CAPÍTULO XXII HANS-GEORG GADAMER Y LA TEORÍA DE LA

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hermenéutica.
CAPÍTULO XXII
Durante
el
romanticismo,
F.
Schlegel
y
F.
Schleiermacher aspiraron a dar a la hermenéutica un lugar relevante
HANS-GEORG
GADAMER
Y
LA
TEORÍA
DE
LA
HERMENÉUTICA
1. EL «CÍRCULO HERMENÉUTICO»
Vinculada al ámbito de la interpretación de los textos
sagrados, por una parte, y al de la crítica textual, por otra, la
hermenéutica, o teoría de la interpretación, posee una larga historia.
Sin mencionar aquellos elementos que aparecen ya en la antigüedad
clásica, dejando a un lado toda referencia a las concepciones
medievales referentes a los diversos sentidos poseídos por un texto
sagrado, hemos de decir que la hermenéutica brota de las
controversias teológicas que surgen con la reforma. A continuación,
se desarrolla en el terreno teológico y en las actividades de los
filósofos, los historiadores y los juristas que deben afrontar
continuamente cuestiones de interpretación: ¿qué significa este texto
en el interior de la filosofía. Más adelante W. Dilthey trató de colocar
la hermenéutica como fundamento de todo el edificio de las «ciencias del espíritu». A decir verdad, Dilthey concibió la hermenéutica
no sólo como un conjunto de cuestiones técnicas -metodológicassino también como una perspectiva de naturaleza filosófica que
habría que situar en la base de la conciencia histórica y de la
historicidad del hombre. Sin embargo, fue Heidegger quien
comprendió el estatuto filosófico de las concepciones diltheyanas, en
el sentido de que no consideró la hermenéutica o «el comprender»
como un instrumento a disposición del hombre, sino más bien como
una estructura constitutiva del Dasein, como una dimensión
intrínseca del hombre (F. Bianco). El hombre crece sobre sí mismo,
es un haz de experiencias, y cada nueva experiencia nace sobre el
trasfondo de las experiencias procedentes y las reinterpreta.
sagrado?, ¿cuál era la auténtica intención del escritor sagrado?,
Alumno de Heidegger, Hans-Georg Gadamer (nacido en
¿qué quiere decir esta o aquella inscripción?, ¿es correcta o está
1900) fue profesor en Leipzig, Francfort y finalmente en Heidelberg.
equivocada la interpretación habitual de este o aquel texto?, ¿cómo
Refinado y perspicaz intérprete -sobre todo de la filosofía antigua,
hay que interpretar esta o aquella norma jurídica?, ¿cuándo
pero también de Hegel y de los historicistas- Gadamer publicó en
podemos estar seguros de la corrección de una interpretación
1960 una obra considerada como un clásico en la teoría de la
cualquiera? o ¿puede existir una interpretación definitiva de un texto
hermenéutica: Verdad y método, donde se funden en un todo
o bien la tarea hermenéutica es de carácter infinito? Los que
coherente las cuestiones técnicas con las perspectivas filosóficas de
acabamos de mencionar no son más que algunos de los
la hermenéutica. Toma como punto de partida la descripción que
interrogantes técnicos a los que tiene que contestar la teoría
Heidegger formula en El ser y el tiempo con respecto al círculo
hermenéutico: «El círculo no debe degradarse a la condición de
superando todas las confusiones que provengan de su propio
círculo vicioso, y tampoco hay que considerarlo un inconveniente
interior. Quien se dedica a interpretar un texto, siempre está
insalvable. En él se oculta una positiva posibilidad del conocer más
actualizando un proyecto. Con base en el más inmediato sentido que
originario, posibilidad que sólo se aferra de un modo genuino si la
manifiesta el texto, esboza de forma preliminar un significado del
interpretación comprende que su tarea primera, permanente y última
todo. Incluso su sentido más inmediato dicho texto lo manifiesta
consiste en no dejarse imponer nunca pre-disponibilidades, pre-
únicamente en la medida en que es leído con determinadas
visiones y pre-conocimientos por parte del azar o de las opiniones
expectativas particulares. La comprensión de aquello que hay que
comunes, sino hacer que emerjan desde las cosas mismas,
comprender consiste íntegramente en la elaboración de este
garantizando así la cientificidad del tema específico.»
proyecto preliminar, el cual, como es obvio, se replantea de forma
Este texto de Heidegger, afirma Gadamer, «no es en primer
lugar algo que aspire a tener validez como precepto para la práctica
continuada con base en lo que resulta de una ulterior penetración del
texto».
