Inti: Revista de literatura hispánica Volume 1 | Number 28 Article 13 1988 Detrás de la puerta falsa de mi casa hay un precipicio Carlos Johnson Citas recomendadas Johnson, Carlos (Otoño 1988) "Detrás de la puerta falsa de mi casa hay un precipicio," Inti: Revista de literatura hispánica: No. 28, Article 13. Available at: http://digitalcommons.providence.edu/inti/vol1/iss28/13 This Creación is brought to you for free and open access by DigitalCommons@Providence. It has been accepted for inclusion in Inti: Revista de literatura hispánica by an authorized administrator of DigitalCommons@Providence. For more information, please contact [email protected]. CARLOS Detrás de la p u e r t a falsa de mi c a s a hay un JOHNSON precipicio ¿Soñaré más aún? ¿por qué debo soñar yo estos sueños? ¿quién me los manda? ¿cómo así sueño estos sueños continuados como si la noche fuese eterna? y por ahí veo figuras corriendo concentrándose en el Monasterio de la Encarnación ¿qué ha ocurrido? ¿por qué corren de e s e modo? pregunto a unos conocidos pero éstos están demasiado aterrados para responderme pero sin embargo el centro del monasterio sigue llenándose de cuerpos en tal forma que las gentes son apachurradas por las otras que siguen llegando de los cerros y de las demás arterias de la ciudad ¿por qué todos tienen que venir a c á ? interrogaba en vano ya que lo que buscaba era salvar el pellejo del peligro en que s e encontraban y así todos los habitantes de la ciudad formaron un cerro humano que me escarapelaba el cuerpo a pesar de que yo no quería verlo pero repentinamente aquella imagen m a c a b r a fue diluyéndose como que otras imágenes cruzaban velozmente por mi cerebro notando unos seres extrañamente formados semejando unos cuadriculados que s e adelgazaban al punto de desaparecer lo cual me producía ansiedad ya que el sueño no tenía cuándo terminar y a seguida me resbalaba por una superficie de colores jamás vistos los cuales adquirían diversas formas en un ambiente nuevo donde había vida y por breves segundos captó e s e habitat nuevecito y chillandito que me invitaba a entrar ¿cómo si estaba soñando? ¿ e s que puede ser posible sobrevivir dentro de un sueño? y sucesivamente siento que la luz auroral baña mi ser disponiéndome a hacer mis diarias 134 INTI No 28 t a r e a s como los millones d e s e r e s q u e pueblan e s t a urbe ¡no a b r a s e s a puerta te he dicho! e s c u c h é que me decía la voz d e mi madre ¿pero dónde e s t a b a ella? aunque yo sin prestarle atención abrí la puerta falsa para salir a la calle y antes que pusiese un pie fuera reparó que abajo no había nada ¡era un precipicio inmenso lo que había en vez d e calle c o s a que me obligó a cerrar la puerta velozmente con el corazón palpitándome! ¿no era e s o lo que había visto? ¿ e s q u e lo d e fuera era un d e s p e ñ a d e r o verdaderamente? me dije aterrorizado como que a seguida aguaité por el ojo d e la chapa viendo el mismo escenario desolador ya q u e ni águilas ni c ó n d o r e s había por los alrededores ¿ d e qué modo pudo aparecer e s e precipicio? ¿quién lo mandó colocar ahí? ¿cómo salgo a la calle ahora? me dije mentalmente a la vez que me dirigí a la puerta principal sigilosamente mirando primero a través de una rendija para luego tras haber verificado q u e no había precipicio abrir la puerta ¡qué alivio poder posar los pies en tierra firme! exclamó saludando a los vecinos los cuales se encaminaban a s u s trabajos también como que en el p a r a d e r o d e la e s q u i n a d e la Calle el Martinete d e j é q u e p a s a r a n d o s microbuses repletos de pasajeros