6. El sistema canovista.

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UNIDAD 6. EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN. CARACTERÍSTICAS
Y FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA CANOVISTA.
1. INTRODUCCIÓN. RASGOS GENERALES DE LA ÉPOCA DE LA RESTAURACIÓN.
El pronunciamiento de Martínez Campos en diciembre de 1874 supuso la vuelta de los
Borbones y su restauración en la persona de Alfonso XII. En pocos años el ambiente
político se serena. En 1876 se termina la guerra carlista y en 1878 se produce la Paz de
Zanjón que da por terminada, de momento, la guerra en Cuba. El panorama es
completamente diferente la del sexenio, menos agitado y proclive a la estabilidad.
Comprender el retorno de la dinastía borbónica al trono de España exige considerar
varios factores:



La fragilidad e incapacidad de la I República.
La pasividad de toda la oposición social a la Restauración.
La fuerza de los grupos favorables a la Restauración como:
o La alta burguesía, necesitada de estabilidad política y social para
mantener sus actividades económicas.
o Los intereses coloniales, contrarios a la supresión de la esclavitud y a
la concesión de autonomía a Cuba.
o Los grandes latifundistas, deseosos de proteger su propiedad.
o El Ejército, que consideraba a la Revolución del 68, la cual habían
apoyado, un exceso.
o La Iglesia católica, siempre próxima a las ideas más conservadoras.
Concepto.
Llamamos Restauración al proceso iniciado en este año de reimplantación de la
dinastía borbónica, tras el sexenio revolucionario, y mantenido hasta 1931, y que
vendrá caracterizado por la vigencia de la Constitución de 1876, el predominio de dos
partidos: Conservador y Liberal, la existencia de un “turnismo”, una organización
social, política y económica definida como oligarquía y caciquismo ,el predominio
intelectual del pensamiento conservador, además de un progresivo desarrollo
industrial, la aparición de nuevos grupos sociales como el proletariado, y un personaje
fundamental, Antonio Cánovas del Castillo (1828-1897).
Cánovas del Castillo, artífice del nuevo sistema político era un antiguo miembro de
la Unión Liberal, redactor del manifiesto de Manzanares de 1854, convertido ahora en
el líder del partido conservador uno de los pilares del bipartidismo que se va a
implantar.
El sistema político será la monarquía constitucional, apoyada en el
parlamentarismo liberal, que deja poco espacio para una democracia real. Los valores
de la época son el orden social, la propiedad, la seguridad, el centralismo y la unidad
nacional.
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Se habla de “pacto entre caballeros”, es decir de la manipulación electoral para
turnarse en el poder. Significa la toma del poder por las clases altas, en un sistema
social basado en el caciquismo, que es una forma de control social del mundo rural.
Es, como en la Inglaterra victoriana, un momento de puritanismo moral, donde la
familia burguesa acomodada impone su modelo y sus costumbres y formas de vida,
pero que esconde siempre una hipocresía moral evidente. El predominio y
florecimiento de esta burguesía se debe también al desarrollo y recuperación
económica que vive España, gracias, en parte a la explotación de Cuba y Puerto Rico.
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En Europa predominan los sistemas parlamentarios liberales burgueses. La III
República francesa, la Inglaterra victoriana o la Alemania de Bismarck son los ejemplos
de la consolidación del liberalismo en el viejo continente, lo que ayuda a la
consolidación del régimen de la restauración en España. Pero todo se quiebra en 1898,
que supondrá un punto de inflexión en la conciencia de los españoles.
2. EL SISTEMA CANOVISTA.
Tras la restauración de la monarquía borbónica, el sistema político español se
organiza a imitación del británico. Es lo que conocemos por sistema canovista, dado
que Cánovas del Castillo es el hombre fuerte y su ideólogo principal. El sistema se basa
en el equilibrio: entre las Cortes y el rey, entre conservadores y liberales. No descansa
en un punto sino en el equilibrio de fuerzas.