del comprender, sino que describe el modo en que se lleva a cabo el
Esto
-comenta
Gadamer-
constituye
una
descripción
comprender interpretativo en cuanto tal. Lo esencial de la reflexión
extremadamente concisa del círculo hermenéutico. Sin embargo,
hermenéutica de Heidegger no consiste en demostrar que nos
permite vislumbrar con claridad el esquema fundamental del
hallamos frente a un círculo, sino en subrayar que dicho círculo
procedimiento hermenéutico, es decir, del acto interpretativo. Existen
posee un significado ontológico positivo. La descripción en sí misma
textos provistos de sentido que a su vez hablan de cosas. El
resultará transparente para cualquiera que se dedique a la
intérprete se acerca a los textos no con una actitud mental
interpretación, sabiendo lo que hace. Toda interpretación correcta
semejante a una tabula rasa, sino con su precomprensión
debe defenderse de la arbitrariedad y de las limitaciones que
(Vorverständnis), con sus prejuicios (Vorurteile), sus presuposiciones
proceden de los hábitos mentales inconscientes, mirando las cosas
y sus expectativas. Dado aquel texto y dada la precomprensión del
mismas (las cuales, para los filólogos, son textos previstos de
intérprete, éste esboza de manera preliminar un significado de dicho
sentido, que a su vez hablan de cosas). Someterse de este modo a
texto, y ese bosquejo aparece justamente porque el texto es leído
su objeto no es una decisión que el intérprete tome de una vez para
por el interprete con unas expectativas determinadas, que se derivan
siempre, sino la tarea primera, permanente y última. En efecto, lo
de su precomprensión. El trabajo posterior consiste íntegramente en
que tiene que hacer es mantener la mirada firme en su objeto,
la
elaboración
de
este
proyecto
inicial,
«que
es
revisado
continuamente con base en lo que resulta de una ulterior
prueba la legitimidad de tales presuposiciones, esto es, su origen y
penetración del texto».
su validez».
En realidad «es preciso [...] tener en cuenta que cada
revisión del proyecto inicial implica la posibilidad de diseñar un
2. Precomprensión, prejuicios y alteridad del texto
nuevo proyecto de sentido; que proyectos contrastantes pueden
entrelazarse en una elaboración que acaba llevando a una más clara
visión de la unidad del significado; que la interpretación comienza
mediante preconceptos, que van siendo paulatinamente sustituidos
por conceptos más adecuados. El proceso descrito por Heidegger
consiste precisamente en este continuo renovarse del proyecto, que
constituye el movimiento del comprender y del interpretar. Quien
intenta comprender está expuesto a los errores procedentes de
presuposiciones que no hallan confirmación en el objeto. La tarea
permanente de la comprensión es la elaboración y la articulación de
los proyectos acostumbrados, adecuados, que en cuanto proyecto
son una anticipación que sólo puede convalidarse en relación con el
objeto. Aquí la única objetividad consiste en la confirmación que una
presuposición puede recibir a través de la elaboración. ¿Qué es lo
que caracteriza las presuposiciones inadecuadas, si no es el hecho
de que al desarrollarse se revelan como imposibles de substituir?
Ahora bien, el comprender únicamente llega a su auténtica
posibilidad si no parte de presuposiciones arbitrarias. Por tanto, tiene
un sentido positivo decir que el intérprete no afronta el texto
limitándose a permanecer en el marco de las presuposiciones que
ya se hallan presentes en él, sino que en relación con el texto pone a
El intérprete no es una tabula rasa. Se aproxima al texto con
su Vorverständnis, su precomprensión, es decir con sus prejuicios o
Vorurteile. Con base en esta memoria cultural (lenguaje, teorías,
mitos, etc.) el intérprete esboza una primera interpretación del texto,
que puede consistir en un texto en sentido estricto, antiguo o actual,
o también en un discurso que se haya pronunciado, un manifiesto,
etc. El intérprete dice: «Este texto significa tal cosa o tal otra, posee
este significado o este otro.» No obstante, este primer bosquejo de
interpretación puede resultar más o menos adecuado, correcto o
equivocado. ¿Cómo podrá comprobarse la corrección de este primer
bosquejo de interpretación? Gadamer responde que el posterior
análisis del texto (del texto y del contexto) será el que nos diga si
este bosquejo interpretativo es o no adecuado, corresponde o no a
lo que dice el texto. Y si esta primera interpretación se muestra en
discrepancia con el texto, choca contra él, entonces el intérprete
elaborará un segundo proyecto de sentido, una nueva interpretación
que más tarde comparará con el texto y con el contexto, para ver si
resulta adecuada. El proceso se reitera hasta el infinito, porque la
tarea del hermeneuta consiste en una labor infinita y posible. En
efecto, cada interpretación se lleva a cabo a la luz de lo que se sabe,
y esto va cambiando: en el transcurso de la historia humana
propios prejuicios y a poner en movimiento la cadena de interpreta-
cambian las perspectivas (las conjeturas o prejuicios) desde las que
ciones cada vez más adecuadas. En efecto «quien trata de
