De Mi Conciencia a la Suya . . . Recuerde que el alba siempre llega después de la noche más oscura. No importa qué tan perdida parezca su condición actual, siempre hay un mañana . . . La esperanza viene del Señor. UN MENSAJE A LA CONCIENCIA* Esperanza. ¿Acaso no es eso lo que un nuevo día muchas veces representa para nosotros? Esperanza de que por fin tendré un empleo. Esperanza de que una relación será restaurada. Esperanza de que este sea el año en que mejorará mi situación económica. El salmista David nos dice: «Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan» (Salmos 31:24, NVI). He leído esto muchas veces. Lo creo. Hasta se lo digo a mis amistades cuando necesitan ánimo. Entonces, ¿por qué perdí la esperanza la semana pasada, mientras trataba de resolver un problema? ¿Por qué sigo volviendo a decir: «Esto nunca va a cambiar», lo cual me hace sen r la desesperación en lugar de descansar en la esperanza? Pasé bastante 4empo haciéndole estas preguntas a Dios. Y recibí esta respuesta: He estado poniendo mi enfoque, y por lo tanto mi esperanza, en que este problema se resuelva en lugar de poner mi enfoque y mi esperanza en la Persona que puede resolverlo. ¿Cuál es la diferencia? Una manera de pensar pone su esperanza en la circunstancia. La otra espera en Aquel que 4ene la circunstancia bajo control. Una espera que las cosas resulten a mi manera. La otra con9a en que resultarán exactamente como Dios quiere. Una se preocupa demasiado acerca de lo que me sucederá a mí. La otra cree que lo más importante es lo que Dios está haciendo en mí. La esperanza autén4ca con9a en la persona, el carácter de Dios. Se enfoca en las siguientes verdades: Dios es amor (1 Juan 4:8). Todo lo que Él hace y permite procede de eso. Él es soberano (Proverbios 16:33). Controla todo resultado, toda situación. Él es bueno (Salmo 100:5). Por naturaleza. Él no puede ser “malo” en la manera como nos cuida. Él se interesa profundamente por nosotros, pues conoce cada detalle ín4mamente (1 Pedro 5:7, Salmo 139). Él hace que todo obre para nuestro bien (Romanos 8:28). Aun cuando no lo veamos de aquí a que lleguemos al cielo. Esos atributos no pueden separarse del Dios que está en nuestra circunstancia. Todo lo que Él hace y permite procede conforme a sus atributos fundamentales. Cuando ponemos nuestra esperanza en la bella naturaleza de nuestro Señor hallamos descanso, paz y aceptación porque esa clase de esperanza puede orar por la circunstancia y a la misma vez descansar en «Hágase tu voluntad.» ¿Está esperando algo en estos momentos? Dígaselo a Dios. Luego busque en la Palabra y haga su propia lista de los atributos de Dios—y finalmente descanse con toda seguridad en la esperanza del Señor. [email protected] *Tomado de UN MENSAJE A LA CONCIENCIA por el Hermano Pablo, titulado «Canción del nuevo año».