ARTÍCULOS Las metáforas organizacionales en la era de la virtualidad Organizational metaphors in the era of virtuality Federico González1 Resumen Abstract El trabajo trata sobre las metáforas organizacionales en el marco de la era de la virtualidad. Al inicio se analiza el valor epistemológico y heurístico de las metáforas como amplificadores cognitivos para la comprensión de la realidad. Luego se repasa el significado de ocho metáforas propuestas por Gareth Morgan para comprender el fenómeno organizacional a la que se agrega la metáfora conversacional sugerida por Fernando Flores. Finalmente se procede al desarrollo de cuatro nuevas metáforas organizacionales derivadas del paradigma de la virtualidad: la metáfora de la enciclopedia universal, la metáfora de la inteligencia emergentes, la metáfora de la inteligencia colaborativa y la metáfora del ADN digital. Se concluye destacando el valor heurístico derivado del pensamiento metafórico. The paper deals with the organizational metaphors in the virtual era. At first the epistemological and heuristic value of metaphors as cognitive amplifiers for understanding reality is analyzed. Then the meaning of eight metaphors proposed by Gareth Morgan is reviewed to understand the organizational phenomenon and in addition we have the conversational metaphor suggested by Fernando Flores. Finally we proceed to the development of four new organizational metaphors derived from the paradigm of virtual era: the metaphor of universal encyclopedia, the metaphor of the emerging intelligence, the metaphor of collaborative intelligence and the metaphor of digital DNA. It concludes by highlighting the heuristic value derived from metaphorical thinking. Palabras clave: Metáforas organizacionales; Virtualidad; Inteligencia emergente; Inteligencia colaborativa Keywords: Organizational metaphors; Virtual era; Emerging intelligence; Collaborative intelligence Recibido: 10 Febrero 2015; Aceptado: 15 Marzo 2015 1 Maestría en Psicología Organizacional – Universidad Abierta Interamericana (UAI) E-mail: [email protected] Revista Argentina de Investigación en Negocios / 1 (Abril 2015) / ISSN (en línea) 2422-5282 19 20 Las metáforas organizacionales... (19-30) 1. METÁFORA Y PENSAMIENTO METAFÓRICO Una metáfora constituye una forma indirecta de aludir a algún objeto, idea o fenómeno, a través de otro. La metáfora puede también conceptualizarse como un proceso de la imaginación y como un instrumento del pensamiento, lo cual justifica la noción de pensamiento metafórico. Siler (1993) propone utilizar la expresión “metaforización” para aludir a un amplio repertorio de formas lingüístico-cognitivas que —entre otras— incluirían a la metáfora, la alusión, la alegoría, la analogía, el símbolo y diversos tropos y figuras del lenguaje. Este autor puede adscribirse al grupo de quienes consideran que todo proceso cognitivo de carácter representacional, sea imagen, idea o cualquier otro, es intrínsecamente metafórico. Lakkof y Johnson et al. (1986) en su clásico trabajo “metáforas de la vida cotidiana” abonan la idea de que las metáforas, lejos de constituir un fenómeno emergente en el nivel lingüístico, resultan constitutivas de nuestra manera de representar el mundo. De acuerdo a estos autores, no sólo nos expresamos metafóricamente sino que así es como pensamos y, aun más: no podríamos hacerlo de otro modo. 2. LA METÁFORA COMO AMPLIFICADOR COGNITIVO De Vega (1984), considera a las metáforas —a su vez de modo metafórico— como “amplificadores cognitivos” que permitirían ampliar el repertorio de los fenómenos cognoscibles y así “colonizar conceptualmente dominios fenoménicos relativamente desconocidos. En el contexto del análisis del acto creador, Koestler (1967) también anticipó un concepto afín al que denominó “bisociación”. Un proceso bisociativo es aquel que permite conectar conceptos pertenecientes a esferas semánticas o matrices conceptuales alejadas. Según Koestler, la bisociación, en tanto establecimiento de asociaciones remotas, Federico González resulta un proceso más fecundo que la simple asociación en relación a la génesis de actos creadores. Para demostrar su tesis, el autor realizó un exhaustivo análisis histórico de grandes inventos y descubrimientos científicos para concluir que la bisociación resultaba el proceso clave implicado en cada caso. En el campo de la inventiva ingenieril Gordon (1963) desarrolló la sinéctica, un método aplicado al diseño de mecanismos basado en el abordaje sistemático de problemas a través de un proceso deliberado de metáforas. El proceso sinéctico se dividía en dos momentos: el primero, orientado a la generación de metáforas; y el segundo, encaminado al forzamiento del material metafórico en relación al problema de origen. De este modo, aunque no formaba parte de su propósito, la sinéctica de Gordon ilustró la diferencia entre un uso exploratorio de la metáfora en pos de enriquecer el espacio conceptual de un problema, y un uso de carácter más convergente, donde se trata de forzar la conceptualización metafórica para poder arribar a soluciones novedosas del problema. 