se contempla un texto; crece el saber sobre el contexto, .mínenla el
comprender se expone a los errores que se derivan de aquellas
conocimiento acerca del hombre, la naturaleza y el lenguaje, Por tal
presuposiciones que no se ven confirmadas por el objeto». Por
motivo, los cambios, más o menos considerables, que ocurren en
consiguiente «la comprensión de todo lo que hay que comprender
nuestra precomprensión, pueden constituir según los casos otras
consiste íntegramente en la elaboración de este proyecto preliminar,
tantas ocasiones de nueva interpretación del texto, nuevas luces
que como es obvio hay que revisar de manera continuada con base
arrojadas sobre él, en definitiva, nuevas hipótesis interpretativas que
en lo que surge de una posterior penetración del texto». Sólo así
hay que someter a comprobación. Por esto la interpretación
puede emerger progresivamente la alteridad del texto. Descubrimos
constituye una tarea infinita. Infinita porque una interpretación que
aquello que dice el texto, llegamos a descubrir la diferencia que
parecía adecuada puede resultar incorrecta porque siempre es
manifiesta con respecto a nuestra mentalidad o quizás la lejanía que
posible hallar interpretaciones nuevas y mejores. Éstas son posibles
tiene en relación con nuestra cultura, partiendo únicamente de
porque de vez en cuando, según la época histórica en que vive el
aquellas «donaciones de sentido» que construimos gracias a nuestra
intérprete y con base en lo que éste sabe, no se excluye la aparición
precomprensión y que vamos rectificando y descartando bajo la
de interpretaciones mejores o más adecuadas que las demás, en
presión del texto. Por esto, escribe Gadamer, «quien desee
relación con aquella época y con lo que en ella se sabe.
comprender un texto tiene que estar dispuesto a dejar que éste le
Por lo tanto, el intérprete no se enfrenta con el texto como
una tabula rasa; la mente del intérprete, por el contrario, es una
tabula plena, llena de prejuicios, de expectativas y de ideas. El
intérprete se acerca a un texto con esta Vorverständnis. Siempre
existe un choque entre algún elemento de la precomprensión del
intérprete y el texto que atrae la atención de éste: «ya sea porque el
texto no manifieste ningún sentido o porque su sentido contraste de
un modo irremediable con nuestras expectativas». Estos choques,
según Gadamer, obligan al hermeneuta a caer en la cuenta de sus
diga algo. Una conciencia hermenéuticamente adecuada debe
mostrarse sensible, de manera preliminar, a la alteridad del texto.
Dicha sensibilidad no presupone una neutralidad objetiva o un olvido
de sí mismo, sino una clara toma de conciencia respecto de las
propias presuposiciones y los propios prejuicios. Hay que ser
conscientes de las propias prevenciones, para que el texto aparezca
en su alteridad y para que tenga concretamente la posibilidad de
hacer valer su contenido de verdad frente a las presuposiciones del
intérprete». En esencia, las presuposiciones o los prejuicios del
intérprete no deben amordazar el texto, no deben acallarlo. El
un texto sobre todo si dicho texto ha sido objeto de numerosas y
intérprete tiene que ser sensible a la alteridad del texto: éste no es
diversas interpretaciones a lo largo de muchos siglos, lleguemos a
un pretexto para que hable únicamente el intérprete. El intérprete
decir que el autor jamás habría soñado en decir lo que tales
debe hablar para escuchar al texto; debe proponer un sentido tras
interpretaciones ven en el texto. Se afirma tal cosa con objeto de
otro, un sentido mejor y más adecuado que el otro, para que el texto
limitar el valor de dichas interpretaciones: éstas van más allá de lo
aparezca cada vez más en su alteridad, en aquello que es. «Un
que pretendía el autor y, por lo tanto, carecerían de valor. Gadamer,
comprender que se lleve a cabo con conciencia metodológica no
empero, señala con claridad que el autor de un texto es «un
debe
propias
elemento ocasional». El autor no es su producto; y una vez que ha
anticipaciones, sino también a volverlas conscientes con objeto de
sido engendrado, el texto posee una vida autónoma. Así, por
poderlas controlar, funda mentando así la comprensión acerca del
ejemplo, tiene consecuencias sobre la historia posterior, que el autor
objeto mismo que hay que interpretar.» Según Gadamer, esto es lo
no podía prever o imaginar. Estas consecuencias del texto entran en
que «entiende Heidegger cuando exige que el tema de la
simbiosis con otros productos culturales. La historia de los efectos
investigación quede garantizado sobre la base del objeto mismo, a
de un texto determina su sentido cada vez con mayor plenitud. El
través
componentes
intérprete, además, también reinterpreta el texto a la luz de la
preconstitutivos de la situación hermenéutica (predisponibilidad,
historia de sus efectos. Un científico no ve todas las consecuencias
previsión, preconocimiento)». Por consiguiente «no se trata en
de la teoría que ha creado; no las ve porque no puede verlas, porque
absoluto de poner a salvo contra la voz de quien habla desde el
le faltan aquellos elementos de saber que le permitirían deducirlas.
