EL SIGNIFICADO DE LAS RELACIONES DIPLOMATICAS CHINA-COSTA RICA Pablo Rovetta El anuncio de que Costa Rica ha decidido romper sus relaciones con Taiwán y reconocer a la República Popular China es un gran éxito diplomático del gobierno de Beijing, puede producir un “efecto dominó” entre los pocos Estados que aún reconocen a la llamada “República de China” y marcar así el comienzo del definitivo aislamiento diplomático del gobierno de Taipei. Varios son los factores que hacen que la decisión del gobierno costarricense sea mucho más importante y vaya más allá de un mero hecho diplomático. Es un acontecimiento muy importante para China –y cuando hablamos de China nos estamos refiriendo a una potencia con un peso cada vez mayor en la economía y política del mundo- y en cierta medida también para el mundo de habla hispana. No olvidemos que de los 24 Estados que aún reconocen al gobierno de Taipei, exactamente la mitad están en América Latina y el Caribe, y en siete de ellos se habla español. Es necesario recordar que el origen de esta guerra diplomática entre Beijing y Taipei se remonta a 1949, cuando después de años de guerra civil el Partido Comunista de China alcanza la victoria y establece la República Popular China con Beijing como su capital. Las tropas derrotadas del Kuomintang se refugian en la isla de Taiwán, donde establecen la sede de lo que llaman “República de China”. El caso de Taiwán y el gobierno de Beijing no es, pues, un conflicto separatista o independentista como los que hemos visto recientemente y aún se ven principalmente en Europa central y Asia, sino que se ha tratado siempre de la lucha de dos Administraciones –Taipei y Beijing- por obtener el reconocimiento como gobierno legítimo de un territorio que ambas reconocen por igual como China. En el contexto de la guerra fría que vivía el mundo a finales de los años cuarenta, el gobierno establecido en Taipei obtuvo el apoyo de la inmensa mayoría de los países del mundo –con Estados Unidos a la cabeza- y de los principales organismos internacionales, mientras que el gobierno de Mao Zedong fue reconocido por el llamado bloque socialista, algunos países del norte de Europa y unos pocos países independientes del llamado Tercer Mundo. Mao tuvo que esperar hasta 1971 para obtener su primera y gran victoria diplomática al reconocer las Naciones Unidas a su gobierno como el único legítimo de China y expulsar de la ONU a los representantes de Taiwán. Tuvieron que pasar muchos más años, sin embargo, para inclinar definitivamente a favor de la República Popular esa batalla diplomática, con el reconocimiento de Beijing en 1978 por el gobierno de Estados Unidos. A pesar de los años pasados, sin embargo, el gobierno de Taipei se sigue aferrando a un grupo, cada vez más reducido, de Estados que aún le reconocen y que evitan que su derrota diplomática sea 100 por 100 una realidad. De los 25 estados que aún reconocían a Taiwán hasta el pasado 1 de junio, hay dos casos de especial trascendencia. Uno es el Vaticano y el otro era el caso de Costa Rica. El reconocimiento final del gobierno de Beijing por parte del Vaticano es un tema de tiempo, paciencia y discreción, elementos que tanto el Vaticano como los chinos saben manejar a la perfección. El caso de Costa Rica ya se ha resuelto a favor de Beijing y la importancia del paso dado por el Presidente Arias radica en que: - Costa Rica tenía una tradición de relaciones con el gobierno del Kuomintang que se remonta al año 1941. - Costa Rica puede ser considerado –por su tradición democrática, y su prestigio regional e internacional- como el más importante y relevante de los países que aún mantienen lazos diplomáticos con Taipei, cuya lista ajuntamos al final. - Costa Rica se transforma, con este paso, en el único país de Centroamérica que en la actualidad mantiene relaciones diplomáticas con el gobierno de la República Popular. No es el primero, ya que Nicaragua sí llegó a romper sus relaciones con Taiwán en 1985 durante el primer gobierno Sandinista, pero éstas luego fueron restablecidas durante el gobierno de Violeta Chamorro en 1990. No sería pues extraño que el paso dado por el Presidente Arias produzca un efecto dominó en la región, que tendría consecuencias definitivamente nefastas para las intenciones de Taipei de seguir manteniendo cierto prestigio internacional. Los Estados que aún reconocen el gobierno de la “República de China” en Taipei son: Belice República Dominicana El Salvador Guatemala Haití Honduras Nicaragua Panamá Paraguay Saint Christopher y Nevis Santa Lucía San Vicente y las Granadinas El Vaticano Burkina Faso Gambia Malawi Santo Tomé y Príncipe Swaziland Kiribati Tuvalu Islas Marshall Nauru Palau Islas Salomón