3. EL MECANISMO METAFÓRICO Y LA METÁFORA HEURÍSTICA Rouquette (1977) avanzó en la descripción funcional formal del mecanismo metafórico. Para eso comenzó concibiendo a la metáfora como un proceso cognitivo donde se establece la correspondencia parcial o total de dos objetos considerados como conjuntos de propiedades. De esta manera, quedan definidos tres campos, a los que denomina: recubrimiento, diferencia e incertidumbre. El recubrimiento constituye el espacio de intersección entre ambos objetos y la diferencia, su complemento (es decir, aquellas propiedades pertenecientes a cada uno de los objetos pero no al otro). Por último, la incertidumbre corresponde a aquella zona donde uno de los objetos exhibe una propiedad conocida, mientras que en el otro aparece indeterminada. El mismo autor agrega que, por definición, uno de ambos objetos, al que denominada metaforizante, resulta más familiar o conocido que el otro, al que denomina metaforizado. Por ARTÍCULOS último postula, las funciones de tautología y de negación, a modo de operadores lógicos de la metáfora. discurso organizacional, tales como unidad de mando, estrategia, táctica, reclutamiento y logística. Lo anterior le permite distinguir entre la función heurística y la función didáctica de la metáfora. La función heurística apunta a generar nuevos conceptos o a lograr una comprensión mayor de aquellos a los que se aplica. En cambio, la función didáctica solo apunta al fin de mejorar la comprensión de un receptor. 4.2. LA METÁFORA BIOLÓGICA Según Rouquette, en las metáforas heurísticas básicamente se trata de negar la zona de incertidumbre entre el metaforizador y el metaforizado, a efectos de descubrir aspectos de éste último que hasta ahora no se encontraban suficientemente advertidos, o que simplemente eran desconocidos1. En síntesis, puede concluirse que el uso heurístico de la metáfora se aplica al descubrimiento y a la comprensión de un objeto de estudio, apuntando a generar ganancia informativa o valor agregado conceptual. 4. GARETH MORGAN Y LAS METÁFORAS DE LA ORGANIZACIÓN En un tratado ya clásico, Gareth Morgan (1990) analiza ocho metáforas que han sido postuladas para comprender el fenómeno organizacional. En una breve síntesis tales metáforas son: 4.1. LA METÁFORA MECÁNICA La tesis básica de esta metáfora sostiene que la organización es como una máquina. La metáfora mecánica está íntimamente vinculada a las organizaciones burocráticas donde la estructura jerárquica vertical y el control resultan aspectos esenciales. Morgan destaca que la concepción burocrática tiene su origen en la estructura de los ejércitos prusianos concebidos como “máquinas militares”. Tal adscripción se revela claramente en nociones de extracción militar omnipresentes en el 1 Rouquette ofrece otras posibilidades funcionales en las metáforas heurísticas, a saber: negar la diferencia entre metaforizador y metaforizado, o negar el recubrimiento. La tesis básica de esta metáfora sostiene que la organización es como un sistema biológico. Esto conduce a pensar en un orden orgánico diferente al mecánico. Como todo sistema viviente, la organización se nutre a través de su interacción con el entorno, al cual debe adaptarse para sobrevivir. Asimismo, la metáfora biológica conduce a la idea de salud y enfermedad organizacional, con sus consecuentes acciones preventivas, diagnósticas y de intervención terapéutica. 4.3. LA METÁFORA CEREBRAL La tesis de esta metáfora sostiene que la organización es como un sistema informacional. En rigor, le metáfora cerebral semeja más a la idea de un sistema inteligente que al cerebro propiamente dicho. Básicamente esto supone un sistema de procesamiento de información capaz de registrar información proveniente del medio, transformarla, almacenarla, y aplicarla a las acciones que vuelven a recaer sobre el mismo medio. Morgan también vincula esta metáfora con el fenómeno del aprendizaje. Así, la organización puede ser entendida como un conjunto de sistemas representacionales capaces de almacenar experiencia para luego poder utilizarla con fines adaptativos. Otra idea clave, en este caso efectivamente emparentada con la metáfora cerebral, está dada por el principio auto organización, una de las propiedades resultantes del mecanismo de plasticidad neuronal. 4.4. LA METÁFORA SOCIO-CULTURAL La formulación básica de esta metáfora sostiene que la organización es como una cultura. Una cultura supone un conjunto de creencias, valores, conocimientos, historias y rituales compartidos. Cada cultura, además, se desagrega en diferentes subculturas que comparten algunos aspectos comunes pero difieren en otros. De esta dinámica surgen Revista Argentina de Investigación en Negocios / 1 (Abril 2015) / ISSN (en línea) 2422-5282 21 22 Las metáforas organizacionales... (19-30) identidades y fragmentaciones, representadas por endo y exo-grupos. 4.5. LA METÁFORA POLÍTICA La tesis básica de esta metáfora sostiene que las organizaciones son micro-sistemas políticos. Como tales, tienden a organizarse en términos de individuos y grupos sujetos a determinaciones regladas por una estructura de poder. Las identidades y rivalidades determinan conflictos de intereses que generan tensiones. Parte de la vida organizacional estará entonces ocupada en los mecanismos para gestionar y negociar conflictos. Desde esta perspectiva el liderazgo supone un modo particular de acción política. Los marcos jurídico y normativo determinan además un conjunto de directrices reguladoras de la actividad política dentro de la jerarquía organizacional. Por último, las estructuras de gobierno condicionan los modos en que se ejerce el liderazgo y se toman las decisiones. Federico González organizacionales, cuyo resultado se plasma en un nivel emergente ciego de sus determinaciones. Desde tal perspectiva, el análisis organizacional es un dispositivo de desvelamiento basado en una hermenéutica que permite exteriorizar las determinantes que congelan el crecimiento, a fines de transformarlos en fuentes de cambio potencial. 