texto, sino, por lo contrario, de mantener alejado todo aquello que
Por lo tanto, no ve el desarrollo histórico de su teoría. Un historiador
pueda impedirnos escucharla de una forma adecuada. Los prejuicios
de la ciencia, en cambio, situado a una relativa distancia temporal
de los que no tenemos conciencia son los que nos vuelven sordos
del descubrimiento de la teoría, ve más y mejor que el creador
ante la voz del texto».
mismo de la teoría. Ve cosas que éste ni siquiera soñaba haber
tender
de
meramente
una
explícita
a
poner
en
elaboración
práctica
de
los
sus
puesto en ella. Y el historiador ve mejor la teoría, asimismo, porque
la ve a la luz de la historia de los efectos de la teoría misma. Lo que
3. Interpretación e historia de los efectos
No es infrecuente que ante determinadas interpretaciones de
hemos dicho de una teoría científica, se aplica a cualquier obra
humana, a cualquier texto. Todo esto nos permite comprender cómo
la distancia temporal que separa al intérprete de la aparición del
pretendida inmediatez con que se coloca ante la obra o el dato
texto no constituye un obstáculo para la comprensión del texto.
histórico, siempre actúa, aunque de forma inconsciente y no
Cuanto más nos alejemos cronológicamente del texto, más
controlada, esta estructura de la historia de los efectos. Cuando
tendremos que acercarnos a él con una comprensión más
nosotros, desde la distancia histórica que caracteriza y determina en
adecuada, ya que se incrementa el grado de conciencia que nos
su conjunto nuestra situación hermenéutica, nos esforzamos por
pone en situación de descartar las interpretaciones equivocadas,
entender una determinada manifestación histórica, nos hallamos
sustituyéndolas por interpretaciones nuevas y más correctas. ¿Quién
siempre sometidos a los efectos de la Wirkungsgeschichte.» Ésta es
interpretó mejor los jeroglíficos egipcios: los antiguos gramáticos
la que «decide anticipadamente acerca de lo que se presenta ante
griegos y latinos, o Champollion? Esto no quiere decir que una
nosotros como problemático y como objeto de investigación». El
interpretación sea válida por el mero hecho de que sea la más
tiempo, por lo tanto, no es un abismo que haya que descalificar
reciente. A la verdad no se le pregunta su techa de nacimiento. Lo
porque «separa y aleja». Lo que importa es «reconocer en la
que se quiere decir es que una interpretación resulta válida hasta
distancia temporal una positiva y productiva posibilidad del
que no tengamos otra mejor y que el crecimiento del saber implica
comprender». Esto lo comprenderemos aún mejor cuando nos
cada vez más la eliminación de aquellos apoyos que otorgan validez
demos cuenta de lo difícil y problemático que resulta interpretar
a una interpretación, y al mismo tiempo la urgencia de formular y
obras contemporáneas o movimientos artísticos contemporáneos.
comprobar la interpretación (que quizás ya había sido expuesta en el
Todavía no han tenido historia, no conocemos sus consecuencias y
pasado y descartada en aquel momento por motivos considerados
su interacción más o menos fecundas con otros acontecimientos de
válidos en dichas circunstancias).
la cultura. La interpretación de una obra se vuelve más complicada
En toda comprensión, por consiguiente, siempre está
presente,
lo
sepamos
(Wirkungsgeschichte).