Los principales fundamentos del sistema canovista se pueden resumir en los
siguientes:
a) La Restauración no era sólo la vuelta de la legítima dinastía borbónica,
significaba, sobre todo, la superación de la inestabilidad política del período anterior y
la consecución de la pacificación social y política del país.
b) Para ello, era necesario realizar una síntesis entre lo viejo y lo nuevo, entre
el legado de la Historia, es decir, lo que él llamaba «constitución interna» de un país, y
los ideales progresistas del Sexenio. Esta constitución interna estaba constituida por
una serie de principios políticos esenciales -«verdades madre», las llamaba Cánovas-,
como la libertad, la propiedad, la monarquía, la dinastía y el gobierno conjunto del
rey con las Cortes. Dichos principios formaban parte del alma española, de nuestra
tradición y de nuestro carácter, y, por tanto, no podían ser discutibles para ningún
español. La Constitución interna no la había promulgado nadie; es algo que existe,
porque los españoles somos como somos.
c) Admitido esto, todo lo demás es accesorio, por lo que se impone el sentido
de la realidad, y la política debe verse como «el arte de lo posible», es decir, como
algo adaptado a las circunstancias del tiempo y del lugar.
d) Civilismo frente a militarismo. El poder civil es superior al militar, porque
tiene la legitimidad que le da la voluntad nacional manifestada a través del sufragio.
e) Cánovas es enemigo de las posturas inflexibles o irreconciliables. Hay que
buscar acuerdos o transacciones, consensos, diríamos hoy. Para que todos se
entiendan, es preciso que unos y otros cedan. Es posible reconocer al enemigo cada
uno de sus derechos -«posibilismo canovista»-, así todos se integrarán en el sistema.
f) Se imponía, en definitiva, un pacto entre todas las fuerzas políticas, que
posibilitara una convivencia pacífica en el seno de una monarquía parlamentaria. Tal
pacto quedaría fundamentado en una nueva constitución que debía estar
ampliamente consensuada.
g) En cuanto a política exterior, sobre todo a partir del desastre del 98, se
optará por la política de recogimiento, España aceptará su posición secundaria en el
contexto internacional y limitará su participación en la carrera imperialista.
Pero este sistema tiene un talón de Aquiles: no tiene una base social amplia,
puesto que descansa sobre las clases altas, y se encuentra pronto enfrentado a la
aparición de movimientos centrífugos que van a romper el equilibrio a largo plazo.
La idea de Cánovas y del rey Alfonso XII era superar la época de Isabel II, dejando a
la Corona y a los militares fuera de la vida política constituyéndose en una auténtica
monarquía constitucional. La pieza clave del sistema será, por tanto, la constitución de
1876.
La Constitución de 1876.
La Constitución supuso la formulación legal de todo el mecanismo político del
sistema canovista, para ello se estableció un “retorno” lo fundamental de la
Constitución de 1845, siempre bajo la atenta mirada y vigilancia de Cánovas del
Castillo. Su elaboración pretendía superar la inestabilidad constitucional, para lo que
se debían de acoger a las distintas corrientes del liberalismo.
Es un texto de ideología moderada, que tiene su modelo en la constitución de
1845, pero que incorpora avances democráticos procedentes de la revolución de 1868.
Defiende la propiedad privada, la religión católica y otros valores conservadores.
Sus principios básicos son los siguientes:





Soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
Poder legislativo bicameral, constituido por el Congreso de los
Diputados y el Senado.
La corona es el eje del sistema, nombra ministros, tiene poder de veto e
incluso iniciativa legislativa.
Confesionalidad católica y mantenimiento del culto, pero también
discreta tolerancia religiosa en el ámbito privado, ya que no en las
manifestaciones públicas.
Amplia declaración de derechos, que leyes posteriores restringirán.
