42 San Lorenzo Diario del AltoAragón - Domingo, 10 de agosto de 2014 Lope de Vega Senegüé. Lugar visitado por Lope Huellas de la Leyenda de la Campana de Huesca en el Siglo de Oro Alejandro ALAGÓN Escritor RAS SU aparición en la Crónica de San Juan de la Peña y la fase de aclimatación por parte de los cronistas a finales de la Edad Media, la Leyenda de la Campana de Huesca inicia un periodo fructífero en el Siglo de Oro y su transmisión se lleva a cabo de una manera simultánea mediante historiadores y escritores. A la vez se incrementa su difusión en los sustratos culto y popular. El mito adquiere un tono singular en la Crónica de Antonio de Lalaing, señor de Montigny, que acompañó a Felipe el Hermoso en 1501 con motivo de su primer viaje a España. En el capítulo XXIII la Leyenda aparece aplicada a los Reyes Católicos. En esta interpretación los vegetales son sustituidos por nudos de amor. La adaptación ofrece dos particularidades. Por un lado se suprimen la imagen del Abad y del mensajero; por el otro, una mujer, Isabel, pone a prueba la honestidad y cautela de un hombre, el príncipe Fernando, para comprobar si puede ser su esposo ideal. Una de las interpretaciones literarias más conocidas de la Leyenda se debe a Lope de Vega, autor de la comedia La Campana de Aragón. La menciona por primera vez en la lista de El Peregrino, en 1604, aunque no aparecerá editada hasta 1623 en la XVIII parte de sus Comedias. Se Una de las interpretaciones literarias más conocidas de la Leyenda se debe a Lope de Vega, autor de la comedia La Campana de Aragón La campana aparece de manera esporádica en varias obras del Siglo de Oro tiene constancia de la presencia de Lope en la actual provincia de Huesca en febrero de 1592, tal y como señala el historiador Domingo Buesa. Lope formó parte del ejército que dirigía Alonso de Vargas y que, con la colaboración de Miguel de Baguer, derrotó en las proximidades de Senegüé, cerca de Sabiñánigo, a un gru- po de invasores protestantes que pretendían llegar hasta Jaca, y que contaban con el apoyo desde Francia del célebre Antonio Pérez. Es probable que, durante el transcurso de esta aventura por tierras aragonesas, Lope de Vega oyera hablar de la Campana del rey Ramiro que, según cuenta el abad Briz Martínez, sonaba plácidamente entre el vulgo, y que le inspirase para escribir años después La Campana de Aragón. La campana aparece de manera esporádica en varias obras del Siglo de Oro. Antonio Mira de Amescua en La adversa fortuna de don Álvaro de Luna alude en palabras del rey Juan II de Castilla a Ramiro II el Monje: “¡Ah, quien hiciera/ lo que un rey de Aragón y ejemplos diera/ de justicia y rigores/ cortando en el jardín todas las flores/ que empinaran el cuello!/ Simple era el monje rey; sabio fue en ello”. Tirso de Molina evoca a Ramiro el Monje en el poema Panegírico a la Casa de Sástago y en la comedia Cómo han de ser los amigos. Según indica Cosme Blasco y Val, el célebre Gabinete de Curiosidades que el mecenas Vincencio Juan de Lastanosa poseía en la ciudad de Huesca, contenía un retrato de Ramiro II el Monje en primer plano, con la campana de cabezas humanas situada al fondo. Este retrato formaba parte del tesoro de pinturas que incluía también un retrato de Quinto Sertorio, entre otras personalidades ilustres. La pintura fue cedida por la Familia Lastanosa para decorar un gran arco levantado en el Coso, con moti- Tirso de Molina Felipe IV Baltasar Gracián vo de la llegada a la ciudad de las reliquias de San Orencio. De esta manera sirvió para recordar a los habitantes el pasado, con ocasión de otro momento histórico. Es la primera referencia pictórica de una obra alusiva a la Campana en el Siglo de Oro. La repercusión de la Obra de Lope de Vega popularizó en algunos ámbitos el término “Campana de Aragón” en detrimento de la “Campana de Huesca”. Por ejemplo aparece en 1637, con motivo del Certamen Literario que la Academia Burlesca del Buen Retiro organizó para celebrar la elección del Rey de Hungría, y que contó con la presencia inaugural de Felipe IV. La segunda estrofa de un Enigma Burlesco dice, a modo de acertijo: “La Campana de Aragón/ que fizo Ramiro el Fraile/ bien pudo ser más ruidosa/ más no pudo ser más grande”. La inclusión de una estrofa alusiva a la Campana de Aragón, como parte de los enigmas propuestos en el Certamen, se puede interpretar como un homenaje a Lope de Vega, fallecido en 1635. Baltasar Gracián en su obra Agudeza y Arte de Ingenio (1648) incluye la Leyenda de la Campana de Huesca en el Discurso XLVIII, que habla de las Acciones Ingeniosas por Invención: “hizo siempre la agudeza célebres las hazañas, y muchos hechos no tan heroicos como otros fueron más memorables por ilustrarlos ella. Sonó mucho la campana del rey don Ramiro de Aragón en Huesca, tocó a muerte para sus altivos vasallos, y para él la inmortalidad de su cobrada reputación.” Otro autor del Siglo de Oro, Juan de Vera Tassis y Villarroel, conocido por sus ediciones de las obras de Calderón, escribió La corona en tres hermanos. La obra apareció editada en la Primavera numerosa de muchas armonías lucientes en doce comedias fragantes (Madrid, 1679), durante el reinado de Carlos II, el Hechizado. Vera imita en esta pieza la comedia de Lope de Vega e incluye alrededor de 300 versos de la obra del Fénix de los Ingenios entre los suyos propios, tal y como señala Francisca Soria Andreu. Es probable que entre sus intenciones pretendiese complacer la imagen de la monarquía rescatando referentes de prestigio. Como ejemplo cabe reseñar que, al año siguiente, publicó un Epitalamio real a las bodas de don Carlos II de Austria y doña María Luisa de Borbón Stuart y Austria. Indicaba en el título de la obra: "fórmale con solo los versos Mayores de don Luis de Góngora siguiendo el método de sus Soledades". Por tanto, Vera buscaba amparo en los clásicos para ensalzar al monarca, en una etapa decadente de la Casa de Austria. Bibliografía: Carlos II El Hechizado Academia Burlesca en Buen Retiro a la Majestad de Philippo el Grande (Manuscrito) (1637) Madrid. BUESA CONDE, Domingo J. (1993) "Historia" en Aragón, Huesca, Madrid, Editorial Mediterráneo. p. 108.