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MÓDULO Escritura Creativa
UNIDAD 1: LA ESCRITURA CREATIVA EN LA ESCUELA
Introducción
Se encuentra usted en la primera unidad del módulo de Escritura Creativa, donde
empezará a explorar los fundamentos de la escritura creativa y su razón de ser en la
escuela. Esta unidad es la puerta de entrada a una dimensión signada por la Libertad, la
ruptura y la imaginación a plenitud. Por eso, ingrese con un espíritu de aventura, deje
atrás sus prejuicios y dispóngase a mirar de una forma distinta su relación con el lenguaje
escrito. Al final de la unidad se plantea que usted:
• Identifique las razones que justifican la presencia de propuestas de escritura
creativa en la escuela.
• Distinga con claridad qué es la escritura creativa, cuáles son sus características y
alcances.
• Identifique factores que favorecen la producción escrita en la escuela.
Para iniciar la unidad le proponemos ir a la sección de actividades y realizar la número 1.
A medida que vaya realizando las actividades propuestas le iremos diciendo el paso
siguiente de la ruta a seguir. Recuerde que estos pasos obedecen a una secuencia
didáctica, razón por la cual debe respetar el orden señalado.
Temario
1.1 La visión lúdica y la libertad como premisas: hacia una nueva relación con la
escritura.
1.2 ¿Qué es la Escritura Creativa?
1.3 Factores que favorecen la producción de textos escritos en la escuela.
1.1 La visión lúdica y la libertad como premisas: hacia una nueva relación con la
escritura.
Desde hace algunos años se ha cuestionado fuertemente a la Escuela como una
institución que está signada por prácticas tradicionales de enseñanza, y como un entorno
que limita la libertad y la creatividad. Estos comentarios pueden resultar duros y poco
alentadores, pero lo cierto es que en la medida que, por un lado, se promueven iniciativas
que tratan de renovar los métodos y la didáctica, se encuentra, por el otro, una fuerte
resistencia del sistema, del docente y de los programas de estudios para implementar
nuevas estrategias liberadas de la rigidez y la normativa.
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La escritura creativa en la escuela
Filosóficamente existe un deber ser de la enseñanza, que coloca el acento en nuevas
relaciones entre los estudiantes, el conocimiento y los docentes. Se habla del
constructivismo, de la interrelación de áreas, del trabajo por proyectos y de una nueva
dinámica signada por la flexibilidad y apertura. Sin embargo, en la práctica existe una
contradicción impuesta por programas de estudios que parcelan el conocimiento, por el
riguroso cumplimiento de una planificación, por el dominio de situaciones de aprendizaje
cuestionadas, y una insuperada visión escolarizante de las experiencias innovadoras.
Una pregunta que lo (a) invitamos a formularse es si los métodos tradicionales que se
utilizan en la escuela para invitar a los niños a experimentar la escritura son los más
pertinentes o si, quizás, la excesiva normatividad de la escuela obstaculiza e impide la
libertad necesaria para que estos niños aprendan a disfrutar la escritura y a formarse como
escritores.
Para responder esta pregunta vamos a pensar un poco sobre dos conceptos, libertad y
juego, y sobre su presencia o ausencia en las prácticas con el lenguaje escrito promovidas
por la escuela.
Existen muchas imágenes para describir la Libertad, algunas de ellas forman parte de los
símbolos culturales que manejamos cotidianamente, como un pájaro saliendo de su jaula,
un caballo indómito corriendo por una pradera o un esclavo rompiendo las cadenas de su
prisión.
