Libre del pecado, 1ª Parte

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Gracia a Vosotros: Desatando la Verdad de Dios, Un Versículo a la Vez
Libre del pecado, 1ª Parte
Escritura: Romanos 6:15-18
Código: 45-48
John MacArthur
Bueno, en esta noche vamos a estar regresando a Romanos capítulo 6, y antes de que entre
de manera formal al mensaje, permítame expresar lo profundamente agradecido que estoy
por su fidelidad en venir. He estado lleno de emoción con la iglesia llena porque esto es difícil,
nos forza a comprenderlo en tantas maneras, tenemos que pensar junto con los pensamientos
del Apóstol Pablo, tenemos que estar alertas. Recuerdo lo que Pedro dijo acerca de Pablo en
2ª de Pedro 3:16, que en todas sus epístolas él habla de cosas que son difíciles de entender,
las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también lo hacen con las otras
Escrituras. Pablo dijo cosas que eran difíciles de entender. Pedro inclusive lo confesó, y lo
confieso también, y sé que ustedes también.
Entonces, ha sido muy gratificante el tener una fidelidad como ésta, como ha sido en estas
discusiones teológicas tan difíciles de seguir por parte del Apóstol Pablo en la epístola
Romana. En los capítulos 4, 5 y 6 han sido muy, muy profundos, muy ricos; educación
teológica en breve, créame, se lleva a cabo cuando uno estudia estas grandes porciones de
las Escrituras. Ahora, en esta noche llegamos a la segunda mitad de Romanos 6, y conforme
vemos Romanos 6:15-23, quiero titular esta sección: “Libre del pecado”. Permítame leerle los
versículos 15 al 23 para que los tenga en mente conforme entramos a esta sección: “15 ¿Qué,
pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna
manera. 16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois
esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia
para justicia? 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido
de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del
pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.
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Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad
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presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para
santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia. 20 Porque cuando erais
esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas
cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. 22 Mas ahora que
habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la
santificación, y como fin, la vida eterna. 23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la
dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. Jesús dijo en Juan 8:34: “El
que hace pecado, esclavo es del pecado”. Todos los hombres que viven una vida de cometer
pecados son esclavos a ese pecado.
De hecho, toda persona que llega a este mundo está bajo la tiranía del pecado; controla sus
pensamientos, controla sus palabras, controla sus acciones. Expresado en la terminología de
Romanos 6:17: “Erais esclavos del pecado”; versículo 20: “Erais (de nuevo) esclavos del
pecado”; dos veces en ese pasaje. Él dice: “Solía ser esclavo, siervos, “dulos”, esclavos del
pecado”. Y el fin definitivo de ser un esclavo al pecado lo encontramos en el versículo 21 al
final: “Porque el fin de ellas es muerte”, y en el versículo 23 al principio: “Porque la paga del
pegado es muerte”. Ser esclavo del pecado es morir. El pecado, en últimas, mata. Y cuando
usted piensa en lo que significa ser un esclavo del pecado, es un pensamiento horrendo. Años
atrás, el Dr. Wotring escribió grandes palabras, palabras prosaicas acerca del pecado, y se
han vuelto algo que nos ayuda a entenderlo, inclusive en esta sociedad, y quizás le va a dar
un sentido de lo que significa ser un esclavo al pecado; y él escribió esto: “El pecado es una
deuda, una carga, un ladrón, una enfermedad, una lepra, una plaga, un veneno, una
serpiente, un aguijón; todo lo que el hombre odia, es el pecado.
Una carga de maldiciones y calamidades detrás de las cuales se encuentran presiones
intolerables aplastantes. La creación entera gime. ¿Quién es el que prepara una tumba para
el hombre? ¿Quién es esa seductora pintada que roba su virtud? ¿Quién es el homicida que
destruye su vida? ¿Quién es la hechicera que primero engaña y después condena su alma?
El pecado. ¿Quién, con un aliento frío, congela los retoños hermosos de la juventud? ¿Quién
rompe el corazón de los padres? ¿Quién trae cabellos grises a los hombres de edad y los
lleva a la tumba? El pecado. ¿Quién cambia a los niños gentiles y los convierte en áspides, a
las madres tiernas en monstruos, y a sus padres en hombres peores que Herodes, los
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homicidas de su propia inocencia? El pecado. ¿Quién arroja la manzana de la discordia en los
corazones de las casas? ¿Quién enciende la antorcha de la guerra y la lleva cruzando por
tierras que tiemblan? ¿Quién, mediante división en la iglesia, rasga la túnica sin costura de
Cristo? El pecado. ¿Quién es ésta Dalila que canta y hace que se duerma el Nazareo, y
entrega la fortaleza de Dios en las manos de los incircuncisos? ¿Quién con una sonrisa en su
rostro presenta adulaciones llenas de miel en su lengua, se pone de pie en la puerta para
ofrecer los ritos sagrados de la hospitalidad, y cuando la sospecha duerme, traspasa de
manera traicionera nuestros templos con un clavo?
¿Qué sirena hermosa es ésta que está sentada en la roca junto a un estanque mortal, y
sonríe para engañar, canta para mentir, besa con traición, y se aferra con sus brazos a
nuestro cuello para hundirnos en la perdición? El pecado. ¿Quién convierte el corazón más
gentil y suave en piedra? ¿Quién quita la razón de su trono elevado, y lleva los pecadores a
que enloquezcan como cerdos gadarenos y se apresuren a arrojarse por el precipicio en un
lago de fuego? El pecado”. Fin de la cita. El pecado, esa realidad terrible que arruina la vida,
condena el alma, que se aferra como un cáncer incurable al pecho humano, y en últimas,
devasta, destruye; el pecado al cual los hombres están esclavizados, y los hombres claman
por ser liberados del pecado pero no pueden; corren para huir de su culpabilidad pero no
pueden encontrar alivio.