o
Una
no,
obra
la
historia
engendra
de
los
efectos,
cuando no conocemos la historia de los efectos.
efectos
tiene
consecuencias que el autor no ve y no puede ver, pero que
4. Prejuicio, razón y tradición: Bacon, los ilustrados y los
románticos
determinan aquella situación hermenéutica en cuyo interior el
intérprete interpreta la obra. Gadamer escribe: «La conciencia
histórica debe hacerse consciente del hecho de que, en la
Gadamer es el filósofo de los prejuicios, es decir, de las
ideas que configuran una tradición o cultura. Para dicho autor el
término «prejuicio» no posee un significado despreciativo; equivale a
«únicamente en el período de la ilustración el concepto de prejuicio
«idea», «conjetura», «presuposición». Lo que hoy calificamos de
adquiere la connotación negativa que en la actualidad se le suele
«juicios» mañana serán prejuicios, y los prejuicios de ayer o de hoy
atribuir». Los ilustrados distinguieron entre prejuicios «debido a la
podrán ser los juicios de mañana. Por esto, afirma Gadamer, «los
consideración hacia la autoridad» y prejuicios «debidos a la
prejuicios del individuo son algo constitutivo de su realidad histórica,
precipitación». Que la autoridad sea una fuente de prejuicios
en mayor medida que sus juicios». Según Gadamer, Bacon fue el
constituye «una idea conforme al conocido principio de la ilustración,
que se dedicó a analizar los prejuicios (o ídolo) que aprisionan
que continúa siendo formulado por Kant: ten el valor de utilizar tu
nuestra mente. Gadamer no aprecia demasiado a Bacon en cuanto
propio intelecto». Gadamer señala que «la superación de todos los
metodólogo: «las propuestas que formula son decepcionantes». El
prejuicios, que es una especie de precepto general de la ilustración,
fruto de la labor de Gadamer consiste, en cambio, en el hecho «de
también será considerada como un prejuicio de cuya revisión
haber indagado de manera global los prejuicios que encadenan al
depende la posibilidad de un adecuado conocimiento de la finitud,
espíritu humano y que lo apartan del verdadero conocimiento de las
que no sólo constituye nuestra esencia de hombres, sino también
cosas; de haber llevado a cabo una metodológica autopurificación de
nuestra conciencia histórica». La ilustración, básicamente, afirma la
la mente, que representa más bien una disciplina (en el sentido
contraposición entre fe en la autoridad y uso de la propia razón. Sin
latino) que una metodología estrictamente dicha». En substancia,
duda, «en la medida en que el valor de la autoridad ocupa el sitio
Gadamer opina que es válido el análisis que efectúa Bacon acerca
que le corresponde a nuestro juicio, la autoridad se convierte de
de los idola. Sin embargo, será válido precisamente por motivos
hecho en una fuente de prejuicios». Sin embargo -cosa que tiene su
opuestos a aquellos por los cuales resultaba válido para Bacon.
importancia- «esto no excluye que ella (la autoridad) también puede
Éste, después de haber descubierto los idola, poniéndolos en
ser fuente de verdad, lo cual ha sido ignorado por la ilustración, con
evidencia, afirmaba que había que purgar la mente de tales
su indiscriminada difamación de la autoridad».
elementos. Gadamer, en cambio, defiende que, una vez tomada
conciencia de nuestros idola, debemos someterlos a prueba de
manera incesante, corregirlos e incluso eliminarlos, pero con objeto
de reemplazarlos por otros mejores.
Resulta interesante ver cómo Gadamer muestra que
Los románticos defienden con respecto a la tradición una
postura contraria a la de la ilustración. Gadamer afirma: «Existe una
forma de autoridad que fue particularmente defendida por el
romanticismo: la autoridad de la tradición. Aquello que se encuentra
consagrado por la historia y por el uso está provisto de una autoridad
que ya se ha convertido en universal, y nuestra finitud histórica se
aquel conflicto total que muchos reclaman. «Aunque resulte
define precisamente por el hecho de que incluso lo que se nos
problemática la deliberada restauración de tradiciones o la creación
transmite, y no sólo lo que podemos aceptar racionalmente como
deliberada de tradiciones nuevas, la fe romántica en las "tradiciones
válido, ejerce siempre un influjo sobre nuestras acciones y sobre
arraigadas", ante las cuales lo único que puede hacer la razón es
nuestros comportamientos [...]. El romanticismo considera que la
callar, se muestra igualmente cargada de prejuicios y, en esencia,
tradición se opone a la libertad de la razón, y le atribuye un carácter
profundamente ilustrada. En realidad, la tradición siempre es un
de dato análogo al que posee la naturaleza. Ya sea que más tarde
momento de la libertad y de la historia. Hasta la más auténtica y
se la niegue a través de la revolución, o bien que se la quiera
sólida de las tradiciones no se desarrolla de manera natural, en
conservar, la tradición es considerada como el factor que se opone
virtud de la persistencia poseída por aquello que tuvo lugar en una
justamente a la libre autodeterminación, porque su validez no
ocasión de pasado, sino que requiere ser aceptada, adoptada y
necesita ninguna motivación racional, sino que nos determina de
cultivada. Es, en esencia, conservación, la misma conservación que
forma generalizada y no problemática.»
