HABLANDO DEL CEREBRO NEURONAS ENAMORADAS EL DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA DEFINE LA PALABRA AMOR” COMO: 1.M. SENTIMIENTO INTENSO DEL SER HUMANO QUE, PARTIENDO DE SU PROPIA INSUFICIENCIA, NECESITA Y BUSCA EL ENCUENTRO Y UNIÓN CON OTRO SER. 2.M. SENTIMIENTO HACIA OTRA PERSONA QUE NATURALMENTE NOS ATRAE Y QUE, PROCURANDO RECIPROCIDAD EN EL DESEO DE UNIÓN, NOS COMPLETA, ALEGRA Y DA ENERGÍA PARA CONVIVIR, COMUNICARNOS Y CREAR. Pero, ¿qué es el Amor?, ¿cómo se percibe? Cierto es que alguno de nosotros hemos experimentado alguna de sus condiciones definidas líneas arriba. Existen creaciones artísticas supuestamente inspiradas en el Amor tales como canciones, poemas, pinturas, etc y qué decir de esos programas de televisión en donde su característica principal se basa en el sufrimiento de personajes por el abandono del ser amado. Pero la pregunta en Hablando del Cerebro sería: ¿cómo funciona nuestro cerebro cuando estamos enamorados? Evidencias experimentales sugieren que la capacidad de amar y crear vínculos emocionales es el resultado de la actividad de determinadas neuronas en nuestro sistema nervioso central (SNC). Veamos un par de ejemplos: En un estudio se determinó que el sentimiento denominado Amor activaba neuronas localizadas en regiones del SNC relacionadas con el reforzamiento y, dichas áreas, eran abundantes en receptores para oxitocina y vasopresina. En otros experimentos se determinaron las áreas del SNC activadas en sujetos que presumían estar enamorados. Los participantes fueron divididos en dos grupos: Amor romántico y Amor maternal. Los sujetos en el grupo de Amor romántico decían estar “profunda y locamente enamorados” de su respectiva pareja, novia o novio. En este estudio, los sujetos eran expuestos a mirar fotografías de sus respectivas parejas o de sus amigos mientras su actividad cerebral era analizada mediante tomografía computarizada. Los resultados mostraron que la respuesta cerebral era mayor cuando los sujetos miraban fotografías de sus respectivos seres amados, mientras disminuía si miraban imágenes de sus amigos. Por otro lado, para el Amor maternal, los participantes eran mamás que miraban fotografías de sus respectivos bebés o de otros infantes. La actividad cerebral analizada mostró un incremento cuando las mamás miraban las fotos de sus bebés, pero su actividad cerebral decrementaba si observaban imágenes de otros infantes. Tanto en el Amor romántico como en el maternal, las áreas cerebrales activadas coincidían con regiones ricas en hormonas oxitocina y vasopresina. Por otro lado, se ha demostrado en animales de laboratorio que la administración de oxitocina o vasopresina incrementa la interacción social con sus compañeros de género opuesto y favorece el desarrollo de una preferencia por una determinada compañera (se vuelven fieles, pues). Cuando los animales reciben un compuesto que bloquea la actividad de estas hormonas, los roedores son incapaces de desarrollar alguna preferencia por una determinada compañera, y el contacto social disminuye significativamente. A pesar de la evidencia que existe sobre las bases moleculares del Amor, sigue siendo un misterio como los sentimientos son desarrollados en el humano. Algunas investigaciones indican que la oxitocina y vasopresina podrían estar alteradas en personas con dificultades en su capacidad de interactuar socialmente, como es el caso del autismo. En este sentido, existen reportes que señalan una disminución en los niveles de oxitocina en niños autistas. Como podemos apreciar, las bases neuromoleculares involucradas en la generación de lo que llamamos Amor, implican la activación de estructuras cerebrales y hormonas que modulan los estados emocionales. De tal modo que, además del corazón, el Amor también radica en el cerebro. PARA SABER MÁS… • Morewedge CK, Huh YE, Vosgerau J. Thought for food: imagined consumption reduces actual consumption. Science. 2010; 330(6010):1530-3 ¿Te gustó este tema? Pide un ejemplar de este mini-poster en la Dirección de la Escuela de Medicina.