La situación en el frente oriental

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SEGUNDA EDICION-PAEA MADRJT)
L L U CORRESPONDENCIA DE ESPADA
AÑO LXVI.—NÚM. 21.039.
Ediciones Mañana, Tarde y Noche.
Madrid.—Domingo 19 de Septiembre de 1915.
SIGUEN EN FRANCIA Y ALSACIA LOS DUELOS DE ARTILLERLá.
La situación en el frente oriental
l o s BAKANICOS
N o se ha coafirmado la noticia de la moví,
lizaeión de Rumania. Tampoco se ha confirm a d o el rjumor, propalado en Francia, Rusia,
i t a l i a é Inglaterra, de que un enorme ejército
austroaJemán se proponía invadir Serbia p a r a
iuego, pasando por Bulgaria, socorrer Cons*antinopla. E s cierto, sin duda, que hay concentraciones m á s allá de la línea KaransebesBrasso, al Sudeste de Hungría. Karansebes
* s una localidad que se alza en las orillas del
iTamesc superior. Tiene estación sobre ed ferrocarril Temesvar-Orsova. Su posición, á 8o kilómetros de Orsova, es decir, del Daniíbio,
parece muy estratégica. Brasso es un burgo
situado á menos de cinco leguas de la fron•tera rumana, por la zona de Predeal. NaturaltSfcnte, la acumulación de grandes fuerzas en
dicho sector señalaría el propósito d e penet r a r en Serbia por el distrito de Negotin y de
amenazar, de paso, á los rumanos, vigilando
los movimientos de aquellas de sus divisiones
escalonadas á lo largo de las vías férreas de
Craiova y Bucarest. Algfunos críticos milita• ^ s opinan que los serbios .podrían defender
victoriosamente la comarca de Negotin, no
obstante ser su anchura, solamente, de unas
- diez leguas, porque se trata de un país montaik)so y laberíntico, desiprovisto de caminos y
m u y aprovechado militarmente por el Valvoda
Putnik. Las trincheras y los fortines abundan
en él, y como los serbios tienen buena artillería y bastantes municiones y saben hacer eficazrtiente—ya. lo aprendió Potiorek á su costa
«n Rudnik—la guerra de montaña, el empu. ¡jón frontal sería de resultado muy dudoso. Si
•al cabo el Kaiser decide acudir en auxilio de
l o s ttircos, cuya asombrosa resistencia está á
tJUnto de flaquear á causa de irregularidades y
•escaseces en el municionamiento, tal vez ord e n e , al mismo tiempo que la invasión p>or
¡Negotinj una diversión por Eelgrado ó d Drin a que obligue á los serbios á dividir sus
ba^aÜones.
Los búlgaros sigueni chalaneando, y se
entienden con unos y con otros, probando
^ u e todo k> sacrifican á su interés del momento. Practican, el esterna d e k neutralid a d conquistadora, según la fdiz frase del
jjoutital de Geneve. H a n tomado lo que les daban sus vecinos del Sur, haciendo constar
<lUp con ello no se comprometen á nada, ó
**a, que si los aliados les hacen proposiciones ventajosas, atacarán á Turquía, no obstante su regalo de hoy, crecido, sLa duda,
p e r o de poca importancia si se le compara
•con él logro de las reivindicaciones macedónicas.
. Los rumanos continúan negándose á permit i r d paso por su territorio de trenes militafes destinados á Turquía. Y Austria, furiosa,
s e veagfa ejerciendo contra ellos represalias
i d e orden- económico.
