`` SEPARATA ESPECIAL “SER TOCADO EN VIDA, SER TOCADO EN VIVO II” CAUCASIA, ANTIOQUIA. Enero - Febrero de 2012. Año 22, Separata Especial. 12.000 ejemplares. Una sinfonía de sueños hechos realidad SueNavidad: volver a ser tocado en vida, a ser tocado en vivo El recuerdo de la experiencia de la Banda Sinfónica Juvenil de Caucasia en diciembre de 2010 se mantiene y se renovó con nuevos protagonistas; Músicos juveniles de Otanche (Boyacá), Remedios, Caucasia, Puerto Berrío y Segovia (Antioquia) que hicieron sus sueños realidad y los compartieron en SueNavidad, un concierto para celebrar la temporada más bella del año. Desde el año 2004 , Oleoducto de Colombia S.A. –ODCy Oleoducto Central S.A. – Ocensa- en coordinación con la Fundación Oleoductos de Colombia han respaldado la labor de las escuelas de música municipales; específicamente, de las bandas sinfónicas juveniles en varios de los municipios de su área de influencia. El apoyo a estos grupos culturales ha estado representado en la donación de instrumentos musicales, procesos de capacitación para directores y alumnos, fortalecimiento en su estructura administrativa y el apoyo a la divulgación de su actividad con el desarrollo de varias presentaciones tanto en sus respectivos municipios de procedencia como en Bogotá y Coveñas, en el marco de eventos institucionales de las organizaciones auspiciantes. De esta manera se contribuye al fortalecimiento de las competencias musicales de los grupos y especialmente, a la adecuada ocupación del tiempo libre, la prevención de riegos psicosociales y a la formación de valores como respeto, disciplina y discernimiento hacia el futuro. ‘Ser tocado en vida, ser tocado en vivo’, es una historia que comenzó en diciembre del 2010 con el concierto de la Banda Sinfónica Juvenil de la Escuela de Música de Caucasia para los empleados de Ocensa y sus familias. En esta oportunidad, los jóvenes músicos de Caucasia participaron en talleres de formación musical orientados por músicos profesionales que tuvieron como punto culminante la grabación de un álbum que lleva el mismo nombre y en el que se incluyó un repertorio que muestra las influencias musicales en la vida cotidiana de estos artistas: desde melodías de famosas obras de cine, hasta ritmos tradicionales de las sabanas de Córdoba y Sucre. En esta oportunidad, además de Bogotá, Coveñas tuvo la oportunidad de regocijarse con el talento musical de estos jóvenes. En cada una de las presentaciones llovieron los aplausos, en medio de un montaje impecable de luces y sonido, la música de esta agrupación de niños y jóvenes fue el verdadero espectáculo que, por su calidad, se ganó la admiración y el aprecio de un público que conoció también las historias de vida detrás de cada uno de los intérpretes. Y es que cada miembro de la Banda es un ejemplo de perseverancia, dedicación, disciplina, optimismo y orgullo por lo que se hace; valores que han enriquecido los días no sólo de los protagonistas, sino también de sus familias. Son escuelas de música, pero también de valores; son laboratorios de proyectos de vida diferentes en donde la expresión libre y la pasión por un arte son un impulso valioso para una vida mejor. En el 2011, además de Caucasia se vincularon otras bandas musicales de Otanche, en la zona esmeraldera de Boyacá; Puerto Berrío, el corazón del Magdalena Medio; Remedios, despensa del Nordeste antioqueño; y Segovia, centro minero de Antioquia. En estos municipios ODC, Ocensa y la Fundación Oleoductos de Colombia, encontraron experiencias en las que la música es el eje de nuevos proyectos de vida. Y si fue posible el sueño de impulsar esos talentos y mostrarlos al público, ¿por qué no sería posible reunir todos esos sueños y hacerlos sonar en armonía como el más hermoso mensaje de esperanza? Conozca más detalles de la gestión institucional. Visite: www.fodc.org.co FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL Así vivieron su sueño los jóvenes músicos Cinco días, un ensamble y muchos sueños De la expectativa al asombro, de los nervios a la alegría total. Así fue la experiencia de los niños que