hasta q u e pasó un ómnibus medio lleno al cual me trepó a la volada pero de seguida en la siguiente cuadra s e llenó s e m e j a n d o una lata de sardinas el vehículo é s t e como que a p e n a s s e podía respirar ¡me ahogo! ¡déjenme s a c a r la c a b e z a por favor! gritó y c u a n d o s a q u é la cara por la ventana me dio un vértigo e s p a n t o s o ¡era el precipicio de la puerta falsa! ¡bajan! ¡bajan! prorrumpí hasta q u e el chofer aminoró la m a r c h a b a j á n d o m e a la volada p e r o a f o r t u n a d a m e n t e mi trabajo del Ministerio no e s t a b a demasiado lejos y a d e m á s muchas v e c e s había ido a pie y así crucé las calles con los jirones y el Puente d e Palo evitando pasar por la tenebrosa taberna El Tajamar d e los Alguaciles d o n d e s e divertían c a d a día y noche pero antes d e llegar a mi trabajo me entró curiosidad por ver lo q u e había detrás d e un portón cuya c a s o n a situada en la Calle del Milagro d a b a la impresión de haber sido a b a n d o n a d a ¿ q u é habrá dentro? me dije consultando la hora d e mi reloj como q u e todavía tenía tiempo y en el momento q u e abrí el portón me agarró como s e a d e una m a d e r a q u e s o b r e s a l í a d e é s t e ya q u e a b a j o todo e r a puro precipicio ¡un inmenso precipicio mucho m á s grande q u e el anterior! ¿hay alguien a f u e r a ? ¡señor! ¡señor!: ¿ Q u é s e le ofrece?: Hágame el favor d e s a c a r m e d e e s t e apuro ¿ p u e d e jalar un poco más que no quiero d e s n u c a r m e allá abajo?: A ver ¡ahí está!: No tan fuerte que s e puede romper la tabla ¡se lo dije! ¡me caigo! y ya me encontraba en el Ministerio caminando impacientemente d e un lado a otro puesto que quería contarle a alguien lo que me había acontecido pero no me atrevía debido a que ello podría ocasionar un escándalo con el agravante de que me tomaran por un desquiciado y a d e m á s mi empleo e s t a b a de por medio ¿pero no eran varios precipicios los q u e habíamos descubierto? ¿ n o me lo dijo con tanta tranquilidad e s e hombre? ¿ q u é hacía e n t o n c e s ? ¿ a Paquita que era mi pata no s e lo podía contar? y sucesivamente la llevó a un lado d e CARLOS JOHNSON 135 la oficina donde le conté el asunto de ios precipicios con ellos y s e ñ a l e s ¡ja, ja, ja! s e rio Paquita e s c a n d a l o s a m e n t e a t r a y e n d o la atención d e los e m p l e a d o s públicos quienes nos miraron sonrientemente ¿le quieres s a c a r plan y s e rio? me señaló uno cachacientamente c o s a que me inhibió de seguir divulgando este asunto como que rápidamente me p u s e a hacer algo ¿ a quién s e lo contaba sin que s e riese? ¿al a s c e n s o r i s t a ? y e s e hombre q u e me salvó la vida en el portón tenía razón al decirme q u e nadie nos iba a hacer caso ¡se van a reír d e usted! agregó todavía y ahí e s t á Paquita que no para de carcajearse a escondidas ¿pero no e s cierto lo d e los precipicios? ¿aquel hombre y yo no a c a b a m o s d e comprobarlo? ¿ a quién m á s le digo? ¿el larguirucho David no e s el m á s serio de los trabajadores? y a seguida fui a su escritorio donde é s t e me e s c u c h a b a tranquilamente sin quitarme los ojos de la cara como que a d e m á s me animaba a que siguiese contando con serios golpes de c a b e z a y aspirando grandes cantidades d e humo del cigarrillo que le ponía los dedos amarillentos ¿ m e c r e e s David? ¿no hay seriedad en lo que te cuento? le dije sin parar de darle más detalles del asunto hasta q u e por fin me q u e d ó callado ¿te puedo dar un consejo?: Claro David: No s e lo c u e n t e s a nadie m