_^ U SEGUNDA EDICION-PAEA MADRJT) L L U CORRESPONDENCIA DE ESPADA AÑO LXVI.—NÚM. 21.039. Ediciones Mañana, Tarde y Noche. Madrid.—Domingo 19 de Septiembre de 1915. SIGUEN EN FRANCIA Y ALSACIA LOS DUELOS DE ARTILLERLá. La situación en el frente oriental l o s BAKANICOS N o se ha coafirmado la noticia de la moví, lizaeión de Rumania. Tampoco se ha confirm a d o el rjumor, propalado en Francia, Rusia, i t a l i a é Inglaterra, de que un enorme ejército austroaJemán se proponía invadir Serbia p a r a iuego, pasando por Bulgaria, socorrer Cons*antinopla. E s cierto, sin duda, que hay concentraciones m á s allá de la línea KaransebesBrasso, al Sudeste de Hungría. Karansebes * s una localidad que se alza en las orillas del iTamesc superior. Tiene estación sobre ed ferrocarril Temesvar-Orsova. Su posición, á 8o kilómetros de Orsova, es decir, del Daniíbio, parece muy estratégica. Brasso es un burgo situado á menos de cinco leguas de la fron•tera rumana, por la zona de Predeal. NaturaltSfcnte, la acumulación de grandes fuerzas en dicho sector señalaría el propósito d e penet r a r en Serbia por el distrito de Negotin y de amenazar, de paso, á los rumanos, vigilando los movimientos de aquellas de sus divisiones escalonadas á lo largo de las vías férreas de Craiova y Bucarest. Algfunos críticos milita• ^ s opinan que los serbios .podrían defender victoriosamente la comarca de Negotin, no obstante ser su anchura, solamente, de unas - diez leguas, porque se trata de un país montaik)so y laberíntico, desiprovisto de caminos y m u y aprovechado militarmente por el Valvoda Putnik. Las trincheras y los fortines abundan en él, y como los serbios tienen buena artillería y bastantes municiones y saben hacer eficazrtiente—ya. lo aprendió Potiorek á su costa «n Rudnik—la guerra de montaña, el empu. ¡jón frontal sería de resultado muy dudoso. Si •al cabo el Kaiser decide acudir en auxilio de l o s ttircos, cuya asombrosa resistencia está á tJUnto de flaquear á causa de irregularidades y •escaseces en el municionamiento, tal vez ord e n e , al mismo tiempo que la invasión p>or ¡Negotinj una diversión por Eelgrado ó d Drin a que obligue á los serbios á dividir sus ba^aÜones. Los búlgaros sigueni chalaneando, y se entienden con unos y con otros, probando ^ u e todo k> sacrifican á su interés del momento. Practican, el esterna d e k neutralid a d conquistadora, según la fdiz frase del jjoutital de Geneve. H a n tomado lo que les daban sus vecinos del Sur, haciendo constar <lUp con ello no se comprometen á nada, ó **a, que si los aliados les hacen proposiciones ventajosas, atacarán á Turquía, no obstante su regalo de hoy, crecido, sLa duda, p e r o de poca importancia si se le compara •con él logro de las reivindicaciones macedónicas. . Los rumanos continúan negándose á permit i r d paso por su territorio de trenes militafes destinados á Turquía. Y Austria, furiosa, s e veagfa ejerciendo contra ellos represalias i d e orden- económico. ^ g ú n • día será escrita la historia de la» vacilaciones rumanas. Hoy se sabe acerca de ellas lo que sigue: Al comienzo d e las hostilidades celebróse en SMiaia, bajo la presidencia del Rey Carlos de «ohenzollern, un Consejo, ,al que asistieron .*os ministros y los jefes de los partidos de oposición; El anciano Monarca propuso á (Unos y á otros le autorizaran para declarar >Ja guerra á Rusia é invadir la Besarabia. Dijo q u e teiiia hecho u n pacto secreto con el Kaiser, y que había dado «su palabra de honor de Hohenzollern» de que lo «umpliría. Todos los ministros y todos los jefes del partido habUroQ sucesivamente. S b haberse puesto de •«cuerdo contestaron que Rumania no podía w^idar á los Imperios centrales, porque var i o s millones d e rumanos viven irredentos en l a Transilvania, la Galitzia, la Bukovina y el B a n t t o , porque el sentimiento nacional era .Tusáfilo y porque los pactos secretos h e d i o s p o r Reyes, n o pueden obEgar, en el siglo X X , f«' los pueblos. Carlos de Hohenzollern debió designarse. Pooo después moría. Eti octubne, Rusia envió una nota á R u m a n i a . Ern ella lai autorizaba para que, á cambio d e au neutralidad, se anexionara los países aostnohúngaios habitados por r u m a n o s , con l a condición de que se apoderase de los mis**ff» a n t e s del fin de la campaña.. Rumania pidñó precisioaes. Transcurrió el invierno sin ^Oe "esas precisiones Regaran. Indudiablemen^ Rusia temía dlescontentar á los sertños. *ía» Bratíano, aunque veía q u e k e mosoovt. *•* e s t a b a n ya en las llanuras de H u n g r í a , •*> *e movió. Deseaba saber á q u é atenerse. •* L a gram ofensiva aitstiroalemana h a hecho q u e Rusia se a v e n g a á prometer á Rumania cuaoito éstet solicitaba. Se h a a c o r d a d o q u e *i los aliados vencen, las nuevas fronteras de Romaima seaa delimitadas p o r el P r u t h , el I>aa6b¡o y el Theiss. L a pequeña nación do^'i&rá casi, si cosisigue k» que ansia, su exteo•idn t a m t o r i a l , y a t incorporará varios nüllo< * e s ^ h e r m a n o s áe. r a z a . ¿ C u á n d o intervendrán los r u m a n o s ? N o h a n fijada £ecb& Ckréese e n las cancillerías q u e J o b^irán, bien c u a n d o los búlgaros se pro^i»qciien dffinilivanMrte ó s e deoidain i P«nna!MÍ]ér ú e m p r é nóitrajes, y a c u a n d o ,k>s iDucdanelos sean forzados ó ASÍ q u e d ejércit o d a Ziar suspenda su replwgue y dé mues- tn»>d» pppaddad ofensivo. Bulgairia juegai un juego muy aventurado. Quiere contontar á todos y n o unirse á ninguno. Considera su 'neutralidad como precios a , y pide á cambio de ella concesiones que sólo ganaría, efectivamente, a y u d a n d o con su ejército á uno de los grupos die Potel^cias. Venilzelos es dueño aibsoluto de l a situación e n Grecia. E s t a naciór» tiene u n T r a t a d o de alianza con Serbia, y en él se ha comprometido á socorrerla si Bulgaria la ataca. Se afirma que el Kaiser h a pedádo al Zair de los búlgaros acometa á Serbia d e flanco. Y se afirma también que el Z a r d e los búlgaros se ha negado. E s posible que la lactitud resuelt a de V'enizelos haya influido m u c h o e n decisión tan cuerda. En el frente italiano Comunicado oficial. ROM.A, 17. (Oficial.) Se confirma q u e nuestro raid del día 14 causó graves daños en las obras de defensa enemigas en las posiciones que dominan la cuenca de Prevena. En el alto Cordevole cañoneamos y dispersamos una columna que iba de Varda hacia Corvara. En el valle de Pontebbana un reconocimiento encontró un destacamento enemigo, atacándole y obligándole á huir, haciendo 17 prisioneros. En el Carso cañoneamos eficazmente las columnas enemigas cuyas tropas iban en carricoches. En razón á la presencia de numerosos trenes en las estaciones de Nabresina y Santa Croce, en los ferrocarriles de Trieste, ha sido bombardeada la línea por uno de nuestros aviadores, causando destrozos. Un avión enemigo arrojó bombas sobre una dependencia sanitaria en Begliano, no causando daño aüguno. la guerra en el aire Aeroplanos destruidos. L O N D R E S , 17. Desde d último comunicado del 9 de septiembre, ningún cambio de situación en nuestro frente. Una actividad considerable en la arrilleria se ha manifestado en nuestro frente, particularmente al Sudeste de Armentieres y en los alrededores de Ipres. Tres aeropdanos alemanes han sido derribados en los cuatro últimos días. Dos de ellos cayeron en las líneas alemanas, el tercero, cazado por uno de nuestros pilotos, cayó en nuestras lineas. El piloto y el observador quedaron muertos. Durante la semana transcurrida, veintiún combates aéreos se han efectuado por encima de las lineas alemanas. En once casos los aviadores enemigos se han visto forzados á aterrizar. El 10 de septiembre nuestra artillería, ajnid a d a por un aero que regularizaba el tiro, bombardeó dos globos de observación al Este de Ipres. U n o de estos globos hizo explosión y el o t r o fué desinflado y llevado. En los Balkanes