^ g ú n • día será escrita la historia de la»
vacilaciones rumanas. Hoy se sabe acerca de
ellas lo que sigue:
Al comienzo d e las hostilidades celebróse en
SMiaia, bajo la presidencia del Rey Carlos de
«ohenzollern, un Consejo, ,al que asistieron
.*os ministros y los jefes de los partidos de
oposición; El anciano Monarca propuso á
(Unos y á otros le autorizaran para declarar
>Ja guerra á Rusia é invadir la Besarabia. Dijo
q u e teiiia hecho u n pacto secreto con el Kaiser, y que había dado «su palabra de honor
de Hohenzollern» de que lo «umpliría. Todos
los ministros y todos los jefes del partido habUroQ sucesivamente. S b haberse puesto de
•«cuerdo contestaron que Rumania no podía
w^idar á los Imperios centrales, porque var i o s millones d e rumanos viven irredentos en
l a Transilvania, la Galitzia, la Bukovina y el
B a n t t o , porque el sentimiento nacional era
.Tusáfilo y porque los pactos secretos h e d i o s
p o r Reyes, n o pueden obEgar, en el siglo X X ,
f«' los pueblos. Carlos de Hohenzollern debió
designarse. Pooo después moría.
Eti octubne, Rusia envió una nota á R u m a n i a . Ern ella lai autorizaba para que, á cambio
d e au neutralidad, se anexionara los países
aostnohúngaios habitados por r u m a n o s , con
l a condición de que se apoderase de los mis**ff» a n t e s del fin de la campaña.. Rumania
pidñó precisioaes. Transcurrió el invierno sin
^Oe "esas precisiones Regaran. Indudiablemen^ Rusia temía dlescontentar á los sertños.
*ía» Bratíano, aunque veía q u e k e mosoovt.
*•* e s t a b a n ya en las llanuras de H u n g r í a ,
•*> *e movió. Deseaba saber á q u é atenerse.
•* L a gram ofensiva aitstiroalemana h a hecho
q u e Rusia se a v e n g a á prometer á Rumania
cuaoito éstet solicitaba. Se h a a c o r d a d o q u e
*i los aliados vencen, las nuevas fronteras de
Romaima seaa delimitadas p o r el P r u t h , el
I>aa6b¡o y el Theiss. L a pequeña nación do^'i&rá casi, si cosisigue k» que ansia, su exteo•idn t a m t o r i a l , y a t incorporará varios nüllo< * e s ^ h e r m a n o s áe. r a z a .
¿ C u á n d o intervendrán los r u m a n o s ? N o
h a n fijada £ecb& Ckréese e n las cancillerías
q u e J o b^irán, bien c u a n d o los búlgaros se
pro^i»qciien dffinilivanMrte ó s e deoidain i
P«nna!MÍ]ér ú e m p r é nóitrajes, y a c u a n d o ,k>s
iDucdanelos sean forzados ó ASÍ q u e d ejércit o d a Ziar suspenda su replwgue y dé mues-
tn»>d» pppaddad ofensivo.
Bulgairia juegai un juego muy aventurado.
Quiere contontar á todos y n o unirse á ninguno. Considera su 'neutralidad como precios a , y pide á cambio de ella concesiones que
sólo ganaría, efectivamente, a y u d a n d o con su
ejército á uno de los grupos die Potel^cias.
Venilzelos es dueño aibsoluto de l a situación
e n Grecia. E s t a naciór» tiene u n T r a t a d o de
alianza con Serbia, y en él se ha comprometido á socorrerla si Bulgaria la ataca. Se afirma que el Kaiser h a pedádo al Zair de los
búlgaros acometa á Serbia d e flanco. Y se
afirma también que el Z a r d e los búlgaros se
ha negado. E s posible que la lactitud resuelt a de V'enizelos haya influido m u c h o e n decisión tan cuerda.
En el frente italiano
Comunicado oficial.
ROM.A, 17. (Oficial.) Se confirma q u e
nuestro raid del día 14 causó graves daños en
las obras de defensa enemigas en las posiciones que dominan la cuenca de Prevena.
En el alto Cordevole cañoneamos y dispersamos una columna que iba de Varda hacia Corvara.
En el valle de Pontebbana un reconocimiento encontró un destacamento enemigo, atacándole y obligándole á huir, haciendo 17 prisioneros.
