Escrito 17 de Julio 2014 Campo minado 2 Cor. 10:3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; Uno de los peores cuadros en el que se puede encontrar un soldado, es caminar entre un campo minado. Puesto que si camina por él, sólo es cuestión de tiempo para que explore una mina, y el daño puede llevarlo a la muerte. Caminando por el campo ha visto con sus propios ojos como amigos han caído y no han sobrevivido para contarlo. ¿Cuanto tiempo crees que pueda un soldado caminar por un campo así? Y exactamente es así cuando caminamos y andamos conforme a la carne. Exponiéndonos a situaciones, estando sin rendir cuentas a otras personas, abriendo puertas al enemigo. Creo que por algo Dios nos dice en su palabra que no proveamos para los deseos de la carne, y es hasta en ocasiones extremó en cuanto nos habla de nuestro trato con las situaciones. ¿Recuerdas las palabras de Jesús? Si tu ojo derecho te es ocasión de caer ¿que hay que hacer? Quitarlo... Lo mismo para el pie y la mano. ¿Por que? Porque el sabe que estar en situaciones cómodas para la carne es sinónimo de un campo de batalla. Sólo es cuestión de tiempo para que caigamos en esta guerra en la cuál todos nos encontramos. Y muchas veces nosotros hemos su dos testigos como amigos han caído en el campo de batalla. Es difícil y hasta imposible no conocer casos de abandono, infidelidades, vidas arruinadas de gente cercana, amigos que están en este mismo peregrinar de la vida. El problema de muchos es que no hacemos caso de las advertencias que encontramos en la palabra de Dios. Advertencias claras que nos dice no vayas, es un campo minado. Piensa en un campo lleno de flores, y un bonito arrollo que se encuentra minado, en verdad esta pradera es hermosa y colorida. Pero al inicio de ella se encontraba un letrero de advertencia que decía, cuidado campo minado. Comenzamos a dar pasos quizás un poco temeroso, y con cuidado, lento, despacio. Pero después de unos pasos y ver que no pasa nada, nos seguimos de largo y decimos "al cabo no pasa nada". Pero sólo es cuestión de tiempo para que caminando en medio de ese campo minado explote una mina. Así es nuestras vidas, al principio exponernos a situaciones y lugares pecaminosos parecía algo con lo cual nuestra consciencia nos hacia caminar con cuidado, llevar las cosas lentas, pero una vez que dimos "unos pasos" y no paso nada, seguimos en lo mismo. Me enojo y grite a mi mujer, pero no paso nada, al final le pedí perdón y nos récord cía liamos. Mentí a mi hijo fallando en una promesa, pero al final le compre algo, y se le olvidó. ¿Cuanto tiempo esperas que tu ira lleve a que tu esposa se aleje de ti? ¿Cuanto tiempo necesita pasar para que tu hijo se decepcione de ti y ya no confié en ti? ¿Cuanta gente no se expone a situaciones donde el pecado sexual está a la puerta? Un poco de coqueteo no pasa nada, o algo todavía más común, una mujer me esta coqueteando en el trabajo, pero no le veo necesidad de contarle a mi esposa. Un chico que no es cristiano de la escuela me esta invitando a salir solos, pero no creo que pase nada. Ese es el inicio de muchos jóvenes que se encuentran lejos del Señor en pecado. Andamos en la carne, pero no milita os en la carne. El paso hacia la mina es cuando el deseo, la tentación y la oportunidad se encuentran. Algunos matrimonios que militaron entre "minas" viven para contarlo, otros ya no. Algunos jóvenes que caminaron entre minas viven para contarlo, otros siguen perdidos en el mundo. No proveamos para la carne, no militemos según la carne. Hagamos caso de cada advertencia de la palabra de Dios. David Espinosa Hernández Calvary Chapel Mérida.