En 1890 se aprobará el sufragio universal, que será convenientemente
manipulado en beneficio de los partidos turnistas.
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Es una Constitución ideológicamente dentro del ámbito del liberalismo
doctrinario europeo, que en España se conoce como moderantismo, y que deja fuera
a republicanos, socialistas o carlistas, y que posee un fuerte carácter centralista, lo
que provocará numerosos conflictos con los emergentes nacionalismos.
Turnismo y bipartidismo. El sistema electoral.
Para la prolongación de la vida del sistema de la restauración fue vital la
alternancia entre conservadores y liberales. En realidad, son dos partidos liberales con
más ideas comunes que divergentes. Ambos defienden la monarquía, la Constitución,
la propiedad privada, el capitalismo como forma económica y el centralismo (con
matices). Son partidos de élites, con apoyo económico y de la prensa afín.
El partido Conservador está liderado por Cánovas del Castillo. Está compuesto por los
sectores sociales moderados, unionistas y más tradicionales, a excepción de los
carlistas. Defienden a la Iglesia, el orden social, a los terratenientes y grandes
propietarios. Presenta tres conceptos claves:
 Espíritu moderno
 Orden Público
 Monarquía, símbolo de la continuidad histórica.
El partido Liberal- Fusionista, conocido como liberal, está liderado por Sagasta.
Son partidarios del reformismo político, son laicos e incluso anticlericales, y sus
partidarios son sobre todo profesionales y burguesía media. Se trata de un partido de
aluvión, en el que convergen diferentes grupos sociales como militares de baja
graduación ,clases urbanas medias y bajas profesionales liberales, antiguos
revolucionarios del sexenio, etc. En su ideología podemos destacar: sufragio universal,
juicio por jurados, libertad de prensa y cátedra, librecambismo.
IDEOLOGÍA
SUFRAGIO
RELIGIÓN
ENSEÑANZA
PRENSA
POLÍTICA
ECONÓMICA
OTRAS
CONSERVADORES
Censitario o restringido
Católica. Eliminación del
matrimonio civil.
Censura de textos y
programas.
Censura y cierres de
periódicos
Proteccionismo
LIBERALES
Universal masculino
Libertad pública y privada
de cultos
Libertad de cátedra
Supresión de los fueros
vascos
Derecho de asociación.
Juicio por jurados.
Libertad de prensa
Librecambismo.
El sistema funcionaba gracias al “turno pacífico”o alternancia. Cuando un
partido se desgastaba en el poder, era reemplazado por el otro. El rey llamaba al
partido opuesto al gobierno, convocaba elecciones y las ganaba gracias al fraude. Nada
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que ver, por supuesto, con una democracia real. Mediante la alternancia en el poder
de conservadores y liberales se logró que siempre estuviera uno de ellos en el poder y
el otro en la oposición y con posibilidades de acceder, eliminándose así la tentación de
acudir al apoyo del Ejército para acceder al poder. El turnismo fue un artificio,
asentado en la manipulación de los resultados electorales, con el fin antes dicho a lo
que se unía la intención de cerrar el paso a las fuerzas obreras y republicanas. De este
modo, el sistema parlamentario se convertía en pura fachada.
El sistema electoral se basaba en el caciquismo y el encasillado, y era un
proceso que partía del gobierno a los electores. Era indiferente el tipo de sufragio. La
corrupción electoral era total. Se compran votos, falsifican actas y, sobre todo, se
ejerce presión y coacción sobre los electores a través de los caciques, íntemamente
relacionados con los partidos. Funciona a la perfección en el ámbito rural, pero se
romperá en las ciudades.
El control del proceso electoral era una maquinaria perfecta:





el rey encargaba al jefe del partido de la oposición, tras el desgaste del
partido contrario, formar gobierno,
se convocan nuevas elecciones para obtener apoyo,
el ministro de gobernación elaboraba el “encasillado”, la lista de los
candidatos que debían ser elegidos,
los gobernadores civiles transmitían la lista a los alcaldes y los caciques
locales,
y se ponía en funcionamiento todo un entramado de trampas,
falsificaciones y coacciones que lograban el objetivo: es el pucherazo, la
adulteración sistemática de los resultados electorales.
