Atenea · Número 15 Número 15 · H I S T O R I A Atenea por Francisco A. Marín Resulta poco sabido que un solitario carro Renault FT-17 fue recibido dos años y medio antes que la fecha de recepción de los demás FOTOs: colección del autor y prensa de época 78 El primer carro de combate del Ejercito espanol Y En 1919 aparece un nuevo ingenio bélico La Prensa gráfica también estuvo presente en las exhaustivas pruebas a las que se sometió al nuevo carro de combate. a hacía diez años de duros combates contra las cabilas rebeldes al Sultán de Marruecos, en una intervención que tenía muchas analogías con la actual en Afganistán, esto es, la participación de ejércitos occidentales (en ese caso España, con nuevas unidades reclutadas localmente -los Regulares-, y Francia), con ayuda del ejército marroquí (las Mehal. las Jalifianas) y de harkas de cabilas adictas, que trataban de que un Estado incapaz (el Marruecos de principios del siglo XX) recuperara su fortaleza y viabilidad mediante la derrota de las cabilas rebeldes, siendo de éstas la de los Beni Urriaguel la más representativa. Lo más poderoso En aquellos años el Gobierno estaba haciendo un gran esfuerzo económico para dotar a las unidades de primera línea del mejor armamento y equipo posibles. Así, se incrementó la importancia de las unidades de ametralladoras, se adquirieron grandes cantidades de granadas de mano y de fusil, los primeros aviones de com- bate y se adoptó el primer uniforme caqui, entre otras muchas mejoras. En 1919, la prensa gráfica española recogía con gran alarde gráfico la última novedad en el armamento pesado del Ejército: la exhibición el 25 de junio de un carro de combate Renault FT-17 ante el rey Alfonso XIII. Este ingenio, presentado por los periódicos como un regalo hecho por Francia al monarca, era el primer blindado de esta categoría adquirido por el Ejército español, que había llegado a España en junio de 1919. Prácticamente concluida la Primera Guerra Mundial (noviembre de 1918), y a la vista del éxito obtenido por los recientemente aparecidos carros de combate –según los entonces partidarios de estos torpes ingenios-, el Ministerio de la Guerra español manifestó su interés por mantenerse al mismo nivel que sus vecinos europeos y adquirir ejemplares de estos nuevos medios acorazados. Así, en octubre de 1918 se encargó a los Agregados Militares en Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos que contactaran con los fabricantes y departamentos guber- namentales pertinentes para estudiar la posible compra de carros. Las respuestas iniciales fueron negativas, alegando siempre la importancia estratégica de esta nueva arma, a la que se quería proteger y mantener casi en exclusividad. Buen ejemplo de dichas gestiones fueron las llevadas a cabo por nuestro Agregado Militar en Londres, el coronel D. Fernando Rich, quien, tras una cena con el entonces Ministro de la Guerra, Winston Churchill –que había sido observador en la Guerra de Cuba llegando a ser condecorado con la española Cruz roja al Mérito Militar-, recibió la consabida respuesta negativa, a la vez que se le informaba de que ya se había vetado la venta a otros países aliados. Sólo tras intensas negociaciones, y debido, como se ha explicado, a los intereses comunes en la zona de Marruecos, accedió Francia a suministrar un carro ligero FT-17 a España. Se trataba de un vehículo del que ya había fabricado grandes cantidades, sobradamente probado en combate y con un diseño que se ajustaba a las concepciones tácticas vigentes por aquel entonces en nuestro Ejército, que consideraban a los carros como meras armas de acompañamiento de la Infantería a pie, unas especie de nidos de ametralladoras móviles a la velocidad de los infantes. Las experiencias posteriores llevadas a cabo en España demostraron la gran calidad del carro tras ser empleado en condiciones de extremada dureza. En la prensa La primera publicación que se hizo eco de la presentación fue la revista Blanco y Negro del 29 de junio de 1919 (Año 29, nº 1467) y en ella aparecían unas imágenes con el siguiente pie: “Madrid, en el Campamento de Carabanchel : S.M. el Rey, con el Ministro de la Guerra y varios jefes y oficiales, presenciando la maniobra del tanque regalado al monarca español por la casa Renault.” Esta misma consideración como regalo era incorrecta pues el carro costó La prensa de la época dedicaba mucho espacio a informar, tanto por escrito como gráficamente, sobre cuanto tuviera relación con las operaciones del Ejército y la Armada para pacificar Marruecos. 79 00 80 Atenea · Número 15 Número 15 · Atenea historia El Renault FT-17 tenía un ancho patín en su parte posterior para que no se quedara dentro de una zanja por culpa de lo retrasado que tenía el centro de gravedad debido al peso del motor La revista Mundo Gráfico informa de la visita del Principe de Asturias y del Infante D. Jaime a la Escuela Central de Tiro, ubicada en Carabanchel, Madrid. 