LA FE QUE CANTAMOS TEORÍA Y PRÁCTICA DE LAS GRAFÍAS NEUMÁTICAS Carlos Montes-Botella 1. INTRODUCCIÓN A finales del siglo VIII, el repertorio del propio de la misa romano-franca (lo que llamamos canto “gregoriano”) ya se encontraba perfectamente codificado y transmitido a numerosos lugares. El primer testimonio de este tipo de canto, sin notación musical, es el Cantatorium de Monza (año 790), que contiene los textos de los cantos de los solistas para la misa. Los cantores lo llevaban en la mano para mostrar su dignidad, aunque no lo necesitaban, pues sabían los cantos de memoria. Está realizado con pergamino teñido de púrpura, como los decretos de los emperadores, y con mayúsculas de oro y plata. En él aparece la atribución a san Gregorio de las composiciones, en un texto que se conoce, debido a su íncipit, como “Gregorius præsul”. Gregorius præsul meritis et nomine dignus unde genus ducit summum conscendit honorem qui renovans monumenta patrumque priorum tum composuit hunc libellum musicæ artis scolæ cantorum. (El prelado Gregorio se elevó al honor supremo, del cual es digno por sus méritos como por su nacimiento, restauró la heredad de los Antiguos Padres y compuso para la Schola Cantorum esta colección del arte musical). Este texto, copiado al comienzo de los manuscritos más lujosos, fue durante siglos la “prueba” de la labor compositiva del Papa Gregorio, y origen del nombre dado a este tipo de canto. Por entonces se seguía considerando que la música tenía algo especial que impedía su escritura. Así, san Isidoro de Sevilla (636) había escrito en sus “Etimologías”: 1 LA FE QUE CANTAMOS Si los sonidos no son retenidos en la memoria por el hombre, perecen, ya que no podemos escribirlos. Durante todo el siglo IX hubo diversos intentos de escritura musical, de los cuales se conservan varios fragmentos: a mediados de ese siglo, en el margen de un Sacramentario carolingio aparece el texto del canto que acompañaba a las oraciones, con los primeros signos que representan la música. Es la llamada “notación paleofranca”. A partir de mediados del IX se multiplican los intentos de codificación musical, y en las primeras décadas del 900 comienzan a aparecer manuscritos completamente notados mediante neumas. Los neumas (del griego pneuma, aliento) son los elementos gráficos que representaban los detalles rítmicos de la melodía que los cantores habían memorizado previamente. Hoy se definen como la “síntesis musical de una sílaba en el canto”; es decir, todas las notas sobre una sola sílaba componen un solo neuma. La aparición de varias escuelas de diseños gráficos de neumas tuvo lugar simultáneamente en varias regiones de Europa más o menos simultáneamente en las primeras décadas del s. X. Esta primera generación de escrituras neumáticas se conocen como notaciones in campo aperto (sin pauta). Los signos neumáticos se colocaban en los espacios entre renglones . En ellas, se pone mucho cuidado en la definición del número de notas y la dirección del movimiento melódico, pero, al no existir líneas de referencia, no se precisa el intervalo (notaciones adiastemáticas). De las diversas grafías de esta primera generación, destacan las notaciones sangalense y lorena, que se caracterizan por su gran riqueza de signos. Sus manuscritos son los primeros ejemplos completos de notación que nos han llegado. Estas notaciones pervivieron en muchos lugares hasta el s. XIV, en el que dejaron de utilizarse porque el grosor de los útiles de escritura había aumentado tanto que hacía irreconocibles algunos signos. Con un fin didáctico, los neumas pueden clasificarse de diversos modos. 2 LA FE QUE CANTAMOS Según el número de notas constituyentes: Neumas monosónicos: compuestos por una sola nota. Neumas plurisónicos: compuestos por varias notas. Según la función desempeñada en la frase musical: Neumas no cursivos o estructurales: forman parte de la estructura modal o del texto. Se interpretan articulando las notas (“alargando” el sonido muy brevemente). A menudo van anotados con un episema, una t tenere (mantener) o una x expectare (esperar) Neumas cursivos u ornamentales: adornan la melodía. Se interpretan de manera muy ligada y fluida. A menudo van anotados con una c celeriter (rápidamente) o mc mediocriter celeriter (moderadamente