El Partido Acción Nacional - Instituto Electoral del Estado de México

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agenda política electoral
El Partido Acción Nacional:
triunfos y fracasos en los
procesos electorales
de 2000 a 2002.
¿Un signo de debilitamiento o
competitividad electoral?
Eduardo Rodríguez Manzanares*
Introducción
Después de la fuerza con la que el Partido Acción Nacional arriba a la
Presidencia de la República, en las pasadas elecciones del 02 de Julio de 2000,
donde se manifestó por primera vez la decisión de la ciudadanía en contribuir
con la culminación del Partido Revolucionario Institucional al frente de la silla
presidencial, y con ello terminar con más de 71 años en el poder de manera
ininterrumpida, el PAN asume la titularidad en la figura del Ejecutivo Federal,
a dos años de aquel triunfo electoral, han transcurrido una serie de situaciones
y acciones que han puesto en el ojo del huracán al propio partido político, y a
su candidato transformado en Presidente de México: Vicente Fox Quesada.
Los descalabros y reveces que ha recibido Acción Nacional han puesto al
descubierto la inexperiencia en la tarea de gobernar, pero también ha reflejado un
síntoma de desencanto por parte de la ciudadanía, que esperaba ver acciones de
“cambio”, de las que tanto se les indicó y ofreció en campaña, durante el tiempo en
que éstas duraron, previo a las elecciones federales del pasado 02 de Julio de 2000.
*
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Autónoma delEstado deMéxico.
49
Después de ese triunfo contundente del PAN, las elecciones posteriores, que se
han efectuado, tanto en lo que restó del año 2000, así como las realizadas
durante el 2001 y las de los primeros diez meses del 2002, nos reflejan, en un
primer acercamiento, que el PAN no ha logrado mantenerse en el poder, como
una característica fehaciente de todo partido político, ni mucho menos ampliar
su esfera de hegemonía. Por otra parte, la ciudadanía, tomando como referencia
el panorama nacional de estos casi dos años de gobierno panista, no ha
vislumbrado de manera categórica y firme los cambios que se ofertaron en su
momento, por lo que nos atrevemos a señalar que el voto que se ha depositado
en las urnas, en los distintos procesos electorales, que han tenido lugar en el
territorio nacional, ha sido una muestra de descontento hacia el actuar del
gobierno federal, pero también es un signo que denota un cambio en la
conducción del PRI, de cara a las elecciones federales intermedias del 2003 y,
por lo tanto, las que habrán de efectuarse en el 2006, en la que le apostará este
partido político a recuperar la presidencia de la República.
En el periodo que se estudia, el año 2000, después de la elección federal del 02
de Julio, vivió varias elecciones en diferentes estados, amén de las elecciones
concurrentes, en esa misma fecha, en 4 entidades federativas se efectuaron
elecciones locales, para renovar entre gubernaturas, congresos locales y
ayuntamientos (Jalisco, Chiapas, Tabasco y Veracruz), donde el PAN obtiene
triunfos importantes tales como las gubernaturas de Jalisco y Chiapas (ésta
última bajo la figura de alianza con partidos políticos como el PRD, el PT y el
PVEM), como parte del efecto dominó que aún manifestaba la ciudadanía por
el “cambio”; el año pasado (2001), hubo lugar en 14 estados del país elecciones
entre las que se eligieron a gobernadores (4), renovación de congresos locales
(13) y la elección de ayuntamientos (13), con lo que el saldo, en general, no fue
satisfactorio para Acción Nacional. Sólo por mencionar algunos ejemplos, en
las gubernaturas de las 4 obtiene el triunfo en dos (Yucatán y Baja California),
mientras que en Tabasco (elección extraordinaria) y Michoacán no representó
fuerza alguna, tanto que ocupó el tercer lugar en los resultados electorales. El
PRI mantuvo Tabasco (a pesar de la anulación de las elecciones del pasado 15
de Octubre de 2000, impugnadas por el PRD y el propio Acción Nacional),
mientras que el PRD obtiene una gubernatura más en su haber: Michoacán.
Durante el presente año, en el 2002, se han realizado elecciones en 6 estados
del país (Baja California Sur, Hidalgo, Quintana Roo, Nayarit, Coahuila y
Guerrero) y una elección extraordinaria, en el municipio de Ciudad Juárez,
Chihuahua, el 12 de Mayo. En dichas elecciones, se renovaron congresos
locales y ayuntamientos, en donde nuevamente los resultados no fueron del
todo favorables a Acción Nacional, y sí por el contrario, al PRI, que nuevamente
se reposiciona en lugares claves del territorio nacional, recuperando mayorías
simples y absolutas, en algunos casos, en las cámaras de diputados, y lo mismo
en ciudades capitales de los estados, como ocurrió recientemente en Nayarit,
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con la capital Tepic, quedando pendientes por realizarse la elección local en el
Estado de Hidalgo, para renovar alcaldías en Noviembre de este año.
Bajo este panorama nada halagador para el PAN, la pregunta obligada es si con
estos resultados Acción Nacional estará listo para afrontar el proceso federal
electoral intermedio del año 2003, en el que se renovará la Cámara de
Diputados del H. Congreso de la Unión, amén de efectuarse elecciones locales
en 13 estados del país, entre los que destacan Campeche, Colima, Nuevo León,
Querétaro, San Luis Potosí y Sonora (que además de elegir diputados y
ayuntamientos, se elegirá gobernador), así como el Estado de México
(considerado como el laboratorio político para las elecciones federales, donde
se renovará el congreso local y ayuntamientos) y el Distrito Federal, que
elegirán a sus diputados para la Asamblea Legislativa, así como a los 16
delegados en los que se divide la capital del país.
La moneda está en el aire. Si de algo estamos seguros hoy día con nuestros
procesos electorales, es que no tenemos la certeza de qué partido político
obtendrá los triunfos; estaremos frente a escenarios competitivos, en los que se
juega la permanencia de un partido político en el poder, y la posibilidad de una
presencia mayoritaria en el espectro nacional, en miras de las elecciones federales
del 2006, para la elección presidencial. Aún después de éstas, faltará mucho por
ir percibiendo como se van comportando, por lo menos, las tres fuerzas políticas
más representativas en el país, como lo son el PAN, el PRI y el PRD, sin querer
minimizar la existencia de otros partidos políticos, pero que no han tenido una
clara presencia en el electorado en estos últimos dos años de elecciones.
El presente trabajo está orientado a analizar lo ocurrido con los resultados
electorales, sobre todo, los obtenidos por Acción Nacional, en donde se
revisará si se trata de una competitividad electoral que se ha ido manifestando
en el país, en los últimos años, desde aquellos resultados impugnados por el
FDN, en 1988, pasando por la década de los noventa, con los triunfos
contundentes del PAN, así como de triunfos obtenidos por el PRD en varios
estados del país, hasta llegar al 2000, y lo que ha transcurrido después de ese
año, hasta llegar al 2002, para darnos cuenta que por lo menos hemos dejado
a un lado el denominado partido hegemónico, como era concebido al PRI o
partido dominante, para dar paso a un nuevo espectro político, con presencia
de fuerzas diferentes, conductas que obligan a buscar los consensos, las
alianzas y los diálogos que hoy día hacen mucha falta en las discusiones a los
grandes problemas que aquejan a nuestro país.
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1.- Las elecciones locales del 2000, del 02 de julio.
Una vez que transcurrieron las elecciones federales del 02 de Julio de ese año,
así como elecciones locales en varios estados de la República, se manifestó el
predominio del efecto dominó de la marea azul, es decir, del foxismo en las
elecciones concurrentes en estados (en total 10 entidades federativas) como
Guanajuato y Morelos, donde el PAN obtiene las gubernaturas, disputándose
además la jefatura del gobierno del Distrito Federal, recayendo nuevamente en
el PRD, por segunda ocasión consecutiva. Aunado a ello, se tuvo elecciones en
436 municipios -incluidas las 16 de legaciones del D.F.- y la elección de 394
diputados de distintos congresos locales (235 por mayoría relativa y 154 por
representación proporcional).
En todos estos procesos electorales hemos presenciado nuevos ingredientes que
antes no habíamos respirado, o que no nos imaginamos vivir, tal es el caso de la
incertidumbre que reflejan los propios resultados electorales, ahora no es fácil
señalar o definir al partido político ganador, sería muy irresponsable quien así lo
hiciera, salvo los estudios de opinión que acercan un primer momento de la
contienda electoral, pero que estos mismos no son cien por ciento seguros, es decir,
son falibles, y lo hemos visto en los últimos resultados electorales. Otro elemento
distintivo es el que los medios de comunicación se han convertido en la arena
política, donde los candidatos, principalmente, más que los propios partidos
políticos, han venido “explotando”, como estrategia de penetrar en el electorado,
aunque también se ha llegado al extremo de saturar de información –aunque en
muchas ocasiones ésta no sea relevante, en cuanto a su contenido- a los ciudadanos.
Uno más que creo importante es que hoy estamos al pendiente, más que nunca
del candidato, no tanto del partido político y su proyecto para el lugar de que
se trate la elección, hoy nos preocupa y nos interesa quién o quiénes están en
la lista para participar en un cargo de elección popular, dejando del lado al
instituto que representa, entonces esto se convierte en contiendas electorales
entre candidatos, y no entre partidos políticos. En ello creo que hay que
guardar un sano equilibrio, porque refleja un síntoma por el que padecen la
mayoría de los partidos políticos, al menos en México, que es el hecho de que
sus candidatos han rebasado por mucho a la institución política a la que
pertenecen, y por tanto, refleja ese mismo padecimiento la sociedad, ya que
también hemos rebasado esa idea inicial de que los partidos políticos se
concebían como el enlace o puente entre el gobierno y aquélla.
Indudablemente como otro rasgo característico de los últimos procesos
electorales, con mayor énfasis, a partir de 1988 es el fenómeno de la alternancia
política, que ha llegado para ser parte de nuestra cultura política, como
manifestación de que la ciudadanía está al pendiente del desempeño de sus
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autoridades, y que es ésta la que califica o descalifica al partido político en
turno, así lo ha expresado en las diferentes elecciones a lo largo del territorio
nacional, por lo menos en el periodo al que hace alusión este trabajo.
La competitividad electoral es un reflejo de nuestro sistema de partidos que
predomina en México, que a pesar de manifestarse, principalmente, en tres
fuerzas políticas, no por ello llama la atención el papel que juegan otros
partidos políticos con menos presencia que el PAN, el PRI y el PRD, porque se
convierten en muchas ocasiones en los fieles de la balanza, sea para alguno de
los tres partidos políticos antes mencionados, a través de figuras como las
alianzas o coaliciones, que dan como resultado el avance o freno hacia el
trabajo del poder ejecutivo o del propio poder legislativo. Es lo que hoy se
denomina los gobiernos divididos, que son los casos en los que no hay mayoría
absoluta en el congreso o cuando ésta no coincide con la identidad partidaria
del Ejecutivo. Un nuevo componente en nuestro sistema político, sembrado en
varios puntos del territorio nacional.
Hoy la sociedad, en particular los ciudadanos, elegimos directamente a nuestras
autoridades, de los tres ámbitos de gobierno, no se nos imponen, así vemos que
gobernadores, presidentes municipales, legisladores, regidores, etc., de distintas
extracciones partidarias presencian auténticas elecciones o contiendas, sus
cargos no se deben ya más al presidente de la República en turno, sino a los
ciudadanos de las distintas localidades del país.
Pero veamos qué ocurrió el mismo 2 de Julio de ese año, en varios estados de
la República, donde se vivieron elecciones concurrentes, como ya lo
mencionamos líneas arriba. Los siguientes datos nos ilustran algunos resultados
electorales, en forma global, de 10 entidades federativas, que eligieron a sus
autoridades municipales y renovaron los congresos locales, incluidos los
relativos al Distrito Federal, en cuanto a la composición de las delegaciones y
de la Asamblea Legislativa:
Partido Político
PAN
PRI
PRD
OTROS
TOTAL
Municipios
107
255
53
21
436
Diputados (MR Y RP)*
161
151
55
27
394
Fuente: Elaboración propia, con datos obtenidos de Voz y Voto Política y Elecciones, varios
números, años 2000-2001.
