EL CASO VOMMARO http://www.visionovni.com.ar/modules/news/article.php?storyid=11135 EL CASO VOMMARO Carlos Iurchuk Enviado por : thenetcentinell Publicado el : 1/1/2009 12:50:00 AUTOR: Alejandro Chionetti PUBLICADO EN: UFO PRESS N°16 Abril 1983 El caso que vamos a presentar a continuación cierra "casuÃ-sticamente" el flap de la noche del 11 de febrero de 1980, siendo este suceso el de mayor Ã-ndice de extrañeza de todos los picos de la trayectoria fenoménica de esa jornada. Además de estar totalmente emparentado con el caso Capponeto (1), presenta particularidades que lo aislan parcialmente de las múltiples manifestaciones de la noche de 11 de febrero. A nuestro entender, lo sucedido a Carlos Vommaro (22 años), podrÃ-a evidenciar cierta progresión y acercamiento del raid fenoménico de esa fecha. No tenemos noticias, pese a haber recorrido e investigado a lo largo de las zonas nodulares del flap -que cubrieron particularmente las zonas precordilleranas de las provincias de Neuquén y RÃ-o Negro de incidentes de mayor Ã-ndice de extrañeza o casos de CEIII que acaecieran aquel 11 de febrero. Esa jornada, un viento proveniente del sudoeste azotó la zona del Alto Valle de RÃ-o Negro, a lo largo de la ruta nacional 22. Esa ruta proviene de la ciudad bonaerense de BahÃ-a Blanca y atraviesa la localidad de Ingeniero Huergo y Villa Regina, para luego arribar a la ciudad de General Roca. La ciudad de Ingeniero Huergo se distancia de Buenos Aires aproximadamente unos 1150 kilómetros, desolados e interminables. La región es particularmente frutÃ-cola, abundando los manzanares y los perales, aunque no faltan los focos agrarios y vitivinicultores. La mayorÃ-a de los habitantes de la zona se dedican a las tareas del agro y son generalmente inmigrantes o hijos de inmigrantes italianos y españoles, en su Inmensa mayorÃ-a. Pagina 1 / 10 EL CASO VOMMARO http://www.visionovni.com.ar/modules/news/article.php?storyid=11135 El paisaje es monótono al estar conformado por largas y uniformes alamedas, muy útiles para proteger a las plantaciones de árboles frutales de los intensos vientos que generalmente baten la zona La región es frÃ-a en Invierno y bastante calidad y seca en la primavera y verano. UNA LUZ DETRAS DE LAS ALAMEDAS Después de finalizar una cena en la casa de su novia, Carlos Vommaro decidió regresar a su casa, ubicada en la chacra vecina (la número 410) a unos 1500 metros de distancia. Eran las 22:00 horas del 11 de febrero de 1980. El cielo estaba oscuro y soplaba un fuerte viento, que hacÃ-a cabecear a las alamedas que bordean la ruta nacional 22. Sin más, Vommaro abandonó la vivienda de su novia con rumbo oeste, para doblar hacia el norte por el camino de tierra que lo conducirÃ-a a su hogar, luego de atravesar una acequia del sistema de riego de la zona. Pese al fuerte viento reinante el Ford Falcon modelo 73 respondió perfectamente y lo condujo entre los oscilantes paredones de álamos. Habiendo recorrido unos trescientos metros Vommaro percibe, sobre la izquierda de su vehÃ-culo, un fuerte resplandor blanquecino azulado. Primero piensa que se trata de la iluminación de las instalaciones de un frigorÃ-fico que existe a esa altura de la ruta aunque más al oeste, por lo que no le da mayor importancia al incidente. Unos metros más adelante, el resplandor pereció hacerse más intenso, siendo ya suficiente para iluminar la zona circundante y recortar sobre el camino la sombra de los álamos. Las alamedas se espaciaron al llegar a una plantación de perales, y a partir de allÃ- Vommaro obtuvo un ensanchamiento de su campo visual y pudo percibir entonces el fenómeno. PERCEPCION DEL FENOMENO LUMINOSO La luminosidad tenÃ-a la forma de una "ele", separada levemente de una forma luminosa rectangular, como una pantalla o un "televisor". según las propias palabras del testigo, y el conjunto luminoso avanzaba paralelo al camino y en la misma dirección que el testigo, aunque levemente replegado. La "ele" estaba definida por bordes nebulosos y a su vez luminosos, pero