ENSEÑAR LA CONDICIÓN HUMANA

Anuncio
[Año]
UNIVERSIDAD DEL VALLE DE
MÉXICO
Monserrat Cuadros Herrera
Laila Huacuja Salmón
Xiomara Nayali Torres Alfaro
[ENSEÑAR LA CONDICIÓN
HUMANA]
INTRODUCCIÓN
“No puedo entender el todo si no conozco las partes
pero no puedo conocer las partes si no conozco el todo”.
Pascal(1659)
Los seres humanos somos parte del universo, de una galaxia, un mundo,
continentes, países, ciudades, pueblos, familias…que han ido cambiando a lo
largo de los años y que hoy en día seguimos sin poder comprender. Para entender
al ser humano necesito comprenderlo desde el punto de vista individual, único,
particular, como unidad en la diversidad y su diversidad en la unidad. El ser se
concibe como unidad de lo múltiple, es decir, por un lado somos seres únicos pero
formamos parte de algo más grande; una humanidad, la naturaleza y el cosmos, lo
cual genera dentro de uno mismo, singularidad y multiplicidad creada por la
sociedad, cultura, biología y psique.
Morin escribe en “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro”, el
pensamiento que nos ayudará a comprender que la suma y la interacción entre
diversas voluntades y cosmovisiones guiadas por la educación, es la vía para
reconstruir una sociedad más rica y plena, empezando por conocer al ser humano
desde la filosofía, la antropología, la psicología, la sociología, la biología y todas
las ciencias que nos ayudan a dar respuesta a la condición humana desde la
historia y lo que se espera en un futuro.
En el presente ensayo pretendemos describir la concordancia de nuestras ideas
sobre estos siete saberes fundamentales descritos por Morin y especialmente la
necesidad de comprender la situación humana de un modo integral, como un todo
formado por distintas partes.
CONTENIDO
La condición humana debe ser aprendida a partir del origen del universo, de la
hominización, la evolución y desarrollo de la cultura. Si se retoma que gracias al
Sol, el universo se formó hace más de 5 millones de años, podemos decir que
somos seres terrestres y cósmicos, que nos encontramos insertados con una
condición física en la tierra, en donde nos hemos desarrollado con el paso de los
años, logrando adquirir diferentes saberes, creencias, mitos, culturas, etc. las
cuales han sido transmitidas de generación en generación, humanizando al
homínido y otorgándole así dos principios, uno biofísico y el otro psico-sociocultural, en donde uno se remite al otro. Cuando el hombre estudia y razona al
universo, se separa de él viéndolo desde su perspectiva, no como parte de él
mismo.
De acuerdo a Morin la educación es la vía para instruir este principio de unidaddiversidad en todos los campos; el campo individual, social, la diversidad cultural,
es saber ser y saber convivir con los demás en una diversidad y unidad. Para
vislumbrar este mundo en el que vivimos y construimos y/o destruimos día a día,
es necesario generar una reforma de pensamiento con el fin de ubicar al ser
humano en el mundo. La unidualidad1, la encontramos en todos los aspectos de la
vida, en la naturaleza con el día y la noche, el frío y el calor, en el ser humano con
los sentimientos y la razón, el alma y el cuerpo, es un ser biológico y también
cultural, es sujeto y objeto.
“El concepto de hombre, como todo concepto científico, posee una doble entrada irreductible: natural y cultural. El
hombre es un ser bio-cultural; todo rasgo humano tiene una fuente biológica, a la par que todo acto humano está
totalmente culturizado” Morin (1974)
1
Es necesario remitirnos a un sentido filosófico y epistemológico que nos oriente a
saber quién soy y posteriormente comprender al otro; cuestionar
la propia
condición humana para comprender la complejidad del ser; la conciencia de uno
mismo como ser humano para tener en cuenta al otro como ser humano. “Somos
resultado del cosmos, de la naturaleza, de la vida, pero debido a nuestra humanidad
misma, a nuestra cultura, nuestra mente, a nuestra conciencia, nos hemos vuelto extraños
a este cosmos que nos es secretamente íntimo”. (Morín, 1999). Se supondría que si el
hombre es más consciente tendría que estarlo de su condición misma, de su
humanidad y de su estrecha relación con el cosmos y el mundo natural, sin
embargo no es así.