52.500 francos (unas 84.000 pesetas de la época); sin embargo, fue repetida posteriormente por otras publicaciones con motivo de la exhibición realizada días más tarde ante el Príncipe de Asturias. En este sentido, la revista Nuevo Mundo del 11 julio de 1919 afirmaba: “Francia ha regalado a Su Majestad el Rey Don Alfonso XIII un “tanque”, una de esas formidables máquinas de guerra que tan interesante papel jugaron en las sangrientas batallas libradas en los campos franceses invadidos por Alemania. El regalo ha despertado enorme curiosidad en Madrid. El Príncipe de Asturias ha querido también conocer el mortífero artefacto, y se trasladó la pasada semana al Campamento de Carabanchel, en compañía de algunos ayudantes. El heredero del Trono escuchó atentamente las explicaciones que el mecánico le dio sobre el funcionamiento del aparato, y ocupó el lugar destinado al observador.” Sin duda mejor informada, fue La Ilustración Militar del 15 de julio de 1919 (nº 349) la primera publicación que salió al paso dando datos fiables, explicando que se había desembolsado “una considerable cantidad” para la adquisición del carro y describiendo en detalle el acontecimiento: “El día 25 por la mañana, a las nueve, fue S.M. el Rey al Campamento de Carabanchel a presenciar la maniobra y disparos de la nueva batería de cañones Krupp de 15 centímetros construida por la fábrica de Trubia y el nuevo “tanque”.... Presenció después el Rey las pruebas llevadas a término de un “tanque” Renault, de pequeño volumen, que lleva una torre giratoria y que tiene puesto para el mecánico y para el tirador. En este “tanque” iban un conductor de la Escuela de Tiro y el Capitán de Artillería Señor Garma. El “tanque” hizo toda clase de pruebas salvando perpendicular y oblicuamente zanjas, obstáculos, subiendo por parapetos, pivoteando alrededor de una de las ruedas y maniobrando en todo género de terrenos.” En días sucesivos el FT-17 participó en diversas pruebas y ejercicios siendo la siguiente aparición en abril de 1920 con motivo de la visita que las comisiones parlamentarias invitadas por el Ministro de la Guerra. En la documentación militar Para conocer los datos más fidedignos de la llegada del primer carro a España debemos recurrir al documento de recepción del mismo, el Acta nº 75 de la Comisión de Experiencias de Artillería, organismo del Ministerio de la Guerra responsable por aquel entonces de la evaluación y adquisición del armamento pesado. Según el citado documento la Comisión, al mando del Coronel D. Ramón Acha, se hizo cargo del carro el 23 de junio en la Estación del Norte de Madrid. El vehículo, que estaba armado con una ametralladora montada en torre octogonal, fue conducido ese mismo día al Campamento de Carabanchel. Allí se entregó el blindado a la Sección de Infantería de la Escuela Central de Tiro, Centro que, a partir de entonces, fue responsable de la instrucción y adiestramiento de las unidades de carros. Además de realizar un minucioso examen y preparar una serie de pruebas y recorridos, la Comisión decidió sustituir la ametralladora Hotchkiss original, reglamentaria en Francia, de 8 mm. de calibre, por otra de la misma marca pero de 7 mm, reglamentaria en el Ejército español. Dos días después de su entrega se realizó la exhibición ante Alfonso XIII del nuevo carro junto con una nueva batería de obuses Krupp. Como dato curioso podemos decir que a los pocos días se pintó en los costados del carro la inscripción “Artillería”, probablemente por haber sido adquirido por la Comisión de Experiencias de este Arma, y, poco después, la matrícula oficial ATM 1080. Vistos los satisfactorios resultados obtenidos con el primer ejemplar se decidió la adquisición de una cantidad adicional de FT-17, tanto de su versión armada con cañón como con ametralladora. En consecuencia, con fecha 19 de agosto de 1919, Alfonso XIII firmó la autorización para que el Ministerio de la Guerra procediera a adquirir ocho “Carros de Asalto con ametralladora Hotchkiss y dos con cañones de treinta y siete milímetros y quinientos cartuchos por pieza” por un importe total de 533.400 francos (unas 885.000 pesetas de la época). No obstante, la compra no llegó a materializarse debido al repentino cambio de opinión del Gobierno francés que, a última hora, decidió vetar la venta de carros de combate por considerarlos material de carácter estratégico. Tuvieron que transcurrir más de dos años hasta que, debido al agravamiento de la situación norteafricana, el Gobierno francés, también afectado por la revuelta de las cabilas rebeldes, aprobara su venta a España. Nuestro protagonista permaneció como único ejemplar de su especie hasta diciembre de 1921, fecha en la que llegaron a España los once FT-17 comprados para reforzar las tropas destinadas a la reconquista de la Zona de Melilla tras el Desastre de Anual. Con estos nuevos carros se constituyó la primera unidad de carros ligeros de nuestro Ejército, la Compañía de Carros de Asalto de Infantería. Pero esta ya es otra historia. Este primer carro no participó en las campañas africanas y permaneció siempre en la Escuela Central de Tiro, ubicada en Carabanchel. Tampoco formó parte de ninguno de los dos Regimientos de Carros de Combate constituidos en 1931 si no que permaneció en la citada Escuela, donde seguía operativo según los listados de febrero de ese mismo año. n El carro Renault FT-17 visto por la parte trasera en la que destacan su proporcionalmente voluminoso motor y el gran patín de cola. 81 00