Las virtudes de una buena amiga

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Enero - 2016
SALA DE LECTURA
Las virtudes de una buena amiga
Por Pablo Russo
Agradezco al Directorio de la Escuela y a su Directora, Silvia
Baudini, como también a la Secretaría de Carteles y a su
Secretaria, Marisa Morao, me hayan dado la oportunidad de
presentar, por primera vez en nuestro ámbito (tal vez ya se ha
hecho en la ciudad –haré referencia a esa ocasión–), esta hermosa
revista, con el sesgo que se me ocurrió tomar, como a una amiga.
Ella tiene ya su historia, por lo cual ha ido acumulando sabiduría,
pero a la vez es aún joven (pronto y probablemente ya en su
segundo hogar, cumplirá 15 años).
Cuando llegaba a este nuevo y nada fácil mundo, quienes la
ayudaban a nacer (Alejandra Glaze y Mario Goldenberg, junto con
el Directorio y el Consejo de aquel momento), marcaron su nombre
con la significación (nada liviana de llevar) de “la fuerza vital del
deseo” –partiendo de su origen en Virtus–, pero ella ha sabido no
ser aplastada por los significantes sino hacer uso y transformarse a
partir de sus marcas originarias.
Ella, además de bella e inteligente, ha ido creciendo y mejorando
cada vez más, ha sido fiel a su único diseñador (el “invencible”
Mario Merlo) pero siendo también multifacética, diversa, curiosa,
culta y rica en intereses … y, a la vez, es sumamente accesible y
práctica; por lo cual … ella es casi completa!
Ella se llama Virtualia (o www.virtualia.eol.org.ar o Fb: Revista digital Virtualia, sus nombres “electrónicos”) y es
la revista digital de la Escuela, incluso –y en verdad y valor– su house organ virtual. Acaba de salir su Número 30!
Su actual director (otro buen amigo, Alejandro Daumas, a quien agradezco me haya propuesto para que les hable
de ella) caracteriza (en su Editorial) este acontecimiento por la “solidez profunda” con que ella se “interesa en las
maneras en que el ser hablante se las arregla con lo real de este mundo”.
Antes del actual, ha tenido 5 equipos de trabajo que la fueron formando y haciendo crecer, dirigidos por Mario
Goldenberg, María Inés Negri, Alejandra Glaze, Fernando Vitale y Claudio Godoy. Toda la comunidad analítica
(y no sólo de la EOL) debería estar muy agradecida con todos ellos así como con el actual Director y Comité de
Redacción, pues nos hacen posible y nos regalan la inestimable y ya irremplazable existencia de una Revista sólida
y sin par.
Amante de las publicaciones en papel, debo confesar que me ha costado relacionarme con las virtuales, sin embargo
y más allá de las virtudes generales de Internet –que hay que ir sabiendo usar de la buena manera– Virtualia se ha
ido transformando para mí y supongo que para muchos de nosotros y de muchos otros de habla hispana (dada su
enorme cantidad de visitas y consultas, y no sólo locales, que se van multiplicando incesantemente) en una referencia
fundamental. Todos o casi todos, actualmente, lo digamos o no, cuando tenemos que estudiar, investigar un tema
para un cartel, dar una clase o escribir un trabajo, recurrimos a Internet. Debo contarles que el excelente buscador
de Virtualia (subrayando su muy buen sistema de búsqueda por varias vías, por números, por términos, por autores)
http://virtualia.eol.org.ar/
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no sólo es una de mis principales fuentes sino que me permite algo que considero vital, tener la oportunidad de leer
no sólo a nuestros referentes mayores sino a mis congéneres, incluso de citarlos. Pero además me permite conocer lo
que piensan y escriben colegas de otras latitudes a quienes tal vez no conocería ni leería si no fuera por ella.
Aún no ando haciéndome acompañar por una Tablet ni consulto Virtualia desde un celular pero –también les confieso–
ya no me parecen actividades tan lejanas ni improbables. Espero que no al modo por el cual, como cuestiona –mi
también buena amiga– Elvira Dianno en el Número 28, las cartas de amor han ido pasando de la pluma al Twitter.
Virtualia incluye enorme cantidad de temas, que en cada edición van ordenándose en secciones que no siempre
se repiten –más bien se actualizan–, en casi todas hay un dossier sobre algún tema o algún evento centrales por su
importancia de doctrina o por su actualidad para nuestra comunidad, y, en ocasiones, dosificadamente, incluye a otras
plumas o palabras que no son sólo del campo del psicoanálisis y que nos permiten conocer y conectarnos extramuros;
pero sobre todo es una de nuestras mejores puertas al mundo, para que “los otros” conozcan al psicoanálisis de
la Orientación Lacaniana. Asimismo asisten permanentemente a sus ventanas lecturas y aprendizajes que los
psicoanalistas ensayamos sobre distintos campos del arte o de otros discursos.