4.8. LA METÁFORA DE LA DOMINACIÓN La tesis básica de esta metáfora sostiene que la organización es como un territorio colonizado. Esta formulación entronca con la crítica marxista a las organizaciones capitalistas cuya estructura, según ese autor, determina una lógica de dominador y dominado. Morgan ya advertía que la creciente globalización y transnacionalización de las compañías podía derivar en fenómenos de extrema gravedad tales como la ola de suicidios acaecidos en Francia y Japón en la década pasada como producto de la extrema tensión competitiva sufrida por los empleados. 4.6. LA METÁFORA DEL CAMBIO La idea básica de esta metáfora implica que las organizaciones son sistemas potencialmente reflexivos, que pueden monitorease a sí mismos a efectos de encauzar sus acciones y redefinir sus objetivos y misiones. Un concepto central en el marco de esta metáfora es el de autopoiesis, originalmente postulado por Maturana y Varela (1974), para referirse a las propiedades de auto-organización y auto-reproducción de un sistema, donde los mecanismos de autonomía, circularidad y autoreferencia resultan determinantes. 4.7. LA METÁFORA DE LAS PRISIONES PSÍQUICAS La tesis básica de esta metáfora sostiene que la organización es un lugar de desconocimiento y potencial alienación. Morgan refiere una diversidad de hechos que presentan un denominador común: la existencia de un orden oculto determinante del comportamiento organizacional que operaría de modo inconsciente. Dicho orden puede estar dado por formas arquetípicas, mitos fundacionales, ansiedades reprimidas o fantasmáticas 5. LA METÁFORA CONVERSACIONAL Formulada por Fernando Flores (1995), la presente metáfora sostiene que las organizaciones son redes conversacionales. Al analizar el significado de su tesis el autor argumenta que las organizaciones son resultantes de las conversaciones que las constituyen. Así, los miembros de una organización establecen redes conversacionales que configuran tanto la estructura como el comportamiento organizacional. Aunque el análisis conversacional parece residir puramente en un plano lingüístico, Flores advierte que las conversaciones resultan expresiones de compromisos humanos subyacentes. La metáfora conversacional resulta subsidiaria del análisis sobre la pragmática del lenguaje realizado por Austin & Urmson (1995). En “Como hacer cosas con las palabras”, los autores destacan que las palabras no solo son entes informativos sino también instrumentos para la acción. En tal sentido, un discurso no es una mera colección de entes descriptivos, ARTÍCULOS sino un conjunto de actos capaces de instaurar una cadena de acciones. En efecto, de modo consubstancial al acto de fundar una empresa, aparece un acto lingüístico prescriptivo. De igual manera, la denominada misión organizacional es básicamente un texto que prescribe qué acciones deberán ser realizadas y qué valores deben regular ese accionar. Y lo mismo puede decirse para cualquier evento de decisión organizacional. Las redes conversacionales son ensambles que coordinan las acciones en que la organización despliega sus objetivos. Flores agrega que lo que confiere entidad a la organización no es tanto el universo físico en que se instancia, sino el universo simbólico que determina la pertenencia, función y responsabilidad de cada uno de sus miembros. Tanto el marco legal, que define estatutos, organigramas, normativas, métodos y procedimientos, como la estructura informal, que refleja las relaciones vivientes de los miembros organizacionales, se apoyan en última instancia en una serie de acuerdos lingüísticos que expresan voluntades subyacentes. En tal sentido, organizarse supone establecer acuerdos anclados en actos conversacionales. Otra dimensión en que puede analizarse las conversaciones es en términos de las narrativas organizacionales. Cada organización se amalgama con una serie de historias referentes a mitos fundacionales y utopías visionarias, donde abundan héroes, antagonistas, propósitos, obstáculos, triunfos y fracasos. En síntesis, la metáfora conversacional conduce a una directriz epistemológica básica: el mejor instrumento para conocer la quintaesencia de la organización es elucidar los que sus miembros dicen, narran o callan. 