CuidArte al bañarse

Anuncio
CuidArte al bañarse
Preguntas y respuestas
¿Cuántas veces al día se puede bañar un niño o una niña? ¿Durante cuánto tiempo?
El agua puede llegar a ser una de las mejores amigas de los niños y de las niñas y uno a los amigos
los frecuenta. Para el caso de la amiga Agua, la frecuencia y el tiempo entran en interacción con las
condiciones climáticas y ambientales, y con la responsabilidad con el cuidado de este recurso precioso.
La decisión implica tener en cuenta si el clima amerita que necesiten refrescarse y si existe la
posibilidad de hacerlo sin desperdiciar agua. Por ejemplo, si se pueden bañar en corrientes de agua o
existe la posibilidad de utilizar piletas u otro tipo de contenedores de agua.
Siempre el baño debe estar acompañado y garantizarse una rutina adecuada de secado.
En los climas cálidos, en el caso de tener agua recogida en piletas, albercas o baldes, hay que recordar
que deben estar debidamente tapadas, para evitar mosquitos que transmiten dengue y paludismo.
¿Cuál es la hora más adecuada para bañar a un bebé?
La hora se va identificando. Tiene que ver con el clima, las rutinas del bebé y las del hogar al que
pertenece. Es claro que el baño despeja y refresca en las mañanas, pero que también relaja y ayuda a
dormir.
Una vez identificada la hora, generalmente se llega a una rutina o un hábito, que no debe ser rígido,
pero que le ayuda al niño o niña a ir asociando momentos del día con ciertas actividades, lo cual le
ayuda a ir entendiendo el tiempo y entendiendo que hay cierto orden en la vida diaria, con momentos
específicos para las algunas actividades que se repiten.
¿Es adecuado o inadecuado que personas adultas desnudas se bañen con los niños y las niñas?
Como vimos en el acontecer de explorar, en esta edad los niños y las niñas tienen una curiosidad
natural sobre el cuerpo y el baño es un muy buen momento para que la puedan expresar. Si se bañan
con personas adultas, pueden además entender las diferencias entre los sexos y la forma como va
cambiando el cuerpo de la niñez a la adultez. Por eso es bueno que el padre o la madre se bañen con
los niños y las niñas. Es adecuado para que sientan que el cuerpo es natural, incluidos los genitales. El
adulto debe bañarse desnudo, sin pantaloneta o ropa interior, para no dar la sensación de que hay algo
que ocultar.
Esta situación puede darse durante la primera infancia y quizás hasta unos pocos años más, momento
en que niños y niñas empiezan a generar pudor y expresan su deseo de bañarse solos y ocultar un
poco su cuerpo. Ese pudor es importante respetarlo. Pero en la primera infancia todavía no lo han
desarrollado y es muy bueno que se maneje la desnudez con naturalidad y contestando las preguntas
que los niños y niñas nos hagan. También lo podemos aprovechar para hacer del baño una hora grata.
¿Cómo deben asearse los genitales de los niños y de las niñas?
Deben asearse solamente con agua, sin jabón.
Para el caso de las niñas, no es necesario abrir en extremo los labios de la vulva para limpiar el
interior. Basta con limpiar desde delante hacia atrás para evitar el riesgo de extender las bacterias
hacia la vejiga o la vagina.
Si se trata de un niño pequeño (menos de 3 años), no intente forzar la retirada de la piel del prepucio,
pues podría ocasionarle daño. Sin embargo, es una zona de especial atención pues la acumulación de
bacterias puede causar infecciones. Cuando el niño esté más grandecito (3 a 4 años) el prepucio
estará más suelto y podrá retirarse sin emplear la fuerza. A medida que va creciendo, enséñele la
importancia de mantener aseados sus genitales.
¿Cuál es la forma correcta de lavar los oídos de los niños y de las niñas?
Debe humedecerse el pabellón auricular y durante el secado pasar la toalla por éste.
No es recomendable introducir ningún tipo de objeto en el oído para eliminar la cera. De hecho, la cera
es uno de los mecanismos de defensa del oído y ayuda a su correcto funcionamiento.
Para eliminar el exceso de cera, basta con tener el pabellón humedecido (lo que ocurre durante el baño
con el lavado del cabello) y secarlo luego cuidadosamente con la toalla, sin maltratar el interior.
¿Cuál es la forma correcta de lavarse los dientes?
En los niños que ya tienen dientes hay lavarlos a diario y a partir de los dos o tres años, enseñarles
cómo se hace.
Debe hacerse como quien barre: en los dientes superiores, de arriba hacia abajo, y en los inferiores,
de abajo hacia arriba. Esto protege las encías. Proteger las encías es muy importante porque ellas
mantienen fijos los dientes.
Cuando se cepillan los dientes de un lado para otro las encías empiezan a subirse y, en el largo plazo,
los cuellos de los dientes y las muelas dejan de estar protegidos y molestan con el frío o el calor. Pero
además, corren el riesgo de inflamarse y esto puede arriesgar la pérdida de los dientes.
¿Qué hacer con los niños y niñas a quienes no les gusta bañarse?
Lo primero es tratar de comprender qué les disgusta: ¿El cambio de temperatura? ¿El jabón o el
champú en los ojos? ¿Temen que el sifón se los lleve como se lleva al agua? ¿Interrumpe sus juegos?
Al entender esto se tendrán mejores herramientas para pensar qué hacer. Teniendo claro que el
objetivo es hacer de este momento algo agradable y divertido.
Controlar la temperatura del agua en los climas fríos o hacer un acercamiento progresivo al agua fría
en los climas cálidos, puede ser de utilidad.
Un juguete que acompañe el momento también puede ayudar.
Que sea él niño o la niña quien ponga el champú en su cabello, o se enjabone con la claridad de que
quien le acompaña ayuda, y cantar mientras se enjuaga…
También es una oportunidad para entender la importancia de la higiene: eliminamos los bichitos,
evitamos que nos podamos enfermar, si olemos feo quién va a querer jugar con nosotros, etc. y para
reflexionar sobre las reglas.
Puede acordarse la hora del baño, permitir que el niño o la niña opinen sobre ella y hacer acuerdos
juntos.
¿Pueden usarse con los niños y las niñas los mismos productos de aseo que utilizan las personas
adultas?
Los productos de higiene para los bebés y niñas y niños pequeños son distintos a los que utilizan las
personas adultas porque su piel es mucho más sensible a determinadas infecciones microbianas y es
muy delicada ante la acción de jabones o detergentes demasiado fuertes, que pueden llegar resecarles
la piel. Además, en una persona adulta algunos productos no traspasan la piel, en cambio la piel de los
bebés puede absorber estos productos.
Los productos adecuados generalmente están claramente identificados. Los jabones para bebés y niños
y niñas pequeños se disuelven rápidamente con el agua, hacen muy poca espuma y son adecuados
tanto para la piel como para su cabello.
En caso de dudas o reacciones a los productos es importante consultar el servicio de salud.
Este material fue producido por la Unión Temporal Cinde –Edupol para el proyecto CuidArte que se desarrolla durante 2010,
en el marco del contrato 1491 de 2009 con el Ministerio de Educación Nacional.
Descargar