Todo el proceso electoral parte viciado, y su realización se fundamenta en varias
prácticas:


Encasillado, proceso por el cual se decide quien será el diputado más afín al
gobierno en una circunscripción determinada, sabiendo que hay que dejar
circunscripciones a la oposición.
Pucherazo, práctica consistente en adulterar los resultados electorales,
para ello se recurre bien a la compra de votos, bien a introducir un puchero
de votos en la urna.
Pieza clave en este proceso es el cacique. Cacique es un vocablo de origen
americano que significaba “señor de indios”. En España, eran individuos que, por su
poder económico o influencia, dominaba una circunscripción electoral. Es un miembro
de la élite local o comarcal capaz de conectar ese espacio con el Estado y su poder
político, son los únicos interlocutores, por tanto pueden obtener para esas zonas
diversos “favores”: reducción de las contribuciones, obras públicas, leyes
favorecedoras, exención de quintas, etc., a cambio, recauda votos. Se produce así un
intercambio de votos por favores, con el cacique como intermediario.
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Los caciques presentan múltiples y variadas ocupaciones: terratenientes,
comerciantes agrícolas, usureros, médicos, notarios, abogados, etc. Estos caciques
tenían, además, línea directa con el gobierno de Madrid, y hacían viajes a la capital
para conseguir del ministro de turno “logros” para el municipio.
Esta situación, muy ligada al espacio rural, se irá reduciendo conforme avance
el proceso industrializador y la urbanización a lo largo del siglo XX.
En el conjunto del país estos personajes componen lo que se conoce como la
oligarquía. Llamamos oligarquía al grupo que actúa como bloque de poder, a modo de
los privilegiados del Antiguo Régimen, fundiendo a las clases tradicionales, nobleza, y a
los nuevos poderes económicos ligados a la industrialización, la burguesía, bien
industrial, bien terrateniente, bien los profesionales urbanos, junto a ellos, dos pilares
fundamentales: la Iglesia y el Ejército. En realidad, no era sino poner al día a los
privilegiados del Antiguo Régimen y a los grupos dominantes durante el reinado de
Isabel II.
Estos grupos empujan a las figuras políticas en la defensa de sus intereses
económicos. Terratenientes andaluces y castellanos, fabricantes catalanes,
siderúrgicos vascos, etc., lo que explica el mantenimiento de unas estructuras
económicas en las que se defiende la gran propiedad agraria, el proteccionismo
industrial, la explotación colonial y el sometimiento del proletariado.
La otra base del sistema electoral será la abstención, ya que la participación no
superó habitualmente el 20% de la población.
Los gobiernos del turno.
Los partidos turnistas, conservador y liberal, ganaron todas las elecciones entre
1876 y 1898 (6 veces los conservadores y 4 los liberales). El turnismo funcionó hasta
1898 con regularidad y sin problemas.
En las ciudades, la oposición no turnista consiguió ganar terreno, pero el
turnismo se mantuvo hasta 1917 sin ningún problema.
El partido conservador gobernó de 1875 a 1881 siendo el protagonista de la
redacción de la Constitución.
En 1881 acceden los liberales hasta 1884. Entre 1885 y 1890 vuelven los
liberales tras una breve interrupción. Es el llamado gobierno largo liberal, tras la
muerte de Alfonso XII. En 1885 los dos partidos firman el “Pacto de El Pardo”, para
asegurar la continuidad de la monarquía de los Borbones y del sistema de la
Restauración. El gobierno largo de los liberales fue el más destacado y puso en marcha
algunas reformas de calado como la abolición de la esclavitud (1886), la Ley de
Asociaciones (1887) que permitía asociaciones políticas y sindicales, y el sufragio
universal (1890), para varones mayores de 25 años.