á s porque al toque te mandan al manicomio: Muchas gracias David precisó débilmente r e g r e s a n d o a mi escritorio cabizbajo d o n d e e m p e c é a sacarle punta a un lápiz de colores pero con suerte el larguirucho David no e s e s c a n d a l o s o como mi pata Paquita la cual sigue soltando la risita nerviosa ¿ a q u é seguir contando lo q u e nadie me va a creer? y Paquita que no a g u a n t a b a la risa s e iba al b a ñ o temblando de nervios c o s a q u e me provocó a mí también reírme y seguirla ¡Paquita! ¡Paquita Paquita!: Déjame ir al baño primero que no aguanto la risa ¡ja, ja, ja!: Te espero entonces pero no bien hubo ingresado a é s t e cuando escuchó un grito q u e me dejó a n o n a d a d o ¿ n o vino del b a ñ o ? ¿Paquita? ¿ P a q u i t a ? interrogué nuevamente antes d e abrir la puerta pero a p e n a s toqué s e abrió de par en par dejando al descubierto un precipicio inacabable cuyo fondo me perturbó por completo ¡en el baño de las mujeres existía otro precipicio! y mi primera reacción fue decirlo a todas voces pero la lengua s e me pegó en el paladar quedándome como una estatua en el sitio y fui al baño de hombres dentro del cual descubrí otro precipicio ¡nadie d e la oficina podía ir al baño entonces! s e ñ a l a b a atemorizado quedándome frente a a m b o s b a ñ o s como si quisiese proteger al resto d e los e m p l e a d o s y David el larguirucho s e aproximaba a g r a n d e s trancos hacia el b a ñ o ¿ a d o n d e v a s David? ¿ q u é piensas h a c e r ? ¿ n o me creíste lo que te dije verdad?: Voy a lavarme las manos ¿ v a s a entrar tú primero?: Es que nadie p u e d e ocuparse en el baño David ¿ m e quieres e s c u c h a r por favor?: Ya te dije q u e si le c u e n t a s lo mismo a otra persona te mandan al manicomio al toque: Davicito e s c ú c h a m e a n t e s d e ingresar por e s a puerta que te p u e d e ocurrir una desgracia y ya s a b e s q u e yo te estimo mucho: Por favor q u e todavía no he terminado el trabajo me dijo abriendo la puerta y precipitándose al vacío ¡David s e había 136 INTI No 28 m a t a d o por no h a c e r m e c a s o ! ¿ n o s o n d o s con Paquita y a ? pero a c e l e r a d a m e n t e me recuperó yendo por los escritorios avisando a los empleados que me miraban lelamente ¿ q u é te ha p a s a d o últimamente a ti? y velozmente llegaba al centro p a s a n d o por la Calle d e Guitarreros donde s e encontraban los diarios d e la capital como que aquí podrían hacerme c a s o ¡con su permiso por favor que e s urgente! ¿ p a r a qué me pide identificación si ya le he dicho que e s urgente? ¿ n o s a b e lo que significa urgente a ú n ? ¡urgente! ¡es un c a s o d e vida o muerte! ¿ q u é no p a s o si no muestro mis documentos? ¿cómo q u e a quién voy a ver? ¡a los periodistas por supuesto! ¿ q u e si conozco a alguien en el diario? ¡las g e n t e s s e e s t á n precipitando al vacío y usted m e viene con e s t u p i d e c e s ! ¡los precipicios s e e s t á n convirtiendo en tumba de los limeños! ¡toda una compañía del Ministerio ha desaparecido porque no quisieron escucharme! subrayé enfurecido pero al fin logré pasar a la sala de redacción donde un diarista me precisaba que era imposible que hubiese precipicios detrás de las puertas ¿usted no a c a b a d e ingresar por é s t a ? : Sí: ¿ s e topó con algún precipicio a c a s o ? : Claro q u e no e s en todas las puertas pero en las del baño del Ministerio sí había d o s ¿ n o le d a la g a n a d e c r e e r m e e n t o n c e s ? ¿por q u é no m a n d a a uno d e s u s fotógrafos conmigo? ¿ v a a perder su tiempo dice usted y a d e m á