En el Carso cañoneamos eficazmente las columnas enemigas cuyas tropas iban en carricoches.
En razón á la presencia de numerosos trenes en las estaciones de Nabresina y Santa
Croce, en los ferrocarriles de Trieste, ha sido
bombardeada la línea por uno de nuestros
aviadores, causando destrozos.
Un avión enemigo arrojó bombas sobre una
dependencia sanitaria en Begliano, no causando daño aüguno.
la guerra en el aire
Aeroplanos destruidos.
L O N D R E S , 17. Desde d último comunicado del 9 de septiembre, ningún cambio de
situación en nuestro frente.
Una actividad considerable en la arrilleria
se ha manifestado en nuestro frente, particularmente al Sudeste de Armentieres y en los
alrededores de Ipres.
Tres aeropdanos alemanes han sido derribados en los cuatro últimos días. Dos de ellos
cayeron en las líneas alemanas, el tercero, cazado por uno de nuestros pilotos, cayó en
nuestras lineas. El piloto y el observador quedaron muertos.
Durante la semana transcurrida, veintiún
combates aéreos se han efectuado por encima
de las lineas alemanas. En once casos los
aviadores enemigos se han visto forzados á
aterrizar.
El 10 de septiembre nuestra artillería, ajnid a d a por un aero que regularizaba el tiro,
bombardeó dos globos de observación al
Este de Ipres.
U n o de estos globos hizo explosión y el o t r o
fué desinflado y llevado.
En los Balkanes
El Rey de Bulgaria.
S O F Í A , 17. El redactor (Ío\ diario socialista búlgaro NM'od ha interviuvado al Rey
Fernando, que se declaró ardiente socialista y
enemigo de las clases burguesas.
— H e tenido que defender á los burgueses
ante el Rey—ha dicho el Presidente.
Ei Rey hizo juicios desfavorables sobre
Guechof y I>anef, cuyas faltas pesan todavía
sobre seis millones de búlgaros.
El Soberano se declaró satisfecho al saber
que los socialistas búlgaros eran rusófijos,
contestando el Presidente que ellos n o son ni
rusófilos ni austrófiílos, persiguiendo únicamente la lucha de clases.
Los socialistas griegos.
A T E N A S , 17. El partido socialista griego
ha adoptado los puntos de vista de su jefe y
fundador Draculis, y ha publicado un manifiesto declarando que la victoria de los Imperios centrales ó una paz prematura serian
perjudiciales para la nación griega, insistiend o en que el Gobierno abandone su neutraüidad y se ponga al lado de l a s PotetKias del
Cuádruple Acuerdo.
Preparativos austríacos.
B U C A R E S T , 17. Los preparativos militares siguen con actividad en la frontera á todo
lo largo del Témese.
Los húngaros han escalonado tropas numerosas sobre la cadena de montañas que v a de
P r a h ó r a á Burén.
Los austríacos continúan cavando trincheras.
Dicen que se trata de simples precauciones
defensivas.
Un discurso de lord Kitchener
En la Cámara de los Lores.
L O N D R E S , 17. Lord .Kitchener, én
la
<ffiiscuaTso pronuaiciado e n la Cámiara de los Lo« 8 , h a d a d o u n a referencia dtetallada d e la
situadóni militar desde F r a n c i a á Mésopota-
.inMk No refiere hedhos nii«viw «m nr <fi«cur-
s o ; peno el estudio que hace de la situación
e n Rusia, dando su opinión optimista, en lo
que se refiere al teatro oriental de la g u e r r a ,
es muy interesainte.
Todos los periódicos publican hoy el texto
íntegrx> de este discuinso del ministro de la
Guerra inglés, de! que os envié aj-er un extracto.
Dicte así:
«El número de cañones de grueso calibre—
h a dicho—ha aumentado oonisiderablcmente
en las líneas inglesas.