rápido). Neumas parcialmente cursivos: tienen alguno de sus elementos articulados y otros no. 2. LOS NEUMAS MONOSÓNICOS Virga Tractulus Punctum La virga (del lat. virga, vara) se emplea para indicar un sonido relativamente agudo. El tractulus (tracito, del latín tractus, trazo) se emplea para indicar un sonido relativamente grave. Si se inclina hacia abajo, indica que se produce un intervalo de al menos una tercera. Se toma como referencia la nota anterior cuando sube, y la posterior cuando baja. Como el método es algo ambiguo, algunos copistas añadieron signos alfabéticos para precisar. El principal manuscrito de la notación de San Galo (Einsiedeln 121, Gradual del siglo X-XI) tiene unas 5.000 letras de este tipo: 3 LA FE QUE CANTAMOS i: inferius (por debajo) r: sursum (arriba) e: equaliter (igualmente) iv: inferius valde (muy por debajo) El punctum es muy frecuente en el Cantatorium y muy raro en otros manuscritos, donde aparece absorbido por la virga y el tractulus. Los sonidos que expresan carácter estructural van anotados por un episema (pequeño trazo generalmente hacia abajo), una t, o ambos. No olvidemos que la notación no era un protocolo de transcripción, sino una ayuda a la memoria, (así, más signos suelen indicar puntos donde los cantores cometían más errores). 4 3. LOS NEUMAS PLURISÓNICOS 3.1. Clivis Del latín clivus, declive. Formado por dos sonidos descendentes, y cuyo signo tiene su origen en la unión de un acento agudo y un acento grave. + = Es el “neuma de la cadencia”, empleado como neuma de articulación final, o hacia el final de una entidad melódico-verbal. LA FE QUE CANTAMOS 3.2. Pes Del latín pes: pie, tronco. Formado por dos sonidos ascendentes, y cuyo signo tiene su origen en la unión de un acento grave con un acento agudo + = Puede ser ornamental, pero frecuentemente es un neuma de acentuación, con valor silábico estructural. 3.3. Torculus Del latín torquere, torcer. Formado por tres sonidos, el segundo más agudo, y cuyo signo tiene su origen en un pes con la añadidura de un tercer elemento hacia el grave. + = Su grafía es distinta según desempeñe un papel ornamental o estructural. 3.4. Porrectus Del latín porrigere, alargar. Formado por tres sonidos, el segundo más bajo, y cuyo signo tiene su origen en la unión de una clivis y una virga: + = 5 LA FE QUE CANTAMOS Generalmente se trata de un neuma de ornamentación, aunque en algunas sílabas post-tónicas finales puede ser estructural. El signo paleográfico del porrectus no tiene un significado melódico unívoco, pues la segunda y tercera nota pueden encontrarse al unísono. 3.5. Climacus Del latín climax, escalera. Formado por tres notas descendentes encabezadas por una virga. A veces se encuentra con más de tres notas En el repertorio más antiguo de los cantos de la misa, el climacus es un neuma de ornamentación, aunque puede tener valores estructurales y de acentuación. 3.6. Scandicus Del latín scandere, elevar. Formado por tres o más notas ascendentes. 6 LA FE QUE CANTAMOS 1) Notas de valor silábico estructural es decir, las tres notas son “largas”, como lo sugiere su escritura apoyada. El empleo del tractulus o de la virga es de orden melódico, e indica la relación entre la primera nota del scandicus y la anterior. 2) Articulación sobre la primera nota. La separación gráfica de ésta tiene como fin subrayar su importancia rítmica: las dos notas siguientes dependen de ella, como consecuencia de este impulso inicial. 3) Articulación en la segunda nota, sobre la que se para la mano del copista. A veces, como el segundo caso, la cumbre del pes se encuentra subrayada por un episema, aunque el corte neumático sea suficiente para indicar la articulación. 4. La licuescencia Es un fenómeno vocal provocado por una articulación silábica compleja, de donde resulta una cierta disminución o ahogo del sonido. Se produce en: El encuentro de dos o tres consonantes: videntur, condemnabit, exemplaris… Diptongos au, eu, ei: laudate, euge, eleison… Con la i entre dos vocales: eius, alleluia, adiutor… La realización de la licuescencia supone una modificación del neuma. Puede ser aumentativa o diminutiva, según suponga el “aumento”, marcando una nota importante, o la “disminución”, cantando una nota débil. 