Para el tema que nos ocupa, la libertad es un elemento indisociable de la creatividad en
toda su extensión y las imágenes anteriores nos ayudan a entenderlo. Los impulsos
creativos arrancan de dos premisas fundamentales, uno de ellos es el libre fluir para
dejar salir a flote contenidos ocultos, ideas que hibernan en el fondo de nuestra psique,
asociaciones espontáneas que nacen en el proceso, sentimientos que se desatan. La otra
premisa es la ruptura de esquemas, de paradigmas y de estereotipos. Justamente a este
respecto, se señala que la escuela impone numerosas diques, que impiden esta ruptura
espontánea que conduce a explorar territorios fértiles para la creatividad. Abundantes
consignas acerca de los temas escolares que deben trabajarse en la composiciones, la
instalación de estereotipos en cuanto al estilo literario y el manejo de las marcas de
género, prescripciones en cuanto al proceso mismo de creación y una valoración
pragmática de los textos escritos, imponen rutinas que debilitan la pulsión de crear bajo
una premisa de libertad.
Jacqueline Held 1, nos llama la atención sobre la importancia de que la escuela
salvaguarde y prolongue la relación de libertad con el lenguaje, característica de la
infancia. La tendencia inicial del ser humano es la de recibir el lenguaje como algo
1
Jacqeline Held. Los niños y la literatura fantástica: función y poder de lo imaginario. Ediciones Paidós.
Barcelona, 1987
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multiforme, plástico, maleable; el niño se relaciona con el lenguaje por un placer
despojado de intenciones comunicativas. Esta profunda libertad frente a la palabra se ve
truncada por la intervención normativa adulta. La imposición del lenguaje como un
conjunto de normas que se debe respetar va menguando, o acabando, con esa libertad
primera, fuente de placer y motor para la apropiación del lenguaje.
Ahora bien, relacionando el juego con el lenguaje, la autora señala que el juego con las
palabras, con los sonidos, los ritmos, los sentidos y con su lugar en la oración, ocurre de
una manera natural en el niño porque el juego está en el corazón de su vida, y advierte el
riesgo de una intervención adulta que puede llegar a bloquear este juego creador. Held
plantea que no se trata de eliminar de la escuela la enseñanza de las normas que rigen el
lenguaje, sino de que la norma gramatical “sea siempre contrabalanceada en el resto de la
vida escolar por invitaciones a toda forma de libertad creadora frente al lenguaje ... En
este sentido, será estimulante y liberador todo tipo de lenguaje o de historia que incite al
niño a dirigirse a las palabras con una mirada nueva, todo texto en el que la magia de las
palabras desborde el sentido: el poema bajo todas sus formas…; el cuento con formulitas,
con ritmos, con lenguaje de encantamiento...; el relato con humor verbal, con juego de
palabras, como aquel que da ocasión, por su propia naturaleza, de crear nuevas
palabras…”
Para ampliar esta reflexión sobre dos dimensiones del lenguaje, lenguaje como
herramienta y lenguaje creador, le recomendamos leer los capítulos 11 y 12 del libro de
Jacqueline Held Los niños y la literatura fantástica: función y poder de lo imaginario.
Ediciones Paidós. Barcelona, 1987. Esta obra está fuera de catálogo, razón por le
recomendamos ubicarla en alguna biblioteca.
1.2 ¿Qué es Escritura Creativa?
La escritura creativa es un término que ha venido ganando terreno en nuestras latitudes
durante los últimos años, de hecho en noviembre de 2007 se realizó en Bogotá el Primer
Seminario Internacional de Escritura Creativa, materia que está incorporada
recientemente en la Universidad Nacional. Sin embargo, ya en Estados Unidos y en
Europa se viene hablando de escritura creativa en los ámbitos universitarios desde hace
poco menos de veinte años.
Intentando rastrear sus orígenes, se encuentran experiencias de escritura surrealista y una
línea de trabajo que se inicia con el libro Ejercicios de estilo del escritor francés
Raymond Queneau, escrito en 1947, y sigue con el OuLiPo – Ouvrir de litterature
potentielle, Taller de literatura potencial, un grupo de investigaciones de literatura
experimental fundado a principios de los sesenta por el mismo Queneau y por el
matemático Francos Le Lionnais, que contaba entre sus filas, entre otros, a Italo Calvino.
