agenda política electoral El Partido Acción Nacional: triunfos y fracasos en los procesos electorales de 2000 a 2002. ¿Un signo de debilitamiento o competitividad electoral? Eduardo Rodríguez Manzanares* Introducción Después de la fuerza con la que el Partido Acción Nacional arriba a la Presidencia de la República, en las pasadas elecciones del 02 de Julio de 2000, donde se manifestó por primera vez la decisión de la ciudadanía en contribuir con la culminación del Partido Revolucionario Institucional al frente de la silla presidencial, y con ello terminar con más de 71 años en el poder de manera ininterrumpida, el PAN asume la titularidad en la figura del Ejecutivo Federal, a dos años de aquel triunfo electoral, han transcurrido una serie de situaciones y acciones que han puesto en el ojo del huracán al propio partido político, y a su candidato transformado en Presidente de México: Vicente Fox Quesada. Los descalabros y reveces que ha recibido Acción Nacional han puesto al descubierto la inexperiencia en la tarea de gobernar, pero también ha reflejado un síntoma de desencanto por parte de la ciudadanía, que esperaba ver acciones de “cambio”, de las que tanto se les indicó y ofreció en campaña, durante el tiempo en que éstas duraron, previo a las elecciones federales del pasado 02 de Julio de 2000. * Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Autónoma delEstado deMéxico. 49 Después de ese triunfo contundente del PAN, las elecciones posteriores, que se han efectuado, tanto en lo que restó del año 2000, así como las realizadas durante el 2001 y las de los primeros diez meses del 2002, nos reflejan, en un primer acercamiento, que el PAN no ha logrado mantenerse en el poder, como una característica fehaciente de todo partido político, ni mucho menos ampliar su esfera de hegemonía. Por otra parte, la ciudadanía, tomando como referencia el panorama nacional de estos casi dos años de gobierno panista, no ha vislumbrado de manera categórica y firme los cambios que se ofertaron en su momento, por lo que nos atrevemos a señalar que el voto que se ha depositado en las urnas, en los distintos procesos electorales, que han tenido lugar en el territorio nacional, ha sido una muestra de descontento hacia el actuar del gobierno federal, pero también es un signo que denota un cambio en la conducción del PRI, de cara a las elecciones federales intermedias del 2003 y, por lo tanto, las que habrán de efectuarse en el 2006, en la que le apostará este partido político a recuperar la presidencia de la República. En el periodo que se estudia, el año 2000, después de la elección federal del 02 de Julio, vivió varias elecciones en diferentes estados, amén de las elecciones concurrentes, en esa misma fecha, en 4 entidades federativas se efectuaron elecciones locales, para renovar entre gubernaturas, congresos locales y ayuntamientos (Jalisco, Chiapas, Tabasco y Veracruz), donde el PAN obtiene triunfos importantes tales como las gubernaturas de Jalisco y Chiapas (ésta última bajo la figura de alianza con partidos políticos como el PRD, el PT y el PVEM), como parte del efecto dominó que aún manifestaba la ciudadanía por el “cambio”; el año pasado (2001), hubo lugar en 14 estados del país elecciones entre las que se eligieron a gobernadores (4), renovación de congresos locales (13) y la elección de ayuntamientos (13), con lo que el saldo, en general, no fue satisfactorio para Acción Nacional. Sólo por mencionar algunos ejemplos, en las gubernaturas de las 4 obtiene el triunfo en dos (Yucatán y Baja California), mientras que en Tabasco (elección extraordinaria) y Michoacán no representó fuerza alguna, tanto que ocupó el tercer lugar en los resultados electorales. El PRI mantuvo Tabasco (a pesar de la anulación de las elecciones del pasado 15 de Octubre de 2000, impugnadas por el PRD y el propio Acción Nacional), mientras que el PRD obtiene una gubernatura más en su haber: Michoacán. Durante el presente año, en el 2002, se han realizado elecciones en 6 estados del país (Baja California Sur, Hidalgo, Quintana Roo, Nayarit, Coahuila y Guerrero) y una elección extraordinaria, en el municipio de Ciudad Juárez, Chihuahua, el 12 de Mayo. En dichas elecciones, se renovaron congresos locales y ayuntamientos, en donde nuevamente los resultados no fueron del todo favorables a Acción Nacional, y sí por el contrario, al PRI, que nuevamente se reposiciona en lugares claves del territorio nacional, recuperando mayorías simples y absolutas, en algunos casos, en las cámaras de diputados, y lo mismo en ciudades capitales de los estados, como ocurrió recientemente en Nayarit, 50 con la capital Tepic, quedando pendientes por realizarse la elección local en el Estado de Hidalgo, para renovar alcaldías en Noviembre de este año. Bajo este panorama nada halagador para el PAN, la pregunta obligada es si con estos resultados Acción Nacional estará listo para afrontar el proceso federal electoral intermedio del año 2003, en el que se renovará la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, amén de efectuarse elecciones locales en 13 estados del país, entre los que destacan Campeche, Colima, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí y Sonora (que además de elegir diputados y ayuntamientos, se elegirá gobernador), así como el Estado de México (considerado como el laboratorio político para las elecciones federales, donde se renovará el congreso local y ayuntamientos) y el Distrito Federal, que elegirán a sus diputados para la Asamblea Legislativa, así como a los 16 delegados en los que se divide la capital del país. La moneda está en el aire. Si de algo estamos seguros hoy día con nuestros procesos electorales, es que no tenemos la certeza de qué partido político obtendrá los triunfos; estaremos frente a escenarios competitivos, en los que se juega la permanencia de un partido político en el poder, y la posibilidad de una presencia mayoritaria en el espectro nacional, en miras de las elecciones federales del 2006, para la elección presidencial. Aún después de éstas, faltará mucho por ir percibiendo como se van comportando, por lo menos, las tres fuerzas políticas más representativas en el país, como lo son el PAN, el PRI y el PRD, sin querer minimizar la existencia de otros partidos políticos, pero que no han tenido una clara presencia en el electorado en estos últimos dos años de elecciones. El presente trabajo está orientado a analizar lo ocurrido con los resultados electorales, sobre todo, los obtenidos por Acción Nacional, en donde se revisará si se trata de una competitividad electoral que se ha ido manifestando en el país, en los últimos años, desde aquellos resultados impugnados por el FDN, en 1988, pasando por la década de los noventa, con los triunfos contundentes del PAN, así como de triunfos obtenidos por el PRD en varios estados del país, hasta llegar al 2000, y lo que ha transcurrido después de ese año, hasta llegar al 2002, para darnos cuenta que por lo menos hemos dejado a un lado el denominado partido hegemónico, como era concebido al PRI o partido dominante, para dar paso a un nuevo espectro político, con presencia de fuerzas diferentes, conductas que obligan a buscar los consensos, las alianzas y los diálogos que hoy día hacen mucha falta en las discusiones a los grandes problemas que aquejan a nuestro país. 51 1.- Las elecciones locales del 2000, del 02 de julio. Una vez que transcurrieron las elecciones federales del 02 de Julio de ese año, así como elecciones locales en varios estados de la República, se manifestó el predominio del efecto dominó de la marea azul, es decir, del foxismo en las elecciones concurrentes en estados (en total 10 entidades federativas) como Guanajuato y Morelos, donde el PAN obtiene las gubernaturas, disputándose además la jefatura del gobierno del Distrito Federal, recayendo nuevamente en el PRD, por segunda ocasión consecutiva. Aunado a ello, se tuvo elecciones en 436 municipios -incluidas las 16 de legaciones del D.F.- y la elección de 394 diputados de distintos congresos locales (235 por mayoría relativa y 154 por representación proporcional). En todos estos procesos electorales hemos presenciado nuevos ingredientes que antes no habíamos respirado, o que no nos imaginamos vivir, tal es el caso de la incertidumbre que reflejan los propios resultados electorales, ahora no es fácil señalar o definir al partido político ganador, sería muy irresponsable quien así lo hiciera, salvo los estudios de opinión que acercan un primer momento de la contienda electoral, pero que estos mismos no son cien por ciento seguros, es decir, son falibles, y lo hemos visto en los últimos resultados electorales. Otro elemento distintivo es el que los medios de comunicación se han convertido en la arena política, donde los candidatos, principalmente, más que los propios partidos políticos, han venido “explotando”, como estrategia de penetrar en el electorado, aunque también se ha llegado al extremo de saturar de información –aunque en muchas ocasiones ésta no sea relevante, en cuanto a su contenido- a los ciudadanos. Uno más que creo importante es que hoy estamos al pendiente, más que nunca del candidato, no tanto del partido político y su proyecto para el lugar de que se trate la elección, hoy nos preocupa y nos interesa quién o quiénes están en la lista para participar en un cargo de elección popular, dejando del lado al instituto que representa, entonces esto se convierte en contiendas electorales entre candidatos, y no entre partidos políticos. En ello creo que hay que guardar un sano equilibrio, porque refleja un síntoma por el que padecen la mayoría de los partidos políticos, al menos en México, que es el hecho de que sus candidatos han rebasado por mucho a la institución política a la que pertenecen, y por tanto, refleja ese mismo padecimiento la sociedad, ya que también hemos rebasado esa idea inicial de que los partidos políticos se concebían como el enlace o puente entre el gobierno y aquélla. Indudablemente como otro rasgo característico de los últimos procesos electorales, con mayor énfasis, a partir de 1988 es el fenómeno de la alternancia política, que ha llegado para ser parte de nuestra cultura política, como manifestación de que la ciudadanía está al pendiente del desempeño de sus 52 autoridades, y que es ésta la que califica o descalifica al partido político en turno, así lo ha expresado en las diferentes elecciones a lo largo del territorio nacional, por lo menos en el periodo al que hace alusión este trabajo. La competitividad electoral es un reflejo de nuestro sistema de partidos que predomina en México, que a pesar de manifestarse, principalmente, en tres fuerzas políticas, no por ello llama la atención el papel que juegan otros partidos políticos con menos presencia que el PAN, el PRI y el PRD, porque se convierten en muchas ocasiones en los fieles de la balanza, sea para alguno de los tres partidos políticos antes mencionados, a través de figuras como las alianzas o coaliciones, que dan como resultado el avance o freno hacia el trabajo del poder ejecutivo o del propio poder legislativo. Es lo que hoy se denomina los gobiernos divididos, que son los casos en los que no hay mayoría absoluta en el congreso o cuando ésta no coincide con la identidad partidaria del Ejecutivo. Un nuevo componente en nuestro sistema político, sembrado en varios puntos del territorio nacional. Hoy la sociedad, en particular los ciudadanos, elegimos directamente a nuestras autoridades, de los tres ámbitos de gobierno, no se nos imponen, así vemos que gobernadores, presidentes municipales, legisladores, regidores, etc., de distintas extracciones partidarias presencian auténticas elecciones o contiendas, sus cargos no se deben ya más al presidente de la República en turno, sino a los ciudadanos de las distintas localidades del país. Pero veamos qué ocurrió el mismo 2 de Julio de ese año, en varios estados de la República, donde se vivieron elecciones concurrentes, como ya lo mencionamos líneas arriba. Los siguientes datos nos ilustran algunos resultados electorales, en forma global, de 10 entidades federativas, que eligieron a sus autoridades municipales y renovaron los congresos locales, incluidos los relativos al Distrito Federal, en cuanto a la composición de las delegaciones y de la Asamblea Legislativa: Partido Político PAN PRI PRD OTROS TOTAL Municipios 107 255 53 21 436 Diputados (MR Y RP)* 161 151 55 27 394 Fuente: Elaboración propia, con datos obtenidos de Voz y Voto Política y Elecciones, varios números, años 2000-2001. * MR = Mayoría Relativa, RP = Representación Proporcional 53 De tal manera que el PAN logra ganar en 24.5% de los municipios en disputa, el PRI hace lo mismo con un 58.5% del total, mientras que el PRD apenas un 12.1% de los municipios, otros partidos políticos se llevaron el 4.9%, resaltando en esta parte las 6 delegaciones que obtiene en el D.F., donde el PRI no ganó ninguna. El PAN pierde la capital en Guanajuato, pasando ahora al PRD; lo mismo sucede con la capital de Morelos que pasa al PRI, pero que, sin embargo, el PAN logra buenos triunfos en municipios importantes del Estado de México, tales son los casos de Toluca, (la capital), Metepec, Almoloya de Juárez, Zinacantepec, Ecatepec, entre otros, que gana por primera vez y refirma su presencia en Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán, Coacalco, Cuautitlán, sólo por citar algunos ejemplos de los municipios económicamente fuertes ; mientras que en Querétaro, con un gobernador panista sólo gana en 4 de los 18 municipios, los restantes quedan en poder del PRI, lo que significa un revés al propio partido en el poder ejecutivo, pero también se expresa lo antes señalado: alternancia en el poder, expresado a través del voto diferenciado o escindido1. En San Luis Potosí obtiene la capital, siendo una entidad caracterizada en los últimos años eminentemente priísta, lo que hoy día vemos distintas composiciones en varios municipios del país, y por tanto, el arribo de una democracia electoral que se va afianzando cada vez más entre la ciudadanía. En el caso de las diputaciones disputadas en varios congresos locales, los resultados fueron diferentes para el PAN, logra ganar el 41% del total de curules, el PRI el 38.3%, mientras que el PRD el 13.9% de los cargos de elección popular, el 6.8% otros partidos políticos. De tal manera que de los 10 congresos locales, el PAN cuenta con la mayoría absoluta en 2 (Guanajuato y Nuevo León) y con mayoría relativa 3 (Morelos, Estado de México y Querétaro). Por su parte, el PRI obtiene en 3 la mayoría absoluta (Campeche, San Luis Potosí y Colima) y 1 por mayoría relativa o simple (Sonora). El PRD sólo logra ganar un congreso local, el caso de la Asamblea Legislativa del D.F. por mayoría relativa2. 1. Véase al respecto Martínez Silva, Mario y Salcedo Aquino Roberto. Diccionario Electoral CD. México, INEP, A.C. 2 . Para un mayor análisis de la composición de los congresos locales del país, se recomienda la lectura de Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 96, 15 de Febrero de 2001, pp. 56-62. Cabe hacer mención que en el Estado de México, en el Congreso Local, 13 diputados del PAN se declararon diputados independientes, dejando a 16 únicamente como diputados por este partido, de un total de 29 que había obtenido en las elecciones, por lo que el PRI suma un congreso más por mayoría relativa, al tener un total de 25 curules de las 75 que integran dicho recinto. 54 Hasta ese momento, la población gobernada entre el panismo y el priísmo estaba dividida de la siguiente manera:3 PAN PRI OTROS P.P. TOTAL 17,738,579 9,327,471 3,195,266 30,261,316 58.6% 30.8% 10.6% 100% Fuente: Elaboración propia, con datos de Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 96, 15 de Febrero de 2001, p. 57. De este cuadro podemos resaltar un triunfo importante para el PAN, en cuanto a población gobernada se refiere, con relación al PRI, aún a pesar de que en varios estados del país, en cuanto al número de municipios, es el PRI el que gobierna en más, como es el ejemplo del Estado de México, con 69 municipios y el PAN 30, el caso de San Luis Potosí que el PRI tiene 34 municipios, mientras que el PAN cuenta con 18, en Sonora donde el PRI tiene 45 alcaldías y el PAN sólo 15, en Querétaro el PRI ganó en 14 alcaldías y el PAN en 4, sin embargo, en población, en todos estos casos, el PAN gobierna el mayor número de habitantes que el propio PRI. 2.- Las elecciones locales del 2000, después del 02 de julio En los últimos cinco meses de ese mismo año, se llevan a cabo elecciones en 4 entidades del país, destacando por su importancia las de Chiapas –se elige gobernador-, lo mismo en Tabasco, renovándose además del ejecutivo, estatal el congreso local y los ayuntamientos; en Jalisco se renueva congreso y ayuntamientos, y en Veracruz únicamente autoridades municipales. Así, estuvo en disputa un total de 71 diputaciones por ambos principios, 351 municipios y 2 gubernaturas. En Chiapas, se ensaya nuevamente el ejercicio de suma de partidos políticos distintos al PRI, a través una alianza (Alianza por Chiapas) primordialmente entre las cuatro fuerzas políticas más representativas en la Cámara de Diputados Federal, tal y como ocurrió en Coahuila, en 1999, en la elección de gobernador, participando el PAN, el PRD, el PVEM y el PT. El candidato de esta alianza, Pablo Salazar Mendiguchía, sale victorioso frente al candidato del PRI, con una votación de 535,860 (51.5%), mientras que el PRI obtiene 475,267 votos (45.6%) de un total de 1,040,407 sufragios emitidos. La 3. La población del Distrito Federal no está considerada en estas cifras, sin embargo, no altera la esencia de la información, ya que de las 16 delegaciones, el PRI no obtiene ninguna, sí por el contrario, el PAN gana en 6 delegaciones. 55 participación no fue del todo amplia, solamente sufragaron de la lista nominal el 49.75%.4 Primer triunfo a un alianza entre las cuatro fuerzas políticas, lo que haría suponer que habría una suma de fuerzas entre el panismo y el perredismo en Tabasco, lo cual no ocurriría, y vería perdida la gubernatura de ese estado el PRD. En Veracruz, el saldo es favorable para el PRI, en cuanto al número de alcaldías, obteniendo un total de 47 municipios de 210; el PAN gana en 35, el PRD en 25, el PT en 3, el PVEM 5, Coaliciones 89 y otros partidos políticos 6. Estas cifras dan como resultado de que el PAN obtenga el 29.1% de la votación emitida en esta elección municipal, que comparada con la de hace tres años, sube aproximadamente 8 puntos porcentuales, reafirmando así ser la segunda fuerza más importante en la entidad, desbancando de esta posición al perredismo que había logrado escalar dicho lugar en las elecciones de 1997. Por su parte, el PRI obtiene el 36.1% de la votación, que aún a pesar de su triunfo en números absolutos, en porcentajes de votos se ve ligeramente disminuido, con referente a los mismos tres años anteriores. La capital es gobernada por la coalición entre el PT, el PVEM, CD y otros. En las elecciones de Tabasco, se podría haber presenciado una debacle para el priísmo, estando de por medio la disputa de la gubernatura, y en la que se presuponía una nueva alianza entre panistas y perredistas, como ocurrió en Chiapas. La sorpresa fue que no hubo alianza, y así pudo respirar más desahogadamente el PRI, sin dudar que en algún momento hubo pactos en los altos niveles jerárquicos del panismo y priísmo para evitar esa posible alianza que hubiera propiciado un fuerte revés al priísmo tabasqueño y nacional, y al propio Roberto Madrazo Pintado, que en ese momento estaba aspirando a la presidencia de su propio partido político. Aunque como veremos en este recuento, los resultados electorales fueron impugnados por el PRD, principalmente, logrando que el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación fuera en el sentido de anular esas elecciones, convocándose a nuevas para el 05 de Agosto de 2001. Pero qué sucedió en la jornada de Octubre de ese año, veamos: además de elegir gobernador, se renuevan ayuntamientos y el congreso local, donde el PRI obtiene el triunfo en 12 alcaldías, incluida la capital, de las 17 en disputa, mientras que el PRD obtiene 5. El PAN recibe un rechazo de la ciudadanía al no alcanzar ninguna posición en el ámbito municipal, lo que permite suponer que aún le falta posicionarse en varios puntos del país, aún a pesar de contar en esa zona de la República con 2 gubernaturas a su haber (Chiapas y Yucatán, que más adelante se comentará de esta última). El PAN logra únicamente 2 diputaciones por la vía de la representación proporcional, sin la cual no tendría cabida en dicho congreso. Por su parte, el PRI obtiene 16 curules, mientras que el PRD hace lo propio en 12, el PT en uno sólo. 4. Cfr. “Chiapas el efecto dominó” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 91, 15 de Septiembre de 2000, p. 46. 56 En la elección de gobernador, el panismo alcanza la cifra de 8.37% de la votación emitida, es decir, casi nada, por no decir nada, con respecto a otros procesos en el país. Así, sufre un fuerte descalabro el PAN en esta zona del país. El PRI logra el 44.36%, mientras que el PRD el 43.17% (una diferencia de 1.17% a favor del primero, traducida en cerca de ocho mil votos de distancia entre uno y otro), elección sumamente cerrada y competitiva. De ahí el conflicto poselectoral entre estas dos fuerzas políticas, desatándose una confrontación que tiene que resolver finalmente el Tribunal Electoral Federal, ya que antes había fallado el Tribunal Electoral Estatal a favor del PRI, respetando y validando los resultados de esa elección. En la elección extraordinaria del día 05 de Agosto de 2001, los resultados variaron muy poco entre el PRI y el PRD. Para el PAN fue un fracaso rotundo esta elección, sólo obtiene el 2.08% de la votación total, mientras que el PRI alcanza en triunfo con el 50.45% de la votación, traducida ésta en la mayoría absoluta; por su parte, el PRD alcanza el 45.94% de votos. Finalmente, el PRI se alza con un importante triunfo, porque además de ganar la gubernatura, gana la mayoría de las alcaldías, incluida la capital y la mayoría absoluta del congreso local, es decir, como cuando llegó a la gubernatura el propio Roberto Madrazo, tres años después (1997), en esa ocasión el PRI se llevó carro completo (el total de los ayuntamientos y el de las diputaciones por mayoría relativa). Finalmente, y para cerrar el año 2000, las elecciones de Jalisco fueron un respiro, traducido en un pequeño susto para el PAN, al lograr 19 de las 40 diputaciones, el PRI 16, el PRD 3 y otros partidos políticos 2. En las alcaldías, el panismo se impone en 50 de las 124 disputadas, incluida la capital del estado, el priísmo en 64, el perredismo en 6 y otras fuerzas políticas en 4 municipios. El saldo final en estas 4 entidades federativas fue de: Partido Político PAN PRI PRD OTROS TOTAL Municipios 85 123 36 107 351 Diputados (MR Y RP) 21 32 15 3 71 Fuente: Elaboración propia, con datos obtenidos de Voz y Voto Política y Elecciones, varios números, años 2000-2001. 57 De esta manera, el PAN logra ganar el 24.2% de las alcaldías en disputa y el 29.6% de las diputaciones por ambos principios; el PRI manifiesta una recuperación en este terreno, comparado con las elecciones concurrentes del día 02 de Julio de este mismo año, es decir, obtiene el 35.1% de los municipios y el 45% de las curules en los congresos locales. Finalmente, el PRD hace lo suyo con el 10.2% de los ayuntamientos y el 21.1% de las diputaciones, lo que indudablemente su saldo no le es nada favorable, aún con una contienda tan pareja y competida en el caso de la gubernatura de Tabasco y una alianza con el PAN, en el caso de la gubernatura de Chiapas. Otros partidos políticos obtuvieron el 30.5% y el 4.3%, respectivamente. En lo que se refiere a los congresos locales, que fueron renovados en estos últimos meses del año, como ya vimos en los resultados anteriores, el panismo no tiene casi representación alguna en Tabasco, salvo las dos curules por representación proporcional, por lo que el PRI tiene la mayoría absoluta en dicha cámara, mientras que en Jalisco el PAN obtiene la mayoría relativa o simple en el congreso local. En las elecciones de gubernaturas una es para el PAN en alianza con otros partidos políticos, incluido el PRD (Chiapas), mientras que el PRI obtiene la otra, que es la de Tabasco, con sufridos resultados frente al PRD. En cuanto a la población gobernada por partido político, entre panistas y priístas, primordialmente, se distribuye de la siguiente manera: PAN PRI OTROS P.P. TOTAL 5,013,889 7,482,688 6,535,694 19,032,271 26.3% 39.3% 34.4% 100% Fuente: Elaboración propia, con datos de Berrueto, Federico.“Reparto del poder 2000” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 96, 15 de Febrero de 2001, p. 57. Así observamos que en estos resultados electorales no fueron del todo favorables al PAN, sobre todo en Tabasco, donde cero cobertura tiene entre la población de esa entidad, no así diríamos en el Estado de Veracruz, donde a pesar de obtener el 29.1% de la votación municipal, logra abarcar una población de 1,404,073, contra 1,473,579 habitantes gobernados por el PRI, convirtiéndose así como segunda fuerza en la entidad; o el caso de Jalisco, donde ahí presenta una amplia influencia entre la población, casi al doble con respecto al priísmo. 