de una luz como reflejada (no emitida). Estos bordes, como de niebla o humo, bordeaban una especie de eje o hendidura menos brillante, como sÃ- la misma parte nebulosa se metiera hacia adentro, se hundiera. En el vértice de la "ele" podÃ-a observarse una especie de "estrella", mucho más luminosa que el conjunto. Pagina 2 / 10 EL CASO VOMMARO http://www.visionovni.com.ar/modules/news/article.php?storyid=11135 Un reborde nebuloso también rodeaba al rectángulo, que estaba separado -a entender de Vommaro- de la "ele" luminosa por medio metro o menos. El rectángulo luminoso presentaba, en sus bordes, una especie de hendidura, similar a la que podÃ-a, observarse en la "ele". Las dimensiones del rectángulo, según el testigo, eran de 40 por 50 centÃ-metros y las de la "ele" luminosa, 2 metros de altura por 1,75 metros de ancho. (ver Figura 1) Tras unos segundos de perplejidad, Vommaro comprendió que lo que estaba observando excedÃ-a toda interpretación, y pensó que otros tendrÃ-an que verlo, especialmente sus padres y sus hermanos, pues difÃ-cilmente alguien podrÃ-a creerle cuando les relatara lo que habÃ-a observado. Estaba a más de 1000 metros de su chacra, y todavÃ-a debÃ-a atravesar la acequia número siete y doblar hacia la derecha. El objeto estaba totalmente paralelo a unos doscientos metros de la posición del testigo, y a unos treinta metros de altura. Vommaro decidió, entonces, aumentar el ritmo de marcha de su automóvil y colocó la segunda velocidad. El velocÃ-metro marcaba 60 kilómetros por hora. Y, entonces, el vacÃ-o, la oscuridad, la nada DE REGRESO AL ESTADO CONSCIENTE Lo primero que vio y sintió fue su apoyo sobre el volante y sus manos y antebrazos dentro de éste. Luego vio la luz, más cercana, casi arriba suyo. Observa que lo rodea. No se ubica, se siente "flojo" y debilitado. La luz está allÃ- arriba, a unos treinta metros de altura, como "pegada al parabrisas, como una calcomanÃ-a". De la zona del rectángulo luminoso (el "televisor") sale un haz de luz que se va ensanchando a medida que se aleja de la fuente emisora. Este haz baña el coche, pero sin bañar su interior. El haz luminoso es más intenso y nÃ-tido en su naciente, y más tenue en las proximidades del automóvil. A esta altura, el pánico ha hecho presa del testigo, quien se ha orinado a causa del miedo, un miedo como nunca habla experimentado en sus 22 años de vida. Casi desesperado sale de su automóvil con la idea de buscar ayuda. Pero la ruta 22 está desierta. Tras algunos minutos se acerca un automóvil en dirección a General Roca. Vommaro le hace señas frenéticamente. Unos metros más adelante se detiene luego de aminorar la marcha, pero de inmediato arranca... tal vez al observar lo que pendÃ-a sobre la cabeza de Vommaro. En esos momentos Carlos Vommaro observa su reloj: las 23 horas; ha transcurrido casi una Pagina 3 / 10 EL CASO VOMMARO http://www.visionovni.com.ar/modules/news/article.php?storyid=11135 hora desde su desvanecimiento. Trata de ubicarse y cae en la cuenta que se halla en las afueras de Cervantes, un pueblo ubicado a más de 15 kilómetros de la última posición que recuerda antes de haber perdido el conocimiento, en un camino de tierra a pocos metros de la ruta 22. El testigo revisa el automóvil; parece no haber sufrido daño alguno. Se introduce en él, lo pone en marcha y vira, para tomar la ruta 22 en dirección a la comisarÃ-a de Cervantes. En ese corto trayecto, al retomar la ruta 22, el testigo observa por el espejo retrovisor insistentemente, temeroso de que la luz aún lo persiga. Pero observa que la "ele" comienza a desplazarse hacia el noroeste. A los pocos minutos Vommaro arriba a Cervantes, y aun allÃ- puede observar- todavÃ-a el resplandor del objeto detrás de las alamedas. En la comisarÃ-a de Cervantes, Carlos Vommaro relató su insólita experiencia y, como suele suceder en estos casos, el personal policial no lo tomó demasiado en serio, solicitándole de inmediato que se identificara... ¡mientras el No Identificado se perdÃ-a en la