Lehendakari de la Navarra Occidental. Van a ser diez

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Gabirel Ezkurdia
Lehendakari de la Navarra Occidental.
Van a ser diez años de Lizarra Garazi, de un momento hoy mítico en el que parecía que la
conjunción de fuerzas democráticas y populares en torno a un consenso amplio, permitiría
implementar un nuevo escenario verdaderamente democrático basado en el reconocimiento y
el respeto a Euskal Herria. Por fin un zulo en el centenario muro del No. Siempre recordaré a
Mayor Oreja gritando clarificadoramente que el problema no era ETA sino los objetivos de
Lizarra Garazi. Parece que hoy todavía hay gente que no aprendió nada de aquello. Pero
algunos por desidia interesada, otros por delegacionismo comodón y los más determinantes
por vértigo a un nuevo marco en el que era obvio, iban a perder la hegemonía política y el
control administrativo de orondos intereses, permitieron que la ilusión popular se estrellase una
vez más contra el permanente muro del No.
Ocho años después llegó otro alto el fuego unilateral, otra excelente ola surfeable que volvió a
topar con el No irracional alimentado por intereses electorales, endémicos miedos y
mediocridad política.
Ha llovido mucho pero a día de hoy lo cierto es que el No es el único elemento claramente
irrefutable, permanente, nítido, certero. Siempre se ha impuesto a la falta de altura de miras, al
interés sectario, a la política valiente; acomodándose en la demagogia pacificadora, el
pensamiento obligatorio, la ética opresora o las leyes injustas.
Lehendakari, sabes que toda resolución exige un diagnóstico técnico certero basado en la raíz
del conflicto: la causalidad primaria es clave. También sabes que el conflicto, evoluciona, se
transforma, genera y reproduce múltiples variables, pero los efectos y consecuencias siempre
son claves de segundo nivel respecto al núcleo causal, que es el que hay que abordar para
vertebrar una resolución factible, definitiva.
Certezas.
Lehendakari, a junio de 2008, solo existe una certeza política: para las legislaciones española y
francesa, y las instituciones que de ellas se emanan, los vascos, como entidad colectiva con
identidad propia, no existimos.
No existe reconocimiento nacional de Euskal Herria, es más todos los discursos unionistas se
basan de modo extremo en la negación de Euskal Herria como nación, por lo que se niega que
la cultura del euskara y la cultura vasca, sean referentes de hecho colectivo que definan
identidad propia alguna.
Obviamente si no existe el reconocimiento cultural colectivo, es imposible que exista un
reconocimiento expreso de la entidad política y jurídica navarra como referencia histórica que
vertebró políticamente a todos los vascos.
Por no existir, no existe reconocimiento alguno de los vínculos culturales, familiares, políticos,
económicos y jurídicos históricos que vertebraban y vertebran la relación entre los ciudadanos
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Gabirel Ezkurdia
de las tres realidades político administrativas en las que hoy está dividida la nación vasca
contemporánea.
Al no existir reconocimiento cultural y político alguno de ninguna colectividad que los
reivindicare, no existe reconocimiento y por tanto no ha lugar exigir, en el actual marco
jurídico-político, respeto por el derecho colectivo a decidir de los ciudadanos que viven en, ya
sea en una parte del territorio, o en su totalidad, ya que dicho sujeto colectivo no existe en el
actual marco jurídico exógeno.
Creo, Lehendakari, que ciertamente podríamos decir que el núcleo causal radica en el No
sistemático, y que a partir de dicha negación sistemática de nuestra realidad colectiva, se
desarrolla todo el compendio de variables y actores que dan forma y cuerpo al conflicto.
Como podemos ver, al margen de la falta de voluntad política y honestidad histórica de los
actores, el eje sobre el que se desarrolla toda la estructura ideológica negacionista basa su
operatividad en el recurso jurídico. Las leyes, el Estado de Derecho... quien las vulnere es
perseguido, ya sea individual como colectivamente. Leyes españolas o francesas, legisladas
por los españoles y los franceses para gobernar a los euskaldunes, "que no existen", y los
vascos que no las aceptan, porque no las han creado, consensuado o negociado. Leyes
exógenas, ajenas, interesadas. Leyes negacionistas, verdicidas, ajenas a nuestra historia,
realidad, cultura; base jurídica del naciocidio vigente. Ordenamientos colonizadores, impuestos,
inapelables. Hoy los evangelistas de la Ley, la absoluta verdad legal, los "apolo-jetas" de la
decadente democracia representativa liberal, afectos a la mentira y la confusión demagógica,
se llenan la boca con el recurso a la ley como garantía, pero no de justicia, sino de imposición
de un ordenamiento vigente totalitario que garantice la unidad estatal de los proyectos francés
o españoles caiga quien caiga. Son certezas, evidencias: la raíz del llamado conflicto, la Madre
del Cordero, de todas la Guerras como diría el difunto Sadam..