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Los partidos no turnistas y el movimiento obrero.
La Restauración deja “fuera de juego” político a gran parte de la sociedad
española. Fuera de los dos grandes partidos políticos liberales burgueses, aún existen
movimientos políticos con gran respaldo, sobre todo carlistas y republicanos. Ambos
movimientos se debaten entre la integración en el juego parlamentario y el
radicalismo y el exilio.
Los carlistas son vencidos militarmente. Su dirección se exilia. Se presentan
como la única fuerza católica, pero la Iglesia apoya ahora a los alfonsinos
conservadores. Los carlistas se escinden. Unos se integran en el partido conservador.
Otros, dirigidos por Ramón Nocedal, fundan un partido carlista integrista que rechaza
el sistema y defiende la tradición y el catolicismo.
Los republicanos, vencidos también por un pronunciamiento militar en 1874, se
enfrentaron al desencanto de sus seguidores y las escisiones internas. El Partido
Republicano Progresista de Ruiz Zorrilla continua sus pronunciamientos, que fracasan.
Surgen o continúan otros partidos como el Posibilista de Castelar, el Unitario de
Salmerón, o e Federalista de Pi y Margall.
Además de estos dos movimientos llegan a España las ideas de la Internacional. La
situación de la clase obrera no empeora sustancialmente durante la Restauración, sino
que se estanca. El impulso industrial hace que el número de obreros industriales
crezcan. A la vez, éstos cada vez toman conciencia de clase y se organizan en
asociaciones, sindicatos y partidos.
La revolución de 1868 y el sexenio abrieron la puerta a la libertad de asociación y
favorecieron la expansión de las ideas de la I Internacional, que llegan a España en su
versión anarquista, difundidas por Fanelli, enviado por Bakunin. Sus ideas (supresión
del Estado, colectivización de la tierra...) se expandieron entre los jornaleros y los
obreros catalanes. En 1870 se funda la Federación Regional Española de la A.I.T
(F.R.E.), con dos ideas principales:
-
el uso de la huelga como medio revolucionario,
el apoliticismo y la oposición a las reformas políticas.
Este internacionalismo tuvo una fuerte actividad durante la I República, intentando
provocar la revolución y el derrumbe del Estado. Con la Restauración se vuelve a la
clandestinidad.
A partir de 1881, con el gobierno del partido liberal, vuelve un periodo de libertad
de asociación y permisividad que aprovechan. La F.R.E. cambia su nombre por el de
F.T.R.E. (Federación de Trabajadores de la Región Española) ya que están prohibidas
las asociaciones internacionales. Aumentan sus afiliados y comienza la “acción directa”
contra el Estado, la burguesía y la Iglesia. Hasta 1900 desarrollan gran actividad, con
atentados contra Canovas, Martínez Campos, bombas en el Liceo de Barcelona, etc. La
consecuencia es la gran represión de que fueron objeto.
7
Otros grupos, más partidarios de la revolución social a medio plazo, se asociarán en
sindicatos. Estos anarcosindicalistas crearán Solidaridad Obrera en 1907 y la C.N.T.
(Confederación Nacional del Trabajo) en 1910.
En 1879 Pablo Iglesias, tipógrafo, funda la Agrupación Socialista Madrileña, núcleo
originario del P.S.O.E. En 1888 se funda la U.G.T. (Unión General de Trabajadores), de
inspiración socialista. Su influencia será mayor en Madrid, Vizcaya y Asturias.
El P..S.O.E. (Partido Socialista Obrero Español) es un partido marxista, obrerista y
revolucionario. Defendía también la participación en la vida política. Obtiene diputados
en 1910. La U.G.T. será un sindicato de masas que agrupaba a todos los sectores de
trabajadores y que estará muy vinculado al PS.O.E.