actúa al lado y dentro de cada cambio histórico. La conservación es
En resumen, ésta es la postura romántica con respecto a la
tradición. Ante dicha concepción, Gadamer señala acertadamente
que «la crítica romántica contra la ilustración no sirve en absoluto
como ejemplo de que la tradición se imponga de manera indiscutida
y obvia, sin que aquello que nos transmite se vea afectado por la
duda y por la crítica. En cambio, posee el sentido de una
autorreflexión crítica que -por primera vez en este caso- regresa a la
verdad de la tradición y trata de renovarla, y que puede llamarse
tradicionalismo».
un acto de la razón, y un acto que sin duda se caracteriza por el
hecho de no ser llamativo. Debido a ello, la renovación -el proyecto
de lo nuevo- parece el único modo de actuar de la razón. Se trata,
empero, de una mera apariencia. Incluso cuando la vida se modifica
de
un
modo
tempestuoso
-por
ejemplo,
en
las
épocas
revolucionarias- en el supuesto cambio de todas las cosas se
conservan muchos más elementos del pasado de lo que se llega a
imaginar, soldándolos con lo nuevo y adquiriendo una nueva validez.
En cualquier caso, la conservación es un acto de la libertad en la
misma medida que la subversión y la renovación. Por eso, ni la
En esencia, en contra de los ilustrados Gadamer pone de
relieve los eventuales derechos de la tradición: y en contra de los
románticos, defiende la fuerza de la tradición racional. Por lo tanto,
Gadamer no cree que entre tradición y razón se dé en absoluto
crítica ilustrada a la tradición ni su rehabilitación romántica llegan a
captar la verdad de la esencia histórica de esa tradición.»
5. LA TEORÍA DE LA EXPERIENCIA
experiencias, y ello, no sólo en sentido general de los errores que
En su obra Verdad y Método, Gadamer comienza con estos
términos la sección que lleva el título siguiente: «El concepto de
experiencia y la esencia de la experiencia hermenéutica»: «En un
análisis de la conciencia de la determinación histórica debemos
pueden ser corregido, sino en el sentido de que se trata de algo
orientado esencialmente hacia una continua confirmación y se
convierte en necesariamente distinta de la que era, si carece de
dicha confirmación (ubi reperitur instantia contradictoria).»
tener muy en cuenta el hecho de que posee la misma estructura que
Gadamer recuerda que Aristóteles compara con un ejército
la experiencia.» ¿Qué se debe entender por «experiencia»?
que huye las múltiples observaciones que efectúa un observador.
Gadamer responde: «Aunque resulte paradójico, el concepto de
«También las observaciones son huidizas, pero cuando en esta
experiencia es uno de los menos claros que poseemos. Debido a
huida general determino la observación halla una reiterada
que, en la lógica de la inducción, posee una función de guía para las
confirmación, entonces se convierte en permanente. Aquí se
ciencias positivas, ha acabado por quedar encerrado dentro de
produce una detención en la huida general. Si a onu detención se
esquemas gnoseologistas que parecen mutilar su contenido
añaden otras, ordenándose a su lado, todo un ejército de los
originario.» Una vez más, se plantea la pregunta: ¿cuál es el
fugitivos acaba por detenerse y vuelve a obedecer al único
contenido originario de la experiencia?
comandante. La unidad del mando traduce aquí en imágenes lo que
Ante todo, según Gadamer, es evidente que en la estructura
de la experiencia se da lo siguiente: «Que la experiencia sea válida
hasta que no se vea contradicha por una nueva experiencia (ubi non
reperitur instantia contradictoria) es un dato que caracteriza de
manera obvia la naturaleza general de la experiencia, tanto en el
significa la ciencia. La imagen se propone mostrar cómo, en general,
puede llegarse hasta la ciencia, hasta la verdad universal, que no
puede depender del azar de las observaciones, sino que debe ser
válida para una real universalidad ¿Cómo, sin embargo, podrá dicha
universalidad surgir de la accidentalidad de las observaciones?»