7 LA FE QUE CANTAMOS El cephalicus (latín “de la cabeza”, por la forma del neuma) puede indicar una sola nota (aumentativo) o dos (diminutivo). Lo mismo ocurre con el epiphonus (del latín epiphonema, interjección). El ancus (latín “garfio”, por la forma del neuma) puede significar dos notas (aumentativo) o tres (diminutivo). Respecto a la correcta interpretación de las licuescencias, Dom Eugène Cardine escribe: Cuando hay licuescencia diminutiva, se impone una observación en torno al valor de la nota licuescente, la “nota pequeña” de la Vaticana: si la reducción existe realmente en el plano sonoro por razón de la oclusión momentánea del órgano vocal, la nota licuescente conserva, en el plano rítmico, su valor normal, poco más o menos igual al de las notas vecinas. En sí, no es seguramente alargada; sería más bien ligeramente recortada, por el hecho de que un sonido débil tiene una tendencia natural a disminuirse. Será, no obstante prudente no buscar esta reducción, sino dejarla que se forme como simple consecuencia de una articulación natural. Basta, en suma, pronunciar bien y articular claramente y la licuescencia está salvada. Cuando hay licuescencia aumentativa, por el contrario, la última nota del signo licuescente se alarga ligeramente. La articulación debe seguir la duración normal de la nota, sin dar, no obstante, origen, melódica o rítmicamente, a otro sonido preciso. 8 LA FE QUE CANTAMOS 5. NEUMAS DESARROLLADOS 5.1. Introducción A las grafías vistas se les pueden añadir otros elementos, frecuentes en los grandes grupos melismáticos. Para nombrarlos se utiliza el nombre del neuma básico complementado con las siguientes indicaciones: Subbipunctis: seguido por dos punctum (o tractulus). Flexus: con notas hacia abajo. Resupinus: con notas hacia arriba. 5.2. Pes subbipunctis Neuma de cuatro notas: un pes y dos punctum. 9 1) Es un neuma de ornamentación (las cuatro notas son ligeras). 2) Son elementos con valores silábicos estructurales (las cuatro notas son igualmente largas). 3) La primera nota, importante (de ahí su separación o la marca con episema) es la fuente rítmica de las tres notas ligeras que le siguen. 4) Articulación de las dos primeras notas. 5) Un episema subraya la segunda nota, antes de dos ligeras. 6) Dos notas ligeras seguidas de dos notas largas. LA FE QUE CANTAMOS 7) Un episema subraya la segunda nota, antes de dos más largas. 8) Articulación en la última nota (solo la última nota es larga). 5.3. Porrectus flexus Neuma de cuatro notas, compuesto de un porrectus y de dos punctum descendentes. 10 1) Neuma de ornamentación, que a veces aparece como dos clivis separadas. 2) Neuma estructural que afecta a las cuatro notas. 3) Neuma con alargamiento de la tercera y cuarta nota. 4) Neuma con articulación de la primera nota. Su separación subraya su importancia rítmica: de su impulso inicial dependen las tres notas ligeras que la siguen. 5.4. Scandicus flexus Neuma de cuatro notas, compuesto de un scandicus con un punctum descendente. 1) Grafía de ornamentación (las cuatro notas son ligeras). 2) Grafía de valor silábico estructural (las cuatro notas son largas). LA FE QUE CANTAMOS 3) Neuma con articulación sobre la primera nota. Como siempre, el corte inicial significa el valor particular de la primera nota, de la que las tres siguientes ligeras dependen estrechamente. 4) Neuma de ornamentación con articulación sobre la segunda nota, que es la principal. A veces se subraya con un episema, aunque no es necesario. 5) Neuma con articulación sobre las dos primeras notas, de valor silábico estructural (dos notas largas seguidas de dos notas ligeras). 11 5.5. Torculus resupinus Neuma de cuatro notas, compuesto por un torculus y un punctum hacia arriba, aunque por el trazo inclinado puede parecer un porrectus. LA FE QUE CANTAMOS 1) Grafía de ornamentación (todas las notas son ligeras). Como en el porrectus, podemos encontrar la última nota al unísono de la anterior. 2) Grafía estructural (cuatro notas largas) bastante rara. 3) Neuma de ornamentación con articulación en la primera nota, fuente rítmica del movimiento ligero de las tres notas siguientes. 4) Articulación en la segunda nota que se prolonga en las otras dos siguientes. La primera nota, ligera, se lanza rápidamente hacia las tres siguientes, siempre largas. 