Los alemanes se sirven de g a s e s , d e fueg o líquido, de proyectiles con maiterias a s fixiantes; pero estos procedimientos de a t a que han perdido mucha eficacia porque les falt a y a el elemento sorpresa con que antes
contaban, á consecuencia de las medidas
adoptadas p a r a contrarrestar sus efectos.
Once divisiones d d nuevo ejército h a n sido
ya cnváadas p a r a íieforzar á las tropas del general French, que de este modo han podido
encargarse de algunas lineas que e s t a b a n antes en manos de los ingleses.
Nuestras tropas han podido extendter su
frente 17 millas e n Francia.
Los franceses han mantenido sin el .menor
esfuerzo su larga línea de defensa dúrainte el
verano último, y en algunos parajes, primcipalmente cerca de Arras y e n Alsacia, han
realizado serios progresos de g r a n importancia. Poseen en estos momentos cerca de Arras
un espacio dte temreno die un valor estratégico
extraordinario para operaciones ulteriores.
E n Alsacia, oimas de verdadera importancia
han sido a r r e b a t a d a s al enemigo y conservadas á pesar de violentos contraataques. Una
de esas oLmas qtie domina la orilla izquiierda
del Rhiii, después de haber sido escena continua de encuentros y de luchas, ha quedad o al fin en manos dé los franceses.
Las trincheras francesas consisten hoy en
u n a ser'.- no Interrumpida de fortificaciones
magníficas, inexpugnables- Esta es una cosa
de la qtue yo mismo he podido d a r m e cuenta
e n mi último viaje al írLn:>i, inaí,tado p o r el
generalísimo Joffre.
Durante e s t a visita me he sentido profundamente imprestornado muchas veces atrrte la
preparación perfecta y la moral excelente de
los ejércitos franceses. Todos los oficiales y
todos los soldados franceses saben perfectamonl» que eJ único medio de terminar la guer r a es el de causar una completa derrota al
enemigo, y su decisión de realizar esa o b r a
necesaria y magnífica nunca fué más fuerte ni
soj voluntad más enérgica y firme.
Los a\iadores fra'nceses se han mostrado
don singular actividad. Han realizado n u m e rosos «raids", muy eficaces en gran escala,
y h a n penetrado mucho en territorio enemigo.
Pocos episodios de la guerra se destacarán
de modo t a n saliente como el hecho que constituye la admirable nia.ncra de distribuirse las
tropas rusas en 750 millas y su dirección, al
mismo tiempo que tenían q u e hacer frente á
los a t a q u e s de un enemigo muy superior, no
sólo por el n ú m e r o de combatientes, sino por
s u s cañones, municiones y otros elementos
de combate.
Las espléndidas cualidades g u e r r e r a s del
soldado ruso han permitido á sus jefes efect u a r esta operadión dificilísima de nna r e t i r a ,
da, cubriendo de 100 á 200 millas de terreno,
sin permitir al enemigo abrir brecha en ning ú n punto.
Los alemanes parece que h a n alcanzado el
máximo del éxito. Su avance momentárveo al
interior de Rusia, que alcanzó á una pnoporoión de ocho kilómetros por dia, h a quedado
reducido á menos die dos.
A las tropas que dicen haber derrotado,
diezmado y hecho huir ante ellos la* vemos
siempre en pie firme, combatiendo con éxito
e n toda la línea, rechazando de algunas plaz a s al invasor del territorio y causándole
enormes jaérdidas.
El ejérciito ruso no está fuera de combate,
como esperaban los a l e m a n e s ; a n t e s aJ contrario, consitituye una poderosa fuerza ofensiva.
El entusiasmo que h a producido la decisión
del Zair d e tomar el mando de sus ejércitos,
concentrará la energía de sus tropas e n la
t a r e a dte arrojar al invasor y de impedirle
alcanzar u n a p a r t e vital cualquiera del Imperio.