*
MR = Mayoría Relativa, RP = Representación Proporcional
53
De tal manera que el PAN logra ganar en 24.5% de los municipios en disputa,
el PRI hace lo mismo con un 58.5% del total, mientras que el PRD apenas un
12.1% de los municipios, otros partidos políticos se llevaron el 4.9%, resaltando
en esta parte las 6 delegaciones que obtiene en el D.F., donde el PRI no ganó
ninguna. El PAN pierde la capital en Guanajuato, pasando ahora al PRD; lo
mismo sucede con la capital de Morelos que pasa al PRI, pero que, sin embargo,
el PAN logra buenos triunfos en municipios importantes del Estado de México,
tales son los casos de Toluca, (la capital), Metepec, Almoloya de Juárez,
Zinacantepec, Ecatepec, entre otros, que gana por primera vez y refirma su
presencia en Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán, Coacalco, Cuautitlán, sólo por
citar algunos ejemplos de los municipios económicamente fuertes ; mientras
que en Querétaro, con un gobernador panista sólo gana en 4 de los 18
municipios, los restantes quedan en poder del PRI, lo que significa un revés al
propio partido en el poder ejecutivo, pero también se expresa lo antes señalado:
alternancia en el poder, expresado a través del voto diferenciado o escindido1.
En San Luis Potosí obtiene la capital, siendo una entidad caracterizada en los
últimos años eminentemente priísta, lo que hoy día vemos distintas
composiciones en varios municipios del país, y por tanto, el arribo de una
democracia electoral que se va afianzando cada vez más entre la ciudadanía.
En el caso de las diputaciones disputadas en varios congresos locales, los
resultados fueron diferentes para el PAN, logra ganar el 41% del total de
curules, el PRI el 38.3%, mientras que el PRD el 13.9% de los cargos de elección
popular, el 6.8% otros partidos políticos. De tal manera que de los 10 congresos
locales, el PAN cuenta con la mayoría absoluta en 2 (Guanajuato y Nuevo León)
y con mayoría relativa 3 (Morelos, Estado de México y Querétaro). Por su parte,
el PRI obtiene en 3 la mayoría absoluta (Campeche, San Luis Potosí y Colima)
y 1 por mayoría relativa o simple (Sonora). El PRD sólo logra ganar un congreso
local, el caso de la Asamblea Legislativa del D.F. por mayoría relativa2.
1. Véase al respecto Martínez Silva, Mario y Salcedo Aquino Roberto. Diccionario Electoral CD. México, INEP, A.C.
2 . Para un mayor análisis de la composición de los congresos locales del país, se recomienda la lectura de Berrueto, Federico.
“Reparto del poder 2000” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 96, 15 de Febrero de 2001, pp. 56-62. Cabe hacer mención
que en el Estado de México, en el Congreso Local, 13 diputados del PAN se declararon diputados independientes, dejando a 16
únicamente como diputados por este partido, de un total de 29 que había obtenido en las elecciones, por lo que el PRI suma
un congreso más por mayoría relativa, al tener un total de 25 curules de las 75 que integran dicho recinto.
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Hasta ese momento, la población gobernada entre el panismo y el priísmo
estaba dividida de la siguiente manera:3
PAN
PRI
OTROS P.P.
TOTAL
17,738,579
9,327,471
3,195,266
30,261,316
58.6%
30.8%
10.6%
100%
Fuente: Elaboración propia, con datos de Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” en Voz
y Voto Política y Elecciones. No. 96, 15 de Febrero de 2001, p. 57.
De este cuadro podemos resaltar un triunfo importante para el PAN, en cuanto
a población gobernada se refiere, con relación al PRI, aún a pesar de que en
varios estados del país, en cuanto al número de municipios, es el PRI el que
gobierna en más, como es el ejemplo del Estado de México, con 69 municipios
y el PAN 30, el caso de San Luis Potosí que el PRI tiene 34 municipios, mientras
que el PAN cuenta con 18, en Sonora donde el PRI tiene 45 alcaldías y el PAN
sólo 15, en Querétaro el PRI ganó en 14 alcaldías y el PAN en 4, sin embargo,
en población, en todos estos casos, el PAN gobierna el mayor número de
habitantes que el propio PRI.
2.- Las elecciones locales del 2000, después del 02 de julio
En los últimos cinco meses de ese mismo año, se llevan a cabo elecciones en 4
entidades del país, destacando por su importancia las de Chiapas –se elige
gobernador-, lo mismo en Tabasco, renovándose además del ejecutivo, estatal el
congreso local y los ayuntamientos; en Jalisco se renueva congreso y ayuntamientos,
y en Veracruz únicamente autoridades municipales. Así, estuvo en disputa un total
de 71 diputaciones por ambos principios, 351 municipios y 2 gubernaturas.
En Chiapas, se ensaya nuevamente el ejercicio de suma de partidos políticos
distintos al PRI, a través una alianza (Alianza por Chiapas) primordialmente
entre las cuatro fuerzas políticas más representativas en la Cámara de
Diputados Federal, tal y como ocurrió en Coahuila, en 1999, en la elección de
gobernador, participando el PAN, el PRD, el PVEM y el PT.
El candidato de esta alianza, Pablo Salazar Mendiguchía, sale victorioso frente al
candidato del PRI, con una votación de 535,860 (51.5%), mientras que el PRI
obtiene 475,267 votos (45.6%) de un total de 1,040,407 sufragios emitidos. La
3.
La población del Distrito Federal no está considerada en estas cifras, sin embargo, no altera la esencia de la información, ya que
de las 16 delegaciones, el PRI no obtiene ninguna, sí por el contrario, el PAN gana en 6 delegaciones.
55
participación no fue del todo amplia, solamente sufragaron de la lista nominal el
49.75%.4 Primer triunfo a un alianza entre las cuatro fuerzas políticas, lo que haría
suponer que habría una suma de fuerzas entre el panismo y el perredismo en
Tabasco, lo cual no ocurriría, y vería perdida la gubernatura de ese estado el PRD.
En Veracruz, el saldo es favorable para el PRI, en cuanto al número de alcaldías,
obteniendo un total de 47 municipios de 210; el PAN gana en 35, el PRD en 25,
el PT en 3, el PVEM 5, Coaliciones 89 y otros partidos políticos 6. Estas cifras
dan como resultado de que el PAN obtenga el 29.1% de la votación emitida en
esta elección municipal, que comparada con la de hace tres años, sube
aproximadamente 8 puntos porcentuales, reafirmando así ser la segunda fuerza
más importante en la entidad, desbancando de esta posición al perredismo que
había logrado escalar dicho lugar en las elecciones de 1997. Por su parte, el PRI
obtiene el 36.1% de la votación, que aún a pesar de su triunfo en números
absolutos, en porcentajes de votos se ve ligeramente disminuido, con referente
a los mismos tres años anteriores. La capital es gobernada por la coalición entre
el PT, el PVEM, CD y otros.
En las elecciones de Tabasco, se podría haber presenciado una debacle para el
priísmo, estando de por medio la disputa de la gubernatura, y en la que se
presuponía una nueva alianza entre panistas y perredistas, como ocurrió en
Chiapas. La sorpresa fue que no hubo alianza, y así pudo respirar más
desahogadamente el PRI, sin dudar que en algún momento hubo pactos en los altos
niveles jerárquicos del panismo y priísmo para evitar esa posible alianza que hubiera
propiciado un fuerte revés al priísmo tabasqueño y nacional, y al propio Roberto
Madrazo Pintado, que en ese momento estaba aspirando a la presidencia de su
propio partido político. Aunque como veremos en este recuento, los resultados
electorales fueron impugnados por el PRD, principalmente, logrando que el fallo del
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación fuera en el sentido de anular
esas elecciones, convocándose a nuevas para el 05 de Agosto de 2001.
Pero qué sucedió en la jornada de Octubre de ese año, veamos: además de elegir
gobernador, se renuevan ayuntamientos y el congreso local, donde el PRI
obtiene el triunfo en 12 alcaldías, incluida la capital, de las 17 en disputa,
mientras que el PRD obtiene 5. El PAN recibe un rechazo de la ciudadanía al no
alcanzar ninguna posición en el ámbito municipal, lo que permite suponer que
aún le falta posicionarse en varios puntos del país, aún a pesar de contar en esa
zona de la República con 2 gubernaturas a su haber (Chiapas y Yucatán, que
más adelante se comentará de esta última). El PAN logra únicamente 2
diputaciones por la vía de la representación proporcional, sin la cual no tendría
cabida en dicho congreso. Por su parte, el PRI obtiene 16 curules, mientras que
el PRD hace lo propio en 12, el PT en uno sólo.
4. Cfr. “Chiapas el efecto dominó” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 91, 15 de Septiembre de 2000, p. 46.
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En la elección de gobernador, el panismo alcanza la cifra de 8.37% de la
votación emitida, es decir, casi nada, por no decir nada, con respecto a otros
procesos en el país. Así, sufre un fuerte descalabro el PAN en esta zona del país.
El PRI logra el 44.36%, mientras que el PRD el 43.17% (una diferencia de 1.17%
a favor del primero, traducida en cerca de ocho mil votos de distancia entre
uno y otro), elección sumamente cerrada y competitiva. De ahí el conflicto
poselectoral entre estas dos fuerzas políticas, desatándose una confrontación
que tiene que resolver finalmente el Tribunal Electoral Federal, ya que antes
había fallado el Tribunal Electoral Estatal a favor del PRI, respetando y
validando los resultados de esa elección.
En la elección extraordinaria del día 05 de Agosto de 2001, los resultados
variaron muy poco entre el PRI y el PRD. Para el PAN fue un fracaso rotundo
esta elección, sólo obtiene el 2.08% de la votación total, mientras que el PRI
alcanza en triunfo con el 50.45% de la votación, traducida ésta en la mayoría
absoluta; por su parte, el PRD alcanza el 45.94% de votos. Finalmente, el PRI se
alza con un importante triunfo, porque además de ganar la gubernatura, gana
la mayoría de las alcaldías, incluida la capital y la mayoría absoluta del
congreso local, es decir, como cuando llegó a la gubernatura el propio Roberto
Madrazo, tres años después (1997), en esa ocasión el PRI se llevó carro completo
(el total de los ayuntamientos y el de las diputaciones por mayoría relativa).
Finalmente, y para cerrar el año 2000, las elecciones de Jalisco fueron un
respiro, traducido en un pequeño susto para el PAN, al lograr 19 de las 40
diputaciones, el PRI 16, el PRD 3 y otros partidos políticos 2. En las alcaldías, el
panismo se impone en 50 de las 124 disputadas, incluida la capital del estado,
el priísmo en 64, el perredismo en 6 y otras fuerzas políticas en 4 municipios.
El saldo final en estas 4 entidades federativas fue de:
Partido Político
PAN
PRI
PRD
OTROS
TOTAL
Municipios
85
123
36
107
351
Diputados
(MR Y RP)
21
32
15
3
71
Fuente: Elaboración propia, con datos obtenidos de Voz y Voto Política y Elecciones, varios
números, años 2000-2001.
57
De esta manera, el PAN logra ganar el 24.2% de las alcaldías en disputa y el
29.6% de las diputaciones por ambos principios; el PRI manifiesta una
recuperación en este terreno, comparado con las elecciones concurrentes del
día 02 de Julio de este mismo año, es decir, obtiene el 35.1% de los municipios
y el 45% de las curules en los congresos locales. Finalmente, el PRD hace lo
suyo con el 10.2% de los ayuntamientos y el 21.1% de las diputaciones, lo que
indudablemente su saldo no le es nada favorable, aún con una contienda tan
pareja y competida en el caso de la gubernatura de Tabasco y una alianza con
el PAN, en el caso de la gubernatura de Chiapas. Otros partidos políticos
obtuvieron el 30.5% y el 4.3%, respectivamente.
En lo que se refiere a los congresos locales, que fueron renovados en estos
últimos meses del año, como ya vimos en los resultados anteriores, el panismo
no tiene casi representación alguna en Tabasco, salvo las dos curules por
representación proporcional, por lo que el PRI tiene la mayoría absoluta en
dicha cámara, mientras que en Jalisco el PAN obtiene la mayoría relativa o
simple en el congreso local.
En las elecciones de gubernaturas una es para el PAN en alianza con otros
partidos políticos, incluido el PRD (Chiapas), mientras que el PRI obtiene la
otra, que es la de Tabasco, con sufridos resultados frente al PRD.
En cuanto a la población gobernada por partido político, entre panistas y
priístas, primordialmente, se distribuye de la siguiente manera:
PAN
PRI
OTROS P.P.
