Los Líder es En Isr ael Líderes Israel Lección 9 Isaías – Estadista y Profeta VERSICULO PARA MEMORIZAR: “Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios” — Mr. 7:21). Los soldados en la muralla de Jerusalén habían observado ansiosamente cómo el gran ejército asirio de acercaba. Habían oído de los triunfos de los asirios sobre los sirios y el reino de Israel. Ahora, el gran rey de Asiria, Senaquerib, planeaba conquistar el reino de Judá, porque Ezequías, rey de Judá, se había rebelado contra el dominio de Senaquerib (2 Rey. 18:13 y Sigs.). El Error del Padre de Ezequías El padre de Ezequías, el rey Acaz, se había convertido en siervo del rey de Asiria algún tiempo antes de esto. Israel y Siria habían atacado a Judá, y Acaz pensó que la única forma de escapar de la derrota era enviar por ayuda a Asiria. No confió en la ayuda de Dios. La súplica de Acaz salvó a Judá de sus enemigos inmediatos, pero desde ese momento en adelante, Judá estuvo bajo el control de Asiria (2 Rey. 16:1-9). Cuando el rey Ezequías llegó al trono de Judá, inmediatamente se rebelo contra el dominio de Asiria, y por esto el rey Senaquerib invadió a Judá para castigar la rebelión (2 Rey. 18:1-18). Aún cuando Ezequías dio a Senaquerib mucho dinero, él no se volvería atrás. Muchos hombres en Judá estaban temerosos de que Senaquerib tuviera éxito en la conquista de Judá, si ellos no conseguían alguna ayuda de otro país poderoso, como Egipto, el cual tenía muchos caballos y carros de guerra. No obstante, esto habría repetido el mismo error que cometió Acaz. Los Asirios se Jactan de Su Poder Cuando el ejército Asirio se detuvo en las afueras de los muros de Jerusalén, su capitán, Rabsaces, vino adelante para encontrarse con los tres consejeros del rey Ezequías, Eliaquim, Hilcías, Sebna, y Joa (2 Rey. 18:18-19). Rabsaces empezó un discurso en voz alta acerca de la situación. Dijo que el rey Ezequías no sería capaz de salvar a Judá. Que no debían confiar en la ayuda de Egipto, o aún de Dios, ¡porque afirmaba que Dios había mandado a Asiria a que subiera y destruyera a Judá! No obstante, estaba mintiendo acerca de la última afirmación (v.24-25). Los tres consejeros de Ezequías se asustaron tanto con esta alocución que le suplicaron a Rabsaces que les hablara en el idioma Sirio, de manera que los soldados en el muro no entendieran el mensaje y se desanimaran (v.26). Sin embargo, Rabsaces rehusó esta solicitud, y habló a gran voz su apelación para que se rindieran. El realmente quería que los hombres de Judá estuvieran de acuerdo en ser llevados cautivos a Asiria. Cuando Rabsaces pidió una respuesta, los consejeros de Ezequías permanecieron en silencio. Ellos habían sido mandados no a contestar. Por eso, regresaron a la ciudad para dar el reporte a Ezequías (v.36-37). A medida que se iban rasgaron sus vestiduras en desespero. Cuando el rey Ezequías escuchó el reporte, también rasgó sus vestiduras y se vistió de cilicio como señal de lamento. Sin embargo, las siguientes cosas que hizo mostraron que tenía una esperanza de ser salvo. Fue a la Casa de Dios, y envió sus consejeros a Isaías, el profeta, para oir lo que Dios pudiera decir a través de él (2 Rey. 18:19—19:2; o Isaías 36:1— 37:3). Un Profeta de Dios Consejero de Reyes Podríamos preguntarnos por qué un rey buscaría el consejo de un profeta. La respuesta en este caso es que Isaías era un profeta que habló en su mayor parte de los asuntos de los reinos. Tenía muchas cosas que decir acerca de los paises que rodeaban a Judá (Isa. 13:1 hasta 24:23). Había predicho la caída de los reinos de Israel y Judá, pero también la caída de los reinos que los conquistaron, Asiria y Babilonia. En vista de que sabia tales cosas anticipadamente con la ayuda de Dios, era un hombre importante. Podría servir como estadista también como profeta. Los anteriores reyes de Judá no aceptaron su consejo inspirado, y sufrieron muchas derrotas. Sin embargo, Ezequías, fue el mejor rey de Judá y más piadoso desde el tiempo de David, y naturalmente buscó la ayuda de Dios en todas las cosas. El confió en la palabra de Isaías. 