Y debido a que los hombres son los esclavos del pecado, este pasaje es tan maravilloso
porque dice en el versículo 20 – versículos 18 y 22: “Habiendo sido entonces libertados del
pecado”, y versículo 22: “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado”; este pasaje se
convierte a todos aquellos que están aterrados por su pecado, una promesa de liberación,
libertad del pecado, qué gran pensamiento. El pecado que devasta, el pecado que destruye, el
pecado que mata. El regalo más grande que Dios jamás podría darle a un ser humano sería
ser libre del pecado, libre del pecado; ser restaurado al lugar de la justicia, poder cumplir todo
aquello para lo que Dios nos hizo antes de que el pecado invadiera nuestra vida humana.
Libertad del pecado, ¡qué pensamiento! De su paga, de su poder, y de su presencia
debilitante y homicida, ¡libre! No puedo pensar en un pensamiento más maravilloso que ese,
¿puede usted? Entonces, este pasaje maestro trata de ser libre del pecado, y usted debería
encontrar realmente una cantidad tremenda de consuelo aquí y una gran causa de gozo.
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Ahora, recuerde que Pablo está discutiendo la gran doctrina de la santificación, la cual está
conectada con la doctrina de la justificación; y ahora habiendo discutido eso en los capítulos
3, 4 y 5, él está mostrando el resultado de eso, y el resultado de eso, vimos en la primera
mitad del capítulo 6, es ser hechos santos; y el resultado de eso, en la segunda mitad del
capítulo 6, es ser liberado del pecado. Y para ser honesto con usted, son uno y lo mismo; y
Pablo simplemente está viendo la misma gran realidad desde dos ángulos. Y entonces, en
este capítulo aprendemos la gran realidad de lo que es la santificación, y también aprendemos
la gran realidad de cómo está conectada con la justificación. Cuando fuimos salvos, cuando
fuimos redimidos, y entramos en una relación correcta con Dios, eso fue para hacernos santos
y liberarnos del pecado, esa fue la intención.
Ahora, aprendimos en los primeros 14 versículos del capítulo que fuimos unidos con
Jesucristo en su muerte, resurrección, y de esta manera hemos muerto al pecado, y hemos
resucitado para caminar en una vida nueva. La paga por el pecado ha sido pagada en esa
muerte; el poder del pecado ha sido quebrantado, y ahora caminamos en vida nueva, vivos
para Dios. Y ahora, en los versículos 15 al 23, Pablo demuestra que fuimos hechos santos en
otra analogía, no solo hemos muerto en Cristo y resucitado en Cristo y ahora estamos
caminando en una nueva vida, habiendo muerto a la vieja; sino que ahora nos hemos vuelto
esclavos a Dios, y al hacerlo, la esclavitud al pecado, la cual era la característica de nuestra
vida antigua, ha sido quebrantada. Entonces, él realmente está hablando de lo mismo desde
dos perspectivas diferentes.
Él nos muestra que el creyente tiene una relación totalmente nueva al pecado después de la
salvación, diferente de lo que era antes porque él murió en Cristo y resucitó en Cristo, y
debido a que él tiene un nuevo amo, el cual anula al amo antiguo. Ese es el enfoque de la
segunda mitad del capítulo. Y en ambos casos, su punto es mostrar que una persona
verdaderamente regenerada no puede continuar en el mismo patrón de pecado que
caracterizaba su vida antes de que fuera salvo, ¿por qué?, porque ya no estamos en la misma
relación con el pecado, hemos muerto en Cristo y hemos resucitado. Ahora, en la segunda
mitad del capítulo tenemos a un nuevo amo, lo cual significa que ya no estamos bajo el amo
viejo. Entonces, sea que usted lo vea desde la primera mitad, o desde la segunda mitad del
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capítulo, usted va a ver lo mismo; un individuo verdaderamente justificado, redimido, salvo, va
a tener una relación diferente con el pecado de la que jamás tuvo antes, no puede continuar
como era antes.
Ahora, quiero que vea este pasaje, es un pasaje muy simple, aunque superficialmente parece
quizá ser difícil; vamos a dividirlo, y vamos a tomar unos cuantos elementos esta noche, y
unos cuantos elementos esta noche, y unos cuantos elementos la próxima vez, pero
comencemos con el antagonista; usamos ese mismo tipo de bosquejo para la primera mitad
del capítulo y el segundo sigue el mismo pensamiento. Comienza con una pregunta
propuesta. Llamaremos a esta parte el antagonista. Y por cierto, quiero decir, el que es
antagonista, el que se opone a la doctrina de Pablo de la salvación por la gracia; el legalista
no puede tolerar ese tipo de gracia, esto de hablar de la gracia. Y esto es lo que de manera
atípica diría el versículo 15: “¿Qué, pues, digo si somos salvos por gracia?, (o si como dijiste
en el versículo 14) ¿y ya no estamos bajo la ley? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley
sino bajo la gracia?”; en otras palabras, para algunas personas que son legalistas, la gracia
parece ser una licencia, la gracia parece ser algo que no tiene restricciones.
Digo, cuando usted llega a un grupo de personas como las personas judías, quienes toda su
vida han estado tratando de ganarse el cielo mediante sus buenas obras, y usted les dice:
“Bueno, todas tus buenas obras no son nada más que trapos de inmundicia, no significa nada.
Tú puedes ser salvo por el regalo gratuito de Dios, concedido a pecadores indignos”, es muy
difícil para ellos escuchar esto; se oye como libertinaje, se oye como tomar la libertad para
pecar, se oye como “no importa cómo vivas”; aquí es donde entra el antagonista, él está
diciendo: “Mira, si tú predicas este mensaje de salvación por la gracia; en otras palabras, que
no tengo que hacer nada para ser salvo, no puedo hacer nada para ser salvo, y nada de mi
bondad importa en mi salvación, y todo es gracia y Dios me va a perdonar, y no estoy bajo la
ley, estoy bajo la gracia; entonces, hombre, me acabas de dar libertad total, me acabas de dar
rienda suelta”.