TOTAL
5,013,889
7,482,688
6,535,694
19,032,271
26.3%
39.3%
34.4%
100%
Fuente: Elaboración propia, con datos de Berrueto, Federico.“Reparto del poder 2000” en Voz y
Voto Política y Elecciones. No. 96, 15 de Febrero de 2001, p. 57.
Así observamos que en estos resultados electorales no fueron del todo favorables
al PAN, sobre todo en Tabasco, donde cero cobertura tiene entre la población de
esa entidad, no así diríamos en el Estado de Veracruz, donde a pesar de obtener
el 29.1% de la votación municipal, logra abarcar una población de 1,404,073,
contra 1,473,579 habitantes gobernados por el PRI, convirtiéndose así como
segunda fuerza en la entidad; o el caso de Jalisco, donde ahí presenta una
amplia influencia entre la población, casi al doble con respecto al priísmo.
58
3.- Las elecciones locales del 2001
Para este año, hubo lugar a distintos procesos electorales en 13 entidades del país,
desde renovación del titular del ejecutivo estatal, hasta autoridades municipales,
pasando por la integración de distintos congresos locales. Así, se tuvo la elección
de 3 gubernaturas (Yucatán, Baja California y Michoacán), 430 diputaciones (265
por mayoría relativa y 165 por representación proporcional) y 1423
ayuntamientos (incluidos los 418 por el régimen de usos y costumbres), lo que
ofreció una nueva oportunidad para las tres fuerzas políticas más representativas
de la República Mexicana; de reposicionar su capacidad política, presencia y
convencimiento entre el electorado. Cabe hacer mención que en este mismo año
se programó la nueva elección de Tabasco, una vez que fue anulada por sentencia
del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.**
Como ya vimos en el punto anterior, en esta parte sólo revisaré los procesos
electorales, sus resultados y balance final entre el PAN, objeto de la presente
investigación, con relación al PRI, como fuerzas políticas entre las que descansa el
potencial del electorado, sin minimizar en ningún momento la participación del
PRD, que como veremos más adelante, este año sirvió para tener un buen respiro
a nivel nacional, ya que después del 2000, las cosas no le salieron del todo bien.
El Estado de Yucatán presentó una nueva oportunidad de experimentar una
alianza entre partidos políticos distintos al PRI, ya que estaba de por medio la
estabilidad política de la entidad, tomando en cuenta la permanencia de Víctor
Cervera Pacheco por más de seis años en el poder, y que venía gestando y
orquestando un sinfín de acciones para establecer una “dinastía” en Yucatán,
recordando el conflicto que generó el propio mandatario en turno en la
composición del Consejo Estatal Electoral, y que finalmente tuvo que intervenir
el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para dirimir las
controversias, conflicto que se agudizó con la existencia inicial de dos consejos
electorales estatales, uno promovido desde el gobierno de la entidad, y otro por
el propio Tribunal Electoral Federal, por insaculación. Finalmente, prevalece la
razón y la justicia, y queda al frente del proceso electoral local el Consejo
insaculado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
En la elección para gobernador, la Alianza por Yucatán, conformada por los
partidos políticos Acción Nacional, de la Revolución Democrática, del Trabajo
y Verde Ecologista de México se anota un importante triunfo en la elección,
con una votación de 323,592 sufragios, obteniendo así la gubernatura del
estado, con el 47.64% de los votos (votación total de 679,180). El triunfador de
**
Referente a los resultados de la elección extraordinaria en Tabasco, han sido analizados en el punto anterior del presente trabajo, por lo que paso por alto la revisión de este proceso electoral.
59
esta contienda es el candidato Patricio Patrón Laviada; por su parte, el PRI gana
302,340 votos, representando el 44.51% (una diferencia de 3.13 puntos
porcentuales), lo que denota una contienda competitiva y hasta cierto punto
cerrada, si tomamos en cuenta que en procesos electorales pasados en esta
entidad, la fuerza mayoritaria por tradición había venido siendo el priísmo, y
con escasos márgenes de victoria el PAN, principalmente, a través de la capital
de la entidad, como su más representativa fuerza electoral. Otros partidos
políticos alcanzaron apenas el 1.95% de la votación total.
En el caso de la composición del congreso local, el resultado fue prácticamente
un empate técnico entre panistas y priístas, al contar ambos con 12 diputados
por ambos principios, mientras que el perredismo yucateco se llevó una sola
curul por representación proporcional. Algo inusual ha ocurrido aquí en
Yucatán, en esta composición del congresos estatal, la pregunta es quién tiene la
mayoría, al menos simple, ya no digamos absoluta, porque nadie la tiene, con un
empate en el número de curules entre el PAN y el PRI, por tanto, considero que
el fiel de la balanza será el PRD, que podrá inclinarse a favor de uno u otro, según
las negociaciones, concertaciones que obtenga con cualquiera de esos dos
partidos políticos. Bajo este planteamiento, se ha cuestionada, al menos por los
priístas, la necesidad de eliminar de nuestro sistema electoral la fórmula de
representación proporcional, por no tener ya razón de permanecer en el propio
sistema electoral —aunque no reconozca que esa misma figura le ha permitido
contar con presencia en recintos legislativos, como es el caso del D.F, que si no
fuera por la representación proporcional, no tendría cabida alguna en la
Asamblea Legislativa de esta jefatura del país, o el caso del Estado de México, que
en este momento no sería mayoría simple, si no es por dicha representación.
En la renovación de las alcaldías, de las 106 en disputa, el PAN obtiene 14; el PRI
77 predominantemente rurales, el PRD ninguna, propiamente como partido
único no alcanza, pero como hubo alianzas entre el PAN y este partido en 46
municipios, gana conjuntamente en 14, mientras que el PVEM sólo una alcaldía.
La capital queda en manos de una de las alianzas entre panistas y perredistas.
Por lo que se refiere, para este último caso, a la población gobernada por partido
político, no resulta del todo favorable para el PRI, si tomamos en cuenta que
éste es el que gana el mayor número de alcaldías, pero que no se refleja en el
número de habitantes gobernados, es decir, mientras que la alianza PAN-PRD
gobierna en 14 municipios lo que representa 858,601 habitantes, el PRI con sus
77 alcaldías apenas gobierna a 649,911 habitantes, y el PAN con los 14
municipios ganados gobierna a una población de 141,435 habitantes.5
5.
Véase a Berrueto, Federico. “Corte de caja 2001” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 107, 15 de Enero de 2002, p. 39.
60
Por donde le veamos, esta elección en el sureste del país, no resultó nada
favorable para el PRI, rescatando la idea anterior de que con gobierno como el
de Víctor Cervera, cacique natural por excelencia, con abrumadores resultados
en pasadas elecciones, arrasando casi con todo, tanto en ayuntamientos, como
en el congreso local, así como en población gobernada, ahora, con estos
resultados, fue un total revés y un síntoma del desgaste de este tipo de
gobiernos caciquiles y autoritarios, donde la sociedad misma ha decidido por la
vía pacífica, como lo son los procesos electorales, desprenderse de los malos
gobiernos y dar oportunidad a nuevas instituciones políticas en la entidad, así
lo reflejó la participación ciudadana que alcanzó el 68.5% de la votación total,
una de las más altas registradas hasta la fecha en proceso alguno estatal. Ahora
les corresponde hablar, y más que eso, actuar y responder a dicha confianza a
panistas y perredistas, principalmente. Ellos tienen ahora la gran oportunidad
de mostrar una nueva forma de gobernar, de no hacerlo, no dudemos en el
regreso del PRI, en los próximos comicios electorales.
En las elecciones de Chihuahua se vive un fenómeno similar al de Tabasco, en
el que se anulan los resultados en el municipio de Ciudad Juárez, que había sido
ganado por el PAN, pero que el PRI impugnó, llegando la controversia hasta el
Tribunal Electoral Federal, concluyendo éste que había argumentos suficientes
para anular dicho proceso electoral, y que tuvo como resultado nuevas
elecciones celebradas el pasado 12 de Mayo del 2002.
Pero veamos lo ocurrido en esta entidad, que en ese año renueva a su congreso
estatal y las alcaldías, recordando que estamos en uno de los estados del país en
el que se ha acentuado en las últimas elecciones para renovar al ejecutivo local
el fenómeno de la alternancia, donde el PRI y el PAN se han disputado la
gubernatura en los recientes años, pasando del PRI al PAN, y del PAN al PRI,
como está actualmente, con Patricio Martínez García, gobernador priísta.
De las 33 diputaciones que conforman el congreso del estado, el PAN logra
ganar en 11, el PRI lo hace en 18 curules, logrando la mayoría absoluta en el
congreso, mientras que el PRD en 2, casi nula presencia de este partido en el
norte del país, como se puede ver en otros estados de la República. Otros
partidos políticos obtienen 3 diputaciones.
En el caso de las alcaldías, el PAN logra victorias en 14 municipios (incluida
Ciudad Juárez que gana nuevamente en el presente año 2002), el PRI 47
municipios, el PRD en 2 y Coaliciones 4. En población, el PRI es el que gobierna
en más de millón y medio de habitantes, de un total de 3,052,907, que
conforman la entidad, es decir, gobierna en más de la mitad de la población, lo
que refuerza su presencia en el norte del país. La capital está en manos de este
partido político. La participación electoral para este proceso estuvo en el orden
del 40%, es decir, una abstención alta (60%) en este punto del país, comparado
61
con el caso anterior, en Yucatán, aunque ahí se trataba de la gubernatura en
disputa, lo cual resultó ser más atractivo e importante el proceso mismo, por las
razones antes expuestas.
Como ya dijimos, en Ciudad Juárez se realizaron nuevas elecciones, una vez que
el fallo del Tribunal Electoral el Poder Judicial de la Federación así lo sentenció,
llevándose a cabo el pasado 12 de Mayo del presente año (2002); como se sabe
en este municipio, por su importancia que reviste en el contexto nacional, ha
sido motivo de fuertes disputas electorales entre panistas y priístas, así lo
demuestran las cifras obtenidas en 1983 donde gana por vez primera el
ayuntamiento el PAN, para después perderlo en las siguientes elecciones, y no es
sino hasta 1992 que recupera nuevamente dicha alcaldía, para mantenerla en los
siguientes 3 procesos electorales, es decir, en 1995, 1998 y ahora en 2002 (bajo la
modalidad de elección extraordinaria). Pero además de lo anterior, esta ocasión
tuvo una dosis peculiar como es el hecho de que el Tribunal Electoral de la
entidad en dos ocasiones falló a favor de anular los resultados electorales
(después de la jornada de Julio de 2001 y la de Mayo de 2002), recurriendo el PAN
en las mismas ocasiones a la instancia federal, competente en la materia. Así fue
como en una primera vez, efectivamente el Tribunal Electoral Federal determinó
que había suficientes pruebas para anular los resultados de ese municipio (de ahí
que se programaron nuevas elecciones para el 2002), pero en la segunda ocasión
que llega tal litigio, impugnando el PAN el fallo del Tribunal Electoral Estatal, en
este año, el propio Tribunal Electoral Federal ratifica los resultados que obtuvo
el PAN, siendo éste el vencedor en dicha contienda electoral.
Así los resultados obtenidos en el último proceso, por los dos partidos políticos
en cuestión, fueron los siguientes:
Partido Político
PAN
Alianza por Juárez (PRI, PVEM, PT Y PSN)
Total
Porcentaje de participación
Porcentaje de abstencionismo
Votos
139,767
137,635
298,030
36.1
63.9
Fuente: Elaboración propia, con datos de Voz y Voto Política y Elecciones. No. 112, 15 de Junio
de 2002, p. 39.
En Durango, otro estado del norte de la República Mexicana, se renovaron el
congreso local y alcaldías, siendo éstos los resultados: Para el caso de la
legislatura, de un total de 25 diputados, el PAN obtuvo 9, el PRI 12, el PRD 1,
el PT 2 y otros 1, con lo cual el PRI gana la mayoría relativa en dicho recinto.
