitable mezclar los dos ámbitos, en tanto en cuanto, los temas políticos se diriman en los tribunales... Así es, y en esa medida se trata de descalificar al juez que se cree que no tomará una decisión favorable a los intereses de ciertos grupos. Es una pena que así sea. Pero, dentro de lo que es hoy el debate político, existe esa mala costumbre de intentar descalificar a quien no te da la razón, para apartarle y evitar que actué. ¿Cree que es eso lo que intentan hacer con usted? Si, como se ha publicado, es cierto que son criterios de índole política los que hacen que yo no pueda renovar en el cargo, es evidente que me han tachado de ser un juez favorable al nacionalismo sin serlo, para quitarme de enmedio. Sus detractores le critican por estar a favor de la euskaldunización de la magistratura, por apoyar la Conferencia de Paz de Elkarri y por censurar en prensa la Ley de Partidos... ¡Claro que he defendido, con algunos matices, esas posturas! Estoy a favor de la euskaldunización de la magistratura porque desde mi perspectiva de sentimiento nacional español y con la Constitución en la mano, que es como tengo que funcionar, pienso que los ciudadanos de la CAV tienen derecho a usar la lengua española oficial de esta comunidad, que es el euskera, y a ser atendidos, en el ámbito judicial, por jueces que conozcan y hablen su idioma. Pero esa propuesta no prosperó porque se le da a esto unos ribetes políticos que no tiene. Quienes critican estas cosas, por lo visto no consideran que el euskera sea una lengua española ni que la ikurriña sea una bandera española... para mi sí lo son, con independencia de que para el mundo nacionalista tengan un sentido distinto, lo cual es muy lógico, además de ser el sentimiento mayoritario en esta comunidad, y eso también hay que respetarlo... Primer punto aclarado. Apoyar la Conferencia de Elkarri es algo que hago como ciudadano. Al igual que hay otros movimientos, como Gesto por la Paz, que también gozan de mis simpatías y a los que también he apoyado públicamente. Y respecto a la Ley de Partidos... Tampoco ahí me pronuncié como juez. Lo hice como jurista, aprovechando el debate previo a su aprobación, y mantengo mi criterio en ese sentido. También se le acusa de haber firmado un artículo en contra de la dispersión y de no haber accedido a convocar, estando usted como presidente del TSJPV en funciones, un acto de condena por un asesinato de ETA... Lamento que eso sea motivo de escándalo. Cada vez que hay un asesinato de ETA yo me manifiesto como ciudadano, pero no delante del Palacio de Justicia porque éste tiene que ser un ámbito donde todos los ciudadanos de este país sientan que van a ser tratados con imparcialidad, incluso los que cometen ese tipo de delitos. ¿Qué le dice a quienes dicen que se ha puesto usted del lado de los verdugos para poder trabajar como juez en Euskadi sin vivir bajo la amenaza de ETA? Lamento que esa sea su opinión pero quienes me conocen saben que mi nombre ha aparecido en el ‘‘comando Bizkaia’’ y en el ‘‘comando Buruntza”, y que por ello no he cambiado mis criterios desde 1976, cuando fui destinado aquí. Como ciudadano, estoy a favor de que los presos cumplan sus condenas cerca de su lugar de residencia. Por eso firmé aquel artículo, y lo volvería a firmar hoy. Usted no habrá cambiado, pero la Justicia sí lo ha hecho... Es verdad que, en los últimos ocho años, a través del control del CGPJ y de ciertos nombramientos que se han dado en la cúspide del Poder Judicial, pueden haberse ido introduciendo ciertos criterios o valores en la administración de Justicia propios de un partido conservador, como es el PP. Pero en lo esencial, la Justicia no ha cambiado tanto. Por eso me parece interesante algún aspecto del Plan Ibarretxe que está tan denostado... ¿Comulga usted con la propuesta del Gobierno Vasco? Como ciudadano y como jurista, me parece que es una extraordinaria propuesta de convivencia pues, partiendo del sentimiento nacional que es mayoritario en esta comunidad, acaba ofreciendo lo que es más interesante para los que tenemos un sentimiento nacional español que es la inserción del País Vasco dentro del Estado desde el marco de la legalidad y teniendo en cuenta incluso un caso tan delicado como es el de Álava, al especificar que tiene que aprobarse por mayoría en cada uno de los tres territorios. En ese sentido, el Plan Ibarretxe es una propuesta claramente integradora que solucionaría muy bien el doble sentimiento nacional que existe en el País Vasco. Otra cosa es que nazca con un handicap muy fuerte porque no se haya pactado previamente y que, en la situación política actual, probablemente no vaya a prosperar. El PP está a la espera de que el Tribunal Constitucional lo impida... Aún no se sabe lo que éste va a decidir pero yo participo en la opinión del grueso de los constitucionalistas que consideran que esta vía judicial lo que se propone no es tanto frenar el desarrollo del Plan, cuando cercenar el debate político que éste pueda suscitar para impedir que se acabe visualizando que, en el Parlamento vasco, existe una representación política mayoritaria acorde a lo que puede opinar la mayoría de los ciudadanos vascos en caso de que éstos sean consultados y, a su vez, contraria a la opinión mayoritaria del Parlamento español que no va a aprobar nunca el Plan Ibarretxe por mayoría. Lo cual, sería suficiente para impedir jurídicamente su desarrollo... El propio Plan lo establece así y, en ese sentido, es jurídicamente impecable. Al punto que estoy por pensar que los nacionalistas son hoy mucho más constitucionalistas que algunos otros que presumen de serlo y que hacen una interpretación absolutamente reduccionista del campo de juego constitucional que es, sin duda, muy amplio... Incluso de algunos que, en lo jurídico, ya empiezan a copiar las ideas de Ibarretxe, proponiendo que los Tribunales de Justicia autonómicos sean la última instancia judicial en otras comunidades. ¿Ayudaría ello a evitar que se produzcan casos como el que en estos momentos enfrenta al Parlamento vasco y al TS? No. Mientras los nombramientos en la cúpula del Poder Judicial, ya sea Estatal o autonómico, dependan de quien ostenta la mayoría parlamentaria siempre existirá esa posibilidad de politización de la Justicia. PP y PSOE dicen que lo que Ibarretxe propone es instaurar un Poder Judicial vasco. No es verdad. El Plan Ibarretxe no habla de un Poder Judicial vasco, sino “del Poder Judicial en el País Vasco”. En eso cumple también con el principio de unidad jurisdiccional que marca la Constitución. Tal como está configurado, ni siquiera evitaría que los casos de terrorismo se juzgaran en la Audiencia Nacional porque no está diciendo que todos los delitos que se cometan en el ámbito de la CAV se tengan que juzgar aquí. Lo que dice es todos los procedimientos judiciales que se inicien en el País Vasco tienen que acabar aquí. Lo que, de hecho, ya es así.