Bueno, la respuesta de Pablo en la primera mitad del capítulo es simplemente esto: “No, no te
hemos quitado toda restricción porque Dios ha colocado en ti una nueva naturaleza, y tú eres
una nueva criatura; tu nuevo “yo”, tu nueva identidad, no va a hacer eso, ¿entiendes eso? Y si
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entiendes eso, indicas que no estás bajo la gracia, y no era eso una nueva criatura en lo
absoluto”. Entonces, la primera pregunta del antagonista vino en el versículo 1 y fue:
“¿Perseveraremos en el pecado para que abunde la gracia?”, y ahora la pregunta es muy
parecida: “¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia?”, la idea es la
misma. ¿Acaso la doctrina de la salvación por la gracia da libertad a pecar de una manera sin
restricciones?
Y esta es la acusación que es hecha en contra de esta doctrina, y puede imaginarse en el
contexto de la sociedad judía en la cual Pablo ministró, que estarían simplemente diciendo:
“Espera un momento. No puedes andar por todos lados haciendo eso”, y esta es la razón por
la que, por ejemplo, cuando él predicó en Galacia, en las ciudades de ese territorio conocido
como Galacia, y él predicó salvación por la gracia mediante la fe, la gente judía lo siguió y
venían a todas esas iglesias y decían: “¡No, no, no, no! Tienen que circuncidarse, tienen que
guardar toda la ley de Moisés, y si hacen eso entonces pueden venir a Cristo”, y Pablo tuvo
que escribir a los gálatas y decir: “No dejen que nadie los engañe, no dejen que nadie añada
obras a su salvación de gracia. Y si alguien viene y predica eso, no me importa quién es,
inclusive un ángel, que sea anatema”.
La doctrina de gracia permanece fiel; con toda la acusación, todavía permanece fiel. Y
siempre ha habido esos críticos que dicen que la doctrina de la gracia lleva a una vida sin
restricciones, esa es la crítica del antagonista, y quiero decirle lo que le dije antes en nuestro
estudio: Predicar la gracia y enseñar la gracia, siempre se abre a esta acusación. ¡Así es!
Siempre se expone a sí mismo a esta crítica, pero no la vamos a cambiar porque no temo
eso; yo no tengo miedo de decirle a alguien: “Tú vienes a Jesucristo por la gracia, y eso es por
el regalo gratuito de Dios de salvación, independiente de cualquier cosa que jamás hayas
hecho, y haciendo a un lado todo lo que has hecho, tú vienes por gracia, y yo creo que si
vienes por gracia, Dios te va a recrear como dice la Biblia, y no vas a salir y a abusar la
realidad de esa gracia. Ahora, podrías abusarla de vez en cuando, pero no va a ser un estilo
de vida total”.
Entonces, el antagonista hace la pregunta de regreso en el versículo 15 de nuevo: “¿Qué,
pues, pecaremos deliberadamente, la idea persistentemente, continuamente, habitualmente?
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¿Acaso nosotros que hemos sido liberados de estar bajo la ley” – y con eso él no quiere decir
que ya no somos responsables de obedecer la Palabra de Dios, lo que él quiere decir bajo un
sistema de ley, de justicia, bajo un sistema de ley, salvación, bajo un sistema de obras,
justicia, debido a que hemos sido liberados de tratar de ganarnos nuestra salvación, debido a
que es un regalo gratuito de gracia, eso es lo que es estar bajo la gracia significa.
¿Continuaremos simplemente y pecaremos? ¿Acaso la gracia nos libera para hacer eso?
Bueno, la respuesta de nuevo el primer punto es el antagonista, aquí está el segundo punto,
la respuesta: “Megenoito”; versículo 15, dice el griego: “Que Dios nos guarde”, lo traduce una
versión, y podría ser traducido: “No, no, en absoluto, ni lo pienses, de ninguna manera,
imposible, ridícula y absolutamente no. Ese es un pensamiento totalmente inaceptable,
inclusive hacer la pregunta es mostrar que no eres cristiano”, y créame, siempre ha habido
personas que han hecho esto.
Me acuerdo cuando hubo mucho de esta actividad, unos 12 o 13 años atrás aquí, y estaba
teniendo pláticas con algunos alumnos de universidad que estaban diciendo: “Hombre, me
acabo de meter en lo que estás diciendo, súper gracia, y no tengo que confesar mi pecado, y
a Dios no le importa lo que hago, y hombre, estoy libre en la gracia, y puedo vivir como quiera
vivir, y simplemente yo hago lo que quiero y estoy bajo la gracia”, y el estilo de vida continuo
que mostraban daba evidencia, de manera evidente, de que realmente nunca habían llegado
a entender lo que era estar bajo la gracia, porque la gracia no solo concede una salvación
inmerecida, sino que transforma una vida, y el patrón es cambiado, el patrón de pecado.
Entonces, el antagonista está en el versículo 15, y la respuesta está en el versículo 15: “No,
no, no, no”. Pero Pablo no solo le da respuestas cortas así, él las explica. Entonces,
acompáñeme al versículo 16 y veamos el axioma. ¿Qué es una axioma? Es una verdad
general. Un axioma es algo que usted no prueba, es evidente en sí mismo, no necesita
prueba porque es obvio; y eso es exactamente lo que usted tiene aquí, usted tiene un axioma
muy simple afirmado aquí.
Y él comienza diciendo: “¿No sabéis…?”, la suposición es que usted hace esto, “¿No sabéis
que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien
obedecéis?”, un axioma muy simple. Si usted se apunta para servir a cierto amo, usted tiene
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la obligación de servir a ese amo; digo, no se necesita una persona brillante el entender ese
axioma, es obvio, es evidente en sí mismo, simplemente está diciendo esto: “Un esclavo tiene
la obligación de obedecer a su amo por la naturaleza misma de su esclavitud”, digo, en eso
consiste la esclavitud. Si usted se apunta para ser un esclavo de alguien, usted se apunta
para obedecerle; eso simplemente es axiomático, eso es la esencia de lo que Pablo quiere
que entendamos, es un punto muy importante.
