Ejercicio retórico: Bush visita el vecindario

El Clarí-n de Chile
Ejercicio retórico: Bush visita el vecindario
autor Frida Modak
2007-03-13 20:52:53
Más raquÃ-tica que su predecesora resultó ser la segunda versión de la fracasada Alianza para el Progreso que
anunció el presidente de Estados Unidos dÃ-as antes de iniciar su gira por cinco paÃ-ses de América Latina. Para dar a
conocer su iniciativa, Bush eligió un dÃ-a cercano a aquel en que Kennedy lanzara su proyecto hace 46 años,
seguramente como un gesto amistoso hacia los demócratas que le hacen oposición activa ahora que controlan el
congreso. Pero de lo que no hay duda es de que ambos proyectos han sido ideados por los mismos motivos.
Kennedy, que asumió el cargo el 20 de enero de 1961 y se convirtió en mito luego de su asesinato en 1963,distaba
bastante de ser un hombre progresista y la Alianza para el Progreso, dada a conocer el 13 de marzo de ese año, se
concibió para hacerle frente a la Revolución Cubana que habÃ-a triunfado en enero de 1959 y que tenÃ-a el respaldo
solidario de los movimientos populares latinoamericanos que de distintas o iguales formas luchaban por las mismas
causas. Y como acostumbran los gobiernos estadounidenses, un poco más de un mes después, el 17 de abril, Kennedy
le dio luz verde al también fracasado intento de invasión de Playa Girón, BahÃ-a de Cochinos para los del norte.
La gira de Bush no sólo busca contrarrestar el bien ganado rechazo que en América Latina concita el imperio, obedece
también a la preocupación que les causa el grado de autonomÃ-a que han ido adquiriendo los paÃ-ses del área en lo
económico y lo polÃ-tico, aspecto este último en el que hay que distinguir gobiernos progresistas, centroizquierdistas,
socialistas, centroderechistas y algún derechista. Un abanico que Estados Unidos considera peligroso para sus
intereses porque se traduce en pérdida de influencia. Y asÃ- como Kennedy quiso eliminar a la Revolución Cubana,
Bush ha tratado de derrocar al presidente Chávez y terminar con lo que para su paÃ-s es tan mal ejemplo como lo ha
sido Cuba.
Los dos planes
La Alianza para el Progreso kennediana promovÃ-a tres reformas: agraria, fiscal y educativa. Demandaba de las clases
pudientes latinoamericanas lo que Kennedy les dijera al dar a conocer el plan: les pedimos a nuestros amigos del sur
que den un poco para no perderlo todo. Las reformas, en la práctica, no fueron tales,la agraria fue bautizada por los
pueblos como “reforma de macetero―,no afectó a los latifundistas. La reforma fiscal no produjo beneficios mayores al
Estado y la educativa estuvo lejos de eliminar el analfabetismo y de permitir el acceso de los hijos de los trabajadores a
las universidades.
El contraste con Cuba, donde con carencias, tropiezos y dificultades se avanzaba en la búsqueda de justicia social y
ejercicio pleno de la soberanÃ-a nacional, era demasiado grande. Aunque algunos polÃ-ticos usaron a la Alianza para el
Progreso como eslogan para sus campañas presidenciales y ganaron, la propuesta no tenÃ-a contenido y el plan
murió si pena ni gloria. El mayor logro de la Alianza fue publicitario, para atraer a los empobrecidos trabajadores
latinoamericanos exhibÃ-an pelÃ-culas en las que sus pares estadounidenses aparecÃ-an viviendo en casas mejores, con
televisor y algunos con un automóvil, aunque no fuera del año. Les regalaron radios de transistores que sintonizaban
una sola emisora, la que transmitÃ-a la propaganda aliancista del inalcanzable futuro que les prometÃ-an y con ello les
ayudaron a comprender el grado de explotación de que eran objeto
La primera Alianza para el Progreso no sobrevivió a Kennedy, ahora Bush lanza la segunda y menos pretenciosa
versión cuando le quedan menos de dos años de gobierno, el respaldo interno que tiene anda por el 30 por ciento
según las últimas encuestas y su polÃ-tica exterior es repudiada en todos los continentes. El plan que ahora pondrá en
práctica es un intento de no terminar su perÃ-odo en el descalabro total, sus asesores creen que en América Latina
podrÃ-a tener algún logro que mejorara su imagen y hasta lo han instruido en historia, Le explicaron que el ser
bolivariano no es malo, sino que al revés, y ahora tenemos a un Bush bolivariano que busca derrocar a un bolivariano
de a de veras como el presidente venezolano.
Es más, Bush ha llamado a terminar la obra de BolÃ-var, prócer de la independencia de Venezuela y Libertador de
América, comparándolo con el general George Washington, primer presidente de su paÃ-s, destacando que ambos
derrotaron a potencias coloniales. Convertido además en revolucionario, Bush dijo en referencia a BolÃ-var y
Washington:―Es nuestra misión completar la revolución que ellos comenzaron en nuestros dos continentes. Los
millones a través de nuestro hemisferio que cada dÃ-a sufren la degradación de la pobreza y el hambre tienen derecho
a estar impacientes―.
Imiotando a Cuba y Venezuela
Más allá del ejercicio retórico de quienes escribieron el discurso del presidente estadounidense, las acciones a
desarrollar son un remedo de lo que en gran escala hacen Cuba y Venezuela en materia de justicia social, punto que
Bush se ha esmerado en mostrar como su gran preocupación, pese a que es una materia incompatible con el libre
comercio que proclama como la gran solución. En concreto lo que a Bush le interesa es lograr un acuerdo con Brasil
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para comprarle etanol, se ha dicho que unos 35 mil millones de litros anuales. El objetivo es no depender del petróleo y
de paso crearle problemas a uno de sus principales abastecedores: Venezuela. Pero también pretende que los paÃ-ses
centroamericanos se dediquen a producir biocombustibles, lo que se presenta como un proyecto para incrementar la
producción agrÃ-cola de esas naciones y que al igual que en el caso de los plantÃ-os de drogas terminará por provocar
un descenso de la producción de alimentos, porque el etanol se pagará mejor.
En lo demás, el proyecto de Bush consiste en destinar 75 millones de dólares a la enseñanza del inglés a jóvenes que
estén en condiciones de continuar estudios en Estados Unidos, lo que estimulará la fuga de cerebros. También se
incluye un programa de construcción de viviendas a través de una corporación estadunidense con aporte
gubernamental y un programa de salud, similar al que realizan Cuba y Venezuela, sólo que en este caso lo harán los
militares del norte. Un barco hospital recorrerá trece paÃ-ses de América Central, el Caribe y América del Sur y dará
atención a 85 mil pacientes y hará mil 500 cirugÃ-as. Otros equipos médicos harán operativos en 14 paÃ-ses. Y para
completar, se estudia un proyecto para financiar pequeñas y medianas empresas.
En suma, nada nuevo, planes similares ya están en práctica en América Latina, con recursos propios y sin condiciones
de potencia alguna. Estados Unidos sigue sin aceptar que esta región no requiere tutorÃ-as.A la segunda Alianza para
el Progreso le espera el mismo fin que a la primera, porque sólo obedece al intento de salvar el paso de un hombre por
un gobierno.
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