BENITO PÉREZ GALDÓS, Fortunata y Jacinta Juanito Santa Cruz, un joven tarambana de la alta sociedad madrileña, se casa con su prima Jacinta, a la que siempre ha visto como una hermana. Antes había tenido relaciones con Fortunata, una muchacha pobre y trabajadora a la que engañó con promesas de matrimonio. Fortunata, abandonada por Santa Cruz, se da a la mala vida hasta que se casa con Maximiliano Rubín, un joven enfermizo y poco agraciado, de la clase media, que espera atraerla por el buen camino. Fortunata vuelve a encontrarse con Santa Cruz, el único hombre a quien ha amado siempre. Mientras tanto, Jacinta sufre las infidelidades de su esposo y la frustración de no poder tener un hijo. La que sí lo tiene es Fortunata. A punto de morir, entrega su niño recién nacido a Jacinta, quien lo aceptará como propio y rechazará al marido, a quien ya no ama. LEOPOLDO ALAS CLARÍN, La Regenta La joven Ana Ozores, casada con Víctor Quintanar, exregente de la Audiencia de Vetusta, casi un anciano, intenta superar sus frustaciones como esposa y como madre refugiándose, primero en la religión y después en una aventura amorosa. Se la disputan, pues, don Fermín de Pas, su confesor y magistral de la catedral, que siente una enorme atracción por ella, y don Álvaro Mesía, para quien la Regenta es sólo una más de sus conquistas. Entre uno y otro acaban destruyéndola, para satisfacción de la ciudad de Vetusta, que tiene no poca culpa de ello. Ana se entrega a don Álvaro, y don Fermín, fuera de sí, se lo comunica al marido, quien reta a duelo al amante. Don Álvaro mata a Quintanar y huye a Madrid, aliviado por perder de vista a la Regenta. Ésta, desesperada, recurre a la religión, pero don Fermín, la rechaza, loco de ira, y la deja desmayada en una capilla de la catedral.