En las alcaldías, el PAN gobierna en 8 de las 39, el PRI en 26 obteniendo el triunfo
en la capital de la entidad, el PRD en 1, el PT 3 (que se ha venido convirtiendo
62
en una fuerza política importante en los últimos años, en esta parte del país) y
otros 1. Así tenemos que el PRI gobierna en más de 1 millón 200 mil habitantes,
mientras que el PAN lo hace apenas en cerca de 120 mil habitantes, de un total
de población de la entidad de 1,448,661 personas. Aquí cabe reafirmar lo dicho
hace un momento, con respecto al PT, quien gobierna a una población de 46,
668 habitantes, más que el propio PRD (casi 4 veces que éste). La participación
de la ciudadanía se expresó en un 44.96% del total de la lista nominal.6
Zacatecas, entidad gobernada por el PRD, refleja una importancia para el
perredismo nacional, y así lo demuestran los resultados obtenidos en este
proceso, no así para el panismo, que poco fue lo logrado en esta entidad
federativa. En la renovación de diputados, el PAN gana 4 de las 30 curules, el
PRI 11, el PRD 12, logrando así la mayoría simple en el congreso, el PT 2 y CD
1. Si nos detenemos un poco, y vemos lo ocurrido hace tres años en el estado,
vemos que el PAN tenía 6 curules, es decir hoy 2 menos, lo cual nos muestra
poco efectividad en esa región del país, a pesar de gobernar en otros estados del
norte, no así el PRI y el PRD, que entre ellos está la disputa por el poder político.
En los municipios, encontramos que el PAN ganó en 12 de los 57 (2 más que hace
tres años), el PRI en 26 (7 menos con respecto a 1998), el PRD obtiene 16 alcaldías
(6 más que el trienio pasado), el PT 2 y CD 1. Nuevamente vemos un cierto avance
del Partido del Trabajo por esta zona del estado mexicano. El abstencionismo fue
del 46.52%, traducido en una participación del orden del 53.45% de la ciudadanía,
lo que ilustra más de la mitad de la lista nominal, y el interés de la ciudadanía en
volcarse en los procesos electorales, como una alternativa de participación, no la
única, en la composición y elección de sus autoridades locales.
Con estos resultados, en cuanto a población gobernada por partido político,
observamos que el PAN atiende a un total de 271,996 de 1,353,610 habitantes
que integran el estado y que en 1998 tenía una población de 104,657
habitantes; el PRI hace lo suyo en 408,457 habitantes, disminuyendo su
población gobernada con respecto al trienio anterior, donde tenía una
población de 651,177 personas, y finalmente el PRD gobierna en una población
de 647,652 superando la cifra de 556,904 obtenida en 1998 y más que el propio
PRI (una diferencia de 239,195 habitantes a favor del PRD, quien mantiene la
capital en su poder).7 El balance general de esta elección no es del todo
halagador al panismo, ni mucho menos al priísmo, de ahí que resulte
importante que el PRD no sólo mantenga su hegemonía en Zacatecas, sino que
lo amplíe al interior de la entidad y también en otros estados de la República,
como veremos más adelante lo ocurrido en Michoacán.
6.
7.
Idem.
Para ampliar la información estadística y comparativa sobre estos datos, se recomienda la lectura de Berrueto, Federico. “Reparto
del poder 2000” op.cit. p. 57 y Berrueto, Federico. “Corte de caja 2001” op.cit. p. 39.
63
En el Estado de Baja California se llevan a cabo elecciones para renovar a los
poderes ejecutivo y legislativo, además de alcaldías, recordando que en esta
parte del país, se ha venido acentuando el panismo, desde que ganó la
gubernatura en 1989, como primer triunfo de este partido político importante
a nivel nacional, con Ernesto Ruffo Appel. Esta elección no será la excepción a
lo dicho anteriormente, con lo que la entidad se convierte en un bastión clave
para el PAN, como lo va a significar entidades como Guanajuato, Jalisco, Nuevo
León, Aguascalientes, Querétaro, entre otros.
En la elección de la gubernatura, el PAN se alza con el triunfo, en alianza con el
PVEM con el 48.68% de los votos (266,175) ganando el candidato Eugenio
Elorduy, el PRI con el 36.65% (200,363 votos) y el PRD con el 4.14% de los
sufragios (22,676), con una participación total de 546,692 ciudadanos, que sin
embargo pareciera que se trató de una elección indiferente para la ciudadanía, al
votar únicamente el 36.64% de la lista nominal, es decir, una abstención de más
del 60%, considerada alta, si tomamos en cuenta que regularmente se
incrementa la participación electoral cuando se trata de renovaciones de titulares
del ejecutivo estatal, en comparación con las de diputados y ayuntamientos.
En el congreso local, de las 25 curules, el PAN ganó 13, el PRI 10 y el PRD sólo 2,
por representación proporcional, con lo cual el PAN obtiene la mayoría absoluta.
Para el caso de los municipios, el resultado presentó ser muy favorable para el
panismo, al ganar en 4 alcaldías, incluida la capital del estado, por una que
obtuvo el PRI, que fue el caso del municipio de Tecate, con una cerrada votación.
Con los resultados anteriores, el PAN gobierna la entidad en una población de
2,409,572 habitantes, de un total de 2,487,367, es decir, más del 95% de la
población, mientras que el PRI lo hace únicamente en 77,795 habitantes, que
se refiere a la población del municipio de Tecate.8
Otra entidad con un gobierno panista, en la gubernatura, que presenció elecciones
locales fue Aguascalientes, lugar donde al PAN no le salieron del todo bien las cosas
si tomamos en cuenta los resultados del trienio pasado, en el que marcó triunfos
contundentes el PAN tanto en alcaldías como en la integración del congreso local.
En esa ocasión (1998), el PAN ganó 6 de los 11 municipios y 16 de las 27
diputaciones, con lo cual tenía la mayoría absoluta en dicho recinto, apareciendo
en esta entidad el efecto de gobierno dividido, que hemos venido comentando.
8.
Berrueto, Federico. “Corte de caja 2001” op. cit. p. 39.
64
Pero en estas elecciones del 2001 el efecto “Fox” no redituó grandes
dividendos, como se ha venido observando en algunas partes del país. Así
tenemos que el PAN únicamente mantiene la capital del estado, mientras que
el PRI se lleva 8 alcaldías, el PVEM 1 al igual que el PT.
En el congreso local, el PAN gana 10 diputaciones de las 27 que la integran por 12
del PRI, teniendo este partido la mayoría relativa, el PRD 1 y el PT y PVEM 2 curules
cada uno. La participación en la entidad fue del 47.18% de la ciudadanía,
mejorando sustancialmente con la que observamos en el Estado de Baja California.
En población gobernada, ahí también sufrió cambios sustantivos entre la presente
elección y la de hace tres años, ya que de 832,646 habitantes que tenía en 1998
ahora gobierna a 643,419 habitantes, descendiendo alrededor de un 20%
aproximadamente con respecto a la elección inmediata pasada. Aún con este
resultado del 2001, sigue siendo la primera fuerza política en la entidad, no solo por
el hecho de tener el gobierno estatal, sino porque en población, con un solo
municipio, hace lo mismo en mayor proporción que el PRI que cuenta con 8
municipios, esto es, mientras que el PAN tiene un población de 643,419 habitantes,
el PRI lo hace en 251,967, una diferencia de alrededor de 400 mil personas.9
Oaxaca, entidad federativa con alto índice de marginalidad, con 418
municipios regidos por usos y costumbre, con una población indígena
multicultural y con un gobierno priísta, enfrenta elecciones locales, en dos
momentos distintos: el primero, el 5 de Agosto de ese mismo año, en el que se
eligieron a 42 diputados por ambos principios, en el congreso local, y el
segundo, el 7 de Octubre, que hubo lugar a la renovación de 152 municipios.
Los resultados fueron: en el congreso local, el PAN gana sólo 7 diputados por el
principio de representación proporcional, es decir, sin presencia alguna en los
25 distritos electorales uninominales con que cuenta la entidad, por su parte,
el PRI obtiene el triunfo en esas 25 curules, el PRD 8 y el PT y CD 1 cada uno,
de un total de 42 diputaciones que conforman la legislatura. Así tenemos que
el priísmo se anota un congreso local más por mayoría absoluta, reafirmando
su presencia en varios estados del país, sobre todo en poblaciones rurales y con
alta marginalidad, aunque no sea exactamente una regla a aplicar en todo el
país, pero si denota un común denominador, al menos en la zona del Istmo de
Tehuantepec. La participación de la ciudadanía fue del 31.25% (68.75% de
abstencionismo), muy baja afluencia en las urnas en esta ocasión.
9. Cfr. Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” op. cit. p. 57 y Berrueto, Federico. “Corte de caja 2001” op. cit. p. 39.
65
En cuanto a alcaldías se refiere, el PAN obtiene el triunfo en 22 de las 152, el
PRI en 84, el PRD en 36 y otros partidos políticos 9, de los cuales la capital del
estado pasa a manos de Convergencia por la Democracia, la cual tenía hace tres
años Acción Nacional; en este proceso electoral se presentó a votar el 34.72%
de la lista nominal, lo cual se traduce en una abstención del orden del 65.28%,
mínima diferencia con la de apenas unos meses atrás que eligieron a diputados.
Sin embargo, no fueron del todo negativos estos resultados, si comparamos con
lo ocurrido hace tres años, en el que el PAN había ganado 9 alcaldías para
gobernar a 501, 447 habitantes, y ahora lo hace en 22 municipios con una
población de 506,647 que no es mucha la diferencia, aunque sí se refleja un
incremento sustantivo en gobiernos municipales. En el caso del PRI hay un
retroceso de 112 alcaldía a 85 para el 2001, lo que representó un descenso en
población gobernada, al pasar de 1,231,941 a 970,831 habitantes, es decir, se ve
disminuida la población gobernada alrededor de un 8%.10
Después de la elección de gobernador en el año de 2000, Chiapas nuevamente
vive un proceso electoral, a diez meses del gobierno de Pablo Salazar Mendiguchía,
en el que se renueva el congreso local y las alcaldías. El saldo final fue: de los 40
diputados el PAN gana 5 (uno por mayoría relativa, el resto por representación
proporcional), el PRI 24, EL PRD 7, el PT 2 y PVEM y PAS 1 cada uno. De esta
manera, el PRI obtiene la mayoría absoluta en el congreso local, acentuándose un
gobierno dividido, como ha venido siendo la tónica en los últimos procesos
electorales, con más énfasis a partir de la elección federal del 02 de Julio de 2000.
En el caso de las alcaldías, de las 118, el PAN gana en 12, el PRI 72, el PRD 21, la
coalición PRD-PT obtuvo 5, la coalición PRD-PVEM 1, el PVEM 3, el PAS 2 y el
PT 2. Con estos resultados, si no parecieran a primera vista favorables al panismo,
de alguna manera lo son porque de 6 alcaldías que tenía en su haber en el trienio
pasado, ahora obtuvo 6 más, reflejándose un aumento en población gobernada
de 568,765 a 736,732 habitantes, es decir, un aumento del 3% aproximadamente. Para el PRI no es del todo satisfactorio, si revisamos que esta entidad
como otras con características de alta marginalidad, había sido la institución
política mayoritaria, por varias décadas, ahora sufre un descenso en población
gobernada, de 87 municipios a 72, traducido en 3,029,068 a 2,105318 habitantes
(una diferencia de casi un millón de personas, lo que representó alrededor del
24% de descenso).11 La capital del estado la mantiene el PAN, como hace tres
años, nada más que ahora en coalición con el PRD, PT, PVEM y CD.
10. Los datos de población que se presentan son a Marzo de 2002, como referente de Tuirán Gutiérrez, Alejandro. “Radiografía
municipal” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 113, 15 de Junio de 2002, pp. 34-43. y los datos a 2000 son de Berrueto,
Federico. “Reparto del poder 2000” op. cit. p. 57.
11. Cfr. Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” op. cit. p. 57 y Berrueto, Federico. “Corte de caja 2001” op. cit. p. 39.
66
La participación ciudadana fue, en este caso, diferente y mejor, en comparación
con las que venimos analizando, siendo del 51.15% de la lista nominal, es
decir, mejoró el interés por el proceso electoral, sin que esto signifique que es
un avance importante, pero al menos, por tratarse de recientes elecciones, por
las experimentadas de hace un año, motivó a que la ciudadanía expresara una
primera evaluación del nuevo gobierno, traducida ésta en las urnas.
En Tamaulipas, en general, resultan favorables para el PRI, como veremos con
algunos datos, sin embargo, el panismo de no tener presencia en el estado, en cuanto
a población gobernada se refiere, en esta elección logra tener algunas alcaldías, entre
las que destacan por su importancia comercial Tampico y Soto la Marina.
En el congreso local de 32 diputados en disputa, el PAN recibe 7 (2 por mayoría
relativa), el PRI 19, el PRD 3 y el PT 3, con lo que el priísmo logra tener la
mayoría absoluta en la legislatura. Hace tres años, el PAN había ganado 6
diputaciones (una más para el 2001) y el PRI de 20 disminuye 1 posición en esta
ocasión, sin alterar el resultado del control de dicho recinto, de manera amplia
en estos dos procesos (1998-2001).