Pero esas leyes injustas, esas actitudes totalitarias, no son absolutas, no son universales. El
que hace la ley, hace la trampa. Para algunas cosas, cuando a los "apolo-jetas" no les va bien
cumplirlas las leyes son modificables, las normas reformables, ampliables, reducibles,
matizables, interpretables. Pero para algunas cosas. Lo mismo que se puede empezar diciendo
que no hay transferencias que transferir, y acabar reconociendo su existencia, negando las
transferencias por la falta de lealtad de quien las reclama. Primero no existen y luego sí. Lo
mismo que se puede negociar con Movimientos de Liberación Nacional y acto seguido negar
cualquier dialogo con "terroristas" defensores de naciones inexistentes.
Las leyes, como las actitudes se pueden cambiar. Es un problema de voluntad, de honestidad,
de democracia radical, de justicia, de altura de miras, de cultura e inteligencia, de humanidad,
de reconocer y respetar al diferente sin tolerancias ni condescendencias.
Si no se cambian, si siguen siendo coartada del No, se pueden rechazar, obviar. No se puede
ser insumiso a la justicia pero sí a la ley. En gran modo vivimos así. Grandes ejemplos da y ha
dado la historia de Euskal Herria. Ni se acata, ni se cumple. Se vive libre o se pena, como
ahora la penan centenares de compatriotas, es un problema de compromiso, de coherencia, de
honestidad, de valentía.
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Gabirel Ezkurdia
Lehendakari, esta claro. Las certezas indiscutibles son el eje sobre el que podemos visualizar
con nitidez la naturaleza causal de nuestro drama.
propuesta
Lehendakari, la gente que presume de conocerte dice que eres un buen tío. No lo pongo en
duda. Insisten: "es honesto, claro, determinado, vehemente". Quiero creer que sí. A veces
recuerdo comentarios similares de gente cercana que también decían lo mismo de Zapatero en
otros tiempos no tan lejanos, y de otros muchos anteriores, presuntos "buenos tíos", que si lo
fueron, lo serían "en la intimidad".
No importa Lehendakari. Quiero creer que el Lehendakari de la Navarra Occidental es honesto.
Quiero creer que, a pesar de tu perspectiva miope, heredada de la miope perspectiva aranista
de interpretación de Euskal Herria, y de tu dependencia efectiva intrínseca al proyecto-negocio
triprovincial jelkide que el PNV lidera en la Comunidad autónoma de "Euskadi", Ibarretxe es un
tío de palabra, un "gudari" como dicen algunos de tu partido, un hombre llamado a la gesta
histórica, como muchos de navarros que perviven a la Historia.
Lo intento, Lehendakari, me aplico, pero hay momentos en los que me perturba recordar el "Se
acata pero no se cumple",el mejor resumen de los últimos 30 años de política jelkide. Una
paradiña al mejor estilo Dani para acabar tirando el penalti a la grada, poniendo la española en
el Ayuntamiento de Bilbao en 2008. Pero ahora hay mucho en juego Lehendakari: una vez
más, la ilusión de Euskal Herria por su libertad esta sobre la mesa. ¡Venga va!
Me esfuerzo Lehendakari. Otra piedra. Tienes grandes limitaciones. Solo eres Lehendakari de
uno de los tres pedazos que desgarran el Zazpiak bat, Euskal Herria. Oficialmente representas
al estado español, a uno de los "estados del No" en Euskal Herria. Para tus seguidores y para ti
mismo, eres el presidente de todos los vascos, peninsulares y continentales, aunque en
realidad no pases de ser un mero gerente triprovincial sin competencias políticas soberanas.
Para los euskaldunes que nos sentimos vascos culturalmente pero navarros políticamente, no
eres una referencia nacional,y para los unionistas no eres más que el líder autonómico
murciano. Tu capacidad política está determinada por esa Ley de la que hablábamos antes, la
ley del No. Pero dicen que eres honesto, que has propuesto una salida, y pese a que poco
parezca que haya que rascar, me agarro a lo que dicen de ti: que eres honesto.