Hacia fin de mayo, Italia s e unió á los aliad o s y comenzó activamente las hostilidades.
Merced 4 u n a serie de operaciones rápidas y
brillantes de la infantería, los ejércitos italianos han obtenido la intervención militar en
t o d a s l a s fases principales en lo» Alpes, e n
C a m i ó l a y en las fronteras del Trentino, neutirhJizando d e este modo las ventajas estratégicas y gec^ráficas que h a s t a entonces estab a n e n posesión d d enemigo. La ocupación
de Monte-Nero constituye u^n brillantlsismo
hecho d e a r m a s . La artállería italiana h a sido
magnífica desde los oqmienzos d e las hostilid a ( ^ s , y la nvanei:a can que s u s soldados h a n
elevado las piezas h a s t a las citnas m á s elev a d a s é inaccesibles provocsL l a admiración
-univemál.
Bajo la dirección de s u Rey, asistidb del
.«[«neral Q a d o m ^ , el ejército italiano ocupa
hoy} posiciones estraitiégicas d e .guain Jtn{>or«
tabeiaba
H a b l a n d o d e los Dardanelo», r e l a t a lord
Ktichener las operaciones, y después de record a r la pairtdcipaoión brillante d e lais tropas
írancosas e n el combate librado cerca de
Krithiü, e n donde desplegaron sus magníficas cuiadidades guerreras y su bravura habitual, lord Kitchener continúa diciendo;
«No es fáoü d a r s e cuenta e x a c t a de las
enorntes dificultades á que han hecho frente
n u e s t r a s tropa* e n ios Dardanelos, demostran.
d o en cada instante una tenacidad y una resistencia admirables. Siim e m b a r g o , tenemos
actualmente pruebas amplias de que la desmoralizaoLón h a penetrado en las filas enemigas, debido sin. duda á sus enormes pérdidas
y á la debilidad y escasez de sus recurrsos.
De todos modos, debemos admitir, desde el
puinto de vista humanitario, que los procedimientos dfe guerra d e los turcos ison superior e s á los d e los alemanes.»
Llamamiento de la reserva territorial.
P E T R O G R A D O , 17. Un ukase imperial
ordena el llamamion.to de la reserva de los
ejércitos territoriales, encargando a] Senado la
tarea de fijar las condiciones en que ha de da
hacerse ese llamamiento.
Las bajas austríacas en Tamopol.
A M S T E R D A M , 17. Se sabe que llegan á
Lemberg incontables austríacos heridos, procedentes de Jos alrededores de Tarnopol.
Las pérdidas de los austríacos, en esos,parajes stdamente, se calculan en 20.000 hombres.
Una amnistía.
ROM.A, 17. Dícese, por noticias de origen autorizado, que el Zar ha concedido u n a
amnistía general para todos los condenado*
por dditos políticos.
Según, las estadísticas, el número de estos
condenados, extendidos por el mundo, se eleLord Kitchener se felicita de los resulta- va á varios centenares de millares.
dos obtenidos por las tropas inglesas en Mesopotamia. A pe^ar de las condiciones climatéricas extraoríliinariamente desfavorables, Jas
Impresiones de un yanqui.
orñllas del Eufrates han oslado limpias de
NUEVA Y O R K , 17. El eminencc profeememigxjs e n una extensión de cerca de 60
sor yanqui John Sülver h a regresatlo después
millas.
El ministro de la Guerra recuerda la con^ de una larga estancia de meses que ha p a s a d o
quista rápida del Oeste africano por el ge- en caisa dfel embajador de los Estados Unido»
en Vi en a.
neral Botha.
De su x'iaje trae la impresión de que .Aus«Las operaciones—^añadió—continúan actualmen'te on la frontera del Este africano-» tria e>s una nación vencida.
«Los austríacos—dice—se hallan desalentar
dos y abonrecen la dominación aJemana.
