INFECCIONES Infecciones fúngicas Un colaborador cualificado para los corticoides: el itraconazol. Hasta la fecha, parecía que el único tratamiento eficaz contra la aspergilosis broncopulmonar alérgica era el constituido por la administración de corticoides, con los efectos adversos que llevan asociados, mientras que los intentos realizados de administrar antifúngicos inhalados no habían arrojado esperanzas. Este estudio nos presenta al itraconazol como tratamiento conjunto a corticoides como una opción válida, permitiendo reducir la dosis de corticoides y con una buena tolerancia. La aspergilosis es una enfermedad producida por gérmenes habitualmente saprofitas del género Aspergillus. Estos gérmenes pueden producir la enfermedad por distintos mecanismos: alergia, colonización o invasión. La aspergilosis broncopulmonar alérgica, donde el agente actúa como alergeno, es un trastorno de hipersensibilidad que puede progresar desde una fase aguda a una enfermedad crónica. El tratamiento principal consiste en la administración sistémica de corticoides, a pesar de que su eficacia a largo plazo no ha sido bien establecida y de la importancia de sus conocidos efectos adversos. En estudios realizados con el propósito de analizar la eficacia de tratamientos antifúngicos, los resultados obtenidos tras la administración de cinco fármacos inhalados, no fueron demasiado esperanzadores. Datos obtenidos a partir de estudios no controlados han sugerido que un tratamiento con itraconazol, antifúngico derivado azólico de administración oral, podría constituir un tratamiento complementario eficaz y atractivo, dada su administración oral y la ausencia de riesgos tóxicos. En estudios realizados a pacientes con sida afectados de aspergilosis a los que se sometió a tratamiento con itraconazol, se registraron resultados escasamente esperanzadores, aunque se ha sugerido que podría deberse a una mala absorción del fármaco. Con el objetivo de analizar la eficacia real de un tratamiento con itraconazol, se realizó un ensayo clínico a doble ciego y aleatorizado, administrando itraconazol (200 mg/12 horas) o placebo durante 16 semanas a pacientes que cumplían criterios inmunológicos y de función pulmonar de aspergilosis broncopulmonar alérgica corticoide-dependiente. Para establecer la respuesta al tratamiento, se estableció la posibilidad de reducción de la dosis de corticoides al 50%, una disminución en las concentraciones de IgE en al menos un 25% y la presencia de al menos una de las respuestas siguientes: mejoría de la tolerancia al ejercicio o de los parámetros de función pulmonar en al menos un 25%, o resolución o ausencia de infiltrados pulmonares. En una segunda parte del estudio, realizada de forma no ciega (se suprimió la administración de placebo), todos los pacientes recibieron 200 mg de itraconazol al día durante 16 semanas. Se observaron respuestas positivas en 13 de los 28 pacientes asignados al grupo de itraconazol (46%), frente a los 5 de 27 pacientes del grupo placebo (19%). Respecto a la incidencia de efectos adversos, fue similar en ambos grupos. En la segunda parte del estudio se observó respuesta en 12 de los 33 pacientes que no la habían experimentado durante la fase a doble ciego (36%) , y ninguno de los pacientes que habían respondido en la primera fase del estudio, experimentó recaída durante la segunda. El efecto positivo del itraconazol parece ser debido a su capacidad de reducir la colonización así como la proliferación del aspergilus en las vías aéreas y en las mucosidades. Además es posible que itraconazol tenga también una actividad antiinflamatoria. Itraconazol puede aumentar las concentraciones plasmáticas de metilpredinosolona, al interferir ambos fármacos en la rutas de metabolización hepáticas, aunque esta interacción no parece darse en el caso de prednisona, el corticoide utilizado por la mayoría de los pacientes incluidos en el estudio. Además no está clara la eficacia del tratamiento en las diferentes etapas de la enfermedad. A pesar de que no se incluyeron pacientes con fibrosis quística en este estudio, se ha registrado en estudios no controlados la posible eficacia de itraconazol en estos pacientes, aunque no ha sido establecido con claridad. A la vista de los resultados recogidos en el presente estudio, puede establecerse que en aquellos pacientes con aspergilosis broncopulmonar alérgica corticoide-dependiente, la adición de itraconazol puede producir una mejoría de la enfermedad sin aumento de la toxicidad. Son necesarios, no obstante, más estudios controlados sobre el tratamiento adecuado de la enfermedad. Stevens DA, Schwartz HJ, Lee JY, et al. A randomized trial of itraconazole in allergic bronchopulmonary aspergillosis. N Engl J Med 2000;342:756-62.