2 Reyes 18 El quitó los altos, y quebró las imágenes, y taló los bosques, é hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban perfumes los hijos de Israel; y llamóle por nombre Nehustán. 5 En Jehová Dios de Israel puso su esperanza: después ni antes de él no hubo otro como él en todos los reyes de Judá. 6 Porque se llegó á Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió á Moisés. 2 Reyes 18: 5-6 En los últimos días del reino de Israel la situación había llegado a ser extrema, pagaban un alto impuesto al Imperio con unos recursos muy limitados. Posiblemente aprovechando la sucesión del trono asirio, el rey Oseas dejó de pagar tributo, confiando en el apoyo de Egipto. Salmanasar V respondió sitiando Samaria y apresando a Oseas. Después de tres años de asedio, capituló la ciudad en el año 722 aC. Por este tiempo murió Salmanasar, y el usurpador Sargón II se atribuyó la victoria y la deportación de 27.290 israelitas, según describe en sus memorias. Sargón y Senaquerib 722 AC 28 Paróse luego Rabsaces, y clamó á gran voz en judaico, y habló, diciendo: Oid la palabra del gran rey, el rey de Asiria. 29 Así ha dicho el rey: No os engañe Ezechîas, porque no os podrá librar de mi mano. 30 Y no os haga Ezechîas confiar en Jehová, diciendo: De cierto nos librará Jehová, y esta ciudad no será entregada en mano del rey de Asiria. 31 No oigáis á Ezechîas, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid á mí, y cada uno comerá de su vid, y de su higuera, y cada uno beberá las aguas de su pozo; 32 Hasta que yo venga, y os lleve á una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas, tierra de olivas, de aceite, y de miel; y viviréis, y no moriréis. No oigáis á Ezechîas, porque os engaña cuando dice: Jehová nos librará. 33 ¿Acaso alguno de los dioses de las gentes ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria? 34 ¿Dónde está el dios de Hamath, y de Arphad? ¿dónde el dios de Sepharvaim, de Hena, y de Hiva? ¿pudieron éstos librar á Samaria de mi mano? 35 ¿Qué dios de todos los dioses de las provincias ha librado á su provincia de mi mano, para que libre Jehová de mi mano á Jerusalem? 2Reyes 18:28-35 Un documento excepcional, que contiene los anales de Senaquerib, es el prisma hexagonal de arcilla encontrado en Nínive y adquirido en 1830 por el coronel Taylor. Tiene una altura de 38 cm y 500 líneas escritas en lengua acádica. Describe 8 campañas militares del rey asirio. En su tercera campaña, narra la conquista de 46 ciudades de Judá y la deportación de 200.150 personas. Aunque no menciona a Laquis, la principal ciudad de la Sefela, si está representado el asedio en las paredes de su palacio en Nínive. Senaquerib se jacta de tener encerrado en Jerusalén al rey Ezequías, aún habiéndole pagado un alto tributo. Resulta enigmático, el abandono del asedio a Jerusalén cuando tenía controlado todos los demás estados vasallos, incluido Babilonia. La Biblia indica que hubo una actuación divina. Algunos autores señalan que se desató una epidemia en las tropas, otros indican los rumores del ejército enviado por Egipto contra él, lo cierto es que la ciudad no fue conquistada y quedó libre. Un documento excepcional, que contiene los anales de Senaquerib, es el prisma hexagonal de arcilla encontrado en Nínive y adquirido en 1830 por el coronel Taylor. Tiene una altura de 38 cm y 500 líneas escritas en lengua acádica. Describe 8 campañas militares del rey asirio. En su tercera campaña, narra la conquista de 46 ciudades de Judá y la deportación de 200.150 personas. Aunque no menciona a Laquis, la principal ciudad de la Sefela, si está representado el asedio en las paredes de su palacio en Nínive. Senaquerib se jacta de tener encerrado en Jerusalén al rey Ezequías, aún habiéndole pagado un alto tributo. Resulta enigmático, el abandono del asedio a Jerusalén cuando tenía controlado todos los demás estados vasallos, incluido Babilonia. La Biblia indica que hubo una actuación divina. Algunos autores señalan que se desató una epidemia en las tropas, otros indican los rumores del ejército enviado por Egipto contra él, lo cierto es que la ciudad no fue conquistada y quedó libre. Isaías 38:10-20 9 Escritura de Ezechîas rey de Judá, de cuando enfermó y sanó de su enfermedad. 10 Yo dije: En el medio de mis días iré á las puertas del sepulcro: Privado soy del resto de mis años. 11 Dije: No veré á JAH, á JAH en la tierra de los que viven: Ya no veré más hombre con los moradores del mundo. 12 Mi morada ha sido movida y traspasada de mí, como tienda de pastor. Como el tejedor corté mi vida; cortaráme con la enfermedad; Me consumirás entre el día y la noche. 13 Contaba yo hasta la mañana. Como un león molió todos mis huesos: De la mañana á la noche me acabarás. 14 Como la grulla y como la golondrina me quejaba; Gemía como la paloma: alzaba en lo alto mis ojos: Jehová, violencia padezco; confórtame. 15 ¿Qué diré? El que me lo dijo, él mismo lo ha hecho. Andaré recapacitando en la amargura de mi alma todos los años de mi vida. 16 Oh Señor, sobre ellos vivirán tus piedades, Y á todos diré consistir en ellas la vida de mi espíritu; Pues tú me restablecerás, y me harás que viva. 17 He aquí amargura grande me sobrevino en la paz: Mas á ti plugo librar mi vida del hoyo de corrupción. Porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados. 18 Porque el sepulcro no te celebrará, ni te alabará la muerte; Ni los que descienden al hoyo esperarán tu verdad. 19 El que vive, el que vive, éste te confesará, como yo hoy: El padre hará notoria tu verdad á los hijos. 20 Jehová para salvarme; Por tanto cantaremos nuestros salmos En la casa de Jehová todos los días de nuestra vida. Ezequías no pensó que sería inútil orar, como si el mensaje profético hubiera hecho inevitable su muerte. Si oramos, Dios puede hacer por nosotros lo que no haría si no orásemos. Sin embargo, cuando se pide una curación, debe hacérselo con un espíritu sumiso. Sólo Dios sabe si esa respuesta a la petición será para el bien de los que le ruegan, y si redundará para gloria suya. Al orar por los enfermos algunos han cometido el error de casi exigir que se conceda la vida al que sufre. La vida de los que así se salvaron en muchos casos no honró después a Dios. Habría sido mejor que esas personas hubieran pasado al descanso mientras tenían la esperanza de la salvación (ver 1JT 213, 214). La prolongación de su vida condujo a Ezequías a cometer el único grave error de su vida (vers. 12- 19). Si a su oración le hubiera añadido la frase, "pero no sea como yo quiero, sino como tú" (Mat. 26: 39), podría haber muerto con el registro de una vida intachable. CBA