6. NUEVAS METÁFORAS PARA NUEVAS REALIDADES Tanto Morgan como Flores escribieron sus tratados sobre metáforas organizacionales hacia mediados de los ´90, en los albores de la Web. Desde esa época se ha asistido a un vertiginoso desarrollo de la tecnología que, entre otros, incluyó la aparición de Google; la emergencia de la denominada Web 2.0 o Web colaborativa, con sus sitios emblemáticos como Wikipedia y YouTube; la irrupción de las redes sociales y la convergencia de las tecnologías de la televisión, Internet y telefonía celular. El ritmo de esas innovaciones justificó la profecía del futurólogo Bruno Lusatto, quien en 1982 señaló: “(…) el caso de los microordenadores encierra el hecho prodigioso de que actividades hasta ahora disociadas van a quedar relacionadas, dentro de un lapso breve de tiempo, unas con otras. La información al alcance de todos influirá también en forma directa sobre la televisión, la creación artística, la pintura, la música, la fabricación de objetos, el trabajo de oficina, los tratamientos médicos, las telecomunicaciones, la comunicación científica, (…) por primera vez en la historia de la humanidad todos estos campos van a convertirse, en cierta manera, en un único campo. Las fronteras que separan hoy en día la palabra, la imagen, el teléfono, la televisión, el video, desaparecerán bruscamente, y nuestras categorías mentales quedarán completamente desorientadas” (p. 27) La obra de Morgan también resultó anterior al desciframiento del genoma, realizado en el marco del Proyecto Genoma Humano (PGH). Ese proyecto finalizó en 2003 cumpliendo el objetivo de determinar las secuencias químicas que componen el ADN y cartografiar la casi totalidad del genoma. La síntesis entre tecnologías de la comunicación e información (TICs) y biología dio emergencia a nuevas especulaciones y profecías futuristas, entre las cuales aparece la controvertida tesis de la singularidad formulada por Ray Kurzweil (2005). Basándose en la denominada ley de Moore que establece que la cantidad de transistores insertables en un chip de silicio se duplica cada año, Kurzweil predice que hacia 2040 los avances tecnológicos se acelerarán Revista Argentina de Investigación en Negocios / 1 (Abril 2015) / ISSN (en línea) 2422-5282 23 24 Las metáforas organizacionales... (19-30) con tal magnitud que determinarán la emergencia de un acontecimiento denominado “La singularidad”. La singularidad marcará una tajante brecha cualitativa entre todo lo conocido hasta ese momento, obligando a redefinir casi todas las categorías con que se piensa la vida y la sociedad. En atención a los avances ocurridos y a los que podrían sobrevenir, queda justificada la postulación de algunas nuevas metáforas que permiten enriquecer el conocimiento de las organizaciones de modo acorde. En las siguientes secciones se analizarán las metáforas de la enciclopedia universal, inteligencia emergente, inteligencia colaborativa y ADN cultural. 7. LA METÁFORA DE LA ENCICLOPEDIA UNIVERSAL Cuando la Web irrumpió masivamente en la década de los ´90 comenzaron a circular una serie de metáforas para caracterizar a Internet. Entre otras, las más recurrentes fueron: comunidad virtual, imprenta, mercado global y enciclopedia universal. Cada una mostró un importante grado de validez predictiva. En efecto, la metáfora de la comunidad anticipó la revolución de las redes sociales; la de la imprenta, los diarios y la escritura en línea; la del mercado global, la revolución del e-commerce y, por último, la metáfora de la enciclopedia se plasmó en Wikipedia. La metáfora de la enciclopedia, a su vez, remite a la de la biblioteca y, por ende, a ficciones borgianas como “La biblioteca de Babel” (Borges, 2000), que refiere a la infinitud del universo en analogía con la infinitud de una biblioteca ficcional. A su vez, en la metafísica borgiana, la idea de una biblioteca infinita se corresponde con su análoga relativa a un único libro universal donde todos los autores escriben y leen. Con la revolución de Google, surgió un nuevo matiz en la metáfora de la enciclopedia universal. Aunque en un sentido estricto Google asume el rol de un gran catálogo antes que las publicaciones en sí, también puede ser asimilado como un continente mayor o “Googleesfera”. Así, conforme a este deslizamiento Federico González perceptual, el universo Google no se agotaría en los links que el buscador devuelve como resultados, sino que incluiría a los contenidos de los que los links serían puertas de acceso. Entre las tecnologías de gestión organizacional contemporáneas, la gestión del conocimiento ocupa un lugar preponderante. El propósito de esta disciplina radica en la creación, almacenamiento, transferencia y utilización del conocimiento organizacional. El dominio de la gestión del conocimiento está íntimamente asociado a la noción de capital intelectual organizacional. Es precisamente en el ámbito de la gestión del conocimiento donde la metáfora de la enciclopedia se revela plena. Desde tal perspectiva, las organizaciones modernas básicamente serían vastos sistemas reticulares donde se crea, circula y se almacena conocimiento. Desde una perspectiva más fáctica, cabe destacar que las organizaciones modernas han comenzado a organizar y gestionar su sistema de conocimiento a través de herramientas sencillas basada en la lógica la navegación a través de links, tal como la tecnología wiki2 que representa la base de Wikipedia. 