GRUPO DE POLÍTICA MONETARIA Comunicado Martes 11 de Agosto de 2009 ___________________________________________________________ JUAN EDUARDO COYMANS, FRANCO PARISI , TOMÁS FLORES, ALEJANDRO FERNÁNDEZ Y ÁNGEL CABRERA. El GPM recomienda, por unanimidad, que el Banco Central mantenga inalterada su tasa de política monetaria en 0,50%, que reitere su compromiso de mantener la actual instancia monetaria por un tiempo prolongado y que mantenga la intensidad de las medidas de liquidez extraordinarias adoptadas en la reunión de julio. La tasa de variación mensual del IPC en el mes de julio se situó en un -0,4%, muy por debajo de la estimación del mercado (-0,1%). Con ello, el índice de precios a nivel consumidor acumuló un avance de sólo un 0,3% en los últimos doce meses, ratificando de esta forma la marcada tendencia declinante que se aprecia desde fines de 2008. Por su parte, la tasa de variación mensual del IPCX fue de un -0,8%, acumulando un 1,7% durante el año móvil terminado en julio. En tanto, el IPCX1 registró una variación mensual de -0,6%, completando su cuarto mes consecutivo de cifras negativas y llevando su tasa anual a un 1,5%. Con ello, las tendencias inflacionarias subyacentes de los pasados 3 y 6 meses han sido marcadamente negativas, lo que sugiere que las presiones deflacionarias siguen presentes. Ello refleja los efectos rezagados provocados por un prolongado período de marcada debilidad de la demanda interna y por la fuerte caída experimentada por el tipo de cambio durante los últimos 7 meses. Cabe señalar, sin embargo, que en el margen se han comenzado a observar incipientes señales de recuperación en numerosos indicadores del consumo privado. En particular, en junio el indicador de ventas del comercio minorista de la CNC se expandió por segundo mes consecutivo; el ritmo de contracción de las importaciones de bienes de consumo se ha moderado en los últimos 3 meses; las ventas de vehículos nuevos retornaron a los niveles observados hacia fines de 2008; al tiempo que se observa una leve recuperación en el flujo de créditos de consumo del sistema bancario. En relación a esto último, la reciente encuesta trimestral sobre créditos bancarios, mostró una reducción en la fracción neta de bancos que reportaron condiciones más restrictivas de aprobación de créditos y reveló una evolución positiva en la demanda por crédito. Por último, algunos indicadores de confianza de los consumidores, como es el caso del IPEC de Adimark, han comenzado a recuperarse en forma gradual. Lo anterior, a su vez, refleja el aumento en el valor real de las remuneraciones producto del proceso deflacionario en curso, el impacto positivo provocado sobre el ingreso disponible familiar por los bonos por carga familiar y la moderación en la destrucción de puestos de trabajo asociada a los programas de empleo especiales. Por su parte, los indicadores parciales de la inversión continúan mostrando resultados negativos. Así, en junio la actividad en el sector de la construcción cayó un 8%, las importaciones reales de bienes de capital registraron una contracción de 31,2%, mientras que las ventas de bienes de capital retrocedieron un 27,9%. Sin embargo, las cifras de la Cámara Chilena de la Construcción revelan que las ventas inmobiliarias en el Gran Santiago registraron una expansión anual de 11,0% en el segundo trimestre, lo cual, en conjunto con una caída de 4,0% en la oferta de viviendas disponibles para la venta, permitió una considerable mejoría en la “velocidad de venta”. A pesar de ello, es pertinente señalar que dicha relación aún se sitúa por debajo de su promedio histórico. A estas incipientes señales de cambio de tendencia en la economía nacional, se agrega una significativa mejoría en las perspectivas de la economía internacional, de forma tal que las proyecciones para 2009 y 2010 de diversos organismos, tales como el FMI y la OCDE, recientemente han sido corregidas al alza. La mejoría en las perspectivas económicas globales ha sido acompañada por notables alzas en los precios de activos riesgosos, tales como acciones, bonos corporativos y materias primas. Esto último es un elemento a tener presente, ya que la tendencia alcista que actualmente exhiben los precios de algunos commodities, tales como los combustibles y algunos alimentos, podrían comenzar a reactivar ciertas presiones inflacionarias a escala global en el mediano plazo (12 a 24 meses). Ello, más temprano que tarde, también se manifestaría en la economía nacional. Tomando en cuenta todos los elementos antes señalados, el Grupo de Política Monetaria recomienda mantener inalterada la actual instancia monetaria, tanto en su dimensión tradicional (TPM) como en el ámbito de las medidas de liquidez extraordinarias adoptadas en la reunión del mes de julio. Además, recomendamos reafirmar el compromiso del Banco Central con una política monetaria con sesgo expansivo durante un período de tiempo prolongado. Cabe señalar, sin embargo, que si bien en el contexto del escenario base, consideramos que lo que se ha hecho en materia de política monetaria expansiva sería suficiente, no descartamos la posibilidad de que, ante desviaciones negativas en relación a dicho escenario base, podrían llegar a requerirse medidas adicionales.