hicieron parte de SueNavidad. Suena la Vida La velada comenzó con la Novena de Navidad organizada por Ocensa. El rezo tradicional transcurrió como si de una gran sala en cualquier casa se tratara: cercano y solemne con la participación del ensamble. La experiencia del viaje, la llegada a una ciudad desconocida fueron motivos de ansiedad para el grupo. Los ensayos fueron el espacio para transformar los nervios en bellas melodías que permitieron olvidar el cansancio de las extensas jornadas de trabajo. El apoyo de Oleoducto de Colombia S.A. –ODC-, Oleoducto Central S.A. –Ocensa- y la Fundación Oleoductos de Colombia a la cultura como herramienta para fortalecer la convivencia y la generación de oportunidades de desarrollo, es un proceso que lleva doce años. nes y en el ambiente había una sola sensación: expectativa. Estos antecedentes fueron la base de confianza para poner en marcha una idea ambiciosa, pero arriesgada, en definitiva, genial: convocar representantes de las cinco bandas sinfónicas juveniles acompañadas durante estos años para reunirlos y armar un ensamble como una muestra de las capacidades de los jóvenes músicos y la gran oportunidad que ellos esperan para hacer sus sueños realidad. Como los grandes equipos de fútbol que se preparan para un gran encuentro, los grupos de niños y jóvenes músicos fueron llegando al Hotel Royal Park en el norte de Bogotá. Se instalaron, desempacaron, exploraron, hicieron visita en la habitación vecina y muy pocos descansaron. Todo era nuevo para ellos y los que venían de Antioquia, volando a través de Montería todavía no podían creer que habían montado en avión, que habían podido visitar la cabina de mando en donde conversaron con el capitán de la aeronave que saludó al grupo de viajeros ilustres por el altavoz, generando la admiración de los demás pasajeros. La bienvenida Con bufandas, gorros, guantes, buzos y chaquetas estos niños simularon el calor de los padres que desde la distancia los acompañaban. La mañana del 14 de diciembre de 2011 comenzaron a llegar al aeropuerto El Dorado de Bogotá las delegaciones del Magdalena Medio, el Nordeste antioqueño y Bajo Cauca antioqueños. Sintieron el golpe de frío y tal vez más de lo esperado, por que los recién llegados eran un mar de sensacio- A lo que vinimos La sede de Batuta en el noroccidente de Bogotá fue el espacio a donde llegaron a la mañana siguiente, descansados, bañados, desayunados, listos para montar y ensayar el repertorio preparado por el equipo de docentes que los esperaba. Separados en diferentes grupos de percusión y vientos, los músicos fueron nivelados para establecer su papel en cada pieza, de acuerdo con su capacidad. 2 Huellas Desde el inicio, el propósito fue trabajar en equipo. A los más aventajados se les asignó la responsabilidad de acompañar a un compañero que lo necesitara. No fueron días fáciles. Las jornadas eran extenuantes, pero el apoyo de los nuevos amigos fue fundamental para no desfallecer cuando el reto parecía demasiado grande. Además, no había oportunidad de renunciar: el tiempo voló y llegó el día de la presentación. De las puertas cerradas de los pasillos salían melodías paneas susurradas para practicar la digitación. Metidos en lo suyo, otros iban y venían escuchando el repertorio en su celular o MP3. No hablaban o hablaban lo preciso. De blanco impecable, empezaron a salir al escenario, dejaban sus estuches, acomodaban el atril, se sentaban, ensayaban y se retiraban al salón habilitado como camerino para prepararse para el espectáculo. Llegó el momento. Las luces se encendieron y un auditorio lleno los estaba esperando. Sí, a ellos que apenas hace cuatro días se conocían, que hasta entonces no sabían de los lugares de los que venían sus nuevos amigos. Fue perfecto para entrar en calor. Con la orden del director comenzó el repertorio y una a una las piezas pasaron como en un desfile en el que el público pudo apreciar cada detalle del trabajo que hicieron los miembros del grupo, especialmente cuando se llegó uno de los puntos más altos del espectáculo. Una magistral Interpretación de una de las piezas