cuba territorio termidoriano de america

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CUBA TERRITORIO
TERMIDORIANO DE AMERICA
A fines de marzo de este año era detenido el escritor cubano Heberto Padilla, premio UNEAC 1968 por su obra „Fuera de
juego“. Treinta y siete días después de esta detención, la policía política cubana había obtenido de él una „confesión“
de delitos muy similar en su contenido a las que sirvieron pa ra condenar a la „vieja guardia bolchevique“ durante los pro­
cesos de Moscú.
En una reunión convocada al caso,
Padilla explicó ante unos cien colegas
su com portam iento „va n id o so “ , su
„egocentrism o, d erro tism o “ y la ca li­
dad de sus „actividades contrarrevo­
lucio na ria s“ .
El co nflicto que ha enfrentado al es­
c rito r cubano con las autoridades
revolucionarias no ha hecho más que
poner de m anifiesto un problem a
latente en el propio curso de la re­
volución; y así, m ientras los intelec­
tuales occidentales protestaban en
una carta firm ada, entre otros, por
Sartre, Cortázar, Enzensberger, Moravia, Llosa, etc, todos ellos origin aria ­
mente sim patizantes con la revolución
cubana, la prensa en la isla, en espe­
cial los órganos del e jército y del
partido, se hacían eco de la actitud
gubernam ental, calificando a Padilla
de „co n tra rre vo lu cio n a rio “ , en tanto
que Fidel hablaba con desprecio de
los intelectuales, sobre todo de esos
„seudointelectuales, esos latinoam eri­
canos que viven en París, Londres o
Rom a“ , a los que calificaba de
„agentes burgueses de la C IA “ y para
los cuales, aseguraba, las puertas de
Cuba están cerradas.
Esta situación de crisis preparaba la
entrada en vigor de la recientem ente
dictada Ley contra la Vagancia y
contra los elementos parasitarios.
¿Qué ha sucedido? A prim era vista,
la actitud del G obierno revolucionario
frente a los intelectuales parece haber
cam biado radicalm ente. Sin duda,
como dice M arcel Niedergang, la
poesía de Padilla es provocadora, pero
en Cuba se habían producido ya
otros casos de obras y libros al
margen e incluso hostiles a la Revo­
lución, que, sin embargo, gozando de
una
loable
im parcialidad
crítica,
habían llegado a obtener premios,
como sucedió con el de Casa de las
Am éricas para Arafat.
En realidad, este cambio del Gobierno
cubano no es tan repentino ni tan
caprichoso como pudiera parecer.
Un breve examen de las crisis por las
que la Revolución ha debido atravesar
nos dem ostrará que, más bien, hunde
sus raíces en un pasado próxim o,
condicionado por las circunstancias
económ icas y la necesidad de sobre­
vivir de la propia Revolución.
Para nadie es un secreto que la Re­
volución cubana, más que cualquier
otra, es la obra de un solo hombre
que la ha d irigid o ideológicam ente a
través de sus aparentes vaivenes.
Tal d irección ideológica conoce tres
etapas fundam entales que, a su vez,
condicionan las relaciones entre tres
sectores: el grupo originario de re­
volucionarios de Sierra Maestra, los
com unistas y los intelectuales.
La prim era etapa (1959-1962) se
caracteriza por un enorme esfuerzo
realizado en el terreno de la escola­
ridad (elim inación del analfabetism o,
etc), de la vivienda, la seguridad social
etc, en detrim ento del potencial
económ ico y de la industrialización.
Esta época de euforia revolucionaria,
determ inada, además, por un acerca­
m iento a los países com unistas (en
razón de las dificultades exteriores)
y una inclusión de los m iem bros del
partido en las tareas de gobierno (en
razón de las dificultades internas), se
cierra con la crisis de Octubre de 1962
y la retirada de los „m is s ile s “ soviéti­
cos de la isla.
La segunda etapa (1962-1967) se abre
con la famosa declaración pública de
Fidel el 1 de diciem bre („Y o soy
m arxista-leninista“ ),
la
crítica
al
secretario general del Partido Comu­
nista Cubano, la depuración de buró­
cratas de este partido (com o Aníbal
Escalante) y la crítica del „C h e “ ,
apoyado por el mismo Fidel a la
política económ ica de Carlos Rafael
R od ríg u e z. . . La nueva época, carac­
terizada por la reorganización política
bajo la dirección del mismo Fidel,
abre también las puertas a una mayor
libertad de investigación artística e
intelectual. Se toman nuevas medidas
para tratar de acabar con la m iseria
económ ica y se concentran los es­
fuerzos en la econom ía agraria, bus­
cando, sobre todo, la diversificación
de los cultivos.
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