220-12399 Ref. Cuando se obliga una sociedad de responsabilidad limitada a tener Revisor Fiscal. Se recibió su escrito radicado en este Despacho con el número 494,306-0, por medio del cual pregunta si de acuerdo con lo previsto en el parágrafo segundo del artículo 13 de la Ley 43 de 1990, una sociedad limitada cuyo patrimonio líquido que en el año 2000 ascendió a la suma de $279.882.734, y los ingresos en el mismo año a la cantidad de $330.675.730, está en la obligación de tener revisor fiscal. Para absolver su consulta resulta conveniente reproducir la norma en comento, la cual es del siguiente tenor: "Será obligatorio tener revisor fiscal en todas las sociedades comerciales, de cualquier naturaleza, cuyos activos brutos a 31 de diciembre del año inmediatamente anterior sean o excedan el equivalente de cinco mil salarios mínimos y/o cuyos ingresos brutos durante el año inmediatamente anterior sean o excedan el equivalente a tres mil salarios mínimos.". Como se observa, la operación matemática para establecer tal circunstancia, debe calcularse con base en los rubros: activo bruto (y nó patrimonio líquido), e ingreso bruto del año inmediatamente anterior, cuyos montos para determinar la obligación en el presente año, serán los que a continuación se transcriben. Activos brutos: $1.300.500.000 Ingresos brutos: $4.729.200.000 Así las cosas, se tiene que la sociedad no incurriría la obligación de tener revisor fiscal por razón de sus ingresos, como quiera éstos, según dato aportado por el peticionario, resultan ampliamente inferiores al tope previsto por ley para tal efecto. Sin embargo, no es posible establecer si dicha obligación se configuraría por razón de los activos brutos de la sociedad, como quiera que el peticionario en su consulta sólo se refirió al patrimonio líquido, el cual, según los términos de la norma en comento, no aplica como referencia para comprobarlo. En cuanto a la obligación de presentar en medios magnéticos los estados financieros, valga expresar, que en las tres las instancias en las cuales esta Superintendencia puede tener incidencia sobre las sociedades comerciales: inspección (art. 83 de la ley 222 de 1995), , vigilancia (Art. 84, ibídem) y control (Art. 85 de la misma ley), está facultada para solicitar, confirmar y analizar información sobre la situación jurídica, contable económica y administrativa de cualquier sociedad comercial (salvo respecto de aquellas sujetas a la vigilancia de la Superintendencia Bancaria), y con base en tal atribución podrá, entre otras, solicitar bajo la modalidad que considere pertinente, los estados financieros. Lo anterior quiere decir, que una sociedad en inspección, en principio, no estaría obligada para allegar a esta Entidad los informes de fin de ejercicio con la periodicidad que corresponde a las sociedades vigiladas y controladas, pero como ya se expresó, ante su requerimiento, igual tendrían que acatar sus exigencias, so pena de las sanciones a que hubiere lugar (numeral 3, art. 86,m Ley 222 de 1995. Para tal fin vale aclarar, que, el artículo 84 de la Ley 222 de 1.995, además de determinar en qué consiste la vigilancia que ejerce esta Entidad, prevé que estarán sometidas a la vigilancia las sociedades que determine el Presidente de la República (norma que fue desarrollada a través del Decreto 3100 del 30 de diciembre de 1997), como aquellas que indique el superintendente cuando del análisis de la información referida en el artículo 83 de la ley en comento, determine que incurre en alguna de las irregularidades determinantes para tal fin, esto es las relacionadas en el inciso segundo del ya citado artículo 84. Luego, si la sociedad no incurre en ninguna de las causales de vigilancia, no estaría obligada a allegar la información financiera, salvo que, como ya se expresó, este Organismo en desarrollo de la función de inspección, así lo solicite expresamente. En los anteriores términos se responde la consulta, advirtiéndose que el alcance de la misma es el señalado en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.