58 3.- Las elecciones locales del 2001 Para este año, hubo lugar a distintos procesos electorales en 13 entidades del país, desde renovación del titular del ejecutivo estatal, hasta autoridades municipales, pasando por la integración de distintos congresos locales. Así, se tuvo la elección de 3 gubernaturas (Yucatán, Baja California y Michoacán), 430 diputaciones (265 por mayoría relativa y 165 por representación proporcional) y 1423 ayuntamientos (incluidos los 418 por el régimen de usos y costumbres), lo que ofreció una nueva oportunidad para las tres fuerzas políticas más representativas de la República Mexicana; de reposicionar su capacidad política, presencia y convencimiento entre el electorado. Cabe hacer mención que en este mismo año se programó la nueva elección de Tabasco, una vez que fue anulada por sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.** Como ya vimos en el punto anterior, en esta parte sólo revisaré los procesos electorales, sus resultados y balance final entre el PAN, objeto de la presente investigación, con relación al PRI, como fuerzas políticas entre las que descansa el potencial del electorado, sin minimizar en ningún momento la participación del PRD, que como veremos más adelante, este año sirvió para tener un buen respiro a nivel nacional, ya que después del 2000, las cosas no le salieron del todo bien. El Estado de Yucatán presentó una nueva oportunidad de experimentar una alianza entre partidos políticos distintos al PRI, ya que estaba de por medio la estabilidad política de la entidad, tomando en cuenta la permanencia de Víctor Cervera Pacheco por más de seis años en el poder, y que venía gestando y orquestando un sinfín de acciones para establecer una “dinastía” en Yucatán, recordando el conflicto que generó el propio mandatario en turno en la composición del Consejo Estatal Electoral, y que finalmente tuvo que intervenir el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para dirimir las controversias, conflicto que se agudizó con la existencia inicial de dos consejos electorales estatales, uno promovido desde el gobierno de la entidad, y otro por el propio Tribunal Electoral Federal, por insaculación. Finalmente, prevalece la razón y la justicia, y queda al frente del proceso electoral local el Consejo insaculado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. En la elección para gobernador, la Alianza por Yucatán, conformada por los partidos políticos Acción Nacional, de la Revolución Democrática, del Trabajo y Verde Ecologista de México se anota un importante triunfo en la elección, con una votación de 323,592 sufragios, obteniendo así la gubernatura del estado, con el 47.64% de los votos (votación total de 679,180). El triunfador de ** Referente a los resultados de la elección extraordinaria en Tabasco, han sido analizados en el punto anterior del presente trabajo, por lo que paso por alto la revisión de este proceso electoral. 59 esta contienda es el candidato Patricio Patrón Laviada; por su parte, el PRI gana 302,340 votos, representando el 44.51% (una diferencia de 3.13 puntos porcentuales), lo que denota una contienda competitiva y hasta cierto punto cerrada, si tomamos en cuenta que en procesos electorales pasados en esta entidad, la fuerza mayoritaria por tradición había venido siendo el priísmo, y con escasos márgenes de victoria el PAN, principalmente, a través de la capital de la entidad, como su más representativa fuerza electoral. Otros partidos políticos alcanzaron apenas el 1.95% de la votación total. En el caso de la composición del congreso local, el resultado fue prácticamente un empate técnico entre panistas y priístas, al contar ambos con 12 diputados por ambos principios, mientras que el perredismo yucateco se llevó una sola curul por representación proporcional. Algo inusual ha ocurrido aquí en Yucatán, en esta composición del congresos estatal, la pregunta es quién tiene la mayoría, al menos simple, ya no digamos absoluta, porque nadie la tiene, con un empate en el número de curules entre el PAN y el PRI, por tanto, considero que el fiel de la balanza será el PRD, que podrá inclinarse a favor de uno u otro, según las negociaciones, concertaciones que obtenga con cualquiera de esos dos partidos políticos. Bajo este planteamiento, se ha cuestionada, al menos por los priístas, la necesidad de eliminar de nuestro sistema electoral la fórmula de representación proporcional, por no tener ya razón de permanecer en el propio sistema electoral —aunque no reconozca que esa misma figura le ha permitido contar con presencia en recintos legislativos, como es el caso del D.F, que si no fuera por la representación proporcional, no tendría cabida alguna en la Asamblea Legislativa de esta jefatura del país, o el caso del Estado de México, que en este momento no sería mayoría simple, si no es por dicha representación. En la renovación de las alcaldías, de las 106 en disputa, el PAN obtiene 14; el PRI 77 predominantemente rurales, el PRD ninguna, propiamente como partido único no alcanza, pero como hubo alianzas entre el PAN y este partido en 46 municipios, gana conjuntamente en 14, mientras que el PVEM sólo una alcaldía. La capital queda en manos de una de las alianzas entre panistas y perredistas. Por lo que se refiere, para este último caso, a la población gobernada por partido político, no resulta del todo favorable para el PRI, si tomamos en cuenta que éste es el que gana el mayor número de alcaldías, pero que no se refleja en el número de habitantes gobernados, es decir, mientras que la alianza PAN-PRD gobierna en 14 municipios lo que representa 858,601 habitantes, el PRI con sus 77 alcaldías apenas gobierna a 649,911 habitantes, y el PAN con los 14 municipios ganados gobierna a una población de 141,435 habitantes.5 5. Véase a Berrueto, Federico. “Corte de caja 2001” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 107, 15 de Enero de 2002, p. 39. 60 Por donde le veamos, esta elección en el sureste del país, no resultó nada favorable para el PRI, rescatando la idea anterior de que con gobierno como el de Víctor Cervera, cacique natural por excelencia, con abrumadores resultados en pasadas elecciones, arrasando casi con todo, tanto en ayuntamientos, como en el congreso local, así como en población gobernada, ahora, con estos resultados, fue un total revés y un síntoma del desgaste de este tipo de gobiernos caciquiles y autoritarios, donde la sociedad misma ha decidido por la vía pacífica, como lo son los procesos electorales, desprenderse de los malos gobiernos y dar oportunidad a nuevas instituciones políticas en la entidad, así lo reflejó la participación ciudadana que alcanzó el 68.5% de la votación total, una de las más altas registradas hasta la fecha en proceso alguno estatal. Ahora les corresponde hablar, y más que eso, actuar y responder a dicha confianza a panistas y perredistas, principalmente. Ellos tienen ahora la gran oportunidad de mostrar una nueva forma de gobernar, de no hacerlo, no dudemos en el regreso del PRI, en los próximos comicios electorales. En las elecciones de Chihuahua se vive un fenómeno similar al de Tabasco, en el que se anulan los resultados en el municipio de Ciudad Juárez, que había sido ganado por el PAN, pero que el PRI impugnó, llegando la controversia hasta el Tribunal Electoral Federal, concluyendo éste que había argumentos suficientes para anular dicho proceso electoral, y que tuvo como resultado nuevas elecciones celebradas el pasado 12 de Mayo del 2002. Pero veamos lo ocurrido en esta entidad, que en ese año renueva a su congreso estatal y las alcaldías, recordando que estamos en uno de los estados del país en el que se ha acentuado en las últimas elecciones para renovar al ejecutivo local el fenómeno de la alternancia, donde el PRI y el PAN se han disputado la gubernatura en los recientes años, pasando del PRI al PAN, y del PAN al PRI, como está actualmente, con Patricio Martínez García, gobernador priísta. De las 33 diputaciones que conforman el congreso del estado, el PAN logra ganar en 11, el PRI lo hace en 18 curules, logrando la mayoría absoluta en el congreso, mientras que el PRD en 2, casi nula presencia de este partido en el norte del país, como se puede ver en otros estados de la República. Otros partidos políticos obtienen 3 diputaciones. En el caso de las alcaldías, el PAN logra victorias en 14 municipios (incluida Ciudad Juárez que gana nuevamente en el presente año 2002), el PRI 47 municipios, el PRD en 2 y Coaliciones 4. En población, el PRI es el que gobierna en más de millón y medio de habitantes, de un total de 3,052,907, que conforman la entidad, es decir, gobierna en más de la mitad de la población, lo que refuerza su presencia en el norte del país. La capital está en manos de este partido político. La participación electoral para este proceso estuvo en el orden del 40%, es decir, una abstención alta (60%) en este punto del país, comparado 61 con el caso anterior, en Yucatán, aunque ahí se trataba de la gubernatura en disputa, lo cual resultó ser más atractivo e importante el proceso mismo, por las razones antes expuestas. Como ya dijimos, en Ciudad Juárez se realizaron nuevas elecciones, una vez que el fallo del Tribunal Electoral el Poder Judicial de la Federación así lo sentenció, llevándose a cabo el pasado 12 de Mayo del presente año (2002); como se sabe en este municipio, por su importancia que reviste en el contexto nacional, ha sido motivo de fuertes disputas electorales entre panistas y priístas, así lo demuestran las cifras obtenidas en 1983 donde gana por vez primera el ayuntamiento el PAN, para después perderlo en las siguientes elecciones, y no es sino hasta 1992 que recupera nuevamente dicha alcaldía, para mantenerla en los siguientes 3 procesos electorales, es decir, en 1995, 1998 y ahora en 2002 (bajo la modalidad de elección extraordinaria). Pero además de lo anterior, esta ocasión tuvo una dosis peculiar como es el hecho de que el Tribunal Electoral de la entidad en dos ocasiones falló a favor de anular los resultados electorales (después de la jornada de Julio de 2001 y la de Mayo de 2002), recurriendo el PAN en las mismas ocasiones a la instancia federal, competente en la materia. Así fue como en una primera vez, efectivamente el Tribunal Electoral Federal determinó que había suficientes pruebas para anular los resultados de ese municipio (de ahí que se programaron nuevas elecciones para el 2002), pero en la segunda ocasión que llega tal litigio, impugnando el PAN el fallo del Tribunal Electoral Estatal, en este año, el propio Tribunal Electoral Federal ratifica los resultados que obtuvo el PAN, siendo éste el vencedor en dicha contienda electoral. Así los resultados obtenidos en el último proceso, por los dos partidos políticos en cuestión, fueron los siguientes: Partido Político PAN Alianza por Juárez (PRI, PVEM, PT Y PSN) Total Porcentaje de participación Porcentaje de abstencionismo Votos 139,767 137,635 298,030 36.1 63.9 Fuente: Elaboración propia, con datos de Voz y Voto Política y Elecciones. No. 112, 15 de Junio de 2002, p. 39. En Durango, otro estado del norte de la República Mexicana, se renovaron el congreso local y alcaldías, siendo éstos los resultados: Para el caso de la legislatura, de un total de 25 diputados, el PAN obtuvo 9, el PRI 12, el PRD 1, el PT 2 y otros 1, con lo cual el PRI gana la mayoría relativa en dicho recinto. En las alcaldías, el PAN gobierna en 8 de las 39, el PRI en 26 obteniendo el triunfo en la capital de la entidad, el PRD en 1, el PT 3 (que se ha venido convirtiendo 62 en una fuerza política importante en los últimos años, en esta parte del país) y otros 1. Así tenemos que el PRI gobierna en más de 1 millón 200 mil habitantes, mientras que el PAN lo hace apenas en cerca de 120 mil habitantes, de un total de población de la entidad de 1,448,661 personas. Aquí cabe reafirmar lo dicho hace un momento, con respecto al PT, quien gobierna a una población de 46, 668 habitantes, más que el propio PRD (casi 4 veces que éste). La participación de la ciudadanía se expresó en un 44.96% del total de la lista nominal.6 Zacatecas, entidad gobernada por el PRD, refleja una importancia para el perredismo nacional, y así lo demuestran los resultados obtenidos en este proceso, no así para