El dominio y la depredación del mundo natural por parte de los humanos han sido
constantes a lo largo de su historia, en ocasiones en favor del avance tecnológico
o en otras del capitalismo. Lo destruye como si no fuera parte de él mismo, de su
origen, en este sentido Morin en el tercer saber habla de que el ser humano está
dentro y fuera del universo; es decir, pertenece, nace, se desarrolla dentro de un
universo, pero de la misma forma cuando se hace racional, cuenta con un cerebro
una mente, una conciencia para generar cultura se separa del universo, del mundo
natural al tratar de dominarlo y explotarlo.
El contar con una conciencia de la condición humana, también nos daría una
conciencia del otro, lo cual evitaría posiblemente que existieran atentados,
secuestros, matanzas, robos, incluso no sólo el ir en contra de la especie humana
sino de su propio entorno natural. “Mueren los ríos y los árboles, cada vez se siente
más débil y lejano el canto de los pájaros, la contaminación nos tapa las estrellas. Llenos
de ruidos, somos incapaces de escuchar los lamentos de la tierra herida y los gritos de
nuestra creciente soledad”. (Antonio Pérez, 2002)
Aunque contamos con una conciencia, una razón, un pensamiento ¿Por qué
atentamos en contra de nuestra especie y de nuestro origen? La respuesta es tan
compleja como el humano mismo. Para explicar la complejidad del humano o
homo complexus como Morín lo nombra y lo explica por medio de la unidualidad
el homo sapiens y el homo demens, el hombre es racional pero de la misma forma
conserva su parte animal.
Para explicar la complejidad humana dada por estos aspectos Morín habla de
triadas, una de ellas es la de la cerebro – mente – cultura. En ella explica que el
hombre necesita de un cerebro que es el órgano para generar ideas,
pensamientos, para percibir, actuar, saber, aprender, es la parte física que
resguarda los impulsos primarios, la fuente de la agresividad, los celos, en donde
se desarrolla la afectividad y la memoria a largo plazo, y de una manera más
desarrollada están las habilidades lógicas, analíticas y estratégicas. El ser humano
necesita del cerebro para tener conciencia y pensamiento para generar cultura.
Otra triada que forma parte del humano es la razón-afecto-impulso, las cuales se
encuentran siempre en cada individuo en una lucha de dominación, pero al mismo
tiempo siempre se encuentran en una continua relación y están integradas en un
mismo ser. Desde la perspectiva psicoanalítica2, existen tres instancias psíquicas,
ello (instintos e inconsciente), yo (regulador y consciente) y súper yo (cultura y
preconsciente), éstas tres forman parte de todo ser humano, y el equilibrio que
2
En 1915, Freud propone la presencia de tres instancias psíquicas: Consciente, preconsciente y el
inconsciente. En 1923, en su obra "El Yo y el Ello", Freud expone su segunda hipótesis estructural acerca del
psiquismo, en la cual presenta también tres instancias: Ello, el Súper-Yo y el Yo. “El Ello. Constituye el polo
pulsional de la personalidad. Contiene las pulsiones inconscientes, en parte innatas y en parte reprimidas. El Súper-Yo. Se
forma por la interiorización de las exigencias y prohibiciones parentales. Su tarea es comparable a la de un juez respecto al
yo. Son funciones del Súper-Yo la conciencia moral, la autobservación y la formación de ideales. El Súper-Yo es el asiento
de los valores, la discriminación entre lo que está bien y lo que está mal. Es, por ende, una instancia netamente cultural y
tiene "partes" conscientes, preconscientes e inconscientes. El Yo. El núcleo del Yo se asocia al sistema percepciónconciencia, pero no se limita a eso, dado que Freud adjudica al Yo la tarea defensiva de la represión; y la represión es
inconsciente.Tal como señalan Laplanche y Pontalis en su "Diccionario de Psicoanálisis", el Yo "se encuentra en una
relación de dependencia, tanto respecto a las reinvindicaciones del Ello como a los imperativos del Súper-Yo y a las
exigencias de la realidad". Si bien es una instancia que se exhibe como mediadora y como representante de los intereses
de la totalidad de la persona, Freud puntualiza que la autonomía del Yo es ficticia”. Quiroga, Alejandro (2009).
haya entre las tres es lo que determinará el grado de neurosis3; ésta perspectiva
psicológica empata con las ideas humanistas de Morin en cuanto a la necesidad
de armonía no sólo entre lo que hay fuera del ser (sociedad) sino dentro de uno
mismo.