Si usted se entrega a un amo, usted se convierte en el esclavo del amo; obsérvelo de nuevo
en el versículo 16: “Si os sometéis a alguien como esclavos”, “dulos”, para obedecer, siervos o
esclavos, “Si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle. Digo, usted lo hace
porque usted se ha entregado a sí mismo. Ahora, en particular, eso no es verdad, cuando
usted se ha entregado de manera deliberada, voluntaria a ese individuo; usted se entregó a
un amo, y usted se convierte en el esclavo de ese amo, eso es obvio. Y después él continúa
en versículo 16 y hace una aplicación: “Sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia
para justicia”, ahora él personifica estos dos amos: uno es el pecado y uno es la obediencia; el
pecado, por cierto, es desobediencia, ¿verdad? Entonces, uno podría ser que es la
desobediencia, y el otro la obediencia. ¿Y a qué estándar se somete usted? ¿Qué estándar
obedecemos o desobedecemos? A Dios, ¿verdad?
Entonces, el punto es que algunas personas se entregan a sí mismas y se convierten en
siervos de desobediencia a Dios, y algunas personas se entregan a sí mismas y se convierten
en siervos de la obediencia a Dios, expresado en los términos del capítulo 5, los hombres
están en Adán o en Cristo; expresado en los términos, esto es el 5:17, capítulo 5:21: “Los
hombres o están bajo el reinado del pecado o el reinado de la gracia”. Entonces, en este
sentido, o usted está sirviendo al pecado o usted está sirviendo a la obediencia. Ahora,
permítame expresarlo de la manera tan clara que puedo. Solo hay dos opciones, solo hay dos
alternativas, eso es todo, solo dos, no hay punto medio, dos de donde escoger; o usted
escoge servir al pecado, o usted escoge servir a la obediencia; usted escoge obedecer a Dios,
o usted escoge no obedecer a Dios; y si usted no obedece a Dios, usted se convierte en el
súbdito, o usted –de manera natural– es el súbdito del príncipe de la potestad del aire,
Satanás mismo.
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Es una ley universal entonces que un hombre se convierte en un esclavo del amo con el que
él se compromete, simplemente es un principio axiomático; también es axiomático en ese
mismo principio que usted nunca puede servir a dos amos, usted está comprometido con uno
o con otro. Jesús lo dijo en Mateo 6:24: “Ninguno puede servir (¿qué?) a dos amos, porque o
va a amar a uno y aborrecer al otro, o se va a aferrar a uno y va a menospreciar al otro”, y en
ese caso él dijo: “Usted no puede servir a Dios y al dinero”, usted no puede servir a dos amos;
es la naturaleza de la esclavitud que usted no puede tener a dos personas dándole órdenes si
usted es esclavo. Una vez que usted ha escogido a su amo, por la definición misma de ese
acto, usted se ha obligado en obediencia a ese amo. Ahora, ese es el axioma básico
sustantivo del cual fluye el resto del texto. Así como vimos en los primeros 14 versículos, la
idea de que fuimos sepultados con Cristo y que hemos resucitado con Cristo, aquí la idea es
la analogía de la esclavitud; cuando usted se volvió cristiano, ¿qué es lo que usted dijo
realmente? “Me someto (¿a quién) a Dios a través de Cristo”.
Ahora, permítame expresarlo de la manera más simple que puedo. No hay salvación fuera de
una sumisión consciente como ésta; eso destruiría el punto entero de Pablo aquí. Cuando
usted viene a Cristo, usted viene como un esclavo, un amo, como un siervo al Señor, no hay
otros términos; y cuando usted dice: “Vengo como un esclavo o un siervo al Señor y mi amo”,
usted está afirmando su compromiso con estar sujeto a Él. Ahora, si usted está –de regreso
en el versículo 16– si usted es el esclavo del pecado, ¿a qué lleva?, a la muerte. Y vamos a
oír eso varias veces antes de que lleguemos al versículo 23. Y si usted es el esclavo de la
obediencia, ¿a qué lleva?, a la justicia. El pecado lleva al pecado, y lleva al pecado y lleva a la
muerte; el pecado engendra pecado, engendra pecado, engendra pecado, engendra muerte.
Los hombres –dice Charles Hotch– se apresuran de un servicio degradante a otro, hasta que
lleva su ruina. Pero, por otro lado, si usted sirve a la obediencia, y la obediencia es
personificada en este punto como si fuera un amo, si usted sirve a la obediencia, lleva a la
justicia, la justicia a la justicia; y como encontraremos en el versículo 23, en últimas, ¿lleva a
qué?, a la vida eterna. Entonces, usted tiene una alternativa, esa es su alternativa. Usted
puede ser un esclavo al pecado el cual usted lo es por naturaleza, o usted puede ser un
esclavo a Dios, lo cual usted es mediante una nueva creación. Ahora, permítame decir algo
muy importante en este punto: El que viene a Dios a través de Cristo y dice: “Vengo a Ti como
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mi Salvador, me someto a Ti como Amo y Señor”. Escúcheme, y este es el punto entero de
Pablo: Él no solo está obligado en términos éticos a obedecer, él ha sido creado para
obedecer, y eso es una verdad muy importante. Cuando usted se convirtió en cristiano, no es
simplemente que usted tiene la obligación ética de ser obediente, sino que usted ha sido
creado para ser obediente; y si usted tiene alguna pregunta acerca de esto, entonces usted no
entiende Efesios 2, el cual dice que fuimos creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuales Dios preparó no antes de que las deseáramos o esperáramos o quisiéramos, sino que
Él las preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
La salvación es para buenas obras, sin duda alguna. Entonces, observe que debido a que
muchas personas han tenido problemas, se han equivocado en Romanos 6 porque no
entienden ese concepto, Pablo aquí no está hablando de una obligación ética, esto es una
consciencia moral de obligación; él está hablando de rehacer la naturaleza de un individuo, de
tal manera que el factor de la obediencia es una realidad. Hay una realidad ética aquí
también, pero comienza con el hecho de que Dios ha hecho una nueva criatura, y entonces
pasa a una responsabilidad ética. Entonces, Pablo está tratando –escuche esto– con un
estado de ser, con un hecho; no con lo que debería hacer, no con un mandato. Dice usted:
“Bueno, lo que estás tratando de decir entonces es que toda persona que es salvada es
transformada”, correcto. En los primeros 14 versículos vimos la transformación a través de la
ilustración de la muerte y resurrección, ¿verdad? Y aquí vemos la transformación a través de
la analogía de tener –en un sentido–, de haber –en un sentido– muerto a la esclavitud antigua
a la vida, y ahora hemos pasado la nueva esclavitud.