En cuanto a municipios, observamos que el PAN se lleva 5, el PRI 36 con la
capital de la entidad, mientras que el PRD y el PT uno cada uno. Por cierto, otro
de los puertos importantes de la entidad pasa a poder del perredismo, como lo
es Ciudad Madero. Así tenemos que de cero población gobernada por el PAN
hace tres años, pasa a 512,151 habitantes, mientras que el PRI de 2,452,712 se
queda con 1,954,517 habitantes, en esta ocasión.12
La participación de la ciudadanía en este proceso electoral fue del 51.36%,
mejorando la asistencia a las urnas en los últimos procesos electorales al cierre
del año 2001, es decir, el abstencionismo fue del 48.64%, si comparamos estos
porcentajes que teníamos en años anteriores, veremos que han ido
incrementándose en mayor proporción, aún no siendo los mejores porcentajes
de participación ciudadana en los comicios.
Una nueva entidad que reflejó interés por los comicios efectuados casi al cierre
de este año en cuestión, fue Michoacán, en el que se renovaron el poder
ejecutivo, el legislativo y los ayuntamientos, es decir, fue un proceso de suma
importancia, sobre todo para el perredismo y el priísmo, quienes sonaban en
las encuestas como los favoritos para ganar la contienda electoral.
En la elección de la gubernatura, el triunfo de Lázaro Cárdenas Batel, vino a ser
un fuerte tanque de oxígeno para un PRD que venía de pasar por descalabros
durante los procesos electorales celebrados en el 2001, salvo en Zacatecas, que
12. Idem.
67
no le fue del todo mal, como ya se vio líneas arriba, y que le permitió refrendar
otro triunfo en tierra de la familia Cárdenas, que era importante y significativo
ganarla, ya que de no haberse conseguido, le sería muy difícil arribar a la
gubernatura de la entidad en posteriores procesos electorales.
Aquí el PAN no despertó interés en la ciudadanía, tan no lo fue que sólo obtuvo el
18.52% de la votación, por su parte el PRI logra el 36.81%, mientras que la Coalición
Unidos por Michoacán (integrada por PRD-PT-PVEM-PSN-CD y PAS) obtiene el
41.92% de una votación total de 1,338,373 sufragios. La participación fue del
53.01% (una abstención del 46.99%), dejando muestra del interés que revestía este
procesos electoral para los michoacanos, pero también para los partidos políticos,
sobre todo el PRI y el PRD. El PAN prefirió ir sólo, presumiéndose la posibilidad de
una alianza con el perredismo, como éste lo hizo en Yucatán y Chiapas.13
Con este triunfo, el PRD se alza una victoria clave en su cuenta, al tener ahora
2 entidades federativas por sí sólo (Zacatecas y Michoacán), y el Distrito
Federal, amén de Baja California Sur en coalición con el PT, Tlaxcala en
coalición con el PT y el PVEM, Yucatán y Chiapas con otros partidos políticos,
entre ello el PAN. En sí, gobierna en 4 estados y el D.F.
En la elección de la legislatura local, el PAN obtiene 5 curules (una por mayoría
relativa y cuatro por representación proporcional), el PRI 17 diputados y la
Coalición Unidos por Michoacán 18, con lo cual la mayoría relativa o simple
se la adjudica el PRD con los demás partidos políticos antes señalados.
En las alcaldías el PAN gana en 9 municipios de 113 que integran la entidad,
por su parte el PRI lo hace en 39, mientras que el PRD gana 65, con lo cual
reafirma su poder y se convierte en primera fuerza política en la entidad,
prácticamente ganó en todo: gubernatura, mayoría en la cámara de diputados
y mayoría en ayuntamientos, dejando como segunda fuerza política al PRI y en
menor presencia y duro golpe al PAN, que no ofreció resistencia alguna en esta
elección. La capital del estado la ganó el priísmo.
Con estos resultados, la población gobernada por partido político quedó de
la siguiente manera: el PAN 732,570 (apenas el 18% aproximadamente) de
un total de 3,985,667 habitantes, el PRI en 1,438,606 (alrededor del 36%) y el
PRD en 1,814,491 habitantes, lo que representa más del 45% de la población
bajo su esfera de influencia.
13 “Michoacán” en Voz y Voto Política y Elecciones. No. 106, 15 de Diciembre de 2001, pp. 42-45.
68
Puebla se convertirá en un respiro para el priísmo después de un revés
impresionante en Michoacán, y en el que acentuó su presencia electoral
como primera fuerza política en la entidad. Por su parte, el panismo presenta
un crecimiento de casi cuatro veces de la población gobernada hace tres
años, mejorando sus resultados en el número de gobiernos municipales, no
así en la representación en el recinto legislativo, que permanece igual que lo
logrado en el cierre de 1998.
En la elección del congreso local, de 39 curules, el PAN ganó 7, el PRI 26
representantes, mientras que el PRD 4. Los partidos del Trabajo y Verde
Ecologista de México se llevaron uno cada uno. Con este resultado el PRI
presenta mayoría absoluta en el recinto legislativo.
En los ayuntamientos, de los 217 del estado, el PAN obtiene el triunfo en 53, el
PRI en 137, el PRD en 21, el PT 2, el PVEM 2 y otros partidos políticos 2. La
capital de la entidad la asume el panismo, en donde ha venido mostrando su
fuerza electoral en esta parte del estado, logrando disputársela al PRI, quien
había gobernado ahí hace tres años.
De esta manera, el PAN gobierna al 44.02% de la población poblana, por su
parte el PRI lo hace en el 48%, casi 4 puntos porcentuales de diferencia entre la
primera y segunda fuerza política, lo cual no resulta tal alta, como se podría
pensar por el número de alcaldías a favor del priísmo (más del doble tiene en
su haber en comparación con Acción Nacional).14
La participación electoral fue del 51.10% de la lista nominal, lo que resulta
menos de la mitad de abstencionismo, y que se ha visto en estos últimos
procesos electorales una alza a más del 50% de los ciudadanos en lista nominal
participar en las urnas, aún siendo menor en comparación con las del 02 de
Julio de 2002, que alcanzó una cifra de alrededor del 64%, aunque claro está se
trató de la elección para presidente de la República, lo que denotó más interés
por dicha elección, y que se ha observado como un patrón de comportamiento
en el país, pero que, sin embargo, existen entidades del país con buena
participación electoral, como es el caso de éstas últimas tres elecciones.
Las elecciones de Sinaloa, en las que se renueva al congreso estatal y las alcaldías
no denotan mayor dificultad para el PRI, reforzando su presencia como primera
fuerza política en la entidad, distanciado el panismo en este punto del país, que
aún no puede incrementar sus resultados, como veremos a continuación:
En la composición de la legislatura local, el PAN se llevó 12 diputados de los 40
que la integran, el PRI 21 obteniendo así la mayoría absoluta con un
gobernador priísta, y una mayoría de las alcaldías.
14 Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” op. cit. p. 57 y Berrueto, Federico. “Corte de caja 2001” op. cit. p. 39.
69
En los ayuntamientos, el PAN logra ganar en 3 de los 18 (el mismo número del
trienio pasado, pero ahora con la diferencia de menor población gobernada,
resaltando Mazatlán entre las tres alcaldías a su haber), el PRI se llevó 14, el PRD
no aparece en las expectativas del electorado, contrario al PT quien ganó un
ayuntamiento.
La población gobernada es mayoritaria para el priísmo, más de nueve veces que
la del PAN, mientras que éste tiene 208,841 habitantes de un total 2,536,844,
el PRI gobierna a 1,947,494 habitantes.
Con el 52.05% de la participación ciudadana en lista nominal, la entidad se
suma a los estados que últimamente han logrado elevar sus porcentajes de
participación electoral, en comparación con otros procesos similares en años
atrás, donde el abstencionismo de más del 80% se hizo presente en varios
estados de la República Mexicana, como síntoma de desconfianza, descrédito
hacia quienes se encargaban de organizar, conducir y vigilar los procesos
electorales, así como de los resultados que se obtenían en los mismos. La
indiferencia, la apatía, la no transparencia e incredulidad que manifestaba el
ciudadano era parte de la cultura política que empujaba al abstencionismo en
mayor medida. Hoy (con mayor acento en el momento en que se ciudadanizan
los organismos electorales) vemos mejores resultados, no los más idóneos, pero
sí distintos a lo vivido en otros tiempos en el país.
Finalmente, en Tlaxcala se renueva el congreso local y los gobiernos
municipales, recordando que esta entidad gobierna una coalición entre
perredistas, petistas y verde ecologistas, desde Enero de 1999, mes en que toma
posesión el gobierno de Alfonso Sánchez Anaya.
En la legislatura local integrada por 32 diputados, el PAN logra obtener 3 por
representación proporcional, el PRI 17 obteniendo la mayoría absoluta del
congreso, mientras que el PRD se llevó 8; PT y PVEM tienen en su cuenta 3 y 1
curules, respectivamente.
En las alcaldías, de los 60 municipios que integran el estado, el PAN
únicamente obtiene el triunfo en 5 de ellos, el PRI en 34 con la capital de la
entidad, el PRD en 13, el PT 6, y otras fuerzas políticas 2.
La población gobernada por partido político arroja que el PAN lo hace en
101.004 de 962,646 habitantes, mientras que el PRI cuenta con una población
de 488,982 personas, es decir, más de la mitad es priísta o se manifestó por este
instituto político, contrario a la población que gobierna el PRD, que es de
70
234,762 habitantes,15 aún con un titular del ejecutivo de este partido político,
expresándose un gobierno dividido, como nuevo ingrediente en nuestro
sistema político, como se ha visto en otras partes del país.
Resumiendo este año electoral del 2001, el balance que arrojó los resultados
antes mencionados fue el siguiente:
Gubernaturas: 2 el PAN, Yucatán y Baja California (la primera en alianza con
otros partidos políticos) y el PRD en coalición con otros 1 (Michoacán). El PRI
se fue en blanco en este renglón, por el contrario, pierde 3 gubernaturas en sus
registros (conserva al día de hoy 17 de las 32 incluido el D.F., lo que representa
el 53.13% del total).
En cuanto a diputados y municipios, el saldo final es el siguiente:
Partido Político
Municipios
PAN
PRI
PRD
OTROS
Por usos y costumbres
TOTAL
162
601
176
66
418
1423
Diputados
(MR Y RP)
105
224
52
49
430
Fuente: Elaboración propia, con datos obtenidos de Voz y Voto Política y Elecciones, varios
números, años 2001-2002.
El panorama electoral del 2001 presentó resultados no tal halagadores par el
panismo, como tal vez se hubiera esperado, a través de la misma presidencia de
la República, en la que Acción Nacional la asume por primera vez, pero también
las expectativas tal altas creadas en campaña, y no verse en estos primeros doce
meses de gobierno traducido en acciones concretas, han desencantado a la
ciudadanía, y han procedido a ir evaluando la acción gubernamental, a través
de las urnas, es decir, el voto del ciudadano ha encontrado la fórmula para
premiar pero también para sancionar a los buenos o malos gobiernos que tiene.
Es muy prematuro decir que el actual gobierno esté por un rumbo totalmente
equivocado o que no ha contribuido en algo hacia el país. Existe un fenómeno
llamado “alternancia en el poder” y “competitividad electoral” en el que los
procesos electorales se están convirtiendo en verdaderos campos de batalla por
obtener el triunfo en cada punto o región del país, con la coadyuvancia de los
organismos electorales ciudadanizados y profesionales, así como por los
15. Idem.
71
electorales mismos, que han empujado mucho y velado porque cada vez más
nuestros procesos sean creíbles, transparentes y confiables, lo que antes no
respirábamos en ellos.
El país, se empieza a convertir más y más en un mosaico de multicolores, no sólo
de priístas, ni de panistas, sino también de perredistas, y en algunas partes de
otros partidos políticos como el del PT, CD, PVEM, por citar algunos ejemplos.
Así, en este resumen de resultados electorales del 2001 -sólo considero a 1005
municipios por elección popular a través de partidos políticos, dejando de lado a los
de usos y costumbres-, vemos que el PAN obtuvo el 16.1% de los ayuntamientos
en disputa, el PRI el 59.8% y el PRD el 17.5%. Entre alianzas o coaliciones y otros
partidos políticos, se llevaron el 6.6% del total de gobiernos municipales. En cuanto
al número de alcaldías, observamos que el perredismo tuvo una ligera ventaja sobre
los panistas, de 14 alcaldías menos éstos últimos. Ni que decir del PRI que ganó en
más de la mitad de los gobiernos municipales que se renovaron.