s todos están o c u p a d o s ? y en seguida el diarista me indicaba que me retirase y d e e s t e modo al q u e d a r m e solo en la sala de redacción opté por retirarme alarmadísimo pero controlándome ya que nada g a n a b a enfadándome ¿ a d ó n d e iba ahora para que me creyesen? en las revistas no podrían creerme? y salí a la calle rápidamente y como los diarios y revistas e s t á n concentrados en el centro no s e r á difícil hallar alguna q u e me atienda ¿ n o e s raro q u e no haya mucha gente por las calles? ¿ a qué s e deberá cuando esto anda lleno de ambulantes y d e compradores? y por ahí p a s a b a un hombre d e s n u d o y mugriento al cual los muchachos perseguían gritándole ¡loco! ¡cuidado con el loco que le gusta hacerse la paja en plena vía pública! ¡ja, ja, ja! pero aquel hombre ido sólo atinaba a decir ¡si yo lo he visto! ¡detrás de mi puerta no hay nada! ¿quién quiere entrar a su c a s a y encontrarse con el vacío?: ¡Loco! ¡vete a tu c a s a para que caigas al vacío! ¡ja, ja, ja! No fastidien u s t e d e s al señor: Pero si está loco ¿no oye lo que dice?: Ese señor está muy cuerdo ya q u e yo mismo he visto el precipicio en mi c a s a : Otro loco ¡ja, ja, ja! ¡desnúdese para que hagan pareja!: No lo fastidien más y el hombre desnudo caminado prorrumpía ¡detrás de mi puerta no hay nada! ¿quién quiere entrar a su c a s a y encontrarse con el vacío? seguía repitiendo dándome la razón ¿no habría enloquecido por e s o ? y por fin llegué al local d e una revista de la Calle d e la Manita donde les manifestó lo que e s t a b a aconteciendo pero éstos me miraron extrañados como si hubiese cometido algún crimen ¿ n o me quieren creer q u e hay precipicios detrás d e las puertas? ¿por q u é no viene usted conmigo para comprobarlo? dije en voz alta pero el señor q u e me atendió s e disculpó aduciendo que tenía que ir a baño ¡no vaya al baño oiga CARLOS JOHNSON 137 que e s peligroso!: ¿ Q u é diablos le importa a usted lo q u e yo haga?: Es q u e varias p e r s o n a s ya s e han precipitado al vacío pero el hombre abrió la puerta y s e cayó ¡ja, ja, ja! ¡nadie vaya a usar e s t e baño que s e hundirá al fondo del abismo! ¡ja, ja, ja!: Saquen a e s e loco de mierda d e aquí: No entre al baño le digo. ¡Fuera d e aquí! me gritó pero en la calle me p u s e a advertirle al público que antes d e abrir las puertas de s u s c a s a s s e fijasen puesto q u e al otro lado podría a p a r e c e r s e un abismo y los curiosos a seguida me r o d e a b a n h a c i é n d o m e p r e g u n t a s a u n q u e la m a y o r í a m e m i r a b a incrédulamente ¡les aseguro que un montón s e han caído! ¿vieron a e s e señor caminando d e s n u d o ? ¡pues él mismo chocó con un precipicio! y e s t e señor que me salvó la vida en el portón podrá decírselo: Fue verdad ya que detrás del portón había un abismo: ¡Truqueros! ¡mentecatos! ¡charlatanes!: Nada s a c o contándoles mentiras y a d e m á s sólo les pido q u e no abran las puertas sin tomar t o d a s las precauciones del c a s o : Amigo e s inútil q u e lo siga pregonando ya que nadie le creerá ¿ q u é h a c e m o s los dos solos tatando d e convencerlos c u a n d o e s una lucha desigual? ¿ q u e en el diario y en la revista tampoco le hicieron c a s o ? ¿y que a e s e hombre desnudo lo creían loco? ¿vio usted? Nos quejaremos al gobierno e n t o n c e s como que ellos sí nos escucharán: Nos quejaremos s e n t a d o s todo el día y toda la noche y así transcurrirán varias s e m a n a s sin q u e nos den audiencia: Hay q u e luchar hasta q u e nos e s c u c h e n : V á y a s e a su c a s a s e r á mejor