“Tanto Queneau como OuLiPo estaban postulando otra concepción de la escritura, más
lúdica y experimental y vinculada fuertemente a la idea de que es la tensión entre la
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libertad de la imaginación y una restricción impuesta la que lleva al escritor a salirse de
los caminos trillados para encontrar nuevas formas de expresión… El humor y el
disparate van a ser una vía para demoler cualquier visión solemne de la literatura. El
espíritu experimental y lúdico del grupo….ponía en primer lugar el trabajo con el
lenguaje, ya no como “expresión” de ideas y sentimientos, sino como materia que puede
ser trabajada en la producción de nuevos sentidos”. 2
En América Latina cabe mencionar los talleres de escritura en la Argentina, los cuales
tienen un referente clave en la experiencia del grupo Grafein, nacido en 1974. “Si hay en
elemento característico en la propuesta de los talleres de Grafein y que dará el puntapié
para una extensa línea de reflexión sobre la escritura, es el lugar central que le daban a la
invención y a la exploración lúdica con el lenguaje. Las experiencias surrealistas y de las
vanguardias por un lado y los nuevos aires teóricos de los sesenta habían abierto la
posibilidad de pensar la escritura de una manera diferente a la clásica concepción de la
“creación literaria”, como el efecto espontáneo de un momento de inspiración. A partir
del trabajo con consignas, término que luego se volvería corriente pero que por entonces
no lo era, los talleristas se lanzaban a explorar las posibilidades del lenguaje, en sus
aspectos novedosos, poco habituales, alejados de los convencionalismos y del imperativo
de escribir “literatura” tal como se entendía hasta entonces en los talleres literarios”. 3
El término de escritura creativa, por tanto, introduce diferencias con respecto a otros tipos
de escritura, como la profesional, la académica y la periodística. Precisamente una de las
características que distingue este tipo de escritura es su vinculación con lo experimental y
lo imaginativo. Partiendo del argumento tantas veces discutido acerca de si el escritor
nace o se hace, la escritura creativa propone una serie de estrategias que desacralizan el
oficio de producir textos escritos. Se plantean técnicas que hacen aflorar ese impulso
creativo y que marcan una relación libre, divertida y entusiasta con el lenguaje.
La lectura creativa se integra como una contraparte de este ejercicio, ya que para
potenciar el pensamiento creativo se debe leer de una manera diferente, haciendo que
cada texto se convierta en una pieza de interpretación de múltiples sentidos, incluso
aquellos que puedan parecer más descabellados.
La teoría de la creatividad, las técnicas de escritura, el guión cinematográfico, la teoría
literaria y el lenguaje de los símbolos forman parte de las ciencias que se incorporan a
esta novedosa y estimulante experiencia de construir con el lenguaje escrito formas
expresivas que dan cauce al imaginario y a los sentimientos.
Otras de las marcas que identifican la escritura creativa es que la escritura se concibe
como un proceso y no como un producto. Desde este punto de vista, importa mucho el
2
Sergio Frugoni. Imaginación y escritura. La enseñanza de la escritura en la escuela. Libros del Zorzal.
Buenos Aires. 2006
3
Ibid
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desarrollo del proyecto de escritura, su planificación, y su revisión. De hecho, aunque
existen diferentes planteamientos teóricos para señalar las etapas de este proceso, se
pueden distinguir tres grandes momentos: preescritura, escritura y reescritura.
En la etapa de preescritura se activa el deseo, es decir nace la idea. El escritor escoge el
tema, concibe los trazos grandes de su proyecto, se imagina la estructura, planifica su
proyecto en el tiempo, conjuga elementos de la memoria y de la imaginación para darle
forma.
En la etapa de escritura se comienza el texto escrito y se termina. En función del boceto
que se ha elaborado, del borrador o de las notas que se hayan tomado, el escritor utiliza la
técnica de la palabra para dar forma, en un molde escrito, a aquello que está en su
imaginación.