el panismo, que poco fue lo logrado en esta entidad federativa. En la renovación de diputados, el PAN gana 4 de las 30 curules, el PRI 11, el PRD 12, logrando así la mayoría simple en el congreso, el PT 2 y CD 1. Si nos detenemos un poco, y vemos lo ocurrido hace tres años en el estado, vemos que el PAN tenía 6 curules, es decir hoy 2 menos, lo cual nos muestra poco efectividad en esa región del país, a pesar de gobernar en otros estados del norte, no así el PRI y el PRD, que entre ellos está la disputa por el poder político. En los municipios, encontramos que el PAN ganó en 12 de los 57 (2 más que hace tres años), el PRI en 26 (7 menos con respecto a 1998), el PRD obtiene 16 alcaldías (6 más que el trienio pasado), el PT 2 y CD 1. Nuevamente vemos un cierto avance del Partido del Trabajo por esta zona del estado mexicano. El abstencionismo fue del 46.52%, traducido en una participación del orden del 53.45% de la ciudadanía, lo que ilustra más de la mitad de la lista nominal, y el interés de la ciudadanía en volcarse en los procesos electorales, como una alternativa de participación, no la única, en la composición y elección de sus autoridades locales. Con estos resultados, en cuanto a población gobernada por partido político, observamos que el PAN atiende a un total de 271,996 de 1,353,610 habitantes que integran el estado y que en 1998 tenía una población de 104,657 habitantes; el PRI hace lo suyo en 408,457 habitantes, disminuyendo su población gobernada con respecto al trienio anterior, donde tenía una población de 651,177 personas, y finalmente el PRD gobierna en una población de 647,652 superando la cifra de 556,904 obtenida en 1998 y más que el propio PRI (una diferencia de 239,195 habitantes a favor del PRD, quien mantiene la capital en su poder).7 El balance general de esta elección no es del todo halagador al panismo, ni mucho menos al priísmo, de ahí que resulte importante que el PRD no sólo mantenga su hegemonía en Zacatecas, sino que lo amplíe al interior de la entidad y también en otros estados de la República, como veremos más adelante lo ocurrido en Michoacán. 6. 7. Idem. Para ampliar la información estadística y comparativa sobre estos datos, se recomienda la lectura de Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” op.cit. p. 57 y Berrueto, Federico. “Corte de caja 2001” op.cit. p. 39. 63 En el Estado de Baja California se llevan a cabo elecciones para renovar a los poderes ejecutivo y legislativo, además de alcaldías, recordando que en esta parte del país, se ha venido acentuando el panismo, desde que ganó la gubernatura en 1989, como primer triunfo de este partido político importante a nivel nacional, con Ernesto Ruffo Appel. Esta elección no será la excepción a lo dicho anteriormente, con lo que la entidad se convierte en un bastión clave para el PAN, como lo va a significar entidades como Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Aguascalientes, Querétaro, entre otros. En la elección de la gubernatura, el PAN se alza con el triunfo, en alianza con el PVEM con el 48.68% de los votos (266,175) ganando el candidato Eugenio Elorduy, el PRI con el 36.65% (200,363 votos) y el PRD con el 4.14% de los sufragios (22,676), con una participación total de 546,692 ciudadanos, que sin embargo pareciera que se trató de una elección indiferente para la ciudadanía, al votar únicamente el 36.64% de la lista nominal, es decir, una abstención de más del 60%, considerada alta, si tomamos en cuenta que regularmente se incrementa la participación electoral cuando se trata de renovaciones de titulares del ejecutivo estatal, en comparación con las de diputados y ayuntamientos. En el congreso local, de las 25 curules, el PAN ganó 13, el PRI 10 y el PRD sólo 2, por representación proporcional, con lo cual el PAN obtiene la mayoría absoluta. Para el caso de los municipios, el resultado presentó ser muy favorable para el panismo, al ganar en 4 alcaldías, incluida la capital del estado, por una que obtuvo el PRI, que fue el caso del municipio de Tecate, con una cerrada votación. Con los resultados anteriores, el PAN gobierna la entidad en una población de 2,409,572 habitantes, de un total de 2,487,367, es decir, más del 95% de la población, mientras que el PRI lo hace únicamente en 77,795 habitantes, que se refiere a la población del municipio de Tecate.8 Otra entidad con un gobierno panista, en la gubernatura, que presenció elecciones locales fue Aguascalientes, lugar donde al PAN no le salieron del todo bien las cosas si tomamos en cuenta los resultados del trienio pasado, en el que marcó triunfos contundentes el PAN tanto en alcaldías como en la integración del congreso local. En esa ocasión (1998), el PAN ganó 6 de los 11 municipios y 16 de las 27 diputaciones, con lo cual tenía la mayoría absoluta en dicho recinto, apareciendo en esta entidad el efecto de gobierno dividido, que hemos venido comentando. 8. Berrueto, Federico. “Corte de caja 2001” op. cit. p. 39. 64 Pero en estas elecciones del 2001 el efecto “Fox” no redituó grandes dividendos, como se ha venido observando en algunas partes del país. Así tenemos que el PAN únicamente mantiene la capital del estado, mientras que el PRI se lleva 8 alcaldías, el PVEM 1 al igual que el PT. En el congreso local, el PAN gana 10 diputaciones de las 27 que la integran por 12 del PRI, teniendo este partido la mayoría relativa, el PRD 1 y el PT y PVEM 2 curules cada uno. La participación en la entidad fue del 47.18% de la ciudadanía, mejorando sustancialmente con la que observamos en el Estado de Baja California. En población gobernada, ahí también sufrió cambios sustantivos entre la presente elección y la de hace tres años, ya que de 832,646 habitantes que tenía en 1998 ahora gobierna a 643,419 habitantes, descendiendo alrededor de un 20% aproximadamente con respecto a la elección inmediata pasada. Aún con este resultado del 2001, sigue siendo la primera fuerza política en la entidad, no solo por el hecho de tener el gobierno estatal, sino porque en población, con un solo municipio, hace lo mismo en mayor proporción que el PRI que cuenta con 8 municipios, esto es, mientras que el PAN tiene un población de 643,419 habitantes, el PRI lo hace en 251,967, una diferencia de alrededor de 400 mil personas.9 Oaxaca, entidad federativa con alto índice de marginalidad, con 418 municipios regidos por usos y costumbre, con una población indígena multicultural y con un gobierno priísta, enfrenta elecciones locales, en dos momentos distintos: el primero, el 5 de Agosto de ese mismo año, en el que se eligieron a 42 diputados por ambos principios, en el congreso local, y el segundo, el 7 de Octubre, que hubo lugar a la renovación de 152 municipios. Los resultados fueron: en el congreso local, el PAN gana sólo 7 diputados por el principio de representación proporcional, es decir, sin presencia alguna en los 25 distritos electorales uninominales con que cuenta la entidad, por su parte, el PRI obtiene el triunfo en esas 25 curules, el PRD 8 y el PT y CD 1 cada uno, de un total de 42 diputaciones que conforman la legislatura. Así tenemos que el priísmo se anota un congreso local más por mayoría absoluta, reafirmando su presencia en varios estados del país, sobre todo en poblaciones rurales y con alta marginalidad, aunque no sea exactamente una regla a aplicar en todo el país, pero si denota un común denominador, al menos en la zona del Istmo de Tehuantepec. La participación de la ciudadanía fue del 31.25% (68.75% de abstencionismo), muy baja afluencia en las urnas en esta ocasión. 9. Cfr. Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” op. cit. p. 57 y Berrueto, Federico. “Corte de caja 2001” op. cit. p. 39. 65 En cuanto a alcaldías se refiere, el PAN obtiene el triunfo en 22 de las 152, el PRI en 84, el PRD en 36 y otros partidos políticos 9, de los cuales la capital del estado pasa a manos de Convergencia por la Democracia, la cual tenía hace tres años Acción Nacional; en este proceso electoral se presentó a votar el 34.72% de la lista nominal, lo cual se traduce en una abstención del orden del 65.28%, mínima diferencia con la de apenas unos meses atrás que eligieron a diputados. Sin embargo, no fueron del todo negativos estos resultados, si comparamos con lo ocurrido hace tres años, en el que el PAN había ganado 9 alcaldías para gobernar a 501, 447 habitantes, y ahora lo hace en 22 municipios con una población de 506,647 que no es mucha la diferencia, aunque sí se refleja un incremento sustantivo en gobiernos municipales. En el caso del PRI hay un retroceso de 112 alcaldía a 85 para el 2001, lo que representó un descenso en población gobernada, al pasar de 1,231,941 a 970,831 habitantes, es decir, se ve disminuida la población gobernada alrededor de un 8%.10 Después de la elección de gobernador en el año de 2000, Chiapas nuevamente vive un proceso electoral, a diez meses del gobierno de Pablo Salazar Mendiguchía, en el que se renueva el congreso local y las alcaldías. El saldo final fue: de los 40 diputados el PAN gana 5 (uno por mayoría relativa, el resto por representación proporcional), el PRI 24, EL PRD 7, el PT 2 y PVEM y PAS 1 cada uno. De esta manera, el PRI obtiene la mayoría absoluta en el congreso local, acentuándose un gobierno dividido, como ha venido siendo la tónica en los últimos procesos electorales, con más énfasis a partir de la elección federal del 02 de Julio de 2000. En el caso de las alcaldías, de las 118, el PAN gana en 12, el PRI 72, el PRD 21, la coalición PRD-PT obtuvo 5, la coalición PRD-PVEM 1, el PVEM 3, el PAS 2 y el PT 2. Con estos resultados, si no parecieran a primera vista favorables al panismo, de alguna manera lo son porque de 6 alcaldías que tenía en su haber en el trienio pasado, ahora obtuvo 6 más, reflejándose un aumento en población gobernada de 568,765 a 736,732 habitantes, es decir, un aumento del 3% aproximadamente. Para el PRI no es del todo satisfactorio, si revisamos que esta entidad como otras con características de alta marginalidad, había sido la institución política mayoritaria, por varias décadas, ahora sufre un descenso en población gobernada, de 87 municipios a 72, traducido en 3,029,068 a 2,105318 habitantes (una diferencia de casi un millón de personas, lo que representó alrededor del 24% de descenso).11 La capital del estado la mantiene el PAN, como hace tres años, nada más que ahora en coalición con el PRD, PT, PVEM y CD. 10. Los datos de población que se presentan son a Marzo de 2002, como referente de Tuirán Gutiérrez, Alejandro. “Radiografía municipal” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 113, 15 de Junio de 2002, pp. 34-43. y los datos a 2000 son de Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” op. cit. p. 57. 11. Cfr. Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” op. cit. p. 57 y Berrueto, Federico. “Corte de caja 2001” op. cit. p. 39. 