Además, su virtualidad no la hace nada evanescente (otra ventaja que debo reconocer a su formato digital), con sólo
unosclicks cualquiera puede acceder a todos los rincones y maravillas de todos sus números, desde sus editoriales
hasta los comentarios de los libros que en cada momento eran novedad o son insoslayables.
Sería imposible contarles en unas líneas todo lo que pueden encontrar en ella, ni en sus 30 números ni tampoco en
el último (y en esto también carece de las limitaciones del objeto impreso), sólo recomendarles navegarla, recorrerla,
conocerla, leerla … Estoy seguro que aprenderán a valorarla, incluso que se harán amigos (o amantes!).
Sí puedo contarles que hay un Número “Extraordinario” –en todos los sentidos del término– sobre el 150vo Aniversario
de Sigmund Freud, y uno especial en que el arte queda en manos de los psicoanalistas, que del último Número
les recomendaría (siendo completamente parcial e injusto …) el preciso, precioso e imperdible artículo de Miquel
Bassols, “Retales”, del cual extraigo una conclusión que me parece muy pertinente para valorar y usar Virtualia pero
también para seguir valorando y usando el dispositivo del cartel:
“Allí donde el saber está en el centro, hay ausencia de goce. Dicho de otra manera, no hay saber posible sobre el
objeto de goce absoluto, das Ding. Allí donde el saber está presente, el goce se convierte en borde del agujero. Allí
donde el goce está en el centro, es el saber el que se ausenta, el que se convierte en un borde para ese goce. Hay, pues,
discontinuidad, litoral, ruptura, no intersección entre saber y goce, descentrado uno del otro, bordeando cada uno el
agujero del otro”.
O la entrevista a Gustavo Dessal, en particular cuando toma un video para –refieriéndose a las “nuevas soledades”,
tema de las próximas Jornadas Anuales de la EOL– un planteo que puede ser pertinente para pensar también el
contingente uso deVirtualia, o del cartel por Skype:
“… me parece que Heidegger encontró la manera adecuada de situarse, (…) cree que no podemos plantearnos una
oposición frontal a la técnica. La técnica es algo que forma parte de la existencia humana desde nuestros orígenes.
Debemos, los psicoanalistas, aceptar que la técnica forma parte de la nueva forma de pensar y constituir la subjetividad,
pero es cierto que eso trae síntomas”. –Y cita un corto, del estilo de una obra de Banksy– “… donde se mostraba una
escena que era la siguiente: un joven está caminando por la calle, en un barrio de Londres, está mirando su teléfono
móvil y de pronto se cruza una chica, más o menos de su edad, muy bella. Entonces, el relato visual, y literario, está
construido de la siguiente posibilidad: (…) que él, en ese momento, levanta la vista, la ve a ella, le pregunta algo.
Entonces se conocen, se juntan y se inicia una vida. Se juntan y tienen hijos. (…) Y hay un momento, donde el relator
en off, cuenta la misma situación, donde la chica pasa por delante, él no levanta la vista, no se conocen y la vida tiene
otro derrotero”.
También puedo contarles que si colocan el término “cartel” en su buscador obtendrán 105 entradas! O sea, es evidente
que para todo cartel puede ser una herramienta inestimable.
Ella tiene otras virtudes, siempre la mayoría de sus artículos llegan a ella siendo aún inéditos, hoy incluye audios
y videos (como la imperdible entrevista en París a Eric Laurent sobre las nuevas relaciones entre la sexualidad y
http://virtualia.eol.org.ar/
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lo femenino, en el Número 29), y no sólo en su pantalla están los links necesarios para conectarse con otros sitios
centrales de la EOL y la AMP, sino que ya tiene Facebook!
Alguna vez llevó las obras plásticas que siempre la acompañan y engalanan, en agosto de 2005, al Palais de Glace (a
eso refería al comienzo con que creía recordar que fue una ocasión en la que se la presentó en la ciudad), y aprovecho
para proponer que ya sería tiempo de que algo así vuelva a hacerse.
Por mi parte, entonces y para finalizar, vine a contarles que tengo la dicha de contar con una virtuosa y muy buena
amiga, a la que agradezco su existencia inclaudicable y sus aportes –que siempre me acompañan–, que me distrae a
veces de los libros pero también del celular, y a la que seguiré frecuentando.
Publicado en Cuatro+Uno #7
http://cuatromasuno.eol.org.ar/Ediciones/007/template.asp
http://virtualia.eol.org.ar/
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