lejanÃ-a!. Agitado, desesperado, Vommaro deseaba que alguien compartiera lo que habÃ-a visto. Pasaron los minu tos, quince o veinte, hasta que dis pusieron la salida de una patrulla acompañando a Vommaro. No encontraron nada. Cuando se hubo desligado de las autoridades, Vommaro sintió la irrefrenable ansiedad caracterÃ-stica en los casos de secuestros y teleportaciones: NARRAR LO SUCEDIDO. A gran velocidad regresó a la chacra. Al llegar le extrañó que sus perros no salieran a su paso, a recibirlo. Por el contrario, los animales lo desconocieron. Lo recibió su madre, llorando pues temÃ-a que su hijo hubiera sufrido un accidente. Vommaro necesitaba hablar con su padre y narrarle lo sucedido; lo despertó y, junto a su cama, le relato su aterradora aventura. Esa noche Carlos Vommaro casi no pudo conciliar el sueño. Recién pudo dormirse alrededor de las cinco de la madrugada. Al otro dÃ-a, se despertó muy tarde, cerca de las once. El 12 de febrero Carlos se sintió desganado y debilitado, casi sin fuerzas, y con dolores lumbares. Ese dÃ-a, también falló el motor del Ford Falcon, aunque la anomalÃ-a pudo ser detectada y resultó ser algo completamente normal. EL TESTIGO: ANTES Y DESPUES Pagina 4 / 10 EL CASO VOMMARO http://www.visionovni.com.ar/modules/news/article.php?storyid=11135 Aparte de un hecho relacionado con una cadena y medalla religiosa que Carlos Vommaro se saca el dÃ-a de su "teleportación", hay varios sucesos que, al parecer de quien esto escribe, pueden tener alguna relación con el incidente de la noche del 11 de febrero de 1980. Los que tuvieron la oportunidad de entrevistar a Vommaro luego de su experiencia nunca imaginaron que habÃ-a sido testigo de manifestaciones de OVNI en otras ocasiones. Y no habÃ-a sido testigo único. En el invierno de 1976, cuando contaba con 18 años, Carlos, otros jóvenes de las chacras y su propia familia, habÃ-a observado una especie de cÃ-rculo en forma de luna de polos achatados sobrevolando los campos a baja altura y en trayectoria parabólica. Vommaro recuerda que, tanto él como sus padres, se habÃ-an atemorizado ante la manifestación. Siendo más pequeño, recuerda, también observó "estrellas "que se encendÃ-an sobre los campos"; cuando con sus amigos salÃ-an por la noches a cazar perdices. De sus sueños recuerda poco. Nunca ha soñado con OVNI ni con "cosas raras", según sus propias palabras. Ni aún después de la traumática noche del 11 de febrero. Aunque si recuerda algunas pesadillas de los meses posteriores al incidente. El tema recurrente es -un sueño en el que él se encuentra nadando normalmente en un estanque y, de improviso, se hunde o es atacado por un enemigo invisible, desconocido. Ha soñado, también, con una laguna verde a la que va a nadar. Todo allÃ- es verde; el agua recubierta de moho y sobre una especie de rÃ-o o acequia, hay un puente también verde, recubierto de musgo. Al nadar en la laguna se le aparecÃ-a un cocodrilo que intenta atacarlo, y Carlos escapaba subiendo a un tronco quedando, con sus pies colgando. El cocodrilo llegaba hasta él y le mordÃ-a el pie. Otro de los sueños de Carlos Vommaro lo colocaba en peligro, enfrentado a "matones", en una especie de pelea, como él mismo lo definió. Al dÃ-a siguiente del suceso aquÃ- narrado, Vommaro estaba trabajando con el tractor cuando, imprevistamente, vio venir corriendo a una liebre que -literalmente- se arrojó bajo las ruedas del tractor. "Quedé realmente afectado", me dijo, "fue como si se hubiera suicidado". El invierno de 1981 presentó en la zona varios avistajes, siendo uno de ellos testificado por Vommaro. Junto con unos amigos, y a bordo del Ford Falcon que fue partÃ-cipe de la teleportación, observaron en las cercanÃ-as de General Roca, un resplandor naranja. Era un viernes, cerca de las 23 horas. Pensaron que se trataba de un ómnibus de la firma Del Valle. Continuaron avanzando, pensando que iban a tener una mejor visión de la fuente del resplandor, hasta que observaron una especie de cúpula naranja, intensa, que descendÃ-a rápidamente como