8. LA METÁFORA DE LA INTELIGENCIA EMERGENTE La metáfora de la inteligencia emergente aplicada a las organizaciones surge de fuentes disímiles, aunque emparentadas, como la inteligencia artificial, la estructura de la mente humana, el algoritmo de búsqueda de Google y Wikipedia. González (2009) define inteligencia emergente como el producto final resultante de las intervenciones de un conjunto de microagentes que actuarían en un nivel subyacente. Por su parte, Johnson (2001), define al fenómeno de la emergencia como aquel que sucede cuando un sistema interconectado de elementos relativamente simples se auto2 Aunque el término wiki tiende a homologarse como sinónimo de Wikipedia, en rigor, refiere al leguaje de marcado rápido en que está basada una serie aplicaciones, incluida la Wikipedia. ARTÍCULOS organiza para desarrollar comportamientos más inteligentes y adaptativos. En el ámbito de la inteligencia artificial, la referencia paradigmática aparece en el obra de Minsky (1986) “La sociedad de la mente: la inteligencia humana a la luz de la inteligencia artificial”. Su tesis central sostiene que la mente es la resultante de la interacción de agentes simples, que funcionan bajo la lógica de una sociedad. Básicamente, se argumenta que la complejidad de la inteligencia deviene del modo en que un conjunto de agentes carentes de ésta se organizan para generarla. Minsky concibe a los agentes como unidades simples monopropósito. En analogía con lo que ocurre en una sociedad, en un nivel básico se establecen relaciones entre agentes que derivan en una complejidad de orden mayor. La mente inteligente sería entonces el resultado de dicha complejidad. Las ideas de Minsky tuvieron un antecedente cercano en la teoría del perceptrón, formulada por Rosenblath (1956), que luego evolucionó hacia la moderna teoría de las redes neurales. Al igual que los agentes y que las neuronas de un sistema nervioso, los perceptrones son estructuras informacionales elementales capaces de interconectarse con otras3. 3 En base a principios simples, Rozenblath creó el primer programa de inteligencia artificial capaz de ganar al juego de damas. Su lógica era sencilla: para un principiante en el juego un buen criterio para determinar el probable éxito de una jugada está dado por la cantidad de piezas del oponente que puede capturarse. El problema es que atender solo a ese criterio de voracidad inmediata entraña el riesgo de dejar muchas piezas propias desguarnecidas. Por eso, en un estadio más avanzado, aparece la novedad de adoptar una táctica defensiva. Si la lógica del primer momento es: “cuántas más piezas obtenga, mejor”, la del segundo es: “mientras deje menos piezas amenazadas, mejor”. Obviamente, ambas tácticas resultan per se insuficientes, mientras que no se integren dentro de la estrategia global. El modo más estándar de implementar esta solución sería a través de una regla general que controlara a cada de las reglas de orden táctico. Sin embargo, a medida que se incorporan nuevas reglas el sistema desborda hacia una complejidad difícil de manejar. Rosemblath se percató rápidamente de esta dificultad lo que lo condujo a ensayar una solución alternativa, más emparentada con una lógica de interacción social que con un algoritmo computacional complejo. Su razonamiento fue sencillo: cada regla representa a un agente autónomo cuya eficiencia de actuación está dada por sus resultados. Así, cada actuación exitosa obtiene un voto positivo, a la vez que los fracasos conllevan a un voto negativo. Mientras las actuaciones conduzcan al éxito, el sistema se comporta en base a lo que determine el agente principal. En cambio, los sucesivos fracasos, ocasionarán una pérdida del control que se transferirá a otro agente. A través de esta lógica simple análoga a la de un sistema electoral perfecto, Rosenblath pudo desarrollar un sistema capaz de aprender en base a los aciertos y errores de sus agentes simples, lo cual se plasmaba en una lógica emergente en un nivel superior. Minsky entiende que la mente humana se caracteriza por ser un sistema heterárquico antes que jerárquico. El concepto de heterarquía ya había sido postulado por McCulloch (1945) para referir a la interdependencia existente entre los diferentes niveles de un sistema cuyas lógicas procesuales operan de modo simultáneo. McCulloch sostiene que la jerarquía, un sistema donde cada nivel superior prescribe las acciones de los inferiores, resulta solo un caso particular dentro de una heterarquía, donde las relaciones mutuas entre niveles superiores e inferiores determinan una dinámica mucho más compleja que las que se observan en las causalidades top-down. En consonancia con las ideas de Minsky, González (2009, op. cit.) sostiene que tanto las mentes, las organizaciones como el ciberespacio puede concebirse como sistemas heterárquicos. Para tales propósitos, primero define heterarquía como una síntesis entre orden jerárquico y caos anárquico, o como una estructura flexible que posibilita la emergencia de nuevos “órdenes creativos” o “caos ordenados”. Finalmente, procede a analizar la lógica heterárquica en la mente humana, en el algoritmo de Google, en la Wikipedia y en las estructuras organizacionales. Respecto de la mente humana, González sostiene que la organización reticular de la memoria supone un sistema redundante pero a la vez flexible, en la medida en que posibilita accesos desde múltiples niveles. Además, la estructura de nodos, semejantes a links, posibilita el hallazgo de relaciones novedosas y, por ende, constituye la base del pensamiento metafórico. En palabras del mismo autor: “Nuestra memoria es un sistema tan finamente intrincado que tarde o temprano cualquier idea puede resultar una metáfora de cualquier otra” Respecto del algoritmo de búsqueda de Google, el autor destaca que su lógica básica remeda la teoría de la sociedad de la mente postulada por Minsky. A diferencia de los primeros buscadores de Internet organizados en estructuras