21 A NO TACIONES NOT Los Líder es En Isr ael Líderes Israel 22 A NO TACIONES NOT Este prisma de barro cocido de seis lados contiene escritos sobre éste los anales de Senaquerib, rey de Siria. Describe el intento de capturar a Jerusalén, pero no afirma que se haya hecho así. Dice que Senaquerib recibió tributo de “Ezequías el Judeano”. El rey de Asiria afirma haber encerrado a Ezequías en Jerusalén “como un pájaro en una jaula” . El prisma está en el Museo Británico. Una Palabra de Esperanza y Estímulo Isaías era un profeta de esperanza. Aún cuando predijo la caída final de los reinos de Israel y Judá, profetizó que las personas de los postreros días verían la venida de Cristo (Isa. 7:1-16; 9:1-7; 11:1—12:6; 52:1—53:12), y serían restaurados a Dios. Cuando los líderes de Judá habían buscado la ayuda de Egipto, Isaías los reprendió (Isa. 31:1-9). Dijo que los egipcios eran meramente hombres, y que la ayuda que pudieran dar no sería tan poderosa como la ayuda que podrían recibir por confiar sólo en Dios. Dios pelearía por ellos. Por tanto, cuando los consejeros del rey Ezequías vinieron donde Isaías, esto es exactamente lo que les dijo de nuevo. “No temas ...” dijo él. Senaquerib nunca atacará a Jerusalén ni aún vendrá a ella. Dios lo derrotaría, y lo enviaría de regreso a su propio país (Isa. 37:5-7,21-35). Por eso fue que Dios envió un ángel dentro del ejército orgulloso y pecador de Asiria, y mató 185.000 de ellos. Senaquerib estaba tan debilitado por esto que retornó a su ciudad de Nínive, y nunca vino a Judá de nuevo (Isa. 37:36-37). La Ayuda de Dios es la Unica Forma Cuando los hombres tratan de ser salvos por algún método diferente al de Dios, en su lugar encuentran la derrota. Esta historia muestra esa lección. Ezequías ni aún tomó su ejército para pelear con Senaquerib. Un ángel de Dios peleó por él. Este mismo principio es verdad en la salvación de los hombres de sus pecados. Una vez, Jesús dijo a Sus discípulos, “... ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!” (Mr. 10:24). Justo había aconsejado a un joven rico a dejar su confianza en las riquezas, pero no lo haría. No comprendió que debía confiar solamente en Dios para ser salvo. Los discípulos estaban completamente estupefactos, y le preguntaron a Jesús, “¿Quién, pues, podrá ser salvo?” (v.26). Ellos evidentemente pensaron que sería más fácil para un rico ser salvo que un pobre. Pero Jesús dijo, “Para los hombres esto es imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios” (Mr. 10:26-27). Nunca debemos confiar en nuestros propios caminos, o en los de otros hombres, para ser salvos de nuestros pecados. Solamente debemos confiar en el camino de Dios. Preguntas 1. ¿Qué error había cometido el padre de Ezequías? _______________________ ______________________________________________________________ 2. Cuando Senaquerib amenazó con destruir a Judá, ¿dónde buscaron ayuda algunos de los hombres de Judá? __________________________________ ______________________________________________________________ 3. ¿Le había dicho Dios a los Asirios que destruyeran a Judá y Jerusalén? _____ 4. ¿Estaban contentos los consejeros de Ezequías cuando oyeron el mensaje de Rabsaces? ______. ¿Qué hicieron ellos para mostrar sus sentimientos? _ ______________________________________________________________ 5. ¿Dónde fue Ezequías por ayuda y consejo? ___________________________ 6. ¿Por qué Isaías fue capaz de dar buen consejo a los reyes? _____________ ______________________________________________________________ 7. ¿Tuvo Ezequías que llevar su ejército para que peleara con Senaquerib? _____ 8. ¿Cuántos hombres del ejército de Asiria murieron? ____________________ 9. ¿Es fácil o difícil para un hombre que confía en las riquezas entrar en el reino de Dios? ______________________________________________________ 10. ¿Puede un hombre ser salvo por medio de usar un método o enseñanza humana? _____________________________________________________