señor: ¿ Q u é hará usted d e su parte?: Nada ¿ p a r a q u é avinagrarme la s a n g r e si nadie e s c u c h a ? ¿ O quiere que me vuelva como e s e señor desnudo al que nadie hace c a s o ? me dijo retirándose con el público pero yo continué a n d a n d o por el centro en dirección a mi c a s a p a s a n d o la voz ¡no abran las puertas falsas o las d e los b a ñ o s q u e pueden caer al vacío! ¡tengan cuidado al abrir s u s puertas! ¡miren por el ojo de la c h a p a primero! ¡no abran s u s puertas así nomás!: Espere y no grite tanto: ¿ C ó m o quiere q u e no chille si estoy a un pelo de precipitarme a lo profundo? ¿ve q u e la tabla s e rompió también? ¿quién ha puesto esta enormidad de foso detrás del portón?: Eso ha estado ahí: Pero nadie lo ha notado: Aquí muchas c o s a s pasan desapercibidas: No s e vaya q u e me caigo ¿ a d ó n d e s e dirige? ¡regrese por el amor de Dios!: Usted s e queja más que mi mujer: ¿Qué a n d a buscando? ¿no s e va a ir usted? ¿ d e veras que no me va a dejar colgado?: Lo que estoy buscando e s una soga: Ya no aguanto m á s ¡me da vértigo mirar abajo!: No mire entonces: S á q u e s e la correa q u e tal vez logre agarrarla y lo único q u e d e b e hacer e s jalar el portón: ¡A la una! ¡A las dos! ¡a las tres!: Casi la agarro ¡me voy a caer! ¡se me están resbalando los dedos!: Qué marica me había resultado s e r usted: P ó n g a s e en mi lugar a ver: Trate de agarrarla al mismo tiempo que s e la tiro ¡ahora!: Pero si no alcanzo: Estire m á s la mano ¡a la una! ¡a las dos! ¡a las tres!: ¡Ja, ja, ja!: Está al borde de la muerte y s e ríe todavía: Pero e s que usted me d a risa: Ahí va d e nuevo: Tírela sin decir a la una ¡ja, ja, ja!: Ahí va: ¡La p e s q u é por fin! ¡jale ahora con fuerza! ¡con m á s fuerza!: Es lo 138 INTI No 28 que estoy haciendo: El portón s e va deslizando hacia la entrada ya ¡un poco más! ¡Salvado! ¿ e s e inmmenso precipicio no d a miedo?: Ahora último he visto varios así: ¿ P o r qué sitio? ¿ s o n así de grandes?: Por mi barrio de El Espíritu Santo y por la Calle de Guitarreros pero muy pocos s e percatan del peligro: Acabo d e descubrir uno detrás de la puerta falsa de mi c a s a ¡casi me desnuco! ¿por qué s e aparecen de repente?: No e s que aparezcan sino que ya han estado ahí: ¿Ha notificado a la policía? ¿no ha dicho nada a s u s amigos?: Sí pero como le repito a la gente no le gusta oír e s t a s c o s a s : S e van a matar si no lo saben ¿no piensa usted que pueda haber más precipicios escondidos por la ciudad? ¿y las criaturas que sin saberlo abren las puertas de los roperos y los b a ñ o s ? ¿no e s cierto? ¿cómo así nadie s e ocupa de este a s u n t o ? ¿ n o e s inhumano? ¿cuánto le a p u e s t o q u e la g e n t e s e e s t a r á cayendo al precipicio sin que nadie s e haya fijado? ¿cuántos cientos o miles de muertes cree usted que haya habido? ¿no e s desalentador que no le hagan c a s o a uno? ¿ q u é s e podrá hacer?: Usted ya e s t á viendo los cerros de basura por las calles y las montañas de m o s c a s que no nos dejan en paz y aquella niebla negra que botan los omnibuses la cual envuelve las calles y s u s transeúntes por días enteros ¿ a c a s o alguien s e preocupa por d e s h a c e r s e de ellas?: Oiga usted pero los precipicios ya e s c o s a seria: La plaga de m o s c a s con todas las e n f e r m e d a d e s que trae son m á s dañinas ¿ s e enteró usted q u e la vez p a s a d a por el centro mismo una plaga de m o s c a s ocupó tres c u a d r a s d e la Calle d e Guitarreros? ¿y q u e las g e n t e s tuvieron que correr para ponerse a salvo? ¿Tanta mosca