La balada del soldado El director Grigori Chujrai presenta esta producción rusa, premiada en el Festival de Cannes de 1960 y aclamada por la crítica en todos los países donde se ha venido proyectando. Es una historia delicada y hermosa, escrita en obsequio a las madres que perdieron sus hijos en ¡a guerra y como homenaje a los héroes anónimos que dejaron juventud, ideales, proyectos, aspiraciones v la propia vida, ya sea en el L-arnpo enemigo o en la patria, transfurmada por la.s circunstancias en inmenso cementerio de Laidos. "Suy un soldado —escribe el director Chujrai. He recorrido los caminos de la guerra desde SUilingrado hasta Viena. En estos caminos perecieron muchos de mis amigos. De ellos, de eslos jóvenes llegados al frente desde el pupitre del colegio, he querido hablar en esla película. No he querido narrar los combales, ni describir a los héroes surgidos en tales circunstancias, sino al hombre escondido detrás del heroísmo y dni explicación de por qué se combatía así. He renunciado a describir escenas de combate y he buscado un argumento que condenara la guerra. La historia que narro es breve y pertenece a un joven soldado ¡uso". Aliosha tenia diecinueve años. En el campo de batalla tuvo miedo y huyo ame un tanque. Pero en el último momento se apoderó de un lusil antitanque y sus disparos pusieron fuera de combate a dos carros. De esta manera llegó a ser héroe. El general quiso premiarlo, inscribiendo su nombre en la orden del día. Aliosha pidió murar tal honor pur un permiso para llegar hasta donde su madre, abrazarla, remendar el techo de la casa y despedirse. Se le concedieron seis días y él pareció feliz de poder hacer el viaje. Pero, en el camin<j. lo rodeó la amargura de !a guerra. "La Balada del Soldado" posee méritos cinematográficos que la premian con la "excelencia" dentro del séptimo arte. Hay en todo el relato virtudes artísticas, expresadas con auténtico heroísmo técnico: simplicidad, limpieza de imágenes, veracidad desligada de sutileza; equilibrio de filmación, dandu el exacto porcentaje de interiores, paisaje y rustios; diafanidad de sentimientos en la crónica de aspi. raciones, aféelos, deseo, éxtasis y recato; emociones humanas v dramatismo. Pero, por encima de todo este cúmulo de méritos hav una severidad en el manejo tic La creación artística, que modera pasiones tale.s como: el amor, la generosidad, la inquietud, el cariño filial y materno, la amistad y aquellos actos humanos que elevan a quienes los realizan, por sobre la debilidad. adquiriendo ellos la estatuía del héroe. El espectadur sigue con su atención, puesta al minuto, las alternativas de este viaje y acompaña al soldado desde que recibe el encargo de un novato de pasar por su casa y saludar a la esposn hasta el último adiós en el epílogo de la película. En el camino, Aliosha conoce a mucha gente, comparte sus privaciones y triste/as. No puede permanecer ¡mpasihle. a! margen de sus destinos y les presta ayuda, y en este menester transcurren sus días de permiso. Primero se topa con el soldado inválido, que vuelve a su casa con el temor de no encontrar a la esposa. Aliosha lo avuda en limpio gesto de generosidad y se aleja, sin que lo noten, cuando cumple el cometido. En la soledad del convoy militar, Aliosha recibe la compañía de Shura, una muchacha de su edad «.¡LIL1 d c c j llegar hasta dundo MIS lias Aquí el director ofrece las manifestaciones del amor, en nutrido estudio de la sicología de esta pasión. El comportamiento de los jóvenes arranca risas, benevolencia y lágrimas. Hay belleza en la mirada de ambos y en los enfoques de la cámara, que transmiten las emociones de dos corazones en eí limite del enamoramiento. Más adelante, los jóvenes cumplen el encargo de visitar a la esposa del soldado ausente y son lestigos de la flaqueza humana. Después viene la despedida de los enamorados, descrita con severa realidad. Sólo a través de los recuerdos se desdobla el afecto y se oye la confesión tierna do Shura: "cuando te dije que no tenía a nadie, Aliosha. quise expresar que le quería . . . " Luego Aliosha sera héroe por segunda vez, ayudando a evacuar los heridos del convoy incendiado. Pero en tales circunstancias nadie reconoce el heroísmo cuando hay heridos que atender. Las secuencias de la angustia por lograr ver a la madre antes que expire el plazo, el encuentro final con los brazos de saludo y despedida, escapan a todo comentario, son elocuentes por sí mismas, cargadas de justeza, profundidad y sobrio metraje. Interpretan los papeles principales Vladiinir Ivashov y Zhanna Projorenko, estudiantes del Instituto de Cinematografía, El resto del elenco lo 376 integran conocidos actores de la pantalla rusa: Anlonina Maximova, Nikolái Kxiushkov v oíros. Los operadores son Vladimir Kikoláev y Era Savclierj. La música pertenece a Mijail Sír. Producción anterior del direclor Chujrai fue "El 41". Viendo las escenas de "La Balad.i del Soldado", ti espectador llega a reconciliarse con un precepto del arle: la universalidad. Aquí no hay himno a determinada nación, ni se sirve a una ideología. E! arte va más allá de las (romeras de un país, no se queda en la cascara de una tilosofia particular, ni ge transforma en el siervo del poder, o en el instrumento de divulgación para un Estado. Si se quiere, en esta universalidad el arte encuentra la definición del hombre, desentraña su contenido y lo comunica a todos, buscando el dialogo que se adecúe mejor a esta misión de encontrar v explicar la sabiduría propia dd "peregrino del absoluto". Películas como la que nos ocupa hacen renacer la esperanza en un mundo mejor, iluminado por la verdad, la justicia y el amor, obligando a tributar -m cálido "¡Muchas Gracias!" a sus realizadores. Con razón, un periódico ruso se quejaba de quu los literatos y cineastas de aquel país entregaban obras inútiles para la causa del partido. Nosotros decimos que tales obras son la prueba de la bondad, sembrada en la naturaleza del hombre por iiiuel que la hizo a su imagen y semejanza. Enrique SAMlliE/.A B.