El Rey de Bulgaria. S O F Í A , 17. El redactor (Ío\ diario socialista búlgaro NM'od ha interviuvado al Rey Fernando, que se declaró ardiente socialista y enemigo de las clases burguesas. — H e tenido que defender á los burgueses ante el Rey—ha dicho el Presidente. Ei Rey hizo juicios desfavorables sobre Guechof y I>anef, cuyas faltas pesan todavía sobre seis millones de búlgaros. El Soberano se declaró satisfecho al saber que los socialistas búlgaros eran rusófijos, contestando el Presidente que ellos n o son ni rusófilos ni austrófiílos, persiguiendo únicamente la lucha de clases. Los socialistas griegos. A T E N A S , 17. El partido socialista griego ha adoptado los puntos de vista de su jefe y fundador Draculis, y ha publicado un manifiesto declarando que la victoria de los Imperios centrales ó una paz prematura serian perjudiciales para la nación griega, insistiend o en que el Gobierno abandone su neutraüidad y se ponga al lado de l a s PotetKias del Cuádruple Acuerdo. Preparativos austríacos. B U C A R E S T , 17. Los preparativos militares siguen con actividad en la frontera á todo lo largo del Témese. Los húngaros han escalonado tropas numerosas sobre la cadena de montañas que v a de P r a h ó r a á Burén. Los austríacos continúan cavando trincheras. Dicen que se trata de simples precauciones defensivas. Un discurso de lord Kitchener En la Cámara de los Lores. L O N D R E S , 17. Lord .Kitchener, én la <ffiiscuaTso pronuaiciado e n la Cámiara de los Lo« 8 , h a d a d o u n a referencia dtetallada d e la situadóni militar desde F r a n c i a á Mésopota- .inMk No refiere hedhos nii«viw «m nr <fi«cur- s o ; peno el estudio que hace de la situación e n Rusia, dando su opinión optimista, en lo que se refiere al teatro oriental de la g u e r r a , es muy interesainte. Todos los periódicos publican hoy el texto íntegrx> de este discuinso del ministro de la Guerra inglés, de! que os envié aj-er un extracto. Dicte así: «El número de cañones de grueso calibre— h a dicho—ha aumentado oonisiderablcmente en las líneas inglesas. Los alemanes se sirven de g a s e s , d e fueg o líquido, de proyectiles con maiterias a s fixiantes; pero estos procedimientos de a t a que han perdido mucha eficacia porque les falt a y a el elemento sorpresa con que antes contaban, á consecuencia de las medidas adoptadas p a r a contrarrestar sus efectos. Once divisiones d d nuevo ejército h a n sido ya cnváadas p a r a íieforzar á las tropas del general French, que de este modo han podido encargarse de algunas lineas que e s t a b a n antes en manos de los ingleses. Nuestras tropas han podido extendter su frente 17 millas e n Francia. Los franceses han mantenido sin el .menor esfuerzo su larga línea de defensa dúrainte el verano último, y en algunos parajes, primcipalmente cerca de Arras y e n Alsacia, han realizado serios progresos de g r a n importancia. Poseen en estos momentos cerca de Arras un espacio dte temreno die un valor estratégico extraordinario para operaciones ulteriores. E n Alsacia, oimas de verdadera importancia han sido a r r e b a t a d a s al enemigo y conservadas á pesar de violentos contraataques. Una de esas oLmas qtie domina la orilla izquiierda del Rhiii, después de haber sido escena continua de encuentros y de luchas, ha quedad o al fin en manos dé los franceses. Las trincheras francesas consisten hoy en u n a ser'.