5) Dos notas ligeras seguidas de dos notas largas. 6) Neuma de ornamentación, con articulación de la última nota. Las tres primeras notas ligeras tienden hacia la última nota. 5.6. Climacus resupinus Neuma de cuatro notas, compuesto por un climacus y un punctum hacia arriba. 12 1) Neuma de ornamentación con articulación sobre la última nota. 2) Con articulación sobre la segunda nota. LA FE QUE CANTAMOS 6. NEUMAS CON NOTAS AL UNÍSONO 6.1. Introducción Las notas al unísono se interpretan repercutiendo el sonido, pero sin usar la garganta al hacerlo. Puede ser: Trigon: Bivirga o Trivirga: (en notación cuadrada, tres punctum). (en notación cuadrada, punctum o virgas). Stropha o strophicus: (también generalmente punctum). 6.2. Trigon El trigon es un neuma de tres notas, las dos primeras al unísono y la tercera más baja, generalmente estructural, aunque a veces la notación vaticana lo traduce de otra manera. Muestra con su grafía su ligereza, pero cuando se encuentra a media bajada de la línea melódica, su última nota, seguida de un corte neumático, está subrayada y pide entonces un cierto alargamiento. 6.3. Bivirga y trivirga La virga puede repetirse una o dos veces para formar una bivirga o trivirga. La posición en paralelo de los trazos indica que las dos o tres notas se cantaban al unísono. En la mayor parte de los antiguos manuscritos sangalenses, la bivirga y la trivirga llevan siempre episema. Cuando se quieren poner de relieve las cualidades expresivas de una sílaba en una cuerda fuerte (do o fa) o modal, se recurre frecuentemente a su amplificación sonora. También se usa como preparación al acento. Dos sílabas consecutivas al unísono la una de la otra pueden recibir cada una una bivirga, para subrayar una palabra importante. 13 LA FE QUE CANTAMOS 6.4. Strophicus Es un neuma plurisónico al unísono, empleado como ornamentación, por lo que no se encuentra nunca aislada sobre una sílaba. Puede aparecer junto a otros elementos (stropha), o repetida varias veces formando un grupo strophico, sea de dos (distropha), tres (tristropha) o incluso más. La forma del signo nos indica que las notas son ligeras. La repercusión de los grupos estróficos tiene como fin el producir la vibración de una determinada cuerda, como si se tratase del tenor en una salmodia. Sin embargo, cuando la apostropha se encuentra en el centro de un neuma, actúa como nota estructural, y a menudo se realza con un episema en la parte inferior (el signo queda parecido a una Z). 7. NEUMAS DE CONDUCCIÓN MELÓDICA 7.1. Introducción Son aquellos cuya función es la de conducir el movimiento melódico hacia un sonido importante. En ellos intervienen el oriscus y el quilisma. El oriscus (del griego óros = altura, colina) es el signo de contracción presente en la escritura Los neumas con oriscus pueden ser: a) Con movimiento melódico hacia el grave. Virga strata 14 LA FE QUE CANTAMOS Pressus b) Con movimiento melódico hacia el agudo. Salicus Pes quassus Los neumas con quilisma pueden ser: Quilisma-pes Quilisma-scandicus 7.2. Virga strata Es una virga con oriscus: + = Las dos primeras notas pueden ser al unísono, o constituir un grupo equivalente al pes. En cualquiera de los casos, la última nota (la que señala el oriscus) es una nota más grave. En la versión melódica al unísono, las dos notas tienen un valor estructural. Tendría una fuerza mayor que la distropha, pero menor que la bivirga. En la versión melódica del pes, será ornamental. 7.3. Pressus Del latín premere, apretar; puede ser de dos tipos: El pressus maior, formado por la unión de una virga, un oriscus y una nota al grave figurada con un punctum. Los dos primeros elementos son al unísono, y el tercero desciende. + + = El pressus minor, formado por oriscus y punctum + = 15 LA FE QUE CANTAMOS Su interpretación puede ser diversa, aunque durante mucho tiempo se ha creído que era un grupo de notas pesadas (de ahí lo de “apretar”). A menudo se acompaña de letras significativas para precisar aquella. 