La etapa de reescritura implica volver a lo escrito. Tomar distancia del proyecto, dejar
que se asiente el estilo y oxigenar el texto con el fin de que madure un poco más. En ese
sentido, muchos se refieren a esta etapa como “tomar distancia” del texto para mirarlo
con ojos nuevos. Y luego retrabajarlo, es decir, pulirlo.
Otro rasgo que distingue esta aproximación a la técnica de la palabra escrita está
vinculado con el uso de estrategias muy puntuales que ayudan a activar y canalizar esa
energía creadora, denominadas disparadores. Los disparadores son detonantes de ideas
o procedimientos literarios y sirven, principalmente, como estrategia para conjurar el
temor a la página en blanco. Los detonantes pueden ser preguntas, modelos o dinámicas
que hacen que a un alumno se le encienda una chispa, especialmente cuando está
“trancado”, cuando no se le “ocurre” nada, cuando está “bloqueado”.
Para finalizar esta introducción a la escritura creativa, presentamos este listado sobre sus
principales características, resultado de un foro realizado por el Cerlalc acerca de este
tema 4, y sobre las cuales iremos profundizando a medida que vayamos desarrollando los
contenidos de este módulo.
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4
Propician una relación lúdica, experimental y estética con el lenguaje.
Liberan el impulso inconsciente vinculado con el proceso creador,
desbloquean el imaginario,
y proponen el ejercicio consciente de
habilidades creadoras.
Si quiere leer una síntesis de este interesante foro ingrese a la sección denominada
Foros y debates virtuales de la página web del proyecto Escribir en la escuela
http://www.cerlalc.org/Escuela/secciones/pagina_4_foros.html. Allí encontrará tanto el
foro como un documento síntesis que da cuenta de la discusión.
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Activan operaciones mentales propias del pensamiento divergente, es
decir, aquel que pone en juego procesos irracionales, asociativos y
generadores de diversas posibilidades alternativas.
Parten de un estado de sensibilización frente al lenguaje y promueven la
imaginación, entendida
como la capacidad de generar imágenes y
establecer tejidos y relaciones entre ellas para producir otras nuevas.
Están sustentadas en prácticas y experiencias estéticas de lectura y
escritura.
Desechan el uso pragmático del lenguaje dando lugar al juego de lo
privado, de lo autónomo.
Invitan a observar la realidad cotidiana desde nuevas perspectivas, a
descubrir su belleza poética.
Dan lugar a otras lecturas: las de lo no verbal, las previas a la letra, las
lecturas del mundo, la lectura de las formas y de los sonidos.
Habilitan y enfatizan el valor de la oralidad, dan lugar a las gradaciones en
el decir, a la mejora de la dicción y al disfrute de la sonoridad de la
palabra: ingredientes que colaborarán a la hora de producir textos.
Por lo general se ubican en el terreno de la escritura de ficción.
Trabajan con consignas que son la clave para activar la imaginación y el
proceso creador.
Le dan un gran valor a la lectura, entendiéndola como proceso inherente a
la producción escrita.
Implican un trabajo grupal, un proceso de co-construcción orientado por
un coordinador o guía, en el cual las opiniones de los pares son
fundamentales.
Generan procesos escriturales que incluyen la revisión y reescritura de
los textos.
Constituyen una alternativa frente a la rigidez y normatividad del uso del
lenguaje imperante en la escuela, y frente a la falta de sentido y de placer
que acompaña una buena parte de sus prácticas de escritura.
1.3 Factores que favorecen la producción de textos escritos en el aula
Hemos visto hasta ahora la necesidad de que la escuela cuente con una pedagogía que
cuide y fortalezca la disponibilidad natural de los seres humanos para jugar y
experimentar con el lenguaje. Como dice Jacqueline Held 5, es anormal y grave que un
niño experimente una sensación de culpabilidad cuando hace un uso lúdico y creativo del
lenguaje, y que la escuela, con su imposición de modelos clásicos y racionales que el
estudiante debe reproducir, lo vaya llevando no solamente a renunciar a ese uso sino a
perder la capacidad de hacerlo.