- no Interrumpida de fortificaciones magníficas, inexpugnables- Esta es una cosa de la qtue yo mismo he podido d a r m e cuenta e n mi último viaje al írLn:>i, inaí,tado p o r el generalísimo Joffre. Durante e s t a visita me he sentido profundamente imprestornado muchas veces atrrte la preparación perfecta y la moral excelente de los ejércitos franceses. Todos los oficiales y todos los soldados franceses saben perfectamonl» que eJ único medio de terminar la guer r a es el de causar una completa derrota al enemigo, y su decisión de realizar esa o b r a necesaria y magnífica nunca fué más fuerte ni soj voluntad más enérgica y firme. Los a\iadores fra'nceses se han mostrado don singular actividad. Han realizado n u m e rosos «raids", muy eficaces en gran escala, y h a n penetrado mucho en territorio enemigo. Pocos episodios de la guerra se destacarán de modo t a n saliente como el hecho que constituye la admirable nia.ncra de distribuirse las tropas rusas en 750 millas y su dirección, al mismo tiempo que tenían q u e hacer frente á los a t a q u e s de un enemigo muy superior, no sólo por el n ú m e r o de combatientes, sino por s u s cañones, municiones y otros elementos de combate. Las espléndidas cualidades g u e r r e r a s del soldado ruso han permitido á sus jefes efect u a r esta operadión dificilísima de nna r e t i r a , da, cubriendo de 100 á 200 millas de terreno, sin permitir al enemigo abrir brecha en ning ú n punto. Los alemanes parece que h a n alcanzado el máximo del éxito. Su avance momentárveo al interior de Rusia, que alcanzó á una pnoporoión de ocho kilómetros por dia, h a quedado reducido á menos die dos. A las tropas que dicen haber derrotado, diezmado y hecho huir ante ellos la* vemos siempre en pie firme, combatiendo con éxito e n toda la línea, rechazando de algunas plaz a s al invasor del territorio y causándole enormes jaérdidas. El ejérciito ruso no está fuera de combate, como esperaban los a l e m a n e s ; a n t e s aJ contrario, consitituye una poderosa fuerza ofensiva. El entusiasmo que h a producido la decisión del Zair d e tomar el mando de sus ejércitos, concentrará la energía de sus tropas e n la t a r e a dte arrojar al invasor y de impedirle alcanzar u n a p a r t e vital cualquiera del Imperio. Hacia fin de mayo, Italia s e unió á los aliad o s y comenzó activamente las hostilidades. Merced 4 u n a serie de operaciones rápidas y brillantes de la infantería, los ejércitos italianos han obtenido la intervención militar en t o d a s l a s fases principales en lo» Alpes, e n C a m i ó l a y en las fronteras del Trentino, neutirhJizando d e este modo las ventajas estratégicas y gec^ráficas que h a s t a entonces estab a n e n posesión d d enemigo. La ocupación de Monte-Nero constituye u^n brillantlsismo hecho d e a r m a s . La artállería italiana h a sido magnífica desde los oqmienzos d e las hostilid a ( ^ s , y la nvanei:a can que s u s soldados h a n elevado las piezas h a s t a las citnas m á s elev a d a s é inaccesibles provocsL l a admiración -univemál. Bajo la dirección de s u Rey, asistidb del .«[«neral Q a d o m ^ , el ejército italiano ocupa hoy} posiciones estraitiégicas d e .guain Jtn{>or« tabeiaba H a b l a n d o d e los Dardanelo», r e l a t a lord Ktichener las operaciones, y después de record a r la pairtdcipaoión brillante d e lais tropas írancosas e n el combate librado cerca de Krithiü, e n donde desplegaron sus magníficas cuiadidades guerreras y su bravura habitual, lord Kitchener continúa diciendo; «No es fáoü d a r s e cuenta e x a c t a de las enorntes dificultades á que han hecho frente n u e s t r a s tropa* e n ios Dardanelos, demostran. d o en cada instante una tenacidad y una resistencia admirables. Siim e m b a r g o , tenemos actualmente pruebas amplias de que la desmoralizaoLón h a penetrado en las filas enemigas, debido sin. duda á sus enormes pérdidas y á la debilidad y escasez de sus recurrsos. De todos modos, debemos admitir, desde el puinto de vista humanitario, que los procedimientos dfe guerra d e los turcos ison superior e s á los d e los alemanes.» Llamamiento de la reserva territorial. P E T R O G R A D O , 17. Un ukase imperial ordena el llamamion.to de la reserva de los ejércitos territoriales, encargando a] Senado la tarea de fijar las condiciones en que ha de da hacerse ese llamamiento. Las bajas austríacas en Tamopol. A M S T E R D A M , 17. Se sabe que llegan á Lemberg incontables austríacos heridos, procedentes de Jos alrededores de