8. Un caso pensado entre varios. Olivera, Oppedisano.

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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
CARRERA DE PSICOLOGÍA
P.P. FUNDAMENTOS CLÍNICOS DEL ACOMPAÑAMIENTO TERAPÉUTICO
(COD. 800)
COORD. ADJ: Gabriel O. Pulice
Un caso pensado por varios
Lic. Paula Oppedisano- Lic. Cecilia Olivera. Trabajo presentado en la II Jornada regional de AT en
Chacabuco-Pcia. de Buenos Aires. 5 de Abril de 2014
En la construcción de un caso clínico de psicosis, se pone en juego la lógica de la
estructura psíquica de quien escucha. Presentaremos el caso T. analizado a partir de la
escucha de su Equipo de Acompañantes Terapéuticos, pensando los beneficios que
proporciona realizar esta praxis entre varios.
Cuando hablamos de un equipo de Acompañantes, pensamos en el plus que genera
el dispositivo grupal, ya que se observa que las acciones del grupo producen efectos que
superan los efectos de los individuos aislados.
Es necesario que el acompañamiento sea una práctica entre varios, para beneficiar al
paciente y al / los acompañante/s. El AT está sumergido en la cotidianidad del sujeto, corre
el riesgo de no sostener el encuadre y caer en un lugar meramente imaginario, en el cual el
sujeto muchas veces nos coloca pensándonos como un amigo o un familiar, desdibujándose
así el rol y las posibilidades de intervenir.
Los acompanantes trabajamos en la comunidad que compartimos con nuestros
pacientes, y uno de nuestros objetivos es propiaciar una nueva forma de transitar lo social;
propiciar que los pacientes dejen de estar en los margenes y pasen a ser reconocidos y sean
aceptados como miembros y emergentes de la sociedad en la que viven.
T tiene 22 años. Es del interior. Su padre vive allí. Su madre y su novio, con él en
Buenos Aires. Hace 7 anos desencadenó una psicosis desde entonces T. pulula por distintas
instituciones de las que es externado y vuelto a internar. Llamativamente T. tiene conciencia
de enfermedad, “Dicen que tengo esquizofrenia y es verdad eh? Estoy re loco”. Acompaña la
estructura de base un trastorno por consumo de sustancias.
Cuando lo conocí, me propuso que cantáramos alguna canción; cantamos una de
Calamaro. Al finalizar, me pide mi número de documento,
mi nombre y mi apellido. Le
pregunto para qué lo necesita, me dice que se lo piden para abrirme una cuenta en un banco
y que allí me depositarían las regalías por cada tema que cante. Dice en voz alta su nombre,
apellido y número de documento y también mis datos. En su realidad delirante, el es el
creador de todas las letras, los músicos son solo interpretes de sus obras. Cada vez que el
canta una canción recibe regalías y asimismo las asigna a aquellas personas que el
considere merecedoras. Por ejemplo, los cartoneros, acompañantes terapéuticos y los chicos
de la calle.
Podríamos pensar que T. por medio de esta construcción delirante, puede brindar a los
demás, a los que comparten con el algo. Los Acompañantes Terapéuticos en un intento de
alojarlo a el y a su discurso, pretenden abrir un lugar distinto dentro de esta triste realidad y
a ellos se les retribuye. Los pibes de la calle, compartirían con T. el desamparo, el desalojo,
la tristeza en su mirada y ellos también son merecedores de esto que T. tiene para dar.
En cada encuentro, ni bien me veía me preguntaba si había pasado por el Banco a
sacar dinero de mi cuenta. Junto al equipo tratante, pensamos varias estrategias para
acotar este delirio, sin que ninguna surta efecto. “No tengo el documento”, “No puedo ir al
banco porque cierra muy temprano”, etc.
La situación fue haciéndose cada vez mas difícil de sostener, ya que el paciente tenía
la certeza de que yo tenía USD50.000 en el banco, y así me exigía comprarle cosas, y
generaba cierta necesidad, desde su punto de vista, de devolverle algo de lo que me daba.
Se pensó con el equipo de acompañantes cómo intervenir para acotar, para desagregar esta
trama delirante y no quedar inmerso en el delirio del paciente. Cierta vez, cuando canté con
el, me pidió mis datos como de costumbre, le dije que seguiría cantando con él pero prefería
donar mis regalías ya que yo trabajo y gano mi dinero, que no necesito mas que eso.
_“Bueno, vos te lo perdés”.
El hecho de contar con un espacio de supervision fue sumamente importante, dado
que
permitió estar advertidos y alertas, pudiendo reflexionar acerca del caso y pensar
estrategias en conjunto, condición necesaria para que el AT cumpla su función terapéutica.
Asimismo, la presencia del coordinador posibilito el establecimiento de una
triangularidad que atravesó como ley, acotando a la familia, al paciente y excusando al AT de
tomar ciertas decisiones. Era frecuente, aprovechar este recurso y postergar la demanda
inmediata del paciente hasta tanto se verifique con el coordinador y el equipo tratante.
Pensamos que la locura, en definitiva, es un proceso que esta determinado por
componentes historicos, socio-economicos, culturales, biologicos y psicologicos. La
segregacion y marginacion del loco, es tambien una construccion sociohistorica y la
consideramos un sintoma que emerge de nuestras sociedades. Desde aquí fundamentamos
el trabajo del acompañante terapeutico como un articulardor que promueve la inclusion e
integracion. Lo que no esta integrado corre el riesgo de des-integrarse.
Por esta razon, trabajamos integrando un equipo, donde consideramos que la palabra
del acompanado tiene valor en su singularidad, y promoverla es un acto terapeutico.
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