Esta triada forma parte de cada humano, confluyen y se desarrollar dentro de él y
en ocasiones entran en pugna o conflicto por eso el mismo hombre que es
racional, puede ser irracional, el que puede odiar puede amar, el que es tirano
puede también ser compasivo, es decir,
no sólo somos seres pensantes y
racionales, sino que del mismo modo somos seres emocionales, instintivos, que
complican nuestras decisiones y nuestro actuar para con nosotros mismos y para
con los demás. “Pertenecientes a un ser que tiene una parte racional y animal el homo
demens somete al homo sapiens y subordina la inteligencia racional al servicio de sus
monstruos, a través de sus impulsos”. (Morín, 1999).
Para la tercer triada Morín explica que hay una relación de dependencia entre el
individuo – sociedad – especie, ya que gracias al individuo y a las relaciones que
se establece entre sus semejantes se perpetua la especie. Del mismo modo los
individuos crean una sociedad y ésta legitima la cultura. Existe una relación de
correspondencia, los individuos son necesarios para la formación y el desarrollo
de una sociedad, así como para la conservación de la especie. Las implicaciones
de desarrollo dentro de una sociedad tienen implicaciones en los individuos de la
especie. “Todo desarrollo verdaderamente humano significa desarrollo conjunto de las
autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y del sentido de pertenencia
con la especie humana”. (Morín 1999)
3
El psicoanálisis empleó este término en un sentido genérico para designar prácticamente cualquier trastorno
mental. Echegoyen (1999)
Otro aspecto que caracteriza la complejidad humana es la unidad-diversidad, “Es
la unidad humana la que lleva en sí los principios de sus múltiples diversidades” Morin
(1999), debe estar apoyada por la educación para que una no excluya a la otra. La
educación del futuro deberá velar por la unidad de la especie, que la diversidad no
borre la unidad y que la unidad no borre la diversidad. Que la sociedad no
imponga barreras y que la educación sea la herramienta para romper cualquiera
de ellas.
En el campo individual, hay una unidad-diversidad, ya que a pesar de que
contamos con un mismo organismo, contamos también con singularidades
individuales en las que cada uno cuenta con características mentales, afectivas,
genéticas y psicológicas diversas. Porque a pesar de formar parte de una misma
cultura, sociedad, familia, cada ser es único, es lo que Morín (1999) llama la
multiplicidad del uno, que siendo un individuo con caracteres antagónicos dentro y
fuera de sí mismo, semejantes a los de otros, siempre será un individuo.
En el campo social, hay una unidad y diversidad, unidad en la necesidad de tener
un lenguaje para comunicarnos, en las raíces del mismo, pero del mismo modo
separados por la diversidad de las lenguas.
De acuerdo con lo anterior, el hombre está formado por una unidimensionalidad
pero al mismo tiempo es multidimensional, lo cual nos refiere una complejidad
humana la cual puede ser entendida por la toma de conocimiento, de conciencia
de la condición humana común y de la muy rica diversidad. La educación del
futuro debe estar encaminada a entender la complejidad del ser humano en su
unidad-diversidad a través de la cultura, entender que puede amar y odiar, que
puede ser tolerante e intolerante, racional o irracional, para el bien de uno mismo,
el común y la conservación de la especie.
En esta toma de conciencia humana para entender la complejidad de los
individuos y sus sociedades qué papel tiene la cultura, la educación y los
educadores. En la actualidad la educación, las instituciones, la cultura y los
educadores tenemos un papel fundamental en la movilización de saberes y de
conciencias, ya que la educación es la que permite generar una conciencia crítica,
sobre el individuo y sobre sus semejantes. Entonces conlleva una gran
responsabilidad para los educadores, ya que ellos “…deben preocuparse por poseer
condiciones personales y sociales que les permitan actuar a consiente y críticamente
sobre su propia práctica y en los espacios educativos en que intervienen”. (Dignora
García 2000).
CONCLUSIONES
Einstein (1905) dijo: “Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”, por
ello es que se convierte en una necesidad replantear nuestras metas y objetivos a
nivel individual y social, y de acuerdo a lo expuesto por Morín (1999), la educación
es la vía para lograr esos cambios.
Es decir que como seres humanos presentamos semejanzas y diferencias, las
cuales deben de aprovecharse a favor de la especie y no como razón para
generar conflictos y autodestruirnos como especie.
Diversas culturas tienen aspectos en común con otras que podrían ser lejanas,
esto sería la unidad humana en la diversidad, dentro de estos aspectos está:
La educación del siglo XXI, que demanda un nuevo marco de valores que favorezca el
desarrollo y la integralidad de la persona y sus potencialidades para asumir de modo
compartido, la construcción de una sociedad. Una propuesta de valores que aporte un
sentido ético a las acciones de los individuos, de los colectivos y las instituciones.