caso de su organización científica en sentido moderno, como en la
Gadamer afirma lo siguiente: «Si se piensa -como hace
experiencia común que posee el hombre desde siempre.» Somos
Aristóteles- la esencia de la experiencia únicamente con referencia a
una Vorverständnis formada por Vorurteile, y estos prejuicios pueden
la ciencia, se simplifica el proceso a través del cual se constituye. La
tropezar con instancias negativas; tales choques (en esencia,
imagen describe este proceso, pero lo describe con base en
contradicciones) son los que constituyen la experiencia. «En esto
presuposiciones simplificadoras que no son válidas: ¡como si lo
reside
típico de la experiencia fuese aparecer en sí misma exenta de
la
básica
apellina
de
la
experiencia
hacia
nuevas
contradicciones! Aristóteles presupone que en la huida de las
aquel sobre el cual se lleva a cabo una experiencia, sino que debe
observaciones existe algo en común, que llega a la estabilidad y que
poseer unas características que mediante dicha experiencia
se despliega en tanto que universal; para él, la universalidad del
permitan que se adquiera un saber más adecuado acerca de él, y
concepto es un prius ontológico. Lo único que a Aristóteles le
además, acerca de aquello que antes se consideraba que se sabía,
interesa en la experiencia consiste en la contribución de éste a la
es decir, acerca de algo universal. La negación en virtud de la cual
formación del concepto.» Si se considera en estos términos la
sucede esto es una negación determinada. Este tipo de experiencia
experiencia únicamente en vista de su resultado, según Gadamer se
es lo que denominamos "experiencia dialéctica".»
ignora por completo su auténtico proceso. «El proceso de la
experiencia, esencialmente, es un proceso negativo. No resulta fácil
de describir como formación no discontinua de universalidades
típicas. Dicha formación se desarrolla más bien a través de un
6. Gadamer y la «experiencia dialéctica» de Hegel
Según Gadamer, la experiencia auténtica es siempre una
proceso en el que las generalizaciones se ven continuamente
experiencia
contradichas por la experiencia, y algo que se consideraba como
esperábamos, es la contradicción de uno de nuestros Vorurteile.
típico llega a perder dicho carácter. Esto se pone de manifiesto en el
Gadamer llama «experiencia dialéctica» a este tipo de experiencia y
lenguaje, cuando hablamos de experiencia en dos sentidos
se remite a Hegel.
diferentes: por un lado, están las experiencias que se introducen de
manera ordenada en nuestras expectativas, y por el otro está la
experiencia que uno "hace".» Esta última, que es la auténtica
experiencia, es siempre una experiencia negativa. «Cuando decimos
que hemos tenido determinada experiencia, nos referimos a que
hasta ahora no habíamos visto correctamente las cosas, pero ahora
sabemos mejor cómo son. La negatividad de la experiencia posee
un sentido peculiarmente productivo. No es una mera ilusión que se
reconoce como tal y que es corregida, sino la adquisición de un
saber de gran alcance. No puede ser un objeto particular cualquiera,
negativa:
es
la
contradicción
de
aquello
que
El punto de referencia para este aspecto dialéctico de la
experiencia ya no es Aristóteles, sino Hegel. En éste la historicidad
ve reconocidos sus derechos. Hegel considera la experiencia como
el escepticismo en acto. Hemos visto que la experiencia que uno
tiene hace que cambie todo su saber. En rigor, nunca se puede tener
dos veces la misma experiencia. Sin embargo, es característico de la
experiencia el quedar siempre confirmada una vez más. Sólo se
adquiere mediante la reiteración. En cuanto experiencia repetida y
confirmada, empero, no es algo que se tenga otra vez. Cuando uno
ha tenido determinada experiencia, se entiende que la posee. Ahora
está en condiciones de prever aquello que antes no podía esperarse.
