La necesaria ofensiva estudiantil

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La necesaria ofensiva estudiantil
Juan González - Centro ALERTA1
Hace dos días acompañé a un amigo, a la escuela
donde él era apoderado. Quería que habláramos
sobre el derecho a la participación de los estudiantes
en el curso de su hijo. Consiguió un espacio en la
primera hora, era su forma de apoyar su educación. El
niño está en una escuela municipal en la comuna de
Santiago. Una escuela sin recursos materiales dignos,
sin proyecto, con malas condiciones laborales y peores condiciones pedagógicas. Una
escuela gueto, como muchas de las escuelas municipales de la capital, por las cuales, a
simple vista se ve, no ha pasado ninguna reforma. Escuelas que continúan igual, o peor, que
hace diez años.
Las reformas “se discuten como corresponde, en el congreso. Con los tiempos que el debate
democrático requiere”, declaró la presidenta, ante la audaz acción en la Moneda de
estudiantes que reclamaba la urgencia de las transformaciones, que esta misma presidenta
viene prometiendo desde el 2006.
Desde el 2006 que se discute en el congreso como fortalecer la educación pública. Primero la
ley de subvención preferencial, la ley general de educación, la ley de calidad y equidad (en el
gobierno de Piñera). Estas, largamente discutidas, reformas, reorganizaron el sistema
educativo, en base al acuerdo de mantener el sistema de provisión mixta, sin perjudicar la
participación de los privados en el sistema2.
Bueno resulta que entre el 2007 y el 2015, se siguieron cerrando escuelas municipales (se
han cerrado más de 1000 escuelas en los últimos 10 años), se abrieron más escuelas
privadas (solo en los últimos 3 años se han abierto 480), se han incorporado medidas de
gestión empresarial en las escuelas, se consolidaron poderosos grupos de control en la
educación obligatoria (Belén Educa, SIP) y superior (Grupo Laureate International) y ha
crecido el negocio en la educación pública, a través de concesiones, asesorías, licitaciones,
son millonarios los traspasos de dinero público a empresas privadas-. Durante estos años, la
matrícula privada en la educación obligatoria creció en casi 1 punto porcentual por año. En
la educación superior la matrícula privada casi se ha triplicado. Actualmente la matrícula de
1
La foto es de la represión del 26 de mayo, la tomó mi gran amigo Gonzalo Vargas, educador popular.
Ver el Acuerdo Educativo del año 2007 en el siguiente enlace:
http://www.opech.cl/bibliografico/doc_movest/AcuerdoPorLaCalidadDeLaEducacionPresidencia.pdf
2
las escuelas municipales llega apenas a un 35%, y concentra a la población más
empobrecida. Son un gueto. Es incierto el futuro, de las ya precarizadas Universidades
Estatales. Todo esto mientras el gobierno de “Bachelet-Piñera- Bachelet”, afirma su
compromiso con la educación pública.
Hoy, la discusión en el parlamento continúa, sobre lo mismo. Fortalecer la educación
pública. Se discutió más de un año la ley de inclusión, que no cambia mucho nada, y lo que
cambia, lo hará en plazos que pueden llegar a los 20 años. Gratuidad, desmunicipalización,
nuevos debates, nuevos subsidios, nuevos plazos y nos volvemos a preguntar. ¿Cuándo y
cómo fortalecemos la educación pública?
Quizás por eso el 4 de mayo pasado la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios
ocupó la sede de la Fundación Educación 2020, en Santiago. Esta fundación, de la cual
nuestra actual ministra de educación fue directora ejecutiva, es sede de REDUCA, red de
influencia empresarial en educación, que con el apoyo del Banco Interamericano de
Desarrollo, promueven la reingeniería educativa neoliberal en Latinoamérica. Ese mismo día
2020 declaraba que ellos ya habían despachado más de 15 propuestas para ser discutidas en
el congreso, afirmando su compromiso con reformas orientadas a fortalecer la educación
pública.
Es necesario explicitar que hay una muy distinta forma concebir el fortalecimiento de la
educación pública entre lo que piden los movimientos sociales y lo que piensa y ejecuta la
tecnocracia neoliberal, a cargo de las reformas y del debate parlamentario durante estos
años. Para los movimientos sociales fortalecer la educación pública implica eliminar los
nichos de mercado que dominan el sistema educativo. Es decir, romper el acuerdo del 2007
y detener la reingeniería neoliberal que tiene a la escuela chilena presa de la teoría del
capital humano, y a la educación estatal convertida en gueto. Para hacer esto ya no se confía
en el eterno, desgastante y deslegitimado debate parlamentario. Para la tecnocracia
neoliberal se trata “simplemente” de modernizar la gestión de la educación pública, es decir
más estándares, más control, menos participación, mas SIMCE y menos comunidad.
Hace dos días, los estudiantes de aquella escuela en Santiago aplaudieron cuando les
decíamos que esa no era la educación que merecían, que debían exigir, que podían luchar,
que podíamos luchar, que ellos merecían muchos más recursos que los que tenían, que ellos
requerían talleres, paseos educativos, infraestructura deportiva, almuerzos nutritivos y bien
preparados, profesores motivados y bien pagados, entre infinidad de condiciones, que hoy
carecen, que aún tras 10 años de luchas y propuestas no llegan; es más, se naturaliza su
ausencia. Nos fuimos entre aplausos y los reclamos de la profesora que prometía nunca más
invitarnos. Nos fuimos felices, nos sentíamos parte de la ofensiva estudiantil. Vamos
compañerxs.
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