En el siguiente capítulo, capítulo 7, vamos a ver la misma analogía, nada más que en esa
ocasión va a ser una situación de matrimonio en donde usted tiene un marido anterior y un
nuevo marido, y Pablo está enfatizando lo mismo, que hay una nueva creatura; y aunque
estamos en la presencia de nuestros cuerpos aunque todavía poseemos la carne, aunque
solo podemos experimentar santidad imperfecta, obedeceremos, debemos obedecer; eso es
un elemento esencial en nuestra nueva creación. Ahora, si usted quiere ver un texto que se
compara con texto que se compara con éste, Colosenses 1:21 sería útil: “Y vosotros (esto
somos nosotros) que antes habíamos estado alejados y éramos enemigos en nuestra mente
mediante obras impías; ahora Él los reconcilió en el cuerpo de su carne mediante la muerte”.
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Ahora, cuando Dios nos reconcilió en la cruz algo pasó; dice usted: “Sí, nos trajo a Dios”, eso
es correcto, pero algo más pasó, observe esto: Él nos reconcilió para presentarnos santos,
irreprensibles y sin mancha (¿en dónde?) a sus ojos. Ahora, usted puede regresar a
Romanos. Cuando Dios nos redimió, esa nueva criatura se volvió santa, y se va a manifestar
en un cambio de conducta. La obediencia –escuche, lo voy a decir de otra manera– es una
certeza en la vida de una persona verdaderamente justificada.
Ahora, eso no quiere decir que no va a haber pecado ahí, eso no quiere decir que no va a
haber ocasiones en las que el pecado no parece dominar; pero la obediencia va a estar ahí,
aún si es oscurecida inclusive en algunos puntos. Y entonces, podemos decir, si una persona
continúa en pecado, no mitigado, continuo, habitual, persistente, deliberado, como él vivía
antes de que supuestamente viniera a Cristo, no importa lo que él piense, no es cristiano.
Entonces, el hecho mismo de la pregunta presentada en el versículo 15, es ridículo que
alguien diga: “Bueno, entonces si estamos bajo la gracia, entonces no estamos bajo la ley, y
entonces simplemente pequemos como locos”. Usted muestra al hacer una pregunta así, que
usted ni siquiera es cristiano, usted continúa siendo un esclavo al pecado. 1ª de Juan dice que
usted no podrá pertenecer a Dios, no puede. 1ª de Juan 1:6: “Si decimos que tenemos
comunión con Él, y andamos en tinieblas, (¿qué?) mentimos, y no practicamos la verdad”. 1ª
de Juan 2:4: “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso y la
verdad no está en él”. 3:9: “Todo aquel que es nacido de Dios no comete pecado, porque la
simiente de Dios permanece en él y no puede pecar porque es nacido de Dios. En esto los
hijos de Dios y los hijos del diablo son manifiestos. Todo aquel que no hace justicia no es de
Dios, ni el que no ama a su hermano”.
En otras palabras, si usted es cristiano, usted va a manifestar justicia, usted va a manifestar
obediencia. ¿Acaso Pedro no dice lo mismo?, 2ª de Pedro 2:19: “Mientras que prometen
libertad, ellos mismos son esclavos de corrupción, porque aquello por lo que un hombre es
vencido, de lo mismo es esclavizado”, es un gran principio. Aquello que lo domina a usted es
indicativo de quién es su amo, y esa es la razón por la que decimos: “Muéstrenos usted a una
persona que vive en una vida incesante, de pecado, y realmente no importa lo que dicen”.
Mateo Henry lo dijo de esta manera, y cito: “Si queremos saber a cuál de estas dos familias
pertenecemos, debemos preguntar a cuál de estos dos amos entregamos nuestra
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obediencia”, fin de la cita. Ahora, regresemos a lo que dijimos la semana pasada simplemente
para que usted lo entienda. Si usted es un verdadero cristiano usted puede pecar, pero el
verdadero usted va a odiar ese pecado, y usted va a estar donde Pablo estuvo en Romanos 7,
usted va a estar diciendo: “Las cosas que quiero hacer no las hago, las cosas que no quiero
hacer las hago. ¡Oh, miserable de mí!”; y entonces, hay dos razones en este capítulo por las
que un creyente no va a continuar en pecado bajo la gracia: Número 1, está unido a Cristo, él
ha muerto al pecado, el pecado no tiene poder sobre él. Número 2, él es esclavo de un nuevo
amo, y él va a obedecer al nuevo amo mediante una definición misma de su esclavitud.
Ahora, viendo visto al antagonista y la respuesta y el axioma en el versículo 16, los
versículos17 al 22 se convierten en el argumento en el que él desarrolla todo su pensamiento
en base al axioma ahí, y después en el versículo 23 él finalmente cierra con lo que yo llamo
“un absoluto”. No vamos a cubrir todo esto, pero permítame tan solo introducirle, presentarle
el argumento en los versículos 17 al 22, es simplemente algo maravilloso. Pablo ahora está
explicando el principio del versículo 16, explicando el axioma, aplicándolo a la situación, y él lo
hace al presentar un contraste extendido entre estas dos esclavitudes: la esclavitud al pecado
y la esclavitud a la justicia; él simplemente las desarrolla. Él comienza con su posición y
después su práctica, y después su promesa; él avanza a lo largo de las tres fases: Cuándo
comenzaron, a dónde van, y en dónde terminan.
Veamos la posición en primer lugar de estas dos esclavitudes, versículo 17: “17 Pero gracias a
Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de
doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la
justicia”. Ahora, usted ve ambas ahí, ¿no es cierto? Por un lado, en el versículo 17, erais
esclavos del pecado; en el versículo 18, se han convertido en esclavos de la justicia. Ahora,
eso son los puntos iniciales que vamos a ver. Estas son palabras posicionales, y voy a
explicarlas conforme avanzamos. Observe el versículo 17: “Pero gracias a Dios”, y este es un
comentario importante. Cuando usted está hablando de la salvación de alguien, usted tiene
que agradecer a quién, ¿a quién tiene que agradecer? ¡A Dios! Usted no vino a Cristo porque
usted fue muy inteligente, usted no vino a Cristo porque usted vio las opciones y dijo: “Esto es
lo que quiero hacer”, usted no vino a Cristo porque alguien lo convenció intelectualmente por
mucha información que es verdad, usted no vino a Cristo por ninguna otra razón realmente
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fuera de que Dios lo trajo a usted, eso es correcto. “Ninguno puede venir a mí si el Padre que
me envió (¿qué?) no le trajere”.