No s o n h o s t í k s á los Estados Unidos, e s La situación, juzgada por los ingleses.
pecialmente después del torpedeamiento d d ,
L O N D R E S , 17. El Times dice que los crí- «Lusitania», que consideraron como mn a t a ticos militares no tratan de atenuar los efectos que hecho sin provocación y desprovisibo d »
del ataque de caballería, dirigido iK>r Below «ealLmiento humano.
Acogen con poco interés las noticias de l a
contra la vía férrea de Dwinsk á Vilna, pero
hacen notar que las tentativas de los alema- guerra, incluso los p a r t e s dando cuenta del
nes para abrir una brecha en Jos ejércitos viictorfas alemanas contra los rusos. H a n llerusos darán por resultado el establecimiento gack> al punto de mostrarse indiferentes.
El país se derrumba bajo ki tensión de la
de un saliente peligroso para los alemanes,
que los moscovitas sabrán aprovechar proba- g u e r r a .
blemente.
Desde laí primeras hostilidades, Aleroaniai
Las fuerzas alemanas de Svientsiany y las envió sus generales para dirigir la c a m p a ñ a
que ocupan la orilla derecha del Vilia están ausitriaioa'.
Actualmente, u n solo general austuíaco
separadas por im gran espacio. Anites de poder amenazar directamente á ViJna, tiene el mainda un Cuerpo de ejército. Es en el flanco'
enemigo que forzar el paso del Vilia y el de Sudrs;(", el general Pflanzer.
Par,'i demostrar d tono de dominación que
muchos riachuelos.
han
tomado los alemanes en Austria, el profeLa ofensiva enemiga puede molestar las posiciones rusas de Uciani. Quizá intente todavía sor John Silver cuenta un incidente que s e
llegar con uno ó dos Cuerpos de ejército desarroltó en un café de VienaUn yanqui haUaba en inglés con un oficial
hasta el camino principal, paralelo á la vía férrea Vilna-Dwinsk. Pero no podrá intentar austríaco. A los pocos minutos un jefe alemán
tales operaciones sin exponer gravemente á se presentó, interponiéndose entre ambos interlocutores, y encarándose con el oficial aus«
s u s fuerzas posteriores.
E s posible, en fin, que los alemanes traten triaco, le dijo:
— ¿ P o r qué haWa usted en e] idioma de
de formar un poderoso cordón de tropas en la
región cubierta de bosques y de lagos, entre nuestros enemigos? Vuestro patriotismo h a
Podbrodzie y Dwinsk, para afirmar su seguri- debido impedirlo.
Ante este exabrupto, d oficial austriaco,
dad en Li región del Báltico y cubrir coa la retaguardia el ejército de Below, que opera con- indignado, pasando la m a n o por las cru<;es
que adornaban su pecho, respondió;
tra Riga.
— E s t a s cruces demuestran mi patriotismo..
P a r a este último objetivo, es igualmenite
Y dio al oficial alemán un puñetazo en la
necesario á los alemanes ocupar la orilla izsudo.
quierda del Dvina, Por eso se explica la mar- cara que lo hizo rodar por d
Austria por dentro
Los rusos
cha de Hindenburg ád Oeste al Sudoeste, hacia Dwinsk, mientras que atrincherados en el
lago Tisiein, donde han establecido un sólido
puinto de apoyo, otros Cuerpos alemanes se
esfuerzan en rodear el ala derecha de los rusos en Jaoobstadt.
En la región de Skydc y de Mossy, el enemigo no ha logrado realizar su unión con
von Eichhorn, el cual avanza por la orilla
derecha d d Niemen, ni con von Schoátz. que
marcha por la orilla izquierda. Se considera
poco probable que lo consiga antes de que
l a s retaguardias rusas hayan efectuado su retirada m á s lejos, hacia d Este.
Al Oeste de Sarny se libra una batalla,
pues esta plaza es indispensable para la unión
de los alemanes del Sudoeste con el ejército de
Mackensen.