Tarnopol. Las pérdidas de los austríacos, en esos,parajes stdamente, se calculan en 20.000 hombres. Una amnistía. ROM.A, 17. Dícese, por noticias de origen autorizado, que el Zar ha concedido u n a amnistía general para todos los condenado* por dditos políticos. Según, las estadísticas, el número de estos condenados, extendidos por el mundo, se eleLord Kitchener se felicita de los resulta- va á varios centenares de millares. dos obtenidos por las tropas inglesas en Mesopotamia. A pe^ar de las condiciones climatéricas extraoríliinariamente desfavorables, Jas Impresiones de un yanqui. orñllas del Eufrates han oslado limpias de NUEVA Y O R K , 17. El eminencc profeememigxjs e n una extensión de cerca de 60 sor yanqui John Sülver h a regresatlo después millas. El ministro de la Guerra recuerda la con^ de una larga estancia de meses que ha p a s a d o quista rápida del Oeste africano por el ge- en caisa dfel embajador de los Estados Unido» en Vi en a. neral Botha. De su x'iaje trae la impresión de que .Aus«Las operaciones—^añadió—continúan actualmen'te on la frontera del Este africano-» tria e>s una nación vencida. «Los austríacos—dice—se hallan desalentar dos y abonrecen la dominación aJemana. No s o n h o s t í k s á los Estados Unidos, e s La situación, juzgada por los ingleses. pecialmente después del torpedeamiento d d , L O N D R E S , 17. El Times dice que los crí- «Lusitania», que consideraron como mn a t a ticos militares no tratan de atenuar los efectos que hecho sin provocación y desprovisibo d » del ataque de caballería, dirigido iK>r Below «ealLmiento humano. Acogen con poco interés las noticias de l a contra la vía férrea de Dwinsk á Vilna, pero hacen notar que las tentativas de los alema- guerra, incluso los p a r t e s dando cuenta del nes para abrir una brecha en Jos ejércitos viictorfas alemanas contra los rusos. H a n llerusos darán por resultado el establecimiento gack> al punto de mostrarse indiferentes. El país se derrumba bajo ki tensión de la de un saliente peligroso para los alemanes, que los moscovitas sabrán aprovechar proba- g u e r r a . blemente. Desde laí primeras hostilidades, Aleroaniai Las fuerzas alemanas de Svientsiany y las envió sus generales para dirigir la c a m p a ñ a que ocupan la orilla derecha del Vilia están ausitriaioa'. Actualmente, u n solo general austuíaco separadas por im gran espacio. Anites de poder amenazar directamente á ViJna, tiene el mainda un Cuerpo de ejército. Es en el flanco' enemigo que forzar el paso del Vilia y el de Sudrs;(", el general Pflanzer. Par,'i demostrar d tono de dominación que muchos riachuelos. han tomado los alemanes en Austria, el profeLa ofensiva enemiga puede molestar las posiciones rusas de Uciani. Quizá intente todavía sor John Silver cuenta un incidente que s e llegar con uno ó dos Cuerpos de ejército desarroltó en un café de VienaUn yanqui haUaba en inglés con un oficial hasta el camino principal, paralelo á la vía férrea Vilna-Dwinsk. Pero no podrá intentar austríaco. A los pocos minutos un jefe alemán tales operaciones sin exponer gravemente á se presentó, interponiéndose entre ambos interlocutores, y encarándose con el oficial aus« s u s fuerzas posteriores. E s posible, en fin, que los alemanes traten triaco, le dijo: — ¿ P o r qué haWa usted en e] idioma de de formar un poderoso cordón de tropas en la región cubierta de bosques y de lagos, entre nuestros enemigos? Vuestro patriotismo h a Podbrodzie y Dwinsk, para afirmar su seguri- debido impedirlo. Ante este exabrupto, d oficial austriaco, dad en Li región del Báltico y cubrir coa la retaguardia el ejército de Below, que opera con- indignado, pasando la m a n o por las cru<;es que adornaban su pecho, respondió; tra Riga. — E s t a s cruces demuestran mi patriotismo.. P a r a este último objetivo, es igualmenite Y dio al oficial alemán un puñetazo en la necesario á los alemanes ocupar la orilla izsudo. quierda del Dvina, Por eso se explica