Y usted siempre agradece a Dios por la salvación porque Él es el autor y el consumador de
nuestra fe, solo Dios es el que puede romper la esclavitud al pecado; la salvación es de Dios y
de nadie más, no hay salvación fuera de aquello que Dios ha dado. En Romanos 1:8 al
principio de su epístola Pablo dijo: “Doy gracias a mi Dios, a través de Jesucristo, por todos
vosotros, de que se habla de vuestra fe por todo el mundo. Le doy gracias a Dios por lo que
ha pasado en su vida”, bueno, eso es básico, y por cierto, usted va a encontrar ese concepto
a lo largo del Nuevo Testamento entero. La transformación que nos lleva de la muerte a la
vida, del pecado a Dios, es una que Dios lleva a cabo por sí mismo. Habiendo dicho eso,
entonces veamos el resto del contraste aquí. Él entonces dice que “aunque erais esclavos del
pecado”, ese es un verbo en tiempo imperfecto que significa “es un tiempo pasado de una
realidad continua”; en otras palabras, en tiempos pasados, ustedes continuamente en el
pasado, continuamente eran unos esclavos del pecado.
Ahora esa es la condición natural de toda persona. La gente no quiere admitir eso, no les
gusta oír eso. Expresado de una manera muy coherente, con la manera en la que hemos
estado hablando en las últimas dos semanas, lo que él está diciendo es: “Desde el comienzo,
ustedes por naturaleza han sido pecadores continuamente, esa es su naturaleza, esa es su
condición natural; forzados de manera involuntaria, y un dominio áspero al nacer en el
mundo”. ¿Sabe usted de dónde obtuvo todo este pecado? ¿De dónde lo obtuvo? De su madre
y su padre, y así podemos regresar hasta Adán y Eva. Y entonces, los hombres y las mujeres
que nacen en este mundo, nacen en esta condición tremenda de esclavitud al pecado. En
Romanos 3, de hecho, en cierta manera nos ayuda a ver lo que significa; en el versículo 10:
“No hay justo, ni aún uno, no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos a una se
desviaron, todos a una se hicieron agrios”, eso es lo que el verbo significa; “no hay quien haga
lo bueno, no hay ni siquiera uno, sepulcro abierto es su garganta, con sus lenguas engañan,
veneno de áspides hay debajo de sus labios, su boca está llena de maldición y amargura, sus
pies corren para derramar sangre, quebranto y destrucción hay en su camino, no conocieron
camino de paz y no hay temor de Dios delante de sus ojos”.
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Entonces, esta es una descripción de la humanidad esclavos al pecado. Los hombres no se
dan cuenta de esto, usted lo sabe; creen que son libres, y usted inevitablemente le presenta a
alguien el evangelio, y les habla de venir a Jesucristo, y temen venir a Cristo porque tienen
miedo de que es algún tipo de esclavitud, piensan que tienen libertad, y no tienen libertad en
lo absoluto, no existe algo como la libertad para una persona no regenerada, en absoluto; son
esclavos. Pero él dice esto: “Erais esclavos del pecado, pero habéis obedecido de corazón”,
me encanta eso. ¿Qué dice eso? Bueno, no fue externo, ¿verdad?, cuando vinieron a Cristo
no fue algo que hicieron por fuera, no fue algún bautismo de agua o alguna membrecía de la
iglesia, o firmar alguna tarjeta, o levantar su mano, caminar por un pasillo, o hacer algún tipo
de rito religioso, o contar sus cuentas, o prender una vela, o lo que fuera, tomaron peregrinaje
– no fue nada externo, fue algo interno, de corazón. ¿Y qué es lo que pasó en su corazón?
Obedecieron, obedecieron.
En otras palabras, escuche, aunque es la obra de Dios, usted no es transportado de manera
pasiva de un amo a otro, usted no es tomado de manera simplemente involuntaria y colocado
en algún otro lugar; y la gente que se mete en la doctrina de la soberanía de Dios, con mucha
frecuencia ve a la gente siendo salva sin que siquiera la gente lo sepa. Usted puede leer a
teólogos que dicen que puede haber una persona redimida y ni siquiera lo sabe la persona por
qué ha sucedido; Dios ya lo hizo, Él simplemente no se lo ha anunciado todavía a usted.
Tengo mucha dificultad con eso, porque usted nunca ve la salvación ocurriendo fuera del acto
de compromiso con Cristo. En este contexto en particular se habla de esto como obediencia,
obediencia; con gusto, con disposición, con un sentido de esclavitud al pecado, usted corrió
para que Dios fuera su nuevo amo. ¿Y qué obedeció? ¿Alguna cosa espiritual, vaga,
nebulosa? ¡No! Y muchas personas dicen: “Yo creo, yo creo, yo creo en creer, creo”.
¿Y usted sabe? Usted oye esto todo el tiempo de la gente: “Oh sí, soy creyente”, “¿En qué
crees?”, “Oh, yo creo en Dios, yo creo”, bueno, es más que eso. Dice en el versículo 17:
“Habéis obedecido de corazón aquella forma de doctrina”, ¿no es eso bueno? No es cuestión
de que: “Bueno, yo creo si tú tan solo crees vas a estar bien”, no. Usted cree esa forma de
doctrina, ese cuerpo de verdad salvadora; forma “tupos”, tiene muchos usos, la manera en la
que es presentada en este versículo es maravillosa, el griego debe expresar “han obedecido
del corazón esa forma de doctrina en la que (escuche esto) a la que fueron entregados”, no
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que fue entregada a ustedes, sino que ustedes fueron entregados a ella. ¡Hombre, ese es un
pensamiento tremendo! Permítame darle la idea. La palabra “tupos” aquí significa molde, un
molde, y supongamos que el molde está en la forma de un siervo; cuando usted vino a este
mundo, usted fue vaciado en un molde, y salió después de que se enfrió el metal, y usted fue
levantado de ese molde, y fue levantado y colocado en el mundo; era un esclavo al pecado,
usted era una estatua de esclavo, y su esclavitud era el pecado.