66 La participación ciudadana fue, en este caso, diferente y mejor, en comparación con las que venimos analizando, siendo del 51.15% de la lista nominal, es decir, mejoró el interés por el proceso electoral, sin que esto signifique que es un avance importante, pero al menos, por tratarse de recientes elecciones, por las experimentadas de hace un año, motivó a que la ciudadanía expresara una primera evaluación del nuevo gobierno, traducida ésta en las urnas. En Tamaulipas, en general, resultan favorables para el PRI, como veremos con algunos datos, sin embargo, el panismo de no tener presencia en el estado, en cuanto a población gobernada se refiere, en esta elección logra tener algunas alcaldías, entre las que destacan por su importancia comercial Tampico y Soto la Marina. En el congreso local de 32 diputados en disputa, el PAN recibe 7 (2 por mayoría relativa), el PRI 19, el PRD 3 y el PT 3, con lo que el priísmo logra tener la mayoría absoluta en la legislatura. Hace tres años, el PAN había ganado 6 diputaciones (una más para el 2001) y el PRI de 20 disminuye 1 posición en esta ocasión, sin alterar el resultado del control de dicho recinto, de manera amplia en estos dos procesos (1998-2001). En cuanto a municipios, observamos que el PAN se lleva 5, el PRI 36 con la capital de la entidad, mientras que el PRD y el PT uno cada uno. Por cierto, otro de los puertos importantes de la entidad pasa a poder del perredismo, como lo es Ciudad Madero. Así tenemos que de cero población gobernada por el PAN hace tres años, pasa a 512,151 habitantes, mientras que el PRI de 2,452,712 se queda con 1,954,517 habitantes, en esta ocasión.12 La participación de la ciudadanía en este proceso electoral fue del 51.36%, mejorando la asistencia a las urnas en los últimos procesos electorales al cierre del año 2001, es decir, el abstencionismo fue del 48.64%, si comparamos estos porcentajes que teníamos en años anteriores, veremos que han ido incrementándose en mayor proporción, aún no siendo los mejores porcentajes de participación ciudadana en los comicios. Una nueva entidad que reflejó interés por los comicios efectuados casi al cierre de este año en cuestión, fue Michoacán, en el que se renovaron el poder ejecutivo, el legislativo y los ayuntamientos, es decir, fue un proceso de suma importancia, sobre todo para el perredismo y el priísmo, quienes sonaban en las encuestas como los favoritos para ganar la contienda electoral. En la elección de la gubernatura, el triunfo de Lázaro Cárdenas Batel, vino a ser un fuerte tanque de oxígeno para un PRD que venía de pasar por descalabros durante los procesos electorales celebrados en el 2001, salvo en Zacatecas, que 12. Idem. 67 no le fue del todo mal, como ya se vio líneas arriba, y que le permitió refrendar otro triunfo en tierra de la familia Cárdenas, que era importante y significativo ganarla, ya que de no haberse conseguido, le sería muy difícil arribar a la gubernatura de la entidad en posteriores procesos electorales. Aquí el PAN no despertó interés en la ciudadanía, tan no lo fue que sólo obtuvo el 18.52% de la votación, por su parte el PRI logra el 36.81%, mientras que la Coalición Unidos por Michoacán (integrada por PRD-PT-PVEM-PSN-CD y PAS) obtiene el 41.92% de una votación total de 1,338,373 sufragios. La participación fue del 53.01% (una abstención del 46.99%), dejando muestra del interés que revestía este procesos electoral para los michoacanos, pero también para los partidos políticos, sobre todo el PRI y el PRD. El PAN prefirió ir sólo, presumiéndose la posibilidad de una alianza con el perredismo, como éste lo hizo en Yucatán y Chiapas.13 Con este triunfo, el PRD se alza una victoria clave en su cuenta, al tener ahora 2 entidades federativas por sí sólo (Zacatecas y Michoacán), y el Distrito Federal, amén de Baja California Sur en coalición con el PT, Tlaxcala en coalición con el PT y el PVEM, Yucatán y Chiapas con otros partidos políticos, entre ello el PAN. En sí, gobierna en 4 estados y el D.F. En la elección de la legislatura local, el PAN obtiene 5 curules (una por mayoría relativa y cuatro por representación proporcional), el PRI 17 diputados y la Coalición Unidos por Michoacán 18, con lo cual la mayoría relativa o simple se la adjudica el PRD con los demás partidos políticos antes señalados. En las alcaldías el PAN gana en 9 municipios de 113 que integran la entidad, por su parte el PRI lo hace en 39, mientras que el PRD gana 65, con lo cual reafirma su poder y se convierte en primera fuerza política en la entidad, prácticamente ganó en todo: gubernatura, mayoría en la cámara de diputados y mayoría en ayuntamientos, dejando como segunda fuerza política al PRI y en menor presencia y duro golpe al PAN, que no ofreció resistencia alguna en esta elección. La capital del estado la ganó el priísmo. Con estos resultados, la población gobernada por partido político quedó de la siguiente manera: el PAN 732,570 (apenas el 18% aproximadamente) de un total de 3,985,667 habitantes, el PRI en 1,438,606 (alrededor del 36%) y el PRD en 1,814,491 habitantes, lo que representa más del 45% de la población bajo su esfera de influencia. 13 “Michoacán” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 106, 15 de Diciembre de 2001, pp. 42-45. 68 Puebla se convertirá en un respiro para el priísmo después de un revés impresionante en Michoacán, y en el que acentuó su presencia electoral como primera fuerza política en la entidad. Por su parte, el panismo presenta un crecimiento de casi cuatro veces de la población gobernada hace tres años, mejorando sus resultados en el número de gobiernos municipales, no así en la representación en el recinto legislativo, que permanece igual que lo logrado en el cierre de 1998. En la elección del congreso local, de 39 curules, el PAN ganó 7, el PRI 26 representantes, mientras que el PRD 4. Los partidos del Trabajo y Verde Ecologista de México se llevaron uno cada uno. Con este resultado el PRI presenta mayoría absoluta en el recinto legislativo. En los ayuntamientos, de los 217 del estado, el PAN obtiene el triunfo en 53, el PRI en 137, el PRD en 21, el PT 2, el PVEM 2 y otros partidos políticos 2. La capital de la entidad la asume el panismo, en donde ha venido mostrando su fuerza electoral en esta parte del estado, logrando disputársela al PRI, quien había gobernado ahí hace tres años. De esta manera, el PAN gobierna al 44.02% de la población poblana, por su parte el PRI lo hace en el 48%, casi 4 puntos porcentuales de diferencia entre la primera y segunda fuerza política, lo cual no resulta tal alta, como se podría pensar por el número de alcaldías a favor del priísmo (más del doble tiene en su haber en comparación con Acción Nacional).14 La participación electoral fue del 51.10% de la lista nominal, lo que resulta menos de la mitad de abstencionismo, y que se ha visto en estos últimos procesos electorales una alza a más del 50% de los ciudadanos en lista nominal participar en las urnas, aún siendo menor en comparación con las del 02 de Julio de 2002, que alcanzó una cifra de alrededor del 64%, aunque claro está se trató de la elección para presidente de la República, lo que denotó más interés por dicha elección, y que se ha observado como un patrón de comportamiento en el país, pero que, sin embargo, existen entidades del país con buena participación electoral, como es el caso de éstas últimas tres elecciones. Las elecciones de Sinaloa, en las que se renueva al congreso estatal y las alcaldías no denotan mayor dificultad para el PRI, reforzando su presencia como primera fuerza política en la entidad, distanciado el panismo en este punto del país, que aún no puede incrementar sus resultados, como veremos a continuación: En la composición de la legislatura local, el PAN se llevó 12 diputados de los 40 que la integran, el PRI 21 obteniendo así la mayoría absoluta con un gobernador priísta, y una mayoría de las alcaldías. 14 Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” op. cit. p. 57 y Berrueto, Federico. “Corte de caja 2001” op. cit. p. 39. 69 En los ayuntamientos, el PAN logra ganar en 3 de los 18 (el mismo número del trienio pasado, pero ahora con la diferencia de menor población gobernada, resaltando Mazatlán entre las tres alcaldías a su haber), el PRI se llevó 14, el PRD no aparece en las expectativas del electorado, contrario al PT quien ganó un ayuntamiento. La población gobernada es mayoritaria para el priísmo, más de nueve veces que la del PAN, mientras que éste tiene 208,841 habitantes de un total 2,536,844, el PRI gobierna a 1,947,494 habitantes. Con el 52.05% de la participación ciudadana en lista nominal, la entidad se suma a los estados que últimamente han logrado elevar sus porcentajes de participación electoral, en comparación con otros procesos similares en años atrás, donde el abstencionismo de más del 80% se hizo presente en varios estados de la República Mexicana, como síntoma de desconfianza, descrédito hacia quienes se encargaban de organizar, conducir y vigilar los procesos electorales, así como de los resultados que se obtenían en los mismos. La indiferencia, la apatía, la no transparencia e incredulidad que manifestaba el ciudadano era parte de la cultura política que empujaba al abstencionismo en mayor medida. Hoy (con mayor acento en el momento en que se ciudadanizan los organismos electorales) vemos mejores resultados, no los más idóneos, pero sí distintos a lo vivido en otros tiempos en el país. Finalmente, en Tlaxcala se renueva el congreso local y los gobiernos municipales, recordando que esta entidad gobierna una coalición entre perredistas, petistas y verde ecologistas, desde Enero de 1999, mes en que toma posesión el gobierno de Alfonso Sánchez Anaya. En la legislatura local integrada por 32 diputados, el PAN logra obtener 3 por representación proporcional, el PRI 17 obteniendo la mayoría absoluta del congreso, mientras que el PRD se llevó 8; PT y PVEM tienen en su cuenta 3 y 1 curules, respectivamente. En las alcaldías, de los 60 municipios que integran el estado, el PAN únicamente obtiene el triunfo en 5 de ellos, el PRI en 34 con la capital de la entidad, el PRD en 13, el PT 6, y otras fuerzas políticas 2. La población gobernada por partido político arroja que el PAN lo hace en 101.004 de 962,646 habitantes, mientras que el PRI cuenta con una población de 488,982 personas, es decir, más de la mitad es priísta o se manifestó por este instituto político, contrario a la población que gobierna el PRD, que es de 70 234,762 habitantes,15 aún con un titular del ejecutivo de este partido político, expresándose un gobierno dividido, como nuevo ingrediente en nuestro sistema político, como se ha visto en otras partes del país. Resumiendo este año electoral del 2001, el balance que arrojó los resultados antes mencionados fue el siguiente: Gubernaturas: 2 el PAN, Yucatán y Baja California (la primera en alianza con otros partidos políticos) y el PRD en coalición con otros 1 (Michoacán). El PRI se fue en blanco en este renglón, por el contrario, pierde 3 gubernaturas en sus registros (conserva al día de hoy 17 de las 32 incluido el D.F., lo que representa el 53.13% del total). En cuanto a diputados y municipios, el saldo final es el siguiente: Partido Político Municipios PAN PRI PRD OTROS Por usos y costumbres TOTAL 162 601 176 66 418 1423 Diputados (MR Y RP) 105 224 52 49 430 Fuente: Elaboración propia, con datos obtenidos de Voz y Voto Política y Elecciones, varios números, años 2001-2002. El panorama electoral del 2001 presentó resultados no tal halagadores par el panismo, como tal vez se hubiera esperado, a través de la misma presidencia de la República, en la que Acción Nacional la asume por primera vez, pero también las expectativas tal altas creadas en campaña, y no verse en estos primeros doce meses de gobierno traducido en acciones concretas, han desencantado a la ciudadanía, y han procedido a ir evaluando la acción gubernamental, a través de las urnas, es decir, el voto del ciudadano ha encontrado la fórmula para premiar pero también para sancionar a los buenos o malos gobiernos que tiene. Es muy prematuro decir que el actual gobierno esté por un rumbo totalmente equivocado o que no ha contribuido en algo hacia el país. Existe un fenómeno llamado “alternancia en el poder” y “competitividad electoral” en el que los procesos electorales se están convirtiendo en verdaderos campos de batalla por obtener el triunfo en cada punto o región del país, con la coadyuvancia de los organismos electorales ciudadanizados y profesionales, así como por los 15. Idem. 71 electorales mismos, que han empujado mucho y velado porque cada vez más nuestros procesos sean creíbles, transparentes y confiables, lo que antes no respirábamos en ellos. El país, se empieza a convertir más y más en un mosaico de multicolores, no sólo de priístas, ni de panistas, sino también de perredistas, y en algunas partes de otros partidos políticos como el del PT, CD, PVEM, por citar algunos ejemplos. Así, en este resumen de resultados electorales del 2001 -sólo considero a 1005 municipios por elección popular a través de partidos políticos, dejando de lado a los de usos y costumbres-, vemos que el PAN obtuvo el 16.1% de los ayuntamientos en disputa, el PRI el 59.8% y el PRD el 17.5%. Entre alianzas o coaliciones y otros partidos políticos, se llevaron el 6.6% del total de gobiernos municipales. En cuanto al número de alcaldías, observamos que el perredismo tuvo una ligera ventaja sobre los panistas, de 14 alcaldías menos éstos últimos. Ni que decir del PRI que ganó en más de la mitad de los gobiernos municipales que se renovaron. En la composición de congresos locales, observamos que el PAN obtiene el 24.4% de las curules en contienda, el PRI 52.1%, el PRD el 12.1% y otras fuerzas políticas el 11.4%, con lo cual, se convierte nuevamente el panismo en segunda fuerza en varios estados del país, con un poco más del doble de los diputados que logró tener el PRD en estas elecciones. Sin embargo, el PRI se adjudicó 7 congresos locales por mayoría absoluta y 2 por mayoría simple, dando un total de 9 legislaturas a su favor; por su parte el PAN sólo obtiene una mayoría absoluta en Baja California, sin posibilidad alguna de controlar estos recintos en estados en los que tiene la gubernatura, como son los casos de Aguascalientes y Chiapas. El caso del PRD es diferente con respecto al PAN ya que aquel partido logró en su haber 2 congresos por mayoría simple o relativa en 2 estados que gobierna actualmente como son Zacatecas y la nueva gubernatura de Michoacán, aunque cabe aclarar que en éste último es bajo la fórmula de coalición, como se mencionó en su momento. Finalmente, y como histórico dato, es el congreso local de Yucatán donde existe un empate técnico entre panistas y perredistas, al contar ambos con 12 diputaciones, y una el PRD, por lo que las negociaciones o concesiones hacia éste último partido político estarán a la orden del día, para lograr avanzar en materia legislativa, y en una búsqueda de acuerdos entre el ejecutivo con el legislativo, en pro de la sociedad yucateca, que es quien estaría en peligro de pagar las consecuencias de posiciones totalmente cerradas entre las dos fuerzas políticas más representativas del estado, si alguno de estos dos partidos políticos tratara de imponer su posición, sin la razón por delante. 