había?: Pero si ya cubrían las p a r e d e s y s e metían a las tiendas devorando lo que encontraban como que los helados son su alimento especial: ¡Ja, ja, ja!: Inclusive s a c a b a n la comida de las mismas b r a s a s de lo hambrientas que estaban y ya los pollos rodaban por el piso sin q u e los cocineros pudiesen hacer n a d a porque aquéllas los atacaban en mancha: Pero han debido d e q u e m a r s e al instante también: Las primeras toneladas de m o s c a s pero las siguientes a p e n a s d e j a r o n el h u e s o d e los pollos y a s í con e s e z u m b i d o s u y o ¡ z u u u u u u u u m m m m m m m m ! rompían p u e r t a s y v e n t a n a s y los vidrios saltaban por los aires como si un huracán hubiese pasado por allí: ¿Cómo s e deshicieron d e ellas?: Tuvo que venir la guardia de asalto con s u s bombas lacrimógenas p a r a e s p a n t a r l a s ya q u e la situación s e h a b í a tornado imposible ¡cúbrase la cara que ahí s e aparece una mancha entera! s e ñ a l a b a e s t e hombre como q u e efectivamente la plaga volaba a c e l e r a d a m e n t e y venía hambrienta ya que sentíamos el roce fuerte de s u s p a t a s cochinas y aquel zumbido taladrándonos los oídos ¡zuuuuuuuummmmmmmm! ¿por qué no u s a n insecticidas p a r a a c a b a r con e s t a p l a g a ? : Primero hay q u e d e s h a c e r n o s d e las montañas de basura ya que e s o trae moscas: ¿Por qué no u s a m o s los precipicios para d e s h a c e r n o s de la b a s u r a ? ¡eso es! ¡ja, ja, ja! ¡qué idea genial s e me ha ocurrido! ¡así no tendremos más basura y las m o s c a s tendrán obligadamente que bajar hasta el fondo del abismo con el fin CARLOS JOHNSON 139 de procurarse su alimento! ¿qué tal? y con un poquito m á s d e esfuerzo s e podría poner una tapa sobre el precipicio y las m o s c a s quedarán atrapadas para toda la vida ¡adiós basura! ¡adiós moscas! ¿ n o dice nada usted? y las plagas mismas d e la Calle d e Guitarreros serían atraídas a los abismos si e c h á r a m o s unos cuantos chanchos al horno dentro ¡ja, ja, ja! ¿ d e veras que no e s t á n a d a m a l a la i d e a ? y c a d a v e z q u e e s c u c h á r a m o s un ¡zuuuuuuuummmmmmmm! s e sabría que las plagas han mordido el anzuelo y todos acudiríamos a tapar el foso y nos libraríamos así de todas las m o s c a s de la ciudad ¿no sería una gran c o s a vivir sin m o s c a s que nos fastidien? ¿no cree usted que haya suficientes precipicios para hacerlo?: Mire amigo yo he vivido mucho tiempo acá: Yo también pero e s la única salida q u e nos queda ¿ q u é le parece si las autoridades evacúan la ciudad por un par de días con el fin d e combatir las plagas d e m o s c a s con insecticidas e c h a d o s d e s d e helicópteros y aviones? ¿el municipio no s e contentaría d e saberlo? ¿no ahorrarán plata una vez que s e enteren d e la facilidad con que cuentan para d e s h a c e r s e de la basura c o s a que no les costará un solo centavo?: Como le decía yo he vivido mucho tiempo a c á y c r é a m e que si les entra por una oreja s e les sale por la otra: Vayamos a los diarios y a la TV ¿no serían una exclusiva para ellos?: Mucho gusto de haberlo conocido y le d e s e o suerte en su e m p r e s a me indicó caminado pausadamente por la calle pero yo antes de reiniciar la marcha hacia mi trabajo aseguró bien el portón no s e f u e s e a matar alguien y así sin que me importara que me hiciesen caso me p a s e é por todo, el Ministerio previniéndolos del inminente peligro en q u e s e encontraban si iban al baño de hombres o mujeres pero desafortunadamente ninguno me hacía caso yendo al baño de todos