5
Op. cit
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En este apartado veremos algunos factores que han de tenerse en cuenta para que esa
predisposición, esa tendencia natural a descubrir y reinventar el lenguaje, pueda abrirse
paso en las aulas y en sus escenas de escritura.
a. La ambientación
La ambientación se refiere a las condiciones apropiadas en el entorno físico para
desarrollar la escritura. Escribir requiere un resguardo especial, así como un
momento. Muchos teóricos sostienen, entre ellos Lucy Mckormic 6, que un ambiente
estable y regular puede propiciar esa disciplina tan necesaria para la escritura.
Generar un ambiente adecuado, lejos del ruido y las distracciones en términos de la
teoría de la comunicación, puede asegurar una conexión más profunda con la palabra,
y más liberadora. Se escribe inspirado por una idea, pero arropado por una
ambientación. La regularidad en la escritura ofrece parte de la disciplina. Disponer de
un momento del día de forma constante y de un espacio amable, un diccionario a la
mano, hojas blancas, una silla confortable… asegura condiciones mínimas para la
escritura.
La ambientación se puede generar a través de algunas técnicas como el paseo
sensorial o las visualizaciones, ya que inspiradas en la metáfora del viaje se generan
atmósferas compartidas donde se despierta la imaginación, se sensibiliza la piel
poética, se abren mundos paralelos.
La visualización se plantea como un ejercicio imaginativo que promueve la
construcción de un mundo a través de la palabra, donde se proyectan imágenes
táctiles, olfativas, visuales y auditivas, como la visita a un bosque, a un territorio
desconocido o a una situación ideal.
El paseo sensorial conecta a un grupo de personas con una visita real a un lugar
determinado, puede ser una plaza, un parque o el interior de una casa. Se pide a los
participantes que potencien su percepción, ya que deben reconstruir en este paseo
numerosas sensaciones que invitan a explorar detenidamente un espacio cotidiano,
cargándolo con nuevas significaciones, desde canales perceptivos. ¿Qué sonidos se
escuchan en ese lugar? ¿Qué olores se pueden percibir? ¿Cómo se ve desde un ángulo
determinado? ¿Qué se cosas nuevas se descubren?
La ambientación no sólo es física sino también emocional. Escribir significa en cierta
forma desnudarse, y ese es uno de los aspectos más difíciles de franquear. En los
proyectos de escritura creativa se dedica un tiempo a socializar las experiencias, a
6
Didáctica de la Escritura en la escuela primaria y secundaria. Buenos Aires: Aique, 1997.
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compartir con el resto del grupo aquello que se ha escrito. Surgen temores y angustias
de exponerse a una sanción colectiva. A veces se experimenta miedo al ridículo,
vergüenza o tensión por sentirse aprobado o desaprobado. Por ello, es importante
construir un ambiente que genere un clima de confianza y que sea invitador.
Compartir las creaciones es un momento clave para el crecimiento personal y para la
solvencia en cuanto a nuestro estilo. También para ajustar las creaciones de acuerdo
con una mirada poliédrica, autoconvencernos, soltarnos, confrontarnos…
b. El docente como orientador
El rol del docente en un proyecto de escritura creativa es capital, ya que debe
replantear su actuación tradicional, para convertirse en un generador de ideas, en un
orientador y en un coparticipante, crítico, respetuoso y a su vez creativo.