En la composición de congresos locales, observamos que el PAN obtiene el
24.4% de las curules en contienda, el PRI 52.1%, el PRD el 12.1% y otras fuerzas
políticas el 11.4%, con lo cual, se convierte nuevamente el panismo en segunda
fuerza en varios estados del país, con un poco más del doble de los diputados
que logró tener el PRD en estas elecciones. Sin embargo, el PRI se adjudicó 7
congresos locales por mayoría absoluta y 2 por mayoría simple, dando un total
de 9 legislaturas a su favor; por su parte el PAN sólo obtiene una mayoría
absoluta en Baja California, sin posibilidad alguna de controlar estos recintos
en estados en los que tiene la gubernatura, como son los casos de
Aguascalientes y Chiapas. El caso del PRD es diferente con respecto al PAN ya
que aquel partido logró en su haber 2 congresos por mayoría simple o relativa
en 2 estados que gobierna actualmente como son Zacatecas y la nueva
gubernatura de Michoacán, aunque cabe aclarar que en éste último es bajo la
fórmula de coalición, como se mencionó en su momento.
Finalmente, y como histórico dato, es el congreso local de Yucatán donde
existe un empate técnico entre panistas y perredistas, al contar ambos con 12
diputaciones, y una el PRD, por lo que las negociaciones o concesiones hacia
éste último partido político estarán a la orden del día, para lograr avanzar en
materia legislativa, y en una búsqueda de acuerdos entre el ejecutivo con el
legislativo, en pro de la sociedad yucateca, que es quien estaría en peligro de
pagar las consecuencias de posiciones totalmente cerradas entre las dos fuerzas
políticas más representativas del estado, si alguno de estos dos partidos
políticos tratara de imponer su posición, sin la razón por delante.
72
Por lo que se refiere a población gobernada por partido político, sobre todo
entre estos dos ya mencionados, tenemos lo siguiente:
PAN
PRI
OTROS P.P.
TOTAL
8,887,123
15,496,067
9,234,595
33,617,785
26.4%
46.1%
27.5%
100%
Fuente: Elaboración propia, con datos de Berrueto, Federico. “Reparto del poder 2000” en Voz
y Voto Política y Elecciones. No. 96, 15 de Febrero de 2001, p. 57.
Con esta distribución de la población entre las dos fuerzas políticas en cuestión,
percibimos que para el PAN no fueron muy favorables las elecciones del año
referido, es decir, prácticamente triunfó el PRI en población con casi el doble
de lo que obtuvo el PAN, sin mencionar los triunfos recibidos y en cobertura de
población que tuvo el PRD, sobre todo en los casos de Michoacán, donde se
presentó como primera fuerza política, desplazando al PAN al tercer lugar, de
las preferencias electorales. Así, si revisáramos en cuántos estados del país,
predominó el PAN, veríamos que lo fue en únicamente 2 (Baja California y
Aguascalientes) de los 13 que tuvieron elecciones, mientras que en el resto ( 9
estados) los gobierna el PRI, por dos del PRD (Michoacán y Zacatecas), que éste
último no presenta población alguna gobernada en 3 entidades, en las que se
fue en blanco (Baja California, Aguascalientes y Sinaloa). En Yucatán como
partido sólo, tampoco ganó ninguna alcaldía, recordando que obtiene 14 en
comunión con Acción Nacional.
4.- Las elecciones locales del 2002
Para el año 2002 se tienen registradas elecciones en 6 entidades federativas,
disputándose en ellas 183 diputados y 231 ayuntamientos. En los primeros siete
meses del año en curso, se realizaron en los estados de Baja California Sur, Hidalgo
(congreso local), Quintana Roo y Nayarit, mientras que a fines de Septiembre se
efectuó en Coahuila y a principios de Octubre en Guerrero, cerrando el presente
año nuevamente el Estado de Hidalgo, en Noviembre (día 10), en esta segunda
ocasión con elecciones para renovar las alcaldías de dicho lugar.
Iniciemos la revisión de lo ocurrido en Baja California Sur, bajo un gobierno
perredista con petista, en coalición. En él se realizó la renovación del congreso
local de un total de 21 diputados por ambos principios, obteniendo el PAN un
73
total de 2 curules, a través del sistema de representación proporcional, el PRI 6, el
PRD-PT obtiene 11 de los 15 por mayoría relativa, es decir, hace valer su presencia
en la entidad, sabiendo capitalizar y articular la gubernatura que posee, por lo que
cuenta con la mayoría absoluta en estos momentos. El resto de la composición del
recinto legislativo es con el PAS y el PVEM con una curul cada uno.
En la renovación de las alcaldías, de las 5 en cuestión Acción Nacional sólo
obtiene triunfo en 1, el PRI igualmente, y el PRD-PT en 3 localidades de la entidad,
incluida la capital misma (La Paz). Indudablemente no es un buen inicio de año
electoral para el panismo, previo al escenario del año 2003. En población este
último partido político gobierna en 11,812 de un total de 424,041 habitantes (casi
el 2.8% de la población) que integran esta entidad federativa, aún con la vecindad
que se tiene con Baja California, gobierno panista desde 1989, pero que no es
significativa la influencia de este partido entre la población de la península de Baja
California Sur. Por su parte el PRI gobierna en 45,989 habitantes (el 10.84% de la
población), mientras que el PRD-PT lo hace en 366,240 habitantes,16 lo que
representa más del 85% de la población bajo la esfera del perredismo.
La participación de la ciudadanía en esta ocasión fue del 55.04%, nuevamente
recuperando una votación que disminuye en menos del cincuenta por ciento
la abstención, que había sido manifestada en otros puntos del país, sobre todo
tratándose de elecciones locales como lo son las de ayuntamientos y de
diputados, que regularmente no despiertan o despertaban mayor interés para la
población con edad de votar.
En el estado de Hidalgo, en el primer bimestre del año (Febrero), se eligieron a
29 diputados del congreso local, de los cuales el PAN no obtiene ninguna
diputación por mayoría relativa de los 18 en disputa, mientras que el PRI se
lleva esas mismas 18 curules, con ello obtiene la mayoría absoluta en la
legislatura, sin mayor dificultad.
En esta elección volvemos a repetir el fantasma del abstencionismo en las
elecciones locales, que se presentó con un 62.34% de la lista nominal conformada
por 491,174 ciudadanos. Pareciera que esta elección pasó por desapercibido tanto
para ciudadanos como para los propios partidos políticos, sobre todo los distintos
al PRI, ya que ni el PAN ni el PRD alcanzó curules por mayoría relativa o simple.17
16. http://bcs.inegi.gob.mx/sociodem/espanol/municipal/mun_02.html
17. Pendiente de contar con el dato de la distribución de las curules por el sistema de representación proporcional en la entidad
(cifra no disponible).
74
En este sentido, el Revolucionario Institucional no sufre en la elección, a
diferencia de lo que le ocurrió durante las elecciones de 2000 y 2001, además
de reforzar su esfera de hegemonía entre la población, considerando que es una
de las 17 entidades con las que cuenta con la gubernatura en su haber.
En ese mismo mes, se celebran elecciones en Quintana Roo, otro estado del
país con gobierno priísta, en el que se renuevan el congreso local y los
ayuntamientos. De un total de 25 diputados el PAN obtiene 3 diputados por
representación proporcional, el PRI gana todas las 15 de mayoría relativa o
simple, mientras que el PRD se adjudica también 3 por representación
proporcional, lo mismo sucederá con el PVEM y CD que cada uno recibe 2
diputados. Por lo tanto, el PRI cuenta con la mayoría absoluta en la entidad,
amén de la gubernatura.
En los municipios, el PRI barrió con casi todos, sólo perdiendo 1 de los 8 que
forman parte de la geografía estatal, quedando aquel municipio ni entre el PAN ni
el PRD, sino en el PVEM, quien ganó en una elección competitiva con el PRI por
Benito Juárez (Cancún), nada más ni nada menos que uno de los lugares turísticos
más importantes no sólo de la entidad, sino del país en general, con una diferencia
apenas de 343 votos. La participación de la ciudadanía volvió a repetir el síntoma
de la elección anterior, al únicamente concurrir a las urnas el 48.36% de la lista
nominal. En este caso, el PAN pasó a ser la cuarta fuerza política del municipio,
después del PRD, quien se acercó en esta contienda electoral con apenas una
diferencia de 1,341 sufragios con relación al PRI. Por su parte, el PAN tuvo un
diferencia de más de 13 mil votos con relación al partido político triunfador.18
En una de las entidades en las que pasará a la historia, por el impacto político
que pagó el PAN, principalmente, es en el estado de Nayarit, que apenas hace
tres años había ganado la gubernatura del estado en coalición con el PRD y el
PT, partidos políticos nacionales y con el PRS (Partido de la Revolución
Socialista), una fuerza política local, además de haber logrado el triunfo en 6
de los 20 municipios y en 19 de las 30 curules que integran el recinto
legislativo, es decir, se llevó la mayor parte de los cargos de elección popular en
contienda en aquella ocasión (Julio de 1999).
Sin embargo, las deficiencias en la toma de decisiones, sobre todo en torno al
proceso electoral del estado, el gobernador Antonio Echevarría Domínguez
pareciera que preparó la derrota de la coalición, al fallar como el principal
operador político del estado, y descuidar las alianzas que lo habían conducido
a la gubernatura en esa ocasión, al no generar acuerdos políticos estables y de
18. Para ampliar la información al respecto, cfr. los resultados de la elección en “Quintana Roo” en Voz y Voto Política y Elecciones.
No. 109, 15 de Marzo de 2002, p. 62.
75
largo alcance, complementándose con los errores del gobierno federal y como
una respuesta de rechazo por parte de la ciudadanía a la alianza de 1999.19
El gobernador panista, que más que político es un hombre de negocios,
primordialmente, tomó en sus manos la contienda electoral, decidiendo los
nombres de las personas que habrían de postularse para los cargos de elección
popular, entre los que destacaron sus parientes y amigos. Aunado a esto, el
derroche de dinero en campañas sobre todo en la capital de la entidad, que
volvió a entregar al PRI.
Así entonces, el congreso local sufrió un fuerte golpe en su composición,
recordando la del trienio pasado. De las 30 diputaciones, el PAN sólo ganó 6 y
eso por representación proporcional, ya que de las 18 de mayoría relativa, el
PRI se adjudicó y asumió todas en su registro, asumiendo el control con la
mayoría absoluta de la legislatura. El PRD, al igual que el PT y CD les fueron
distribuidos 2 cada uno por el mismo principio que al panismo; rotundo revés,
sobre todo para este partido político, al igual que al perredismo, quien se había
posesionado como segunda fuerza política en el estado, con estos resultados se
fue al tercer lugar, de manera estrepitosa.
De los 20 municipios, el PAN sólo gana 4 perdiendo la capital que había
logrado en las pasadas elecciones, y que en coalición habían obtenido 6
alcaldías. PRD se quedó sin ayuntamiento alguno, o sea perdió lo poco que
obtuvo en el proceso anterior. Para el PRI fue una jornada triunfal, tomando en
cuenta el revés que sufrió en 1999, habiendo perdido la gubernatura,
ayuntamientos importantes y la mayoría del congreso local. Ahora, en el 2002,
se cobró la factura en proporción similar, aprovechando las deficiencias del
gobierno federal y sobre todo del local, que no supo establecer una estrategia
que reafirmara la hegemonía de la coalición, o al menos del panismo, y sí por
el contrario arrastró a esos partidos a un fracaso rotundo que desestabiliza la
permanencia de la gubernatura en los próximos años. Así entonces, el PRI ganó
en los otros 16 municipios, retomando la capital de la entidad y Santiago
Ixcuintla, el segundo municipio en importancia, con ello, las cinco
presidencias municipales más importantes que el PAN y PRD ganaron juntos en
las elecciones pasadas, hoy regresan al PRI.
Otra entidad más que acentúa la existencia de gobiernos divididos, de los que
hoy presenciamos en varias entidades federativas, como parte del proceso
democrático que ha decidido asumir la misma sociedad. La participación
electoral en este proceso fue del 58%, considerado uno de los más altos,
después de la elección federal del 02 de Julio de 2000.