de directorio jerárquicos, la Revista Argentina de Investigación en Negocios / 1 (Abril 2015) / ISSN (en línea) 2422-5282 25 26 Las metáforas organizacionales... (19-30) Federico González lógica de Google semeja mejor a la de un orden heterárquico. A efectos de mostrar esa lógica, González señala que el referido algoritmo consta de dos parámetros básicos: el nivel de popularidad de la página a indexar y la relevancia de su contenido en relación a determinado criterio de búsqueda. Finalmente, González teoriza sobre las directrices básicas para el diseño organizacional basada en los conceptos de heterarquía, memoria reticular y agentes múltiples regidos por una lógica social recursiva. Lo singular es la lógica eminentemente social con que Google determina la popularidad de una página. Para eso, el algoritmo procede a verificar la cantidad de links externos que apuntan a determinada página, donde cada link representa una especie de voto que la comunidad le conferiría. De tal modo, Google computa los votos o links que tiene una página como una medida de su popularidad. Pero lo realmente poderoso del algoritmo está dado porque el valor de cada voto varía en referencia a la cantidad de votos que tenga la página que emite el link, lo cual se propaga recursivamente. De tal modo, le popularidad de una página sintetiza su nivel de referencia en toda la red. La técnica de Google encuentra sus raíces en la bibliometría, donde se trata de ponderar el impacto de las publicaciones dentro de una comunidad científica a partir de la cantidad y calidad de citas que ha generado. Representa un ejemplo del poder de los sistemas no jerárquicos. La metáfora de la inteligencia colaborativa emergente aplicada a las organizaciones surge principalmente de los desarrollos de la Web 2.0 o Web colaborativa. González, también refiere a la estructura heterárquica de Wikipedia, en base al análisis de Senabre Hidalgo (2009), quien distingue diferentes efectos en las estructuras heterárquicas, tales como la micro-determinación (influencia de los niveles inferiores sobre los superiores), la macro-determinación (influencia inversa), las externalidades (procesos fuera de la estructura que impactan en uno o más niveles) y la retroalimentación semiautónoma (loops o feedback). Según el autor, es la naturaleza heterárquica de las interacciones entre diferentes niveles de Wikipedia (usuario, artículo y directrices Wikipedia), lo que determina la flexibilidad de un sistema abierto que ha posibilitado que un grupo de voluntarios actuando de modo colaborativo haya sido capaz de superar el contenido de la Enciclopedia Británica. 9. LA METÁFORA DE LA INTELIGENCIA COLABORATIVA A continuación se referencia una serie de definiciones emparentadas con el concepto de inteligencia colaborativa: Atlee (2003), acuñó el término co-inteligencia, definiéndola como una capacidad que trasciende la noción de coeficiente intelectual individual y cuya referencia son aquellos fenómenos donde participan varios individuos. Surowiecki (2005) se centra en la noción de inteligencia colectiva, a la que define en referencia a los desempeños ostensiblemente mayores de los grupos respecto de los individuos, al menos para cierto rango de tareas. Desde una perspectiva crítica, González y Váttimo (2012) señalaron una discrepancia entre definiciones teóricas de inteligencia colectiva y algunos ejemplos en las que ésta se expresaría. Específicamente, los autores notaron que en varias referencias sobre actos de inteligencia colectiva se encontraba ausentes el factor colaborativo propiamente dicho, la interacción y la coordinación en tiempo real de las acciones de los miembros participantes. Esto justificó la distinción entre inteligencia colectiva e inteligencia colaborativa. En consonancia, los citados autores definieron inteligencia colectiva como el producto resultante de un conjunto de individuos que aunque no interactúan directamente entre sí, contribuyen al logro de un resultado con valor agregado. En contraposición, definieron inteligencia colaborativa como una forma de inteligencia emergente de la acción de un conjunto individuos que se vinculan entre sí ARTÍCULOS mediante algún tipo de interacción, lo cual posibilita la obtención de resultados que portan valor agregado. La diferencia principal que se desprende de ambas definiciones radicaría entonces en la presencia o ausencia de interacción entre los actores involucrados. De modo tal que, en principio, la inteligencia colaborativa implicaría, como mínimo, la existencia de interacción; con independencia de que tal interacción se traduzca, además, en actividades coordinadas e involucramiento hacia un fin común. En un trabajo clásico circunscripto al dominio de la Web 2.0, Mayfield (2006) sugiere una transición desde la inteligencia colectiva a la inteligencia colaborativa, que se pondría en acto a través de distintas estadios que implican actividades con mayor grado de involucramiento. Por su parte, González (2009, op. cit.) sugiere que la colaboración puede expresarse a través de distintos modos: un modo fusión, donde cada individuo aporta algo a un producto final donde esa contribución queda indeferenciada; un modo molecular, como en el caso de un libro escrito por varios autores; un modo colección donde cada contribución aporta a un conjunto mayor abierto; o un modo agregador, como en el caso más simple de los comentarios en blogs. Los fenómenos de inteligencia colaborativa constituyen la base de lo que se conoce como crowsourcing o inteligencia colaborativa social, donde una comunidad de individuos interactúa dentro de un contexto determinado en pos de encontrar soluciones a problemas determinados de diferente tipo. La metáfora de la inteligencia colaborativa resulta especialmente fértil para dar cuenta del modo en que los individuos dentro de una organización son capaces de coordinar acciones en pos de alcanzar sus objetivos. En su versión más radical la metáfora conduce a redefinir a la organización como un sistema de colaboración que propicia productos de inteligencia emergente. 