72 Por lo que se refiere a población gobernada por partido político, sobre todo entre estos dos ya mencionados, tenemos lo siguiente: PAN PRI OTROS P.P. TOTAL 8,887,123 15,496,067 9,234,595 33,617,785 26.4% 46.1% 27.5% 100% Fuente: Elaboración propia, con datos de Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 96, 15 de Febrero de 2001, p. 57. Con esta distribución de la población entre las dos fuerzas políticas en cuestión, percibimos que para el PAN no fueron muy favorables las elecciones del año referido, es decir, prácticamente triunfó el PRI en población con casi el doble de lo que obtuvo el PAN, sin mencionar los triunfos recibidos y en cobertura de población que tuvo el PRD, sobre todo en los casos de Michoacán, donde se presentó como primera fuerza política, desplazando al PAN al tercer lugar, de las preferencias electorales. Así, si revisáramos en cuántos estados del país, predominó el PAN, veríamos que lo fue en únicamente 2 (Baja California y Aguascalientes) de los 13 que tuvieron elecciones, mientras que en el resto ( 9 estados) los gobierna el PRI, por dos del PRD (Michoacán y Zacatecas), que éste último no presenta población alguna gobernada en 3 entidades, en las que se fue en blanco (Baja California, Aguascalientes y Sinaloa). En Yucatán como partido sólo, tampoco ganó ninguna alcaldía, recordando que obtiene 14 en comunión con Acción Nacional. 4.- Las elecciones locales del 2002 Para el año 2002 se tienen registradas elecciones en 6 entidades federativas, disputándose en ellas 183 diputados y 231 ayuntamientos. En los primeros siete meses del año en curso, se realizaron en los estados de Baja California Sur, Hidalgo (congreso local), Quintana Roo y Nayarit, mientras que a fines de Septiembre se efectuó en Coahuila y a principios de Octubre en Guerrero, cerrando el presente año nuevamente el Estado de Hidalgo, en Noviembre (día 10), en esta segunda ocasión con elecciones para renovar las alcaldías de dicho lugar. Iniciemos la revisión de lo ocurrido en Baja California Sur, bajo un gobierno perredista con petista, en coalición. En él se realizó la renovación del congreso local de un total de 21 diputados por ambos principios, obteniendo el PAN un 73 total de 2 curules, a través del sistema de representación proporcional, el PRI 6, el PRD-PT obtiene 11 de los 15 por mayoría relativa, es decir, hace valer su presencia en la entidad, sabiendo capitalizar y articular la gubernatura que posee, por lo que cuenta con la mayoría absoluta en estos momentos. El resto de la composición del recinto legislativo es con el PAS y el PVEM con una curul cada uno. En la renovación de las alcaldías, de las 5 en cuestión Acción Nacional sólo obtiene triunfo en 1, el PRI igualmente, y el PRD-PT en 3 localidades de la entidad, incluida la capital misma (La Paz). Indudablemente no es un buen inicio de año electoral para el panismo, previo al escenario del año 2003. En población este último partido político gobierna en 11,812 de un total de 424,041 habitantes (casi el 2.8% de la población) que integran esta entidad federativa, aún con la vecindad que se tiene con Baja California, gobierno panista desde 1989, pero que no es significativa la influencia de este partido entre la población de la península de Baja California Sur. Por su parte el PRI gobierna en 45,989 habitantes (el 10.84% de la población), mientras que el PRD-PT lo hace en 366,240 habitantes,16 lo que representa más del 85% de la población bajo la esfera del perredismo. La participación de la ciudadanía en esta ocasión fue del 55.04%, nuevamente recuperando una votación que disminuye en menos del cincuenta por ciento la abstención, que había sido manifestada en otros puntos del país, sobre todo tratándose de elecciones locales como lo son las de ayuntamientos y de diputados, que regularmente no despiertan o despertaban mayor interés para la población con edad de votar. En el estado de Hidalgo, en el primer bimestre del año (Febrero), se eligieron a 29 diputados del congreso local, de los cuales el PAN no obtiene ninguna diputación por mayoría relativa de los 18 en disputa, mientras que el PRI se lleva esas mismas 18 curules, con ello obtiene la mayoría absoluta en la legislatura, sin mayor dificultad. En esta elección volvemos a repetir el fantasma del abstencionismo en las elecciones locales, que se presentó con un 62.34% de la lista nominal conformada por 491,174 ciudadanos. Pareciera que esta elección pasó por desapercibido tanto para ciudadanos como para los propios partidos políticos, sobre todo los distintos al PRI, ya que ni el PAN ni el PRD alcanzó curules por mayoría relativa o simple.17 16. http://bcs.inegi.gob.mx/sociodem/espanol/municipal/mun_02.html 17. Pendiente de contar con el dato de la distribución de las curules por el sistema de representación proporcional en la entidad (cifra no disponible). 74 En este sentido, el Revolucionario Institucional no sufre en la elección, a diferencia de lo que le ocurrió durante las elecciones de 2000 y 2001, además de reforzar su esfera de hegemonía entre la población, considerando que es una de las 17 entidades con las que cuenta con la gubernatura en su haber. En ese mismo mes, se celebran elecciones en Quintana Roo, otro estado del país con gobierno priísta, en el que se renuevan el congreso local y los ayuntamientos. De un total de 25 diputados el PAN obtiene 3 diputados por representación proporcional, el PRI gana todas las 15 de mayoría relativa o simple, mientras que el PRD se adjudica también 3 por representación proporcional, lo mismo sucederá con el PVEM y CD que cada uno recibe 2 diputados. Por lo tanto, el PRI cuenta con la mayoría absoluta en la entidad, amén de la gubernatura. En los municipios, el PRI barrió con casi todos, sólo perdiendo 1 de los 8 que forman parte de la geografía estatal, quedando aquel municipio ni entre el PAN ni el PRD, sino en el PVEM, quien ganó en una elección competitiva con el PRI por Benito Juárez (Cancún), nada más ni nada menos que uno de los lugares turísticos más importantes no sólo de la entidad, sino del país en general, con una diferencia apenas de 343 votos. La participación de la ciudadanía volvió a repetir el síntoma de la elección anterior, al únicamente concurrir a las urnas el 48.36% de la lista nominal. En este caso, el PAN pasó a ser la cuarta fuerza política del municipio, después del PRD, quien se acercó en esta contienda electoral con apenas una diferencia de 1,341 sufragios con relación al PRI. Por su parte, el PAN tuvo un diferencia de más de 13 mil votos con relación al partido político triunfador.18 En una de las entidades en las que pasará a la historia, por el impacto político que pagó el PAN, principalmente, es en el estado de Nayarit, que apenas hace tres años había ganado la gubernatura del estado en coalición con el PRD y el PT, partidos políticos nacionales y con el PRS (Partido de la Revolución Socialista), una fuerza política local, además de haber logrado el triunfo en 6 de los 20 municipios y en 19 de las 30 curules que integran el recinto legislativo, es decir, se llevó la mayor parte de los cargos de elección popular en contienda en aquella ocasión (Julio de 1999). Sin embargo, las deficiencias en la toma de decisiones, sobre todo en torno al proceso electoral del estado, el gobernador Antonio Echevarría Domínguez pareciera que preparó la derrota de la coalición, al fallar como el principal operador político del estado, y descuidar las alianzas que lo habían conducido a la gubernatura en esa ocasión, al no generar acuerdos políticos estables y de 18. Para ampliar la información al respecto, cfr. los resultados de la elección en “Quintana Roo” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 109, 15 de Marzo de 2002, p. 62. 75 largo alcance, complementándose con los errores del gobierno federal y como una respuesta de rechazo por parte de la ciudadanía a la alianza de 1999.19 El gobernador panista, que más que político es un hombre de negocios, primordialmente, tomó en sus manos la contienda electoral, decidiendo los nombres de las personas que habrían de postularse para los cargos de elección popular, entre los que destacaron sus parientes y amigos. Aunado a esto, el derroche de dinero en campañas sobre todo en la capital de la entidad, que volvió a entregar al PRI. Así entonces, el congreso local sufrió un fuerte golpe en su composición, recordando la del trienio pasado. De las 30 diputaciones, el PAN sólo ganó 6 y eso por representación proporcional, ya que de las 18 de mayoría relativa, el PRI se adjudicó y asumió todas en su registro, asumiendo el control con la mayoría absoluta de la legislatura. El PRD, al igual que el PT y CD les fueron distribuidos 2 cada uno por el mismo principio que al panismo; rotundo revés, sobre todo para este partido político, al igual que al perredismo, quien se había posesionado como segunda fuerza política en el estado, con estos resultados se fue al tercer lugar, de manera estrepitosa. De los 20 municipios, el PAN sólo gana 4 perdiendo la capital que había logrado en las pasadas elecciones, y que en coalición habían obtenido 6 alcaldías. PRD se quedó sin ayuntamiento alguno, o sea perdió lo poco que obtuvo en el proceso anterior. Para el PRI fue una jornada triunfal, tomando en cuenta el revés que sufrió en 1999, habiendo perdido la gubernatura, ayuntamientos importantes y la mayoría del congreso local. Ahora, en el 2002, se cobró la factura en proporción similar, aprovechando las deficiencias del gobierno federal y sobre todo del local, que no supo establecer una estrategia que reafirmara la hegemonía de la coalición, o al menos del panismo, y sí por el contrario arrastró a esos partidos a un fracaso rotundo que desestabiliza la permanencia de la gubernatura en los próximos años. Así entonces, el PRI ganó en los otros 16 municipios, retomando la capital de la entidad y Santiago Ixcuintla, el segundo municipio en importancia, con ello, las cinco presidencias municipales más importantes que el PAN y PRD ganaron juntos en las elecciones pasadas, hoy regresan al PRI. Otra entidad más que acentúa la existencia de gobiernos divididos, de los que hoy presenciamos en varias entidades federativas, como parte del proceso democrático que ha decidido asumir la misma sociedad. La participación electoral en este proceso fue del 58%, considerado uno de los más altos, después de la elección federal del 02 de Julio de 2000. 19. Para mayor información sobre esta elección de Nayarit, se recomienda a Gómez Bruera, Hernán. “Lecciones del Nayar” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 114, 15 de Agosto de 2002, pp. 35-40. 