de la banda sonora de la película ‘Piratas del Caribe’ levantó a todo el auditorio de sus sillas y lo hizo aplaudir eufórico, lleno de admiración. Ni siquiera los empleados del hotel pudieron resistirse a manifestarse con su ovación. Y no podía olvidarse que estos niños se estaban divirtiendo y la idea era que el público también lo hiciera. Como si todos lo estuvieran esperando, siguieron la orden del director para elegir un instrumento y tratar de tocarlo. Los jóvenes músicos pasaron ofreciendo ‘la palomita’ y la sala se llenó de intentos por tocar clarinetes, cornos, trompetas, saxofones… De ese modo, el público terminó de compenetrarse con los artistas y se sintió en confianza para pedir otra pieza antes de un aplauso agradecido como despedida. FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL La experiencia los puso en contacto con músicos profesionales Los directores también aprendieron A ojo cerrado dejaron sus muchachos en manos de los músicos de Batuta. John Jairo Passo, de Segovia; Herly Avendaño, de Remedios; Ruber Elí Delgado, de Caucasia; y Wilfer Antonio Martínez, de Puerto Berrío, se convirtieron en alumnos y hasta volvieron a sentarse a tocar. Los novatos fueron la nota más brillante Una lección de dedicación y confianza desde Otanche No tienen un director profesional que los guíe, por eso no eran tampoco el grupo más numeroso ni el mejor preparado para el reto. Su desempeño en el ensamble dejó claro que con pasión se logran cosas imposibles. Los integrantes de las diferentes Bandas Musicales invitadas conformaron un ensamble destacado por su disciplina frente a las órdenes del único director. Los directores de las escuelas también aprendieron de la experiencia. Terminado el concierto, los directores hicieron un balance de la experiencia que para ellos dejó aprendizajes valiosos y nuevos conceptos que les permiten asumir con optimismo el futuro de sus agrupaciones. Piensan en los músicos que no asistieron al encuentro y saben que su labor es llevarles también a ellos los beneficios de lo que vivieron. “El balance es muy positivo para tener el tiempo que tuvimos. Estoy admirado de lo bien que los niños asumieron la presión que había”, dijo emocionado John Jairo Passo, el director de los niños segovianos. A su turno, Ruber Elí Delgado Berrío hizo el balance desde su perspectiva de ‘veterano’. Indicó que el concierto “fue maravilloso, la integración de los niños de los diferentes municipios fue impresionante. Se cumplió con el objetivo del evento; fueron más vidas tocadas. Volver a estar este año en Bogotá compartiendo con la familia Ocensa quiere decir que lo del año pasado tuvo algún efecto”. Herly Avendaño, Director de la Banda Sinfónica de Remedios dijo: “Fue superada la prueba totalmente. Me siento complacido con el trabajo de los muchachos y con el mío, integramos cinco equipos de trabajo. Los ‘pelaos’ son muy virtuosos”. La emoción y admiración de los maestros por sus pupilos era palpable, John Jairo Passo añadió sobre la reacción del público y las perspectivas después del evento: “Estamos muy agradecidos por ese reconocimiento. La felicidad se nota. Ahora seguiremos trabando con los muchachos por la cultura. Desde luego, vamos a replicar todo en Segovia. Vamos a aprender, es la oportunidad de tener profesores profesionales, hay que sacarles el jugo y llevarlo. Yo aprendí a compartir a vivir la vida desde otro enfoque porque son varias culturas las que acá se unieron”. Wilfer Antonio Martínez, de Puerto Berrío, también compartió sus aprendizajes. “Yo aprendí a sentarme a tocar con los niños. Pude volver a la fila, recordar cosas que hace rato no aplicaba. La labor se está haciendo bien porque los niños fueron tolerantes y comprensivos, aceptaron muy bien que estábamos a niveles distintos”. Desde sus ensayos en la Institución Educativa San Ignacio, la Banda Semillas de Paz se considera abanderada de Otanche y su apuesta por un futuro mejor. La profesora ‘Trini’ como le dicen a Trinidad Pubiano, es la Directora de la Casa de la Cultura de Otanche y, desde hace varios años, la líder que alienta la actividad