10. LA METÁFORA DEL ADN CULTURAL El origen de esta metáfora se remonta a la tesis de Dawkins (2004) sobre el gen egoísta. Básicamente, allí se sostiene que los organismos vivos son autómatas de supervivencia ciega al servicio de la preservación de los genes egoístas. Conforme a la teoría darwiniana de la evolución, los mecanismos elementales que rigen lógica funcional de los genes egoístas son la replicación, la variación y la selección. Así, la teleología de los genes se reduce a un conjunto de mecanismos cuyo único fin es preservarlos y multiplicarlos. La extrapolación de la lógica genética al orden cultural dio emergencia a la tesis de los memes, en tanto unidades básicas del orden cultural, y a la memética, en tanto disciplina que teoriza sobre su funcionamiento. El concepto de meme fue acuñado por el mismo Dawkins (2004, op. cit.) quien, analogándolo al concepto de “gen”, lo definió como la unidad mínima de herencia cultural. El término “meme” representa un neologismo que conjuga la similitud fonética con “gene” y la semántica asociada a imitación o mímesis, y a memoria. Los memes serán entonces las unidades informacionales básicas que portarían la herencia cultural que, en parte, se adquiría por imitación y cuyo reservorio físico serían los cerebros donde se alojarían como memoria. La metáfora memética permite generar una serie de implicancias derivadas del orden de le genética, aunque semejante operación también posibilite, además, poner de manifiesto algunas diferencias. En lo que concierne a las semejanzas, la metáfora permite postular la existencia de los tres mecanismos básicos que rigen a la genética: replicación, variación y selección. En el orden de la genética, los genes egoístas postulados por Dawkins primero deben ser replicados a los efectos de maximizar el fin de preservarse. No obstante, durante el proceso de replicación surgen variaciones o mutaciones, en la medida en que el logro de réplicas perfectas resulta dificultoso. Por Revista Argentina de Investigación en Negocios / 1 (Abril 2015) / ISSN (en línea) 2422-5282 27 28 Las metáforas organizacionales... (19-30) último, el mecanismo de selección será el responsable final de garantizar que sobrevivan aquellas versiones con mayores posibilidades de auto-perpetuarse. Tomada en su aspecto extremo, la teoría del gen egoísta conduce a concebir a los organismos biológicos (vg. los cuerpos) como meras corazas protectoras de la información genética subyacente. Un proceso análogo ocurriría con los memes. En primer lugar los memes tienen a ser copiados a través del proceso de imitación. Durante ese proceso se producen variaciones operadas de modos diversos. Y finalmente, se conservan aquellas variantes con mayores posibilidades de inscribirse y permanecer en el acervo cultural. Otra posible implicancia dentro de la matriz conceptual de la analogía memética surge al comparar el modo de fecundación de los memes con el modo de transmisión de los virus. En ambos casos se necesita una unidad inicial, un mecanismo de replicación, un medio de propagación y un huésped. La perspectiva anterior enfatiza la idea de que la transmisión cultural opera básicamente a través de la transferencia de información entre dos mentes humanas. Adicionalmente, así como los cuerpos asumen la función de membrana protectora de los genes, los cerebros cumplirían idéntico rol respecto de los memes. La analogía de la transmisión de virus se constituye entonces en el equivalente memético de la difusión cultural, donde los memes representan el ADN cultural que se transmite de individuo a individuo y de generación en generación. Sin embargo, la teoría mimética estándar parece haber soslayado el hecho de que la cultura no solo se transmite de modo directo entre individuos, sino también de manera indirecta a través de los artefactos culturales que asumen el valor de reservorios. Al respecto resulta ilustrativa le la teoría de los tres mundos postulada por Popper (1976) que distinguía entre el mundo 1, de naturaleza física; el Federico González mundo 2, de naturaleza mental y el mundo 3, de naturaleza simbólica. El mundo simbólico supone una amalgama entre materia y mente, en la medida en que la información contenida en los estados mentales puede implementarse en un soporte físico. Así, un símbolo supone una unidad representacional que porta un contenido y que, a su vez, se materializa en un objeto físico. Desde tal perspectiva, un libro es un objeto físico donde el autor cifró una serie de contenidos mentales que pueden ser recuperados por un lector, dentro de un proceso no exento de ruido o — en jerga memética— de errores de