7.4. Salicus Del latín salio, salire (saltar, sobresalir), es un neuma plurisónico de tres o más notas ascendentes (como el scandicus), acompañado del oriscus antes de la nota culminante. La nota más importante del salicus de tres notas es la tercera, hacia donde va orientado el movimiento melódico rítmico por la presencia de un oriscus, que expresa una especie de tensión melódica hacia la nota siguiente. La virga final suele expresar una acentuación melódico-verbal que a veces se destaca mediante un episema. Existe también el salicus al unísono: una forma de salicus en la que las dos primeras notas están al unísono (generalmente mi-mi-fa o si-si-do). La interpretación es la misma que la ya citada: las dos primeras notas, que son ligeras, y de las cuales la segunda es repercutida, tienden hacia la tercera. Existen también salicus de más de tres notas (generalmente, de cuatro), donde el oriscus sigue indicando que la nota más importante viene a continuación. No obstante, cuando el oriscus es en la segunda nota, la cuarta participa de la importancia de la tercera y también se alarga. 7.5. Pes quassus Formado por la unión de un oriscus y una virga + = 16 LA FE QUE CANTAMOS La nota importante viene marcada por la virga (la nota superior), que es estructural, y generalmente de acentuación. 7.6. Quilisma Del griego külío (revolver, rodar), el origen de su grafía parece relacionarse con el punto de interrogación, de uso en el siglo VII en la Galia. En origen al quilisma no le correspondía ningún sonido: en los manuscritos de las secuencias más antiguas se aprecia que ninguna sílaba ocupaba el puesto del signo. Posteriormente esa nota se interpretó como una nota “deslizada” que casi no se canta. Es un sonido débil, de paso entre dos notas, que conservan su valor, mientras que el valor del quilisma es menor que el de una nota de ornamentación. En la notación sangalense, se representa por dos o tres pequeños semicírculos, completado al menos por una virga (quilisma pes), que se sitúa con preferencia sobre una tercera menor. La forma con dos semicírculos se emplea cuando el quilisma se encuentra en un intervalo de tercera menor semitono+tono: si-do. La forma con tres semicírculos se emplea cuando el quilisma se encuentra en un intervalo de tercera menor tono+semitono: mi-fa. En la notación vaticana, se representa como una nota dentada intermedia. 17 LA FE QUE CANTAMOS Hay cierta semejanza entre el quilisma y el oriscus del salicus, pues ambos son notas de paso en un grupo ascendente, hacia una nota importante; difieren sin embargo en los grados de la escala musical en los que se encuentran: El quilisma, nota de paso precedida de una o varias notas alargadas, está normalmente sobre los grados débiles, mi y si. El oriscus del salicus, nota de paso precedida de una o varias notas ligeras, se encuentra a menudo sobre los grados importantes, fa o do. Se encuentran también casos en los que un copista pone un oriscus mientras que otros prefieren un quilisma. 8. LA AGRUPACIÓN DE LOS NEUMAS La organización de los elementos internos de un neuma es claramente intencional, separando trazos que podían estar unidos, o uniendo trazos habitualmente separados. Esta interrupción del trazo se llamó “corte neumático”, aunque actualmente se prefiere el término “articulación neumática”, como análogo a la articulación silábica. En una melodía silábica, cada sonido adquiere una particular expresión derivada de la articulación del texto; en una melodía adornada, el fraseo ya no está ligado al texto, sino a la importancia de una o más notas, de ahí el término “articulación neumática”. Para reflejarlo en la notación, la mano del copista, como también la del director, se para sobre una nota, reflejando así su importancia; mano y pluma se paran sobre ciertas notas que separan de las siguientes, mientras que las otras están unidas lo más posible. Así, cada vez que la pluma llega a una nota importante, se para después de haberla escrito y la separa de las siguientes, el corte tiene lugar por tanto después de la nota importante y no antes, como se haría en notación moderna. Los manuscritos añaden con frecuencia un episema a la nota importante que precede al corte. 18 LA FE QUE CANTAMOS BIBLIOGRAFÍA AGUIRRE, Mª DOLORES. Los neumas, Teoría y Práctica. XXXIIII Semana de Estudios Gregorianos. Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos. Agosto 2012. ASENSIO, Juan Carlos. El canto gregoriano. Historia, liturgia, formas. Madrid: Alianza Editorial, 2003. CARDINE, Dom Eugène. Semiología gregoriana. Abadía de Silos, 2005. 19