Surabaya: de un mar de residuos a un mar de esperanza Koji Takakura, creador de un método acelerado de compostaje, explica los cambios que beneficiaron a la ciudad de Surabaya en Indonesia. En la imagen se muestra un gráfico que ilustra la reducción en el volumen de residuos que experimentó dicha localidad. JICA. San José, Costa Rica. 24/07/2013. Hace menos de 10 años caminar por las calles de la ciudad de Surabaya en Indonesia era toda una carrera de obstáculos. Las calles y aceras se encontraban atiborradas de basura, los rellenos sanitarios habían superado por mucho su capacidad máxima y eran auténticos botaderos. Además, ninguna comunidad, como en todo el mundo, quería oír hablar de la apertura de algún nuevo relleno sanitario cerca de sus hogares. Los desechos de todo tipo iban a parar al cauce de los ríos y toda esta situación estaba generando serios problemas de salud entre los surabayenses. “La gente produce residuos pero no los quiere cerca”, aseguró Koji Takakura, creador de un método de compostaje mucho más rápido, eficaz y adaptado a los ambientes urbanos. Este es el panorama que se encontraba en esta ciudad indonesia según lo describió el japonés durante el amplio curso internacional que facilitó en San José, Costa Rica, del 23 al 27 de julio. Esta actividad, auspiciada por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y contó con la participación de representantes de diversas organizaciones latinoamericanas. 1 La difícil situación de Surabaya obligó a los políticos y fuerzas comunales a buscar soluciones para el problema de los desechos. Para ello, en 2002, deciden buscar ayuda en la ciudad japonesa de Kitakyushu, la cual es reconocida por el manejo de sus residuos. A partir de entonces surgieron una serie de acciones que han provocado un cambio sustancial en el lugar. Una de esas actividades fue promover la separación de residuos. “Con solo separar lo orgánico, los residuos se redujeron a la mitad”, relata Takakura. Estos residuos empezaron a tratarse con el método de compostaje promovido por el nipón. Pero en vez de establecer un gran centro de tratamiento, se decidió desarrollar varios pequeños dispersos en diferentes puntos de la ciudad, justo en medio de las comunidades. Para Takakura el que esté cerca de las casas facilita el transporte, al ser pequeño tiene un costo inicial más bajo, genera empleo local y, como depende más de la fuerza humana, no requiere maquinaria grande. La transformación de Surabaya requirió sobre todo de un cambio en la mentalidad de sus habitantes, razón por la cual ha sido necesaria toda una campaña de educación y concientización ambiental para la clasificación y reducción de residuos. Además, ha sido necesaria la participación de todos los grupos de la sociedad: organizaciones no gubernamentales y comunales, cooperación extranjera, gobierno local y empresa privada. La transformación de Surabaya ha sido extraordinaria y donde antes había basura, ahora hay hierbas y hortalizas; lo que antes era una molestia, ahora genera empleo y pequeñas empresas perfectamente sostenibles. Afortunadamente, el mar de desechos que era Surabaya se ha ido sustituyendo por la esperanza de sus habitantes por lograr un mundo mejor, el cual, afortunadamente, está en su ciudad. 2