76 Para concluir con este análisis a los procesos electorales del 2002, brevemente señalaré los resultados que arrojaron los procesos electorales en los estados de Coahuila, Guerrero e Hidalgo, efectuados entre fines del mes de Septiembre, principios de Octubre y Noviembre, respectivamente, en los que el PRI, en un primer acercamiento, sale victorioso en su mayoría, aunque como veremos, no es del todo halagador el conteo en Guerrero, ya que perdió municipios importantes para la entidad y el país, por la derrama económica que implican éstos, siendo los de Acapulco, Zihuatanejo e Iguala, entre otros. En Coahuila se renovó el congreso local, conformado por 35 diputados (20 de M.R. y 15 de R.P.), así como los ayuntamientos, siendo éstos un total de 38. Recordando la composición de la legislatura y de los gobiernos municipales en la entidad en el trienio pasado, el PAN logró 5 curules, el PRI 19, el PRD 2, el PT 1, el PVEM 1, la UDC (Unión Democrática de Coahuila) 2 y el PC 2, por lo que el PRI conservó la mayoría absoluta del congreso local; mientras que en las alcaldías el PAN ganó 3 y el PRI en las 35 restantes, es decir, el primero gobernaba en el 3.25% de la población coahuilense, por su parte el PRI lo hizo en el 96.75% de la misma, es decir, una abrumadora presencia del priísmo en la entidad, recordando que en Septiembre de 1999 se renueva el poder ejecutivo, en el que se ensaya por vez primera una alianza entre los cuatro partidos políticos nacionales distintos al PRI: el PAN, el PRD, el PT y el PVEM, obteniendo un resultado desfavorable para dicha alianza, reafirmando el PRI ser la primera fuerza política en el estado, ganando su candidato Enrique Martínez y Martínez. Además, el PRI recuperó municipios que hace seis años estaban bajo el gobierno de Acción Nacional, como lo eran Torreón, Monclova, Frontera, Ramos Arizpe y Saltillo, por citar algunos ejemplos. Este año no será la excepción a lo ocurrido hace tres años, con la diferencia que en esta ocasión hubo en algunos puntos de la entidad resultados de las elecciones muy cerradas como el caso de los municipios de Escobedo, Abasolo, Morelos, Nadadores, Zaragoza, Juárez, Villa Unión, Hidalgo, Acuña Cuatrociénegas y Guerrero, en los que hay diferencias mínimas que llegan a ser menos de 50 votos, es decir, en 11 alcaldías la diferencia entre panistas y priístas fue casi pareja arrojando una contienda electoral competitiva. La capital estará gobernada nuevamente por el PRI, como hace tres años, mientras que Torreón como Frontera, Ramos Arizpe fueron recuperados por el PAN. Así tenemos que de los 38 municipios, el PAN ganó en 8 (5 más que hace tres años), el PRI en 27 (8 menos que en el trienio pasado) y el PRD obtiene un triunfo en San Pedro, resultado cerrado entre este partido político y el PRI, en el que el primero ganó con una diferencia de 7 votos (por vez primera arriba a una presidencia municipal en esta entidad). Otros partidos políticos se llevaron el triunfo en 2 alcaldías. 77 En el caso de la composición del congreso local, los resultados fueron los siguientes: de las 35 curules que lo conforman, el PAN obtiene el triunfo en 8 (3 más que el trienio pasado); el PRI 20 escaños (uno menos en comparación de hace tres años), mientras que el PRD hace lo propio en 3 curules siendo éstos por el principio de representación proporcional; otras fuerzas políticas obtienen 4 legisladores por el principio antes señalado. De esta manera, la mayoría absoluta de la legislatura local queda en poder del priísmo coahuilense. Como se puede observar en esta entidad, aún a pesar de los descalabros que tuvo el PRI, sigue siendo mayoritario en la entidad, controlando tanto la gubernatura como el recinto legislativo, lo que le permite cierta estabilidad política al interior del Estado, sin minimizar los avances de los partidos políticos como Acción Nacional, que ha mostrado en otras elecciones presencia dentro del electorado, así como el de la Revolución Democrática, que empieza a ser una alternativa entre los ciudadanos de la entidad. El abstencionismo estuvo presente con el 52% de la lista nominal, es decir, solamente acudió a las urnas el 48% de los ciudadanos con posibilidad de votar. En el Estado de Guerrero las cosas pintaron mejor para el PRD, no así ni para panistas ni priístas, sobre todo éste último quien gobierna la entidad. Así, el proceso del día 06 de Octubre, renovó 46 diputados (28 de M.R. y 18 de R.P.) y 76 municipios. El panorama previo a esta elección, en cuanto a la composición de éstos, presentaba los siguientes datos: el PAN contaba con 1 diputado, el PRI con 30 con lo cual tenía a su favor la mayoría absoluta del congreso, el PRD 14 y otros partidos políticos 1. Por lo que se refiere al gobierno municipal, el PAN tuvo hasta antes de estas elecciones 1 alcaldía, mientras que PRI y PRD gobernaban en 61 y 14 municipios, respectivamente. En esa ocasión, el perredismo obtuvo importantes triunfos al ganar el puerto de Acapulco, dar pelea en lugares como Atoyac de Álvarez, Iguala, Coyuca de Benítez, Chilpancingo, por dar algunos ejemplos, que aunque en éstos últimos no ganó, sí se convirtió en segunda fuerza política, entre las preferencias del electorado. El PAN sólo dio pelea en Taxco de Alarcón, al no presentar candidato alguno el PRD, quedando en esa ocasión a una distancia de cerca de 3 mil votos con respecto al PRI. Por lo que, se observa en esta entidad es casi nula la participación del panismo, por lo que, tendrá que seguir trabajando fuerte si quiere obtener en próximos procesos electorales mejores resultados, o al menos contar con un porcentaje mayor al que actualmente tiene en cuanto a población gobernada se refiere (con ese municipio que ganó el trienio pasado tuvo en su haber el 0.35% de habitantes bajo su influencia partidista). En las elecciones de ese domingo, antes señalado, se apreció una fuerte contienda electoral en por lo menos 9 municipios, como son Acapulco, Zihuatanejo, Iguala, Ciudad Altamirano, Alcozauca de Guerrero, 78 Coahuayutla, Gral. Heliodoro Castillo, Juan R. Escudero, por citar algunos ejemplos, en los primeros cuatro municipios contemplan el 60% de la población total, que es de casi más de 3 millones 70 mil habitantes y que representan el principal eje de la economía del estado. En esa jornada electoral, se dio la alianza entre el PRI y el PVEM, además de la participación del PAN y otros partidos políticos, de menos presencia local y nacional, como lo son el PSN, PAS y PCD y algunos locales como el PRS, que fue aliado del PRI en la elección de gobernador en Febrero de 1999. El PRD reafirmó su fuerza electoral, caso por ejemplo lo fue en Acapulco por segunda ocasión consecutiva; otros ejemplos son el haber logrado por primera vez el triunfo en alcaldías como Iguala y Zihuatanejo, lugares estratégicos de la economía de la entidad, por la importancia que revisten en el turismo nacional e internacional. En suma, de acuerdo con los resultados de dicha jornada tenemos que: en lo que se refiere a las alcaldías, el PAN obtiene 1 ayuntamiento (igual que hace tres años); el PRI hace lo suyo en 40 (19 menos que los obtenidos en 1999), reteniendo la capital de la entidad; el PRD 30 municipios, lo que indudablemente le permite reafirmar su fuerza en la entidad, ya que hace tres años ganó en 14, es decir, para este año logra triunfar en 16 municipios más; mientras que el perredismo avanza en el Estado como lo ha hecho en Michoacán, el priísmo retrocede considerablemente, produciendo fuertes expectativas para la sucesión en la gubernatura en el 2005.20 En el caso del congreso local, para el panismo se ve claramente que Guerrero no es una entidad de las preferencias de los ciudadanos sobre este partido político, ya que de las 46 curules, Acción Nacional logra obtener apenas 2 por representación proporcional, el Revolucionario Institucional 22, el de la Revolución democrática 18 y otros partidos políticos 3, quedando pendiente 1 curul en virtud de que las fórmulas aplicadas por el Consejo Estatal Electoral de la entidad dio que ningún partido político tuvo los votos requeridos para hacerse acreedor a dicho espacio en el recinto legislativo, conforme a su legislación electoral.21 Estas elecciones en Guerrero no fueron del todo halagadoras para el panismo, como ya se vio con los resultados anteriores, y como hemos visto en estos dos últimos años, después de aquella jornada electoral triunfal para el PAN. Ha enfrentado un desgaste en la tarea de gobernar desde la presidencia de la República, lo que lo pone en la mira de los ciudadanos, para calificar su actuación en el poder, y en función de ello, entre otros aspectos a considerar, los ciudadanos determinan quién habrá de gobernarlos en los distintos cargos de elección popular, a lo largo del territorio nacional. 20. Para ampliar la información al respecto, consúltese Voz y Voto Política y Elecciones. No. 117, 15 de Noviembre de 2002, pp. 39-41. 21. Ibid. p. 39. 79 La participación ciudadana fue del 51%, mejor que en el caso de Coahuila, lo que representó un 49% de abstencionismo, que ha sido característico en algunos procesos locales vistos en estos dos últimos años. Para concluir el año 2002 electoral, previo al escenario que nos depara el 2003, con las elecciones intermedias federales, y en nuestra entidad (Estado de México, el día 09 de Marzo), el 10 de Noviembre se renovaron 84 alcaldías en el Estado de Hidalgo, donde se gestaron conflictos en la selección (¿o imposición a los militantes priístas?) de los candidatos del PRI, como es en el caso de Tizayuca, fenómeno que no ha podido erradicar o al menos disminuir este partido político, y que ha hecho una práctica común para con sus militantes y simpatizantes. Vemos, pues, que ocurre en este último proceso del año, los síntomas de desgaste y de descrédito en uno de los partidos políticos, no exclusivo del priísmo nacional, sino en general de los partidos políticos, por parte de la sociedad, que no vislumbra cambios sustantivos en el discurso de los dirigentes y sus candidatos, ni mucho menos en las transformaciones que requieren de fondo estas instituciones políticas, de cara a los nuevos tiempos para hacer frente a los grandes problemas que aquejan a nuestro país, y que mucho se espera en la atención adecuada y eficiente de las demandas o necesidades sociales a través del proceso de toma de decisiones. Por otra parte, vislumbramos una página más en la historia de los procesos electorales en México, percibiendo en algunos de ellos un equilibrio de fuerzas políticas, entre panistas y priístas, y en otros entre priístas y perredistas, es decir, se manifiestan hoy día los gobiernos divididos, una clara y sana división de poderes, la búsqueda de consensos entre las distintas fuerzas políticas, agotando el diálogo como primicia de las relaciones entre desiguales, la alternancia en el poder, en sus distintos cargos de elección popular, por citar algunas características de los resultados de las elecciones que venimos presenciando, y en las que los ciudadanos y organismos electorales son un garante importante en la búsqueda afanosa por imponer la transparencia, la credibilidad, la imparcialidad con la que se deben conducir nuestras contiendas electorales, de tal manera que juntos aseguremos el respeto irrestricto a la voluntad de la población. Veamos lo ocurrido en la entidad antes mencionada, con los datos obtenidos hasta ahora: en la renovación de los 84 municipios, el PAN obtiene el triunfo en 23 alcaldías, es decir, 13 más que hace tres años; el PRI en 48, 17 municipios menos que en el trienio pasado donde obtuvo el triunfo en 65 (gana en ciudades importantes como Pachuca y Tulancingo); el PRD gana en 10, es decir, 3 más que en 1999, y otros partidos políticos hacen lo suyo en 2 municipios, quedando pendiente los resultados en el municipio de Huazalingo, que fueron anulados por conflictos poselectorales, lo que habrá de convocarse a elecciones extraordinarias en dicho lugar. Aún a pesar de seguir contando el PRI con más de la mitad de los municipios que conforman la entidad, indudablemente la suma de los partidos políticos distintos a aquél es de 35, con una diferencia de 13 alcaldías, lo que denota un ejercicio de alternancia en el poder que experimentó la ciudadanía, además de que los panistas ganaron en ciudades 80 importantes en materia industrial como son los casos de Huejutla (tercera ciudad más importante de Hidalgo), Tepeji del Río, Tizayuca y Tula de Allende, por dar algunos ejemplos. De esta manera, el panismo pasó del 23% de la población gobernada en 1999 al 35%, mientras que el priísmo descendió del 69% al 48%, según datos revelados por Enrique Navarro, Secretario de Acción Electoral de dicho partido político,22 lo que puede ilustrarse con los resultados en las alcaldías en cuestión, donde efectivamente hay un avance relevante para el PAN, es decir, en más del 100% obtiene el triunfo en esta elección en comparación con lo logrado en el trienio pasado, aunque perdió la capital en esta ocasión, la que había obtenido hace tres años, recuperándola el PRI en esta ocasión. Un ejemplo más de alternancia en el poder, característica que viene plasmándose de manera fehaciente en distintos lugares del país. Hasta ahora podemos ver de manera inmediata que con los resultados obtenidos a la fecha, el PRI ha recuperado terreno en lo que va del año, por