Pero la cakla posible de Sarny no se considera de gran gravedad, porque los rusos
podrían ocupar todavía dos líneas hacia atrás.
Además, si apareciese amenazada toda la línea Rowno-Baranovici, los rusos podían inutilizarla para el enemigo, haciendo saltar cuatro
g r a n d e s puentes y destruyendo un camino.
Al Oeste de Rowno, y en la región de
Dubno-Kromenetz, los moscovitas ocupan posiciones muy sólidas. Su retaguardia está protegida por el Gorym, y su ala derecha por los
pahta.nos de Pinsk y aprovechan esas ventajas p a r a dar golpes rápidos y hábiles á los
ejércitos de Ruhalk» y de Boehm-ErmolH.
En la región de Derazno. la potencialidad
ofensiva del enemigo ha disminuido considefablemente.
Los alemanes se retiran, n o hacia d Oeste,
sino hacia el Norte, dejando el sitio á o u e vos refuerzos trasladados de los otros frentes
adyacentes.
Hacia Pinsk.
Austríacos y búngaros.
G I N E B R A , 17. El profesor Bernatzik, étt\
ia Universidad de Viena, h.i puMicado en la
Revista Ausíriaca de Derecho un estudio histórico en eJ cual demuestra que Hungría n o
tiene derechos sobre la Dalmacia, la Bosnia y
la Herzegovina. Llega hasta discutir la unión
de la Transilvania con Hungría, y hasta pedir que las mismas leyes »caii aplicable» en
Austria y en H u n g r í a .
EJ periódico h ú n g a r o Ae Est escribe sobre
el t e m a ;
«Ahora comprendemos d modo enérgico
ooBv qtie el coiidie Tisza h a «siágmaf«K(do «>n
su discurso de primero de a ñ o el antiguo sistema centralizador austríaco, porque ei sabe
qué a r m a s son capaces de utilizar .-.uts partidarios sii se llegan á convertir tsn amos clt k»
Monarquía»
Nosotros debemos abrir d ojo y s ^ u i r d e
cerca esa labor de topos.»
El Pester Lloyd, diario alemán, que se publica en Budapest, inserta un artículo <M profesor h ú n g a r o liles, que califico de este mofla
d estudio de su compañero austriaco:
«Ese estudio e s in<Ugno de «u ti tuto, c o m o
d d titulo q u e ostenta su autor, y es indógno»»
sobre todo d e la hora trágica tque se ha elegido p a r a su publicación.»
La guerra era necesaria.
ROMA, 17. U « » de tos más importaíttes
periódicos de H u n g r í a , . d Budapesti
Hirlaf»,
pulMiioa un a r t k u l q del doctor Hocfenkk, dond e se leen estas ocmfe9k»es: .
«La guerra era para el magyimsmo
un»-,
necesidad absoluta. Ella ha hecho d e s a ^ r e c e t
todo lo que dividía á k » magyares: la jucha de los partidarios de 1848 con los de 1 ^ 7
se ha convertido en un anacronismo, lo mismo
que las rivalidades de razas, de rtligione» y
de naci<MJalidades.
¿ Q u é se h a hecho dej odio tradicional á
Austria, del espíritu de insurrección al c u a l '
nuestros enemigos habían asignado u n papel
activo en e! desmembramiento de la Monarquía?
Los magyares han seguido el cajv.ir.o del
• P E T R O G R A D O , 17. Lo« ejércitos de
Mackensen, dirigidos hacia Pinsk, prog^esam
dificultosamente, sufriendo grandes perdidas
en las dos orillas del canal del Bug al Dniéper.
L a s retaguardias rusas se dedican, a^irovec h a n d o las dificultades d d terreno pantanoso, á sembrar obstácuik» desagradables en
det)«#» del koa^^ «le Ja fideiiidad i la aUftW^
«i ciuntno del iovasoí:.
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