19. Para mayor información sobre esta elección de Nayarit, se recomienda a Gómez Bruera, Hernán. “Lecciones del Nayar” en Voz
y Voto Política y Elecciones. No. 114, 15 de Agosto de 2002, pp. 35-40.
76
Para concluir con este análisis a los procesos electorales del 2002, brevemente
señalaré los resultados que arrojaron los procesos electorales en los estados de
Coahuila, Guerrero e Hidalgo, efectuados entre fines del mes de Septiembre,
principios de Octubre y Noviembre, respectivamente, en los que el PRI, en un
primer acercamiento, sale victorioso en su mayoría, aunque como veremos, no
es del todo halagador el conteo en Guerrero, ya que perdió municipios
importantes para la entidad y el país, por la derrama económica que implican
éstos, siendo los de Acapulco, Zihuatanejo e Iguala, entre otros.
En Coahuila se renovó el congreso local, conformado por 35 diputados (20 de
M.R. y 15 de R.P.), así como los ayuntamientos, siendo éstos un total de 38.
Recordando la composición de la legislatura y de los gobiernos municipales en
la entidad en el trienio pasado, el PAN logró 5 curules, el PRI 19, el PRD 2, el
PT 1, el PVEM 1, la UDC (Unión Democrática de Coahuila) 2 y el PC 2, por lo
que el PRI conservó la mayoría absoluta del congreso local; mientras que en las
alcaldías el PAN ganó 3 y el PRI en las 35 restantes, es decir, el primero
gobernaba en el 3.25% de la población coahuilense, por su parte el PRI lo hizo
en el 96.75% de la misma, es decir, una abrumadora presencia del priísmo en
la entidad, recordando que en Septiembre de 1999 se renueva el poder
ejecutivo, en el que se ensaya por vez primera una alianza entre los cuatro
partidos políticos nacionales distintos al PRI: el PAN, el PRD, el PT y el PVEM,
obteniendo un resultado desfavorable para dicha alianza, reafirmando el PRI
ser la primera fuerza política en el estado, ganando su candidato Enrique
Martínez y Martínez. Además, el PRI recuperó municipios que hace seis años
estaban bajo el gobierno de Acción Nacional, como lo eran Torreón, Monclova,
Frontera, Ramos Arizpe y Saltillo, por citar algunos ejemplos.
Este año no será la excepción a lo ocurrido hace tres años, con la diferencia que
en esta ocasión hubo en algunos puntos de la entidad resultados de las
elecciones muy cerradas como el caso de los municipios de Escobedo, Abasolo,
Morelos, Nadadores, Zaragoza, Juárez, Villa Unión, Hidalgo, Acuña
Cuatrociénegas y Guerrero, en los que hay diferencias mínimas que llegan a ser
menos de 50 votos, es decir, en 11 alcaldías la diferencia entre panistas y
priístas fue casi pareja arrojando una contienda electoral competitiva. La
capital estará gobernada nuevamente por el PRI, como hace tres años, mientras
que Torreón como Frontera, Ramos Arizpe fueron recuperados por el PAN.
Así tenemos que de los 38 municipios, el PAN ganó en 8 (5 más que hace tres
años), el PRI en 27 (8 menos que en el trienio pasado) y el PRD obtiene un
triunfo en San Pedro, resultado cerrado entre este partido político y el PRI, en
el que el primero ganó con una diferencia de 7 votos (por vez primera arriba a
una presidencia municipal en esta entidad). Otros partidos políticos se llevaron
el triunfo en 2 alcaldías.
77
En el caso de la composición del congreso local, los resultados fueron los
siguientes: de las 35 curules que lo conforman, el PAN obtiene el triunfo en 8 (3
más que el trienio pasado); el PRI 20 escaños (uno menos en comparación de
hace tres años), mientras que el PRD hace lo propio en 3 curules siendo éstos por
el principio de representación proporcional; otras fuerzas políticas obtienen 4
legisladores por el principio antes señalado. De esta manera, la mayoría absoluta
de la legislatura local queda en poder del priísmo coahuilense.
Como se puede observar en esta entidad, aún a pesar de los descalabros que
tuvo el PRI, sigue siendo mayoritario en la entidad, controlando tanto la
gubernatura como el recinto legislativo, lo que le permite cierta estabilidad
política al interior del Estado, sin minimizar los avances de los partidos
políticos como Acción Nacional, que ha mostrado en otras elecciones presencia
dentro del electorado, así como el de la Revolución Democrática, que empieza
a ser una alternativa entre los ciudadanos de la entidad. El abstencionismo
estuvo presente con el 52% de la lista nominal, es decir, solamente acudió a las
urnas el 48% de los ciudadanos con posibilidad de votar.
En el Estado de Guerrero las cosas pintaron mejor para el PRD, no así ni
para panistas ni priístas, sobre todo éste último quien gobierna la entidad.
Así, el proceso del día 06 de Octubre, renovó 46 diputados (28 de M.R. y 18
de R.P.) y 76 municipios.
El panorama previo a esta elección, en cuanto a la composición de éstos,
presentaba los siguientes datos: el PAN contaba con 1 diputado, el PRI con 30 con
lo cual tenía a su favor la mayoría absoluta del congreso, el PRD 14 y otros
partidos políticos 1. Por lo que se refiere al gobierno municipal, el PAN tuvo hasta
antes de estas elecciones 1 alcaldía, mientras que PRI y PRD gobernaban en 61 y
14 municipios, respectivamente. En esa ocasión, el perredismo obtuvo
importantes triunfos al ganar el puerto de Acapulco, dar pelea en lugares como
Atoyac de Álvarez, Iguala, Coyuca de Benítez, Chilpancingo, por dar algunos
ejemplos, que aunque en éstos últimos no ganó, sí se convirtió en segunda fuerza
política, entre las preferencias del electorado. El PAN sólo dio pelea en Taxco de
Alarcón, al no presentar candidato alguno el PRD, quedando en esa ocasión a una
distancia de cerca de 3 mil votos con respecto al PRI. Por lo que, se observa en esta
entidad es casi nula la participación del panismo, por lo que, tendrá que seguir
trabajando fuerte si quiere obtener en próximos procesos electorales mejores
resultados, o al menos contar con un porcentaje mayor al que actualmente tiene
en cuanto a población gobernada se refiere (con ese municipio que ganó el trienio
pasado tuvo en su haber el 0.35% de habitantes bajo su influencia partidista).
En las elecciones de ese domingo, antes señalado, se apreció una fuerte
contienda electoral en por lo menos 9 municipios, como son Acapulco,
Zihuatanejo, Iguala, Ciudad Altamirano, Alcozauca de Guerrero,
78
Coahuayutla, Gral. Heliodoro Castillo, Juan R. Escudero, por citar algunos
ejemplos, en los primeros cuatro municipios contemplan el 60% de la
población total, que es de casi más de 3 millones 70 mil habitantes y que
representan el principal eje de la economía del estado.
En esa jornada electoral, se dio la alianza entre el PRI y el PVEM, además de la
participación del PAN y otros partidos políticos, de menos presencia local y
nacional, como lo son el PSN, PAS y PCD y algunos locales como el PRS, que
fue aliado del PRI en la elección de gobernador en Febrero de 1999.
El PRD reafirmó su fuerza electoral, caso por ejemplo lo fue en Acapulco por
segunda ocasión consecutiva; otros ejemplos son el haber logrado por
primera vez el triunfo en alcaldías como Iguala y Zihuatanejo, lugares
estratégicos de la economía de la entidad, por la importancia que revisten en
el turismo nacional e internacional.
En suma, de acuerdo con los resultados de dicha jornada tenemos que: en lo
que se refiere a las alcaldías, el PAN obtiene 1 ayuntamiento (igual que hace tres
años); el PRI hace lo suyo en 40 (19 menos que los obtenidos en 1999),
reteniendo la capital de la entidad; el PRD 30 municipios, lo que
indudablemente le permite reafirmar su fuerza en la entidad, ya que hace tres
años ganó en 14, es decir, para este año logra triunfar en 16 municipios más;
mientras que el perredismo avanza en el Estado como lo ha hecho en
Michoacán, el priísmo retrocede considerablemente, produciendo fuertes
expectativas para la sucesión en la gubernatura en el 2005.20
En el caso del congreso local, para el panismo se ve claramente que Guerrero no
es una entidad de las preferencias de los ciudadanos sobre este partido político,
ya que de las 46 curules, Acción Nacional logra obtener apenas 2 por
representación proporcional, el Revolucionario Institucional 22, el de la
Revolución democrática 18 y otros partidos políticos 3, quedando pendiente 1
curul en virtud de que las fórmulas aplicadas por el Consejo Estatal Electoral de
la entidad dio que ningún partido político tuvo los votos requeridos para hacerse
acreedor a dicho espacio en el recinto legislativo, conforme a su legislación
electoral.21 Estas elecciones en Guerrero no fueron del todo halagadoras para el
panismo, como ya se vio con los resultados anteriores, y como hemos visto en
estos dos últimos años, después de aquella jornada electoral triunfal para el PAN.
Ha enfrentado un desgaste en la tarea de gobernar desde la presidencia de la
República, lo que lo pone en la mira de los ciudadanos, para calificar su actuación
en el poder, y en función de ello, entre otros aspectos a considerar, los
ciudadanos determinan quién habrá de gobernarlos en los distintos cargos de
elección popular, a lo largo del territorio nacional.
20. Para ampliar la información al respecto, consúltese Voz y Voto Política y Elecciones. No. 117, 15 de Noviembre de 2002, pp. 39-41.
21. Ibid. p. 39.
79
La participación ciudadana fue del 51%, mejor que en el caso de Coahuila, lo
que representó un 49% de abstencionismo, que ha sido característico en
algunos procesos locales vistos en estos dos últimos años.
Para concluir el año 2002 electoral, previo al escenario que nos depara el 2003, con
las elecciones intermedias federales, y en nuestra entidad (Estado de México, el día
09 de Marzo), el 10 de Noviembre se renovaron 84 alcaldías en el Estado de Hidalgo,
donde se gestaron conflictos en la selección (¿o imposición a los militantes priístas?)
de los candidatos del PRI, como es en el caso de Tizayuca, fenómeno que no ha
podido erradicar o al menos disminuir este partido político, y que ha hecho una
práctica común para con sus militantes y simpatizantes. Vemos, pues, que ocurre en
este último proceso del año, los síntomas de desgaste y de descrédito en uno de los
partidos políticos, no exclusivo del priísmo nacional, sino en general de los partidos
políticos, por parte de la sociedad, que no vislumbra cambios sustantivos en el
discurso de los dirigentes y sus candidatos, ni mucho menos en las transformaciones
que requieren de fondo estas instituciones políticas, de cara a los nuevos tiempos
para hacer frente a los grandes problemas que aquejan a nuestro país, y que
mucho se espera en la atención adecuada y eficiente de las demandas o necesidades
sociales a través del proceso de toma de decisiones. Por otra parte, vislumbramos una
página más en la historia de los procesos electorales en México, percibiendo en
algunos de ellos un equilibrio de fuerzas políticas, entre panistas y priístas, y en otros
entre priístas y perredistas, es decir, se manifiestan hoy día los gobiernos divididos,
una clara y sana división de poderes, la búsqueda de consensos entre las distintas
fuerzas políticas, agotando el diálogo como primicia de las relaciones entre
desiguales, la alternancia en el poder, en sus distintos cargos de elección popular,
por citar algunas características de los resultados de las elecciones que venimos
presenciando, y en las que los ciudadanos y organismos electorales son un garante
importante en la búsqueda afanosa por imponer la transparencia, la credibilidad, la
imparcialidad con la que se deben conducir nuestras contiendas electorales, de tal
manera que juntos aseguremos el respeto irrestricto a la voluntad de la población.
Veamos lo ocurrido en la entidad antes mencionada, con los datos obtenidos
hasta ahora: en la renovación de los 84 municipios, el PAN obtiene el triunfo
en 23 alcaldías, es decir, 13 más que hace tres años; el PRI en 48, 17 municipios
menos que en el trienio pasado donde obtuvo el triunfo en 65 (gana en
ciudades importantes como Pachuca y Tulancingo); el PRD gana en 10, es decir,
3 más que en 1999, y otros partidos políticos hacen lo suyo en 2 municipios,
quedando pendiente los resultados en el municipio de Huazalingo, que fueron
anulados por conflictos poselectorales, lo que habrá de convocarse a elecciones
extraordinarias en dicho lugar. Aún a pesar de seguir contando el PRI con más
de la mitad de los municipios que conforman la entidad, indudablemente la
suma de los partidos políticos distintos a aquél es de 35, con una diferencia de
13 alcaldías, lo que denota un ejercicio de alternancia en el poder que
experimentó la ciudadanía, además de que los panistas ganaron en ciudades
80
importantes en materia industrial como son los casos de Huejutla (tercera
ciudad más importante de Hidalgo), Tepeji del Río, Tizayuca y Tula de Allende,
por dar algunos ejemplos.