entender por qué la forma en que Hegel aplica sus conceptos a la
La misma cosa no puede convertirse nuevamente en objeto de
historia -considerando a ésta como resuelta conceptualmente dentro
experiencia, en este mismo sentido. Sólo algo diferente, inesperado,
de la autoconciencia absoluta de la filosofía- no hace justicia a la
puede producir en aquel que posee la experiencia una nueva
conciencia hermenéutica. Aquí se piensa que la esencia de la
experiencia. De este modo, la conciencia que tiene experiencia se
experiencia como una anticipación con respecto al modelo de un
invierte, vuelve a sí misma. Quien ha tenido la experiencia misma, se
momento en el cual la experiencia se ve superada. En efecto, la
ha convertido en experto, en persona que tiene experiencia. Esto
experiencia como tal jamás podrá ser ciencia. Se encuentra en una
quiere decir que ha adquirido un nuevo horizonte, en cuyo interior se
oposición irreductible con respecto al saber y a la adquisición de
colocarán ahora las cosas que se transforman en objeto de
saber que se halla en conexión con la universalidad teórica o
experiencia para él.
técnica. La verdad de la experiencia siempre contiene una referencia
Por todo esto, se explica que Gadamer considere a Hegel y
su Fenomenología del espíritu como un importante punto de
referencia. En esta obra su autor muestra cómo la conciencia, que
quiere hacerse consciente de sí misma, tiene sus experiencias.
«Según Hegel, la experiencia posee la estructura de una inversión
de la conciencia, y por esto es un movimiento dialéctico.» Debido a
ello, en opinión de Gadamer, «la descripción de la dialéctica
hegeliana de la experiencia capta un aspecto verdadero de su
realidad».
a nuevas experiencias. Por eso, aquel a quien calificamos de
hombre experto no es únicamente alguien que se ha convertido en
tal a través de experiencias realizadas, sino que se halla además
abierto a otras experiencias. La plenitud de la experiencia, el ser
completo del que es experto no consiste en el hecho de que él lo
sepa ya todo, y mejor. Por el contrario, el hombre experimentado
aparece como alguien esencialmente no dogmático, como alguien
que ha realizado tantas experiencias y que luí aprendido tanto de la
experiencia, que se encuentra particularmente capa citado para
tener nuevas experiencias y para aprender de ellas. La dialéctica de
Aunque las cosas sean así y admitiendo que la dialéctica
hegeliana de la experiencia capta un aspecto verdadero de ésta,
la experiencia no tiene su culminación en un saber, sino en aquella
apertura a la experiencia que es resultado de la experiencia misma».
Gadamer se siente obligado a poner el acento sobre la diferencia
que existe entre la autoconciencia absoluta (a la cual, según Hegel,
debería conducir la dialéctica de la experiencia) y la conciencia
hermenéutica. En efecto, con base en lo ya dicho, «podemos
De todo esto se deduce que nos encontramos frente a
«aquella experiencia que siempre hay que adquirir y que nadie se
puede ahorrar. Experiencia significa aquí algo que pertenece a la
esencia histórica del hombre. Aunque puede constituir un objetivo
aquello que es en determinado momento, sino comprender que toda
específico de la preocupación educativa, por ejemplo, la de los
expectativa y todo proyecto de los seres finitos es algo finito y
padres con respecto a los hijos, el propósito de ahorrar a alguien
limitado.»
determinadas experiencias, la experiencia como tal en su conjunto
no es algo a lo que uno pueda substraerse. En este sentido, implica
obligadamente una multiplicidad de desengaños, y sólo a través de
éstos podrá ser adquirida. El hecho de que la experiencia en este
sentido
indique
de
forma
predominante
algo
doloroso
y
desagradable no es indicio de un matiz pesimista del término, sino
que se halla ligado directamente a su esencia misma. Bacon ya
había enseñado que sólo a través de las instancias negativas se
puede llegar a una nueva experiencia. Toda experiencia digna de
ese nombre viene a perturbar una cierta expectativa. Como
consecuencia, el ser histórico del hombre contiene en calidad de
momento esencial una negatividad fundamental, que sale a la luz en
la relación que se establece entre experiencia y prudencia».
En este sentido, la auténtica experiencia es aquella que
permite al hombre hacerse consciente de su propia finitud. «En ella,
la capacidad y la autoconciencia de su razón proyectiva halla su
propia frontera. Se llega a descubrir que no es más que pura
apariencia el que todo se pueda modificar o anular, que cada
momento sea el apropiado para cualquier cosa, que todo vuelva en
cierto modo. Quien se encuentra dentro de la historia y actúa en ella,
por el contrario, tiene continuamente la experiencia del hecho de que
nada vuelve. Reconocer aquello que es no significa aquí reconocer
En consecuencia, la experiencia es una experiencia de la
finitud humana. «Experimentado, en el sentido más auténtico del
término, es aquel que se muestra consciente de tal finitud, que sabe
que no es dueño del tiempo y del futuro. El hombre experimentado
conoce los límites de toda previsión y la inseguridad de todo
proyecto.»
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