modos ¿por qué no te quitas del camino? ¿ q u é te p a s a primito? ¿ a qué s e d e b e tu lloriqueo? ¡uy! ¡yo te creí más hombre! me decía sin q u e yo pudiese contener las lágrimas puesto que s e estaban matando uno por uno como ovejitas ¿han visto a David o a Paquita a c a s o ? ¿ e s o no prueba que han desaparecido en los precipicios? ¿por q u é a ver los e m p l e a d o s q u e han dejado s u s s a c o s y carteras no vuelven a s u s sitios? ¿ q u é los detiene? ¿no ha p a s a d o más de media hora y a ? ¿por q u é no v a a su c a s a a hacer s u s n e c e s i d a d e s ? interrogué débilmente d e s a l e n t a d o ya q u e nadie r e g r e s a b a del precipicio pero s ú b i t a m e n t e una e m p l e a d a horrorizada volvió del d e s p e ñ a d e r o gritando ¡tenías razón! ¡donde estaban los baños sólo quedan d o s huecos profundos! ¡todos los empleados s e ha precipitado al vacío!: S e lo dije pero ninguno de ustedes quiso escucharme: Han desaparecido sin dejar una sola huella: Han dejado muchas c o s a s como s u s s a c o s y carteras que no les servirán de nada ya: ¡Qué horror! ¡me muero!: De seguro que te morirás si te m e t e s al baño d e tu c a s a o entras por la puerta falsa: No diga e s o por favor: Mátate entonces tetuda como los otros ¿ a quién le importó mis consejos?: ¡Me voy d e a q u í q u e e s t e edificio e s t á lleno d e precipicios! dijo s a l i e n d o a l o c a d a m e n t e del sitio y e s u n a fija q u e en los otros edificios e s t a r á 140 INTI No 28 ocurriendo exactamente lo mismo pero nadie s e habrá fijado tampoco ¿quién gritó a s í ? : Una d e las e m p l e a d a s s e ñ o r vicepresidente al ver q u e s u s compañeros d e trabajo s e cayeron al precipicio: ¿De q u é precipicio habla usted?: Dentro de los b a ñ o s hay dos: Es una necedad lo q u e afirma usted: Les roguó y hasta les lloró para q u e no s e desnucaran pero aquí me tiene usted solo puesto que todos los empleados con excepción d e aquélla y yo están muertos: Dejémonos d e bromas y a ponerse a trabajar: Ni crea q u e yo voy a hacer el trabajo de los otros: A ver e n s é ñ e m e el precipicio para creerle y sin perder un s e g u n d o lo llevó al sitio d o n d e s e hallaban las puertas abiertas de par en par¿vio usted que no mentía? ¿ n o son unos e n o r m e s fosos sin fondo?: ¿En q u é momento s e hundieron los cuartos de baño?: Yo me di cuenta cuando Paquita s e cayó primero y luego David: O s e a que están detrás de las puertas ¿ d e todas las puertas le parece?: Por e s o hay q u e fijarse a n t e s d e abrir la puerta: Esto e s aterrador subrayó el vicepresidente d e la sección el cual me aseguró que s e quejaría sin dilación alguna a las autoridades y que lo a c o m p a ñ a s e pero que lo aguardara ya que tenía q u e recoger algo urgente introduciéndose a su oficina d e cuyo interior escuchó un ¡ay! ahogado lo cual me preocupó sobremanera ¿ e s t á bien señor v i c e p r e s i d e n t e ? ¿ s e ñ o r ? preguntó varias v e c e s y al ver q u e nadie c o n t e s t a b a e m p u j ó la p u e r t a notando un t r e m e n d o h u e c a z o q u e me escarapeló nuevamente el cuerpo ¡ja, ja, ja! ¡el vicepersidente d e la sección s e había d e s n u c a d o también! ¿no me he q u e d a d o solo en e s t a sección del Ministerio? ¿ c ó m o hago para que los diarios y revistas me e s c u c h e n ? ¿quién soy yo para que me crean? y en las d e m á s secciones todo el mundo s e estará cayendo al vacío ¡debo avisarles! y en el acto salí corriendo hacia el ascensor donde me vi con algunos empleados que s e dirigían a s u s c a s a s a los