Una primera reflexión es que el docente debe integrar en su haber habilidades para
que los alumnos puedan desarrollar sus propios proyectos, darles continuidad y salir
de los posibles bloqueos. En ningún momento el docente debe acercarse al niño o
niña pensando que puede acomodar la escritura de ellos a sus propios deseos. Aunque
la idea que el niño o la niña escribe no sea de su completo agrado, aunque no tenga la
forma más deseable, debe asumir que se encuentra ante un acto de creación
individual. Por eso, su rol se concentra en ofrecer pistas y condiciones favorables para
que el alumno experimente su propio proceso, para que desarrolle en toda su
extensión textos escritos.
La no intervención del docente debe entenderse en cuanto a la manipulación de las
producciones de los estudiantes. Sin embargo, el docente tiene una participación muy
activa para ayudar a generar dichas producciones, su función es especular, es decir,
funcionar como espejo donde el alumno puede mirarse. Muchas veces cuando
estamos sumergidos en un acto creativo perdemos distancia o seguimos un camino
que puede resultar laborioso o infructuoso.
Las técnicas de la pregunta y la repreguntan son excelentes herramientas para orientar
este proceso. Por ejemplo si un alumno pregunta “¿Maestro/a, qué nombre le coloco a
mi personaje?” Como respuesta no deberíamos decirle un nombre en específico, sino
más bien repreguntarle: “¿Te gustaría que fuera un nombre largo o corto? ¿Qué te
parece si escoges un nombre gracioso? O ¿Te acuerdas del nombre de algún amigo
muy especial que quisieras usar?”.
También el docente debe apoyar los diferentes momentos, crear los ambientes y las
atmósferas, señalar las pautas en cuanto a las características del género literario,
propiciar la socialización y la evaluación de los textos escritos. En fin, su papel puede
contribuir enormemente a estimular experiencias personales y grupales de escritura.
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Ahora bien, coincidimos con Maite Alvarado 7 cuando se pregunta: “¿puede coordinar
un taller alguien que no ha escrito nunca?, ¿qué tipo de reflexión sobre la escritura
puede hacer alguien que no la practica? Porque es la escritura misma y el proceso de
producción de un texto, los que marcan el recorrido y guían en la búsqueda de la
herramienta teórica que ayude a iluminar zonas oscuras… El docente que coordina un
taller debe conjugar la propia experiencia de escritura con la reflexión teórica y la
orientación pedagógica”.
De ahí que en este módulo se proponga que los docentes participantes experimenten y
conciencien la textura sentimental de la escritura, que midan su propio temor a
enfrentarse a una página en blanco, que vivencien la urgencia de un deseo por
escribir, que maduren su tolerancia para la crítica y asienten todas la etapas de este
proceso enriquecedor. Luego, con esta sabiduría, desde esta vivencia, podrán echar a
andar muchas propuestas de escritura creativa en el aula, un camino que asegurará la
formación de niños y niñas productores de texto
c. La motivación
Estrechamente vinculada a la ambientación y al rol del docente se encuentra la
motivación. Se escribe con un propósito, pero también impulsado por una necesidad.
Existe una motivación interna o personal, que con el paso del tiempo reposa en lo que
llamamos disciplina y constancia para el ejercicio escritural.
Sin embargo, durante el trabajo en el aula, el docente debe formular una permanente
invitación, a partir del entusiasmo, ya que muchas veces las motivaciones personales
no coinciden con la motivación del colectivo. Para crear un ambiente se hace
necesario cohesionar al grupo bajo una misma atmósfera y un espíritu que darán las
pautas para crear, compartir las creaciones y encontrar en ese compartir diferentes
propósitos para escribir.
La motivación consiste también en compartir las razones que nos impulsan a asumir
un compromiso con la escritura, pero también con el clima de trabajo que se logra
propiciar como marco o contexto. Muchas veces los estudiantes necesitan refuerzos
para atender su llamado, para canalizar su impulso y para otorgarle un destino a su
práctica.