(Dignora García 2001)
Lo anterior busca que se dé un trabajo entre escuela y sociedad que permita
mejorar la perspectiva que hay del ser humano y del mundo en general, para
lograrlo, el docente debe estar convencido de la importancia que tiene
la
humanidad, por lo que la educación no sólo del futuro sino del hoy debe estar
centrada en una enseñanza que permita hacer conciencia de la importancia que
tiene cada uno de los seres que la reciben.
Para poder alcanzar lo anterior es importante que el docente sea empático con
sus alumnos y se dé cuenta que al igual que él, ambos son seres cósmicos
terrenales, evitando así caer en la cotidianidad educativa y en un proceso de
estímulo respuesta en donde el profesor se convierte en una autoridad más que
en una guía.
Por tal razón es importante que el profesor considere que sus alumnos son seres
humanos únicos e incomparables que forma parte de un todo natural, social y
pluricultural, por lo que la relación y cooperación entre ellos son requeridas para el
mejor funcionamiento y mayor bienestar de ambos y por ende de la sociedad.
Del mismo modo, ya conscientes de su papel como promotores y detonadores de
esta conciencia humana, es fundamental que el profesor guíe a sus alumnos a un
estado reflexivo y crítico de su condición, de la de los otros como humanos así
como del medio ambiente del que formamos parte.
Así mismo es de trascendencia destacar las habilidades y virtudes humanas más
simples mientras se enseña a apreciar las cualidades propias y las de sus iguales.
Si en verdad hacemos conciencia de esto, se llegará a crear una sociedad mejor,
dándonos cuenta que en cada instante de nuestras vidas dependemos del trabajo
realizado por los demás.
Y así con un trabajo responsable, se ayudará a mejorar las capacidades de
concentración, constancia, respeto hacia el otro, conciencia humana
y
responsabilidad. Lo cual favorecerá al individuo para insertarse en la sociedad
evitando así que se conviertan en seres poco consientes de ellos mismos y más
aún considerando que: “Las sociedades modernas de masas tienden a despersonalizar
las relaciones humanas, haciéndolas apresuradas y burocráticas, es decir muy <<frías>>”…
(Savater 2005:195). Finalmente son las teorías humanistas y las propuestas como
las de Morin las que nos guiarán a verdaderamente humanizarnos como seres
racionales.
COMENTARIOS
Muy buen trabajo chicas, me gusta mucho la forma en como abordan y presentan
el saber, lo hacen de manera sencilla pero sin olvidar definir los términos
empleados. Me hubiera gustado poder leer la integración de su saber con los otros
seis saberes de Morin, ojala y puedan hacerlo con el fin de enriquecer su trabajo.
Cuiden mucho el formato usado para las referencias, eviten el uso de la primera
persona en su redacción, pongan especial cuidado en el uso correcto de
conectores y de los signos de puntuación. Finalmente, intenten conectar sus citas
textuales con la idea que desarrollan y eviten las referencias a otros autores en
sus conclusiones.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Savater, Fernando. Las preguntas de la vida, Ed. Ariel, Barcelona 2005. P.p 286.

Morin, Edgar (1999): Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, UNESCO, Francia.
Búsqueda realizada el 7 de febrero 2011 en: http://www.complejidad.org/27-7sabesp.pdf 2ª PARTE

García-Romero, Dignora (s/f): Desafíos de la educación en el Siglo XXI desde la perspectiva de las
educadoras y los educadores. Documento electrónico, disponible en línea en:
http://www.centropoveda.org/publicaciones/periodicas/anuarios/descargaanuarios/Anuario7/Desaf
iosEducacion.pdf Consulta realizada el día 10 de febrero 2011

Pérez-Esclarín, Antonio (2002). Educar para globalizar la esperanza y la solidaridad. Documento
electrónico, disponible en línea en:
http://www.feyalegria.org/images/office/691001179997991052431103211297114973271108111989710
81051229711432691151121011149711012297_1238.doc Consulta realizada el día 10 de febrero 2011

Solana Ruiz, José L. (1997): “La unidualidad del hombre” Gazeta de Antropología; artículo 01.
Documento electrónico, disponible en línea en:
http://www.ugr.es/~pwlac/G13_01Edgar_Morin.html. consulta realizada el día 26 de febrero 2011.

Quiroga, Alejandro (2009): “Psicoanálisis” Documento electrónico disponible en línea en:
http://psicopag.galeon.com/psicoanalisis.htm. Consulta realizada el día 26 de febrero 2011
Descargar