una puesta de sol vertiginosa o "como un globo que se desinfla", según la definición del testigo. Todo duró escasos minutos, quedando en el cielo un tenue resplandor. Pagina 5 / 10 EL CASO VOMMARO http://www.visionovni.com.ar/modules/news/article.php?storyid=11135 Para finalizar, debemos destacar que Vommaro siente temor por lo sucedido hace ya tres años y que, a partir del incidente protagonizado por Fattorel (1), sus temores y recuerdos se han avivado notablemente. Entiendo que parte de las reacciones posteriores de Vommaro son de un claro sentimiento de culpa, cuya causa puede retrotraerse a los dÃ-as anteriores al suceso y la cual desconocemos, aunque estimamos que podrÃ-a estar referida a una disrupción en su núcleo familiar, más exactamente en la relación materno-paterna. Sin embargo no dudamos sobre la veracidad del testimonio de Carlos Vommaro, en virtud de su personalidad y de la solidez de su historia, puesta a prueba en numerosos interrogatorios a los que fue sometido durante la investigación del incidente, los cuales soportó con estoicismo -pese a que el recuerdo del hecho no le era exactamente grato- y pasó airosamente, sin incurrir en contradicciones. Carlos Vommaro fue protagonista de un hecho insólito el 11 de febrero de 1980, hecho cuya verdadera naturaleza ignoramos, y que desafÃ-a cualquier explicación racional que pueda imaginarse. REFERENCIAS (1) El incidente protagonizado por Fattorel tuvo lugar el 18 de febrero de 1982, dos años después de los hechos aquÃ- relatados. Si bien el caso de Fattorel alcanzó gran notoriedad en su momento, no puede decirse lo mismo respecto del caso protagonizado por Vommaro, que pasó inadvertido para la prensa. Los detalles del caso Fattorel fueron publicados en la edición número 15 de UFO PRESS Veinte años después de la publicación del caso en Ufo Press, el ufólogo español Manuel Borraz ([email protected]) releyó este informe en Mitos del Milenio y aportó importantes comentarios que reproducimos a continuación: En primer lugar, hay que destacar que el contexto del caso Vommaro (o caso Ingeniero Huergo -provincia de RÃ-o Negro, Argentina-) llegó a ser razonablemente esclarecido: - de acuerdo a lo expuesto por Angel A. DÃ-az en un artÃ-culo titulado "AnatomÃ-a de un 'flap' " [1], tanto Carlos Vommaro como muchos otros testigos independientes observaron aquella noche del 11/2/80 un MISMO fenómeno situado hacia el oeste a enorme distancia y gran altura (descripción del fenómeno similar, situación y horario aproximadamente coincidentes); - aún puede precisarse más: Guillermo Roncoroni [2] se hizo eco de ciertas averiguaciones de James Oberg que mostraban que dicho fenómeno tuvo relación con la puesta en órbita del satélite soviético Kosmos 1164. Pagina 6 / 10 EL CASO VOMMARO http://www.visionovni.com.ar/modules/news/article.php?storyid=11135 Aclarado esto, habrÃ-a muchos aspectos del caso en los que podrÃ-amos detenernos, desde las apreciaciones del observador (que situaba el fenómeno a unos 200 metros e incluso más cerca -¡en realidad, si lo situáramos a 200 km aún nos quedarÃ-amos muy cortos!-) hasta las presuntas secuelas (dolores lumbares y otros efectos psicofÃ-sicos, fallo del motor del vehÃ-culo al dÃ-a siguiente...), pasando por detalles de lo más anecdóticos ("suicidio" de una liebre...). AquÃ- me limitaré a comentar el ingrediente más insólito y peculiar del incidente: la supuesta "teleportación". Según el testigo, al poco tiempo de comenzar a observar el fenómeno, mientras iba conduciendo de regreso a su casa, perdió el conocimiento. Aún no habÃ-a pasado una hora cuando volvió a recuperar la consciencia en un lugar situado a más de 15 km de distancia. "Teleportación" resulta ser una calificación demasiado imaginativa para aplicarla a un suceso como éste. Es mucho más razonable suponer que el testigo recorrió esos pocos kilómetros de la manera más convencional, pero sin recordarlo luego. ¿Qué pudo haber ocurrido? Una cuestión poco clara es la del horario. De la versión del testigo se