Pero Dios – debe ser agradecido y usted respondió al verdadero evangelio, al obedecer a la
forma a la cual usted fue vaciado. Es como si en la analogía de Pablo, cuando Dios lo vio a
usted como un esclavo al pecado, por su gran gracia, Él lo derritió y lo redujo a los elementos
básicos; y mientras que usted estaba caliente, derretido, Él lo volvió a vaciar a usted en un
nuevo molde, este molde, la forma de doctrina, la cual usted fue entregado. Lo puede ver en
2ª de Timoteo 1:13, la forma de las sanas palabras. Esa palabra “forma” es usada 16 veces
en el Nuevo Testamento, “hay forma en esto”. Entonces, aquí está usted. Usted ha sido
derretido por convicción mediante la obra que inició el Espíritu Redentor, y ahora ha sido
vaciado de nuevo en un nuevo molde, y cuando el metal se enfría, y usted se haya endurecido
y se ha levantado, usted tiene una nueva forma. ¿Cuál es su forma? Usted ha sido
conformado al molde en el cual fue usted vaciado, ¿y cuál es ese molde?, es la forma de
doctrina.
¿Qué significa eso? Usted se ha conformado al patrón de la verdad que es el evangelio, usted
ahora es una estatua viva de la realidad del evangelio, es un gran pensamiento; usted es
nuevo, todo nuevo. La enseñanza –y piense en esto de esta manera– a la cual usted se
somete cuando usted se convierte en cristiano, lo conforma a su imagen. Usted debe de saber
que ese es un gran pensamiento. Alguna vez ha notado –y esto es verdad de todo en la vida–,
la gente vive como ellos aprenden a vivir, es verdad, la gente vive como ellos aprenden a vivir;
usted viene a Grace Church por una cantidad considerable de tiempo, y vamos a vaciarlo en
nuestro molde, realmente lo vamos a hacer, y usted va a andar ahí rebotando como si fuera
un pequeño “grace”. Así es, así sucede. Y está bien porque Jesús dice: “El discípulo se
convertirá en su maestro”, eso está bien, eso está bien, digo, después de todo viene de cierta
familia, y lleva la imagen de esa familia; usted ha sido vaciado en ese molde, ¿no es cierto?, y
eso es precisamente lo que dice en Romanos 12:2 cuando dice: “No dejen que el mundo los
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coloque en su molde”, usted ha sido derramado en un molde de la forma de sana enseñanza
acerca del evangelio, y usted ha sido enfriado ahí, y usted ha sido sacado, y usted es una
realidad viva; usted ahora es una estatua de esclavo de nuevo, pero ahora es un esclavo de
Dios, y solo Dios podrá derretir esa persona de antes y derramar, vaciar esos ingredientes de
nuevo en un nuevo molde y formar esa nueva persona.
Aquel que antes estaba sellado con enseñanza falsa, ahora es sellado con la imagen de la
verdadera doctrina de Dios. Esto es tan bueno. Y permítame profundizar. Usted tiene que
encajar en el molde, usted no se convierte en un cristiano simplemente al flotar por todos
lados y creer lo que usted quiere. Comí el otro día cuando hablé en la comida de los hombres
de negocios del evangelio, y después cuando terminó, un hombre se me acercó y me dijo: “He
estado en este grupo por mucho tiempo (y dijo), te voy a decir cómo creo que usted llega a
Dios”; y yo le dije: “Muy bien, dígame”, él dijo: “Bueno, como puede ver, hay muchos
peldaños”, y esto es lo que dijo, exactamente lo que dijo: “Y allí arriba está esta puerta, y
detrás de esa puerta está este hombre llamado Jesús”, y él dice lo que usted debe realmente
hacer es tratar de subir por las escaleras, pasar por la puerta, y que un hombre como el
hombre Jesús te deje entrar.
Y él dice: “Cuando vas camino arriba por las escaleras, tienes a todos estos predicadores y
movimientos que te están gritando, pero tú tienes que seguir subiendo por las escaleras, y yo
lo llamo la escalera de la esperanza, así creo que es”, y yo le dije: “Señor, qué amable, usted
no es cristiano, y su escalera no tiene esperanza, usted necesita depender de Jesucristo,
usted ni siquiera entiende lo que significa ser salvo”. Como puede ver, usted no puede
inventar su propio molde, ¿entiende eso? Hay cierta forma de doctrina, la enseñanza del
evangelio: cree en el Señor Jesucristo, confiese sus pecados, afirme su señorío, su muerte,
su resurrección; ahí está un contenido del evangelio, ahí hay una forma. Y si usted va a salir a
la imagen del siervo de Dios, y va a llevar su sello, tiene que ser derramado en su molde,
¿entiende eso? ¡Esto es lo que me molesta acerca de esto que llaman la iglesia local! Hay
una aquí adelante en la calle; y el título del libro principal escrito por Witness Lee, quien
encabezó ese movimiento es Cristo versus doctrina, y el libro está lleno de su doctrina porque
no puede decir nada en términos de enseñar que no sea doctrina, porque la doctrina significa
enseñanza; pero están tratando de presentar la idea de que Cristo está en contra de la
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enseñanza formal, ¡no es verdad! ¡Por favor!
¿Alguna vez han leído la epístola de los Romanos? Prácticamente usted necesita un
doctorado en filosofía para estudiarlo, es tan profundo en su contenido teológico. Entonces,
esta es la afirmación de nuestra posición. Cuando usted vino a Cristo, usted fue derretido y
vaciado en un nuevo molde, y usted ha salido como una nueva estatua, un nueva imagen, y
usted lleva la marca de un siervo de Dios, ¿no es eso maravilloso? Porque usted obedeció
cuando el llamado del evangelio alcanzó su corazón. Es necio tratar de pelear contra la
doctrina. Por cierto, la palabra “obedecido” ahí – simplemente no puedo resistir esto, y creo
que vamos a detenernos en este punto, pero no puedo resistirme; todavía no se salga de
sintonía – no debería decir eso, pero la palabra “obedecido” simplemente parece impactarme
con tanta fuerza. Simplemente en caso de que no lo haya notado esta es la cuarta vez que lo
hemos leído en tres versículos, es correcto obedecer, obedecer, obedecer, obedecer,
obedecer.