lo menos en las entidades de Hidalgo, Quintana Roo y sobre todo Nayarit (lleva contabilizado el 10.38% de los ayuntamientos y el 31.14% de las diputaciones), mientras que el PAN no le fue nada bien en Baja California Sur, Quintana Roo y sobre todo en Nayarit, aún con la gubernatura en su poder (registrando hasta este momento el 2.16% de las alcaldías y el 6.01% de las curules en disputa). Para el caso del PRD sólo podemos señalar que reafirma su fuerza electoral en Baja California Sur, desapareciendo prácticamente en estados como Hidalgo, Quintana Roo y el propio Nayarit (con el 1.29% de los municipios y el 8.74% de las diputaciones, aún así, en esta última cifra por arriba del panismo). Otras fuerzas políticas han registrado en estas elecciones el 0.43% de los gobiernos municipales, destacando el PVEM en Cancún, mientras que en los distintos congresos locales ocupan únicamente el 5.46% de las curules, muy cerca de lo que ha logrado hasta ahora Acción Nacional. A manera de conclusiones Para el Partido Acción Nacional serán sumamente importante los próximos comicios, sobre todo los intermedios federales, que renuevan la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, en el que está de por medio la estabilidad política de la presidencia de la República, en la medida en que existen muchos pendientes en la agenda gubernamental y que requieren de a atención y pronta respuesta de las fuerzas políticas expresadas en el Poder Legislativo. Hay que recordar que el PAN no es primera fuerza en el senado, por lo que será riesgoso para el panismo no lograr al menos la mayoría simple en la cámara baja. 22. Véase Reforma, 13 de Noviembre de 2002, p. 22 A. 81 En estos más de dos años de contiendas electorales hemos observado que el efecto “Fox” sólo brindó algunos frutos en los resultados de ese mismo año, es decir, del 2000, sin embargo, en los años 2001 y lo que llevamos del 2002 no han sido satisfactorios para el panismo, aunque logró obtener las gubernaturas en Chiapas y Yucatán, a través de alianzas con otros partidos políticos, y refrendar su fuerza en la misma gubernatura de Baja California y Guanajuato;23 obteniendo un triunfo adicional en el Estado de Morelos. Asimismo, este panorama nos invita a reflexionar en que este país es totalmente otro al que protagonizaba los procesos electorales de antes de 1988, de pasar de ser un espectador más y legitimador de los resultados y triunfos priístas a ser un decisor clave en los éxitos de los partidos políticos, de organismos electorales dependientes de la figura presidencial o de los gobernadores priístas, a contar hoy día con organismos electorales totalmente independientes, imparciales, objetivos que no tienen mayor preocupación que la de velar por la transparencia y la credibilidad de los comicios, es decir, hoy estamos frente a auténticas “batallas” o competencias electorales, en las que no se sabe a ciencia cierta quién es el ganador hasta no concluir con la fase final del proceso electoral. Con ello, la incertidumbre en los resultados finales entre los partidos políticos, se ha venido sembrando entre la ciudadanía, provocando con ello confianza para que el elector emita su sufragio con plena libertad y garantía de que habrá de respetarse su voluntad partidista. Otro ingrediente que respiramos y que se presenta en las contiendas electorales del país, es la competitividad entre las fuerzas políticas, de pasar de un sistema de partido dominante a uno competitivo, que le da frescura e interés al sistema de partidos que tenemos y a los procesos electorales mismos, al menos reflejado entre tres fuerzas políticas (PAN, PRI y PRD), principalmente, aunque ya hemos analizado el avance de otros partidos políticos distintos a éstos tres, que van manifestándose paulatinamente en puntos importantes de la República Mexicana como nuevas opciones para el electorado.24 El reto para Acción Nacional será convertirse en auténtica oferta política ante la sociedad, de mostrarse como el gobierno no sólo de la alternancia, sino de la transición política mexicana, de actuar como el partido político en el gobierno, y no el poder en un sólo hombre. Ser el partido político que sabe gobernar y que no se la esté pasando en aprender o experimentar en estos seis años del gobierno federal, porque la sociedad exige y requiere respuestas eficaces y eficientes a sus demandas y necesidades sociales, y no está en condiciones de aguantar más tiempo, frente a un crecimiento acelerado de pobreza y marginación en que 23. Resumiendo lo que fueron las elecciones para gobernador del 02 de Julio de 2000 a la fecha, diríamos que Acción Nacional ganó 5 (dos por alianza con otras fuerzas políticas, que son los casos de Chiapas y Yucatán, amén de Guanajuato, Morelos y Baja California), el PRD lo hace en el Distrito Federal y Michoacán, mientras que el PRI sólo lo hace en Tabasco. 24. Cabe mencionar que recientemente el Consejo General del Instituto Federal Electoral aprobó el registro de tres nuevas fuerzas políticas, que podrán contender en las elecciones de Julio de 2003, siendo éstas: Fuerza Ciudadana, el Partido Liberal Progresista y México Posible (el primero recurrió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, como otros partidos políticos a los que se les negó su registro como tales, ya que la resolución del IFE no le fue favorable para otorgarle su registro como partido político, finalmente dicho tribunal determina que hay lugar para considerarlo como tal). En este mismo tenor está pendiente la resolución al Partido Campesino y Popular. De esta manera, el abanico de alternativas que tendrá el elector para dicha jornada será de 11 partidos políticos, pudiendo llegar a 12. 82 viven millones de mexicanos –hoy hablamos de 53.7 millones de habitantes que no tienen ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas-,25 los rezagos en educación , salud y alimentación que padecen muchas comunidades del país, a lo largo y ancho del territorio nacional, basta mirar los destrozos ocasionados por el huracán “Isidore” en los estados de Yucatán y Campeche para mostrar a la población más vulnerada de la pobreza misma. Otros temas pendientes en la agenda gubernamental que habrá de enfrentar el gobierno panista en próximos días será el presupuesto de ingresos y egresos para el ejercicio 2003; la reforma del sector eléctrico, el caso de la investigación a fondo (al menos eso esperamos los mexicanos) de PEMEX y el desvió de recursos financieros de la paraestatal para campañas políticas del 2000; reanudar los trabajos de la Reforma del Estado con la participación de todos los actores representados en el Congreso de la Unión; la reforma constitucional en materia de Derechos y Cultura Indígenas, que aún está sin resolverse; las relaciones entre poderes EjecutivoLegislativo-Judicial que funcionen con agilidad, confianza y eficacia, para apostarle al fortalecimiento de la gobernabilidad del país; la búsqueda de cohesiones, construcción de consensos y diálogos, aún a pesar de los gobiernos dividios establecidos en el territorio nacional; revertir los pocos resultados o escasos que produjo el foxismo en campaña y que no han sido cumplidos, sobre todo en materia de política económica, donde se ha mostrado “más de lo mismo”; menor dependencia de México con los Estados Unidos, ya que a través del sector exportador se ha visto como nuestro principal destinatario hacia el país del norte, acentuado a partir de 1996; la generación de empleos que ha sido insuficiente, sin cubrirse la meta de un millón trescientos mil empleos anuales. Un acierto palpable para todos los mexicanos fue el hecho de lograr una transición sexenal sin crisis económica y financiera, como no se había visto en los últimos veinte años, eso al menos nos mantiene despiertas las esperanzas de un mejor rumbo para nuestro país, así como el hecho de no tener una crisis en la gobernabilidad, aún a pesar de los movimientos sociales que han surgido en estos dos años del gobierno de Vicente Fox, como lo fueron últimamente los ejidatarios de San Salvador Atenco, en el Estado de México, como un rotundo NO al proyecto del nuevo aeropuerto internacional en Texcoco y un SÍ firme en la defensa de su patrimonio. El resultado final, a través del diálogo y la tolerancia, fue revertir la resolución que había adoptado el ejecutivo federal y dar marcha atrás al proyecto aeroportuario. O la reciente amenaza de huelga del sindicato de trabajadores petroleros de la República Mexicana, que afortunadamente se condujo con la razón y la prudencia, logrando acuerdos entre las partes involucradas, pero que esto no conduzca a frenar o desviar el rumbo de las investigaciones sobre el desvío de los dineros de una de las empresas más fuertes del país, como lo es Petróleos Mexicanos. 25. Cfr. Abad Schoester, Mario. “En México, alarmante aumento de la pobreza” en Época. No. 585, 26 de agosto de 2002, pp. 12-17. 83 Pero aún nos falta que recorrer y mucho que mejorar, sobre todo en lo que se refiere a los procesos electorales como son, por ejemplo, en los gastos en las campañas políticas y la vigilancia estrecha del manejo de los recursos financieros asignados a los partidos políticos, una rendición de cuentas sumamente rigurosa, transparente, creíble y pública; regular el papel de los medios de comunicación en los procesos electorales, es decir, que éstos garanticen la confiabilidad y objetividad de la información que recibe el electorado; controlar los tiempos de las precampañas y de las campañas mismas, que no generen un hartazgo en la ciudadanía, y que éstas sean completamente constructivas y no en pleitos callejeros o de vecindad entre candidatos o partidos políticos; la revocación del mandato en los cargos de elección popular cuando éstos no han cumplido o han dejado de atender su compromiso con la sociedad. El reto en los próximos años será encontrar consensos entre las diferentes fuerzas políticas del país, porque la alternancia y los gobiernos divididos han llegado para quedarse en nuestra nueva cultura política democrática, lo que sin lugar a dudas, apostaremos por un auténtico proceso democrático, que conduzca a México a ocupar mejores lugares en el concierto internacional, siempre en beneficio de su población. No hay victorias eternas ni derrotas perpetuas, y eso lo saben perfectamente bien los partidos políticos, que ahora no se pueden confiar en los resultados electorales que obtengan, porque se ha visto que la ciudadanía califica y evalúa, en un primer momento, a sus autoridades y/o representantes populares, para después reafirmar o rechazar a las distintas fuerzas políticas en los comicios; pero más lo hemos aprendido los ciudadanos que con nuestra participación en la vida política del país, no sólo en las jornadas electorales, sino en todo lo que tenga que ver con los asuntos públicos que atañen a nuestras comunidades y a nuestras propias familias, iremos construyendo un México diferente que todos queremos y anhelamos tener, porque ya es justo que tengamos una patria en la que sepamos vivir con humanidad. 84 Hemerografía • Abad Schoester, Mario. “En México, alarmante aumento de la pobreza” en Época. No. 585, 26 de agosto de 2002, pp. 12-17. • Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 96, 15 de Febrero de 2001, pp. 56-62. • Berrueto, Federico. “Corte de caja 2001” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 107, 15 de Enero de 2002, p. 36-44. • “Chiapas el efecto dominó” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 91, 15 de Septiembre de 2000, p. 46. • Gómez Bruera, Hernán. “Lecciones del Nayar” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 114, 15 de Agosto de 2002, pp. 35-40. • Martínez Silva, Mario y Salcedo Aquino Roberto. Diccionario Electoral CD. México, INEP, A.C. • “Michoacán” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 106, 15 de Diciembre de 2001, pp. 42-45. • “Quintana Roo” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 109, 15 de Marzo de 2002, p. 62. • Reforma, 13 de Noviembre de 2002, Sección A. • Tuirán Gutiérrez, Alejandro. “Radiografía municipal” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 113, 15 de Junio de 2002, pp. 34-43. • Voz y Voto Política y Elecciones, varios números, años 2000-2001. • Voz y Voto Política y Elecciones, varios números, años 2001-2002. • Voz y Voto Política y Elecciones, números 107-115 y 117 Enero-Noviembre de 2002. Internet • http://bcs.inegi.gob.mx/sociodem/espanol/municipal/mun_02.html • http://www.reforma.com/nacional/articulo/233500/ • http:///www.reforma.com/nacional/articulo/234567/ 85