El cuidado de los recién bautizados

EVANGELISMO
3 de noviembre de 2012
El cuidado de los recién bautizados
L
A EVANGELIZACIÓN es el esfuerzo
constante de la iglesia de proclamar
las buenas nuevas del evangelio en su
área de influencia. Su objetivo es atraer a las
almas de este mundo y ganarlas para el
reino de Dios. La evangelización, el eje del
cristianismo, es un tema de importancia
fundamental para aquellos que han sido
llamados a dar a conocer el mensaje adventista para el fin del tiempo a un mundo
condenado, con el propósito de preparar a
un pueblo para el regreso del Señor.
Por lo general, invertimos mucho esfuerzo y energías en llevar el nombre de Jesús a
todo lugar, sea cercano o lejano. Esto es
magnífico. No obstante, tenemos que reconocer que una vez que los creyentes se han
bautizado, a menudo olvidamos fortalecerlos en la fe. Las enseñanzas que se imparten
en los cursos o estudios bíblicos no son suficientes.
Estas personas necesitan recibir la atención que se merecen. El Señor Jesús le dijo a
Pedro: «Cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus hermanos» (Lucas 22:32, NVI).
Si alguien acepta la verdad, no tenemos que
alejar a esa persona de la misma. Debemos
atenderla y cuidarla, pues somos responsables de esa alma. Necesitamos cuidar a los
recién convertidos como si fuésemos mayordomos que han de rendir cuentas. Es necesario que organicemos una clase postbautismal que tenga como propósito cimentar a
los recién bautizados en el conocimiento
que han recibido, además de involucrarlos
en las actividades de la iglesia. Necesitamos
enseñarles a hacer obra misionera, tal vez
asociándolos con hermanos o hermanas experimentados, de manera que aprendan a
predicar y dar estudios bíblicos. Tenemos
que involucrarlos en grupos pequeños, para
que se beneficien de la comunión cristiana.
Esta es la única manera en que la fe del
recién bautizado podrá madurar.
Entonces, así como nos esforzamos por
atraer almas al reino de Dios, es necesario
que mostremos amor por los recién bautizados, para que así puedan conservar su conexión con la iglesia.
© Recursos Escuela Sabática
Víctor Sylveus
Misión Noroeste de Haití