cuales advertí que no abriesen las puertas sin fijarse primero ¡no salgan del a s c e n s o r que al otro lado no hay piso!: Usted está loco: Al otro lado p u e d e haber un precipicio: No s e me ponga en el camino porque le meto un puñete me dijo uno al cual siguió el resto a p e n a s s e abrió la puerta del a s c e n s o r como que todos s e desnucaron ¡ja, ja, ja! ¡me e s t a b a q u e d a n d o solo! ¿ c ó m o salgo del a s c e n s o r sin matarme también? y los precipicios continuaban apareciendo detrás d e cualquier puerta s e m e j a n d o hongos ¿ q u é p a s a r á en la siguiente parada del a s e n s o r ? ¿ a qué hueco inmundo iré a caer?: ¿No va a salir del a s c e n s o r señor que e s t a m o s en el primer piso?: Pero si afuera no hay suelo que me s o s t e n g a los pies contestó saliendo a p e s a d u m b r a d o pero a la gente había q u e avisarle d e t o d a s m a n e r a s ¡no abran las p u e r t a s sin fijarse que s e p u e d e n d e s n u c a r ! ¡óiganme todos! ¡estamos en peligro d e muerte! ¡me voy al centro rápido para prevenirlos! y cuando llegué a c a s a me tiré en la c a m a de largo a largo como q u e ya no podía m á s con mis nervios alterados d e ver tanta g e n t e q u e s e había precipitado al vacío y luchaba por dormir para recuperar f u e r z a s pero aquellos p e n s a m i e n t o s me hacían revolcar en la c a m a h a s t a q u e por fin CARLOS JOHNSON 141 cerré los ojos y d e inmediato soñó que me encontraba en el centro solo sin nadie a quien dirigirme ni prevenir sobre el fenómeno d e las puertas ¿ n o era esta soledad escalofriante como si hubieran a p a g a d o todas las luces en pleno invierno y las estrellas s e hubiesen ocultado? ¿ d ó n d e están todos? ¿ q u é s e ha hecho de la g e n t e ? ¿ a c a s o quiero q u e d a r m e yo solo en medio d e los precipicios que me cercan? y a la mañana siguiente me desperté habiándome a mí mismo como q u e la c a b e z a me dolía t r e m e n d a m e n t e pero d e todos modos me levanté para ir al trabajo ¿cuál sería el final de nuestra sección? pero a n t e s de salir aguaité por el ojo d e la c h a p a d e la puerta falsa t o p á n d o m e con el mismo precipicio nítidamente y a s e g u i d a hice c o s a parecida con el de la puerta principal en cuyo exterior sí había suelo para posar las plantas d e los pies y automáticamente me e n c a m i n é hacia mi trabajo reparando sorprendidamente en la ausencia d e carros y ómnibus por las calles lo cual me hizo temer q u e había huelga general y así proseguí la marcha en dirección del cetnro cruzando por el Puente de Palo y luego pasar por la taberna el Tajamar d e los Alguaciles nido d e mariposas diurnas y nocturnas y de h a m p o n e s ahora d e s o l a d a y la Calle d e las Aldabas y seguidamente Lima parecía una ciudad fantasma como que yo era el único en ella pero a p e n a s avizoró la Calle d e Guitarreros vi a un jinete espectral cabalgando a toda prisa por encima ya que ésta s e había hundido ¡ni una sola mosca s e me cruzaba en el camino! ¡qué desolado e s t a b a todo! ¡qué solo me sentía! ¡me había q u e d a d o solo en medio d e la ciudad d e millones de desaparecidos! ¡ja, ja, ja! prorrumpía con los brazos abiertos mientras que una tormenta s e d e s a t a b a y los edificios comenzaban a d e s a p a r e c e r como si algo los estuviese carcomiendo y lo mismo me acontecía con las calles las cuales s e reducían a velocidad vertiginosa creando un inmenso precipicio y a continuación reparé que mi mano d e r e c h a d e s a p a r e c í a lo mismo q u e mi izquierda y luego una pierna y medio rostro...