Día internacional de la mujer - Hospital del Niño y el Adolescente

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8 de marzo: Día internacional de la mujer.
Lupita Flores: el amor definitivamente nos transforma
Esposa y madre de 2
adolescentes.
Honesta,
cariñosa y leal, así es Lupita
Flores, Jefa de Quirófano
del Hospital del Niño y
Adolescente
Morelense
(HNAM).
A lo largo de 19 años ha
sido enfermera del hospital.
“Cuando inicié mi trabajo
me daba miedo, en la
escuela no me enseñaron a
tratar
con
niños,
me
costaba mucho trabajo ver a pequeños con grandes padecimientos, pero fueron ellos
quien me dieron valentía, los niños son soñadores, sonrientes, fuertes y nos inyectan
energía. Entendí que cuando se trabaja con amor, hay magia y todo es posible. Me
comencé a sentir identificada con las madres, pensaba en su dolor y me ponía en su
lugar, Yo también tengo hijos, creo que las mamás podemos entender mejor la
preocupación. Estoy segura que los que trabajamos aquí no podríamos estar en un
lugar mejor, Al entrar al HNAM nos hacen sentir que somos parte de una gran
familia, todos somos iguales, mujeres y hombres, siempre nuestros Directivos nos
han apoyado, no hay preferencias por nadie ni barreras, vamos a cursos, nos
preparamos para dar una mejor atención, de calidad y calidez”.
El 90 % del servicio de enfermería del HNAM está conformado por mujeres, el 10 %
restante son hombres, sin embargo dentro del hospital la cuestión de equidad se
equilibra ya que en algunos servicios son más hombres que mujeres. Es un lugar
increíble para trabajar, entre compañeros y compañeras siempre hay respeto, claro
que el respeto también se gana, nosotras debemos darnos un lugar, y así también
respetar a los que nos rodean, pero aquí la cultura es de respeto, las mujeres somos
cuidadas y queridas, además nos apoyamos mucho entre nosotras.
Una vez que entras al hospital es muy difícil salir, su vibra y su gente te hace no
quererte ir jamás, el trabajo a veces es pesado y la carga es mucha, hay que revisar
y hacer todo con mucho cuidado, pero cuando tratas con pequeños que tienen una
vida por delante y que están pasado por una situación difícil de salud, haces las
cosas con amor, y el trabajo se hace menos pesado, el amor definitivamente nos
transforma.
María Edith Trujillo Mancera: Me gusta saber que mi trabajo hace la
diferencia
Fuerte,
trabajadora
e
invencible, así es María
Edith Trujillo Mancera,
madre de una joven de 27
años,
jefa de familia y
pilar de su casa. Edith es
un ejemplo de fortaleza,
humildad y amor a la que
la vida la orilló a dejar su
trabajo de más de 18 años
como asistente de oficina
para
convertirse
en
enfermera
de
tiempo
completo de su madre de
85 años, quien sufrió un
infarto cerebral dejándola
en cama, sin poderse
valer por sí misma.
“Cuidar a mi madre es un
privilegio, doy gracias a
Dios y a mi mamá por permitirme regresarle todo el amor que me dio mientras pudo
desde que se quedó viuda. Amorosa y luchona así fue ella, con su ejemplo me
enseñó a trabajar, a dar, y a no tener miedo a enfrentar las cosas, Yo fui educada
por una gran mujer, por lo que eduqué con los mismos valores a mi hija para que
cuando tenga hijos haga lo mismo”:
Hace 6 meses, me vi en la necesidad de buscar trabajo y en el Hospital del Niño y
Adolescente Morelense (HNAM) me dieron la oportunidad, es así como me uní a la
familia del Hospital en donde soy parte del equipo de intendencia, mis jefes y jefas
me han apoyado muchísimo, recuerdo en una ocasión por la situación de mi mamá
se me complicaba un poco el horario, por lo que estuve a punto de renunciar, pero al
conocer la situación la Dra. Rebeca Borgaro, actualmente Directora del hospital, me
cambió el turno y brindándome todo el apoyo para continuar con mi trabajo en el
hospital y por las tardes ser hija, madre y enfermera.
Doy gracias a la vida por estar en donde estoy, he aprendido a ser más sensible, a
sonreír aunque por dentro tenga una pena y una preocupación, los niños nos llenan
de ganas, estoy cuidando mi cabello para donar por segunda vez mi trenza a los
pequeños de oncología, ellos necesitan de nosotros, así como todos los pacientes
que veo diario gracias a mi trabajo.
Ahora trato de manejar las emociones y mi dolor lo convierto en apoyo, este hospital
tiene algo que nos une a todos, nos tratan muy bien, aquí todos somos iguales,
hombres, mujeres, chicos, grandes, directora o intendencia. Me gusta saber que mi
trabajo hace la diferencia, me esmero por tener todo limpio y dejando las áreas
desinfectadas, sé que la vida de muchos pequeños depende de todos los que
trabajamos aquí, y eso me motiva día con día.
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