COMUNICADO DE PRENSA “NO NOS SENTIMOS PARTE DEL FUTURO DEL PAÍS” La Asociación de Exportadores de Frutas de Chile, A.G., hace un sentido llamado a ocuparse seriamente de los problemas del país con una mirada de largo plazo, evitando deslumbrarse con los resultados cortoplacistas. Santiago, 20 de Marzo de 2013. La Asociación de Exportadores de Frutas de Chile A.G. (ASOEX), se hace un deber manifestar su preocupación respecto de la grave situación que atraviesa el sector silvoagropecuario, así como por la escaza preocupación que percibe por parte de las autoridades económicas y legislativas en relación a la búsqueda de soluciones reales y permanentes. Esta semana, el Banco Central de Chile ha presentado las cifras de crecimiento económico sectorial. El crecimiento de la economía en el año 2012 alcanzó el 5,6%, lo que contrasta con la baja del 0,6% que experimentó el sector silvoagropecuario, único sector de la economía nacional que retrocedió. Lo anterior además confirma lo que los indicadores de competitividad frutícola, que calcula periódicamente ASOEX, señalan, en cuanto a que, en promedio, el sector se encuentra operando con márgenes operacionales cercanos a cero. Por otra parte, las cifras del Banco Central revelan que el 2012 sería el primer año en que se observó un retroceso en el valor de los embarques de fruta fresca al exterior. Respecto de la pérdida de competitividad se han manifestado, en forma clara y contundente diversos gremios representativos de la agricultura nacional (SNA y Fedefruta, entre otros), aparte de haber sido testigos de cómo las empresas deben acometer acciones destinadas a disminuir al máximo sus costos operativos. Es indudable que la evolución negativa del sector contrasta claramente con la bonanza de otros sectores de la economía nacional, lo que implica una disparidad altamente peligrosa respecto del futuro del país en su conjunto, en cuanto a su sustentabilidad como tal. El desarrollo no-armónico del país, muy “efectista” como resultado global de corto plazo, ha implicado, en contraposición, una alta dependencia del sector minero y un crecimiento basado principalmente en el consumo y endeudamiento. Ello se ha reflejado también en el déficit en cuenta corriente, lo que confirma que nuestra economía está gastando más de lo que produce, cuya consecuencia sería un ajuste con elevados costos sociales. Se ha hecho evidente el acrecentamiento de nuestra dependencia del cobre en muchos ámbitos de la estructura económica nacional y regional, destacándose la existencia de regiones que duplican el crecimiento de otras eminentemente agrícolas, además de diferencias en sus ingresos per cápita regionales de más de 5 veces. COMUNICADO DE PRENSA Como corolario a lo anterior vemos como cae la cantidad de empresas exportadoras y recuperamos nuestra desacreditada condición de país mono-exportador. La proyección en el tiempo de estos hechos y antecedentes objetivos, lo que se conjuga con una política monetaria anti-exportadora, grafican claramente lo que consideramos como absolutamente inapropiado para solucionar nuestros problemas sociales y económicos básicos como país. No creemos sostenible una situación que provoca distorsiones tan profundas que minan irremediablemente lo que se ha construido durante tantos años en materia de desarrollo económico, fundamentado en la iniciativa privada y el emprendimiento, y que por lo demás, socava las bases mismas del modelo económico, en cuanto a su apertura al comercio internacional y la diversificación de las exportaciones no tradicionales, por decir lo mínimo. En efecto, se ha generado una dependencia de la minería exportadora superior al 60%. En este sentido, conviene recordar lo que le sucedió al país en la época del salitre, lo cual parece no estar en el horizonte de las preocupaciones de las actuales autoridades económicas, ni de quienes tienen la obligación de mirar a nuestro país -en su calidad de representantes de la voluntad de la ciudadanía - con una visión de largo plazo, la que permita el desarrollo armónico de todas las opciones económicas viables, con la consiguiente distribución equilibrada de la riqueza y de las opciones ciudadanas. La minería basa su actividad en recursos naturales no renovables, cuyo precio está condicionado a factores externos no controlables por nuestro país. Debemos preguntarnos: ¿Qué sucederá cuando se terminen estos recursos o el precio del cobre llegue a niveles cercanos a los 2 dólares por libra? ¿Sobrevivirá algún sector que pueda reemplazar esta suerte de desarrollo y riqueza cortoplacista que hoy nos encandila? Como representantes del sector productor-exportador frutícola nacional, nos hacemos un deber el reiterar nuestra profunda preocupación respecto de la dispar evolución económica del país, cuya sustentabilidad de mediano plazo se nos hace imposible de visualizar en forma optimista. Nuestro país requiere, de parte nuestros legisladores y gobernantes, de acciones que nos permitan, con una visión de largo plazo, poder concordar, todos los estamentos que constituyen nuestro país, diversas políticas y estrategias tendientes a solucionar los múltiples problemas que nos afectan, de una manera permanente, no sujeta a los vaivenes de la política contingente, abordando aquellas temáticas inherentes a Educación, Salud, Seguridad, Energía, Desarrollo Económico Sustentable y Política Exportadora. De persistir las actuales circunstancias y el desinterés de las autoridades respecto de los problemas e inquietudes que afectan a vastas regiones del territorio nacional, se nos hace un deber señalar que no nos sentimos parte del futuro de nuestro país. Ronald Bown Fernández Presidente | Asociación de Exportadores de Fruta de Chile, A.G.