OTRO 8 DE MARZO… PRETENDIENDO RESPETO En marzo, a punto de estallar la primavera, se celebra siempre el día 8 como Día de la Mujer. Mis células femeninas se ponen en marcha para hablar de algo que por sabido, debería ser omitido. Me pregunto por qué no hay Día del Hombre y razono que es debido a que el sexo masculino no tiene que reivindicar sus peculiaridades. Una, que lee todos los días la prensa, - por aquello de que “información es poder”-, asiste horrorizada a las humillaciones que es sometida la mujer en cualquiera de las culturas donde se halle. Algunos ejemplos que, como perlas sangrientas, sirven para mostrar lo que digo y todos ellos, sacados de las páginas de los periódicos: Un militar afgano estrangula a su mujer por parir una niña y no darle hijos varones. Encierran y torturan a una menor por negarse a ser prostituida, y lo hacen los propios familiares. Los bomberos salvan a una mujer y a sus dos hijos de las llamas, además de encontrarla a ella, maniatada, presuntamente por su cuñado. En Barcelona, en la semana de la moda, un modisto se atreve a lucir sus modelos de temporada, y éstas, desfilan maquilladas como si hubieran sido maltratadas. Vemos en cada una de esas noticias, que la situación a la que han sometido a cada una de las mujeres mencionadas, ha sido decidida por un varón. Y es entonces cuando entiendo que debamos reivindicar una igualdad social, cultural y económica, para que todas y digo todas, las mujeres podamos decidir nuestro propio destino al igual que lo hace la mayoría de los hombres. Claro está, que esta semana mismo, sin ir más lejos, ha sido publicado un estudio en el que más de 6.000 varones en el estado español, han denunciado a sus parejas por maltrato. Pero… ¿qué son 6.000 varones ante 800.000 mujeres maltratadas en España el pasado año? Las matemáticas, no son mi fuerte, y tampoco celebro que mujeres maltraten a varones, pero decir que por cada hombre maltratado hay 13.333 mujeres, me eriza la piel. Es entonces cuando la exigencia de reivindicarnos por la igualdad, toma su lógica, todos los seres humanos, tenemos derechos y obligaciones, y deben ser compartidos independientemente de raza, religión, cultura y sexo. Sin olvidar que este día además, se celebra, porque en Nueva York, ocurrió un hecho importante que condicionó esta fecha y fue en 1908 cuando un grupo de mujeres trabajadoras, costureras industriales, de grandes fábricas se declararon en huelga para protestar por sus condiciones laborales, pidiendo un aumento de los salarios, una reducción de la jornada laboral y el fin del trabajo infantil. Durante esta huelga pacífica 129 mujeres murieron quemadas en un incendio en la fábrica Cotton Textile Factory, este incendio fue provocado por los mismos dueños de la fábrica. Afortunadamente en Emaús, se tiene en cuenta la preparación profesional y no el sexo del individuo que lo desarrolla. En nuestra Entidad, muchas somos las PERSONAS que desempeñamos trabajos para que la Ong, funcione día a día como un reloj de precisión. Nuestro fundador y admirado jefe , Francisco Nadal, demuestra lo que debería ser normal en todos los lugares de trabajo: que es la calidad y la excelencia en el trabajo y no el sexo lo que prima en el ser humano. Además de excelentes profesionales varones y buenos compañeros, decenas de mujeres le rodeamos, y también en cargos de gran responsabilidad. Él confía en nuestra capacidad, delega con buen criterio en nosotros/as, una vez contrastados los temas a llevar adelante. Nuestras correspondientes obligaciones profesionales, nada tienen que ver con el sexo de quien las desempeña; son fruto de la creación de un equipo sólido, pensado, medido y valorado para llevar adelante tantos temas como el Grupo Emaús, gestiona diariamente. Pero yo, mujer al fin y al cabo, reivindico por todas las mujeres que no están en mi, en nuestra situación: “Respeto por el ser humano, independientemente de su sexo, condición, raza y religión”. Y, fervientemente deseo que llegue el día que no tengamos que reivindicar nada. ¡Nada!. Más información: www.emausong.es