desprende que el intervalo de tiempo "perdido" se inició poco después de las diez de la noche y se prolongó hasta poco antes de las once. No obstante, a juzgar por otros testimonios de aquella noche, parece que el fenómeno comenzó a observarse no mucho antes de las once. El lapso de tiempo no habrÃ-a sido pues de casi una hora sino bastante más breve (quizás del orden de 15-20 minutos considerando el tiempo que pudo tardarse en recorrer en coche aquella distancia de poco más de 15 km). Casualmente, hubo otros testigos (caso Caponetto) que avistaron el fenómeno mientras circulaban por el mismo tramo de carretera que debió recorrer Vommaro. Estimaron la duración de su propia observación en unos veinte minutos [3]. De todas maneras, esto no desautoriza lo esencial del relato de Vommaro, por lo que la incógnita sobre lo que pudo suceder sigue en pie. Por las circunstancias del suceso, hay un escenario que ya podemos descartar. El caso no tendrÃ-a relación con los episodios de "tiempo perdido" atribuibles a lo que se ha llamado a veces "hipnosis de la carretera". Este tipo de experiencias se producen, por ejemplo, cuando la monotonÃ-a del trayecto convierte la conducción del vehÃ-culo en una tarea aún más automática de lo habitual, sin requerir la atención consciente del sujeto. No es un problema de la memoria sino más bien de la atención. De alguna manera, es como si, no ocurriendo nada, es decir, sin nada que recordar, no quedara huella en la memoria. La experiencia de Carlos Vommaro no tiene puntos de contacto con este escenario. El origen y el destino de su desplazamiento estaban separados por Pagina 7 / 10 EL CASO VOMMARO http://www.visionovni.com.ar/modules/news/article.php?storyid=11135 apenas 1.500 m. Por otro lado, su nivel de atención no se encontraba precisamente bajo mÃ-nimos, intrigado como estaba por las misteriosas luces que acababa de descubrir. Más bien, lo que deberÃ-a contemplarse es algún proceso psicológico desencadenado -directa o indirectamente- por la visión del insólito fenómeno. No obstante, los detalles de este escenario están por concretar. A mi entender, hay dos preguntas clave. En primer lugar, podemos preguntarnos: ¿FUE EL TESTIGO CONSCIENTE DE SUS ACTOS DURANTE ESE INTERVALO DE TIEMPO "PERDIDO"? Si fue asÃ-, Vommaro habrÃ-a decidido en el último momento "seguir" las luces con su vehÃ-culo en lugar de acudir a avisar a su familia. Y en ello estaba, habiendo ya recorrido más de una docena de kilómetros, cuando sufrió la amnesia que le privó de los recuerdos de los últimos minutos inmediatamente anteriores. Ni siquiera pudo recordar haber tomado la decisión de ir tras el fenómeno. Esta es una posible reconstrucción de los hechos, pero hay otra alternativa. En el escenario alternativo, el testigo habrÃ-a deambulado como un "zombie" tras el fenómeno luminoso -sin acudir a su casa, como inicialmente habÃ-a pensado hacer-. AsÃ- se habrÃ-a mantenido, conduciendo en ese estado obnubilado, desde el mismo momento en que dijo haber "perdido el conocimiento" hasta que lo recobró. La cuestión está abierta. La otra pregunta que se me ocurre hacer es: ¿QUÉ FUE EXACTAMENTE LO QUE DESENCADENÓ EL PROCESO? ¿El desconcierto, la perplejidad suscitada por la visión de algo "imposible"? ¿O bien algo más emocional: el miedo provocado por aquella presencia desconocida? Aparentemente, el testigo no fue presa del pánico hasta que volvió en sÃ-, pero esto no descartarÃ-a que ya hubiera sido el miedo el auténtico desencadenante de su particular estado. ¿PodrÃ-amos hablar pues de un mecanismo psicológico de evasión de la realidad en una situación traumática? No está tan claro como pudiera parecer. Porque, ¿cómo explicar entonces que el testigo circulara tras el fenómeno durante alrededor de un cuarto de hora en lugar de buscar refugio con su familia -¡que se encontraba allÃ- mismo!o incluso emprender la huida en sentido contrario? ¿Abona esto la tesis de que no fue el miedo el factor clave y que el testigo quedó fascinado por la visión de las