la mar- cara que lo hizo rodar por d Austria por dentro Los rusos cha de Hindenburg ád Oeste al Sudoeste, hacia Dwinsk, mientras que atrincherados en el lago Tisiein, donde han establecido un sólido puinto de apoyo, otros Cuerpos alemanes se esfuerzan en rodear el ala derecha de los rusos en Jaoobstadt. En la región de Skydc y de Mossy, el enemigo no ha logrado realizar su unión con von Eichhorn, el cual avanza por la orilla derecha d d Niemen, ni con von Schoátz. que marcha por la orilla izquierda. Se considera poco probable que lo consiga antes de que l a s retaguardias rusas hayan efectuado su retirada m á s lejos, hacia d Este. Al Oeste de Sarny se libra una batalla, pues esta plaza es indispensable para la unión de los alemanes del Sudoeste con el ejército de Mackensen. Pero la cakla posible de Sarny no se considera de gran gravedad, porque los rusos podrían ocupar todavía dos líneas hacia atrás. Además, si apareciese amenazada toda la línea Rowno-Baranovici, los rusos podían inutilizarla para el enemigo, haciendo saltar cuatro g r a n d e s puentes y destruyendo un camino. Al Oeste de Rowno, y en la región de Dubno-Kromenetz, los moscovitas ocupan posiciones muy sólidas. Su retaguardia está protegida por el Gorym, y su ala derecha por los pahta.nos de Pinsk y aprovechan esas ventajas p a r a dar golpes rápidos y hábiles á los ejércitos de Ruhalk» y de Boehm-ErmolH. En la región de Derazno. la potencialidad ofensiva del enemigo ha disminuido considefablemente. Los alemanes se retiran, n o hacia d Oeste, sino hacia el Norte, dejando el sitio á o u e vos refuerzos trasladados de los otros frentes adyacentes. Hacia Pinsk. Austríacos y búngaros. G I N E B R A , 17. El profesor Bernatzik, étt\ ia Universidad de Viena, h.i puMicado en la Revista Ausíriaca de Derecho un estudio histórico en eJ cual demuestra que Hungría n o tiene derechos sobre la Dalmacia, la Bosnia y la Herzegovina. Llega hasta discutir la unión de la Transilvania con Hungría, y hasta pedir que las mismas leyes »caii aplicable» en Austria y en H u n g r í a . EJ periódico h ú n g a r o Ae Est escribe sobre el t e m a ; «Ahora comprendemos d modo enérgico ooBv qtie el coiidie Tisza h a «siágmaf«K(do «>n su discurso de primero de a ñ o el antiguo sistema centralizador austríaco, porque ei sabe qué a r m a s son capaces de utilizar .-.uts partidarios sii se llegan á convertir tsn amos clt k» Monarquía» Nosotros debemos abrir d ojo y s ^ u i r d e cerca esa labor de topos.» El Pester Lloyd, diario alemán, que se publica en Budapest, inserta un artículo <M profesor h ú n g a r o liles, que califico de este mofla d estudio de su compañero austriaco: «Ese estudio e s in<Ugno de «u ti tuto, c o m o d d titulo q u e ostenta su autor, y es indógno»» sobre todo d e la hora trágica tque se ha elegido p a r a su publicación.» La guerra era necesaria. ROMA, 17. U « » de tos más importaíttes periódicos de H u n g r í a , . d Budapesti Hirlaf», pulMiioa un a r t k u l q del doctor Hocfenkk, dond e se leen estas ocmfe9k»es: . «La guerra era para el magyimsmo un»-, necesidad absoluta. Ella ha hecho d e s a ^ r e c e t todo lo que dividía á k » magyares: la jucha de los partidarios de 1848 con los de 1 ^ 7 se ha convertido en un anacronismo, lo mismo que las rivalidades de razas, de rtligione» y de naci<MJalidades. ¿ Q u é se h a hecho dej odio tradicional á Austria, del espíritu de insurrección al c u a l ' nuestros enemigos habían asignado u n papel activo en e! desmembramiento de la Monarquía? Los magyares han seguido el cajv.ir.o del • P E T R O G R A D O , 17. Lo« ejércitos de Mackensen, dirigidos hacia Pinsk, prog^esam dificultosamente, sufriendo grandes perdidas en las dos orillas del canal del Bug al Dniéper. L a s retaguardias rusas se dedican, a^irovec h a n d o las dificultades d d terreno pantanoso, á sembrar obstácuik» desagradables en det)«#» del koa^^ «le Ja fideiiidad i la aUftW^ «i ciuntno del iovasoí:.