Lehendakari tu solución es mediocre. Sabes que hay que consultar a la sociedad, que por ahí
van los tiros, pero no tienes recursos, tu visión y competencia en el país es parcial y además tu
metodología es ilegal, estamos en el Estado del No ¿recuerdas? Pero tienes un arma: dicen
que eres honesto.
¿Está usted de acuerdo con que le consulte si quiere que le vuelva a consultar en 2010? Joder
lehendakari ¿Tantos años de reputados "analistas" y consultores de resoluciones de conflictos
para esto?
Lehendakari de Nafarroa Occidental. Honestamente ¡Si la vas a liar, la lías! No valen medias
tintas. A pesar de que más de la mitad del país se queda fuera de la partida, bien sabes que la
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Gabirel Ezkurdia
mayoría de este país lleva años esperando una consulta clave:¿Quiere usted que Euskal
Herria sea un estado independiente en Europa, como Eslovenia, Estonia, Suiza o
Luxemburgo?
Lehendakari, ¡Y que venga la Brunete! Porque tus ertzainas defenderían las urnas ante la
guardia civil, ¿no?, defenderían la soberanía popular de una parte de la población de Euskal
Herria, ¿verdad?
Uff, Lehendakari, lo entiendo, es, como decirlo, ¡muy fuerte! ¡En menudo berenjenal te has
metido! Y por eso nos has largado esa insustancialidad de preguntas, para quedar bien.
Mezclando consecuencias, ETA, con métodos, consenso partidario. No dices nada y así crees
no molestar desde la equidistante centralidad. Protagonismo a algunas víctimas, palo a la
izquierda abertzale, "dialogo hasta el amanecer" con Madrid, y descafeinar lo que haga falta
para eliminar tensiones. Vale Lehendakari lo entiendo. Pero a día de hoy las preguntas no son
determinantes,¡lo es la consulta en si misma!. Comprométete a hacer la consulta. La consulta
ilegal. No digas que la vas a hacer, sin intención de hacerla, no pongas excusas para no
hacerla, no alargues diez años más el culebrón. Hazla ¡Subviértete por una vez!
Honestamente. Subvertir desde tú posición el No de la legalidad vigente impuesta, sería un
punto de inflexión en la resolución de nuestro drama. Probablemente te llevaría a la cárcel junto
a otros compatriotas honestos. Eso sí, te aseguro que el revulsivo al país sería determinante.
Te repito Lehendakari. Se honesto, valiente, "gudari". Transgrede, se insumiso como los miles
de jóvenes que acabaron con la mili. Subvierte el orden, rompe la baraja. ¡Juégatela!
Lehendakari, ten la visión histórica que le reivindicabas a Zapatero, esa es la única salida que
te queda para seguir siendo reputado, honesto. Puedes irte a casa, convocar elecciones, o
contar cualquier milonga, lo más fácil, lo más probable, pero te aseguro que si cumples con lo
que siempre has prometido, que si eres honesto contigo mismo y con los que estamos a la
expectativa, te ayudaremos a "detener a la Brunete".
Y por último, Lehendakari a modo de postdata y a pesar de que no sea muy popular por tus
pagos y no te haga ni pizca de gracia, haz algo de caso a la gente que apuesta sin reservas
por la liberación de nuestra nación y la recuperación de nuestro estado. Los negocios son
efímeros, pero las conquistas sociales son lo mejor que podemos dejar a las generaciones
venideras. La Izquierda abertzale con sus errores ha tenido un diagnóstico históricamente
certero.. Desde hace 30 años el tiempo le ha dado la razón. ¿Quién hablaba en los 80 del
diálogo y su importancia? ¿Y de negociación? De que el estatuto de Guernica estaba votado
en virtud de una Constitución que no fue refrendada en Euskal Herria y que por lo tanto dicha
supeditación no permitía que este fuera un instrumento eficaz para la liberación nacional. De
que el estatuto ahondaba en la partición territorial de la Navarra plena.¿Quién hablaba en los
80 de derecho de autodeterminación? ¿De consultar al pueblo? ¿Del derecho a decidir? La
agenda política actual está construida desde esas aportaciones, tenlo en cuenta.
Lehendakari, se honesto, se tú mismo
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