luces y absorto en su seguimiento? ¿O todavÃ-a podrÃ-a contemplarse la posibilidad de que decidiera conscientemente seguir dichas luces y asÃ- lo hiciera durante kilómetros, sufriendo después la amnesia, quizás en el momento en que empezó a sentir auténtico temor? Queda en manos de los psicólogos arrojar más luz sobre este episodio. En cualquier caso, debe de haber constancia de incidentes parecidos en los archivos ufológicos, catalogados como episodios con "tiempo perdido", Pagina 8 / 10 EL CASO VOMMARO http://www.visionovni.com.ar/modules/news/article.php?storyid=11135 "teleportaciones", "abducciones"... La observación de un fenómeno insólito (al menos "insólito" para el observador), ¿puede llegar a desencadenar un pequeño episodio de amnesia como éste? Quizás la comparación de algunos de estos casos permitiera comprender mejor los detalles aquÃ- discutidos. ------EpÃ-logo: Quién iba a decir que por obra y gracia de unos ingenieros rusos, el espÃ-ritu de los Vidal planearÃ-a sobre las alamedas de Ingeniero Huergo. Cómo iba a imaginar Mario Benito Caponetto que, mientras comentaba con su familia "...si es un 'plato volador' que nos arrebate para aparecer como ese matrimonio que iba a Mar del Plata... asÃ- hacemos más rápido" [3], en otro vehÃ-culo un joven Carlos Vommaro iba a perder un pedacito de su vida y a conocer lo que es el miedo. Quién le hubiera dicho a Vommaro que algunos forasteros acabarÃ-an condecorándolo con una Teleportación en la interminable parada de los encuentros con ovnis. REFERENCIAS: [1] "AnatomÃ-a de un 'flap' " (Angel A. DÃ-az), UFO PRESS, nº 21 (julio-sept./84). [2] "A propósito de los avistajes masivos" (Guillermo Roncoroni), UFO PRESS, nº 21 (julio-sept./84). [3] "Caso Caponetto. Un extraño rectángulo luminoso" (Alejandro Chionetti), UFOLOGIA, nº 2, año 1 (enero-marzo/81). CONSULTAS ¿Alguien sabe ... ... si el fenómeno del 11/2/80 fue visto también en Chile, y en ese caso, si dio lugar a algún incidente espectacular? ... si existe alguna fotografÃ-a del fenómeno? ... si alguno de los avistamientos (aparte de los casos Vommaro y Caponetto) permitió establecer la duración del fenómeno de forma fiable? ANEXO: Heriberto Janosch informó en la lista Anomalist (noviembre de 1999) del siguiente curioso caso: Missing time, teleportación o secuestro? Ha ocurrido un caso interesante en Virrey del Pino, provincia de Buenos Pagina 9 / 10 EL CASO VOMMARO http://www.visionovni.com.ar/modules/news/article.php?storyid=11135 Aires, hace unos dÃ-as: un conductor de auto de alquiler partió desde una escuela a las 17 horas, pero no llegó a su destino. Los vecinos que lo esperaban comenzaron la búsqueda, luego se incorporaron a la misma varios patrulleros y un helicóptero policial. A la medianoche los bomberos de Cañuelas (recordarán que se trata de la misma localidad donde funcionaba la "clÃ-nica extraterrestre" de Jerez, ver nota de Agostinelli en CdeU, especial de Ummo) lo encuentran con el auto cruzado en medio de la ruta 205, a 150 metros del cuartel, aferrado al volante, sin recordar nada de lo que le habÃ-a sucedido en esas nueve horas Los testigo directos (5 CHICOS DE ALREDEDOR DE 5 AÑOS CADA UNO y que el remisero transportaba en su auto desde la escuela a sus casas) afirman que nunca dejó de conducir, iba para allá, venÃ-a para acá, paraba, parecÃ-a desorientado, pero NUNCA DEJO EL ASIENTO DEL AUTO! Si los testigos hubieran sido mayores el hecho no habrÃ-a acontecido. Si hubiera ido sólo, quizá nadie le creerÃ-a (y su mujer menos!), y quizá algún ufólogo hubiera sugerido una sesión de hipnosis para que "recuerde" lo que le ocurrió en esas 9 horas ... casi seguro una abducción ET. Por último, como los padres de los chicos denunciaron su desaparición, se inició un proceso judicial penal caratulado "Secuestro"! Qué proceso cerebral habrÃ-a causado esta "ausencia" en el remisero? Pudo haber sido "disparado" por el stress producido por su situación económica, tema que lo preocupaba mucho, de acuerdo a sus familiares? Pagina 10 / 10