De esta manera, el panismo pasó del 23% de la población gobernada en 1999
al 35%, mientras que el priísmo descendió del 69% al 48%, según datos
revelados por Enrique Navarro, Secretario de Acción Electoral de dicho partido
político,22 lo que puede ilustrarse con los resultados en las alcaldías en cuestión,
donde efectivamente hay un avance relevante para el PAN, es decir, en más del
100% obtiene el triunfo en esta elección en comparación con lo logrado en el
trienio pasado, aunque perdió la capital en esta ocasión, la que había obtenido
hace tres años, recuperándola el PRI en esta ocasión. Un ejemplo más de
alternancia en el poder, característica que viene plasmándose de manera
fehaciente en distintos lugares del país.
Hasta ahora podemos ver de manera inmediata que con los resultados obtenidos
a la fecha, el PRI ha recuperado terreno en lo que va del año, por lo menos en las
entidades de Hidalgo, Quintana Roo y sobre todo Nayarit (lleva contabilizado el
10.38% de los ayuntamientos y el 31.14% de las diputaciones), mientras que el
PAN no le fue nada bien en Baja California Sur, Quintana Roo y sobre todo en
Nayarit, aún con la gubernatura en su poder (registrando hasta este momento el
2.16% de las alcaldías y el 6.01% de las curules en disputa). Para el caso del PRD
sólo podemos señalar que reafirma su fuerza electoral en Baja California Sur,
desapareciendo prácticamente en estados como Hidalgo, Quintana Roo y el propio
Nayarit (con el 1.29% de los municipios y el 8.74% de las diputaciones, aún así, en
esta última cifra por arriba del panismo). Otras fuerzas políticas han registrado en
estas elecciones el 0.43% de los gobiernos municipales, destacando el PVEM en
Cancún, mientras que en los distintos congresos locales ocupan únicamente el
5.46% de las curules, muy cerca de lo que ha logrado hasta ahora Acción Nacional.
A manera de conclusiones
Para el Partido Acción Nacional serán sumamente importante los próximos
comicios, sobre todo los intermedios federales, que renuevan la Cámara de
Diputados del H. Congreso de la Unión, en el que está de por medio la
estabilidad política de la presidencia de la República, en la medida en que existen
muchos pendientes en la agenda gubernamental y que requieren de a atención
y pronta respuesta de las fuerzas políticas expresadas en el Poder Legislativo. Hay
que recordar que el PAN no es primera fuerza en el senado, por lo que será
riesgoso para el panismo no lograr al menos la mayoría simple en la cámara baja.
22. Véase Reforma, 13 de Noviembre de 2002, p. 22 A.
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En estos más de dos años de contiendas electorales hemos observado que el efecto
“Fox” sólo brindó algunos frutos en los resultados de ese mismo año, es decir, del
2000, sin embargo, en los años 2001 y lo que llevamos del 2002 no han sido
satisfactorios para el panismo, aunque logró obtener las gubernaturas en Chiapas
y Yucatán, a través de alianzas con otros partidos políticos, y refrendar su fuerza en
la misma gubernatura de Baja California y Guanajuato;23 obteniendo un triunfo
adicional en el Estado de Morelos. Asimismo, este panorama nos invita a
reflexionar en que este país es totalmente otro al que protagonizaba los procesos
electorales de antes de 1988, de pasar de ser un espectador más y legitimador de
los resultados y triunfos priístas a ser un decisor clave en los éxitos de los partidos
políticos, de organismos electorales dependientes de la figura presidencial o de los
gobernadores priístas, a contar hoy día con organismos electorales totalmente
independientes, imparciales, objetivos que no tienen mayor preocupación que la
de velar por la transparencia y la credibilidad de los comicios, es decir, hoy estamos
frente a auténticas “batallas” o competencias electorales, en las que no se sabe a
ciencia cierta quién es el ganador hasta no concluir con la fase final del proceso
electoral. Con ello, la incertidumbre en los resultados finales entre los partidos
políticos, se ha venido sembrando entre la ciudadanía, provocando con ello
confianza para que el elector emita su sufragio con plena libertad y garantía de que
habrá de respetarse su voluntad partidista. Otro ingrediente que respiramos y que
se presenta en las contiendas electorales del país, es la competitividad entre las
fuerzas políticas, de pasar de un sistema de partido dominante a uno competitivo,
que le da frescura e interés al sistema de partidos que tenemos y a los procesos
electorales mismos, al menos reflejado entre tres fuerzas políticas (PAN, PRI y PRD),
principalmente, aunque ya hemos analizado el avance de otros partidos políticos
distintos a éstos tres, que van manifestándose paulatinamente en puntos
importantes de la República Mexicana como nuevas opciones para el electorado.24
El reto para Acción Nacional será convertirse en auténtica oferta política ante la
sociedad, de mostrarse como el gobierno no sólo de la alternancia, sino de la
transición política mexicana, de actuar como el partido político en el gobierno,
y no el poder en un sólo hombre. Ser el partido político que sabe gobernar y que
no se la esté pasando en aprender o experimentar en estos seis años del gobierno
federal, porque la sociedad exige y requiere respuestas eficaces y eficientes a sus
demandas y necesidades sociales, y no está en condiciones de aguantar más
tiempo, frente a un crecimiento acelerado de pobreza y marginación en que
23. Resumiendo lo que fueron las elecciones para gobernador del 02 de Julio de 2000 a la fecha, diríamos que Acción Nacional ganó
5 (dos por alianza con otras fuerzas políticas, que son los casos de Chiapas y Yucatán, amén de Guanajuato, Morelos y Baja
California), el PRD lo hace en el Distrito Federal y Michoacán, mientras que el PRI sólo lo hace en Tabasco.
24. Cabe mencionar que recientemente el Consejo General del Instituto Federal Electoral aprobó el registro de tres nuevas fuerzas
políticas, que podrán contender en las elecciones de Julio de 2003, siendo éstas: Fuerza Ciudadana, el Partido Liberal Progresista
y México Posible (el primero recurrió al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, como otros partidos políticos a
los que se les negó su registro como tales, ya que la resolución del IFE no le fue favorable para otorgarle su registro como partido político, finalmente dicho tribunal determina que hay lugar para considerarlo como tal). En este mismo tenor está pendiente la resolución al Partido Campesino y Popular. De esta manera, el abanico de alternativas que tendrá el elector para dicha
jornada será de 11 partidos políticos, pudiendo llegar a 12.
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viven millones de mexicanos –hoy hablamos de 53.7 millones de habitantes que
no tienen ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas-,25 los
rezagos en educación , salud y alimentación que padecen muchas comunidades
del país, a lo largo y ancho del territorio nacional, basta mirar los destrozos
ocasionados por el huracán “Isidore” en los estados de Yucatán y Campeche para
mostrar a la población más vulnerada de la pobreza misma.
Otros temas pendientes en la agenda gubernamental que habrá de enfrentar el
gobierno panista en próximos días será el presupuesto de ingresos y egresos para el
ejercicio 2003; la reforma del sector eléctrico, el caso de la investigación a fondo (al
menos eso esperamos los mexicanos) de PEMEX y el desvió de recursos financieros
de la paraestatal para campañas políticas del 2000; reanudar los trabajos de la
Reforma del Estado con la participación de todos los actores representados en el
Congreso de la Unión; la reforma constitucional en materia de Derechos y Cultura
Indígenas, que aún está sin resolverse; las relaciones entre poderes EjecutivoLegislativo-Judicial que funcionen con agilidad, confianza y eficacia, para apostarle
al fortalecimiento de la gobernabilidad del país; la búsqueda de cohesiones,
construcción de consensos y diálogos, aún a pesar de los gobiernos dividios
establecidos en el territorio nacional; revertir los pocos resultados o escasos que
produjo el foxismo en campaña y que no han sido cumplidos, sobre todo en
materia de política económica, donde se ha mostrado “más de lo mismo”; menor
dependencia de México con los Estados Unidos, ya que a través del sector
exportador se ha visto como nuestro principal destinatario hacia el país del norte,
acentuado a partir de 1996; la generación de empleos que ha sido insuficiente, sin
cubrirse la meta de un millón trescientos mil empleos anuales.
Un acierto palpable para todos los mexicanos fue el hecho de lograr una
transición sexenal sin crisis económica y financiera, como no se había visto en
los últimos veinte años, eso al menos nos mantiene despiertas las esperanzas de
un mejor rumbo para nuestro país, así como el hecho de no tener una crisis en
la gobernabilidad, aún a pesar de los movimientos sociales que han surgido en
estos dos años del gobierno de Vicente Fox, como lo fueron últimamente los
ejidatarios de San Salvador Atenco, en el Estado de México, como un rotundo
NO al proyecto del nuevo aeropuerto internacional en Texcoco y un SÍ firme
en la defensa de su patrimonio. El resultado final, a través del diálogo y la
tolerancia, fue revertir la resolución que había adoptado el ejecutivo federal y
dar marcha atrás al proyecto aeroportuario. O la reciente amenaza de huelga
del sindicato de trabajadores petroleros de la República Mexicana, que
afortunadamente se condujo con la razón y la prudencia, logrando acuerdos
entre las partes involucradas, pero que esto no conduzca a frenar o desviar el
rumbo de las investigaciones sobre el desvío de los dineros de una de las
empresas más fuertes del país, como lo es Petróleos Mexicanos.
25. Cfr. Abad Schoester, Mario. “En México, alarmante aumento de la pobreza” en Época. No. 585, 26 de agosto de 2002, pp. 12-17.
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Pero aún nos falta que recorrer y mucho que mejorar, sobre todo en lo que se
refiere a los procesos electorales como son, por ejemplo, en los gastos en las
campañas políticas y la vigilancia estrecha del manejo de los recursos financieros
asignados a los partidos políticos, una rendición de cuentas sumamente rigurosa,
transparente, creíble y pública; regular el papel de los medios de comunicación
en los procesos electorales, es decir, que éstos garanticen la confiabilidad y
objetividad de la información que recibe el electorado; controlar los tiempos de
las precampañas y de las campañas mismas, que no generen un hartazgo en la
ciudadanía, y que éstas sean completamente constructivas y no en pleitos
callejeros o de vecindad entre candidatos o partidos políticos; la revocación del
mandato en los cargos de elección popular cuando éstos no han cumplido o han
dejado de atender su compromiso con la sociedad.
El reto en los próximos años será encontrar consensos entre las diferentes
fuerzas políticas del país, porque la alternancia y los gobiernos divididos han
llegado para quedarse en nuestra nueva cultura política democrática, lo que sin
lugar a dudas, apostaremos por un auténtico proceso democrático, que
conduzca a México a ocupar mejores lugares en el concierto internacional,
siempre en beneficio de su población.
No hay victorias eternas ni derrotas perpetuas, y eso lo saben perfectamente
bien los partidos políticos, que ahora no se pueden confiar en los resultados
electorales que obtengan, porque se ha visto que la ciudadanía califica y evalúa,
en un primer momento, a sus autoridades y/o representantes populares, para
después reafirmar o rechazar a las distintas fuerzas políticas en los comicios;
pero más lo hemos aprendido los ciudadanos que con nuestra participación en
la vida política del país, no sólo en las jornadas electorales, sino en todo lo que
tenga que ver con los asuntos públicos que atañen a nuestras comunidades y a
nuestras propias familias, iremos construyendo un México diferente que todos
queremos y anhelamos tener, porque ya es justo que tengamos una patria en la
que sepamos vivir con humanidad.
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Hemerografía
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Época. No. 585, 26 de agosto de 2002, pp. 12-17.
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• Voz y Voto Política y Elecciones, varios números, años 2000-2001.
• Voz y Voto Política y Elecciones, varios números, años 2001-2002.
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Internet
• http://bcs.inegi.gob.mx/sociodem/espanol/municipal/mun_02.html
• http://www.reforma.com/nacional/articulo/233500/
• http:///www.reforma.com/nacional/articulo/234567/
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