de la Banda Semillas de Paz. En los días vividos en Bogotá, hizo las veces de madre, padre, chaperona, coordinadora, enfermera y hasta terapeuta grupal. Con el mismo nerviosismo que tenían sus músicos, ella asumió el reto de acompañarlos a la capital de la República. Se sentían rumbo a lo desconocido y la profesora tuvo que echar a un lado sus propios miedos para darle confianza a sus niños. “Los niños de los otros municipios venían con un nivel muy alto y estoy admirada de la paciencia con que nos acompañaron. Nos sentíamos pequeñitos, con ganas de salir corriendo. Hubo lágrimas de los niños que decían ‘no podemos’. Pero el apoyo de los demás compañeros los sacó adelante”. Relata la profesora Trinidad. Gracias a los ensayos, los niños de Otanche se acoplaron al ensamble e hicieron su papel superando con creces las expectativas. “Ahora la sensación es de orgullo porque lo hicieron muy bien y la idea es que otros niños también lo logren. Antes de salir a actuar les dije que los amaba, que son unos berracos que siempre habrá metas para alcanzar, que hay que luchar para lograr las cosas pero que hay que saber acudir por ayuda y no darnos por vencidos”, cuenta emocionada la profesora Trini. Y cuando mencionaron a la banda otanchense en la presentación de los integrantes del ensamble, hubo una ovación de pie del público que apreció su entrega y su papel en una presentación llena de esplendor y alegría. La Directora ‘Ad Honorem’ de la Banda Semillas de Paz concluye: “Este es el inicio de un gran proyecto para mostrar con hechos como estos la intención que tenemos en Otanche de que esta nueva generación escriba una nueva historia de paz, de libertad, de pasión por las cosas buenas”. Huellas 3 FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL Así vivió SueNavidad el Gerente de Ocensa ASI SE VIO Una lección de trabajo en equipo En diálogo con el programa radial Construyendo Futuro, el Gerente de Ocensa Óscar Trujillo Jaramillo se expresó frente al encuentro de bandas musicales. “Hace un año fue la banda de Caucasia. Este año hicimos un ensamble de cinco bandas. Cinco equipos de trabajo para volverlo, en cuatro días, un solo equipo de trabajo. Una labor de pronto más difícil que la del año pasado. Es una metáfora muy bonita porque nos enseña a todos que los equipos no son cinco, diez o doce; un equipo es una unidad. Estos muchachos nos dieron una lección de trabajo en equipo que me tiene muy emocionado”. “El crecimiento musical de los niños que volvieron es evidente, pero lo que estamos promoviendo y buscando es el crecimiento integral de estos niños como personas, los cuales en los últimos dos años hemos visto crecer, ser más abiertos y espontáneos, haciendo de lo musical algo excelente”. “El proceso de apoyo a las bandas continuará porque nosotros estamos convencidos de que esta es la mejor forma de tocar una comunidad para darles a los muchachos opciones de vida, alternativas de trabajo, de usar el tiempo libre, de ser mejores seres humanos. Eso es lo que nos interesa a nosotros: promover la formación de seres humanos integrales así finalmente no sean músicos; pero la disciplina del músico es de las más exigentes. La dinámica que hicimos al tratar de tomar los instrumentos es muy diciente: sacarle un sonido a cualquiera de estos instrumentos para los que no sabemos es casi imposible. Estos niños se pueden demorar un año tratando de sacarle un sonido a un instrumento y pueden tomarse toda la vida para interpretarlo bien. (…) El gran balance es toda esta cantidad de hombres y mujeres de bien para el futuro”. 4 Huellas Por grupos de instrumentos, los músicos organizaron sus ensayos. Cuadro días de trabajo arduo con muy buenos resultados. Los ensayos en el recinto del concierto pusieron a prueba las destrezas aprendidas y los nervios de los intérpretes. En la primera parte del espectáculo, el público expectante escuchaba con atención. Los jóvenes músicos demostraron su talento con creces. Al final, público y músicos eran uno solo. Juntos, celebraron el encuentro en el que los sueños se hicieron realidad, en la época más bella del año.