La emergencia del nacionalismo en Cataluña, País Vasco y Galicia.
Frente al centralismo uniformador del liberalismo y de los conservadores de
Canovas surgen en el mapa español diversas formas de nacionalismo y reivindicación
de lo autóctono que van del independentismo racial de Sabino Arana al regionalismo
valenciano o andaluz, pasando por el catalanismo y el galleguismo.
a) El catalanismo.
Desde 1830 nace en Cataluña un movimiento cultural llamado la Reinaxença:
recuperación de la lengua y las señas de identidad catalanas. En 1880 el 1º Congreso
catalanista retoma la herencia del republicanismo prgresista. Crean el centro Catalán,
que presentará un Memorial de Agravios al rey Alfonso XII (recordándole la “opresión”
de Cataluña).
Otro grupo, más conservador, funda la Unión Catalanista en 1891 cuyo programa
quedó fijado en las Bases de Manresa, defendiendo el catalán como lengua oficial de
Cataluña y la vuelta de las instituticones catalanas tradicionales. De aquí saldrá un
grupo liderado por Prat de la Riba y cambó que movilizará al catalanismo tras 1898.
b) El nacionalismo vasco.
También en el siglo XIX se produjo una corriente relacionada con la recuperación
de la cultura vasca. El momento clave se produjo con la abolición de los fueros tras el
fin de la guerra carlista en 1878.
La sociedad tradicional vasca, rural, estaba sufriendo una gran transformación por
la industrialización y la emigración consiguiente, a lo que se unió la supresión de los
fueros. Se produjo además, una reacción de los euskeros frente a los inmigrantes que
cristalizó en el nacionalismo de Sabino Arana.
Arana funda el Partido Nacionalista Vasco en 1894 basándolo en el foralismo y el
euskera. Sus ideas principales son:
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



Raza vasca, fueros y religión.
Dios y antiguas leyes.
Sociedad tradicional y antiliberalismo.
Rechazo del socialismo obrero.
En 1901 abandona el indepentismo inicial por el autonomismo.
c) El galleguismo.
La sociedad gallega era también una sociedad rural que se vio afectada duramente por
la emigración. A mediados del siglo XIX se produce “O Rexurdimento”, movimiento
apolítico y cultural típico del romanticismo que reivindica la lengua y cultura gallega.
Durante la última etapa de la Restauración cobrará más fuerza
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DIPUTADOS EN CORTES DURANTE LA RESTAURACIÓN.
AÑO
Conservadores
Liberales
Republicanos
Carlistas
1886
67
288
22
2
1891
262
83
31
7
1893
61
295
47
7
1896
279
88
1
9
1898 1899
84 236
266 122
14 18
5
3
1901
87
245
19
7
1903
240
102
36
7
1905
122
229
30
5
1907
252
787
34
11
EJE CRONOLÓGICO.
1874
1 de Diciembre, Manifiesto de Sandhurst. 29 de Diciembre, pronunciamiento
de Martínez Campos.
1875 Inicio del reinado de Alfonso XII.
1876 Aprobación de la Constitución.
1878 Paz de Zanjón, fin de la 1ª guerra de Cuba.
1879 Boda de Alfonso XII con Mª Cristina de Habsburgo. Inicio de la 2ª guerra de
Cuba.
1880 Fundación del Partido Liberal.
1881 Primer gobierno liberal.
1885 Muerte de Alfonso XII, regencia. Pacto del Pardo.
1886 Nacimiento de Alfonso XIII
1890 Sufragio universal masculino.
1895/6 3ª guerra de Cuba.. Rebelión en Filipinas
1897 Asesinato de Cánovas del Castillo.
1898 Guerra de España con EE.UU., pérdida de Cuba, Filipinas, Guam y Puerto Rico
con el Tratado de París.
1901 Creación de la Lliga Regionalista catalana
1902 Comienzo del reinado de Alfonso XIII.
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