Un grupo motivado podrá producir textos escritos en un clima de libertad, ya que
partirá de un acercamiento espontáneo y de una sensación de trabajo compartido. La
motivación hace crecer la participación y también mantiene cautivo el interés. Por
7
Talleres de Escritura Con las manos en la masa. Maite Alvarado, Gloria Pampillo. Libros del
Quirquincho. Buenos Aires, 1998
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ello, se deben utilizar estrategias de motivación a lo largo del proyecto, especialmente
en los comienzos de sesión. El participante debe descubrir en estas estrategias un
espíritu para reforzar su acción, y un momento para repreguntarse acerca de su
relación con la escritura no sólo como un ejercicio de técnica para lograr textos
maduros, sino también como una forma de conectarse con el mundo.
d. El uso de disparadores
Hemos hablado anteriormente de los disparadores como una suerte de detonantes
que hacen encender la chispa de la creatividad. Muchas veces nos sentimos
bloqueados en alguna fase del proceso o ante algún aspecto compositivo: comenzar
un cuento,
subvertir una estructura, comenzar un texto narrativo por el final,
colocarle el nombre a un personaje, encontrar una palabra que se acomode al sentido
que queremos expresar o que tenga el valor fónico preciso o cerrar un relato.
Gran parte de estos rasgos involucran decisiones importantes, que muchas veces no
podemos tomar porque nos encontramos sumergidos en un laberinto de posibilidades
o sencillamente no tenemos una idea clara en el momento que estamos desarrollando
nuestro proyecto.
Los disparadores son de una amplia gama, algunos se valen de la espontaneidad, de
algo que pasa en el momento. Por ejemplo si comienza a llover, se puede pedir a los
alumnos que escriban sobre la lluvia. Si algún alumno comenta una anécdota se puede
pedir al grupo que la complete o la transforme.
Los disparadores pueden ser mucho más sofisticados, como el uso de fragmentos de
textos para completar o la generación de textos a partir de la transformación,
procedimiento interesante y complejo que sirve como un verdadero mapa para la
construcción de otros textos a partir de uno ya dado.
Para ampliar información sobre este tema de los disparadores, puede leer el El libro
de Grafein: teoría y práctica de un taller de escritura. Tobelem, Mario. Buenos
Aires. Santillana, 1994, que incluye un amplio repertorio de disparadores o consignas.
Por favor regrese a la sección de ACTIVIDADES y haga la número 2.
Actividades
Actividad N° 1: Explorando conocimientos previos
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Explicación de la actividad: Esta actividad contiene dos partes. Primera parte: Escriba un
texto breve enunciado cuáles son, a su modo de ver, las principales razones que justifican
la inclusión de propuestas de escritura creativa en la escuela.
Parte 2: ¿Alguna vez ha realizado con sus estudiantes actividades, ejercicios, talleres de
escritura creativa? En caso de que sí lo haya hecho, describa brevemente la propuesta que
trabajó y diga por qué la define como escritura creativa.
Guarde el texto para una actividad que se le propondrá más adelante.
Tan pronto finalice la actividad 1 debe ir a la sección denominada TEMARIO y leer
todos los textos que allí aparecen. Luego deberá regresar a las actividades y realizar la
número 2.
Actividad N° 2: ¿Qué efecto produjo lo leído?
Explicación de la actividad: Lea de nuevo el texto que escribió en la actividad 1 y
reflexione si hubo o no cambios en cuanto a sus ideas acerca de las razones que justifican
la escritura creativa en la escuela y si la actividad que describió realmente se ajusta a lo
que aquí estamos llamando escritura creativa. Luego escriba un texto a su tutor en el que
comparta si hubo o no cambios y en qué consistieron. Guarde el resultado de este
ejercicio en su portafolio.
Tan pronto concluya esta tarea pase a la tercera y última actividad de esta unidad.
Actividad N° 3: Foro “La escritura creativa en la escuela”
Explicación de la actividad: Ingrese al foro “La escritura creativa en la escuela”
discuta si está o no de acuerdo con la definición de escritura creativa que allí aparece.
y
Descargar