Como puede ver, ese es el concepto clave, la obediencia de la fe. Eso es obedecer el
evangelio, la obediencia de vida, ese es un cristiano respondiendo a la Palabra de Dios; creer
en Jesucristo es el acto inicial de obediencia, y después se convierte una vida de obediencia,
obediencia, obediencia, obediencia. Nunca, obtenemos nuestra independencia, ¿me
escucha? ¡Nunca! Nunca llegamos al punto como nuestros hijos cuando salen de la casa y
deciden qué hacer; siempre estamos bajo el amo, siempre estamos bajo el Señor, y siempre
debemos obedecer. Y quiero decirle que de manera inherente en ese concepto, en la médula,
en el corazón del significado de la doctrina de la salvación, un cristiano es caracterizado por
alguien que hace ¿qué?, obedece; y si usted no obedece no puede ser cristiano sin importar
lo que diga, la obediencia es la expresión de la fe, la obediencia dice: “Yo creo en Dios, creo
su Palabra, voy a actuar en base a ella”, y toda la verdadera justificación produce obediencia.
Y entre más tiempo vivimos con Cristo, nos debemos volver más obedientes. Tito 2, ¿ha leído
esto recientemente? Versículo 11: “Porque la gracia de Dios que trae salvación ha aparecido
a todos los hombres”, ¿y qué hizo cuando vino a nosotros? Bueno, enseñándonos a negar la
impiedad y los deseos mundanos, vivamos sobre ajuste y piadosamente en este tiempo
presente; eso es lo que hizo. Versículo 14 dice: “Jesucristo se entregó a sí mismo para
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redimirnos de la iniquidad y purificar para sí mismo un pueblo celoso de buenas obras”, ¿no
es eso bueno? Fuimos salvados para buenas obras, fuimos salvados para purificación, ¡es
muy simple! Pedro dice esto, él lo dice en 1ª de Pedro 1:22: “Viendo que habéis purificado
vuestras almas en obediencia a la verdad”, eso es tan bueno. Como puede ver, cuando usted
vino a Jesucristo, purificó su alma, se volvió una nueva criatura, y una vida de obediencia es
el resultado; este nuevo molde significa “un nuevo amo”, y él lo dice en el versículo 18: “Y
libertados del pecado”, ¡qué gran pensamiento!
Oh, no libre de pecar; hacemos eso de vez en cuando, no libre de la tentación sino libre del
dominio y la tiranía del pecado, cuando no podemos hacer nada más que pecar. Dice usted:
“¿Quieres decir antes de que fueras cristiano, todo lo que haces es pecar?”, es correcto. Todo
lo que usted hace es pecar, aun sus buenas obras están dentro de la categoría del pecado
porque no son para la gloria de Dios; y cuando los hombres hacen buenas obras simplemente
para que sean buenos hombres, eso es orgullo y eso es pecado. Lo que me sorprende es
cuánto los hombres aman su esclavitud, ¿ha notado eso? ¡Ni siquiera saben que son esclavos
al pecado! ¡Les encanta! Los hombres aman las tinieblas más que la luz. Pero ustedes han
sido liberados de eso, y se han vuelto siervos de la justicia, y esa es una alteración creativa;
no solo es una responsabilidad ética, ahora somos libres.
Ahora escúcheme con atención, puede cerrar con este pensamiento: Somos libres por
primera vez en nuestra vida. Un pecador no está libre; lo único que puede hacer es (¿qué?)
pecar. ¿Quién es la única persona que tiene una alternativa? Un cristiano. Entonces, por
primera vez en su vida es libre; no libre para hacer lo que está mal, oh, no, no; usted ha hecho
eso por mucho tiempo. Por primera vez en su vida usted tiene libertad para hacer (¿qué?) lo
correcto. ¡Esa es libertad cristiana! Y la gente que anda por todos lados diciendo que la
libertad cristiana me da la libertad de hacer lo que está mal, no entiende la libertad cristiana.
La libertad cristiana, la liberación del alma, está por primera vez en mi vida, y puedo hacer lo
correcto, ¡es un pensamiento maravilloso! Bueno, ahí vemos el inicio, la posición, la diferencia
entre el siervo del pecado y el siervo de la justicia; uno no tiene libertad, uno tiene libertad
para hacer lo correcto. Ahora, vamos a continuar a partir de ahí la próxima vez para ver el
progreso de estas vidas y la promesa. Una termina en la muerte, y una en la vida.
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Oremos. Señor, gracias por nuestro tiempo de enseñanza en esta noche, y muchas gracias
Padre por tu gracia para con estas queridas personas al salvarlas. Gracias por el hambre que
tienen en sus corazones por la Palabra; sabemos que esto no es entretenimiento, y sabemos
que es agotador y el cuerpo se cansa, y la mente también algunas veces, y Padre,
simplemente te doy gracias por su apoyo amoroso, por su hambre por tu Palabra, que los
hace apartar el tiempo y preparar el corazón y la mente para recibir las cosas profundas de
Dios. Y, oh, Padre, bendícelos, llena su copa con el agua por la cual tienen sed, llena su
estómago espiritual del alimento por el que tienen hambre. Gracias porque estamos libres del
pecado por primera vez, libres para hacer lo correcto, libres para hacer tu voluntad, porque
hay un nuevo principio de vida en nosotros que hace la justicia. Gracias Padre, porque no solo
nos salvaste, y lo escribiste en un libro, sino que nos cambiaste para que pudiéramos disfrutar
la realidad de esa salvación en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Y todo esto nos causa
agradecerte por Cristo, nuestro Redentor. Oramos en su Nombre. Amén.
Para más información sobre los –
Disponible sobre el Internet en: www.gracia.org
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