replicación. Adicionalmente, la tesis de Popper resulta compatible con la tesis del dualismo funcionalista, postulada en el ámbito de la filosofía de la mente (Putnam, 1990), que sostiene que los sistemas mente-cerebro son objetos duales que, en un micro nivel subyacente, pueden entenderse como sistemas físicos-neurales; mientras que un nivel emergente, pueden entenderse como sistemas representacionales mentales. Al especular sobre la naturaleza última que conformaría los memes surge el concepto de representación. Un meme será entonces una porción de información mental que puede existir potencialmente o en acto. Lo primero refiere a la información codificada en un artefacto cultural o disponible sin actualización en los engramas cerebrales (mundo 3 de Popper). Lo segundo, a la actualización del contenido mental sobre la consciencia (mundo 2 de Popper) Además de constituir representaciones mentales, los memes pueden ser concebidos como procedimientos para la acción. Así, un meme como “democracia” puede ser entendido tanto en términos de una idea abstracta como de un conjunto de reglas regulatorias de los comportamientos políticos de una sociedad. Otra particularidad de la teoría memética, especialmente importante en lo concerniente a las organizaciones, es que los memes pueden agruparse formando macro-memes o complexmemes. Los macro-memes son sistemas de memes estructurados que conforman objetos ARTÍCULOS culturales complejos como lenguajes, sistemas político-legales, teorías científico-filosóficas y narraciones mitológicas o literarias. Desde el marco memético, una organización sería un caso particular en que un grupo de individuos interactúa intercambiando, replicando, generando y codificando memes. Aunque en primera instancia, la memética organizacional pudiera homologarse al concepto de cultura organizacional, su alcance resulta mayor. En efecto, mientras que la cultura organizacional refiere al conjunto de creencias, valores, mitos, rituales y artefactos propios de una organización, la memética organizacional incluiría también a cada uno de los subsistemas mentales de sus miembros. De tal modo, la cultura organizacional sería tanto el universo representacional y conductual compartido, como cada una de las diversas representaciones individuales que conforman la organización. Asimismo, se argumentó que el advenimiento de las recientes revoluciones en los campos de Internet, inteligencia artificial, redes sociales y otras TICs conduce a pensar nuevas metáforas afines con el paradigma de la virtualidad compleja. Al respecto se postularon las metáforas de la enciclopedia universal, inteligencia emergente, inteligencia colaborativa y ADN cultural. A pesar de que esas cuatro metáforas presentan una matriz común, importan los detalles que aporta cada una para repensar la teoría y la práctica organizacional. Aunque una organización pueda definirse de modo no metafórico como un conjunto de individuos que interactúan en pos de un objetivo común, entender la complejidad organizacional en términos metafóricos contribuye a ampliar el repertorio de los paradigmas a través de los cuales se intenta comprenderla. En lo que refiere a sus implicancias prácticas, la memética puede ser especialmente útil para dar cuenta de ámbitos organizacionales específicos como la gestión de la innovación, el benchmarking y los procesos de globalización. BIBLIOGRAFÍA Una posible prospectiva de la memética organizacional podría evolucionar hacia un conjunto de directrices que permitan predecir posibles evoluciones del capital memético y, eventualmente, encauzar algunos caminos posibles con el fin de catalizar al proceso evolutivo organizacional hacia formas de complejidad mayor. Austin, J. L. y Urmson, J. O. (1995). Cómo hacer cosas con palabras. Buenos Aires: Paidós. 11. SÍNTESIS FINAL Atlee, T (2003). “Is collective intelligence like individual intelligence?” En The Co-Intelligence Institute (ed. 2003). Disponible en web: http://www. cointelligence.org/CollectiveAndIndivIntell.html (Acceso 20-12-2014) Borges, J. L. (2000). La biblioteca de Babel: prólogos. Buenos Aires: Emecé. Dawkins, R. (2004). El gen egoísta [The selfish gene]. Barcelona: Salvat Editores. En el trabajo se han analizado diferentes metáforas a través de las cuales se han pensado las organizaciones. Al inicio, se ha intentado explicar la función heurística de las metáforas que permite pensar posibilidades que de otro modo podrían quedar inadvertidas. Flores, F., Andrews, B., y Lowick-Russel, H. (1995). Inventando la empresa del siglo XXI. Palma de Mallorca: Dolmen Ediciones. González, F. (2009). Aprendizaje colaborativo organizacional. Disponible en web: http:// es.slideshare.net/fede1234/aprendizajecolaborativo-organizacional-presentacinconferencia-uai (Acceso 20-12-2014) Posteriormente se han analizado una serie de metáforas organizacionales postuladas en los trabajos pioneros de Gareth Morgan y Fernando Flores. González, F., y Váttimo, S. (2012). “Procesos de inteligencia colectiva y colaborativa en el marco de tecnologías web 2.0: conceptos, problemas y aplicaciones”. En Anuario de investigaciones, (Vol. 19, No. 2, p. 273-281). Revista Argentina de Investigación en Negocios / 1 (Abril 2015) / ISSN (en línea) 2422-5282 29 30 Federico González Las metáforas organizacionales... 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